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Darkness Deep cap 7

LINAJE KIM

*****************

Hong Kong, China

Junsu se movió tan ágilmente como le fue posible, pero aún con ello, usando sus mejores movimientos y matando a más de esas bestias que parecían incansables y enfurecidas, el castaño cayó al escarpado suelo después de haber sido estampado contra el tronco de un viejo árbol que se sacudió ante su peso, pero que le dejó mucho más lastimado del daño que el chico pudiera haberle hecho al árbol... se quejó aún sabiendo que aquello en nada evitaría el dolor descomunal que le atacó pues a ese golpe se aunaban heridas en su cuerpo, esos cortes en su piel que aunque suaves y casi superficiales, dolían agudamente...

O era quizá la desesperación al saber que no es lo suficientemente fuerte para proteger a su amante, cuando el pelinegro siempre pudo defenderle de todo cuanto se atreviera a intentar dañarlo...

- cansado tan pronto?... - uno de los licántropos tomó su forma humana, colocándose en cuclillas frente al castaño que había terminado cansado contra la corteza rugosa del tronco de ese árbol grande...

- no... no te atrevas a dañarlo más... - amenazó... y es que con todo y que estaba notablemente lastimado, su voz había sonado genuinamente dura y amenazante...

- tienes carácter... me recuerdas a ella... - las palabras de ese lycan consiguieron que el castaño le mirara con aprehensión... claramente interesado en eso que acababa de decir... - ¿tu querido Yoochun nunca te habló de su esposa?... - y notó en esos ojos azules la sorna de sus palabras... pero aquéllas palabras ya se habían clavado con furia en su corazón... Yoochun, su Chunnie... ¿era casado?... - ese Park, nunca cambiará, no importan los siglos que transcurran... - pero la forma en que el lycan decía todo aquello solo acrecentaba la incertidumbre y ese repentino dolor en el pecho de un castaño que ahora clavaba su mirada en el pelinegro, rodeado por dos lycans que parecían ansiosos por darle la mordida fatal... - Yiang seguro encontrará interesante esto, además, ha dicho que le importa más la recuperación de Kenryu... - se levantó dejándolo ahí con sus dudas y heridas de su cuerpo mortal más lastimado de lo que en ese momento era capaz de notar…

Una orden bastó para que también dejaran en paz a Yoochun, para acto seguido transformarse otra vez en esas bestias salvajes que aullando se perdieron entre los árboles andando con un rumbo en específico, y es que encontrar al híbrido era orden primordial y lo único que les salvaría de una muerte lenta y dolorosa ante un Yiang furioso que nunca se ha tentado el corazón para nada… tal vez, porque no tiene corazón…

Después de todo, se cree que ni licántropos ni vampiros poseen aquélla cualidad que vuelve humano a cualquier ser… ¿Yoochun era así?

Junsu quiso moverse y ponerse en pie, pero ninguno de sus músculos parecía querer hacer caso a sus intenciones, estaba molido y lo sabía, no era lo suficientemente fuerte para salir ileso de un enfrentamiento contra licántropos aunque sin duda era de los mejores centinelas del mundo…

- ¡maldición!... – con trabajos consiguió apoyarse en el tronco e impulsarse para ponerse en pie, pero aún no tenía más fuerzas que esas… y se quedó unos instantes recargado en el árbol, mirando esa luna rojiza que poco a poco iba perdiendo luz pues no faltaba demasiado para que el alba despuntara…

- ¿…Yoochun nunca te habló de su esposa?... –

Esas palabras resonaron otra vez en su mente… y volvió de nuevo su mirada al pelinegro que aún yacía en el suelo, pero que comenzaba a moverse con dificultad despertando de la inconsciencia… lastimado y herido… pero vivo…

- Junsu… - murmuró apenas lo vio, y no importándole sus propias heridas, se paró de inmediato yendo hasta él… - estás herido… - se lamentó al ver el cuerpo malherido de su amante… pero más le preocupó ver sus pupilas dilatadas y una expresión ida… - vamos, te curaré… - le cargó en brazos detectando el dolor que corrió por su columna vertebral dispersándose por todo su cuerpo, pero ignorándole pues más importaba poner a salvo a su amante…

El castaño se abrazó a su cuello sin importar más nada que sentirle cerca… sentirle cerca y perderse en su aroma… aunque hubiera ese olor a sangre impregnado en su piel… aunque doliera saber que sus cuerpos heridos no comparten el calor de antes, pues esas palabras antes escuchadas le estaban carcomiendo lentamente sus pensamientos, haciéndole cuestionarse si en verdad…

Si en verdad para Yoochun no será más que un amor que morirá con los rayos del sol cuando la noche caiga en su vida mortal…

Yoochun le llevó hasta esa cueva entre montañas que se levantaban más al sur del sitio donde se encontraban y le recostó en el suelo rocoso colocando antes la gastada gabardina que recogiera del sitio de batalla donde casi pierde su inmortalidad de la manera más burda…

Tan solo por distracción…

Porque le habían amenazado con lo más importante de su existencia en los siglos…

Lastimar a Junsu…

Y aquello había bastado para que sus sentidos colapsaran y se convirtiera en presa casi fácil de los licántropos salvajes que cerniéndose sobre su persona intentaran arrebatarle la vida… de que las memorias de su pasado se agolparan en su mente y le impidieran tener la claridad de otrora para enfrentarse a aquellas bestias que casi parecían reír en sus narices creyéndose que le tendrían bajo su yugo…

Y dolía… dolía saber cuán cerca respiró el miedo de perder <.otra vez.> algo sagrado en su vida… dolía saber que de no ser por el mismo Junsu… él habría perecido… y que entonces…

Entonces la oscuridad se cerniría sobre su alma… y corrompería la inocencia que aún se reflejaba en aquellas castañas pupilas que aún ahora parecían algo ausentes y vacías… esas que le miraban como en un sueño y parecían pedirle a gritos algo…

Algo que no lograba comprender…

Pero que también le recordaba la faz temerosa de ella…

De su primer amor hace siglos…

De la única mujer a la que amara en el pasado y a quien viera morir ante sus ojos por la maldad que ya Yiang mostrara desde entonces… y no pudo evitar perderse entonces en aquellas dolorosas memorias…

En las que Park Ji Soo, su fallecida esposa… le mirara una última vez con sus ojos avellana sumidos en la confusión y el temor…

**********

Seúl, Corea
Palacio Deoksu
1608

Eran tiempos turbios que no solo colapsaban por las guerras político-económicas que caían sobre el reino invadido por Japón… eran también tiempos difíciles por esas cosas que sucedían bajo el manto misterioso de las noches de luna llena y tenían a los poblados atemorizados pues no comprendían del todo lo que se escondía tras aquellos aullidos que hacían eco en las montañas…

Park Yoochun era uno de los militares más reconocidos de las tropas coreanas… pero haberse enamorado de una de las hijas del Almirante principal del Rey Seongjong no fue exactamente una decisión aceptada o respetada por todos aquellos que supieron de la relación entre ambos. El Almirante Kim San Woo le había advertido ya a su hija y a Yoochun que estar juntos era muy peligroso… y es que la hermosa Kim Ji Soo había sido prometida al Príncipe Wolsan…

¡Nadie podía ir en contra de mandatos reales!

Nadie… mucho menos un militar subordinado cuyos padres no tienen exactamente una gran reputación por mantener ciertas relaciones con familias japonesas que se dicen apoyan la invasión del Japón… además, por si fuera poco, la tensión se multiplicó cuando fuerzas chinas también se hicieron presentes en el territorio… aunque sus motivos fueran aparentemente distintos…

Esa fue la primera vez que Yoochun vio a Zhang Yiang pasar por su lado… y apenas sus miradas se cruzaron mientras eran custodiados hasta el Palacio, el pelinegro notó algo en sus pupilas que estremeció su ser entero inspirándole una sensación de temor y desconfianza avasalladora que no le dejó en paz todos esos días en los que Yiang permaneció en el Palacio como visitante de paz…

Aunque Park estaba seguro de que las intenciones del chino nada tenían de pacíficas… y es que sus caminatas silenciosas por la noche no le inspiraban más nada que desconfianza…

………………………

La luna llena se levantó entre las montañas y el cielo azul se cubrió de oscuridad… pero era una noche hermosa, los puntos plateados titilaban en la bóveda celeste… para Yoochun era la noche perfecta para salir con su futura esposa… era cuestión de unos días para que la ceremonia se llevara a cabo…

- mi padre ha dicho que podemos irnos a los linderos para casarnos… después de eso tendremos que marcharnos, Yoochun ah… - caminando por uno de los caminos en los Jardines aledaños al Palacio, la joven de hermosos y largos cabellos castaños claros andaba de la mano de su prometido… - permanecer aquí no es bueno para nosotros si queremos estar juntos…

- ya lo sé… - el pelinegro apretó el mango de la espada que llevaba a la cintura… aún era época de samurais y era su arma más fiel, la que mejor manejaba y la que ha salvado su vida en innumerables batallas… - tengo todo listo, nos iremos en dos días cuando el alba comience a despuntar… - hizo parar a su prometida y tomando sus dos manos la miró directo a los ojos… a esos ojos avellana que brillantes dejaban al descubierto la determinación de seguirle al fin del mundo si fuera necesario… porque el amor que se juraron, era tan claro como el cielo estrellado de esa noche de luna llena… - quizá debas despedirte de tu familia… tal vez no vuelvas a verles…

Ji Soo pensó en sus padres y en su hermano… su único hermano y quien estaba a unos pocos meses de convertirse en padre… el primer heredero del linaje Kim que nacería en medio de turbulentos tiempos, pero al que le auguraba un futuro prometedor… y pensó que cuando tuviera sus propios hijos con Yoochun, su primer varón debería llevar un nombre fuerte, ella pensaba en algo como Jin Su o algo por el estilo, pero sabía que tenía aún que esperar y un largo camino por recorrer… y cayó en cuenta de cuán difícil sería entonces decirle adiós a su familia… y por un segundo no pudo evitar sentirse una egoísta… estar dispuesta a renunciar a ellos con tal de poder ser feliz con la persona que ama…

- lo haré… - asintió mientras sentía esa caricia en su mejilla que le daba algo más de seguridad y disipaba un poco todo ese miedo que inevitablemente sentía… y se dejó besar con calma pues esos labios también le dejaban en su caricia el cariño de toda una eternidad…

Y perdidos en su propio mundo… no se dieron cuenta de esa mirada maligna que posada sobre ellos destellaba con un matiz que recordaba al fuego del infierno…

………………………………

Esos días transcurrieron y Yoochun partió con Ji Soo hacia los límites fronterizos con la China Mongol, quedándose en un pequeño poblado que aún no era molestado por la afluencia de tropas japonesas ni por la presencia china que también buscaba expander su poderío imperial… nadie ahí les conocía, así que fue fácil pasar desapercibidos y contraer matrimonio tal como ambos habían querido…

E iniciaron incluso una nueva vida en aquellas tranquilas montañas, en donde casi podría jurar se respiraba la paz… pero las sonrisas y las noches compartidas de besos y caricias se vieron interrumpidas cuando una madrugada el poblado fue sorprendido por un contingente chino que devastando todo a su paso se llevaba a las mujeres más hermosas para convertirlas en esclavas de su terrateniente…

Yoochun peleó con sorprendente habilidad, a pesar de que hiciera ya cerca de un año que no blandiera una espada… y el filo de su sable quedó manchado de la sangre de varios de aquellos que se atrevieron a enfrentarle… pero nada pudo hacer para impedir que se llevaran a su esposa… los gritos desesperados de Ji Soo se grabaron en sus oídos y él no pudo menos que seguirles a caballo largas horas por caminos desconocidos…

Es que él solo tenía en la mirada el grupo de jinetes que una y otra vez intentaron perderle sin conseguirlo, pues aunque en un momento ya no le hubieran tenido detrás, Yoochun no tardó en encontrarles…

Cuando ya estaban en territorio Chino… justo en linderos de Yiang, en aquél entonces, un Palacio que fue remodelando conforme los siglos pasaron y él se adaptaba a la modernidad de la época en curso…

Park estaba agotado, herido, hambriento y llevaba dos días sin dormir ni un poco… pero tenía en mente una sola cosa: salvar a su esposa.

- has tenido éxito, Park Yoochun… - el pelinegro giró su rostro hacia la derecha, de entre unos arbustos Zhang Yiang se apareció mirándole con una sonrisa autosuficiente que le erizó el vello de ira… - he de admitir que eres un humano impresionante, no cualquiera llega hasta aquí con vida… no cualquiera es capaz de enfrentar cualquier adversidad por… amor… - el muchacho dijo la última palabra con sorna, riendo sin miramiento frente a un Yoochun que blandía su espada casi sin fuerza pero con sus orbes oscuras más furiosas que ninguna otra mirada con la que Yiang se hubiera enfrentado en sus años inmortales…

- te mataré y juro por todos los dioses que si llegaste a tocarla, te seguiré al infierno y te haré morir una y otra vez con las peores torturas que puedan existir… - el lycan río más fuerte y aplaudió divertido por la actitud del pelinegro… pero Yoochun no se inmutó…

- Ji Soo es la mujer más hermosa que he visto en mucho tiempo… ¿crees que iba a negarme el placer de tocarla?... – se mofó… el pelinegro apretó con fuerza el mango de su espada y se lanzó sin pensarlo sobre el lycan…

Yiang le evadió con facilidad… una y otra, y otra vez, los ataques de Yoochun eran esquivados mientras la energía de su cuerpo se agotaba y él solo podía sentir la pesadez, la impotencia, la vista nublada, sus piernas flaqueando… y desfallecer contra su voluntad ante un golpe que fue dejado sobre su nuca cayendo al suelo de tierra y pasto…

- matarte no es suficiente… quiero ver en lo que te convertirás si te transformo en lo que más vas a odiar… - Yiang le miró con una sonrisa perversa, llevando su mirar por cada línea en las facciones del pelinegro… - llévalo dentro… - ordenó a uno de sus lacayos, yendo luego hacia aquella habitación en la que mantenía prisionera a Ji Soo…

La castaña estaba encerrada en una habitación elegante, de muros de piedra y adornos de oro y aromas finos de rosas silvestres… le vestían con finas telas traídas del extranjero y peinaban sus largos cabellos con coronas de diamantes y otras piedras preciosas… aunque Ji Soo no hubiera sonreído una sola vez desde que hubiera sido tomada prisionera en la villa hace unos días… aunque hubiera llorado su amargo dolor al no saber qué ha sido de su esposo…

Si aún vive, o…

- querida Ji Soo, tan hermosa como siempre… - Yiang entró con una sonrisa radiante y esos pasos elegantes que sin embargo no le gustaban en absoluto a la castaña… y cuando le obligó a mirarlo tomando con fuerza su mentón, ella solo le devolvió una mirada de rabia… - sé que me odiarás un poco menos cuando te diga la sorpresa que tengo esperando para ti…

- nada que venga de ti puede llegar a hacer que te odie menos… - espetó con firmeza…

- veremos… - sonrió autosuficiente y luego la obligó a salir de la habitación tirando de su brazo con fuerza pues ella se negaba a seguirle…

Y caminaron por pasillos hasta llegar a una cámara subterránea en donde Yoochun ya se encontraba encadenado con grilletes de acero, su cuerpo maltratado manchado de sangre y sus ojos casi apagados encogieron el corazón de la castaña… corrió hacia él notando lo fácil que Yiang le había permitido salir de su lado pero no tomándole importancia…

- ¡Yoochun!... – le abrazó con fuerza y sus ojos llenos de lágrimas, emocionada de saberle feliz pero dolida por verle tan maltratado… - qué le has hecho, déjale ir… - suplicó al lycan…

- porqué habría de dejarle ir cuando fue él quien vino a mi palacio… - cuestionó con ese tono burlón que desquiciaba a quienes le odiaban justo como ella y el propio Park que saliendo de una especie de trance apenas movía los labios intentando murmurar el nombre de su esposa…

- ¿por qué le tienes aquí? ¿Por qué?... – espetó tratando de contener el llanto y queriendo sacar a Yoochun de ahí… dándose cuenta de que había en los ojos del lycan algo que le hizo temer mucho más que desde que le viera por vez primera… - ¿qué es lo que pretendes, Yiang?

- mira y entenderás… - dijo con sorna…

Luego Yoochun comenzó a convulsionar y Ji Soo sorprendida y por inercia se apartó del pelinegro… instantes después extraños cambios comenzaron a suceder en el cuerpo del pelinegro… cambios que le fueron transformando en una extraña criatura que se pensaba eran solo mitos…

Un mito que ahora ella comprobaba real con sus propios ojos…

Pero que a la vez parecía convertirse en un augurio de separación para ellos…

- Yoochun… - murmuró ella asustada al verle completamente transformado en esa criatura de pelaje oscuro y un mirar profundo que le inspiró… miedo…

- tu amado esposo es ahora un licántropo como yo… ¿te causa repulsión, miedo?... – ella lo miró y luego al pelinegro… realmente no era ya Yoochun… se lo había arrebatado convirtiéndole en esa bestia que tenía frente a sus ojos y aullaba tirando con fuerza de esas cadenas que parecía podrían romperse en cualquier momento…

- ¿qué le has hecho a Yoochun?... – todavía impresionada, en shok y asustada, la castaña no pudo menos que retroceder cuando el lycan dio un paso como buscando acercarse a ella…

- le ha convertido en inmortal, ¿sabes porqué?... – la castaña le miró interrogante… - porque tengo curiosidad por ver hasta qué punto el humano puede ser corrompido… - Ji Soo seguía sin comprender pero ya estaba siendo sujetada por Yiang y arrastrada hasta una pilastra donde fue acostada y encadenada de piernas y manos…

- ¿qué haces?... – temerosa, la castaña se removía pero completamente imposibilitada de librarse… Yiang sonrió ampliamente y reveló sus largas y filosas uñas de licántropo…

Yoochun entonces tiró con más fuerza de las cadenas, sus ojos se abrieron desmesuradamente y sus fauces rugían con ira… era su corazón humano luchando por evitar lo que parecía inevitable…

Yiang le miró directo a los ojos mientras enterraba sus garras en el pecho de Ji Soo… y Yoochun era marcado con un destino que cargaría por los siglos lamentándose de no haber sido fuerte y haber sido transformado justo en la raza que más odia…

Porque Yiang sería su peor enemigo para la eternidad…

**********

Hong, Kong. China
2009

Junsu le llevó de regreso al auto cuando de pronto Yoochun cayó inconsciente apenas el alba había despuntado en su esplendor… aunque cargar con su cuerpo ese par de kilómetros hasta donde lo había dejado unas horas antes cuando llegara y salvara su vida… le curó las heridas y se dio cuenta de que había perdido demasiada sangre y que no parecía estar alimentándose bien… curó sus propias heridas, que por suerte no eran demasiado graves y esperó largas horas hasta que su amante recuperó la consciencia…

Aunque mientras estuvo inconsciente y con fiebre, dijera algunas palabras entre sueños que le descolocaran un poco más… cuando pronunciara un nombre que hizo que su corazón se acongojara… aún sin saber con claridad cuál era la identidad de quien se supone es esposa de Yoochun…

Pero era como un presentimiento grabado en su memoria genética o algo por el estilo… era como haber reconocido algo experimentado en vidas pasadas…

- ¿me amas a mí, o lo que de ella ves al mirarme?... - y el castaño solo pudo sentir esa incertidumbre carcomiendo sus entrañas al darse cuenta de que el pelinegro permanecía callado con la vista fija en su persona, pero muy probablemente más bien perdido en sus pensamientos... en sus recuerdos... de Ella... - ¿porqué nunca me has dicho que me amas? ¿porqué no es así, Yoochun ah?... ¿soy solo un pasatiempo para ti, o un reemplazo temporal de Ella?...

Park le miró entonces directo a los ojos… Junsu tembló bajo esas orbes oscuras que nunca antes le habían mirado con ese brillo que no pudo descifrar… pero entendió, que había secretos ahí que quizá no le serían revelados…

**********

Palacio del Clan Yin

La Príncesa Zhenli caminaba por el pasillo que lleva a los aposentos donde se encuentra ChangMin, sin siquiera llamar a la puerta la pelinegra entró, sonriendo al notar que el morocho ni siquiera se inmutaba ante su atrevimiento de invadir su privacidad…

- para ser un vampiro disfrutas demasiado de las noches… - dijo mientras caminaba hacia donde se encontraba el príncipe vampiro… de pie en el enorme ventanal con su vista perdida en el cielo…

- ¿qué tiene que ver?... – cuestionó, pero aún así no le dirigió la mirada…

- muchos vampiros que conozco ven en las noches una prisión de su condición inmortal y sensible a los rayos del sol… otros la disfrutan solo por la satisfacción de sus deseos carnales, pero aún así puedes ver en el fondo de su mirada atisbada la melancolía de nuestra maldición…

- ser un vampiro no es una maldición, según yo lo veo… - refutó con tranquilidad…

- ¿nunca has deseado ver la luz del sol?

Silencio…

- los deseos no son más que las consecuencias de sentimientos y emociones reprimidas que vamos postergando para inducir sensaciones de excitación… son muchas de las ocasiones pretextos disfrazados para dar rienda suelta a nuestros instintos pues tenemos la capacidad y la fuerza para hacer lo que queramos…

- eres muy inteligente, Príncipe ChangMin, pero veo en tus ojos que no has sido feliz nunca…

- tampoco lo has sido tú, Princesa… - dijo y por fin le miró, con sus ojos cruzados de ese azul que se revela ante su condición vampira… - sales cada noche a hurtadillas de tu madre y eso me dice que tienes un secreto muy importante que ocultar y que hará enfadar a la Reina…

Zhenli le miró con sorpresa por un instante, pero luego sonrío… a decir verdad, no esperaba menos del Príncipe ChangMin… pero sin duda aquello también le preocupaba un poco… así que optó por guardar silencio y cambiar el rumbo de la conversación…

- ¿quieres dar un paseo por las tierras aledañas?, tal vez puedas ver algo de lo que buscas tan insistentemente en la ventana…

- no busco nada en particular, me gusta observar el cielo estrellado solamente… - evadió… y es que no podría simplemente decirle a la Princesa que miraba el horizonte esperando ver, sentir, oler o percibir cualquier pista de Kenryu…

Y es que estaba preocupado por el japonés, no sabía que había sido de él desde que le viera escapar de la Mansión Zhang… y por alguna razón, el Adalid no daba señas de partir a Seúl aún, ni tampoco le tenía permitido salir del Palacio del Clan Yin…

- ¿mi padre aún se encuentra reunido con la Reina?

- desde hace dos días que están en la Cámara especial, no han dormido ni descansado, y se alimentan solo una vez cada noche… ¿tú tienes idea de qué tanto discuten?

- si la tuviera créeme que sería porque mi padre ha muerto…

La Princesa se extrañó de su afirmación, más no dijo nada… ella entendía muy bien lo que era sentirse sublevada en cierta grado al nombre de su madre, la Reina y prácticamente todo vampiro con algún poder tenían grandes secretos y vigilaban celosamente su puesto y reputación…

Y ahora una reunión con el Adalid, ambos saben que es una gran oportunidad para el Clan Yin de llevar sus relaciones de regreso a tierras asiáticas en donde son casi considerados traidores a la causa por el simple hecho de pertenecer en territorio Chino…

- ¿cuál es su nombre?... – preguntó de pronto el morocho…

- ¿de quién?... – cuestionó contrariada, de pronto hablando de sus padres, y ahora… ¿a qué se refería?

- la persona con la que te ves a hurtadillas, la misma que hace que te emociones o enfades, la misma persona por la que has sido capaz de ir contra lo que sea que tu madre ha impuesto…

- porqué clase de persona serías capaz de ir contra los propios mandatos de tu padre… - regresó entonces la princesa… negándose a responder con claridad aquella pregunta tan directa, que además de todo, le dejaba en claro que el Príncipe ChangMin veía mucho más de lo que podía aparentar, que se daba cuenta de cosas que se piensa se ocultan muy bien…

ChangMin no respondió sin embargo la pregunta que la princesa le hiciera… pero un solo nombre aparecía en su mente y la imagen de ese Kenryu transformado en una criatura que no podía definir entre vampiro ni hombre lobo, pero que podía moverse tan ágil como las dos razas y soportar el sol como solo los lycan pueden hacerlo…

**********

Seúl, Corea
Palacio del Este (Changdeokgung)

Jaejoong estaba más que molesto e iracundo después de que hace unos días una gran noche de pasión con Yunho hubiera terminado con aquella sensación de angustia y desazón que molestaba en una parte de su cuerpo… justo donde se supone late esa emoción humana a la que llaman amor…

Y haber vuelto a Seúl no ayudaba precisamente a su humor ni al hecho de haber terminado desistiendo de lo que se suponía era su reto personal… tener a Jung Yunho solo para él…

Pero el Diurno le había dejado de lado…

Había preferido seguir frecuentando a la Princesa Yin sin darle la mínima explicación del porqué… solo asegurándole que era algo que estaba en su deber hacer…

**********

Hong Kong, China

El Diurno había visitado ya varios de los principales centros de reuniones de licántropos, y detectado de entre todos a quien cree es uno de los más cercanos de Zhang Yiang… y que con algo de presión, podría darle algo de información acerca de todo ese misterio que parecía esconderse detrás de la guerra entre vampiros y licántropos…

Darius se supo perseguido casi de manera inmediata cuando la tarde comenzaba a caer sobre la ciudad… Yunho tenía una sola cosa en mente…

Retenerle a como diera lugar…


3 Comentarios:

  1. neriita7/26/2011

    wahhh...se pone interesante
    -Junsu sabra la verdad de la vida pasada de Chuniee??
    -Yunho se dara cuenta q Jae solo lo qiere a su ladoo??
    -Changmin podra ver ah Kenryuu??
    no se pierdan el proxima capitulo..ahahah
    *la emocion(comprendan)* ^_^

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    Respuestas
    1. Anónimo3/24/2014

      jajaja, eres graciosa...biien :)

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  2. Tenía mucha curioaidad por saber sobre ese amor pasado de Mi Chunnie pero creo que ahora Junsu ha sido más valiente con esas preguntas y ha expuesto tambié su temor a no ser correspondido. Por qué no le ha ablando de ella??? Hermosa historia y cada vez se pone más interesante!!!

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