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Arualthings

Shadow - Cap. 5

Ya han pasado casi seis días desde ese almuerzo y todavía suspiro al pensar en él, ha sido de los mejores días de mi vida, lo repetiría diario si por mi fuera, desde ese día he caminado por la misma calle, almorzando en el mismo lugar con la esperanza de encontrarme con él, pero al parecer Yunho está muy ocupado, no lo he visto ni por accidente.

-¿Se puede?

Preguntó mi jefe desde la puerta, me acomodé en mi silla y asentí, él entró y se dejó caer pesadamente en la silla frente a mí.

-¿Sucede algo?- pregunté después de unos segundos.

-No, nada en especial, sólo he querido escapar de mi oficina cinco minutos- respondió cerrando los ojos- Los superiores quieren que suba los archivos a la base de datos, para deshacerse de tanto papel en la bodega.

-Puedo ayudarlo, si quiere- me ofrecí.

-No, gracias, este trabajo debo hacerlo yo, será cansado.

-Es en serio, yo haré una parte y usted otra.

-Estás muy servicial- sonrió mi jefe.

-Es sólo que son muchos archivos, le llevará semanas si lo hace solo.

-Mmm….lo pensaré, gracias- sonrió mientras revolvía y revisaba sin interés papeles en mi escritorio, antes me hubiera molestado, pero estaba de excelente humor- ¿Qué es esto?

Levantó un sobre frente a mí, lo miré sorprendido, había olvidado que estaba ahí.

-Los papeles de uno de los clubs- respondí tomando el sobre.

-Si está todo en orden debes devolverlo, no debe estar aquí.

-Lo sé, lo olvidé.

¿En realidad lo había olvidado? ¿No era una excusa para volver a aquél club a verlo?

-Es tarde, ve y entrega esos papeles, después puedes ir a casa.

Mi jefe salió de mi oficina un poco decaído, asentí y tomé mi chaqueta, no podía dejar de sonreír, iría al club, entonces probablemente lo vería, manejé rápido por las calles y llegué más rápido de lo que hubiera querido. Me identifiqué y expliqué el motivo de mi visita al guardia, él sólo asintió y me dejó entrar, eran casi las diez de la noche, el acto de Yunho ya habría pasado, pero seguía en el lugar, de eso estaba seguro. Llegué sin problemas hasta la oficina de Park, me acomodé la ropa, seguro Yunho estaba dentro, también Yoochun, pero me importaba más Yunho, aclaré mi garganta y levanté la mano para tocar, pero apenas la toque se abrió un poco sin hacer ruido, me acerqué e iba a llamar cuando escuché voces dentro.

-Siéntate aquí

Escuché decir a Yoochun, me dio escalofríos, sonaba como una orden, abrí los ojos sorprendido, pues en una de las esquinas había un espejo que me permitía ver todo desde la escasa rendija de la puerta, Yoochun tenía sus manos en la cadera de Yunho guiándolo a su enorme silla detrás del escritorio, lo sentó ahí, sonriendo, Yunho lo miraba confundido, Yoochun volvió a sonreír, colocando sus manos en las rodillas de Yunho, separando sus piernas, arrodillándose frente a él.

-¿Yoochun?- preguntó Yunho.

-Pensé que podría esperar a llegar a casa, pero no puedo- murmuró Yoochun. Su tono de voz denotaba arrepentimiento. Lo miró a la cara mientras con las manos le acariciaba los muslos y la cadera- Si no pruebo tu piel ahora, creo que moriré. Y si la pruebo, no seré capaz de parar. Tendré que tomarte aquí mismo.- dijo quitándole el pantalón y su ropa interior de paso.

-Oh, Dios- gimió Yunho con voz temblorosa, porque ya empezaba a sentir aquel extraño calor líquido acumulándose entre las piernas, aunque también había inseguridad en su tono de voz.

Sabía que debía irme, cerrar la puerta y olvidar todo, pero algo me lo impedía, quedándome en mi sitio para seguir observando.

Yoochun acercó la cabeza a su regazo y, con las manos, le separó aún más las piernas. Yunho abrió los ojos de par en par al sentir la punta de la lengua, cálida y mojada, abriéndose paso entre su sexo. Hundió los dedos en su pelo, y gimió, echando la cabeza hacia atrás. Yoochun lo empujó con las manos y Yunho se reclinó aún más la silla, sujetándose con las manos y moviendo la cadera hasta encontrar un ángulo más cómodo. Yoochun emitió un gruñido de satisfacción a modo de recompensa que vibró por todo el cuerpo de Yunho, y luego le separó todavía más las piernas, buscando, abriéndose camino. Cuando lo tomó hasta el fondo, Yunho soltó un grito de satisfacción que resonó varios segundos en mis oídos.

-¡Yoochun!

Empezó a penetrarlo con la lengua, al principio poco a poco, lánguidamente, pero a medida que fueron pasando los segundos el ritmo se volvió más acelerado. La cadera de Yunho se movía adelante y atrás, chocando contra él. Yoochun gruñó y lo sujetó rodeándole la cintura con las manos y clavándole los dedos en las nalgas para que no se balanceara. Yunho ahogó una exclamación de sorpresa al sentir que le cubría por completo el sexo con la boca nuevamente, con sus dedos comenzando a jugar en su interior.

Yunho abrió los ojos al máximo estaba demasiado cerca de un orgasmo, lo que lo hacía revolcarse y moverse demasiado, Yoochun lo sujetó con fuerza, sin dejar de mover la boca con una fuerza contenida, buscando con la lengua, arrancando hasta el último vestigio de placer de su tembloroso cuerpo. Yunho no pudo evitarlo, me estremecí al ver que comenzaba a dejar de sacudirse y Yoochun tomaba todo lo que podía.

-Estoy tan borracho de ti…-le dijo Yoochun roncamente- y aun así quiero más….

Atrajo el cuerpo de Yunho hacia él y le dio un beso empapado de fluidos por todo su vientre. Luego se levantó del suelo y su rostro se contrajo en una mueca al sentir el dolor que fluía por su entrepierna. Lo levantó un poco de la silla y lo obligó a apoyar los pies en el suelo, le sujetó el mentón con la mano y tiró de Yunho para propinarle un beso voraz causando que el miembro de Yoochun respondiera todavía más desde el interior de sus pantalones.

-Estírate- le ordenó.

Yunho obedeció dócilmente, lo que pareció aumentar el deseo de Yoochun por él. Se desabrochó los pantalones rápidamente y los dejó caer al suelo, luego tiró de los bóxers y liberó la erección que se escondía debajo.

-Iré poco a poco…tengo que penetrarte ahora mismo…necesito hacerlo, llevo demasiado tiempo esperando…

Se inclinó sobre Yunho, apoyando las rodillas cerca de las esquinas inferiores del asiento y las manos por encima de los hombros de Yunho.

-Sujétate al respaldo- le ordenó.

Yunho parecía confuso, pero aun así siguió sus instrucciones. Cuando Yunho levantó los brazos por encima de la cabeza y se agarró al extremo superior del respaldo, Yoochun no pudo reprimir un gemido de satisfacción, deslizó la mano por la superficie de su pene, preparándose para entrar, los músculos de Yunho se tensaron ansiosos y excitados, se le veía tan grande, tan potente, tan lleno de deseo...

Yunho esperó, Yoochun le abrió más las piernas con una rodilla para que estuviera más abierto para él, apoyó la punta del pene en su entrada. Yunho se mordió el labio para ahogar un grito y Yoochun inclinó la cadera hacia delante y con un gruñido de satisfacción empujó para comenzar a entrar.

Yoochun miró preocupado a Yunho, con infinito cariño.

-No me duele- le susurró Yunho, quizá para tranquilizarlo.

Yoochun tragó saliva y alcanzó el miembro de Yunho atrapado entre sus cuerpos.

-Oh- gimió Yunho.

Era como si supiera la cantidad exacta de presión que tenía que ejercer para que se retorciera de placer. Yoochun comenzó a embestirlo lentamente con la cadera, apretando su miembro con más fuerza, y empujando de nuevo con la pelvis, una, dos veces. Yunho gimió extasiado y empezó a temblar mientras el orgasmo crecía descontrolado en su interior.

Yunho aún no había dejado de estremecerse bajo el efecto de las sacudidas que le recorrían el cuerpo, cuando Yoochun lo hizo temblar aún más con sus arremetidas, que se volvían más y más exigentes por momentos. Lo golpeó con la pelvis una y otra vez, marcando un ritmo cada vez más acelerado.

-No quiero hacerte daño, pero me estás volviendo loco, Yunho…

-No me haces daño…

La tensión iba en aumento. Empezó a penetrarlo de nuevo, deslizándose dentro con la fluidez de un pistón bien engrasado. Yunho reprimió un grito. De pronto me di cuenta de que hasta entonces Yoochun se había estado conteniendo, pero ahora lo estaba penetrando con una entrega absoluta, y no solo eso, sino también con una habilidad que me dejó sorprendido. Sus movimientos eran sutiles y descarados al mismo tiempo, controlados y también salvajes. Yunho empezó a mover la cadera siguiendo un ritmo opuesto al de él, y cada vez que sus cuerpos chocaban y se oía el sonido seco de la piel contra la piel, se le escapaba un grito por la boca.

-Por Dios- gruñó Yoochun unos segundos más tarde. Su voz sonaba miserable y eufórica al mismo tiempo.

Se movió encima del asiento y lo embistió con tanta fuerza que la cabeza de Yunho golpeó el cojín que decoraba la parte superior del respaldo. Entonces vi que le había separado las piernas por completo y tenía los pies apoyados en el suelo. Yoochun se apartó unos centímetros de Yunho y del asiento y volvió a embestir, enseñando los dientes como un animal enjaulado.

Yunho soltó un grito de incredulidad. Yoochun, satisfecho, gruñó entre dientes y empezó a penetrarlo aún más deprisa. La respiración de Yoochun sonaba entrecortada y errática, el gemido que salió de su garganta sonó como una dulce agonía, Yunho bajó los brazos lentamente. Yoochun se dejó caer encima, todos los músculos tensos y apenas podía respirar. Yunho deslizó una mano bajo el cuello de la camisa y le acarició el hombro, musculoso y rebosante de poder.

Sólo en ese momento fui capaz de cerrar la puerta, me recargué en la pared tratando de analizar lo que acababa de ver, no podía evitar sentirme triste, pero mi esperanza seguía de pie, sabía que si me esforzaba, podría intentar algo con Yunho, Yoochun no significaba tanto para Yunho, él sólo estaba agradecido, yo podría ser algo más en su vida, sólo tenía que esforzarme.

Creo que estuve casi diez minutos fuera, tratando de pensar, tomé una gran bocanada de aire y me armé de valor, volví a estar frente a la puerta y llamé, esperé algunos minutos, pero finalmente la puerta se abrió. Yoochun me sonrió y me dejó entrar, estaba vestido completamente, paseé mi mirada por la oficina, Yunho estaba profundamente dormido en el sofá.

-Oficial Kim, ¿en qué puedo servirle?- me preguntó Yoochun con voz baja.

-Vengo a entregarle sus documentos, todo está en orden- dije entregándole el sobre.

-Oh, gracias, pero pudo quedárselos, estos sólo son copias, yo tengo los originales, por supuesto.

-No puedo quedármelos, le pertenecen- dije seriamente- Tengo que irme, hasta luego.

Me despedí y salí lo más rápido que pude de ese lugar, podía sentir el calor y el olor a sexo, y eso me hería profundamente, quise azotar la puerta cuando salí, pero no quería molestar a Yunho. Cuando salí volví a tomar aire, estaba enojado, furioso y herido, tenía que salir de ahí, caminé apenas unos pasos cuando escuché que me llamaban.

-Kim- me llamó Yoochun, su sonrisa se había borrado y me miraba seriamente.

-¿En qué puedo servirle?- respondí.

-Voy a preguntarle algo, y espero me responda con la verdad.

-Adelante- dije seguro y a la defensiva.

Yoochun volvió a sonreír, pero no con amabilidad, sino amenazante y de forma perversa.

-Dígame…¿Disfrutó el espectáculo?

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