KINGDOM TVXQ!

CLOSE 2U
Arualthings

Last Vow/Bow cap 34

Como en un súbito abrir y cerrar de ojos me hallé desplomado en la cama de mi adolescencia en Gongju. Nuevamente a puerta cerrada, yacía como un cadáver en el colchón como solía hacerlo a lo largo de mi juventud. Por ningún momento dejé de pensar que la locura me había abandonado, al contrario, El exceso de locura me hacía parecer casi más cuerdo que cualquier otra persona.

Pusilánime y encerrado en aquella habitación, ansiaba poder encontrar consuelo en algún lugar… en alguna persona.

“Mi madre” Pensé sentándome en la cama, pero enseguida calculé cómo mi autodestructiva conducta no sólo no le iba a permitir emitir ninguna clase de atenciones hacia mi, si no que seguramente, me iría a desterrar y no podría soportar que el único ser donde podría encontrar refugio siempre se decepcionara de mi.

Por eso siempre volvía a casa cuando estaba en problemas, como en aquel momento, encerrado en mi cuarto, como si nadie pudiese irrumpir la supuesta tranquilidad que me brindaría el lugar… tarde o temprano siempre huiría a mi hogar en Gongju para tratar de organizar mis pensamientos, o convencerme de que eso estaba haciendo.

Nada resultaba… nada resultaba desde que conocí a Yunho. Él era como la semilla de todos mis males. Anclando los codos en mis muslos y entrelazándome los dedos en el cabello, trataba de descifrar si quiera qué sentido tenía todo lo que había hecho y cómo lo había hecho sólo por estar con él desde un principio.

Negué con la cabeza y con los ojos vidriosos alcancé a ver una foto vieja de DBSG el día del debut. Éramos unos infantes… y yo ya amaba a Yunho. Mi vista recorrió un poco más hasta ver a Junsu y Yoochun “Esos niños” Pensé con frialdad mientras posé la mirada en mi teléfono celular que, a propósito, había apagado hacía dos días desde que había llegado a casa.

- Jaejoong-ah! – Gritó Ji hye desde abajo entre el alboroto que había para organizar una boda – Teléfono!

Decidí no salir de aquel trance ya que poco me importaba el teléfono. No podía apartar mi mente de aquella dupla… Yoochun y Junsu.

- Tonto! – Exclamó ella abriendo la puerta a tumbos y acercando el teléfono – Yunho está en la línea esperando.

La miré fugazmente y negué con la cabeza esbozando una sonrisa escuálida y lúgubre. Ella me miró totalmente desconcertada y se puso nerviosa al no saber qué hacer.

- ¿Qué hago? – murmuró mientras tapaba la bocina.

- No, no quiero hablar con él – Contesté mientras clavé los codos en mis muslos y dejé reposar mi espalda en aquella posición, como una especie de monstruo momificado.

- Eh… Yunho. En este momento no puede hablar contigo.

- No! – Exclamé a propósito en alto tono de voz – No es que no pueda, es que no quiero hablar con él.

Mi hermana en aquel momento comenzó a hacer señas como loca pidiéndome que guardara silencio y por ningún momento se le ocurrió tapar la bocina.

- ¡¿Qué haces?! – preguntó murmurando – No… eh, jajajaja. No, Yunho. En este momento no puede atenderte. Sí, no te preocupes… adiós.

Aunque había virado la vista al frente, sabía bien que Ji Hye se había quedado en aquel lugar medio congelada mientras me veía estupefacta, como lo haría normalmente.

- ¿Estás loco, Jaejoong? – Preguntó finalmente.

- Cierra la puerta cuando te vayas – Comenté impávido casi interrumpiéndola – No quiero hablar con nadie del trabajo… No me pases llamadas, por favor.

Sólo escuché el trancar de la puerta para volver a mirar en aquella dirección.

- Se atrevió a llamar aquí… - comenté en mi soledad.

Repentinamente me vino al rostro una pequeña sonrisa de picardía que me espanté al instante con bofetadas. Era como si mi antiguo yo intentase salir a flote, aquel niño esperanzado que se emocionaba con cualquier clase de muestra de afección por parte de Yunho pero que aquella escoria llena de sangre envenenada que se había apoderado de mi cuerpo no permitiría que saliera a flote nuevamente.


Por cosas del destino se me vino a la mente la imagen de Junsu mirando a Yoochun y una nauseabunda imagen mía mirando a Yunho de la misma manera al segundo siguiente. A continuación me decidí encender aquel teléfono. Miles de llamadas sin contestar y el buzón de mensajes llenos. Sabía quién los había dejado, pero decidí ignorarlo por un momento.

- Aló, hyung? Sí… soy yo, Jaejoong. Es urgente… Será mejor que vayan a buscar a Yoochun en Jeolla. Alguien me dijo que parecía estar actuando como loco, hyung.

- Sí, hyung. De nada… hasta luego.

Lo hice… lo hice sin pensar mucho. Había arruinado cualquier posibilidad de poder redimirme y regresar a lo que era, si es que alguna vez quise ser “ese” que era antes. Había arruinado también una amistad, una muy fuerte amistad. Había arruinado una promesa y más importante aún… me había arruinado a mi mismo o si no estaba comenzando a hacerlo asertivamente.

“Sólo leeré un texto” pensé en medio de aquellas punzantes ganas de vomitar que me apaleaban y aquellos bríos paradójicamente alzados.

“Te lo ruego… te lo ruego. Sólo aparece. Sólo eso me basta, no me perdones si no quieres, pero tan sólo déjame verte”


Bajé las escaleras con un semblante de muerto. Seguramente podría encaramarme en uno de los muebles a observar los preparativos de la boda de mi hermana mayor o salir corriendo despavorido de aquella sala y lanzarme de cabezas desde el puente más cercano.

- Jaejoong-ah, hijo! – Comentó mi madre preocupada desde los arreglos florales de la boda - ¿Te sientes bien?

- ¿Por qué, mamá? – Pregunté tratando de sonreir, sin embargo sé que seguramente estaba haciendo alguna mueca de dolor.

- Hijo, parece como si… estuvieses disfrazado de enfermo – Respondió agravando la preocupación en el rostro y palideciendo un poco, también – Pareces un muerto.

- No mamá, estoy … - En aquel momento sentí como si todo comenzara a girar. Sentí que mi cuerpo se enfriara tal y como si me hubiesen inyectado un congelador en la espalda. Quería hablar pero las palabras simplemente no saldrían.

A duras penas logré ver que todos abandonaron el trabajo que hacían por un momento para acercarse a mi.

- Mamá… - pronuncié nuevamente con mucho esfuerzo.

En seguida di traspiés tratando de recuperar el equilibrio.

“Por qué lo hice? Por qué lo hice? Por qué lo hice?” Pensaba sin cesar “Maldito, maldito, maldito!!!!” Empujé a mi madre y vomité en medio de mis pies y en seguida creo haberme desmayado.


Nuevamente despertando en mi habitación, rodeado de casi toda mi familia y mi madre aun con su expresión de extrema preocupación, ventilándome con un abanico, lo cual era muy molesto.

- ¿Ya estás bien?! – Preguntó Jung Hye con desesperación casi a gritos.

- Me aturdes! – Contesté apretando los ojos – Sí, ya…

Mi madre comenzó a acariciar mi frente suavemente y a espantar bruscamente a todo el mundo allí presente:

- Vamos! – Exclamó dando palmadas - Hay trabajo que hacer!

Todos abandonaron el cuarto menos ella. Continuó acariciando mi frente como cuando me enfermaba en mi niñez. Mantuve mis ojos cerrados todo el tiempo ¿Quizás era eso lo que necesitaba?

- Mi niño… - Comentó ella entrecerrando sus ancianos ojos y enmarcando una muy tierna sonrisa, una sonrisa maternal.

- Mamá… - Dije cerrando los ojos nuevamente.

- ¿Sí, hijo mío?

- ¿Alguna vez has sentido que… que has cometido un error muy grave… de esos que no se puede reparar?

- Todos cometemos errores así todo el tiempo, hijo

- No, es tan … tan grave… casi como un crimen.

- ¡¿Cometiste un crimen, Jaejoong?! – Preguntó casi a gritos y muy sobresaltada.

- No, mamá… eso no.

- Por favor, no me digas que eres un criminal porque moriría.

- No… - Respondí casi a carcajadas. Su ingenuidad pese a su vejez era siempre tan refrescante. Me di media vuelta y me acurruqué en su regazo.


Tenía unas ganas de llorar tremendas, ganas de quedarme así para siempre. Ganas de no volver a liberar la bestia en la que me había convertido ahora. Tenía ganas de detener el tiempo, de podrirme en aquel cuadro con mi madre… que si bien no sabía absolutamente nada de lo que estaba pasando, siempre me apoyaba y nunca me juzgaba. Madre y queriendo… de aquel monstruo patético.


- Mamá… no quiero volver nunca más. Nunca más.

- Eso lo dices porque estás aquí – Agregó volviendo a evocar aquella sonrisa suya - cuando estés allá, ni siquiera pensarás en mi. Es sólo nostalgia, hijo.

- Quiero morir – Musité casi sin voz mientras luchaba con fuerza para contener mis lágrimas en los párpados.

- Eh?

- Quiero dormir un rato, má.

- De acuerdo – Dijo ella poniéndose de pie – Bajaré a ayudar a las muchachas.

Al escuchar el trancar de la puerta fue como si aquella extraña personalidad se hiciera al control de mi cuerpo nuevamente. Mas sin embargo, sucumbí al sueño.


1 Comentarios:

  1. Anónimo10/08/2011

    Y_Y..termine llorando.:(!
    ahii solo espero q al final JAE sea feliz,con o sin Yunho..!

    ResponderEliminar

Deja tu comentario \(*O*)/ ♥ ♥
o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD