Título: Sumbae
Pareja: HoMin
Género: Lemon
Extensión: OneShot
Autor: Aemin
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-Shim…tú…
Sumbae…
-Vaya…aún estás algo mareado, ¿cierto?
Sumbae intentó levantarse, pero su cuerpo no le respondía
bien del todo.
-No es por la bebida que estoy así…gracias a ti… -dijo, su
voz sonó rasposa. Lo observé, con la sábana aún encima.
- Qué extraño…yo estoy seguro que te preparé bien – dije
pensativo, más para mí.
-¡¿Eh?! ¡Sinvergüenza! ¡No te arrepientes para nada de lo
que hiciste!
-¿Ah? Claro que me arrepiento, sumbae…mucho…
No. La verdad, no estoy nada arrepentido.
***
Todo empezó cuando sumbae y yo estábamos en la escuela,
estudiando en la biblioteca. Siempre me gustó sumbae. Tenía todas las
características del hombre perfecto: atlético, inteligente, carismático, bueno
con todas las personas. Yo lo miraba con admiración desde niño y ese
sentimiento poco a poco creció. Sólo que sumbae…Jung sumbae… era algo terco e
inalcanzable. Su competitividad se volvía excesiva y eso impedía un
acercamiento. Eso añadido a mi propio carácter algo arisco y burlón…hacíamos una
combinación explosiva. Desde que entré a secundaria había sido mi tutor, y yo
me había fascinado por su carisma al instante.
En la mesa de alumnos, él acababa de ser elegido presidente
cuando decidí declararle mis sentimientos. Los sentimientos que tenía guardados
desde hacía casi 2 años… él iba en 1º de preparatoria y yo en 3º de secundaria.
Sin embargo…
“Lo siento, Shim. No puedo corresponderte. Agradezco tu admiración,
pero… mejor no te respondo ahora. Es complicado, máxime que soy tu tutor”.
Había sentido una gran herida en mi corazón con eso. Había comprado
incluso unos chocolates con afrodisíaco por si me daba el sí, para
disfrutarlos. Que ingenuo…me los comí casi todos yo solo y termine enredado en
mis sábanas, empapado en sudor, semen y lágrimas.
Pero no iba a rendirme. Al contrario. No había sido del todo
un rechazo, ¿no? Dijo: mejor no te respondo ahora. Ahora. En un futuro…quién
sabe…
Me postulé al año siguiente para ser parte también de la
mesa de alumnos y quedé como tesorero. Al año siguiente, estando ambos en 3º de
secundaria y de preparatoria respectivamente, pasé a ser secretario del presidente. Secretario
de Jung sumbae. Mi sumbae.
Empezamos a compartir más tiempo juntos y pronto surgieron
más temas comunes de conversación. Supe que el padre de sumbae era abogado, y
que su gran sueño era seguir sus pasos. También comártí sus enojos y soporté sus iras destructoras y golpeadoras. no me importaba.
-Hoy nos iremos temprano, Shim. ¿No te importa?
-¿Uhm? Creo que no. ¿Por qué, sumbae?
-Ah, es que mañana es el examen de admisión para la
universidad de abogacía y necesito repasar.
Yunho sumbae, siempre tan decidido. Y tan egoísta a veces.
***
Me maté estudiando toda la semana. Estaba agotado. Tutorías a
los de secundaria además de las clases normales. Más los asuntos de la mesa de
alumnos… por suerte Shim Changmin me ayudaba, pero… era demasiado.
No podía rendirme. Un Jung jamás se rinde, decía mi padre, y
lo dijo también mi abuelito.
Abrí mis libros de leyes y me puse a repasar hasta quedarme
dormido contra sus hojas. Apenas y llegué al examen y le puse todo mi empeño. Mi
sueño…casi podía acariciarlo en las yemas de mis dedos…defendiendo a los
inocentes con elegante elocuencia en la corte…
***
A la semana siguiente de su examen, sumbae estaba furioso
con la vida.
-Shim…
Un aura negra lo rodeaba, con su celular en la mano,
apretándolo con furia.
-¿Sumbae?
-Quiero… ¡partir una espalda! – exclamó, golpeando el
teléfono con su muslo y luego lanzándolo por los aires. Tragué saliva.
-¿Por qué, sumbae?
-¡Matare a todos los que no reconocen mi talento!
-¡Cálmate, sumbae! – traté de contenerlo sujetando sus
muñecas.
-Shim…
-No es necesario que mate a nadie…
-¿No? No me aceptaron en esa universidad…
-Ya. Entonces déjeme matarlos a mi.
Sonrió. Conseguí su sonrisa.
-No tiene caso, Shim. Hay otras universidades, ¿no? – intentó
calmarse.
Sin embargo, lo sentí tenso el resto de la tarde.
-Sumbae, ¿le gustaría beber un poco? Así se relajará y
olvidará lo de… la universidad.
Terminó de acomodar unos papeles y me miró.
-Bueno… ¿por qué no? ¿En tu casa?
***
Shim Changmin me invitó a beber a su casa. Aunque lo había
disimulado, aún estaba devastado por el rechazo de la Universidad. A pesar de
que lo veía de la mejor manera, como me había enseñado mi padre, no podía
evitar sentirme mal.
En casa deShim, bebí cerveza hasta sonrojarme. Y aún me
sentía mal.
-Oye, Shim…ve por más. ¿sí?
Changmin me miró con desdén.
-Creo que ya bebiste mucho, sumbae…
Quizás era cierto. Pero yo aún quería beber. Y tenía hambre.
-¡Anda, ve por más, no seas malo! ¡O te partiré la espalda! –
sin darme cuenta lo amenacé. Changmin retrocedió y finalmente salió a buscar
más cerveza.
-¡No tardes!
Mientras volvía me entretuve viendo el techo. Frente a mis
ojos pasaron las imágenes de la Universidad, de mis diplomas, de mis sueños…y
también mis pesadillas…el rechazo, la traición de algunos maestros, de Jung
sumbae…de esa universidad…
Me levanté y decidí que era mejor tratar de olvidarlo con
más alcohol. Pero Shim aún no volvía, así que emprendí el registro de todo el
lugar hasta que dí con una cajita de chocolates abierta, arrumbada al fondo de
un cajón, debajo de unos libros y un paquete de condones. Ni siquiera me cruzó
por la cabeza lo extraño del lugar para guardarlos, simplemente me senté en el
suelo y empecé a comerlos. Sabían bien, y me hacían sentir tan relajado…
***
-Sumbae, estoy de vuelta…¡Sumbae!
Lo encontré en el suelo de mi habitación, comiendo con toda
calma y deleite unos chocolates. Y no cualesquiera. Los restantes que había
pensado usar con él si aceptaba mis sentimientos…aigo…
-Sumbae, ya no comas – le espeté.
-¿Eh?
Volteó a verme, serio, sentándose firmemente.
-¿Por qué?
Traté de disimular.
-Porque te vas a empachar…¿no te sientes ya algo…mal?
-¿Mal? No…a decir verdad me siento…muy bien, muy relajado –
sonrió como si estuviera en un viaje de ésos. Suspiré.
Menos mal, el efecto de los chocolates habría caducado
seguro.
-Entonces, será mejor dormirnos ya, ¿no cree?
Me acerqué a apagar la luz y en eso Yunho sumbae me arrebató
la bolsa de las compras con tal violencia que caí al suelo debajo de él. Lo miré
a los ojos. Tan cerca…tan cálido…
-Aún quiero beber un poco más…-dijo, arrastrando un poco la
lengua y quebrando el encanto.
Abrió una lata más de cerveza y la bebió como si fuera agua.
Suspiré y a oscuras recogí la bolsa y acomodé todo para poder dormirnos.
-Ya es suficiente, sumbae…buenas noches – le dije,
acostándome y cerrando los ojos.
Sumbae me miró, terminó la cerveza y se recostó en el futón
que le había prestado, en el suelo, a mi lado. Pronto nos quedamos dormidos…
***
Tenía…tanta sed… Changmin estaba durmiendo…no había opción.
Me senté y estaba por levantarme cuando…
No, tigre, ¿qué haces despierto? Maldita sea… bueno, de
todos modos no sería mala idea mojarme la cara en el baño…
Me intenté levantar pero mis piernas no respondieron. Caí
con un golpe fuerte. Eso despertó a Changmin.
-¿Sumbae?
-E-estoy bien…sólo…quiero ir al baño… -respondí, nervioso.
No sería nada grato que descubriera mi estado…
Me enderecé tanto como pude e intenté gatear hacia el baño,
pero mis piernas seguían sin responderme.
-Sumbae, ¿de verdad te encuentras bien? – Changmin se
levantó.
-De verdad estoy bien, Shim…
-Déjame ayudarte…
-Sólo es ir al baño, - tocó mi hombro, - ¡puedo ir solo al
baño, Shim!
Lo miré a los ojos y desivé la mirada después. Estaba aún
algo ebrio…no debí gritarle así por esto…
Resopló.
-No quiero que vomites en mi cama, sumbae, aún estás muy
ebrio. Vamos, te ayudaré – me sujetó por debajo de los brazos y jaló,
levantándome lentamente, - vamos…apóyate en mí…
Pero yo era peso muerto, mis piernas no hacían nada por
sostenerme y finalmente la gravedad hizo su trabajo, derribándonos con mi peso.
Caí sobre él en su cama.
-¡Sumbae! ¿Qué te sucede? Vamos, levántate.
-Lo intento, pero mis piernas no responden…
-Es sólo una ilusión alcohólica, Jung sumbae. Vamos,
esfuérzate y párate – me reprendió Shim e intentó empujarme para incorporarse,
colando su pierna entre las mías y…accidentalmente…
-Ahhh…
-¡¿Sumbae?!
***
Había gemido. Jung Sumbae había gemido en mi oído…
entonces…lo que sentía en mi pierna era…
Vaya, así que mis chocolates de verdad tenían afrodisíaco.
-N-no me mires así, Shim. Ayúdame a levantarme y a llegar al
baño…pronto.
-Sumbae, estás erguido…
-¡Calla y llévame al baño! Yo puedo controlarlo…¿Shim?
No podía desaprovecharlo…
-Shim…no me digas que tú…
Ah, sumbae, estás tan…vulnerable …
-¿Me drogaste, cierto?
-No, sumbae, yo…
Alzó su puño para golpearme y lo intentó pero su cuerpo no
cedió y cayó recargándose en la pared.
-Ya me lo pagarás….
Sumbae, tan indefenso…
-Me lo vas a pagar…ya lo verás…
Fruncí el ceño. ¿Me estaba culpando por todo esto?
-Oye, fuiste tú quien se embutió mis chocolates con tus
propias manos…
-¡Ya lo sé! ¡Debiste prevenirme!
-¿Por qué crees que los tenía escondidos en ese cajón,
sumbae?
Ja, touché...
-Es tu culpa por registrar sin permiso mi casa, Jung sumbae.
-Es más tu culpa por tenerlos…- se detuvo y desvió la
mirada. Murmuró algo.
-Sumbae…quizás deberías desabrocharte…
-Lo sé…deja de mirarme…
Con torpeza intentó desabrocharse el pantalón. Era evidente
que tampoco los dedos de las manos le respondían.
Era el momento. Mi momento.
-¿Shim…?
Su voz, temblorosa por los nervios y la vulnerabilidad.
Desabroché su pantalón del todo y aunque sus manos intentaron inútilmente
impedirlo, colé mi mano bajo su ropa.
-Oye…S-shim…no…deten…teee…
-Sumbae, no podrás hacerlo solo en ese estado…y si no te
vienes pronto, te dolerá toda la noche…déjame…
-Gaahhh….
Moví mi mano diestramente por su extensión, masajeándola
suavemente y recorriéndola de arriba abajo. Se aferró a mis brazos, gimiendo
sin control alguno.
-Sólo te estoy ayudando, Sumbae…si prefieres…piensa que soy alguien
más…y que es sólo un sueño…
Escucharlo así…me estaba excitando también…hasta que…
***
¿Me vine? ¿Tan pronto? Pero…aún no se me bajaba…
-Estúpida droga… - murmuré.
-Sumbae…aún no es suficiente…
Jadeando volteé a verlo mientras se quitaba la camisa. Me
apaniqué más.
-¡Espera! ¡Shim! ¡¿Qué pretendes?!
Luego se inclinó frente a mi…y…su boca….
-Ahhh…para…no…no es necesario…se me pasará….en la noche…
-Nom…miratem…no pasará…tan fácil…nnmmmm…
-¡Aahhh! ¡Detente por piedad, Shim Changmin!
No parecía escucharme. Reuniendo toda mi energía logré
empujarle la cabeza.
-¡Detente, dije!
-Sólo te estoy ayudando, sumbae…
Tragué saliva.
-Si quieres ayudarme nada más…no hagas cosas innecesarias…
¿eh?
Esa mirada. Me hizo estremecer… sus ojos penetraron con
fuerza en los míos. En mi alma. Me sonrojé.
-No son innecesarias – susurró cerca de mi oreja,
desabrochándome la camisa, - y ya que es inevitable, ¿por qué no lo disfrutas?
-¿D-disfru-tarlo? ¿Cómo podría disfrutar algo así? Algo
tan…anti-natural…
En eso apretó uno de mis pezones con sus dedos. Gemí con
fuerza, un gemido que pareció escapar del centro de mi ser.
-Eso…no es enteramente cierto, ¿o sí, sumbae?
Y de nuevo, su otra mano sujetó mi miembro con fuerza.
Masajeándolo al mismo tiempo que apretaba y jalaba de mis pezones que ya
estaban bastante duros. Su lengua…lamió el lóbulo de mi oreja, haciéndome
estremecer. Y yo…no estaba aún ni cerca de relajarme, por el contrario estaba
cada vez más y más prendido. Bajó sus labios por mi cuello y bajó sus manos por
mi costado hasta mi pantalón, bajándolo también. En ese momento me resistí.
-¡No! -¡Para! – traté de empujarlo, patearlo, algo. No
conseguí nada. Changmin me sujetó por los hombros y me giró, recostándome de
panza sobre su cama. Mordí mis labios y apreté las sábanas con mis manos.
-Para…por favor Shim…¡aaahh!
***
Masajeé su base mientras introducía lentamente mis dedos,
uno a uno, en su entrada. La droga lo tenía bastante cálido incluso ahí, y a pesar
de lo estrecho no me fue tan difícil dilatarlo poco a poco.
-Para…eso…no es…no…maldito pervertido…deja de tocarme
ahí…aahh…
Sumbae no se cayaba. No dejaba de quejarse.
-Vamos, relájate…empezará a gustarte…sólo…necesito…
Se arqueó cuando lo encontré. Todo su ser se expandió y
gimió con fuerza. Más de sorpresa que de placer, eso seguro.
-Aquí…
***
Imposible…yo no…
-¿Se siente bien aquí, cierto, Jung sumbae? – me susurró
cálidamente. Tragué saliva y desvié la mirada.
-Imposible…yo no…no puede ser que yo…que se sienta tan…
-Todos lo tenemos, sumbae…
-Ahhh…
No podía reprimir mis gemidos. Ese punto me estaba llevando
a la locura al ser presionado constantemente por sus intrusos dedos.
-Sumbae…
Besó mi cuello de nuevo y me perdí…sucumbí…
***
-Sumbae…
Quería poseerlo. Por completo. Hasta adentro…
Me desabroché, bajé mis pantalones y doblé sus piernas,
acomodándome, listo para continuar. Tembló.
-No…
Sumbae…
Se lo metí, lento pero firme y profundo. Ahogó un quejido
mezclado con un gemido. No me detuve. No podría detenerme aunque quisiera,
ahora que había llegado tan lejos. Lo embestí, tomando un buen ritmo. Adentro,
afuera, profundo hasta tocar su punto más sensible y volviendo a salir.
-Duele…sácalo…duele…
Quizás estaba mal…pero a la vez se sentía tan bien…y aunque
lo pensara, no podría detenerme…
-Sumbae….sumbae…
Me miró con excitados y llorosos ojos. No pude más. Me
incliné y lo besé de lleno en la boca. Yunho Sumbae… ojalá no llegara jamás la
mañana, para poder seguir haciéndote…
No. Para seguir cogiendo contigo una eternidad.
……………..
…………………
……………………….
Amaneció. Había sido maravilloso. Aunque… la resaca sería
tremenda.
Y no únicamente la del alcohol…
-Shim…Changmin…
-¿Sumbae? ¿Se siente mejor…?
-No…puedo levantarme…
-¿Acaso..la droga sigue haciéndole efecto?
Negó.
-Gracias a ti, no creo que sea por la droga…
Aigo…
-Pero si yo lo preparé bien…
Se puso rojo de vergüenza y de coraje.
-¡Sin vergüenza!
-¡También es tu culpa, sumbae!
-¿Eh?
-Sabías muy bien mis sentimientos…y aún así… bajaste tu
guardia, como anoche.. ¿cómo esperaba que lo resistiera si se me puso en
bandeja de plata?
Miró a otro lado, molesto.
-Yo…confiaba en ti. ¡Pero sólo eres igual a los demás!
Eso me sorprendió.
-¿Los demás?
No respondió.
-¿Sumbae?
-Vete.
-¿Eh? Pero…es mi habitación…
-¡Que te vayas! – recuperado de la borrachera y de la droga,
me golpeó con fuerza, derribándome.
-Entiendo… - respondí, levantándome y sobándome. Terminé de
vestirme y fui hacia la puerta, - por favor, váyase ya que yo no esté en casa…
- dije y salí.
Pasee por las calles, comí ramen en una tienda y compré
otras cosas antes de volver.
Me sorprendió encontrarlo aún ahí. Ya aseado y todo pero
seguía ahí, no se había ido. Y habían pasado casi tres horas, no era como si no
le hubiera dado tiempo. Estaba sentado en mi sala, viendo la televisión
apagada.
-¿Jung Sumbae?
-Creo…que te debo una explicación… tú fuiste sincero con tus
sentimientos, es cierto, y yo no. ¿Me escucharías?
Por toda respuesta me senté a su lado en el sillón de la
sala. Apretando sus manos, Jung Yunho empezó a contarme.
-Hace unos años…yo tenía un sumbae, como tú me tienes a mi
ahora. Yo lo respetaba mucho, era el compañero más inteligente y más popular de
mi generación. Sin embargo…una tarde que nos quedamos a solas limpiando, él…Jung
JiHoon sumbae me…
Lo entendí en ese momento.
-Sumbae, yo…
Rió de pronto. Fue impredecible.
-¿Quién lo diría? Tú también me ukeaste, igual que él…y eso
que yo soy el sumbae ahora…
Sonreí un poco, conmovido por su pequeño humor.
-Lo siento, Yunho sumbae…no tenía idea…
-Ya…no importa. Pasó y no podemos hacer nada por cambiarlo.
Asentí. Se hizo un extraño silencio. Jung JiHoon…me sonaba…
y le tenía bastante coraje... Me levanté.
-¿Shim?
-Ahora vuelvo…ya se me ocurrió como arreglarlo, será un
crimen perfecto – respondí, caminando hacia la puerta. Yunho sumbae me detuvo.
-No hagas una tontería…
-Sumbae, no puedo perdonarlo y no sólo por lastimarte…
-¿Uhm?
Lo jalé y lo abracé.
-¡Lo odio porque fuiste suyo antes que mío!
***
Shim Changmin donsaeng… ¿estaba celoso ahora? A pesar de lo
impetuoso que era, sus sentimientos eran sinceros. Violentos, pero sinceros.
-¿Por qué te molesta tanto eso? Sólo porque alguien más me
lo…metió…
-¡Es obvio, sumbae! Es porque me gustas y lo sabes.
Tragué saliva.
-¿Aún? ¿Aunque…sea mayor y…hombre?
-Creo que ya te demostré que tu género no me importa…Yunho.
Se acercó a mí, a punto de besarme de nuevo. Tuve miedo y lo
aparté.
-¿Sumbae?
-No…no quiero que se repita lo de JiHoon sumbae…
***
Tenía miedo. No podía prometerle que no le haría daño jamás,
pero…sí que no sería intencional.
-Jung Yunho sumbae…hyung…
Volteó hacia otro lado, y luego me dio la espalda.
-Será mejor que me vaya – dijo y se marchó. Así. Sin más.
Eso…fue todo para mí…
***
El fin de semana siguiente fue un infierno para mi. Me dolía
el cuerpo, y aún me dolía el orgullo. Ya no tanto por el rechazo universitario,
ni me había acordado de eso. Sino por lo de Changmin. Había escarbado sin
querer en mis recuerdos y había presionado con fuerza una herida que no había
terminado de sanar. Sin embargo…no era su culpa. Lo que hubiese hecho JiHoon
sumbae en su momento no era culpa de Changmin donsaeng.
Teníamos que aclarar muchas cosas. Teníamos que hablar. Con más
calma y las cabezas frías. Las cuatro.
El lunes esperé a verlo en la tutoría pero no llegó. Esperé verlo
en la junta de la mesa de alumnos y tampoco apareció. Quizás estaba enfermo…
Al día siguiente ausencia de nuevo. Decidí llamarlo.
“Será transferido a buzón de voz…”
Eso era muy extraño…
Dos días después de eso, ya que había pasado casi una semana
de su ausencia, decidí buscarlo en su casa. Nada tampoco. A todo esto, ¿y sus
padres? Pregunté a unos vecinos y sólo me supieron decir que los señores Shim
viajaban mucho. Qué poco sabía de mi fiel secretario Changmin…
Seguí llamándolo y buscándolo y él seguía sin aparecer. Y nadie
me sabía decir qué le había ocurrido. Me desesperé.
-¡¿Qué mierdas me importa?! – grité golpeando el escritorio
un mes después de nuestro…encuentro, y de que no apareciera por ningún lado y
nadie supiera de él.
-Después de todo, yo no quería verlo más, ¿no? – pregunté. Luego
me di cuenta que estaba sólo.
Maldición.
Y este tipo de monólogos empezaron a ocurrime tan seguido…
-Pásame el borrador…oh, demonios…. ¿Dónde esta la copia?
Ah..es verdad…Maldito seas, Shim Changmin, ¿dónde estás?
De nuevo me vi camino a su apartamento. ¿Con qué sentido, si
había ido miles de veces ya sólo para comprobar que no estaba? ¿Era acaso un
idiota? ¿Me había vuelto loco? ¿Debía llamar a la policía?
Nadie. De nuevo. Vacío.
¿Por qué? ¿Por qué me hiciste esto? Era obvio que yo estaría
enojado contigo, por todo lo que me hiciste…pero, ¿tú?
Sentí las gotas frías de lluvia sobre mis hombros y las
gotas cálidas de dispersas lágrimas en mis mejillas. Sin quererlo, lo echaba de
menos. Me había enojado, pero…jamás había pensado cortar la relación del todo
con él. Realmente no lo había deseado.
Cuando me declaró sus sentimientos hacía años, yo no había
podido responderle porque… lo de mi propio sumbae estaba aún resiente. Yo no
quería relacionarme con nadie, menos con otro chico. Y después….mi violación…
drogado quizás, pero… ¿realmente no podía defenderme? ¿O no quise? Él soportó todos mis berrinches, mis maltratos…y
mi rechazo, miles de veces lo rechacé. No sólo esa vez, otras veces en que se
me había acercado… tal vez….yo tenía parte de la culpa…
Entonces…
-¡Ya es hora de que vuelvas a casa y te disculpes! – le grité
a su puerta. Esta sensación de pérdida…era insoportable…
……
………….
…………………
………………………..
No tenía caso… ningún sentido siquiera….pasarme por su
calle, frente a su casa…
Vacía. Sin respuesta. Sin disculpa. Sin oportunidad. Sin posibilidad
ni nada. Días, meses.
-¿Una luz?
Finalmente…
Corrí hasta su puerta al ver la luz encendida y entré.
Ahí estaba…
-¿Sumbae?
Una ola de sentimientos diferentes me azotó al ver su
alargada figura, tangible, visible. Presente.
Y lo primero que hice… fue golpearlo en la mejilla con
fuerza.
-¡¿Sumbae?!
Luego lo abracé con todas mis fuerzas.
-¿Sumbae?
-¿Dónde…mierda…estabas?
***
¿Dónde estaba? Era evidente. No quería verlo, y sabía que él
no querría verme… ¿Por qué me lo preguntaba así?
-Fui a mi ciudad natal una temporada…
-¿Y por qué no le avisaste ni a tus vecinos?
-Sumbae…¿les preguntó por mi? ¿Por qué?
-Te estaba buscando, babo.
-¿Buscándome? ¿Por qué?
-¿Cómo que por qué? ¡Para estar en contacto contigo!
Lo aparté.
-Jung sumbae, yo quería romper lazos contigo… me fui porque
quería evitar volver a verte…porque no quiero hacerte más daño…y porque ya no
lo soporto – miré el suelo.
-No seas chantajista, Shim Changmin.
-¿Eh?
Voltee a verlo. Me miraba con los brazos cruzados, regañón.
-Estuve buscándote a diario, de hecho hoy es la tercera vez
que vengo a tu casa a ver si de casualidad estabas. ¿Te sorprende? Me has
estado chantajeando todo este tiempo.
-Sumbae, ¿mi ausencia te pareció un chantaje?
Retrocedió.
-¿Y si así fuera? – me miró fijamente a los ojos y me
encaró, - ¿sabes lo preocupado que estaba? Creo que mis ojos ya te buscan demasiado,
incluso más que a mis hermanos, y a todo mundo le he preguntado demasiado ya
sobre ti, por si saben dónde estás…
Yunho… ¿tanto había pensado en mi? De alguna extraña manera,
mi ausencia…¿había funcionado?
Lo abracé.
-¿Shim? ¿Qué te pasa?
- ¿No te das cuenta de la confesión que acabas de hacer,
Yunho sumbae? Dímelo por favor…¿cómo te sientes realmente sobre mí? ¿No puedes
darme una respuesta porque me odias…o por que no quieres decírmelo?
Esperé respuesta. Lo aparté un poco y lo miré a los ojos.
-Lo siento. Siento haberte preocupado… pero…entiéndeme a mi
también, al menos por un segundo…
-También lo siento.
-¿Ah?
-Yo…no debí rechazarte así…ni golpearte…
-Sumbae…
Lo empujé contra la pared y besé de lleno su boca. Luchó por
apartarme hasta que lo consiguió.
-¡Yah! ¿Qué crees que haces?
Sonreí burlón y pegué mis labios a su cuello.
-¿Qué? ¿Lo que dijiste no me da permiso para esto?
-¡Por supuesto que no!
-¿Querías que no me fuera, no?
-¡Eso es disntinto!
-No para mí…
-¡Shim…uhmm…!
-Entonces…¿por qué no pones verdadera resistencia? Si no…te
volveré a tomar, aquí mismo…sumbae…
-Para… esto…no es amor…
-Sí lo es…mi amor es así…ahora quédate quieto…
-¡Gaaah!
-Sumbae, déjame hacértelo de nuevo. Esta vez, sin drogas. Si
no te gusta, no lo volveré a hacer pero…dejaré la escuela.
-¡¿Ves cómo sí es chantaje?!
Sonreí.
-Es porque necesitas una excusa para coger con la persona
que te gusta, sumbae. No pasa nada, me gusta ser cruel…
Lo besé de nuevo y desabroché su pantalón. Dimos temblorosos
pasos hasta mi cama y volví a acariciar su costado.
-Vaya…a pesar de tus quejas, se está endureciendo como debe…
-¿Si vas a hacérmelo así, podrías hacerlo en silencio?
-Sumbae… perdón…
Lamí su oreja y volví a repetir la operación de masturbarlo
mientras jugueteaba con sus pezones. Hasta ahora, eso me había funcionado muy
bien.
***
Se lo estaba permitiendo. Que jugara conmigo. Con JiHoon sumbae
se había sentido tan terrible, tan dolorso y tan…mal…
La primera vez con Changmin se había sentido…tan equivocado,
pero…
Esta vez…
-Sumbae, me gustas…y me gusta lo estúpido que puedes ser a
veces…
Su voz…
Sus manos…su lengua…
Mi voz gemía por instinto y mi boca correspondía a la suya,
dócil. Mi miembro se erguía poco a poco bajo su toque…
-Sexy…
-¿Eh? ¿Qué tanto me miras, Changmin?
-Nada, Yunho sumbae. Sólo estoy feliz.
-Changmin….ahhh…
-Vamos, sumbae…
Nuestras voces sin querer habían bajado aun tono tan…íntimo…y
yo…
-Gahaaahhh…
-Vamos…sumbae….abrázame…así…
…se lo estaba permitiendo de nuevo…de nuevo lo dejaba
poseerme…
-Haahh….haaaaahhh….
-Yunho….
…con él se sentía tan…maravilloso…con él…era especial…
Y besarnos…
-Sumbae…
***
Sumbae…
Me gustas.
FIN
Ah, al fin publico algo largo...aigo, este si me eche un 95% en una noche xox...asi es cuando uno se inspira -w- asi que mas vale les guste o.ó araso?
ResponderEliminarAwwwwwwwwww
ResponderEliminara mi me gustó la historia
soy muy poco de leer este couple,pero si eres tú, si
y me gusta más la parte en que dice
" sumbae, me gustas"
Genial genial ♥
Aigo! ~
ResponderEliminarValio la pena leerlo en 2 dias >.< lo siento hago tarea u.u pero aun asi es genial el fico bueno a mi en lo especial lo ame xD
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar._. gracias...
ResponderEliminarQue maravillosa amee, fue una adaptación del anime este mm ah se me olvido pero juro que amaría un anime de HoMin n.n
ResponderEliminarsaludos...