De Verdad Me Gustas Cap. 3: El collar de corazón

***
-Al parecer S3 ha tenido bastante actividad desde que lo abandonaron en ese departamento.
-Y no sólo eso, hyungnim Kim, sino que ha sufrido severos daños en su pie izquierdo y en su cabeza. Lo más grave es la cabeza.
-Entonces tendrás que ir a repararlo, aunque en un principio el plan haya sido abandonar ese muñeco defectuoso en casa de quien fuera…
-No comprendo.
-Es simple. Si ya está funcionando e incluso está dañado es porque el dueño lo ha estado usando bastante. Aunque este defectuoso quizás sea útil para los nuevos prototipos. Ve.
-Sí, hyungnim Kim.

****
-¿Seungri?
Seungri se había quedado helado en su sitio tras un zumbido de sus circuitos. Junsu lo tocó con un dedo en su pecho. El chico robot se tambaleó como un muñeco, oscilando todo su cuerpo hacia atrás.
-¡Seungri!

El androide estuvo a punto de caer al suelo de espaldas, como un peso muerto. Junsu reaccionó por inercia y sujetó su brazo de metal, jalándolo y dejando caer la maqueta, haciendo que Seungri se balanceara como un péndulo y chocara contra él por segunda vez. Y otra vez sus labios se tocaron. Junsu lo apartó de sí pero siguió sosteniéndolo. Seguía inerte y ése molesto zumbido aún se escuchaba.
-¿Qué te sucede ahora, robot?

De pronto una camioneta negra llegó al estacionamiento frente a ellos. Junsu zarandeaba a Seungri sujetándolo con sus brazos, mientras un chico alto descendió de la camioneta y se acercó hasta ellos. Sin decirle nada sujetó a Seungri y lo apartó de Junsu.

-¿Quién eres? – le espetó Junsu.
-No se preocupe, vengo de la H.C.
-¿De dónde? ¡Suelte a mi amigo!
-De la H.C. La compañía que fabrica estos androides amantes.
-Ah…ya entiendo.
-¿Su amigo, dijo? ¿Acaso S3 es suyo?
-Pues…sí.
El chico alto de traje negro sostuvo a Seungri con un brazo y se bajó los lentes, negros también, mirando a Junsu seriamente.

-Usted es hombre.
-Eso ya lo sé.
-¿Y por qué activó a S3? Disculpe si soy muy indiscreto, quizás usted sea...-se aclaró la garganta-…homo…
-¡Para nada! Ése androide cayó sobre mi cuando abrí la caja y nuestros labios se tocaron por accidente.
El chico de negro sólo lo miró. “Vaya, S3 incluso había estado mal envuelto”, pensó.
-Ya veo… ¿y cómo es que se dañó así? ¿Qué le hizo, señor…?
-Kim. Soy Kim Junsu.
-Kim. A mí puede llamarme señor Jung. Jung Yunho. Dígame entonces, señor Kim, ¿qué le hizo para dañarlo así?
-No tengo ni idea, llegó caminando hasta aquí y de repente se…apagó o algo.
-Bueno…sígame.

Sin mucho esfuerzo Yunho cargó a Seungri hasta la camioneta negra y lo acomodó en la amplia cajuela. Ahí conectó un cable a la oreja de Seungri, de modo que los datos de todo el sistema operativo y de la tarjeta madre del robot pasaran a ser analizados en una mini-laptop. Junsu sólo observaba.

-Tendré que cambiarle toda la pieza de la pierna, de la rodilla para abajo. Eso me tomará una media hora, más el análisis que debo hacer a su cabeza, que también aparece dañada- Yunho levantó la vista de la pantalla hacia Junsu, - ¿No tiene algo más que hacer mientras lo arreglo?
-Pues…- Junsu reflexionó. De pronto se acordó, - ¡La clase! ¡La maqueta!
Salió corriendo, recogió la maqueta del suelo y corrió hasta su salón de clases para presentársela al profesor. Llegó justo cuando el profesor estaba a punto de salir del salón. Explicándole que vivía muy lejos y que por eso había tardado en traerla, ganó la oportunidad de mostrársela de todas formas y de aprobar con un 8.5 por entrega tardía. Era algo.


Mientras, Yunho terminó de atornillar y conectar al resto del cuerpo el repuesto de la pierna de Seungri. Ahora estaba analizando los datos del sistema operativo y la memoria del robot en su laptop.
-Al parecer no te has dañado en la memoria o en la tarjeta madre, S3. Pero… ¿qué haces al servicio de un hombre? Ya es difícil llegar al corazón de una mujer, lo que en teoría es tu deber de acuerdo a tu programación. ¿Pero llegar al corazón de otro hombre? Además no tiene ni siquiera cara de ser gay…

****
Siguieron las clases. Junsu se esforzó mucho, necesitaba mejorar calificaciones, sobre todo las de cálculo. Afortunadamente, gracias a Seungri, su tarea había tenido éxito, maravillando a su profesor. Salió a descanso y se encontró con su mejor amigo, Park Yoochun. Iban en salones diferentes, por eso a veces no coincidían en los descansos. Ésta vez sí coincidieron, por supuesto.

-¡Yoochun hyung!
-¡Junsu yah!
Se saludaron.
-¿Vamos a comer?
-Ye, muero de hambre, ¡ue kyang kyang!

Fueron a hacer fila en la cafetería. Conversaron de cosas banales como la tarea, el clima, el fútbol que a Junsu le encantaba, la música que era el don de Yoochun. Luego el chico blanco le preguntó si había alguna novedad en su vida…
-Pues saqué diez en mi tarea de cálculo.
-¿Diez? ¿Tú? ¿En cálculo?
-Sip – asintió Junsu, orgulloso.
-¿Cómo le hiciste? Pásame la receta, anda…
-Pues nada mas le pedí a…
Seungri. Se había olvidado por completo de él.
-Espérame un momento, ¿si, hyung? Olvidé que iban a traerme algo y ya deben estarme esperando allá afuera…-y sin más el más joven de ambos salió corriendo.
-¿Traerle? ¿Quién?-se preguntó Yoochun. Se encogió de hombros y siguió comiendo.

Junsu corrió y corrió hasta llegar a la camioneta negra. Se asomó a la cajuela y, como temió, Seungri seguía inactivo con la cabeza ladeada hacia un lado, sentado como un muñeco mientras el señor Jung lo examinaba en la laptop, sentado delante del auto, en los asientos.

-¿Podrá arreglarlo? –le preguntó Junsu, preocupado.
-Por supuesto. Pero aún necesito tiempo. Aproximadamente una hora, si quieres que quede perfecto.
-Está bien – sonrió Junsu, -entonces, ¿le arreglará eso de llamarme kareshi a cada rato y el acoso?
Yunho negó.
-Eso es parte de su programación, no puedo quitárselo. Tendría que destruirlo para hacerlo.
-Ah…
-De hecho, me sorprende que haya aprendido a llamarte kareshi y no kanojou –rió Yunho.
-No es divertido, señor Jung…
-Bueno, bueno…sin embargo te has preocupado por él, Kim.
-Bueno… no es que me le tenga cariño ni nada. Es sólo que gracias a él estoy aprobando cálculo por primera vez.
-Por supuesto…-Yunho no le creía del todo, - aunque tengo registrado que S3 ha estado muy feliz a tu lado.
-¿Cómo lo sabe? – Junsu parpadeó, sorprendido.

-Mira…-Yunho sacó de bajo la ropa de Seungri una cadena de la cual colgaba un dije metálico con el centro blanco, en forma de corazón, - éste es un sensor de sentimientos, por decirlo así; en su interior tiene un cable de fibra óptica, y la parte posterior se conecta directamente a la espina dorsal de S3, en la parte de la nuca – Yunho tocó la nuca de Seungri, - Lo que hace este bebé es registrar las emociones de S3, dentro de lo que cabe en un robot por supuesto.
-Wow…
-Rosa para felicidad, rojo para placer, azul para tristeza, negro para enojo, gris para confusión.
-¿Confusión?
-Claro. ¿De qué otra manera sabría yo que S3 no te comprende? Y básicamente ésos son los sentimientos que el sensor puede registrar, que en general son todos los que un humano como S3 podría tener, si fuera humano claro – rió Yunho.

-Entiendo…¿y no se le cae?
-Nop. Está perfectamente asegurado. Contamos con la mejor y más sofisticada tecnología y nos especializamos en la más increíble nanotecnología, además de que soy un experto en mecatrónica y robótica. La única forma de zafarle esto a S3 – explicó Yunho, tirando del dije, moviendo con eso a todo el androide, - es desatornillándola, y créeme, los tornillos utilizados son tan pequeños que parecen alfileres, pero tan resistentes como un tornillo de titanio, pues están hechos del mismo material.
-Ya. Pero, ¿y si se calienta o se moja? ¿No se descompone?
-No. Está preparado para cualquier situación climática. El metal con el que recubrimos el cable, que aparenta ser cualquier cadena de alguna tienda de accesorios, repele el agua a la perfección. Es una aleación de metales irrompible, cuya base es aluminio calibre .008”, que es el más fuerte, y debajo del metal tiene policarbonato. Además está recubierto de tecnología antiestática, que no deja entrar ni el polvo. Esto lo protege del agua. En cuanto a la temperatura, el sistema de auto-refrigeración de S3 funciona también para la cadena.
Junsu entendió la mitad de esta información. Yunho perdió la paciencia.

- En pocas palabras no le pasa nada con el calor ni con el agua ni se lo puedes quitar. Lo interesante es que en su registro aparecen muchas veces el color rosa, dos veces el color rojo, y más veces el color gris. El rojo es el que más me intriga…está registrado a altas horas de las noches…
-Resérvese sus pensamientos para usted solo, señor Jung. Yo no he tocado a Seungri en ningún momento, ni siquiera lo que tocaría a un amigo.
-Como digas, joven Kim –el científico regresó su mirada a la pantalla de la laptop.
-¡Es en serio!
- Por supuesto. Entonces ven por él en unas dos horas, ¿sí?
-De acuerdo – Junsu dio media vuelta y empezó a caminar.

-Por cierto…-la voz del señor Jung lo detuvo.
-¿Sí? –volteó Junsu.
-Tendrás que pagarnos 1000000 wons (10000 pesos).
-¡¿Qué?! ¿Por qué?
-Por las reparaciones a S3. No seas tacaño, bastante hicimos con dejártelo gratis.
-Pero si yo ni lo pedí, para empezar…
-Pero aún lo quieres para tus tareas, ¿no? Tendrás que pagar.
-…Ya qué… ¿cuánto tiempo tengo para pagarlo?
-A final del mes a más tardar –sonrió Yunho, volteando a ver a Junsu una vez más.
-Está bien…- Junsu se alejó y regresó al comedor, justo a tiempo para terminarse su comida poco antes de que sonara la campana para el regreso a clases.

-¿Dónde andabas? – le preguntó Yoochun.
-Eh…te dije que iría por una tarea que olvidé. Me la trajo un amigo de mi edificio…
-Ah….ay, Junsu, ¿cuándo vas a aprender a pensar en otras cosas aparte del futbol? –le revolvió el cabello, amistosamente.
-¡Hey! – Junsu le hizo lo mismo, empujando su cabeza después. Yoochun respondió dándole una patada en su butt. Rieron y siguieron caminando hacia sus respectivos salones.

Continuaron las clases. Derecho, artísticas y al final del día educación física. Junsu estaba feliz, ése día tocaba practicar fútbol, su deporte favorito. Jugó como toda una estrella, cosa que no tenía muy contento al equipo contrario.

-¡Bravo, Junsu! – gritaron sus compañeros de equipo al tercer gol del chico, abrazándolo. Iban cuatro a cero.
-¡Junsu.shi, saranghae! –gritaban las chicas.
-Que se muera…-se quejó Ji Yoong, capitán del equipo contrario, escupiendo en el suelo.
-Aún podemos ganar – le dijo Taeyang, uno de sus compañeros y miembro del grupo de “chicos malos” que Ji Yoong comandaba bajo el pseudónimo de G-dragón.
-Tranquilo, jefe –añadió Daesung, otro de los compañeros de G-dragón. Top, otro de los miembros del grupo, simplemente asintió.
-¿Qué le ven las chicas? No tiene estilo como yo…
-Pero tiene un trasero voluminoso. Es eso – dijo Daesung.
-Cállate, D-lite-lo reprendió su líder.
-Sí, D-lite, ¿por qué a veces eres tan puto? – le preguntó Taeyang.
-Mira quién habla, Solecito.
-¡Basta! Concéntrense en derrotar al enemigo – dijo de repente Top, quien hablaba poco pero con voz profunda.
-Andando entonces. Tenemos que ganar –dijo G-dragon.
-Sí, G.D- asintieron los otros tres.

Siguió el partido. Junsu arrasó con ellos, metiéndoles otros dos goles mientras G.D y sus compañeros apenas lograron meterle un gol al equipo del chico delfín. Terminó la clase y el día escolar. Junsu no cabía en sí mismo de felicidad. Fue a los vestidores y se metió a bañar, ignorando las miradas de odio que G.D le dirigía. El chico extravagante se tronó los nudillos mientras planeaba su venganza con sus otros tres compinches.

Cuando Junsu salió de la regadera y se terminó de secar y poner el pantalón, los otros cuatro chicos lo acorralaron. Estaban solos, Top había corrido a los demás chicos del vestidor.
-¿Qué quieren ahora, cuarteto de estúpidos?
-Molestarte, ¿qué no ves, idiota? –sonrió G.D. Top empujó a Junsu contra la pared mientras Daesung buscaba el celular en la mochila de la estrella de fútbol y lo arrojaba lejos.
-¡Hey! ¡Eso es mío! –le gritó Junsu. Antes de que pudiera decir otra cosa Top lo golpeó con la rodilla en el estómago y pronto Taeyang se le unió a los golpes. Junsu intentó defenderse, pero a fin de cuentas eran dos contra uno. Y dos con mucha más malicia. Mientras sucedía la masacre, Daesung salió a vigilar que nadie entrara al vestidor.

En ese momento, Yoochun venía caminando por el pasillo, buscando a Junsu para pedirle un cuaderno que le había prestado, cuando vio a Daesung parado enfrente de los vestidores. Se acercó y alcanzó a oír los golpes en el interior. “¿Y ahora a quién están golpeando?” Se quedó cerca, por si quien estuviera adentro necesitara ayuda.

****
Yunho había terminado de revisar los datos de la tarjeta madre de Seungri. Estaba algo preocupado.
-¿Cómo hará para conquistar a ése chico? Creo que debimos revisar con mayor profundidad el directorio antes de dejar la caja en la primera casa que se nos ocurrió…
Escuchó un rechinido metálico y volteó hacia atrás.
-¿S3?
Seungri ya no estaba sentado en la cajuela, se había ido y no estaba ni siquiera a la vista de Yunho.

****
-¿A quién están violando ahora, D-idiota? –le preguntó Yoochun, burlón.
-Nadie que te importe, Park –respondió el otro, secamente.
-¿Qué, les da pena admitir que tienen sus pequeñas orgías en la escuela?
Daesung rió.
-En realidad estamos matando a tu amiguito el futbolista. Claro, amiguito entre comillas ya que a ti tampoco te importa mucho…
-¡Bastardos! –Yoochun arrojó su saco, que traía colgando de un brazo junto con su mochila, empujó a Daesung con fuerza lejos de la puerta y estaba a punto de entrar cuando otro chico se le adelantó, abrió la puerta y entró.

-¡Eres tan molesto, Kim! – dijo G-dragon, viendo a Junsu en el suelo, recargado contra la pared y limpiándose la sangre que escurría de sus labios, - deshacernos de ti le dará un respiro a toda la escuela. Prosigan – añadió a los otros dos.

-¡Hyung! – la voz de otro chico detuvo a Taeyang y Top. Voltearon y vieron a un chico un poco más bajo que Top pero mucho más alto que Taeyang, de cabello oscuro y tez blanca.
-¿Y éste quién es?- inquirió G.D, acercándose a él. El chico era incluso un poco más alto que él.
-Seungri…-murmuró Junsu.
Seungri lo miró y notó todas las heridas en su cuerpo. El dije de corazón se puso negro bajo la camisa. Miró a G.D.

-¿Qué le hiciste a mi hyung? Discúlpate.
-¿Yo? El que se tiene que disculpar es él –el puño de Seungri se cerró con fuerza, - No lo haré, jamás me…-Ji Yoong no pudo terminar la frase. El puño de Seungri aterrizó sobre su barbilla, derribándolo al suelo.

Taeyang y Top lo vieron caer, sorprendidos. Luego miraron al otro chico. Top, que era el de más poca paciencia, sobre todo si el agredido era G.D, se dejó ir contra Seungri. El androide detuvo su puño con su mano, torció su brazo con un ligero giro de su muñeca y lo pateó en el estómago, derribándolo también. Taeyang entró a los golpes también, y de igual manera Seungri lo inmovilizó. Junsu miraba todo desde el piso con la boca abierta, mientras Yoochun observaba desde la puerta, sus ojos a punto de saltar de sus cuencas. El chico tenía cara de bebé pero golpeaba como animal.

-¡Jefe! ¡Chicos! –Daesung entró al vestidor a ayudar a sus compañeros. Iba a arremeter contra Seungri pero una mirada de éste bastó para que cambiara de idea. El dije de corazón seguía negro.
-No perdonaré a nadie que le haga daño a mi hyung…-murmuró, su voz más ronca de lo normal por el enojo.
-¡Vámonos, vámonos! – ordenó G-dragon en cuanto se pudo levantar y salió corriendo. Los otros tres hicieron lo mismo. Seungri volteó hacia Junsu y se acercó a ayudarle a ponerse de pie.

-Increíble… ¿cómo hiciste eso?
-No fue nada, hyung. Además sólo use el 20% de mi fuerza. ¿Estás bien?
-Sí… ¿tú?
-Ahora estoy bien, porque estás a salvo, Junsu.
-Que bueno….
-¿Podemos irnos ya a casa?

Junsu asintió. Se lavó la cara y se puso la camisa y la chamarra para esconder los golpes y las manchitas de sangre de la camisa. Recogió su mochila y vio el celular roto. “Aish, ahora tendré que comprarme otro celular, aparte de la deuda con H.C”.

Seungri le ofreció su brazo y Junsu aceptó sostenerse del androide para caminar. Yoochun se alejó de la puerta y los vio marcharse hacia la salida de la escuela desde lejos, pensativo.
Después de la acostumbrada hora en el camión, llegaron a casa. Junsu nunca antes se había sentido más feliz de volver a su departamento; necesitaba un baño, curitas y su cama con urgencia. Antes de entrar los detuvo una voz.

-Kim.shi, al fin te encuentro.
-Ahjuma – la saludó Junsu, era la casera.
-Ahjuma – lo imitó Seungri.
-¿Quién es este chico?
-Soy Kim Seungri, el nov- -...
-Es mi hermano menor, ahjuma.
-¿Hermano? No se parecen mucho.
-Es algo complicado, pero es la…
-¡Qué monada! – la casera estaba ocupada pellizcando las mejillas de Seungri. El collar de corazón se puso rosa.
-…verdad –terminó Junsu, mirando a los otros dos.
-Gracias, ahjuma. Usted también es una monada – respondió Seungri, cortésmente.
-¡Mi vida! ¿Se está quedando contigo, Kim.shi?
-Si, ahjuma, pero sólo es temporal…

Seungri parpadeó, abrió mucho sus ojos y volteó a verlo, volteando primero con su cabeza y luego la mitad de su cuerpo. Estaba contrariado. El collar de corazón se puso gris, luego azul.
-Bueno, el tiempo que se quede con nosotros es bienvenido. Cualquier cosa que necesites, dímelo, Seungri.shi – respondió la casera, sonriendo, haciendo que el sensor de corazón se pusiera un poco rosa - ah, y Kim.shi, aún me debes lo de este mes.
-Sí ahjuma, mis padres aún no me depositan…
-A más tardar esta semana. Adiós. Hasta pronto, Seungri.shi.

La casera se fue. Entraron al departamento. Junsu suspiró y se sentó frente a la mesa, triste.
-¿Qué pasa, hyung?
-¿Cómo que qué pasa? Tengo que pagar la renta de este mes, un celular nuevo, y aparte los 1000000 wons de tus reparaciones. ¿De dónde voy a sacar el dinero, eh? También necesitamos comida, pagar la escuela y todos mis útiles y con lo que mis padres depositan apenas me alcanza para eso.

Seungri bajó la mirada. Su sensor de corazón se puso azul.
-Tendré que buscar un trabajo. Uno que sea a tiempo parcial, por las tardes.
El procesador de palabras de Seungri buscó la definición de “trabajo parcial”. Parpadeó, comprendiendo.

-Ni modo. Mañana iré a buscar trabajo después de la escuela.
-¿Te acompaño?
-No. Mejor quédate en la casa, ¿sí?
-Pero hyung, ¿quién te ayudará si esos cuatro chicos vuelven a molestarte?
¿Y quién me va a ayudar a pagar si tú te rompes otra vez, Seungri?, pensó Junsu.
-Estaré bien. Sé que no volverán a molestarme después de lo que hiciste hoy, ue kyang kyang.
-¿Seguro?
-Completamente.
-Al menos déjame curarte, hyung.
-Está bien.
Ya que Seungri terminó de llenar el cuerpo de Junsu de venditas, ungüentos y vendas, preparó la cena, cenaron, Junsu se fue a dormir y Seungri al sillón. Les esperaba un día largo…

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