I promise that my love... will kill you cap 2

Mi amado enemigo

A la mañana siguiente, Changmin se dirigió en compañía de JiYool a la parada de autobuses que se encontraba cerca del apartamento donde vivían. Por lo general, el chico disfrutaba asistir a la facultad de medicina en la Universidad Nacional de Seúl debido a la convivencia con sus amigos mientras se preparaba para convertirse en un excelente doctor. Sin embargo, el hecho de separarse por unas horas de quien consideraba una hermana le entristecía.



-Te deseo un buen inicio de semana dongseng- dijo JaeJoong al percibir el camión que abordaría su gentil acompañante.

-Gracias noona- expresó con una tenue sonrisa Changmin.

-¿Sucede algo malo Minnie?

-No.

-¿Seguro?

-Totalmente.

-Confío en ti.

-Bien JiYool noona dedo irme a la escuela y no te preocupes todo saldrá bien- comentó Changmin al colocar sus manos en los hombros de la muchacha.

-Eso crees- respondió JaeJoong con la mirada fija en aquellos ojos cándidos del joven que se ocultaban detrás de unas gafas.

-Lo aseguro- enfatizó Changmin a punto de subir al transporte público.



Tras esto, JaeJoong buscó una cabina telefónica alejada un poco del bullicio vehicular característico de Seúl a principios de semana pues estropearía su plan y no podría escuchar a la persona a través del auricular.



-Casa de la familia Beaumont en que le podemos servir- enunció un señor de voz apacible.

-Hola papá, ¿cómo están todos?

-Bien JaeJoong aunque tu presencia nos hace mucha falta.

-Siento mucho no haberme comunicado antes con ustedes, pero tan pronto llegue a Canadá me aguardaba una gran cantidad de trabajo.

-Te comprendo hijo. No es fácil decorar el interior de un hotel en corto tiempo.

-En especial para Junsu que se encuentra a cargo de la construcción y los cientos de empleados- señaló considerándose afortunado JaeJoong.

-Agradécele de mi parte el ramo de claveles.

-¿Ramo?

-Le pidió a una florista entregar cada tercer día este hermoso detalle durante su ausencia a JiYool.

-Su flor predilecta.

-Posterior al incidente- agregó afligido el padre de JaeJoong.

-Ojalá muera pronto ese maldito…

-¡JaeJoong!

-Me encargare de él.

-Hijo, la venganza únicamente trae desgracias.

-No me importa.

-Tranquilízate.

-Lo intento.

-Piensa en tu madre o ¿quieres verla sufrir todavía más?

-Discúlpame papá.

-Te quiero JaeJoong, pero no consentiré que manches tus manos en nombre de JiYool por un don nadie.

-Entiendo.

-Cuídate y se prudente.

-Hasta luego papá.



Al colgar, JaeJoong trató de sosegar el frenesí de emociones que se había apoderado de su cuerpo cerrando sus ojos y respirando profundamente durante unos minutos. Una vez calmado, un taxi lo condujo hasta la cafetería Autumn Scent. Cuando llegó, el dueño de un BMW X5 quedó sorprendido al verlo pues su apariencia femenina era similar a una persona que el conocía. De tal manera que se aproximó un tanto nervioso y de sus labios se desprendió el nombre <<.JiYool.>>. JaeJoong, por su parte, se detuvo de golpe ante lo inesperado del suceso. Algo en su interior le indicaba quizás el hombre a su espalda era Jung.



-Buenos días… jefe- pronunció JaeJoong con la ira contenida.

-Buenos días… señorita JiYool- contestó el apuesto joven ataviado con un elegante traje color café.

-Me gustaría hablar con usted en privado, ¿le parece?

-Por supuesto.



Entraron juntos al establecimiento dejando atónitos a cuantos se encontraban en su camino. Nadie esperó aquel día el regreso de su antigua compañera de trabajo. JaeJoong ante dicha reacción sólo hizo una ligera reverencia. Dentro de la oficina, Jung le pidió tomara asiento mientras servía el café.



-Señorita JiYool… cuanto lo siento… no fue mi intención…

-Apartémonos de lo privado- sentenció JaeJoong al recibir la taza de café.

-Quiero que seamos…

-He venido aquí con el único propósito de cumplir mi contrato laboral. Si usted me lo permite- interrumpió JaeJoong con el semblante serio.

-No tengo ninguna objeción.

-¿Le parece si comienzo a partir de mañana?

-De acuerdo.

-Fue un placer conversar con usted- acentuó JaeJoong al levantarse del sillón e ir en dirección hacia la puerta.

-Señorita JiYool…

-Diga.

-¿Podría dirigirse a mí como jefe Yunho?

-Lo pensare- finiquitó JaeJoong abrumado ante la hipocresía de su contrario.



En cuanto salió, una cuarta parte de los empleados se congregaron en la cocina para saludarlo. Los notó ansiosos por saber de él pues no dejaban de cuestionarlo con motivo de su repentina desaparición. Así que los apaciguo exponiendo la situación crítica de su madre. Un tanto alterados por la noticia aunque felices de tenerlo de vuelta reanudaron sus obligaciones. Al final, todo marchó a la perfección de acuerdo con la predicción de su dongseng.


Por otro lado, Changmin exhausto al final de las clases a consecuencia de los exámenes, las investigaciones y algunos maestros prepotentes decidió dar un paseo por el parque. Cuando encontró una banca desocupada no dudo en sentarse para relajarse pues sus pensamientos estaban hechos una maraña. Lamentablemente, la paz que necesitaba se vio turbada por una pareja de enamorados en apariencia.


-¿Cuál es la emergencia?- dijo una chica de aspecto frágil e infantil.

-Se que hemos experimentado ciertos altibajos en nuestra relación, pero te lo suplico de rodillas… cásate conmigo.

-¡Ni lo sueñes!- espetó la muchacha al tomar el pequeño pastel que le ofreció su pretendiente y se lo impactó en la cara después de marcharse.



Changmin, en su interior, sintió pena por el rechazado. No se lo merecía. Aunque pensándolo detenidamente se había librado de vivir al lado de una mujer tan maleducada. De vuelta en casa, leyó varias veces la misma página de su libro de anatomía humana debido a la impresión que le dejó la jovencita con su comportamiento. Sinceramente la detestaba.



-Minnie, la cena esta lista.



Bastaron las palabras de JiYool y en cuestión de segundos Changmin hizo a un lado el estudio para reunirse con ella en el comedor. Disfrutó de la comida acompañada con un rico postre, las galletas extra grandes con chispas de chocolate. Sin lugar a dudas, la figura de su noona le causaba una enorme alegría pues el desagradable evento que presenció con anterioridad nunca figuró en la plática.



Lejos del departamento, Yunho recibió de pie junto a la ventana de su sala la llamada de un viejo e íntimo amigo que de forma oportuna le ayudo a olvidar los dolorosos recuerdos vividos con JiYool porque el vino no lo consiguió.



-¡Hello my friend!

-Hola Yoochun, ¿Alguna novedad importante en la gran manzana?

-Nada interesante.

-Lastima.

-Pero Seúl si tiene.

-Dímela.

-El famoso compositor Park Yoochun trabajara en una compañía muy importante del medio artístico por un período indefinido.

-¡Bravo Mr. Park!

-A veces la suerte esta de mi lado y en otras no tanto.

-Me hubiese gustado verte junto a mi prima, pero en el corazón no se manda.

-Lo sé.

-Avísame tan pronto tengas en tus manos el boleto de avión.

-Esta bien.

-Descansa hermano.

-Nos vemos Mr. Lawyer.



Quien expuso que la mejor cura para el mal de amores residía en el correr del tiempo estaba equivocado. Fiel testigo era un retrato colocado en el estante de cedro donde aparecían Yunho, Yoochun, JiYool y otro hombre pues los dos primeros simulaban ser felices cuando la tristeza los consumía por dentro.


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