No Pain No Gain cap 1

Gracias

Incluso ahora, todo sigue igual…
¿O no?
Por supuesto que no, todo ha cambiado.
Ellos ya no están aquí. Y no regresarán. Han muerto y nos han dejado solos.
Lo han dejado solo a él.
Porque ahora, sólo queda él. El que salió perdiendo en todo esto, el que debe quedarse conmigo.



-JaeJoong ah- su dulce voz me sacó de mi ensimismamiento.


-¿Eh?... JunSu- intenté acercarme hacia él, pero de pronto sentí cómo todo a mi alrededor se desvanecía y antes de caer al suelo, supe inmediatamente de que se trataba, estaba teniendo un ataque.

Escuchaba la voz de JunSu, apenas, como si estuviera a miles de kilómetros, aunque con lo poco de consciencia que aún me quedaba, bien sabía que estaba a mi lado, sosteniéndome mientras intentaba marcar desesperado algún número en su teléfono celular. Ahí terminé de ser consciente de lo que pasaba, todo se volvió oscuro, pero, imaginaba lo que estaba ocurriendo; tirado en el suelo, con los ojos en blanco y con los fuertes e inesperados espasmos musculares, que más tarde producirían moretones en mi blanquecina piel.


La epilepsia era uno de los tantos efectos secundarios que tenía esta enfermedad, y se supone que no debería estar tendido en el suelo teniendo un ataque, porque no tengo uno desde cuando comencé el estricto régimen de medicamentos, hace ya varios años, entonces ¿Cómo sucedió eso?... La respuesta la sabía perfectamente; había dejado de tomar los medicamentos.
¿Para qué tomarlos? Para seguir viviendo así, sin ellos, siendo una carga para JunSu… Todo sería más fácil si yo ya no estuviera aquí.

Sé que JunSu lleva una vida normal, a diferencia mía, y él no necesita estropear su vida por mí. Él no me necesita en su vida.




°°°°°°°°°°°°°°°°°°



-JaeJoong- escuché mi nombre, pero no reconocí quién me estaba llamando.


Abrí los ojos, aunque no quería, pero la curiosidad me venció y al encontrar tan sólo un techo blanco, instintivamente volteé a la izquierda, encontrándome con una ventana que me dejaba apreciar un pequeño jardín, era colorido y contrastaba completamente con el blanco que inundaba en la habitación, sonreí sin querer, me gustaban los colores brillantes, aunque ahí fue cuando noté que alguien me observaba y recordé aquella voz por la cual me desperté.


-Disculpe, ¿Quién es usted?- pregunté al encarar a ese señor que me veía sonriente, sentado cerca mío, y del que provenía seguramente la voz de hace un rato.


-¿Ah?- aquel señor comenzó a reír de la nada, evitando mi pregunta y asustándome un poco por el hecho de ser un completo desconocido que supiese mi nombre- JaeJoong, te pareces mucho a tu madre… ¿Lo sabías no?- dijo esto mirándome a los ojos y sonriéndome una vez más, haciendo que me sintiese cómodo por primera vez, tan sólo por nombrarla.


-Sí, mi papá siempre lo decía- respondí con una gran sonrisa, recordándolo- Pero, todavía no me ha dicho quién es usted- seguí insistiendo en que me respondiese lo que le había preguntado antes.


-Claro, soy el Dr. Shim, un amigo de tus padres y…


Pero antes de que terminara de hablar la puerta se abrió, dejando entrar a JunSu, a quien en realidad no deseaba ver ahora.


-JaeJoong ah, lo siento por no entrar antes, es que me quedé dormido y y- tartamudeó el pobre y me sentí incluso peor por hacerlo preocuparse así; hasta podía verle los rastros de lágrimas en su dulce rostro aunque él tratara de ocultarlos.


-Cálmate JunSu- dijo el señor, quien lo abrazó suavemente para lograr calmarlo un poco- JunSu, ¿Te acuerdas lo que hablamos ayer?, justo se lo iba a mencionar a JaeJoong pero, creo que sería mejor si tú lo hicieras- sonrió y al mismo tiempo deshizo el leve abrazo para marcharse por la misma puerta en la que había entrado mi hermano.


Yo seguí callado y mi único fin era tratar de esquivar su mirada cansada y llorosa, no deseaba ver más la tristeza y preocupación en sus ojos, a causa mía.


-JaeJoong ah, ¿Estás enojado conmigo?- sollozó, tratando de contenerse para no soltar las lágrimas.


-Claro que no, JunSu ah, no podría… Pero tú sí deberías estarlo conmigo ¿No?- articulé con miedo esas pocas palabras, y al instante JunSu me miró fijamente, sin decir nada, pero era como si lo hubiera hecho- Lo siento JunSu ah… Yo, dejé de tomar los medicamentos.


Escuché cómo todo se convirtió en un silencio absoluto, por unos segundos, antes que JunSu perdiese su mínimo autocontrol y comenzase a llorar descontroladamente, haciéndome sentir el culpable de todo, el cual obviamente era.


-JunSu, no llores más por favor, te prometo que nunca más lo haré… Es que tan sólo pensé que tú estarías mejor sin mí- pronuncié avergonzado de cómo sonaba todo eso en voz alta.


-JaeJoong ah- siguió hablándome entrecortadamente- ¿Crees en verdad que podría ser feliz sin ti?- y esa pregunta no era necesaria responder, pero si la respuesta le haría llorar otra vez, preferiría mentirle- Umm, quiero estar junto a tí por siempre, y quiero protegerte- me sonrió por primera vez en todo el día y me alegré que esta vez, estuviese sonriendo por mí, no llorando; así que le devolví la sonrisa, con una aún más grande- Tomaré eso como un yo también te quiero JunSu, por ser el mejor y más guapo hermano de todo el universo- dijo riéndose con su usual tono contagioso, que terminó por hacerme reírme también y desear sentirme de esta forma por siempre.


-Entonces… Joongie ah, ¿Sabías que el Dr. Shim era muy amigo de nuestros padres? Y ahora que estamos solos, él nos ha ofrecido ser nuestro tutor legal y llevarnos a vivir con él- sonrió esperanzado de encontrar en mí algo que denotara felicidad tras haberle escuchado… Pero, yo sólo deseaba estar los cuatro juntos y nadie más, aunque nunca haya pasado demasiado tiempo junto a ellos, incluyendo a JunSu; aun así deseaba volver a verlos y no me agradaba mucho la idea de vivir con otras personas.


-No lo sé JunSu, ¿Acaso, lo conoces bien? Y si es un…


-Eh, él no es malo, además si lo conozco, era el mejor amigo de nuestros padres e incluso es el padre de un amigo del colegio- me interrumpió y no me dejó terminar las miles de suposiciones que flotaban en mi mente.


-Sabes que confío en ti, pero… Él sabe que yo… tengo...


JunSu asintió sonriendo una vez más, agarrando mi mano para sostenerla con la suya y la sujetó, con tanta fuerza que no sabia que tenía, al menos eso parecía porque mis manos se tornaron rojas, por la presión supongo… Y me reí sin querer al darme cuenta de lo que pensaba, Presión… Acaso podía sentir eso, incluso si JunSu hubiera martillado mi mano, no hubiera sentido nada más que un leve roce - Esa risita la tomaré como un sí- intervino rápidamente como si de un reflejo se tratase, aprovechándose de mi sutil risa- Recuerda siempre JaeJoong ah… Que yo siempre estaré allí para tí- terminó susurrándome, abrazándome, haciéndome sentir seguro en ese estrecho cruce de sus brazos con los míos.
Y Sin saber bien cuáles serían las palabras adecuadas en ese momento, recordé que hay veces en que los actos son mejores y simplemente le respondí el gesto, rodeándolo, tan fuerte como pude, rogando que nunca me soltase… Porque mientras él no me suelte, y diga que todo está bien; aguantaré todo lo necesario para ver más sonrisas en él otra vez.

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