Kiss The Rain cap 5

Percibo sonidos de aves, el aire que se cuela con intensidad por la ventana de la habitación, autos pitando, es una mezcla de sonidos tan fuerte que mi cabeza da vueltas por toda la habitación, trato de centrarme, de buscar un equilibrio, pero es imposible.
En un movimiento brusco me levanto para ir corriendo al baño, donde una vez en el lavabo, descargo el resto de alcohol que queda en mi cuerpo. Me miro en el espejo, nunca me había visto tan mal, me lavo la cara y trato de recordar lo que hice la noche anterior, estoy tan confundido que no veo las cosas claramente.

Escucho que alguien abre la puerta, me giro para ver -¿Jae? – Apenas logro pronunciar en un susurro, me miras fijamente por unos segundos, pero pronto desvías tu mirada - ¿estás bien? – como un flash, imágenes se cuelan en mi mente, de pronto recuerdo todo lo que paso en la noche, un cargo de culpa aparece en mi interior – estoy bien…- hago una breve pausa –Jae…lo que paso anoche…yo…- niegas con la cabeza, te miro, tu apartas la vista de mi –no te preocupes, yo entiendo a la perfección –me sonríes, el tono de tu voz suena quebrada – no le diré a nadie lo que paso…voy a prepararte algo para que desayunes –y diciendo esto, me das la espalda y caminas en dirección a la cocina.

Termino de lavarme y algo pensativo me decido a ir a la cocina, hoy llevas puesto otro delantal, mi favorito esta en el cesto de la ropa sucia, pero ¿porqué?, Si estaba limpio, la tristeza oprime mi corazón, seguramente esa es una manera de mostrar tu enojo asía mi, ojala tuviera en mis manos el poder para regresar el tiempo, tú sigues allí parado, cocinado, dándome la espalda, mientras que yo, sigo en una discusión constante conmigo mismo.

-Yunho –escucho tu voz en un susurro llamándome, mis ojos se clavan en tu espalda, tú sigues con tus cosas -¿sí? – te pregunto con tranquilidad, con la mayor tranquilidad que me es posible mostrar, quiero que te sientas con la confianza, de decirme todo lo que sientes, no sabes cuánto lamento todo lo que paso anoche –Yunho…yo quería preguntarte algo muy importante…- te noto nervioso, yo desvió la mirada al suelo –claro, puedes preguntarme lo que sea – trato de sonar lo más alegre posible, como pretendiendo que nada pasa, tu sirves los platos, los colocas sobre la mesa, siempre ocultándome tu cara. Mi cuerpo no puede evitarlo, y por una reacción casi automática te tomo por los hombros –dímelo de una vez – tú te encojes entre mis manos, sigues sin mirarme, parece que me ocultas tus lágrimas, pero, Jae, ¿estás llorando?

-Yunho…tu…yo…después de todo esto, quiero pedirte un favor – que le des tantas vueltas al asunto comienza a preocuparme, el tono de tu voz es tan deprimente que no puedo evitar sentirme más culpable, es obvio que hice algo que no te gusto –somos amigos, sabes que puedes pedirme los favores que quieras – tus ojos me miran fijamente, están vidriosos, como si retuvieras un dolor tan grande en tu corazón, lo que sea dímelo Jae, pero dímelo de una vez, no me gusta verte de esa forma. Entonces tomas lugar en la mesa, suspiras y me por fin terminas de hablar –Quiero que tu y yo mantengamos distancia, no quiero que se preste a malas interpretaciones, es decir, Yunho…aléjate de mi – un rayo helado recorre mi espalda, mi corazón está a punto dejar de latir, mis manos caen a los costados de mi cuerpo, la fuerza me abandona, siento que lo has notado, sin embargo, es fácil para mí, mostrarme duro frente a una situación como esta, es mi única defensa – Claro eso es fácil – siento tu mirada fija en mí, como si no esperaras esa respuesta, la verdad, ahora siento que te odio tanto, que me gustaría verte sufrir, mis pensamientos de nostalgia, se transforman en un increíble odio, la expresión de mi rostro a cambiado totalmente.

-jajaja ¿no me digas que por lo que paso anoche pensaste que me gustabas? –quiero terminar con todo esto de una vez, basta de juegos tontos, si no me amas, la mejor manera de olvidarte es, destrozando tu confianza en mi –solo son tonterías, yo jamás…- por un momento dudo en terminar –yo jamás podría querer a alguien como tu…ni siquiera puedo verte como amigo… ¡ah! Seguramente anoche te debí confundir con la chica preciosa de antes, es que tienes toda la pinta de chica – escucho el caer de la silla y el resonar de un golpe se hace presente en toda la casa.

Frente a mi estas tu, con una mirada de odio, y algunas pequeñas lágrimas comienzan a emerger de tus ojos, lo sé, he sido demasiado cruel contigo, abusar de tus debilidades para herirte, es de cobardes, lo siento mucho, ya no hay nada que hacer, perdóname Jae, soy un egoísta porque esto solo lo estoy haciendo por mí.
Mi mejilla derecha comienza a arder por el golpe -¡eres un idiota Yunho! ¡Tú no sabes nada!- te detengo ambas muñecas, estas muy alterado, por alguna razón yo permanezco sereno, sin expresión en el rostro, tu casi te deshaces frente a mí, y yo, sigo sin sentir nada, es como si estuviera dormido, como si hubiera bloqueado todo sentimiento – no sé nada de ti Jae…es verdad…pero, voy a hacer lo que me pides, no me acercare a ti jamás – el forcejeo se hace menos, tu rostro se oculta en las sombras de tu cabello, muero de ganas por abrazarte, por decirte lo mucho que te amo, pero es demasiado tarde para cambiar de parecer, Yunho, tienes que admitir, que esta vez fuiste un idiota de primera.

Suelto tus muñecas, me retiro lentamente de tu cuerpo, me doy la media vuelta, tomo mi chaqueta, me pongo unos zapatos y decidido me dispongo a salir del departamento, justo mi mano alcanza la perilla de la puerta cuando – ¡Yunho! –siento como un cuerpo corre a abrazar el mío por detrás, mi corazón comienza a latir con más fuerza, pero si no salgo, no podre olvidarte jamás, no podre dejarte ser feliz con quien tú quieras, tus palabras retumban en mi cabeza, el que quieras que me aleje, por un instante todo queda en pausa, retiro tus manos de mi cintura, termino de abrir la puerta y mi cuerpo se aleja del calor del tuyo, al dar los tres pasos afuera, cierro la puerta y escucho unos sollozos, mis impulsos quieren regresar, pero mi orgullo no me lo permite, que debilidad tan grande la del hombre, el orgullo.

Y allí de rodillas, frente a una puerta sin vida, llorando amargamente por él, lo peor que pude haber dicho fue “aléjate de mi”, ¿qué pensabas? Al final solo lo deje peor, el dolor es aún más grande, porque, ahora sé, que anoche estabas conmigo porque pensaste que era ella ¿esto es lo mejor? No, un inmenso miedo se apodera de mi ser, la idea de no volver a verte, de no poder tocarte nuevamente no, no quiero Yunho, un dolor increíble oprime mi pecho -¡¡YUHNO!!- no puedo respirar, esto es demasiado dolor para mí, no quiero perderte, si tan solo hubiera sido más valiente….si tan solo, escucho voces, veo la puerta, recuerdo tu mirada fría fija en mi, veo luces, luego nada, escucho el silencio, no sé si sigo vivo, solo sé que, siento paz.

La luz se filtra por mis parpados, abro con dificultad los ojos, veo a mi alrededor, la blancura de la habitación me hace sentir perturbado, logro enderezarme y ver a una chica parada a mi lado –Hola dormilón – me sonríe, su voz es dulce, y ella es de apariencia muy jovial, llevo mis manos a la cabeza –etto…¿dónde estoy? –pregunto en tono neutral –en el hospital, parece que tuviste una fuerte impresión…casi te mueres –aunque su sonrisa me tranquiliza, pensar en que casi muero de amor me da gracia y esbozo una sonrisa –vaya, el dormilón también puede sonreír – esa chica, es tan linda que parece un sueño, apenas si logro verla con claridad, su largo cabello negro, y su ropa blanca –tu…-pronto siento una mano acallándome –no te esfuerces por hablar, soy tu médico, mi nombre es Chihaya – ella me sonríe y me extiende la mano, algo sonrojado le correspondo el saludo, un leve dolor se hace presente en mi pecho, haciendo que haga una expresión de dolor –tranquilo, es momentáneo, si tus amigos no te hubieran encontrado, no estarías vivo ahora…pero dime…-la chica camina a la ventana, el viento juega con su cabello, no puedo creer que sea real, pareciera, una fantasía mía, pensar eso me da risa, nuevamente dejo salir una sonrisa –pero veo que estas de buenas –me sonríe y se acerca a mi cama, toca mi frente para verificar que no tenga temperatura –bueno, parece que estas más estable, dime, ¿qué te paso que te dolió tanto? – me mira con curiosidad.

El dolor en mi pecho se hace presente, pero no de manera física, sino más bien, emocional –yo…perdí a la persona que más amaba –el tono de mi voz es tan triste, que yo mismo me doy pena -¿murió? –Pregunta conmovida, levanto mi mirada para verla –no – entonces ella sonríe, me pregunto ¿porqué lo hace?, ¿acaso le soy tan patético? -¿qué es lo que te resulta tan gracioso? –expreso mi molestia, ella se lleva la mano al estomago, y con la otra niega lo que acabo de preguntar –no me rio de ti, pero ¿por qué dices que la has perdido si no está muerta?, yo creo que si sigue con vida, entonces aún queda esperanza, ¿no crees? –y me sonríe nuevamente, es tan cálida, que por un momento me pierdo en ella.

En ese momento la puerta de enfrente se abre, escucho pasos y muchas voces
-¡¡Jae hyung!! – Changmin entra sonriente con un obsequio en las manos -¡quítate que no lo veo! –la voz de Junsu tras de él se hace presente, quien de un empujón a Min entra –¡¡Jae!! Nos tenías muy preocupados a todos – sus ojos con lagrimas confirman lo que me viene diciendo –amm gomen –le sonrió dulcemente –Jae que alegría que estés mejor – entra Micky por fin, extendiendo los brazos como para darme un abrazo –perdonen, no quería preocuparlos – pero sin darme cuenta, mi vista espera que entre alguien más, ellos se percatan de inmediato –Yunho…no pudo venir…tenía una cita – me responde con tono tierno Changmin, mis ojos se clavan en las sabanas -¡oh! Ya veo… ¿una cita?...- trato de mostrarme lo más indiferente posible –si, una chica muy linda, se llama mm…Cielo creo –me responde Junsu con felicidad, el dolor en mi pecho se hace presente, la doctora nota esto porque les pide a los muchachos que salgan de la habitación.

-bueno te dejaremos descansar ¿sí? – La chica está a punto de salir -¡espera! –El tono de mi voz la detiene, se gira para regalarme otra sonrisa - ¿quieres preguntarme algo? – por un momento me sonrojo, la verdad no entiendo lo que me pasa -¿cuándo podré salir de aquí? – Ella me mira con preocupación –mmm…llevas una semana internado, sí hay mejoría, podrás salir mañana en la tarde- y me sonríe.

Al principio no puedo creerlo, una semana es mucho tiempo, no puedo permanecer más en el hospital, tengo que decirle a el que lo amo, tengo que decirle que…mis pensamientos se detienen en seco, cuando parado frente a mí, estas él.

Mi rostro no puede evitar sentir emoción, sonrío, sé que estoy sonriéndote porque no sabes qué alegría me da verte –Yunho…yo…- una voz de mujer, comienza a sonar tras de él, y finalmente frente a mí, los veo a los dos.

-Jaejoong, que alegría que estés bien – sé que lo dices con sinceridad, pero, suena diferente, es decir, no lo sé, te noto diferente –Yunho estaba muy preocupado por ti –me habla la chica que lo acompaña –ah ¿sí?...bueno estoy muy bien- le sonrió –es un placer conocerte al fin, sabes que Yunni habla mucho de ti, hasta parece que son más que amigos –y sonríe, él la toma por la mano y con su mano libre rodea su cintura, mis ojos se nublan –vaya eso es sorpresa, no me siento bien…necesito descansar…- la chica me mira con preocupación –espero que te recuperes, te dejaremos descansar…- y diciendo esto, lo jala con ella.

Escondo mis cara en la almohada, era lo mejor para mi, seguir engañándome con tontos sueños, ya era suficiente –es lo mejor – y entre sollozos dejo escapar un suave -¿porqué? –

-lo siento mucho por ti… ¿ella era tu novia?- me enderezó bruscamente, no recordaba que no estaba solo -¿eh?....-caigo en cuenta que ella tal vez interpreto diferentes las cosas, mejor la dejo que siga pensando eso, sé que nadie me entendería. –Si…ella me gustaba…- digo apenado, ante la mentira – ¡oh!

Gomen…solo piensa que no están casados –y me sonríe, su positivismo me resulta muy atrayente, me pregunto ¿qué pasara ahora?

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