Kiss mark
Yoochun Salió del cubículo de la ducha, y se cubrió con el elegante albornoz que proporcionaba el hotel, y se calzó las zapatillas de baño. Atusó y peinó su húmedo cabello, perfumó algo su piel, y salió de allí, dispuesto a tomar un café solo, aunque lo terminara vomitando después.
Salió a la sala y se encontró efectivamente a Yunho bocabajo, tirado sobre el sofá blanco de la sala, el cual no estaba ya tan blanco.
Llevaba los pantalones y ropa interior arrugados por debajo de su trasero, el cual estaba expuesto, y llevaba la camiseta entera arrugada alrededor de un solo hombro.
Roncaba ruidosamente, con la cara sobre un cojín.
Ignorándole, se dirigió al minibar donde le esperaba aquella maravillosa maquina de café expresso.
Cuando acababa de llegar, escuchó otra voz.
-Por favor, haz dos.- Dijo Jaejoong también en Albornoz y secándose el pelo con una toalla. Lucía una maravillosa sonrisa de oreja a oreja y unas profundas ojeras como las de Yooochun.
Yoochun se dispuso a obedecerle sin gana ninguna.
-Qué, buena noche....?- preguntó yoochun ante la brillante sonrisa de Jae.
-Noche perfecta!- le dijo casi afónico mientras le robaba su taza de expreso. Tuvo suerte de que Yoochun no se encontrara con fuerzas y no quisiera regañarle.- igual que la tuya, supongo.- comentó Jaejoong.- Dios, se te escuchó gritar por toda la casa jajajjaa creí que el campeón era Yunho, pero le superaste, jajajajjaa
Yoochun se mantuvo en silencio, mientras él mismo se servía una taza, y al volverse de frente, Jae pudo ver las horribles marcas en su cuello y pecho y el estado de sus labios.
-Por dios, Yoochun!!- exclamó al verle, borrándosele la sonrisa de golpe.- No te estarían haciendo daño?! Pequeñas fieras!!! Pero qué demonios te hicieron??? Se lo pediste tu??? Pero si tu odias que te hagan daño…
Yoochun no quería, pero se dio cuenta que algo tenía que contestar. Y apaciguar la tremenda curiosidad de Jaejoong.
- EN el momento no dolía tanto..- murmuró mientras bebía de su taza de café.- Sólo son chupetones, Jae.
- Ahhhh, vale.
Aunque un poco sorprendido, Jaejoong decidió no meterse en los ocultos gustos sexuales de su compañero, y bebió el resto de su café en silencio, antes de percatarse del estado de Yunho, y partirse de risa.
Por supuesto, la escandalosa risa de Jae, despertó a Yunho, que cayó de espaldas sobre la alfombra del suelo.
Jaejoong y Yoochun volvieron rápidamente la vista para no vérselo todo por accidente.
-OH por favor!- exclamó Jaejoong asqueado.- Por dios Yunho, dúchate y sobretodo vístete....que estamos todos aquí.. ve a la habitación.
Yunho no sabía ni como se llamaba.
No volvimos la vista hasta que no escuchamos el sonido de la puerta del baño al cerrarse.
Escuchamos pies bajando las escaleras. Y los vimos.
Junsu y Changmin bajaban las escaleras lo cual no tenía nada de extraordinario, salvando el hecho de que Changmin le tenía cogido a su hyung por la cintura.
Junsu bajaba a unirse a nosotros al desayuno tardío sin camiseta, tan solo con unos pantalones cortos. Changmin llevaba una ceñida camiseta de tirantes y unos pantalones desmontables hasta la mitad de la pantorrilla, que le quedaban colgando de la cadera, enseñando así su ropa interior.
Intenté que mi ceja no temblara ante la visión y hundí mi nariz en la taza.
Jaejoong estalló en carcajadas.
-¿Y ese cariño matutino de los dos jovencitos, a que se debe??- Preguntaba Jae burlándose.-Ten cuidado Junsu a ver que haces con Changmin, que es mío.- Le dijo dándole un golpecito en el pecho a Junsu, lo que casi le desequilibró, si no fuera por el brazo de Changmin que le sujetaba.
-A mi no me digas nada…. Que yo me he levantado con él al lado…- se quejaba Junsu frotándose los ojos.
Cuando Jaejoong estalló en exclamaciones de sorpresa, Changmin simplemente dibujó una media sonrisa pícara y se metió tras la barra donde yo seguía con mi albornoz y preparó 3 cafés más.
-Oye niño!- se quejó Jaejoong entre risas.- A ver qué vas haciendo tú por ahí sin MI permiso!
-Bueno hyung..tu has de hacer lo que te diga Yunho-hyung…mientras tanto…yo tengo que pasar el rato no?- Contestó con la misma sonrisa en los labios sin girarse a mirarle.
-No! Tienes prohibido serme infiel!! Como osas!!?- Decía Jaejoong indignado obsequiándole con uno de sus molestos one-touch´s. Changmin le devolvió una coz que casi tira a Jaejoong del taburete en el que estaba sentado y derramó parte del café, haciendo reír a Junsu.
-¿Y tu no te sientes culpable eh?- Preguntó Jaejoong arremetiendo contra Junsu.
-Yo ni me acuerdo…- rió Junsu cogiendo la taza de café que le ofrecía Changmin.
- Yah! Junsu ah, quieres que se lo diga a tu novia?- Repitió Jaejoong siguiendo el juego.
Yo observaba en silencio bebiendo mi café. Junsu encogió los hombros y terminó de beber su sorbo de café para contestar mientras se acomodaba en el taburete.
- Bueno.. te inventarás tu la historieta…porque yo no me acuerdo de nada…- decía Junsu con desdén.
-Estos jóvenes de hoy en día…- se quejaba Jaejoong poniendo su tradicional voz de abuelo, y haciendo reír a los menores.- Donde vamos a ir a parar? Hasta tu, yYoochun que has de dar ejemplo y mira como vienes…- dijo señalando mi cuello.
Los ojos de Junsu se abrieron con profunda sorpresa al descubrir las marcas de los tremendos chupetones que asomaban por entre el cierre de mi albornoz.
- Dios santo! Jajajja así que por eso los gritos?? Jajajja pensaba que Yunho se había vuelto AUN mas escandaloso jajaja dios santo, eras tu!- se reía Junsu sin parar junto a Jae.
Changmin permanecía en silencio preparando las otras dos tazas de capuccino a mis espaldas. Ignorando la ultima parte de la conversación, cogió una taza de café y salió de la barra.
-Yunho hyung! Te he preparado un capuccino con doble de azúcar! Abreme la puerta.- dijo llamando un par de veces al baño.
-¿Habrá dejado de vomitar?- preguntó Jae con gesto capcioso.
Se escuchó que se abría la puerta del baño.
-Hyung estás bien?- preguntó Changmin.
-Si- Dijo Yunho en un volumen apenas audible. Y volvió a cerrar la puerta.
-De verdad no te duelen?- Me preguntó Junsu.
- No… eso no es lo que duele…duelen más otros lados…- le dije a Junsu sin que él tuviera la más mínima idea de lo que hablaba.-Realmente no me acuerdo de absolutamente nada.- Comenté cuando Changmin pasó de nuevo a la barra para coger su café.
-A dónde vas, Minnie?- Preguntó Jae al ver que Changmin se bebía el café de un trago! Y se iba hacia su habitación.
-A ducharme y vestirme… no os pensaréis quedar aquí otra hora mas? Yo quiero salir a comer ya, tengo hambre.- Dijo distraídamente mientras se iba camino a su habitación.
-YAh! Min, tienes que invitarme a comer, me has sido infiel esta noche!!- Le reclamaba Jae levantándose para ir detrás de él.
- YO? Infiel? Y tú a que jugabas con las noonas en la bañera Jae?? A los torpedos?- se escuchaba al menor preguntar, de fondo.
Yo ya prácticamente sorbía de la taza de porcelana, a falta del café que ya se había terminado. Pero el tener mis hinchados labios presionados contra el fino material caliente me aliviaba un poco.
-¿Seguro que todo fue bien anoche, hyung?- Me preguntó Junsu con cariño. No le podía esconder nada a este niño. Me conocía mejor que yo mismo. Tan preocupado y observador para lo que quería, y a la vez tan despistado y alocado como un completo idiota.
-Si.- forcé una tímida sonrisa.- No pasó nada malo, solo que tengo una resaca bestial…..
-eres un idiota…. Te lo podrías haber pasado igual de bien sin beber tanto o no?? Bah ni quiero escuchar todo el dinero que debisteis de perder tu y Yunho hyung en ese estúpido casino.
-Ni la mitad de lo que tu te habrás gastado en las tiendas de abajo…. Eh?? Bestia consumidora??- Le acusé.
-Ñaaah ya cállate!Masoca!- Me riño sacándome la lengua mientras subía de nuevo por las escaleras.- Luego no te daré este nuevo gorro D&G que he comprado doble por error...
-AH! Eso es justo lo que no tu problecito, maltratadito, hyung necesita para ser feliz...mira como estoy y no seas tímido....confiesa! esta es tu manera adorable de hacerme un regalo para demostrarme todo eso que me quieres...
-Bueno, calla ya! sabes de sobra que compré dos veces el mismo....como SIEMPRE y como no dejes de hacerte el listo, se lo daré a Jaehyung antes, que lo mismo hasta se lo lleva sin preguntar que siempre mete los hocicos en lo que compro buscando lo que compro repetido....- contestó Junsu terminando de subir las escaleras girando los ojos, como si no entendiera por qué asumia que se iba a equivocar cada vez.
-OyE! quien es tu hyung favorito eh?? ni se te ocurra dárselo a Jae!- me quejé soltando la taza.
-Ah, te refieres a ese que me hala de mala manera, me insulta, me incordia y me anda mangoneando todo el día?? sisi- decía Junsu ironizando.
Yo solo puse mi mejor carita de penita, descubriendo parte de mis hombros para dejar a la vista mis marcas.........
técnica mortal.
Ningún ser humano resistía mis dulces encantos...Jaehyung siempre decía que debía patentarlos. SObretodo funcionaban con Junsu, si señor.
"Un sombrero mas en mi armario"
Pensé mientras me levantaba para llenar de caliente capuchino mi taza de nuevo.
No me apetecía hacer planes. Volví a mi cuarto y tan pronto como me tumbé sobre la cama, apartando las sábanas de encima y tirándolas a un rincón, recordé las palabras de Junsu hacía unos momentos. Sólo un fragmento.
“¿Te lo habrías pasado igual de bien de otra manera?”
No lo sabía. Harto de mirar al techo, me metí en mi jacuzzi, con vistas a la ciudad. Me dejé relajar y encendí un cigarrillo, con una copa del mejor whiskey que ayer compré con las ganancias del juego a mi lado, sin tocar.
Encendí con el mando mi Ipod conectado a los altavoces, y me dispuse a pasar la tarde descansando, disfrutando de no tener trabajo en unos días. Lo cual era muy extraño desde hacía tiempo.
Pensé en mi familia y en la casa que por fin podría adquirir cuando volviera a corea. Todos estos años ahorrando para poder conseguirla. LA casa de mis sueños. MI familia viajaría conmigo desde allí, para volver a su país natal y no regresar a Usa. Y no vivir de nuevo allí jamás.
Ellos estarían allí y podrían ir a todos sus conciertos, a los programas…vería sus caras entre el publico…. Quizá les entrevistaran. Quizá su hermano se pasaría por Sm…. Aunque yo no le dejara.
Si, las cosas cambiarían a mejor al fin, en mi vida privada.
Y se me ocurrió mirar hacia su propio cuerpo, bajo el agua tibia. Casi podía deducir los movimientos de mi amante misterioso de la noche anterior por las huellas en mi cuerpo….los pequeños moretones y los rasguños.
¿Debería sentirme ultrajado?
Solo quería borrar las huellas de todos aquellos sentimientos, las marcas de todos aquellos besos incansables en mi cuerpo. No quería recordarlo. NI siquiera un instante.
Era insano, absurdo.
Recorrí con mis dedos las marcas de los labios en su piel, sumergí la mano en el agua, siguiendo el recorrido, hasta llegar a mi miembro dormido.
Comencé a acariciarme lentamente mientras aspiraba una calada del mejor tabaco, comprado en una de las lujosas tiendas del hotel.
Quizá si volvía a sentir aquello, me olvidaría de esas sensaciones grabadas en mi mente. Las marcas se irían pero…..
LA noche comenzaba a caer al otro lado de las ventanas, y mi cigarro se consumía lentamente al igual que el hielo en la copa.
Pero Yoochun ni siquiera había conseguido que su miembro se irguiera.
Esto era totalmente absurdo. Decidió que quizá fuera por ese pulsante y ardoroso dolor en la parte más oculta de su cuerpo. Tiró el cigarro ya consumido al agua del baño, y con la mano libre, bajó por su ingle, alcanzando más atrás hasta llegar a su maltratada entrada.
Si quiera acercarse allí ya molestaba. Pero lentamente, uno de sus finos dedos sin apenas uñas, intentó colarse provocando de nuevo grandes molestias.
Recostó su cabeza hacia atrás sobre la toalla enroscada que tenía tras la nuca, dejando escapar un ronco gemido indefinido.
A medida que su dígito se abría paso y acariciaba su interior, las molestias se iban atenuando un poco. Y decidió que dejándolo allí donde estaba, le resultaba mas cómodo.
Y al fin pudo relajarse.
Gimiendo de nuevo, notó que sus propias caricias ofrecían un más interesante y nuevo resultado.
Pero de alguna manera ya no era suficiente.
Las caricias irresistibles de siempre no parecían suficientes. E introdujo su propio dedo aún mas en su interior, y le sorprendió un involuntario movimiento de caderas que removió las aguas de la bañera.
Al notar su excitación aumentar, se volvió mas y más codicioso, y buscaba más de esa sensación que liberaba su placer.
Aunque la falta de práctica estaba en su contra, decidió detenerse sólo cuando se vio sacudiendo sus caderas hasta levantarlas hasta casi fuera del agua, para poder alcanzar su límite.
Pero eso no ocurrió y la frustración alcanzó a Yoochun. Esta no era la manera.
Con ese mal humor propio de la frustración sexual, Yoochun salió de un salto de la ducha, con su miembro aún erguido y corrió a buscar su maleta para vestirse.
Saldría a buscar a alguien que hiciera el trabajo por él. Y así dejaría atrás sus paranoias.
Se vistió, perfumó y olvidó intencionadamente de abrocharse los últimos botones de su camisa.
En el hotel que se hospedaban había 5 clubs de baile. Seguro en alguno de ellos encontraría lo que estaba buscando. Y así fue. En el segundo.
Cuando volvió sujeto de aquella chica de vestido amarillo, morena de piel y muy delgada, no había nadie en las suites, las luces estaban apagadas y no se escuchaba un solo ruido.
Sin molestarse en encender nada, con la concentración que le quedaba consiguió llevar a la delgada chica hasta su cama, ya limpia de nuevo y comenzó a desvestirse mientras ella abría su bolso. Para sorpresa de Yoochun la chica llevaba cantidad de juguetitos en su bolso. Entre ellos varios tipos de preservativos, y lubricantes.
Ella torpemente abrió uno de los tubos para echarse algo encima de manera poco cuidadosa. Yoochun una vez desnudo y con la misma erección de la tarde, rabiando por ser liberada, arrebató el estúpido bote de las manos de la chica, tirándolo a un rincón y alcanzó uno de los preservativos para colocárselo lo más rápidamente que pudo.
Ella esperó un poco mareada por el alcohol que ambos llevaban en las venas, a ver que hacía, hasta que él se subió sobre la cama encima de ella, levantando su vestido, arrugándolo sobre su cintura y penetrándola de una sola vez, sin siquiera quitarle la ropa interior, ayudado del lubricante que ella se había echado.
Un olor a fresa bastante molesto llegó al olfato de Yoochun cuando comenzó a moverse sobre ella.
Golpeaba contra aquella desconocida sus caderas con fuerza, sin encontrar apenas una pizca de satisfacción en ello y siendo realmente brusco como no lo había sido con nadie en su vida.
Sentía una rabia y una frustración que no podía explicarse a si mismo, y tan solo quería liberarse de esa inacabable excitación que nada conseguía aplacar.
Quizá la sujetaba de las caderas demasiado fuerte, quizá la embestía demasiado fuerte, quizá al taparle la boca para no escuchar sus estúpidos gemidos similares a los de un pato la hacía daño en la mandíbula.
Pero tan sólo quería que todo pasase. A cada momento sentía que terminaría pero el momento no llegaba.
Comenzaba a preguntarse si alguna vez podría terminar, estaba completamente enajenado de frustración, pero cuando salió de ella y se retiró el preservativo para seguir sin él y la escuchó gritar bajo su mano y patalear, se dio cuenta de que quizá estaba llegando demasiado lejos.
Anonadado ante la situación a la que había llegado….. la soltó y se apartó de ella.
La chica se puso en su lugar la ropa interior, se bajó el vestido y cogiendo su bolso sin pararse a nada más, salió a la carrera de la habitación y apenas se escuchó el portazo con el que salió de allí.
Yoochun se echó las manos a la cara en vergüenza, aún jadeando por el tremendo esfuerzo en vano. El desgaste físico fútil.
Desnudo como estaba salió al salón en busca de una botella de alcohol con la que cerrar el grifo de las lágrimas que amenazaban con salir. Vió una botella de absolut casi llena sobre una mesa y la cogió bebiendo de ella sin pararse a probarla.
Tragando simplemente, dejando que el alcohol abrasara su garganta y calentara su estómago, andó descalzo y aún desnudo hasta su cama y se tiró boca abajo sobre ella, aún con la botella a su lado.
Deseó con todas sus fuerzas perder el conocimiento allí mismo y no pensar en nada más. Se concentró hasta quedar exhausto en dejar su mente en blanco, hasta que consiguió lo que deseaba.
EL tiempo se perdió en su mente, como la espuma de mar se disuelve y se pierde en la arena. Lentamente.
Notaba como si una brisa moviera su pelo, y recorriera su cuello y su espalda lentamente, insistente…
Sólo escucho un susurro, casi un murmullo, pensó que eran voces en sus sueños….
“oohh…”
Una voz familiar y cariñosa.
“aún te duele….?”
Un olor vagamente conocido llegó a su nariz. Un tenue olor a fresa.
Un fresco alivio entre sus piernas.
“¿te molesta mucho….?”
Notaba una fina mano entre sus piernas, entraba y salía lentamente acariciando sus muslos dejando su piel suave a su paso.
Gruñó suavemente entre sueños.
“hmmm….pobrecito…”
La voz era muy cariñosa con un timbre familiar. Sonaba tan reconfortante.
Volvió a sentir esa ya conocida molestia, rápidamente aliviada por ese frescor gratificante.
No sabía si su cabeza daba vueltas por el alcohol o porque aún estaba medio dormido, pero quería volver a dormir y perder consciencia del mundo. No quería salir de ese estado en mucho, mucho tiempo.
Pero las sensaciones eran tan agradables… que no sabía si las provocaba su estado onírico.
Poco a poco, entre las gratas sensaciones y los leves murmullos fue cada vez siendo mas consciente de unos dedos que acariciaban su entrada con delicadeza.
Al entreabrir los ojos, vio un fornido brazo de piel morena frente a sus ojos, e inmediatamente los volvió a cerrar….
No, Yoochun, aquella chica no había vuelto….
De sus labios se escuchó un quejido de placer al notar besos sobre su mejilla y su mandíbula. Una cálida lengua en su oreja y su propia erección palpitando con fuerza entre sus piernas, presionando contra el colchón.
Los movimientos circulares que sentía en su interior le provocaban leve molestia y un exótico placer, que le enervaba por momentos.
Al notar de nuevo esa lengua recorriendo su espalda, no pudo reprimir los gemidos que salían de su boca.
Un dedo pulgar acariciaba la piel de su trasero en su movimiento circular que le estaba haciendo perder la razón.
Levantó sus caderas para alcanzar con su propia mano su erección, pero otra mano le detuvo. Yoochun con los ojos cerrados se quejó penosamente removiéndose sobre la cama.
Aquella fuerte mano le sujetó el brazo por detrás de la espalda, haciéndole perder un punto de apoyo, y volvió a quejarse lastimeramente cuando la otra mano abandonó sus caricias en su trasero.
Una vez así, notó que una mano resbaladiza le hacía el trabajo de masturbarse, pero a un tortuoso ritmo lento.
Yoochun gemía y gemía, con los ojos apretados sin querer abrirlos, se quejaba de placer y de anhelo sin descanso.
Y las palabras que martilleaban su mente sin descanso se oyeron con su voz.
“mmm…..aaaah….hazlo……hazlo de nuevo…..”
El movimiento sobre su pene cesó. Así como los sonidos de Yoochun, pero aún así no abrió los ojos.
Esperaba en silencio expectante, cuando notó una tremenda y cálida presión sobre su entrada, abriéndose paso libremente y estirando su carne hasta sentirla casi romperse.
Las sensaciones no tenían nada que ver con lo que recordaba la noche anterior.
Un desesperado y masculino gemido salió con trabajo de la garganta de Yoochun, escuchándose por todo el complejo de las suites.
Yoochun ya no era capaz de notar nada más a parte de aquella tirantez y ardor, hasta que sintió de nuevo como masturbaban su miembro impetuosamente. Y desde ahí todo fue cuesta arriba.
El placer se fue agolpando a toda velocidad para entrar en su cerebro, sin que fuese capaz de procesarlo todo.
Ni siquiera sus puros gritos quien sabe si entre dolor o placer a quien escuchara, le hacían justicia a sus emociones.
Cerró los puños y apretó los ojos con fuerza, concentrándose en aceptar todo ese placer que estaba a punto de hacerle explotar.
Entonces escuchó unos gemidos, algo que no recordaba de la noche anterior.
Unos gemidos suplicantes, felinos, rasgados, con un timbre sobradamente conocido.
Sin entender la razón notó su orgasmo golpear las puertas de su cuerpo en ese momento.
Ni siquiera le dio tiempo de decir en alto lo que se avecinaba.
Con un desesperado gruñido y un grito sin aire, inundó la mano que le proporcionaba placer, mientras su cuerpo se arqueaba, y escuchaba un prolongado gemido a sus espaldas. UN gemido con una voz demasiado clara, demasiado familiar, escandalosamente familiar.
Jadeando se dejó caer de bruces cobre la cama, liberando su entrada de su opresora, intentando coger aire que respirar.
Al cabo de unos instantes de silencio, llenos de suspiros y jadeos postcoitales, Yoochun fue relajando su cuerpo. Rezando porque el cansancio y el exceso de emociones le llevaran de nuevo.
Pero no se desvanecía de ningún modo y seguía escuchando esos malditos jadeos tras de él tan cerca….
“Yoochun…..”
Decía esa inconfundible voz.
Notó otro cuerpo sudoroso cubrir el suyo lentamente, y besos repartidos por su piel entre jadeos.
“Yoochun….”
“Ven….”
Seguían besándole sin descanso, acariciando y revolviendo su pelo, aún entre jadeos y respiración entrecortada.
“Bésame…..”
Esas cálidas manos le recorrían por los costados y los labios incansables le cubrían de un dulce manto.
“Escúchame….”
“Hyung……..”
Lo último sonó como una súplica…
Yoochun se tapó los oídos sin querer abrir los ojos ni moverse de allí, negándose a girarse o hablar.
“Hyung….
Suplicó de nuevo esa voz.
Intentó girarle a la fuerza y tirándo de él por los brazos lo volteó, dejándole bajo él. Yoochun mantenía los ojos cerrados.
No quería ver, no quería escuchar…..
“deja de fingir…….déjalo ya….”
Suplicaba la sensual voz una vez mas, justo sobre sus labios antes de tomarlos.
Y ahí estaba de nuevo ese sabor.
Pomelo rojo.
Ácido…..
Intenso….
Embriagador sabor a alcohol….
Uno de los brazos de Yoochun rodeó el cuello de la otra persona con fuerza para probar y succionar con su boca y su lengua hasta el último resquicio de ese prohibido sabor.
Yoochun internaba su lengua en otra boca con un ímpetu que no había conocido en toda su vida.
Siguió besando y besando aquellos finos labios hasta que se quedó sin aire, sin siquiera detenerse entonces. Notó la otra boca luchando por respirar. Consiguiendo sólo a veces escapar de los hambrientos labios de Yoochun.
“Yoochun….”
Gimió de nuevo esa voz. Ese timbre de voz que arrastraba por el fango su sueño de placer y le estaba encogiendo el corazón en un puño.
Yoochun se detuvo de golpe. E inclinó su cabeza hacia un lado aún sin abrir los ojos, notando los besos que ahora repartían por su cuello y su pecho, en los lugares en los que comenzaban a desaparecer las marcas.
“Lo siento…..Lo siento hyung…..”
Yoochun fruncía el entrecejo.
“siento estas marcas yo…”
Se disculpaba entre besos.
“Hyung…hyung mírame…
Abre los ojos hyung…por favor….”
A medida que esa voz suplicaba de aquella forma, Yoochun luchaba por moverse de allí.
“nO”
Acabó contestando.
“¿p..por qué?”
“hyung, por favor abre los ojos…..
“calla de una vez, por favor, vete............ vete!”
Gritó desesperado agitando la cabeza.
Noto entonces que unas manos apresaban sus mejillas y esos labios iban de nuevo a los suyos.
“por favor…no me hagas esto…hyung por favor mírame… abre los ojos…. Mírame….”
Suplicaba una y otra vez entre besos.
“no”
Contestó Yoochun de nuevo sujetando con fuerza esas manos para apartarlas de él.
“Pero por qué? HYung….
Se vio forzado por aquellas manos a quedar en frente, mientras renegaba, cuando al fin las lágrimas se escaparon de sus ojos aún cerrados.
“No….te lo suplico……..
Comenzó Yoochun en un hilo de voz.
“no me hagas abrir los ojos, por favor…..
La otra persona no le soltó de su agarre y Yoochun con miedo los abrió en silencio….distinguiendo formas acuosas al principio……
Para finalmente ver claramente, con una terrible punzada en el pecho, el rostro de su amante anónimo……mientras las últimas gotas de sus lágrimas caían por sus mejillas.
Un latido, otro.
Un vacío.
Yoochun cerró los ojos de nuevo, como si unas gotas de jugo de cebolla le hubieran entrado directamente a los ojos.
“¿Por qué estas haciendo esto Changmin?”
Gimió.
“¿Por qué me estás haciendo esto?”
waooooooooooooo minnnnnnn que fuerte me tiene alucinada este fic y que min sea el seme dios sige pronto de veras esta genial
ResponderEliminarwwaaaaaoooooooo!!! dios min!!!! miiiinn!!! miiiiinnn!! aaaa
ResponderEliminares ke ha estado muy wenooo el fic!! deverdad!! waaaaooo!!
que acojonante!!
ResponderEliminarasdfghjbhvgcfdsfghj
ResponderEliminarpor diosssssssss!!!!
quiero más! *O*
nunca hice mucho caso al YooMin, pero creo que ahora me encanta! *O*
besos a la autora, que su fic está geniall!!
El YooMin es taaaaaaaaaaaan sexy!!
ResponderEliminarwaaaaaaa Changminnie corazon de andullo *0* lo tuyo es mio y lo mio tuyo *0* waaa pero lok no entendiendo es pk le suplicaba por verle y pk es anonimo hya partes confusas y muy explicativas haciendo confundir pero bueno!!!
ResponderEliminarEra anonimo porque Yoochun no sabia quien era, Latin Cassiopeia. Y las partes confusas no son tan confusas.
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