Kiss The Rain cap 6

Durante dos semanas en el hospital, pueden pasar muchas cosas, seguí visitando a Chihaya, ella era como, un consuelo, sé que sonara mal, pero es la única explicación que le encuentro a mi atracción, eso y tener que soportar a la otra chica “jugueteando” con Yunho por todo el departamento, me obligan a buscar una salida fácil.

-Jae – la veo a lo lejos, agitando los brazos para saludarme, hemos tomado mucha confianza, hablamos de su trabajo, de nuestro pasatiempos, de lo que ella hace en su tiempo libre, adoro su sonrisa, aunque eso no borra el vacio que siento por Yunho.

-¿me esperaste mucho tiempo? –me sonríe, yo le doy la rosa que había comprado camino al hospital –no mucho, toma, esto es para ti – sus ojos se iluminan y me mira con ternura –muchas gracias, eres muy lindo – entonces algo en el brillo de sus ojos, me dice, que sin darme cuenta, la he enamorado, creo que estoy cometiendo el peor de los errores, ella es sólo mi amiga - ¿A dónde quieres ir hoy? – me pregunta con curiosidad, es verdad, hemos estado saliendo mucho, a muchas partes, el tiempo pasa rápido a su lado, hacemos cosas que con nadie más, por lo menos yo, con nadie hacia. – Hoy vamos a mi departamento, te cocinare algo – ella me sonríe y asiente con la cabeza –claro, iré por mis cosas – sonrío con dulzura, veo como se aleja, mi expresión se muestra triste, es decir, ¿estoy jugando con ella?, cuando la veo regresar trato de comportarme normal, tomo sus cosas para ayudarle.

Llegamos al departamento, todo parece oscuro, miro a mi alrededor, y unas luces provenientes de la sala se alcanzan a distinguir –creo que están viendo una película- le sonrió a ella -¡hay que bien! – parece que el sonido de nuestros pasos se hace presente y llama su atención.

-¡¡Jae!! ¡Por fin regresas! Muero de hambre – me hace saber Changmin, quien de inmediato se queda en shock al ver mi compañía -¿Jae?...- Junsu le tapa la boca –Hola señorita, creo que te he visto antes –le sonríe a Chihaya, ella hace un saludo, -sí, soy su médico – y sonríe con gracia, algo que contagia a los demás, Yunho permanece en silencio, siento como la mira – ven Chihaya es por aquí – al entrar a la cocina veo a la otra chica – ¿ah? Hola Cielo – ella me mira de arriba hacia abajo, lo cual es bastante incomodo –hola- y pasa de largo por mi lado, de alguna manera siento que sabe algo que yo ignoro –vaya…sí que tiene su carácter –expresa Chihaya, quien toma lugar en una silla cerca de la cocina, por lo menos no soy el único que lo ha notado –s-si – justo a mi lado está el delantal con el que Yunho solía abrazarme por detrás y expresarme lo mucho que le gustaba, justo ahora me pregunto ¿Por qué lo decía?, me da un poco de nostalgia, mi mirada se pierde en ese delantal – ¿Jae? ¿Estás bien?- al reaccionar veo a Chihaya frente a mí, tan cerca a mi cara que me pongo nervioso, no sé la razón del porque, creo que es porque invade un poco mi espacio personal, o quizás yo – perdona, me distraje con otras cosas – tomo el delantal, lo guardo en el cajón y saco uno nuevo -¿qué te gustaría comer? – Le sonrió, pretendiendo retomar el momento con ella –pues…quiero lo que a ti más te guste – me mira con un extraño brillo y una sonrisa tan encantadora, que es imposible no creer que esta coqueteándome.

Al cabo de una media hora, termino de preparar la comida, ella ha estado moviéndose a mi lado todo el tiempo, no puedo negar que es gracioso, en todo momento me ha estado preguntando por lo que hago y porqué lo hago.

La comida pasó algo rápida, ninguno de los dos se dijo nada, tampoco los muchachos se asomaron para nada a la cocina, creo que están tratando de no incomodar, pero, no deberían pensar eso, porque, ella y yo solo somos….amigos.

-Jae – escucho apenas salir de los labios de ella, casi en un susurro – creo que estuvo mal que viniera, es decir, creo que te es incomodo – me sentí un poco mal, yo solo había estado pensando en lo que me pasaba a mí, pero no me había dado cuenta que ella quizás estaba sintiéndose muy sola –no, para nada, a mi me gusta que estés aquí conmigo –le sonrió, un ligero sonrojo se hace presente en ella, ¿mi reacción?, levantar los platos y lavarlos, siento su mirada clavada en mi espalda, tan tenso se siente el ambiente que me gustaría jamás haberle dicho a Yunho que se alejara.

Ella camina en dirección a donde estoy, me sonríe y se recarga en el refrigerador, justo al lado de donde estoy lavando, su mirada juguetea en el suelo, junto con su zapato, que no deja de hacer círculos en el piso, la escucho hablar, pero no pongo atención, no porque no quiera hacerlo, es que todo esto es como un engaño, no sé en qué momento, pero giro para verla y nuestras miradas se cruzan, veo sus ojos, su rostro, y sin querer, sus labios, trago saliva, mi respiración se agita, por alguna extraña razón siento una necesidad increíble de besarla. Ella me sonríe, desvía la mirada y sigue hablando, la verdad, sigo sin entender lo que dice, estoy perdido, tan confundido que, no sé qué hacer. Una terrible desesperación oprime mi pecho, llevo mi mano a la altura de mi corazón, cierro mis ojos con fuerza.

-¿Jae, te duele algo? – escucho su voz llamándome, abro los ojos con brusquedad y la miro decidido –no te vez nada bien, voy a llevarte al hospital otra vez, no quiero que exista una recaída…- cuando me toma la mano, y antes de sentir el ligero jalón para seguirla, soy yo el que tiene más fuerza, entonces, la atraigo hacia mí, abrazándola con fuerza, siento su pecho sobre el mío, agitado, coloca sus manos sobre mis hombros y me aparta de ella –me tengo que ir – por el tono en el que lo dice, es obvio que hice algo que no debí – perdóname, no quería incomodarte – exclamo desviando mi mirada de ella –no te preocupes –y me sonríes como si nada, sé que algo le molesta pero no lo dice porque ella es, diferente, no sé cómo diferente, pero lo es.

Ella camina en dirección a la puerta de la cocina, cuando, sin previo aviso y en un movimiento rápido, el tiempo se detiene a mí alrededor. Por fin logro reaccionar, me doy cuenta que ella ah corrido en dirección contraria y lanzándose a mis brazos, ahora estamos, unidos por un suave beso.

No puedo negar sentirme raro, no sé cómo explicar esa sensación, pero no me desagrada. Ella se separa lentamente, noto que evita mirarme, creo que está muy avergonzada, prefiero no decir nada, hasta que se calmen las cosas, la tomo por los hombros, tenía pensado decirle que no se preocupara, cuando siento una mirada fría y penetrante fija en mi.

Miro por sobre ella, allí, parado frente a mí, recargado en la puerta, esta Yunho.
Unos minutos después, me despido de ella como pretendiendo que nada a pasado, ella me sonríe y se despide de mi, le he pedido que me permita acompañarla a su casa, pero se ha negado rotundamente, sé que después de esta noche, ella se sentirá muy mal, tengo ese ligero presentimiento.

Al cerrar la puerta, camino en dirección a la sala, los veo a todos dormidos, Yunho se había ido a llevar a su novia en el auto, de sólo imaginar lo que puede tardarse, me da rabia, misma que desparece, porque yo, estoy usando a una chica que no tiene la culpa de mis problemas emocionales.

He preferido no despertarlos, creo que están demasiado cómodos unos sobre otros, justo como niños pequeños, son muy graciosos, me sigo de largo y entro en la habitación, tumbándome en la cama, mirando fijamente el techo, me quedo profundamente dormido.

Escucho el abrir de una puerta, y unos pasos se dirigen hacia mí, el hundir de mi cama, me avisa que algún intruso se ha colado en mi cama, no hago mucho caso estoy tan cansado que no me molesto en decir nada, al contrario, le hago espacio en ella.

-Jae- mis ojos se abren con sorpresa, no puedo creerlo, es Yunho, evito mostrar nerviosismo, me giro para encontrarme con tu mirada – ¿Yunho? - entonces te acercas más a mí, tu frente toca la mía -¿puedo dormir aquí? – parecieras algo triste, creo que algo te ha pasado –c-claro- y diciendo esto, me giro y me acomodo nuevamente en la cama, obviamente no iba a dormir nada.

A las dos de la mañana, no recordaba que estabas en mi cama, creía que no dormiría nada, pero la verdad estaba tan cansado que me quede dormido a los cinco minutos, me giro en la otra dirección, siento tu respiración sobre la mía, mis ojos se abren despacito, veo tu rostro dormido, no cabe duda que así, luces tan indefenso, nuevamente cierro mis ojos para recuperar el sueño, pronto siento como te acercas a mí, yo evito mirarte, pretendo estar dormido, tu rodilla roza mi entrepierna, lo cual ha mandado una carga eléctrica a mi cuerpo, tus labios buscan los míos, y con un suave roce, los besas, tu mano acaricia mi mejilla, estas causando que me sonroje, no entiendo nada de esto Yunho, acaso ¿otra vez vienes ebrio?, tus labios son muy diferentes a los de Chihaya.

Te detienes por unos minutos, tu mano entra por debajo de mi pijama, acariciando mi piel, todo esto logra que mi mente se pierda, es decir, si esto continua creo que no podre controlarme, pero, se supone que estoy dormido, ¿porqué finjo que estoy dormido?, tus caricias son como una droga, la punta de tu dedo índice rosa la costura de mi pantalón, justo en donde mi erección se está haciendo evidente, no puedo evitar moverme un poco. No puedo fingir más, esto es muy difícil para mí, no puedo evitar pensar, que él, está pensando en la otra chica, con la que seguramente hace cosas mucho más fuertes que lo que hace conmigo ahora, no soy tu juguete ¿sabes?, o ¿eh caído tan bajo como para permitirle serlo?, no.

Entre suspiros y aún fingiendo dormir, me giro en dirección contraria, de esta manera evito que siga con su juego, aunque me ha costado mucho, lo he conseguido, tú haces lo mismo, ahora nuestras espaldas son las que se rozan.

Las cinco de la mañana, siento que la cama está más grande, giro en dirección a donde Yunho estaba dormido, la cama está bacía, esto me llena de nostalgia, un poco, ¿qué hubiera pasado si te hubiera permitido seguir?

Cierro mis ojos, nuevamente me vence el sueño, mañana será otro día.

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