El castaño frunció el ceño ante el edificio que se posaba ante sus ojos. Por el aspecto que tenía, parecía ser lo que quedaba de un motel después de un terremoto, inclusive parecía que el inmueble se derrumbaría en cualquier momento. “Tiene que estar bromeando… ¿Qué demonios tiene en la cabeza como para citarme en un lugar así?” Reviso de nueva cuenta la dirección anotada en aquel pedazo de papel, “No me equivoque, es aquí.” Dejo salir un largo suspiro y sin muchas ganas camino hacia la puerta del edificio. Antes de que pudiera tocar, la puerta se abrió ante él. Se adentró en el edificio para encontrase con un camino iluminado por velas colocadas cuidadosamente en el suelo en medio de una profunda oscuridad. Sin pensarlo mucho, empezó a seguirla. Escucho como la puerta se cerró a su espalda. Volteó pero no encontró a nadie que haya sido el culpable de cerrarla.
- ¿Hola? ¿hay alguien ahí?
- Por aquí joven – dio un pequeño salto al escuchar aquella grave voz. Volteó para encontrarse a un señor de edad avanzada – perdone usted que lo haya asustado.
- No me asustó – mintió.
- De todas formas estoy aquí para darle indicaciones por donde deba ir, solo sigue el camino y al final encontrara lo que está buscando.
- Gracias. – “Aunque creo que era bastante obvio” me despedí del ajushi y seguí mi camino.
Era un poco extraño pero sentía que a medida que avanzaba el lugar se hacía más oscuro. Volteó para comprobar su teoría. En efecto, las velas detrás de él se habían apagado y las que estaban en su camino iban perdiendo su luminosidad a cada paso que daba. “Ok, esto sí que esta raro”. El camino lo llevo hasta el pie de unas escaleras, dándole a entender que debía subir. La madera crujía bajo su peso al subirlas. Caminó hasta que por fin llegó al final de estas. El camino de velas lo llevo hasta una puerta al final del pasillo. Algo dudoso, tomo la manija y empezó a girarla hasta abrirla. Se adentró en la habitación y de nuevo sintió como la puerta se cerraba detrás de él.
- ¿Hola? – las luces de las velas se apagaron dejándolo momentáneamente en oscuridad, hasta que se prendió una luz rojiza en la habitación.
- Hola Changmin. Te estaba esperando. – el mencionado volteo para encontrarse a su hyung sentado en un sillón mientras bebía vino de una copa. Veía como se relamía los labios, probando el sabor de aquella bebida – delicioso… ¿Gustas una copa? – el más alto negó con la cabeza
- ¿Qué pretendes con hacerme venir aquí? Tenía cosas que hacer, ¿sabes?
- ¿Cómo qué? ¿Revolcarte con el estúpido ese?
- No sé de qué ni de cual estúpido me estás hablando…
- No te hagas el desentendido conmigo, me refiero al estúpido Minho ese. Si bien que te acecha con la mirada cada que tenemos ensayo, Aunque… ¿Sabes? – se acercó a mí, posando sus labios cerca de mi oído – no puedo culparlo…
- Ju… ¿Junsu? – sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al sentir la lengua del mayor recorrer su cuello.
- Ya no aguanto más – las manos del más bajo aventaron al más alto hacia una cama colocada al final de la habitación. Changmin cayó pesadamente sobre esta y Junsu se trepo encima de él – mira como me pones maldito jirafón.
Antes de que el castaño pudiera reprocharle algo, sus palabras fueron obligadas a callarse por los labios de Junsu que devoraban con gula los suyos. El embriagante sabor que tenía estos empezaban a volverlo loco. El maldito oxigeno que empezó a faltarles, obligo al más bajo a separarse. Después sentía como sus labios seguían un camino invisible por su cuerpo…
“¿En qué momento me había despojado de mi camisa?” Tan envuelto estaba en las sensaciones que recibía del otro que no sintió cuando este le había desabrochado la camisa y la había separado de su cuerpo.
- Junsu… basta… este… no eres tu… además… tú… – el mayor le sonreía con picardía mientras su mano se colaba entre la ropa interior del más alto para atrapar el miembro de este y empezar a masajearlo, arrancándole un gemido al que se encontraba bajo suyo
- ¿No te lo había dicho ya? Así me pones cada vez que veo tu sexy trasero realizar aquellos pasos de baile tan sugerentes o cuando escucho tus gritos en nuestras canciones, ¿Sabes? Incluso edite una canción con todos tus gritos para escucharla cada vez que tengo ganas de satisfacerme con aquel vibrador que compre.
El mayor se sorprendía cada vez más de las confesiones que le soltaba su hyung. ¿Quién diría que tras esa carita de ángel se encontraba una bestia con un inmenso apetito sexual? Se preguntaba mientras observaba como Junsu le arrancaba los pantalones junto con la ropa interior de un jalón.
- Por Dios… ¡Junsu! – se retorcía el mayor al sentir la humedad de la cavidad bucal en su miembro. Lo tomo de los cabellos para acelerar los movimientos que le regalaba en su hombría. Iba a terminar por correrse si no lo detenía pronto.
Levanto el rostro de Junsu hasta igualarlo con el suyo y de nuevo probó aquel sabor que había extrañado. Empezó a levantarse, sin romper el beso, y dicho acto acabo dejando a Junsu debajo de él. No podía negar que el nalgón también lo había estado tentado a lo prohibido desde hace tiempo, pero no había hecho nada por cumplir su pequeña fantasía que ahora se estaba haciendo realidad. Despojó al más bajo de toda prenda hasta dejarlo en las mismas condiciones que él: desnudo y ansioso.
La lengua de Changmin dibujaba la silueta de Junsu, justo como este lo había hecho anteriormente con el suyo. Le dio una lamida a la punta de su miembro antes de tragársela casi por completo. Los gemidos no se hacían esperar. Después de un rato de saborear a Junsu, el más alto tuvo antojo de otra cosa. Llevo tres de sus dedos a la boca de Junsu quien con gusto los lamia como si de una paleta se tratara, hasta dejarlas completamente húmedas.
- ¿Listo? – El mayor asintió
- Hazlo ya
Uno de los largos dedos de Changmin empezó a adentrarse en la entrada del mayor, mientras este dejaba salir un quejido de inconformidad. Un segundo dedo hacia su camino dentro de aquellas estrechas paredes, seguido por un tercer dedo. Los movía tratando de prepararlo lo mejor posible para lo que venía.
- Changmin…ya... te quiero adentro
El más alto no se hizo de rogar, ya estaba igual e inclusive más necesitado que su compañero. Retiro sus dedos y los reemplazo con su miembro, sintió como los brazos del más bajo se aferraba a su cuello mientras trataba de acostumbrarse a aquella dolorosa intrusión en su parte baja. Una vez que el dolor empezó a disiparse, movió sus caderas para darle a entender al castaño de que estaba listo. Las estocadas comenzaron lentos pero iban ganando velocidad conforme pasaba el tiempo.
- Ngn…tan estrecho…
- Minnie…más fuerte… así…sigue así…ahí…
La vista del más bajo iba nublándose a causa de la excitación que sentía, enrollo sus piernas en la cintura del más alto para darle más profundidad a las estocadas que le proporcionaba. Las manos del más alto continuaban su viaje por el cuerpo del sexy hombre que yacía gimiendo su nombre mientras este le penetraba llevándolos a ambos al éxtasis total. Junsu se mordía el labio inferior mientras jadeaba de la excitación que recibía y Changmin sentía que ya no iba a aguantar más ante tal imagen, por lo que tomo el miembro de Junsu para terminar de llevarlo al clímax. Unas estocadas más hizo que el mayor terminara por correrse dentro de él y unos cuantos movimientos más de su mano causo que el más bajo se corriera manchando su mano y parte de su pecho.
- Junsu… – el mayor fue interrumpido por el sonido de un celular. El mayor de los dos rápidamente se levantó de la cama para responder aquel aparato.
- ¿Hola? ¿Chunnie?... No, nada interesante…. En un momento llego, yo también estoy ansioso… Yo también te amo – esta ultimo lo dijo sin percatarse del dolor que sentía cierta persona que escuchaba como hablaba tan animadamente con quien mantenía una relación desde hace dos años. Cuando colgó, volvió a buscar la mirada del más alto. – me tengo que ir cariño – se acercó a él y le dio un pequeño beso en los labios – gracias por lo de hace un momento, ya nos veremos en otra ocasión – le guiño un ojo antes de salir dejando al más alto un tanto lastimado
Se paró de la cama y camino hasta un espejo de cuerpo completo. Veía las marcas que le había dejado su compañero momentos antes. “Al final… solamente esto quieres de mí. Aun así, ¿Por qué tiene que dolerme tanto? Me siento horrible…” Termino de vestirse y salió de aquella habitación, testigo de lo ocurrido entre su persona y aquel chico de cabellos cobrizos. Mientras bajaba las escaleras de la ya iluminada habitación, escucho algo de ruido proveniente de la cocina. La curiosidad pudo con su mente y su cuerpo camino hasta donde escuchaba el sonido de platos siendo colocadas una encima de otra. Pudo ver a una señora tratando de guardar dichos platos en una alacena.
- Le ayudo – el chico alto tomo de la ajuma los platos y los coloco con cuidado en aquella despensa, cerrando la puerta de esta una vez acomodados.
- Muchas gracias joven.
- No fue nada – le sonrió pero no fue tan sincero como le hubiese gustado, algo que la ajuma pudo captar
- ¿Todo bien joven? – el chico alto sin muchas ganas solamente asintió en repuesta a la pregunta de la ajuma – ¿Sabe joven? No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas. Si no estás dispuesto a luchar, no te enamores” – miro con sorpresa a la ajuma – si en verdad te gusta esta persona, tienes que hacer hasta lo imposible por el
- No puedo amarlo, él no me pertenece y es por eso que no tengo derecho sobre él.
- Para llegar a la felicidad a veces tenemos que hacer sacrificios.
- No quiero que nadie salga lastimado.
- Entonces no lo amas. Si lo amaras, si en verdad sintieras que su nombre fue grabado con fuego en tu corazón, serias capaz de vivir en el mismo infierno con tal de tenerlo como recompensa – él la miraba sin saber que decir, aquella mujer estaba en lo cierto. Si él quería a Junsu, dejaría de lado sus miedos y se arriesgaría – sé que tengo razón y veo decisión en tus ojos. Confío en que lo harás bien. Ahora tienes que despertar.
- ¿Eh?
- Despierta… despierta… maldita sea min, despierta de una jodida vez… minnie… creo que tendré que usar otro método – el chico que se encontraba dormido abrió los ojos al sentir unos labios posarse sobre los suyos. Se encontró con un sonriente Jaejoong que lo miraba un tanto divertido – Hola mi bello durmiente.
- ¡Hyung! ¿Por qué hiciste eso? – tocando sus labios - ¿No pudiste simplemente hablarme?
- Lo intenté pero no me hiciste caso, así que no tuve otra opción. Igual no me molesta el haberte despertado así – el cuerpo de Jaejoong lentamente iba colocándose encima de él y su mano acariciaba su mejilla – Diablos min, cuanto has crecido. ¿Quién diría que aquel chico inocente que besa gatitos en Hug crecería hasta convertirse en semejante dios?
- ¡Hyung! Que cosas dices… – la cercanía de su hyung empezaba a incomodarlo.
- Solo la verdad min, únicamente la verdad.
- Oye Jaejoong, ¿Ya levantaste a Changmin…? – los ojos de cierto pelinegro se abrieron con sorpresa al ver tal imagen – ¿Interrumpo algo?
- Para nada Chunnie, solo estaba observando lo guapo que se ha puesto Min – El pelinegro se acercó a la cama y se sentó a un lado a la cama y me miraba mientras se mordía el labio inferior.
- Vaya que si… y que cuerpo también… – la mano hábil del pelinegro había abierto su camisa mientras lo distrajo y ahora acariciaba junto con Jaejoong su trabajado pecho.
- ¿Qué… que… están haciendo? – ambos chicos pararon ante la pregunta de su hyung y empezaron a reírse del rostro todo enrojecido de este.
- Tranquilo min que no íbamos a violarte – decía entre risas el rubio.
- Aunque no es mala idea – mirando con picardía el cuerpo de su dongseng - ¿Qué dices Jae?
- Hagámoslo.
- ¡Hyungs! ¡Ni se les ocurra tocarme y salgan de mi habitación! – Ambos chicos seguían muriéndose de risa mientras salían de la habitación – Maldito par de locos pervertidos, por algo tenían que ser soulmates.
Aprovechando que ya estaba completamente despierto, tomo algunas prendas de su armario y se dirigió al baño. Entro como si nada y vio que este estaba siendo ocupado por alguien.
- ¿Quién anda ahí? – reconoció la voz chillona de su delfinesco amigo.
- Soy yo.
- ¿Changmin? Oye no seas malo y pásame mi toalla que deje en el perchero de la puerta. Se me olvido colocarlo en el que está a un lado de la ducha, como recién lo instalaron aun no me acostumbro – el más alto tomo dicha toalla y se la paso a su compañero – gracias min ya puedes usar el baño.
Salió junto con una cortina de vapor y algunas gotas de agua que recorrían su pecho. El castaño empezaba a sentirse acalorado y no precisamente por el vapor que aún no se desvanecía del ambiente. Así quitado de la pena empezó a vestirse delante de él y este no podía despegar los ojos del cuerpo ligeramente bronceado de su compañero mientras este poco a poco iba cubriéndose con aquellas prendas que internamente maldecía Changmin por privarlo de tal espectáculo. Al sentir la mirada de su amigo sobre él, el cobrizo volteo para notar que su compañero en efecto no se había movido y seguía ahí observándolo.
- ¿Changmin? ¿Por qué no te has empezado a desvestir? – el mencionado solo agacho la mirada al piso pero seguía sin decir nada – No me digas que te da pena conmigo. Por favor min, somos amigos, además no sería la primera vez que te veo desnudo. ¿No recuerdas aquella vez que nos duchamos juntos en el parque acuático?
Recordarlo solo hizo que se sintiera aún más caliente, aquella había sido la primera vez que veía a su hyung como fue traído al mundo. Fue desde aquella vez cuando comenzó a tener sueños eróticos de él poseyendo aquel cuerpo una y otra vez en lugares inimaginables. A veces veía como literalmente violaba aquella “inocente” criatura y otras como la de anoche, en donde el más bajo sacaba sus instintos salvajes interiores para seducir al más alto a que lo corrompiera de una y mil maneras. Él tuvo uno de los más “emocionantes” precisamente en este baño, en una situación parecida.
- ¿Te sientes bien? – el cobrizo poso su mano sobre la frente de su compañero – estas caliente, aunque eso es obvio por el calor de aquí dentro – su hyung se aproximaba más para buscar en la mirada del más alto alguna respuesta del porqué de su extraño comportamiento. El corazón del más alto empezaba a traicionarlo al acelerar sus latidos haciendo que se sintiera aún más nervioso – Di algo por favor, que me preocupas – Buscaba fuerzas para no lanzarse sobre su compañero y violarlo ahí mismo. Si no lo alejaba ahora terminaría haciéndolo.
- No me pasa nada Junsu, así que no me preguntes más y vete que me quiero bañar.
- Pero…
- ¡Que te largues! Ya pasaste mucho tiempo aquí, así que lleva tu enorme trasero a otra parte – antes de que el más bajo pudiera reclamarle algo, termino siendo empujado por Shim hasta quedar fuera del baño y este le cerró la puerta.
- ¡Idiota! Esta me las pagaras. Mira que me corres y todavía no me había terminado de vestir… – el menor se quedó apoyándose en la puerta del baño escuchando los insultos de Junsu hacia su persona hasta que escucho los pasos de este retirarse.
Se sentía mal por haber tratado a su amigo de esa manera, pero no encontraba otra forma de hacer que se fuera. “Maldito seas Junsu, ¿Qué has hecho conmigo que ya no puedo verte como antes? ¿Cómo fue que te clavaste tan profundo en mi corazón?” Suspire pesadamente al recordar tu mano frotando mi rostro en busca de la respuesta a mi extraño comportamiento contigo.
- Si solo supieras…que la respuesta…eres tú…
*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*
- ¡Ja! ¡Volví a ganar! – alzando las manos en señal de victoria ante la pantalla que parpadeaba “You won”
- Fue un golpe de suerte – se defendía el pelinegro de las burlas del chico cobrizo
- Awwww, ¿Mi ratoncito esta molestó porque no puede ganarme?
- ¿Ratoncito?
- Por “Micky”
- Te la paso solo porque eres mi sexy delfincito – tomándolo por la cintura y besando su mejilla. El más alto presente solo rodo los ojos
- Malditos cursis, al menos tomen en cuenta que hay más gente aquí.
Con esto dicho se levantó del sofá y salió a caminar hasta el balcón. Se recargo sobre el barandal, dejando salir el aire de su cuerpo en un suspiro. Buscaba distracciones para su mente en el bello paisaje captado por su visión.
- ¿Min? ¿Todo bien? – la voz del líder hizo que se diera cuenta que no estaba solo en aquel espacio. Yunho se encontraba sentado en una silla recargable. Al parecer había estado ahí un rato ya que este se retiraba unos audífonos de sus oídos y apagaba su reproductor. Hizo una seña para que el menor se sentara a un lado a lo que este accedió.
- Todo bien, solo quería tomar un poco de aire fresco – el líder asintió
- Es bueno tomarse un descanso, de esos que escasamente tenemos por nuestra apretada agenda. Aun así no puedo quejarme, Tohoshinki es mi razón de existencia. Cada canción, cada melodía, y cada baile va dedicado con cariño a todo Cassiopeia que estuvo brindándonos su amor desde el principio – el menor asintió
- El hecho de poder pararme frente a un estadio repleto de fans coreando nuestras canciones, no importa las veces que lo haga, mi corazón siempre estalla de emoción al ver nuestro hermoso océano rojo – el líder le sonrió en respuesta – pero…
- A pesar de tener una exitosa carrera, miles de fans maravillosos, compañeros que se han vuelto tu segunda familia… aun así sientes que te falta algo – el menor lo miro sorprendido, era como si su hyung hubiera leído su mente – o más bien alguien.
- ¿Alguien? – el líder asintió.
- Tú sabes, ese alguien especial con el que tendrás una relación más íntima, más allá de una amistad.
- ¿Cómo sabré cuando llegue esa persona?
- Siendo un hombre, cuando aprendas a diferenciar entre una atracción física de una sentimental – el líder revolvió sus cabellos y le dio una última sonrisa antes de irse y dejar al menor un tanto confundido.
*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*_*
El chico alto se encontraba recostado en su cama mientras observaba el techo de su recamara. Pensando una y otra vez en las palabras de su hyung que hacían eco en su cabeza. Yunho claramente le había dicho que encontraría a su persona especial en cuanto dejara de lado sus necesidades físicas y pusiera más atención en lo que su corazón le pedía. De nuevo su mente fue invadida por la imagen del chico “S” line, recordó todos aquellos sueños que había tenido con él, haciéndolo sentir aún más confundido. “¿Sera que por él no sienta más que atracción física? ¿Todo este tiempo estuve confundiendo el amor con el deseo?” Se reía de sí mismo “Aigoo… me siento tan idiota… creer que me había enamorado de mi amigo”. Ya mejor, se levantó de la cama y camino hasta la cocina, tanta confusión le había abierto el apetito.
Noto que la luz de la cocina estaba encendida, lo que era raro a esas horas. De seguro Jaejoong está buscando algún “ingrediente” para usarlo con Yunho. Y es que los muy sinvergüenzas usaban cualquier cosa que encontraban que se les resultara “interesante” probar en el cuerpo del otro. Una vez le había tocado entrar a la habitación de estos dos para despertarlos ya que estos no parecían estar dispuestos a hacerlo por sí mismos, gran error. Se había quedado traumado con la escena que vio… una caja de 10 condones vacía, restos de helado, crema batida, nueces y frutos rojos regados por el suelo. Las cortinas estaban manchadas de jarabe de chocolate y jalea de fresa. El espejo, las sabanas, la cabecera de la cama, incluso las paredes tenían rastros de semen. Desde ese día no volvió a entrar a esa habitación. “Malditos depravados, desperdiciando la comida que podría comer”. Continuo caminando hasta aquella habitación iluminada y noto la mitad de un cuerpo que no era cubierto por la puerta del refrigerador. Se acercó a la persona que se encontraba escarbando en la nevera, reconociéndolo a través de la luz que aquella maquina desprendía.
- ¿Minho? – el mencionado se golpeó la cabeza con el techo del refrigerador al ser sorprendido por quien le llamaba.
- Aish… eso dolió – decía frotándose la cabeza.
- ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo entraste aquí?
- Buscando algo para cenar – dijo mientras sacaba de la nevera un bote de helado de chocolate – además tú me diste una copia de las llaves, ¿Recuerdas? – al más alto se le había olvidado que ambos habían intercambiaron copias de las llaves de ambas casas por si algo se le ofrecía al otro.
- Ah sí, pero cambiando de tema, tú no eres del tipo que cena, mucho menos tan tarde en la noche – viendo como el más bajo caminaba hasta la mesa con el bote de helado en una mano y una cuchara gigante en la otra.
- Yoochun y tú lo hacen todo el tiempo, ¿No puedo hacerlo yo también? – se escuchaba la molestia en su voz. Enterró la cuchara en aquel bote y tomo un enorme bocado del frio alimento, pasándola por su garganta como si nada y repitiendo el procedimiento anterior varias veces ante los ojos de su confundido amigo.
- ¿A ti que mosco te pico? ¿Por qué tan molesto? ¿Paso algo con Taemin? – el más bajo dejo escapar un leve suspiro al escuchar el nombre de su novio.
- No pasa nada.
- Vamos Minho, puedes confiar en mi – Minho sabía lo insistente que podía ser su amigo, así que terminó por decirle.
- Está bien, te diré. Siento que Taemin está viendo a alguien a mis espaldas.
- ¿Por qué dices eso?
- Bueno, últimamente él ha estado actuando raro. Sale por las tardes a quien sabe dónde, a veces no llega a dormir y está siempre en el teléfono. Seré ingenuo pero no idiota. Hace un rato le reclame y se enojó. Me dijo que no tenía que estar todo el tiempo con él y que también tenía amigos con quien quería salir a divertirse. También dijo que si iba a actuar así de novio celoso-posesivo que mejor hasta aquí lo dejáramos, después de eso tomo su saco y se fue.
- Bueno, Taemin ya no es un niño y a veces hay que entender que… – se calló cuando vio los ojos del más bajo cristalizarse al recordar las palabras y la actitud rara de su novio.
El más alto no sabía qué hacer, simplemente se acercó a su amigo y lo abrazo por la espalda. Estas muestras de cariño no eran comunes por parte del “Voldemin” (como muchos le apodaban), pero quería mostrarle a su amigo que para lo que sea tenía su apoyo. El chico brillosito lo sabía pero tampoco hacia algún movimiento para apartarlo. Se quedaron un momento así hasta que Changmin sintió al más bajo suspirar de nuevo.
- Changmin, quiero beber hasta desmayarme….
- No creo que…
- Por favor minnie – mirándolo con ojos suplicantes – lo amo tanto que me duele que me haya tratado así… quiero olvidarlo aunque sea por un momento…por favor – el más alto termino cediendo cuando vio unas lágrimas escapar de los ojos del más bajo.
- Ok, vamos.
Después de ir por una chaqueta a su recamara, los dos amigos se dirigieron a un bar tranquilo en un zona no muy concurrida. Se fueron hasta una de las mesas colocadas en el rincón. Cada uno ordeno su bebida, aunque al menor no le llamaba mucho la atención la bebida, prometió acompañar a su amigo en esos momentos dolorosos por los que atravesaba. Ya más entrado en el alcohol, su amigo saco una caja de entre su saco y se la paso a su amigo.
- ¿Chocolates? – el más bajo asintió – son para que… los uses con Junsu…
- ¿Cómo que “usarlos”?
- Yo se… que el culonsito ese te gusta…y como… eres mi amigo… quiero ayudarte… – dio otro trago a su bebida.
- Solo estaba confundido, Junsu no me gusta. Me es atractivo pero no en esa forma – su amigo se rio y le negaba con el dedo.
- No…es eso…a ti… te…te gusta…a mi…no…m-me engañas…tú…tampoco…deberías…n-negar…lo que…es…obvio…
- Aigoo, ya deja de beber, mira las tonterías que dices – el más bajo seguía riéndose por los efectos del alcohol – mejor nos vamos.
- Cárgame… como princesa – sí, definitivamente su amigo estaba fuera de sí. El chico ebrio le alzaba las manos para que lo cargara.
- Estás loco si crees que lo hare – su amigo le hacía pucheros mientras entrecerraba sus enormes ojos.
- ¿Ya no me quieres? – hacia sonidos como si fingiera llorar – ahhh….nadie me quiere ¿Por qué no me quieren? – el más alto rodo los ojos. Vio cómo su amigo lentamente se recostaba en la mesa y cerraba los ojos hasta quedarse dormido. Después de todo sí iba a tener que cargarlo.
- Mierda…
Zaaaaazzz Y Yo que juraba que el encuentro fogoso era real.... sueño erótico... Ok como sea esto se pone bueno. No es común encontrar un serial MinSu couple tan interesare y con tanta calidad, así que te he de pedir que no dejes de concluirlo porque me dejas toda curiosa. Aquí alguien va a resultar lastimado. Ya desde que Chunnie es el oficial de Su y todo el rollo me da cosa. Jjajaj el Soulmate siempre de alucinados jajaja pero a Min bien que se le da seguir la corriente.
ResponderEliminarxD me gusta este fic, aunque comenzó un poco fuerte ^^. Pobre Minnie, a ver qué pasa ya que Junsu tiene de novio al frentoncito.
ResponderEliminar