KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Our World

Sus mundos eran totalmente diferentes, sus familias y amigos no entendían su relación, pero lo que sentían el uno por el otro, era más fuerte que todo lo demás. Lo que no sabían, es si esto sería suficiente para estar juntos.

El príncipe de los bárbaros

En un mundo antiguo un hombre busca levantar a su pueblo e inicia la búsqueda de un ser que le brindará todo el poder que necesita, sin saber que forma parte de un historia muchísimo más grande que su propia ambición. Shim Changmin y Kim Junsu se encontrarán de forma inesperada para formar parte de un destino dictado por la atracción entre gemas.

Insano

Junsu no podía creer que aún después de todo ese tiempo de humillaciones por parte de sus dos mejores amigos él no se hubiera vuelto completamente loco, desquiciado; en cambio se sentía renovado, en una nueva piel.

Lluvia de estrellas

¿Crees en los deseos? Yunho alzó la vista al cielo y con una lágrima oró a las estrellas para que le concedieran un deseo… desde ese momento el destino de Changmin reposó entre sus manos. El máximo inconveniente es recordar… ¿quién es Changmin?

You are everything I've been looking for

Después de una decepción amorosa, Changmin decide alejarse de la vida como la conoce, acompañado de su mejor amigo Jonghyun. Juntos descubrirán sentimientos que les cambiarán la vida para alejarlos o acercarlos más, mientras conocen a un grupo de peculiares personas en un lugar común y corriente...

Dolor

Todos tenemos algo que ocultar en nuestras vidas pero ¿Qué ganamos con eso? ¿El guardar todo ese dolor solo para nosotros, no también causa dolor a los que nos rodean?

Novio secreto

La relación de Changmin y Jaejoong era un secreto para el mundo, sus únicos testigos eran aquellos lugares donde se veían a escondidas, los testigos mudos de su amor y su pasión, de su tristeza y desesperación.

Tree House



Titulo: Tree House (La casa del árbol)
Autora: 9095jj
Traductora: Lore
Parejas: Yoochun/Junsu
Género: fluff, romance, angst(?)
Estado: Terminado
Summary: “¿Crees que le pertenece a alguien?”
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Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4

Tree House: Cap. 1

Junsu miraba fijamente el cielo, sin pensar en nada realmente, lamiendo despreocupadamente su paleta. El veía como las nubes simplemente pasaban. Junsu alzaba su mano libre, tratando de alcanzar el cielo. El quería tocar las blancas y grandes nubes que le recordaban al algodón de azúcar. Suspiró fuertemente antes de dejar caer su mano de vuelta a la tierra.

Junsu se sentía absolutamente aburrido, tanto que había llegado al punto de desear que la escuela empezara pronto. No había nada que hacer. Nunca le habían agradado los niños de su pequeño pueblo. Todos sus amigos vivían en el pueblo de al lado.

Junsu se levantó inmediatamente al escuchar el golpe de una puerta cerrándose. Vio a una interesante mujer salir del auto y caminar hacia la casa en venta que se encontraba justo en frente de su casa. Junsu se sintió muy emocionado cuando un niño abrió la puerta del asiento trasero del carro y salió de el.

Junsu se levantó rápidamente. “¡Hey!” gritó emocionado.

La mujer dio la vuelta “Hola-”

“¿Van a comprar esa casa?” gritó Junsu desde el otro lado de la calle.

La mujer no pudo hacer nada más que sonreír por las acciones de Junsu. “Eso creo” respondió. Se arrodilló para susurrar algo al oído de su hijo. “Yoochun, cariño, ¿Por qué no vas y juegas con él?, mientras yo espero a que llegue tu padre y el agente de bienes raíces”

Yoochun asintió con la cabeza vacilantemente. Miró a ambos lados de la calle antes de cruzarla, a pesar de ser una calle sin salida. Junsu se encontró con él a mitad de camino.

“Soy Junsu. ¿Cuál es tu nombre?” sonrió alegremente.

“Soy Yoochun” respondió “¿Cuántos años tienes?”

“tengo ocho” respondió Junsu.

“yo tengo nueve” dijo Yoochun repentinamente sonriendo. “¡soy más grande, así que tienes que hacer lo que yo diga!”

La sonrisa de Junsu se desvaneció.” ¡Soy más joven así que debes ser bueno conmigo!”

“estoy bromeando” rió Yoochun “¡seré bueno contigo!” prometió.

Los ojos de Yoochun se dirigieron hacia la mano de Junsu. Junsu así mismo siguió los ojos de Yoochun hasta su mano, jadeó, Junsu había olvidado de paleta.

“eso es asqueroso” Yoochun arrugó si nariz.

“te voy a tocar” Junsu pretendió alanzar a Yoochun.

Yoochun corrió rápidamente a través del jardín. Junsu reía fuertemente mientras lo perseguía.

Y así fue como Kim Junsu conoció a su mejor amigo Park Yoochun.
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No pasó mucho desde que Yoochun se mudó. Junsu y Yoochun se habían vuelto casi inseparables en solo tres semanas. Junsu se recostó en el hombro de Yoochun cambiando de mano su paleta ya que Yoochun se quejó de que se estaba derritiendo sobre él.

Yoochun mordió el resto de su propia paleta y se levantó de un salto, lanzó el palito de la paleta al piso, y repentinamente tuvo una idea.

“¡vamos a jugar al bosque!”

Junsu lo miró un poco dudoso “¿Y qué tal si hay serpientes?”

“¡no hay!” Yoochun lo prometió.

“¿Cómo lo sabes?” Junsu terminó su paleta y cruzó sus brazos sobre su pecho.

“¡Vamos! No seas un bebe”. Yoochun jaló a Junsu de la cadera.

Junsu se dejó jalar. Yoochun se detuvo a medio camino y soltando la cadera de Junsu y tomó su mano.

Yoochun sonrió “Y si hay serpientes, ¡yo te salvare de ellas!”

Junsu sonrió “¡también te salvare!”

Comenzaron a caminar en el bosque. Al principio les dio un poco de miedo. Pero ninguno de los dos lo admitió. En su lugar bromeaban entre ellos con un “¿Tienes miedo?”

“¿ves?” Yoochun miró alrededor y los arboles que los rodeaban. “No hay serpientes, ¿si?”

Junsu soltó la mano de Yoochun y se apresuró recoger un pequeño palo. Y lo sostuvo como si fuera un sable de luz de Star Wars. “Hahaha ¡voy a cortarte!”

Yoochun gruñó y se apresuró a encontrar un palito. Sonrió al encontrar un palito mucho más largo que el de Junsu “¡Humano tonto, mi espada es un millón de veces más poderosa que esa ramita!”

Junsu no pudo evitar en hacer una mueca. Tiró el palito y buscó alrededor por uno más largo que la “espada” de Yoochun. Junsu levantó un palito mucho más largo solo para verlo roto tan pronto la sostuvo como espada.

Yoochun se rió de Junsu, este por su parte se sintió avergonzado mientras que Yoochun se estaba casi cayendo de la risa. Junsu soltó un grito de guerra y corrió para robar la espada de Yoochun. Pero Yoochun se la arrebató de las manos, empujándolo accidentalmente. Junsu gritó al caer de una pequeña colina.

Los ojos de Yoochun se abrieron de par en par. Estaría en grandes problemas si Junsu se lastimaba por su culpa. Yoochun corrió rápidamente bajando la colina y se detuvo en frente de Junsu.

“¿estás bien?” puso sus manos en los hombros de Junsu. Este se quedó mirando al frente.

Yoochun sintió que las lágrimas se acumulaban en sus ojos “¡No me odies! ¡No fue mi intención! ¡Lo siento mucho!”

“¡Yoochun!” Junsu lo interrumpió y apunto al frente “Mira”

Yoochun volteó lentamente esperando ver un enorme oso grizzli listo para atacar y matarlos a los dos. Pero lo que en realidad vio hizo que su boca quedara totalmente abierta. ¡Era una casa del árbol! Parecía algo que solo se puede ver en películas.

Tenía tres largas ventanas al frente de la casa y lo que parecía un pequeño balcón en uno de los lados. Yoochun se acercó y tragó saliva mientras veía el puente que se tenía que cruzar para llegar a la casa del árbol. Se inclinó un poco para ver que tan alto estaba. Retrocedió, el puente estaba muy alto y daba miedo.

No parecía incomodar a Junsu ya que literalmente voló al cruzar el puente y entró a la casa. Azotando la puerta lleno de emoción. “!Yoochun! ¡Vamos!” gritó Junsu emocionado.

Yoochun agitó su cabeza, Junsu se volteó y corrió de regreso cruzando el puente, sujeto la mano de Yoochun fuertemente y lo jaló hacía el aterrador puente. No era tan aterrador con Junsu a su lado.

Y antes de que se diera cuenta estaba parado dentro de la casa del árbol. Estaba polvosa y sucia pero no les importaba, se sentaron en el suelo de la vacía casa del árbol después de mirar a su alrededor.

“¿Crees que le pertenece a alguien?” preguntó Junsu.

Yoochun se encogió de hombros “no creo… porque está muy sucia y no hay nada aquí”

“Entonces… ¿Significa que es nuestra casa del árbol?” Junsu sonrió.

Yoochun le sonrió en respuesta “Sip” se detuvo “¡Pero, tenemos que tener reglas!”

“¿Reglas?”

“Como… ¡Ah-¡No contarle a nuestros padres acerca de este lugar.”

Junsu frunció el ceño ligeramente. ¿Por qué no podía contarle a sus padres? El les contaba todo…

“¿Por qué no?”

“Porque tal vez traten de quitárnosla” respondió Yoochun “promete que no les dirás”

El labio de Junsu formó una “o” mientras asentía. “Y… no niñas porque son ¡insoportables!”

Yoochun alzó su dedo meñique. “lo prometo”

Junsu enredó su dedo meñique alrededor del de Yoochun. Y se sonrieron.

Y así es como todo comenzó realmente para Junsu y Yoochun
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Yoochun prácticamente tuvo que arrastrar a Junsu fuera de la casa del árbol una vez que se dio cuenta que estaba a punto de oscurecer. Yoochun balanceaba sus manos de atrás hacia adelante mientras caminaban hacia la casa de Yoochun.

“!¿Donde estaban ustedes dos?!” la señora Park exigió.

Yoochun miró a Junsu cuando se dio cuenta que estaban en problemas. Silenciosamente encontraron sus miradas y recordaron las reglas. No decirle a nadie a cerca de la casa del árbol.

“!¿Donde estaban?!” repitió.

“Estábamos jugando en el bosque…” Yoochun dijo suavemente.

La señora Park los jaló y los abrazó fuertemente “¿Saben lo preocupados que estábamos? Nunca desaparezcan de esa manera”

Los soltó y se puso de pie “Voy a llamar a la mamá de Junsu, y decirle todo, ok” ella vio a Junsu “tu padre está manejando buscándote, aun cuando trabaja todo el día”

Junsu bajó la cabeza con vergüenza “Lo siento señora Park” dijo silenciosamente.

“vayan a sentarse en el pórtico mientras llamo a los papás de Junsu”

Silenciosamente caminaron a través de la casa hasta llegar frente al pórtico. Yoochun abrió la puerta y se sentó en los escalones frontales, palmeó el lugar junto a él, Junsu tomó un lugar a su lado.

“¿Mantendremos nuestra promesa verdad?” preguntó suavemente.

Yoochun asintió “¡Sip! No le diremos a nadie”

“¿y si no nos dejan ir al bosque nunca más?” Junsu frunció el ceño.

Yoochun entrecerró los ojos “Entonces tendremos que escaparnos. No nos detendrán ¿Ok?”

Junsu sonrió y asintió “Okay”
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Junsu abrió las cortinas de la gran ventana de su sala. Saludó felizmente a Yoochun. Este por su parte le sonrió también y le devolvió el saludo, parado enfrente de la larga ventana de su propia casa. Junsu de verdad lo extrañaba. Habían estado castigados por una semana, aun que Junsu no entendía realmente el por qué.

Junsu estaba agradecido de que este era el último día de sus castigos.

La señora Kim veía asombrada como los dos se saludaban mutuamente sin parar. Habían estado haciéndolo desde el día en el que empezó su castigo. Yoochun terminaba de saludar y Junsu comenzaba a saludar, cuando Junsu terminaba, Yoochun comenzaba.

La señora Kim estaba agradecida de que su hijo tuviera tan buen amigo, incluso aun que se metieran en pequeños problemas cuando estaban juntos.

“Junsu, puedes salir y jugar con Yoochun, solo si la señora Park esta de acuerdo”

Junsu volteó sorprendido, y corrió a abrazarla “¿De verdad? ¡Muchas gracias Mamá!” Junsu la soltó y se apresuro a ponerse sus zapatos.

Yoochun se sintió triste cuando vio la ventana de Junsu, el había desaparecido de repente y Yoochun no sabía por qué. Se preguntó si acaso Junsu se había aburrido…

Vio sorprendido como Junsu corría fuera de su casa y rápidamente cruzaba la calle mirando a ambos lados de la calle. Entusiasmado llamó a la puerta.

“¿Es ese Junsu?” preguntó la señora Park, reconociendo la ruidosa manera de tocar la puerta.

Yoochun se encogió de hombros “Sip”

“espera justo aquí” dijo a Yoochun mientras este se asomaba hacia el corredor principal.

“Junsu” Se arrodilló a la altura de Junsu “Sabes que están castigados y-“

“No, señora, mi mamá dice que puedo jugar si usted está de acuerdo” Junsu sonrió alegremente.

La señora Park volteó hacia atrás viendo a Yoochun. Este le estaba dando sus más grandes y mejores ojos de cachorrito que pudo hacer. Ella suspiró y asintió con la cabeza, haciéndose a un lado para dejar a Junsu pasar. Junsu corrió rápidamente para abrazar a Yoochun.

“¡Te extrañé!” gritó Junsu, actuando como si no lo hubiera visto en años.

“¡Yo también te extrañé!” Yoochun actuaba de la misma manera.

La señora Park casi se ríe” ustedes dos…” murmuró.

Honestamente no podía creer lo cercanos que estos dos se habían vuelto tan rápido, estaba feliz de que Yoochun tuviera tan buen amigo – Yoochun a veces tenía problemas para hacer amigos.

La señora Park los miraba mientras corrían hacia la puerta trasera, sujetaban sus manos y reían durante todo el camino.

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¡Espero les haya gustado la traducción! Y sigan leyendo :)

Erase una vez en otra realidad

Título: Erase una vez en otra realidad.
Autor: Ally.
Pareja: Jaejoong/Changmin, futuro Yoochun/Junsu/Yunho (Variando, no un trío).
Género: Romance, Adulto, AU (Técnico...)
Advertencia: Muerte de un personaje (?)
Estado: En proceso.
Rating: Futuro lemon, por ende R.

Resumen:"Cuando muere el amor de su vida, Changmin se sumerge en una enorme depresión que solo unas voces extrañas pueden solucionar, ahora con esta nueva oportunidad deberá hacer aquello que nunca imaginó hacer, perder nuevamente eso que ama…"

Disclaimer: Esto no tiene relación de mando alguna con SM Entertainment ni C-JES Entertainment, es una mera invención y no alude a la realidad, los personajes no me pertenecen.
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Prólogo
Capitulo 1a
Capitulo 1b
Capitulo 2
Capitulo 3a

Erase una vez en otra realidad - Prólogo

Nunca quiso ser especial, es más la palabra en si a ratos le repugnaba y es que a cualquier persona que tuviese un padre alcohólico y adicto a la juerga, un padre que te recordaba todos los días “Lo especial” que eras por no ser su verdadero hijo, de uno u otro modo, también odiaría la palabra.

A los dieciséis años huyó de casa, con millones de sueños a punto de romper y el dolor de ser un extranjero en el propio país de residencia. Cuando era pequeño gustaba de América, Estados unidos para aquellos que no les consideraban el centro del mundo, sin embargo conforme creció en tal lugar, con serias desventajas de idioma, un fuerte cambio cultural, comida pesada y condimento, párpados inferiores de coreano y una apariencia que si bien no está pulida sigue siendo hermosa, terminas por odiarle.

Desde muy temprana edad Kim Jaejoong aprendió que las personas de ‘América’ no son muy bien aventuradas con los inmigrantes, sean estos de donde sean, aunque tenían cierta saña con los países de “abajo” y Asia, en especial cuando pasó de ser ‘el niño bonito con ojos pequeñitos’ a ‘ese chino de mierda roba novias’, frase acuñada a su persona y que cada vez se volvía más común para él.

¿Puedes ser culpado de atraer atención? Los hombres americanos no apreciaban que un asiático carita-de-niña-cabezón-piernas-flacuchas viniera a robar sus amiguitas especiales, y aunque Jaejoong insistiese que no era su intención, ciertamente era más fácil ignorarlo y culpar al oriental por sus infortunios en el amor, así fue que ninguno nunca se molestó en notar que Jaejoong estaba más interesado en los de su sexo que en las amiguitas de estos.

A los diecisiete y trabajando doble turno en una pequeña biblioteca de libros asiáticos, supo lo que era sacrificarse por un sueño, fue aquel el mismo año en que conoció a Changmin.

No tener el dinero suficiente para pagar tus estudios, especialmente aquellos que son tu vocación apesta, así comentaba Yoochun uno de sus amigos, más bien el mejor de ellos y encargado de un restaurante en el barrio ‘chino’ de la ciudad, curioso… considerando que su comida no era china, sino japonesa y él no era chino tampoco, sino coreano ¿Pero que sabían los queridos ‘gringos’ en cuanto a culinaria oriental? Jaejoong estaba totalmente de acuerdo con ello, después de todo cantar había sido su sueño desde pequeño, uno por el cual había abandonado todo lo demás y ciertamente voz tenía, un verdadero desperdicio.

Al no ser capaz de pagar clases de canto, había entrado a un pequeño taller de pintura que daban dos veces por semana y que se acomodaba un poco a su horario abarrotado de trabajo, muy barato y con exactitud no saldría siendo Picasso, Dalí u otros, pero al menos le ayudaba a mantener la mente fuera de la decepción, después de todo el canto y la pintura eran ambos una clase de arte ¿O no?

Fue un día de invierno, casi dos centígrados sin embargo una sensación térmica mucho menor, Jaejoong podía recordarlo claramente, sus orejas habían enrojecido a un tono que nunca antes vio, sus manos ya no podían tomar del mismo modo el pincel y la pequeña biblioteca permanecía desierta por el fuerte viento. Pintaba la descripción de un libro, sobre unas montañas y un prado con varios caballos en él corriendo pero la verdad… Aún no aprendía a crear caballos.

Un ruido de campanillas ligeras, la puerta abriéndose con lentitud y la ráfaga de viento colando por ella, Jaejoong sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo sin saber bien si era debido al frío o al rostro que acompañó la entrada, era casi una entrada de princesa o niña bonita de colegio, esas en cámara lenta y con todos los idiotas mirando como pavos sin respirar, técnicamente eso hizo Jaejoong durante el minuto y tanto en que el otro se quitó la bufanda a cuadrillé gris, blanca y negra de su cuello y aquel extraño gorro tipo boina de su cabeza. El chico sonrió… Jaejoong se fue a la mierda, nunca había creído en el amor a primera vista sin embargo en ese momento, algo en su interior estaba haciendo fiesta.

Lo siguiente fue una serie de sucesos de simple ineptitud y sonrojos juveniles.


-Shim Changmin- Había dicho extraño número uno bonita sonrisa, antes de que preguntase nada y tampoco era que Jaejoong fuera a hacerlo, tenía cierta imposibilidad crónica a hablar con extraños, especialmente aquellos que lograban desconcentrarle, aunque tampoco era una persona difícil de desconcentrar.

Su mano extendida, la chaqueta un tanto arrugada y su cabello totalmente despeinado, la propia mano de Jaejoong temblando con ligereza mientras correspondía el saludo y se sonrojaba como una escolar en San Valentín, sin duda este sería por siempre un momento memorable.


* * *



Hablando de cosas absurdas y repletas de momentos rosa, con certeza Changmin era a su vez todo un caso. Con tres años más que Jaejoong, había comenzado prematuramente sus estudios universitarios a la edad de dieciséis y de momento se encontraba haciendo su último año, la carrera de sus sueños, con padres amorosos, una hermana pequeña y una grande que le sobreprotegían, un perro que le ladrara y buena situación socioeconómica, no por nada su padre era abogado, todo parecía jugar a su favor. Había ganado una beca por excelencia académica y terminado en Estados Unidos para perfeccionar su inglés aunque no gustaba mucho del país y ‘su inglés estaba muy bien, gracias’. Changmin la mayoría del tiempo no parecía coreano, al menos no para el ojo inexperto, su párpado inferior era pequeño, lo cual ayudaba a darle una nacionalidad casi indefinida, y su altura (Al menos en su natal Corea del sur) intimidaba a las personas, tenía una muy notable popularidad entre las chicas, probablemente por sus notas, y no gustaba de salir a juergas; Era míster perfecto.

Fue un día de verano, la cálida briza quemando todo a su alrededor, el termómetro marcando alto y la habitación estrangulando a esos dos dentro de ella, Changmin había entendido, mientras una chica se deslizaba hasta la altura de su entrepierna y comenzaba a escarbar, que en definitiva no le gustaban esa clase de situaciones, eran incómodas, sudorosas, francamente estresantes y la chica en si no parecía estimularle mucho “Quizás soy asexual…” fue la válida conclusión a la cual llegaba después del cuasi ‘trámite’ que había sido tal encuentro, no gustaba de perder el tiempo de tal modo; Tiempo después, mientras era un chico el que bajaba hasta su entrepierna, comprendió que quizás el problema no era precisamente su falta de ánimo.

Aquella mañana había salido por algo de comer, las calles lucían desiertas y como no, si el viento soplaba fuerte haciendo su piel entumecer, muchas tiendas permanecían cerradas por la falta de público y no lograba dar con una cafetería que no estuviese repleta de personas aguardando el clima, Changmin no gustaba de los lugares con mucha gente, les tenía pánico, la gente en cantidades industriales no era muy agradable.

Su bufanda escapó en una ráfaga casi por media cuadra y al hacer ademán de alcanzarla y recogerla le vio, una pequeña librería, sin público, acogedora y con un extraño chico rubio que pintaba vacas.

Fue casi un impulso, algo que se apoderó momentáneamente de él, acomodó la prenda e ingresó al lugar perdido en la esbelta figura y aquellas flacuchas ‘Muy flacuchas’ piernas de pollo.

Mirar de frente a Kim Jaejoong, al tiempo en que él permanece estático y sonrojado, con un mandil entre blanco y rosa (Porque erróneamente metió su camisa roja favorita en la lavadora con él) y una paleta pequeña de pintura en la mano mientras hace ‘vacas’, es un castigo y a la vez una bendición, castigo porque te hace pecar, bendición porque luego de aquello no esperas ver algo tan impresionante como esos oscuros ojos llenos de algo difícil de descifrar. Un impulso que no se puede evitar, la mano estirada hacia el otro con una sonrisa.



-Shim Changmin.


Un titubeo y un sonrojo aún más evidente.



-Kim Jaejoong.


Y ya no hay vuelta atrás.

Porque este momento ha sido ridículamente adorable y sus ojos parecen reflejar todos los colores y ninguno a la vez, es entonces que Changmin entiende porque los arco irises son asociados a su estado de latente estupidez, está enamorado ‘gay-enamorado’ y no hay nada que pueda hacer al respecto.

Podría decirse que fue una casualidad del destino el que estas dos personas se conocieran, miraran y cayesen el uno en el otro de modo tan sencillo, Changmin luego afirmaría que más bien fue el momento cúspide, una compensación de karma, por todo lo que luego debería sufrir cuesta abajo.




Comentario: Bueno, inicié este fanfic el 2008... si, el 2008, tiene mucho pero mucho tiempo, creé un par de capítulos y nunca lo seguí, ahora lo estoy retomando, espero sea de su agrado... (Extraño tanto a mis niños juntos...)

Todo queda en Familia

Título: Todo queda en Familia.
Autor: Ally
Pareja: JaeMin.
Extensión: Oneshot.
Género: Universo alterno, Humor.

Resumen: A veces las ideas de Jae le asustaban en especial por lo extrañamente estúpidas que sonaban en papel “Min vamos a tirarnos desde el segundo piso de tu casa a un colchón” "Juguemos a que tú eres una modelo y yo un bombero de Marte que te salva de un incendio por sobrecalentamiento de petróleo” "Vamos a besarnos para tener algo que decir en clase cuando nos preguntan si hemos besado a alguien” "Solo la puntita” si… siempre eran un desastre y aún así quería al bastardo.

Disclaimer: Esto no tiene relación de mando alguna con SM Entertainment ni C-JES Entertainment, los chicos no me pertenecen y ciertamente no lucro con ellos como Lee Soo Man.


Nota: Es una adaptación de un fanfic del mismo nombre que también me pertenece, por si lo han visto por allí, o sea no es un plagio.
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Odiaba tener que ver la cara de esa señora, eso era un hecho plausible, y ella parecía igual de ‘feliz’ de verles, su nariz se enroscaba en una mueca curiosa entre asco y autosuficiencia que quedaba explícita mientras anotaba con presteza el análisis de su “conversación”.


-Mañana quiero hablar con sus padres- Jaejoong estaba nervioso y la verdad, la mayoría del tiempo, aquella mujer le ponía aún peor, a su lado Changmin no lucía mejor que él. -Y conversaremos acerca de estas ‘aficiones’ que demuestran el uno por el otro…


Cerró su cuaderno con un gran estruendo provocando un ligero sobresalto en el muchacho de cabello castaño, Changmin estaba mortalmente pálido, abatido como pocas veces antes por la situación y sin ganas de llegar a su hogar cosa que preocupó a su ‘mejor amigo’.



-¿Podemos retirarnos?- Exclamó el de cabello negro ansioso, tan solo deseaba sacar al otro de allí lo más pronto posible.

-Por supuesto, Jaejoong- La malicia y lujuria en la voz de aquella mujer a ratos le asustaba, el chico sabía de las intenciones que la doña tuviese con él pero la verdad no sentía muchas ganas de tirarse una vieja.



“¿Por qué una vieja cuando tienes un bom bom en tu cama?”



Y es que su mejor amigo realmente estaba como quería y la verdad ventajas tenía varias al momento de definir su amistad.

La mujer se levantó caminando hacia la puerta en un bamboleo extraño que poco de provocativo quedaba a ojos del chico, abriéndola para que ambos salieran del lugar. Jaejoong puso su mano en el hombro del otro muchacho indicándole que escapasen lo más pronto posible de allí o no tendrían luego la oportunidad a lo que este asintió.



-Ella me asusta.



Fue su solemne primera frase de su compañero luego de cinco minutos caminando errantes por los pasillos para ir a casa, Jaejoong se sonrió notando el ligero temblor en el otro.


-A mi también.

-Eso espero… te quiere para mucho más que ‘revisión de tareas’.

-Uff por suerte no le hago al cuero mojado.



Pudo notar la sonrisita furtiva en labios de Changmin, no demasiado marcada ni tampoco tan escueta como para pasarla por alto.


-¿Cómo lo haremos para salir de esta Min?, obviamente no podremos alegar demencia temporal.- El entrecejo del menor se frunció un tanto ante aquella afirmación.

-Mamá, papá… estábamos en la sala del conserje Jae y yo… entonces vino el viento y justo me golpeó horriblemente, caí bajándole los pantalones y quedando en una posición extraña… fue así que la profesora que curiosamente pasaba por allí nos encontró, todo fue una gran conspiración del destino para hacerme parecer gay, porque el destino me odia… así que en conclusión no fue nuestra culpa- Agregó en un tonillo algo sarcástico y desasiendo de a poco su cabello frustrado. –No va a funcionar.

-Después de esto nos mandarán a la escuela militar.

-Error, a ti te mandarán, yo quedaré en reclusión permanente el resto de mi vida… acosado por mi madre y su ‘afición’.


Jaejoong pareció meditar aquello, era cierto si se enteraban probablemente no lo tomarían muy bien, y en el peor de los casos le prohibirían volver a juntarse con Changmin… su mejor amigo, su carita de ángel, el cuerpito que hacía sudar por las noches desde los 14 años, mierda.



-Debemos negarlo todo.

-¿Ah?

-Ya sabes… mañana en la junta negaremos todo.


Changmin sonrió sarcástico.


- Jaejoong, siento bajarte de la nube pero solo recordándotelo… la profesora vio ‘tu cosita’ en ‘mi boca’ y no estaba precisamente conversándole de tú a tú.

-Como sea… se sabe que la vieja anda detrás mío, así que si las cosas se ponen feas siempre puedo alegar aquello.



Changmin no parecía muy convencido con el asunto, a veces las ideas de Jaejoong le asustaban, particularmente por lo extrañamente estúpidas que sonaban en papel “Changmin vamos a tirarnos desde el segundo piso de tu casa a un colchón” (a los 6 años) “Changmin juguemos a que tú eres una modelo y yo un bombero de Marte que te salva de un incendio por sobrecalentamiento de petróleo” (a los 8, después de una clase acerca de químicos orgánicos), “Changmin vamos a besarnos para tener algo que decir en clase cuando nos preguntan si hemos besado a alguien” (a los 11), “Changmin solo la puntita” (a los 14, por lo demás, misma edad en que despertó sexualmente) si… siempre eran un desastre y aún así quería al bastardo.


-Changmin, necesitamos hacerlo- Jaejoong sonaba triste y demasiado serio, a su amigo no le agradaba escuchar ese tono en él -… si no resulta no podremos seguir juntos.


-Lo sé.


Entrelazó su mano a la del otro tratando de infundirle algo de seguridad y caminaron como siempre hacia sus casas.

La noche no fue para nada tranquilizadora, se revolvía en su cama imaginando a Changmin lejos de su vida casado con una mujer ‘horrible’ de cabellos rubios y trasero gigante con tendencias a gritar como delfín, solo para saltar a otra frentona y de sonrisa afable o una que era mucho más simpática y cariñosa que él y por la cual lo reemplazaba, aquello no le permitía dormir. Cerca de las tres de la mañana sonó su celular, y esa dulce melodía que solo hacía acto de presencia cuando era aquel en su mente quien llamaba retumbó en sus oídos.



-¿Puedes dormir?


Changmin sonaba cansado.


-No.

-Yo tampoco.

-Obviamente, ¿sino porque llamarías?- Se dejó escuchar un largo silencio por parte del otro -Changmin, suceda lo que suceda mañana... siempre serás mi mejor amigo.

-Lo sé.


El amanecer se acercaba de a poco y Jaejoong no parecía haber pegado ni un poco sus ojos, su mirada profunda y agotada denunciaba el estado de estrés en que hubo amanecido y la verdad el pequeño tic en el brazo no parecía remediar las cosas.


-Jaejoong, cariño, ¿Ya nos vamos?


Tragó fuerte sintiendo el peso de aquellos ojos cargados de “Me están llamando de tu colegio, más te vale que no sea para algo malo” en cara de su madre y es que en esa familia era ella quien traía los pantalones. Ella daba miedo, mucho miedo.

Lo cual nos llevaba a las múltiples estrategias que Jaejoong hubiese inventado durante la noche en pro de salvar su relación con Changmin y evitar el castigo de su general, digo progenitora, en especial a la primera:



Estrategia número uno del súper plan de Jaejoong: Mi papá nunca me generó una figura paternal masculina muy marcada T_T siempre vi a mami trabajando y con pantalones.

Obviamente el hecho de que Miss Kim fuera una Hitler en potencia le tenía sin cuidado al joven retoño de la familia, pero eso no lo sabía la profesora ni el consejero estudiantil ¿O sí?


Lo cual nos llevaba a la segunda trinchera de Jaejoong.


Estrategia número dos del súper plan en caso de fracaso de la primera estrategia de Jaejoong: ¡La mamá de Changmin siempre le pone falditas! ¡ESO NOS CONFUNDE!


Y es que la dulce señora Shim desde el principio de los tiempos había querido una linda muchachita, a la cual poder meter en sus vestiditos con vuelo y fantasías lolita que hubo albergado desde su más tierna infancia (o más bien no tan “infante”) cuando era una fanática redomada del visual, gusto que había tomado en un viaje a Japón… y cosa que seguía siendo.

¿Consecuencia?


La primera vez que Jaejoong vio al dulce Changmin (a los 4 años entrando a su salón), este venía embutido en un vestido negro con “muchos vuelitos graciosos”, primera cosa que vino a la mente del desconcertado joven Kim, y no fue hasta la hora de la ‘bacinica del mal’, en que las tías del jardín de infantes te obligan a ir al baño aunque no tengas ganas, que notó su nueva amiguita venía con sorpresa.

La mujer miró nuevamente a su hijo quien parecía perdido en algún recuerdo extraño que posiblemente involucraba porno por el grado de rubor en sus mejillas, chasqueó los dedos frente a él dándole a entender que necesitaban irse YA.



-¿Papá no irá?

-Tu padre necesita terminar un par de cosas.

-Está bien.


Mierda, pensó Jaejoong. Quedaría solo con la Mussolina, ojalá y la personalidad de la madre de Changmin nivelara un poco el campo de juego.



Hablando de Changmin y su madre...



-Cariño ¿Por qué no comes?- En la casa de junto la señora Shim miraba preocupada a su propio retoño, particularmente porque eran raras las ocasiones en que este no devoraba su desayuno.

-Estoy nervioso- Respondió.

-¿Por qué?

-Por la reunión con la profesora.



Su madre le miró con ternura acomodando sus cabellos.


-Ya verás que sale todo bien… Después de todo por mi lado no habrá nada malo y yo sabré como calmar a ya sabes quién.


Changmin sonrió de medio lado a su madre agradeciendo el apoyo brindado a lo largo del tiempo tan solo con la mirada, aquella no era un mujer convencional… aún podía recordar la primera vez que le comentó sus sentimientos.


Una vez fuera de ambas casas las mujeres se miraron impasibles.

Bastaba decir que ‘Kim, puño de hierro’ y ‘Candy candy Shim’ no tenían una relación tan estrecha como la de sus retoños, o al menos ya no. Era obvio que ambas mujeres eran totalmente incompatibles, la madre de Jaejoong gozaba de un carácter de señor y padre nuestro que parecía absorber la fuerza vital de quienes permanecían a su alrededor, principal alegato de Jaejoong para excusarse cuando llegaba tarde a alguna reunión con Changmin, por otro lado la madre de Changmin, era alguien sociable, un verdadero bicho raro con popularidad, su cabello oscuro parcialmente cereza y ropa extravagante a pesar de sus treinta y tantos, puesto que afirmaba jamás llegaría a los 40, eran considerados una excentricidad, esto era la consecuencia inevitable de su trabajo como diseñadora, la señora Kim era agria y se hacía respetar presionando puntos clave en su víctimas/interlocutores, la señora Shim también se hacía respetar pero desde su ser incansable y creativo. Ambas mujeres eran muy distintas ¿Quién podría pensar que eran primas?


‘Todo queda en la familia’.


La profesora esperó pacientemente a que tomasen asiento consciente de que su estrategia solo funcionaría con Miss Kim o suegrita para los amigos y profesoras calientes, más no en su prima porque ella tenía esa extraña fijación maniaca con los homosexuales ‘Yaoi’ ¿Qué mierda era eso?... En todo caso eso no era de importancia puesto que no era por Changmin por quien llamaba a una reunión, sino por su amorcito “J-A-E-J-O-O-N-G-I-E”


-Bueno- Hizo una pausa solemne -Supongo que sus hijos les habrán comentado el porqué de esta reunión ¿Oh me equivoco?


La madre del amorcito alzó las cejas en clara señal de que no tenía la más puta idea y de que si no comenzaba en 5 minutos a decirlo no se quedaría para la conclusión de tal enigma, en los ojos de la señora Shim había un rotundo ‘Si’.



-Bueno hay conductas que en este colegio no son toleradas, en especial cuando se trata de primos verán...

-Medios primos, primos lejanos... - Interrumpió el de cabellos negros mirando hacia la ventana para evitar la cruel mirada de ‘calla niño calla’ que sabía tenía su madre en aquellos momentos. -Llámele como quiera.

-Bueno esta conducta no es aceptada entre ‘casi primos hermanos’- La voz de su profesora tornando lentamente a lo dulce mientras pronunciaba estas palabras –señoras.



El señoras hizo alzar las cejar en ambas mujeres, la madre de Jaejoong no parecía complacida.



-Bien, ¿Podría ir al grano por favor ‘señorita’? puesto que no poseo todo el tiempo de mundo para sus vicisitudes personales.


-Les agradará, o más bien no lo creo así, enterarse de que sus pequeños retoños fueron vistos jugueteando entre ellos en el cuarto de conserjería.


Ambos muchachos se sobresaltaron ante la verdad, la señora Kim fulminó a su hijo con la mirada.


-¿Qué quiere decir con eso de ‘jugueteando’ exactamente?

-Changmin me lo estaba chupando mamá.


Todos los planes a la basura, Jaejoong jamás había sido un chico que supiera ubicarse en el contexto de las situaciones, la cara estática de Changmin le daba a entender que nuevamente ‘la había cagado’, su madre le contemplaba como si le acabase de salir un tercer ojo justo en medio de la frente.


-Bien…- La señora Shim no sabía muy bien que decir, de antemano su querido bebe le había contado de sus intenciones con su amiguito, pero no pensó que hubiesen terminado en tal situación, su mirada brillaba entre un ‘Yaoi’ y un ‘Mi hijo haciendo exhibicionismo en el colegio’ –Ji Hyo - trataba de llamar la atención de la mujer escandalizada frente a sí.

-Tengo un hijo… ¿Gay?

-Nooo suegri… digo señora Kim supongo que estará de acuerdo conmigo en que esto solo fue una ‘Demencia temporal’ y créame que no saldrá de aquí si usted no lo desea... sin embargo recomendaría que los menores fueran separados por su propia integridad mental y para que olviden tales mañas.


Shim mayor no parecía contenta con aquella sutil indirecta de ‘alejen a los mocosos porque lo que hacen está mal’.


-¿Quiere decir que debemos de separarles solo por quererse?


La profesora sabía que la batalla estaba perdida por el lado de la madre de su enemigo número uno, pequeño detalle que justificaba las bajas notas del joven tan solo en su clase.


-Obviamente si no quieren que sus pequeños terminen en malos pasos.

-¿Y cuáles son estos supuestos ‘malos pasos’ señora?

-‘Señorita’ pero no se disculpe, y me refiero a terminar en ese estilo de vida alegre y llena de enfermedades de inmunodeficiencia.

-¿Se refiere a amar libremente a pesar de las restricciones del mundo?

-¡ME REFIERO A SER HOMOSEXUAL!

-¿Y que con eso?-

-¡SUS HIJOS SERÁN UN PAR DE MARICAS!


Shim mayor no devolvió el grito mirando con una risita de autosuficiencia a la mujer, llevaba más de 30 años conociendo a su querida prima, “Bingo”.


-¡Nadie llama marica a mi hijo en mi presencia!


Jaejoong miró con asombro a su tía sabiendo que de algún modo había manipulado la situación para provocar aquello en su queridísima madre, Kim jefe sería mandona pero nadie y repito ‘NADIE’ hablaba mal del fruto de su vientre sin atenerse a las consecuencias.


-Mañana a primera hora mi hijo y mi sobrino salen de este lugar ‘señora’… ¡JAEJOONG! en posición y marchando.


Y salió hecha una furia fuera del lugar.


-No salió tan mal…- Fue el sutil susurro del chico hacia su querido Changmin mientras caminaban tras la madre militar y la otra mujer con déficit atencional que gritaba ‘lindo~’ por todo.

-En cuanto a ti jovencito… castigado un mes sin televisión y sin Changmin por tan impúdica demostración de afecto en público.


La señora Shim sonrió recordando los tiempos en que Ji hyo seguía cada una de sus mañas y sabiendo que a pesar de todo seguía siendo una de las personas más importantes en la vida de la otra mujer.



“Después de todo jamás se cambió de casa”


Jaejoong tomó el rostro de su primo en segundo grado mirándole tiernamente mientras acariciaba su mejilla.


-Nos vemos en clases… si es que aún tenemos colegio.


Y este tan solo notando el brillo pícaro en ojos de su primo supo que estaba maquinando una nueva idea.


“Aquí vamos otra vez”

Jaejoong ciertamente sabía cómo meterles en problemas, pero aún así quería al bastardo.



Fin.


PD: Las madres de ambos son inventadas, no las verdaderas, el nombre de la madre de Jaejoong es igualmente inventado (Lo tomé de una actriz que me encanta ♥)

Fairies and WHAT?! - cap 4

“¡Chunnie! Estoy tan feliz de que pudieras venir.” Jaejoong dijo felizmente mientras abrazaba a su mejor amigo con fuerza. Lo había extrañado tanto. Afortunadamente para él Yoochun no había encontrado a su pareja aún, por lo que sería capaz de ayudar a Jaejoong en esto.

“No hay problema Joongie. Encantado de estar a tu servicio.” Yoochun replicó igual de feliz.

“Okay, entonces este es el plan…”

****

‘Otro perfecto día para ser torturado con la incertidumbre,’ pensó malhumoradamente Changmin mientras se alistaba para su trote con estiramientos para calentar. Por los pasados dos días él no había visto a Jaejoong en lo absoluto y se preguntaba que estaría pasando…

Ni siquiera…un solo…¡vistazo!

Changmin casi tuvo el impulso de tocar a la puerta de Jaejoong, solo para ver si estaba bien o no, pero se contuvo a tiempo. Era una idea absurda, solo habían pasado dos días. A parte, Jaejoong ni siquiera era su amigo y él haría ¿qué? Simplemente pararlo por ahí y decirle ‘Oye tú, ¿dónde has estado?’ Ya podía ver cuánto friquearía eso a Jaejoong. ‘¿Eran así todas las aventuras de una sola noche?’ Pensó para sí mientras comenzaba su trote matutino.

Dejó de pensar todo eso a la vez cuando avistó a Jaejoong unos cuantos pies por delante…pero él no estaba solo. Inconscientemente frunció el ceño ante el descubrimiento, sintiendo una sensación de ardor en la boca del estómago y un sentimiento de opresión en el pecho. ‘¿Quién es ese?’

Jaejoong parecía estar charlando animadamente con un tipo al que nunca antes había visto en su vecindario o cerca de Jaejoong…pero la peor parte era que él nunca había visto a Jaejoong lucir así de feliz antes…

‘Por supuesto que no. Yo ni siquiera lo conozco…’ Se sintió desolado por ese pensamiento, aunque no comprendía por qué. Sintió la urgencia de conocerlo más, así que decidió empezaría por averiguar quién era ese tipo y qué era para Jaejoong. Hoy estaba libre todo el día, de manera que no tenía que preocuparse por limitaciones de tiempo.

‘Veamos quién eres amigo…’ Pensó en voz alta mientras incrementaba el ritmo para tener una vista más de cerca.

*****

Jaejoong le sonrió alegremente a Yoochun. Hasta aquí todo bien. Changmin había estado detrás suyo por medio día ya y él podía sentir la frustración de su pareja siempre que era demasiado afectuoso con Yoochun. Sorprendentemente Changmin resultó ser un gran acosador, no siendo atrapado y pareciendo estar un paso por delante de ellos para así no perderlos de vista. Yoochun había comentado sobre el hecho y Jaejoong no pudo evitar más que estallar en carcajadas, lo cual a su vez hizo que su pareja echara humo por los celos y sin decir ni media palabra.

Temible, sí. Jaejoong había notado los celos y el sentido de protección irradiando de su pareja la vez que su amigo había echo un comentario sobre Jaejoong en el restaurante. Esperaba también que posiblemente eso lo acercara más a Changmin. Como aquél famoso refrán decía ‘Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido,’ y si Changmin pensaba que podía perderlo esto podría provocar alguna reacción de su parte. Después de todo, no había forma en la que Changmin supiera que el único hombre que Jaejoong quería era a él, de tal forma que no podía evitar sentirse celoso. Parecía ser una cualidad que muchos humanos con criaturas mágicas como parejas poseían…

“Entonces ¿vienes por mí a las diez y media?” Jaejoong preguntó a Yoochun llamativamente, esperando que Changmin escuchara cada palabra.

“Claro Joongie. Espero ver el traje que compramos juntos la semana pasada, ¿entendido?” Yoochun dijo igual de ruidoso.

Jaejoong solo respondió con una brillante sonrisa y se inclinó para besar a Yoochun en la mejilla.

“Te veo luego Chunnie.”

Se despidió con la mano y se metió directo a su complejo de apartamentos. Esperaba que Changmin hubiera mordido el anzuelo y los siguiera o de lo contrario su plan estaría arruinado y él tendría que pensar en otra estrategia…

*****

Changmin se paseó por un oscuro callejón cerca al complejo de apartamentos, de vez en cuando echando un vistazo para asegurarse de que Chunnie no viniera más pronto de lo planeado. Había aparcado su coche cerca para facilitar el acceso, por lo que si Jaejoong y su amiguito arrancaban en un coche él podría seguirlos fácilmente.

Dejó de pasearse por un segundo al percatarse de cómo se escuchaba dentro de su cabeza, ‘Chico doy miedo. Casi sueno a ex-novio sicótico...’ Negó con la cabeza ante sus ridículos pensamientos, en serio estaba perdiendo el contacto con la realidad y ya no tenía universidad que culpar esta vez. ‘¿Qué estoy haciendo?’ Pensó abatido.

La temporal lucidez de sus pensamientos se hubo ido tan pronto vio a ‘Chunnie’ estacionar su descapotable azul frente al complejo de apartamentos. Entrecerró los ojos cuando descubrió un ramo de flores entre sus manos. ‘¿Quién le regala flores a un hombre?’ Pensó desdeñosamente. Esperaba que a Jaejoong no le gustaran. Ah cómo deseaba poder ver la reacción de Jaejoong, pero entonces él podría no ser capaz de seguirlos tan discretamente como desearía. Aquellos pocos minutos de espera fueron tortuosos. ¡Qué estaba tomándoles tanto tiempo! Se negaba a pensar en las razones por las cuales no salían y mantuvo los ojos, como los de un halcón vigilando su presa, puestos sobre la entrada del apartamento.

**

“Aquí tienes. Creí que podrías extrañar las flores que criamos en casa, especialmente en tu estado, así que decidí traértelas hoy. Si tu pareja me vio trayéndolas, debe estar muriéndose de celos justo ahora.” Yoochun le dijo a Jaejoong, sonriendo ampliamente mientras entregaba las flores tras quitar la magia de protección para encubrimiento que había puesto sobre ellas. Las flores venían en una variedad de colores y tenían forma de campanilla, pero lo que las distinguía de las flores terrestres eran sus efectos calmantes. Estas producían un placentero y adormecedor tintineo incluso después de ser cortadas, aunque el sonido estaba de alguna manera enmudecido por causa de ese hecho también.

“Awwee Chunnie. ¡Muchas gracias! Definitivamente las necesito ahora mismo, y de seguro las necesitaré más adelante. Con suerte no estaré en este reino por mucho más tiempo.” Jaejoong aspiró un poco de la agradable fragancia emitida por las flores y suspiró al sentir su cuerpo relajarse por la combinación del sonido y el aroma. Fue directo a la cocina, cogió una taza y con su magia la convirtió en un florero, para luego añadirle agua del fregadero. A continuación se abrió paso hasta su habitación y dispuso las flores en su recámara, donde más las necesitaría, encaminándose a la sala una vez más.

“Okay, ¿cómo me veo?” Jaejoong preguntó mientras se daba una vuelta.

Yoochun únicamente rodó los ojos y respondió “Como la criatura más horrible sobre la tierra.”

Jaejoong le dio un manotazo al brazo de Yoochun y se rió.

“Todo bien entonces, vamos.” Jaejoong dijo animadamente. Hoy tenía un buen presentimiento, por lo que estaba emocionado de continuar con su plan.

“Jaja, okay. Aunque tendrás que decirme donde es, desde que soy nuevo en este lugar.” Yoochun decía mientras esperaba tras la puerta de Jaejoong en tanto Jaejoong hacía un encantamiento para proteger el departamento. Una vez hecho se colgó del brazo de Yoochun y caminó con él hasta su coche.

**

Changmin estaba listo para tomar por asalto el interior cuando vislumbró a ese par saliendo del edificio. “Finalmente,” susurró y se echó para atrás, adentrándose más en la oscuridad del callejón, cuando vio a Jaejoong mirar en su dirección con una satisfecha sonrisita. ‘No puede saber que estoy aquí, ¿o sí?’ Changmin entró en pánico por un segundo antes de realmente ver a Jaejoong, y su corazón se detuvo por un segundo antes de reiniciarse con el doble de rapidez. Quedó sin habla ante la vista. Sobrepasaba la manera en la que se veía aquella noche en el club y Changmin tuvo que recordarse a sí mismo respirar. Aquel tenue resplandor que había visto en el club era más deslumbrante ahora que en la noche. Sus labios se veían aún más rojos, su piel más palpable, y él deseaba…

Fue traído bruscamente de vuelta a la realidad cuando el tipo con el que estaba Jaejoong abrió la puerta del copiloto y lo guió hacia el interior del coche con una mano sobre su baja espalda. ‘Quién diablos es este tipo y por qué está tocando a Jaejoong como si, como si…’ no pudo terminar la idea. Se sintió lleno de ira por alguna razón desconocida ante la posibilidad de que este tipo fuera el actual novio de Jaejoong y pasó por alto aquella vocecita en su cabeza que le decía ‘no tienes ningún derecho sobre Jaejoong, por tanto, no deberías sentirte enfadado por ese pensamiento’.

Rápidamente se hizo camino hasta su coche mientras notaba al otro arrancar. Él no podía perderlos ahora.

**

“Okay, ese es el lugar.” Jaejoong le dijo a Yoochun mientras señalaba un club. Ambos gustaban de bailar y él imaginaba que el escenario con el que había atrapado a Changmin la primera vez podría funcionar una segunda vez.

“¿Listo Jae?” Yoochun preguntó mientras sonreía.

“Seee, listo.” Jaejoong dijo con una sonrisa por respuesta al tiempo que abría la portezuela y salía del coche. No tuvieron que esperar mucho para entrar y una vez dentro buscaron un lugar para sentarse. El lugar no estaba completamente lleno, pero estaba en camino de estarlo.

“Voy a la barra por algo de tomar. ¿Quieres algo?” Yoochun preguntó.

“Cualquier cosa sin alcohol está bien.” Jaejoong respondió entre tanto comenzaba a moverse al ritmo de la música. Vio a Yoochun perderse apretujado en medio de la masa y esperó para ver a su pareja entrar.

**

No fue fácil para Changmin ser admitido en el club, pero después de diez minutos fue capaz de meterse. Buscó y buscó con la mirada y no pudo divisar a Jaejoong entre la multitud de personas bailando y mezclándose entre ellas. Por fin lo ubicó bailando con el tipo con el que vino cerca al centro de la pista de baile y otra vez quedó hipnotizado por la fluidez de sus movimientos. Observó al tipo detrás de él y se quedó en shock al percatarse de que este no estaba mirando a Jaejoong, sino a alguien más alejado que seguía bailando. Changmin sintió curiosidad y también miró en aquella dirección. Lo único que Changmin pensó que el tipo podía estar mirando era a este otro tipo alto, no tan alto como él pero bastante cerca, bailando como un profesional en la pista de baile. Changmin volvió la vista hacia Jaejoong y lo vio mirar también en aquella dirección.

De pronto el tipo dejó solo a Jaejoong en la pista de baile y comenzó a bailar con el tipo alto. Changmin no podía creerlo. Acababa de dejar a Jaejoong ahí. Notó que Jaejoong iba para la mesa a terminar su trago antes de dirigirse a la salida. Changmin estaba confundido. ¿No acababan de llegar? ¿Por qué estaba yéndose tan pronto?

Changmin volvió la mirada al tipo y se quedó estupefacto por lo que vio. Ese tipo y el alto estaban bailando muy cerca y sus movimientos ¡parecía como si ellos estuvieran prácticamente follando! No es de extrañar que Jaejoong se fuera. Changmin se llenó de ira contra el tipo, pero necesitaba asegurarse de que Jaejoong estuviera bien. Se marchó entonces esperando poder alcanzarlo.

**

Jaejoong estaba contento de que Yoochun hubiera encontrado a su pareja, sin embargo con ello echó por tierra sus planes anteponiendo los suyos. Decidió irse más temprano y teletransportarse a su departamento, solo que necesitaba encontrar un área menos poblada para hacerlo. Estaba de camino, pero en aquel preciso instante tuvo un mal presentimiento. Se le pusieron de punta los vellos de la nuca y todo su cuerpo estaba en tensión. Alguien lo tomó de la muñeca haciéndolo girar sobre sus talones, azotando su espalda contra la pared más cercana, y sujetándolo contra esta.

“Hola precioso. ¿Qué haces por aquí tan solo? ¿No quieres follar conmigo esta noche?” Un tipo que andaba por la treintena le hablaba mientras mantenía inmóviles sus hombros con ayuda de su antebrazo. El alcohol estaba presente en su aliento y Jaejoong tuvo que girar la cabeza con desagrado. ¡¿Qué demonios?! Los humanos de estos días eran verdaderamente lanzados. Jaejoong estaba por apartar al sujeto de un empujón cuando sintió al cuerpo ser alejado de él, de pronto todo lo que veía era la espalda de su pareja justo frente a él.

“Mantente alejado de él. Viene conmigo.” Changmin dijo con tono indiferente pero su cuerpo estaba tenso por la ira y listo para una pelea en cualquier momento.

“Caray hombre, pensé que estaba solo.” Dijo el sujeto tras levantarse él mismo del suelo y tambaleándose seguir su camino lejos y sin mayor conflicto.

Ellos lo vieron marcharse en silencio.

Changmin volteo hacia él y le dijo discretamente, “¿Te encuentras bien?” Suavemente mientras acariciaba su mejilla y hacía una inspección en busca de cualquier daño.

Jaejoong contuvo la respiración y se apoyó en la caricia, un hormigueo extendiéndose por donde sea que lo rozara. Ya no le preocupaba ni un poco el giro de los acontecimientos y estaba feliz de que Yoochun hubiera encontrado a su pareja.

*

“Sí.” Jaejoong dijo mientras poco a poco abría los ojos y miraba fijamente a los suyos.

Repentinamente recordó que ellos no eran tan cercanos como para que él estuviera manoseándolo y retiró su mano con pesar, no percibiendo el mismo pesar titilar en los ojos de Jaejoong. La piel de Jaejoong era tan suave que fácilmente se hizo adicto a la sensación.

Se aclaró la garganta y preguntó, “¿Necesitas un aventón?”

“Sí, eso sería grandioso.” Jaejoong sonrió al responder.

“Okay, um, estacioné por allá.” Changmin dijo con nerviosismo. No esperaba hablarle al objeto de su obsesión esta noche o incluso interactuar tanto con él. Cuando arribaron hasta su coche debatió internamente si abrir la puerta o no, pero para cuando se hubo decidido Jaejoong ya estaba dentro del coche. Él hizo lo propio y el recorrido hasta el apartamento de Jaejoong fue uno silencioso.

**

No sabía por qué, pero acompañó a Jaejoong hasta la puerta de su departamento. Su excusa era querer asegurarse de que el otro llegara a casa sano y salvo. Oyó a Jaejoong murmurar algo antes de abrir su puerta con la llave y voltear hacia él.

“Muchas gracias por tu ayuda esta noche. En verdad la aprecio.” Dijo él.

Changmin únicamente sonrió y dijo, “De nada.”

Su corazón latía a 100 millas por hora estando tan cerca de Jaejoong.

Jaejoong sonrió y susurró un “Bye” antes de inclinarse para adelante y besar la comisura de sus labios. Una placentera sensación de hormigueo penetró profundamente en la zona de contacto y él contuvo el aliento ante tal expresión en los ojos de Jaejoong. Jaejoong se inclinó una vez más mientras aún lo veía directamente a los ojos y presionó sus labios suavemente contra los suyos.

Retrocedió de nuevo, pero Changmin aún no había terminado por lo que automáticamente enganchó una mano en el cuello de Jaejoong para mantenerlo en su sitio antes de susurrar una pregunta a través de los labios de Jaejoong. “¿Quién era el tipo que fue contigo al club?” No le importaba el hecho de que él no debería saber tanta información tomando en cuenta que cuando se había encontrado con Jaejoong este ya había estado solo. Él necesitaba saberlo.

*

Jaejoong fue tomado por sorpresa cuando su pareja lo tomó por el cuello y le susurró aquella pregunta. Se estremeció ligeramente al sentir el cálido aliento atravesar sus labios y tuvo que contener un impaciente gemido ante la no deliberada provocación que su pareja le daba.

“Es un amigo que vino a visitarme…” Contestó con voz ronca. También olvidando que no debería saber que Changmin había estado siguiéndolo. Su pareja sonreía brillantemente, al parecer siendo liberado de una carga, antes de chocar sus labios y unirlos en un ardiente beso que dejó a Jaejoong sin aliento.

Jaejoong se aferró a su cuello con fuerza, presionando sus cuerpos más de cerca, en tanto el beso se hacía más intenso. Su pareja también lo sostuvo con mayor fuerza y lo empujó contra la pared que estaba cerca a la puerta dejando escapar un fuerte gemido mientras su erección hacía presión contra la cadera del otro. Sintió un estremecimiento pasar a través del cuerpo de su pareja en respuesta y a su excitación ir en aumento. Rompió el beso en el que estaban inmersos y tomó su mano, guiándolo hasta su sala y cerrando la puerta con seguro una vez estuvieron dentro, previo a que sus ojos se posaran en el sillón y él hiciera a su pareja tomar asiento antes de subirse a horcajadas sobre él.

Jaejoong comenzó por besarlo ansiosamente una vez más. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que lo probó y el sabor era como ambrosia para él. Meneó sus caderas contra la erección de su pareja y lo oyó gruñir antes de que estas estuvieran atrapadas por un puño de hierro. De súbito fue tumbado sobre su espalda, Changmin permanecía quieto por encima de él, mientras sus lenguas batallaban por el dominio y el placer inundaba sus sistemas, considerando que su pareja no permitía que sus erecciones se separaran la una de la otra. Changmin lo dejó respirar por un momento y en lugar de atacar su boca cubrió a besos de labios entreabiertos la parte baja de su cuello, con la suficiente presión para dejar unas pocas marcas, hasta llegar a su pecho.

Jaejoong estaba respirando con dificultad para este punto y observaba los cuidadosos movimientos de su pareja al quitarle la ropa, besando piel expuesta a su paso. Jaejoong tenía que luchar para mantener los ojos abiertos cuando sea que su pareja besaba suavemente su sensitivo pezón y perdió por completo la batalla cuando la húmeda y caliente lengua de Changmin pasó por el terso y redondeado botón. Asió el cabello de Changmin en un estrecho agarre cuando unos dientes se clavaron ligeramente abajo y se retiraron lentamente, haciendo que su cuerpo se arqueara y un gemido grave escapara de sus labios. Mientras aquella boca viajaba por más y más abajo del mismo modo Jaejoong se volvía más y más impaciente atrayendo la boca de Changmin hacia la suya propia mientras con furia se esforzaba por tenerlos a ambos desnudos en tiempo record. Una vez que los dos estuvieron desnudos ambos gimieron escandalosamente ante la sensación de piel en contacto con más piel.

Jaejoong mágicamente atrajo el lubricante cuando su pareja estuvo distraída y estaba por verter un poco entre sus dedos antes que este interceptara su mano.

“Quiero prepararte yo.” El tono bajo y ronco de Changmin hizo a Jaejoong temblar de anticipación. Esto era más de lo que él esperaba que sucediera hoy y estaba emocionado por el inesperado giro de los acontecimientos. Todo lo que podía hacer era asentir y en silencio pasarle el frasco de lubricante a Changmin.

Changmin se sentó una vez más y echó lubricante entre sus dedos, entibiando la sustancia antes de inclinarse para abajo y capturar uno de los pezones de Jaejoong con su boca a la vez que introducía un dedo en él. Jaejoong dejó salir un sonoro gemido mientras se arqueaba en el sofá ante las combinadas sensaciones placenteras. Se sostuvo en el sofá con un firme agarre en tanto Changmin comenzaba a empujar su dedo dentro y fuera de él y seguía besando un camino cuesta abajo de su pecho y abdomen, antes de llegar a su ombligo. Jaejoong contuvo el aliento. Él se había preguntado como se sentiría la boca de su pareja sobre su pene, pero no creyó que lo averiguaría tan pronto.

Changmin tentativamente lamió la enrojecida punta y a Jaejoong le fue súbitamente recordado que su pareja era nueva en todo esto. Sintió un experimental lamida contra la parte baja de su miembro al mismo tiempo que sentía un segundo dedo entrar en él y él casi se vino por la experiencia, estaba tan sensible y había esperado por tanto tiempo… sus hormonas se estaban volviendo locas.

*

Changmin alzó la vista ante la hermosa criatura frente a él y en aquel momento no pudo creer que pudiera memorizar todos aquellos contornos en su tiempo libre. Había deseado hacer esto por un tiempo ya y él disfrutaría cada segundo de esto. Notó como Jaejoong mordía su labio inferior por el placer y cuán firmemente se agarraba del sofá, sus músculos en tensión, y él se estremecía de anticipación antes de llevarse la punta del miembro de Jaejoong a la boca. Había leído sobre como hacer esto y trató de mantener los dientes lejos de la sensitiva carne mientras creaba una ligera succión, sus dedos aún empujando dentro y fuera tras una nueva capa de lubricante, y se deleitó con el sabor único que Jaejoong emitía. Era extraño tener algo tan duro y aún así suave y caliente dentro de su boca, pero se sentía tan bien provocar tanto placer en alguien más que rápidamente se acostumbró a la sensación.

“mmfm…uhhh…¡ahhhh!” Jaejoong gimió, retorciéndose bajo sus atenciones cuando él insertó un tercer dedo.

Recibió a Jaejoong en lo más profundo de su boca, y tuvo que luchar contra las arcadas cuando fue demasiado profundamente, pero el gemido de satisfacción que Jaejoong le entregó bien valía la incomodidad en la que se encontraba.

*

Jaejoong estaba jadeando fuertemente, sudoroso y emitiendo constantes sonidos ahora. La ardiente boca de Changmin era casi demasiado para soportarla y ahora estaba tan cerca de terminar. Él corcoveó sus caderas en serio y tuvo que ser sujetado por Changmin a fin de que no lo tirara de encima.

“Por favor, por favor Changmin…te necesito ahora…” Jaejoong soltaba un gemido antes de que otra oleada de placer se propagara por todo su cuerpo mientras Changmin directamente ejercía presión sobre su próstata con los dedos.

Changmin abandonó sus dos puntos de placer y besó su camino cuesta arriba. Jaejoong se hizo más impaciente y tiró del cabello de Changmin, urgiéndolo para que fuera más rápido y besándolo profundamente, probándose a sí mismo en la boca de Changmin. Envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Changmin y, con una mano, guió el miembro de Changmin a su entrada. Una vez alineado, Changmin se introdujo en él al mismo tiempo que embestía ambos gritaban al unísono por la sensibilidad. Él estaba dividido entre el dolor y el placer frente al precipitado encuentro, las lágrimas empozadas en sus ojos, pero el placer visible en el excitado rostro de Changmin era suficiente para traer únicamente placer a la parte delantera de su mente. Tras unos pocos segundos consiguió ajustarse al tamaño de Changmin en su interior, y lentamente comenzó a embestir con sus caderas.

*

Changmin gruñó por la sensación del estrecho anillo de músculos aprisionándolo y la fricción entre aquellas calientes paredes. Embistió perezosamente con sus caderas antes de tomar velocidad frente a los necesitados gemidos que Jaejoong profería.

Situó su mano en el cuello de Jaejoong y lo mantuvo en su lugar mientras lo miraba fijamente a los ojos. Se tomó el tiempo para observarlo. Esto reforzó su creencia en que Jaejoong verdaderamente era hermoso y etéreo...y que él no quería dejarlo ir jamás. Lo más que lo miraba lo más que sentía a su pecho llenarse de un cálido sentimiento que no podía reconocer. Todo lo que sabía era que él tenía que estar con Jaejoong porque su vida sería un infierno sin él. Él ya había plagado cada uno de sus sueños y de sus pensamientos despierto, obstaculizando su vida con su presencia, y no le importaba ni un poco. No se detuvo a pensar de dónde provenían aquellos pensamientos o a donde lo llevarían…únicamente se concentró en la dicha y el recién descubierto sentimiento que estaba experimentando. Se inclinó para gentilmente besar aquellos rojos labios carnosos y sintió como Jaejoong se agarraba de su espalda, del sudor resbaladizo, e intentó traerlos más de cerca.

Apoyó su frente contra la de Jaejoong y susurró mientras incrementaba el ritmo de sus estocadas, “Jaejoong…uh…tú eres mío…ugh…correcto. Solo mío.” Él prácticamente aulló mientras puntualizaba cada palabra embistiendo profundamente y retirándose lentamente solo para repetir el movimiento.

*

“AH…SÍ Changmin… mmmh…¡solo tuyo!” Jaejoong gritó la última parte al mismo tiempo que él llegaba a su clímax con fuerza, suspendido en las dichosas sensaciones incluso al sentir a Changmin llenarlo cpor completo y escucharlo gruñir profundamente satisfecho. Trató de recuperar el aliento y la fuerza mientras disfrutaba la sensación de su pareja sobre él. No se había dado cuenta de lo mucho que lo había extrañado hasta ese momento. No sería capaz de dejarlo ir de nuevo. A la vez que pensaba eso inconscientemente abrazaba a Changmin más estrechamente contra su cuerpo.

Changmin suspiró y alzó su peso ligeramente de Jaejoong, manteniéndolo sobre sus codos, antes de sonreír la más radiante sonrisa que Jaejoong hubiera recibido de él jamás. Jaejoong notó los desiguales ojos brillantes y trazó una ceja tiernamente, la sonrisa de Changmin haciéndose más grande.

“Así que ahora eres mi novio, ¿verdad?” Changmin preguntó, queriendo aclarar esto.

Jaejoong sonrió tan ampliamente como él y dijo, “Sí…” No quería soltarle que ya estaban casados ahora que finalmente lo había tomado. Disfrutaría de este momento antes de darle las noticias.

Changmin lo besó en los labios ligeramente antes de salirse con suavidad de él. Él se sintió vacío cuando Changmin se retiró, pero fue calmado cuando este acurrucó a Jaejoong en su pecho. Jaejoong se agarró fuerte y estaba contento de estar entre sus brazos. Observó como su pareja caía dormido inmediatamente después y lo besó suavemente antes de levantarse y limpiarse bien. Pusó una protección en las flores para que se viesen ordinarias en su habitación antes de llevar a su pareja allí y recostarlo. Una vez hubo terminado se ubicó a su lado una vez más y quedó sorprendido cuando su pareja lo atrajo de lleno contra su pecho y aspiró su esencia mientras dormía, una pequeña sonrisa formándose en sus labios. Jaejoong entrelazó sus dedos y cayó dormido también, una sonrisa dibujada en su rostro. No necesitaría de las flores después de todo…

Brisa de Otoño - 2U

Título: Brisa de Otoño
Autor: Aemin
Extensión: Oneshot
Pareja: 2U (YunhoxYoochun)
Género: Lemon/Drama
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Volteó sólo con la mirada hacia Yunho y éste volteó a verlo, sonriéndole. Llevaba una cinta roja en la frente, con grabados en oro, y un rubí incrustado en una base de oro en su centro.
Bajó su mano de su mejilla y pestañeó, perplejo. ¿Qué hacía ahí? Estar afuera no era digno del rey, y menos sólo. Caminaba despacio, su ropa, también era rojo carmesí con grabados dorados, ondeaba al viendo alrededor de su fornido cuerpo; un hanbock exquisito digno de él. La luz le daba por un lado al rostro del moreno, dándole luces claras a la larga cola de cabello castaño.
-Estabas aquí, Yoochun-shi – le dijo, sonriendo, una vez estuvieron frente a frente. Yoochun miró sus propias rodillas, bajó de su improvisado asiento en el barandal de la terraza y miró a Yunho, sacudió sus ropas, un hanbock también, éste una mezcla de azules y lilas, y botas negras de cabalgar. El uniforme de un respetable soldado. Se cuadró y miró a Yunho.
-Tu rey te ha estado buscando, Yoochun-shi. Es hora de desayunar, ¿me acompañas?
Yoochun asintió y lo siguió. Se sentaron adentro del palacio, en el comedor, casi hombro con hombro, y una sirvienta descubrió los platos, hizo una reverencia y salió del cuarto, dejándolos solos. Yunho miró de reojo a Yoochun, sonriendo apenas, y éste comprendió la muda indicación de su señor. Tomó los palillos, tomó con ellos un trozo de carne guisada, y la ofreció al rey, acercándola a sus labios. Yunho abrió levemente la boca y comió. Cuando Yunho se sació de carne, Yoochun procedió a comer lo que quedaba, alternando alimentarse con ofrecerle a su señor trozos o cucharadas de los demás platillos.
-Ya estoy satisfecho, - dijo Yunho cuando ya solo quedaba un plato intacto. Yoochun, aún así, tomó una cucharada y se la ofreció.
-Mi señor, necesita la energía de este guiso.
-Pero estoy lleno, mi ser ya tiene suficiente alimento – Yunho infló sus mejillas en un puchero.
-Vamos, mi señor. Uno más. Por mi, - Yoochun lo miró a los ojos, firmemente.
Yunho desinfló lentamente las mejillas y le devolvió la mirada. Luego sonrió.
-Vale… - abrió la boca y Yoochun le acercó la cuchara llena de guiso de pasta de arroz, pollo y especias. Yunho saboreó el buqué de la cucharada lentamente y continuó sonriendo. Tragó, - de tu mano sabe aún mejor.
Yoochun se ruborizó levemente y bajó la mirada, colocando la cuchara en el plato.
-Majestad…
Yunho asintió y con una señal de su brazo le indicó que podía continuar comiendo él también hasta saciarse. Después de eso fueron a pasear a caballo. El rey Yunho disfrutaba de recorrer todo el territorio de su palacio y los campos a su alrededor, bordeando los inicios del pueblo tan bello y próspero de Joseon, y Yoochun le acompañaba, no tanto por deber y protección, sino porque disfrutaba acompañarle. Cabalgaron con el cabello ondeando a sus espaldas hasta que el sol marcó el color satín de la tarde.
A esa hora a Yunho le gustaba relajarse frente al lago, leyendo poesía mientras Yoochun pulía su espada, o mientras el rey tocaba música en su kayagum (instrumento musical de cuerdas) su general se limitaba a escuchar. Las notas que desprendían sus dedos al contacto con las cuerdas lo llevaban a las nubes, lentamente rebotando en cada una de ellas.
Al caer el atardecer el rey se retiraba a sus aposentos. Yoochun le ayudaba a desprenderse las primeras capas de ropa y posteriormente, de pie detrás de él, procedía a cepillarle el largo cabello, usando algo de jalea y seda en las cerdas del cepillo para suavizarlo.
-¿Yoochun ah?
-¿Sí, señor?
-Recordé cuando empezamos... cuando te elegí como mi favorito, ¿recuerdas?
Yoochun asintió. En ese entonces, el joven príncipe heredero no apartaba su mirada de él en ninguna de las lecciones, y le prestaba especial atención cuando recitaba las leyes o la poesía antigua, incluso los preceptos antiguos.
-Eras el más listo, el más ágil, el más inteligente…
-¿Ya no lo soy, mi señor?
Yunho rio.
-Por supuesto, - volteó a verlo, - pero te volviste más fuerte también.
Yoochun sonrió y continuó con su labor.

Cuando la magia de las primaveras cumplidas selló el destino del príncipe Yunho como hombre y su voz se engrosó, empezó a sentir mayor interés en el joven estudiante de tez blanca y labios hinchados, hijo del soldado Park. Juntos aprendieron a usar la espada, pulieron su caligrafía, aprendieron a cabalgar y defenderse con la espada al mismo tiempo, practicaron el tiro al blanco con las flechas.
Empezó a invitarlo a cabalgatas a solas, a lecturas privadas de poesía, posponía cualquier compromiso que interrumpiera sus momentos a solas con él. Ya también comían juntos. Cuando también la voz de Yoochun se volvió más ronca, decidió conocer con él aquél saber prohibido que conducía al éxtasis.
Le invitó a su habitación, le enseñó cómo cepillarle el cabello haciéndoselo a él y después le permitió hacerlo en la cabellera real. Luego lo invitó a sentarse a su lado en la cama.
Tímidamente le pidió que le enseñara su cuerpo, y tal como lo pensaba, aquél extremo había crecido tanto como le había pasado a él.
-Tócalo.
Yoochun lo había empezado a hacer, tímido, sí, pero tenía curiosidad por hacerlo. Además era orden del príncipe.
-¿Qué se siente?
-Es…raro…pero se siente…bien…
-¿Bien? ¿Cómo bien?
-Cálido….no puedo dejar de tocar…aunque sé que no debería…mis manos no paran…
Yunho se apartó las ropas, picado por la curiosidad, e imitó los movimientos de Yoochun sobre su propia hombría. Empezó a hacer calor dentro del dosel a pesar de los vientos refrescantes de otoño que filtraban brisas por las ventanas de palacio, finas gotas de sudor perlaron la frente del príncipe y extraños sonidos empezaron a escapar los labios de Yoochun.
-Majestad…tengo miedo…siento…mi cuerpo demasiado ligero…¿me voy a morir?
-No…no, yo…me siento igual…
-Alteza no se muera…no se muera…
Recargó el príncipe su frente en la del joven soldado.
-Tú tampoco…
-Yo…dije que moriría por usted…

Recordando eso, Yunho pestañeó, viendo las manos de Yoochun recorrer su pelo en el espejo.
-Dijiste que incluso morirías por mi…
-Así es, señor.
-¿Aún lo harías?
Yoochun asintió.
-Aún muero por usted.

El sol estaba terminando de ocultarse y las hojas de los árboles danzaban suavemente con las repentinas brisas del otoño que acababa de empezar. Los colores de las hojas aún eran verdes, pero algunas empezaban a teñirse de marrón y otras más atrevidas de dorado. Detrás del rojo y el dorado había magia de otoño.
Detrás del rojo y el dorado del dosel, el rey devoraba los labios de su amante. Luego paso a su cuello, succionando, lamiendo, mordiendo. Yoochun le correspondía los besos con ansiedad y se dejaba hacer, acumulando poco a poco más deseo con cada caricia de su rey. Sentado bajo su cuerpo, con las fuertes y morenas piernas a cada lado del suyo, se dejaba mimar y besar por Yunho. Ese rostro, esa expresión de placer contenido, le fascinaba al rey. Le acariciaba, perdiéndose en sus oscuros ojos para luego volver a besarlo con hambre.
Se recostaban y le recorría el pecho con ávidos besos. Luego giraban y Yoochun le besaba la nuca y la espalda, acariciando con sus manos su torso desnudo mientras sus piernas se enredaban pegando la cadera de Yoochun al cuerpo de su rey. Lentamente tomó su mano cuando se sintió listo para la siguiente fase, entrelazando sus dedos, besando su real y suave cuello con deseo. Poco a poco fue adentrándose en él entre jadeos ardientes y animales de ambos. Yunho giró el rostro, buscando cómo devorar sus labios mientras sentía su hombría darle calor y llenándolo de placer. Los labios ajenos acallaban los salvajes gemidos que pugnaban por escapar de ambos.
Ávido de más, Yunho giró por completo hacia Yoochun y separando las piernas a su alrededor le cedió su cuerpo para que lo tomara de frente, sin dejar de disfrutar la sensación carnosa de sus labios y su lengua.
Durmieron lado a lado sobre las sábanas rojas. Yunho admiraba el rostro durmiente de Yoochun sobre la almohada blanquísima antes de contagiarse y dormir también.
Eso cambió una noche de verano. Esas noches, más calurosas, volvían los encuentros amorosos aún más cálidos, pero más breves.
-Hay rebeldes en el pueblo, que temo podrían atacar el palacio,- soltó Yunho de pronto mientras reposaban tras la intimidad.
-¿Señor? – Yoochun se sorprendió y se sentó, observándolo. Su espalda desnuda, que ningún ropaje podría domar jamás, parecía relajada a pesar de la noticia. Si pudiera ver su rostro quizás encontraría inquietud, pero Yunho le estaba dando la espalda y no podía pedirle que girara al rey.
-Envié soldados a contenerlos. Pero no sé si sea suficiente…
-Señor…
-Yoochun…- Yunho se giró hacia él, - pase lo que pase quédate a mi lado…, - tomó su rostro entre sus manos.
-Su majestad…
-Si hay un ataque a palacio…apártate…
-¡Por supuesto que no! ¡Antes mi vida que la suya, majestad!

No pasó mucho tiempo para que los ataque rebeldes llegaran al círculo más rico de Joseon, alrededor del palacio real. Yoochun cabalgaba con una tropa de soldados cuando sucedió una escaramuza. La milicia real tuvo que intervenir en nombre del rey, y aunque lograron contener el ataque su alteza real no estaba del todo complacido.
-Mi señor…puedo sentir su alteración con sólo mirarlo. ¿Qué sucede? ¿Hubo otro altercado? ¿Quiere que vaya a ver?
Yunho no le respondió, mirando hacia un punto inexacto de la pared.
-¿Señor? ¿Acaso…hice algo malo que le enojara tanto?
Yunho suspiró largamente.
-No. En absoluto. Cumpliste con tu trabajo… y volviste ileso.
-Majestad… - podía leer la preocupación en sus ojos,- es mi deber protegerle. Frenando las rebeliones ahora es adecuado para evitar que lleguen aquí.
Yunho sonrió, complaciente. Su general tenía razón. Lo estrechó en sus brazos firmemente y lo condijo tras las cortinas del dosel.
En efecto los ataques rebeldes cesaron. El ambiente se llenó de paz y el pueblo podía respirar la serenidad de las flores mientras realizaban sus oficios. En el palacio todo fluía como antes.
-General Park, hoy es un día excelente, el sol nos sonríe y el viento es suave. ¿Consideras apropiado que salga a comer en los campos?
Yoochun asintió a su señor.
-Si le place, majestad, entonces así será.
Con una caravana de sirvientes y soldados, el rey Yunho se dirigió a s valle favorito, dentro de los terrenos del palacio, cerca de las afueras. Florecitas blancas y amarillas cubrían como manchones algunas áreas del verdor.
Los sirvientes instalaron rápidamente las mesas para la comida y el toldo, y los soldados montaron guardia alrededor. Una sirvienta de bella voz cantó para el rey mientras comía. Yoochun vigilaba detrás de él, de pie. Era en efecto un día esplendido. Invitaba a cerrar los ojos y dejarse llenar por la calidez del clima, la dulzura del aire, y la cercanía del ser amado. Yoochun incluso había preparado una demostración de espada para gusto de su majestad. Estaba pensando en la grata sonrisa de Yunho al observarlo. Sonrió.
De pronto, una flecha zumbó frente a sus ojos, clavándose en la mesa, atravesando y quebrando el plato del guiso de pato. Yunho se giró en dirección al ataque y de inmediato los soldados se pusieron en guardia.
Volcando la mesa de una patada, Yoochun jaló al rey tras ella para protegerlo con la fina madera como escudo. Llovieron más flechas por distintas direcciones, clavándose en la madera.
-General…
-Señor…
Yunho lo vio levantarse con decisión y gritar:
-¡Proteged al rey!
Los solados contestaron al unísono y corrieron para frenar el ataque frontal. En eso, Yoochun percibió tras de sí el crujir del pasto bajo las rápidas pisadas de un ataque por el sur. Se giró desenvainando la espada y corrió a hacer frente a los agresores. Más soldados se apresuraron a apoyarle en la defensa y Yoochun le cortó el brazo a uno de los rebeldes que intentaba trepar hacia el tapanco real.
-¿Qué hacemos, majestad?
Yunho observaba todo, calculando posibilidades. Pero no había tiempo para demaciada reflexión.
-¡Majestad! – lo llamó Yoochun mientras peleaba contra dos a la vez.
Sin pensarlo un segundo más Yunho desenvainó su espada y saltó al ataque. Enfrentó a otro desgraciado que había logrado subir al tapanco, derribándolo, y a otro más que le siguió. Al verlo, Yoochun corrió a su lado. Peleaban como si fuera ensayado.
Fue una batalla sangrienta, muy pareja, donde ninguno de los bandos podía asegurar que saldría victorioso o no.
Por fin los soldados reales consiguieron hacer retroceder a los rebeldes pero no bajaron la guardia. Yunho, jadeante, miró de reojo a Yoochun.
-¿Se acabo, majestad?
-Eso parece…ordena que volvemos ya a palacio.
-Sí, majestad…
No había terminado de responder cuando otra flecha traidora zurcó el viento. Fue más rápido su instinto que el sonido desgarrador de la madera atravesando el firmamento.
-¡Majestad!
En el último instante, Yoochun abrazó a su señor, atravesándose en el peligroso trayecto de la flecha. El metal letal le atravesó por el hombro. Yunho trató de sostenerlo, palideciendo. Tragó saliva justo cuando otra flecha estuvo por herirle, pero de nuevo Yoochun le protegió, girándose y deteniéndola en su mano. Mientras los soldados reaccionaban, divisaban al agresor y corrían hacia él, una tercera flecha fue a parar al vientre del general. Todo fue demasiado rápido. Tanto, que Yunho apenas había podido tragar saliva dos veces, sin poder alcanzar a articular una sola palabra, una sola orden.
-¡Yoochun! – el general se desplomó en el suelo. Sangre empezaba a manchar el pasto bajo él y también sus ropas. Yunho se hincó a su lado, sujetándole aún.
-Mi señor…yo se lo dije…
Yunho palpaba sus heridas, su rostro, desesperado, buscando una solución, al menos aplacar la salida de la sangre con sus manos, intentó incluso juntar la piel con sus dedos y uñas. Los ojos de Yoochun empezaban a cerrarse cuando un cuarto zumbido atravesó el pecho de Yunho. Los soldados, enardecidos y desconcertados, terminaron por masacrar a los últimos rebeldes que se habían rezagado para dar el golpe final.

Yunho se desplomó sobre el pecho de su amante. El pasto debajo de ambos se tiñó de rojo, igual que las hojas del los árboles.


Y soplaba una suave brisa de otoño que hacía bailar las hojas.
FIN.

Crossed Destinies cap 3

Citas

Al parecer seria otra mañana fría de Febrero. Las cortinas de las grandes ventanas de su cuarto estaban cerradas, así que no veía la cegadora luz del día; sin embargo su reloj en la pequeña mesa de noche del lado derecho de su cama, marcaba las 8 de la mañana.

Los últimos días habían sido demasiado rápidos.

Jueves, recepción de la revista MAD; viernes, clases muy temprano en la universidad y ahora hoy sábado. Este día tendría también muchas cosas que hacer.

Changmin se giro boca arriba, mirando el techo de su espacioso y lujoso cuarto. Ayer no había visto a su hermano. Llegó bastante tarde de la universidad y decidió no despertarlo. Felizmente, como siempre, Sami, su ama de llaves, estaba despierta y le abrió la puerta. Ayer se le olvido llevar consigo las llaves y habría sido un problema de no ser por ella.

Se sentía muy cansado. Tenía muchas cosas que hacer en la universidad, que junto con las prácticas que llevaba en la empresa, no le dejaban mucho tiempo libre. No se relajaba, no se divertía. Inclusive, aun seguía renegando de su mala suerte en la fiesta del jueves, por no haber tenido la oportunidad de conversar más con Jaejoong.

No podía creer que le gustara tanto el tipo. Nunca había estado con un hombre, aunque no era la primera vez que le gustara uno.

- La culpa la tienen mis compañeros de la universidad –rió para sí mismo mientras cruzaba los brazos detrás de su cabeza.

Changmin si era un poco más abierto para eso de los amigos a comparación de lo que le decía su hermano. Le divertía pasarla bien con ellos en la universidad. A veces hasta le daban ideas para escaparse de su actual novia. Cada idea más loca que la otra, sin embargo nunca las hizo. Le gustaba divertirse pero tenía un límite. El respeto y la fidelidad hacia otra persona siempre estuvieron en sus principios y era algo que su padre y su hermano siempre sembraron en él desde pequeño.

Entre esos amigos que tenía, tuvo uno que le confesó en algún momento que era gay. Henry se llamaba. Por lo que supo, se transfirió de universidad y no volvió a saber nada más de él. Cualquiera que lo veía nunca hubiera podido averiguar o siquiera pensar su verdadera inclinación. Era alto, quizás uno o dos centímetros menos que Changmin, de porte fuerte, atractivo y varonil. Tenía unos ojos marrones muy bonitos y un sequito de chicas desviviéndose porque él aceptara a alguna como su novia. Era bueno, inteligente y educado. El hombre perfecto e ideal.

Le contó su secreto a Changmin en una de sus tantas confesiones de amigos. En realidad, el menor lo había considerado su mejor amigo. Un día desapareció, le dijeron que se había transferido, y cuando intento contactar con él, no pudo hacerlo. Hace ya dos años de eso. Ahora él cursaba su último año de universidad.

Sí, él fue el único hombre que le gustó a Changmin. Sus compañeros actuales de la universidad bromeaban con el tema de la homosexualidad y pues, él no le daba mucho interés a eso.

Nunca paso nada en concreto con Henry. Él sabía que Changmin tenía novia. Y nunca insinuó nada que no fuera amistad. El menor tampoco lo hizo. Aun así, hubo ciertos momentos, en los que podría decirse que hubo algo de “tensión” entre ellos. En especial cuando hablaban de temas personales o se encontraban solos.

- Es curioso que lo recuerde ahora a él cuando estaba pensando en Jaejoong –Changmin se levantó con pereza de la cama. Revolvió un poco su cabello y se dirigió al baño.

Era más que seguro que el madrugador de su hermano ya se había levantado. Debía apurarse para alcanzarlo en el desayuno y poder hablar de su próxima peculiar agenda universitaria.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

- ¡Ya no sirvas más! Es suficiente Sami –dijo Yunho con una sonrisa divertida.

- Joven Yunho-shi está muy delgado. Necesita nutrientes. La leche es muy buena para los huesos.

- Si le sigues dando tanta leche tendrá fuertes huesos pero un estomago desastroso –Changmin entro en la cocina con una periódico en la mano. Lo dejo en la mesa y en su lugar tomo un pan que había en una cesta -. ¿Tú no tienes problemas con la lactosa, Hyung?

- Esta leche esta deslactosada –contesto la mujer con un tono de quien no comete errores -. Y joven Changmin, déjeme decirle que usted también necesita tomarla –le acerco un vaso lleno del líquido blanquecino-. En cualquier momento se desmaya de tanto estrés y trabajo.

- ¡Cierto! ¿A qué hora llegaste ayer? Estaba cansado y me quede dormido.

- No fue tan tarde tampoco –se defendió el menor-. ¿A las doce más o menos? –miró a la mujer para tratar de corroborar lo que decía-. Cosas de la universidad, Hyung. Este último año lo tengo bastante complicado.

- ¿Tienes temor de no pasar algún curso?

- No es eso. Simplemente tengo mucho que hacer. Las prácticas en la empresa tampoco son de mucha ayuda.

- ¿Que quieres que te diga Changmin? –comentó Yunho tranquilamente, sabiendo que el comentario de su hermano iba dirigido a la obligación y responsabilidad que le había dado en la empresa. – Ya sabes que necesitas estar en ese mundo desde ahora. Es para que…

- …gane practica. Lo sé, Hyung –interrumpió su hermano-. Y hablando de prácticas, viajare a los Estados Unidos en la tarde.

Yunho detuvo su tasa en el aire y miro a su hermano, sorprendido.

- ¿Es enserio? ¿Desde cuándo lo tenias decidido y porque no me avisaste?

- Desde ayer, más o menos a las 8 pm, y si no te avise fue porque cuando llegue estabas dormido –el menor se acomodo en su asiento y se recostó en el respaldar de su silla -. Además, no lo decidí yo. Me lo impusieron en la universidad. Aunque ellos le llaman mas, “una invitación de honor” –dijo estirando los brazos y haciendo un gesto con las manos de comillas en el aire y un rostro fastidiado.

- Sigo sin entender mucho –respondió Yunho, aun algo confundido.

- Quieren que vaya como el mejor alumno de la clase de último año. Se supone que tengo que entrevistarme con el director de una universidad de allá, que en estos momentos no recuerdo el nombre. Creo que quieren que converse de un convenio o algo así.

- ¡Pero eso es genial! Mejor alumno –dijo el mayor con orgullo -. ¿Por qué no te veo contento?

- Porque creo que se aprovechan de mi nobleza –Changmin reía un poco ante la reacción de su hermano-. Sospecho que no tienen a quien mandar y se excusan en algunas de mis calificaciones. Supongo también es por mi posición y mi nombre, lo cual hace que se vea más patético y menos autentico.

- Estas juzgándolos demasiado –sentenció su hermano-. Y en tal caso, ¿qué tiene de malo tu posición? Que a veces la utilices para sacar beneficios no es malo. Nadie nos ha regalado lo que somos ahora.

- Sera a ti Hyung. Yo aun no he hecho nada –el menor mostraba una sonrisa divertida.

- Pero lo harás –Yunho le regalo un guiño cómplice-. Esta es solo una oportunidad más. A todo esto, ¿a qué hora sale tu vuelo y cuando vuelves?

- Hoy a las tres de la tarde y vuelvo el lunes por la tarde, no sé a qué hora aun. Veré que vuelo hay.

- Entonces ve con cuidado. Sé que todo saldrá bien –su hermano mayor le regalo una sonrisa conciliadora.

Changmin sonrió y se estiro en su asiento.

- Y tu Hyung. ¿No tienes planes para la tarde?

Recién entonces Yunho recordó lo que se suponía quería conversar con su hermano. La invitación de Jaejoong. Aunque después de lo que acababa de escuchar, al parecer tendría que ir solo.

- Nada interesante. Tengo una reunión en un par de horas en la empresa y en la tarde pues… no sé. Nada supongo. Creo que Yoochun llega hoy de viaje así que quizás vaya a verlo.

- Buena idea Hyung –Changmin se puso de pie con la intención de irse, cuando la mujer que había estado en la cocina, silenciosa escuchándolos, lo tomo del brazo con una mirada severa y le entrego otra taza grande llena de leche-. Creo que esta me la tomare en mi habitación Sami –el menor recibió la taza con una sonrisa entre divertida y temerosa-. Saludas a Yoochun-Hyung de mi parte. ¡Podrías ir a ver el partido a su casa! Llévale algo de comer y de beber y estará feliz –sé dispuso a salir y antes de cruzar la puerta volteo a ver con cariño a su hermano-. Diviértete mucho Hyung.

Yunho solo le devolvió una pequeña sonrisa nerviosa antes de verlo salir hacia su cuarto.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

- Me plantaste.

- ¿Cómo te planté? No entiendo.

- Teníamos una cita.

- No sé si que me recojas en el aeropuerto podría considerarse como una cita.

- Para mí si lo era. Quería verte. Tengo muchas cosas que contarte.

Jaejoong se quejaba por teléfono con su mejor amigo. Dos de las llamadas perdidas y cuatro de los mensajes que recibió ayer habían sido de Junsu. Todos preguntando donde estaba y contándole que ya se disponía a tomar el avión. Esta mañana recibió uno donde decía que no lo recogiera en el aeropuerto como habían quedado. Le habían sucedido algunos imprevistos que tenía que resolver.

- ¿Serán a caso las cosas pendientes que tienes que hacer mas importantes que yo?

- Jae, no dramatices por favor –contestó su amigo con un tono algo cansado-. Se me presentaron cosas y tenía que hacerlas. Supongo, yo también tengo muchas que contarte.

- ¿Está todo bien? Te siento aburrido.

- Solo es cansancio. Necesito descansar. Ha sido un vuelo muy largo.

- ¿Y cómo salió la sesión de fotos? Espero no hayas roto demasiados corazones por allá.

Junsu sonrió del otro lado del auricular.

- Mas bien se rompieron tazas, sillas y todo lo que el director alcanzo para tirar.

- ¿Entonces no fue del todo buena? –respondió su amigo, preocupado.

- Hubo pocos problemas. Más que todo por la modelo y los nervios de punta del director. Nada nuevo, en realidad. Ya te contaré luego, ¿sí? ¿No te molestas si te digo que tengo muchas ganas de irme a descansar?

- Si me molesto, pero que puedo hacer. Siempre me haces perdonarte.

- Gracias –contestó Junsu con cariño-. Conversamos luego.

Jaejoong se despidió y corto la comunicación. Lo sentía más cansado que otras veces. Quizás, esta vez solo se aburrió un poco más. Por lo que sabía a su amigo no le gustaban mucho los viajes largos, por lo tanto no le gustaba mucho viajar. En muchas ocasiones le había dicho que tenía que acostumbrarse porque prácticamente era algo que siempre tendría que hacer.

Solo esperaba que su cansancio no tuviera nada que ver, además de su viaje, con las personas que conocieron en la recepción del jueves.

En tal caso, porque él estaba más que contento con los resultados que obtuvo de esa fiesta. La estaba pasando muy bien con los sucesos que se han estado dando durante estos tres últimos días. Y hoy también tendría que ser un buen día.

- Y hablando de cancelar citas –Jaejoong tomo el celular que estaba en la pequeña mesa del frente del sofá donde estaba sentado y se puso de pie dispuesto a irse a su cuarto para darse un baño y arreglarse.

Revisó los otros dos mensajes que recibió ayer

- Supongo tendré que hacer algunas llamadas antes de encontrarme con usted Yunho-shi –dijo divertido para sí mismo.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Al final si llego a llamar a Yoochun. Pero según su amigo, se sentía muy cansado.

- El viaje ha sido muy largo –le dijo-. Hoy solo quiero dormir.

- Anda, vamos. Changmin no vendrá porque tiene que viajar. Tomaremos algo y veremos el partido que te gusta –insistió Yunho por el teléfono hace una hora.

- ¿Y quieres que vaya con este cuerpo? –Replicó ofendido el publicista-. Ten compasión de mí. Odio los viajes aburridos de trabajo y lo sabes. Además, iras con el tal Jaejoong. No es que vayas a estar solo.

Claro que estaría con él. Sin embargo no podía decir que no se sentía solo. Creyó que la relación con el editor de la revista MAD se había hecho más cómoda, pero allí, a punto de entrar al pub, le volvía otra vez el nerviosismo. Hubiera preferido estar con su hermano o con su mejor amigo.

“¿Entonces porque le mentiste a Changmin?” le dijo una voz en su mente. “¿Por qué no le dijiste que vendrías a encontrarte con Jaejoong ahora en la tarde?

Ni el sabía porque lo había hecho. Fue un acto reflejo. Changmin preguntó y el simplemente lo oculto. Si ahora se ponía a pensar bien, no habría razón para haberlo hecho.

- A Changmin le cae muy bien Jaejoong –habló para sí mismo-. Tal vez se hubiera sentido más decepcionado y preocupado por su viaje que impediría que venga esta tarde.

“Mentira. Sientes que se pondrá celoso”

- ¡¿Celoso?! –repitió sorprendido -. ¡Por Dios! ¡Ni que le gustara! ¡Pero qué demonios estoy pensando! –se recriminó.

Aun así ese joven de ojos claros todavía lo ponía nervioso. No olvida la manera en que le hablo la vez que se conocieron en la recepción y aunque hay momentos en los que se siente cómodo cuando conversan, también hay otros en los que siente que su postura cambia y muestra una manera más “seductora” de su personalidad.

- Ni que yo fuera una chica –pensó molesto.

Poniendo punto final a sus pensamientos empujo la puerta de vidrio en la parte donde en un letrero se leía “push”.

Fuera se sentía frio pero dentro el ambiente era mucho más cálido. Todo el lugar estaba lleno. La gente hablaba y paseaba entre las mesas con total naturalidad. Aunque estaba atestado en su mayoría por varones también había algunas mujeres en el lugar. Al fondo del establecimiento en un lugar un poco más reservado, como la primera vez que se vieron, se encontraba Jaejoong muy entretenido con lo que parecía ser su celular.

Cuando Yunho llego a su lado, alzó la vista algo sorprendido. Se puso de pie y estiro el brazo.

- No me había dado cuenta que había llegado –le dijo con una sonrisa cordial.

- Disculpe por asustarlo –le respondió el saludo-. Estaba usted bastante concentrado en su teléfono.

- Nada importante. Asuntos que tenía que arreglar.

- Sentémonos entonces –Yunho se sentó frente a él-. ¿Ha llegado hace mucho?

- No tanto. Pero no tuve tiempo de almorzar. Muero de hambre –sonrió el ojimiel algo tímido-. Espero no le moleste que haya pedido algo de comer.

- No, claro que no. Yo tampoco he tenido tiempo de almorzar. Creo que también pediré algo –el joven de ojos negros volteo con la intención de buscar un mozo pero sintió que lo tomaban del brazo. Al girarse encontró otra vez esa mirada que lo ponía nervioso.

- No se preocupe –Jaejoong aun no soltaba su brazo-. Lo que he pedido es para los dos.

- No entiendo –Yunho retiro despacio su brazo. El editor, con un gesto natural, lo soltó.

- Son una especie de pastelillos para los dos. Pensaba que estaba bien pedirlos mientras veíamos el partido.

Y nuevamente volvía a ser la persona cómoda con la que se podía conversar. Lo haría con mucho respeto, pero Yunho al fin sintió que quizás era el momento de hablar de cosas que tenía que aclarar.

- Jaejoong-shi…

- Llego lo pedí –lo interrumpió con una voz cantarina mientras un mozo colocaba una pequeña cesta redonda con panecillos de diferentes tipos-. Y dígame Yunho-shi. ¿No está usted demasiado arreglado para una salida tan informal?

- ¿Eh? –Yunho se miró confundido. Traía su chaqueta y unos pantalones de vestir junto con una camisa blanca.- Vine de una reunión. Por eso es que tampoco me alcanzó tiempo de almorzar.

- Oh, ya veo. Siempre le surgen imprevistos. Qué bueno que no hayan sido impedimentos para nuestra cita –mientras hablaba, Jaejoong lo miraba directamente a los ojos mientras metía lentamente cada panecillo en su boca.

Yunho se acomodo el saco y desvió levemente la mirada. Respiro hondo y volvió a mirar a su acompañante.

- Discúlpeme, pero no entiendo que es lo que busca.

- No le entiendo yo a usted.

- Jaejoong, cariño. Creí que tenías trabajo.

Una mujer muy hermosa, de aspecto americano, se acerco y llamó su atención, apoyando ambas manos en la mesa.

- Jany linda, ¿cómo estás? –El hombre de ojos claros la tomo de las manos mientras le mostraba una hermosa sonrisa-. Me sorprende verte por aquí. Y aunque no lo creas, estoy trabajando –le lanzó una mirada rápida y cómplice a Yunho. Él entendió.

La mujer tomo una de esas sillas sin respaldo y se sentó muy cerca de Jaejoong. Enredó sus brazos en el de él y lo beso muy cerca de los labios.

- Últimamente me tienes muy desatendida. Ya ni siquiera me saludas como antes.

- Estoy en una reunión, ¿recuerdas? –dijo mirando a Yunho.

La mujer también dirigió su mirada hacia él. Lo evaluó con la mirada.

- Es un hombre atractivo. ¿Por qué no se relajan un poco señores? Todos los que están aquí han venido a ver el partido. Y supongo esa era su segunda intención después de su reunión. Yo también he venido con unos amigos –miró a Yunho-. Llamaré a una.

Jany levantó la mano y empezó a dar saltitos en su asiento con la intención de llamar la atención de alguien.

Jaejoong miro divertido al hombre que tenía en frente. Parecía querer disimularlo, pero lo notaba incomodo, nervioso y hasta algo asustado. Toda esa imagen de él solo lo lleno de cierta tierna alegría.

Otra mujer, con rasgos parecidos a la que estaba sentada con ellos, se acercaba con un movimiento premeditadamente sensual. Tenía una pequeña jarra en las manos que contenía lo que al parecer era cerveza.

- Un chop helado –dijo mientras ponía la jarra en la mesa con un golpe seco. Inmediatamente miro a Yunho. Tomo otro asiento que estaba libre y lo coloco muy cerca de él. La reacción sorpresiva de este solo fue echar su cuerpo un poco hacia atrás.

- Hi, my name is Tina* –la mujer recostó su pecho en el brazo de Yunho y acerco su rostro más al de él -Perdón si a veces uso el inglés. Lo hago solo cuando me siento muy cómoda. Can you speak english, Darling?**

- Si puedo señorita.- respondió el hombre con una sonrisa nerviosa, tratando de averiguar la manera de alejarse un poco más sin caerse del banquillo-. Pero creo que es muy pronto para decir que se siente realmente cómoda.

- Pero es que es así –se acerco mas-. ¿Tú no sientes lo mismo?

Si se paraba de improviso, la mujer de todas maneras se iba contra el suelo. Se tranquilizó, la tomo delicadamente de los hombros y la empujo suavemente mostrando la mejor sonrisa que pudo.

- Discúlpeme. Necesito ir a los servicios –se puso de pie. Frente a él, la mujer que estaba con Jaejoong se entretenía en jugar con su cabello mientras le hablaba cosas al oído y este reía quedamente mientras tomaba su mano. Cuando se levanto, el ojimiel dirigió su mirada hacia él.

- ¿Ya se va?

- Vuelvo en un momento –se giro y fue hacia una salida cerca de la barra que dirigía a los baños del establecimiento.

Una vez llego, empujo la puerta y se apoyo en uno de los tres lavabos que tenia aquel lugar. Alzo el rostro y lo vio en el espejo.

“Eres patético Yunho” pensó “¿Ósea que ahora te da miedo el coqueteo descarado de una chica?”

El conocía ese juego. Debía admitir que una que otra vez lo jugó durante su tiempo de universidad. Siempre impulsado por Yoochun claro está. Y aunque hubiera podido seguirle con total tranquilidad la corriente a la joven, no se sentía con ganas de hacerlo.

- Estamos en medio de una reunión. Es inapropiado y una falta de respeto –dijo mientras continuaba viendo su imagen-. Sin embargo, el tipo aquel hace todo lo contrario. ¿Qué imagen se supone me puedo llevar de él?

Abrió el grifo y con ayuda de sus manos, se mojo el rostro. Luego de esto, volvió a apoyarlas a los extremos del lavabo.

- Solo me gustaría irme.

- Entonces, vayámonos Yunho-shi.

Jaejoong entro en el lugar y se acerco al lavabo contiguo al de Yunho. Apoyo su cuerpo en el, con los brazos cruzados hacia adelante.

- Quiero pedirle disculpas por lo que sucedió. Todo se escapo de mis manos.

- Sí. Bueno, supongo no es culpa suya –volteo el rostro hacia el otro lado mientras se mordía un labio y cerraba fuertemente los ojos. “!¿Qué no era su culpa?! ¿Entonces de quién? Idiota Yunho”-pensó.

- Evitar a esas mujeres es cosa difícil. Ya se habrá dado cuenta –rio el ojimiel moviendo la cabeza de un lado a otro-. ¿Pero qué fue lo que paso? ¿No le gusto Tina?

- No es eso. Simplemente creo que no es el lugar…

- Claro, tiene razón. Fue muy descortés de mi parte haberlo hecho. Nosotros ni siquiera hemos tenido tiempo de conversar de nada en concreto y usted ya se quiere ir.

- Ya le dije antes, que no creo que sea su culpa.

- Igual me siento algo decepcionado –Jaejoong pensó un momento y volvió su rostro para ver a su acompañante-. Usted dijo que quería irse, ¿cierto? Bien, pues lo sacare de aquí pero nos iremos a otro lugar para poder continuar con nuestra, como podría llamarlo, ¿reunión?

Yunho lo miro cauteloso.

- ¿A dónde quiere ir?

- Primero dígame si está de acuerdo.

El joven de cabellos negros se enderezó y con semblante entre desinteresado y pensativo, llevo una mano a su nuca.

- Bueno, la verdad no me imagino como alcanzaríamos a salir sin que nos vieran…, pero está bien por mí. Podríamos conversar en otro lugar

- ¡Perfecto! Iremos a un lugar donde dudo que encontremos a algún conocido.

- ¿Tan seguro esta?

- Creo que sí. Nadie interrumpirá.

El joven de ojos claros se giró hacia la puerta dándole la espalda a Yunho, mostrando una media sonrisa, que este ya no pudo ver.

- Y terminaremos lo que hemos venido a hacer.