KINGDOM TVXQ!

CLOSE 2U
Arualthings

Our World

Sus mundos eran totalmente diferentes, sus familias y amigos no entendían su relación, pero lo que sentían el uno por el otro, era más fuerte que todo lo demás. Lo que no sabían, es si esto sería suficiente para estar juntos.

El príncipe de los bárbaros

En un mundo antiguo un hombre busca levantar a su pueblo e inicia la búsqueda de un ser que le brindará todo el poder que necesita, sin saber que forma parte de un historia muchísimo más grande que su propia ambición. Shim Changmin y Kim Junsu se encontrarán de forma inesperada para formar parte de un destino dictado por la atracción entre gemas.

Insano

Junsu no podía creer que aún después de todo ese tiempo de humillaciones por parte de sus dos mejores amigos él no se hubiera vuelto completamente loco, desquiciado; en cambio se sentía renovado, en una nueva piel.

Lluvia de estrellas

¿Crees en los deseos? Yunho alzó la vista al cielo y con una lágrima oró a las estrellas para que le concedieran un deseo… desde ese momento el destino de Changmin reposó entre sus manos. El máximo inconveniente es recordar… ¿quién es Changmin?

You are everything I've been looking for

Después de una decepción amorosa, Changmin decide alejarse de la vida como la conoce, acompañado de su mejor amigo Jonghyun. Juntos descubrirán sentimientos que les cambiarán la vida para alejarlos o acercarlos más, mientras conocen a un grupo de peculiares personas en un lugar común y corriente...

Dolor

Todos tenemos algo que ocultar en nuestras vidas pero ¿Qué ganamos con eso? ¿El guardar todo ese dolor solo para nosotros, no también causa dolor a los que nos rodean?

Novio secreto

La relación de Changmin y Jaejoong era un secreto para el mundo, sus únicos testigos eran aquellos lugares donde se veían a escondidas, los testigos mudos de su amor y su pasión, de su tristeza y desesperación.


Police Love: ¡¡FORBIDDEN!! cap 2

Sentado en la barra de una taberna no hacía más que beber y hablar con el cantinero.

- Así que volviste a hacer de las tuyas, ¿eh?- preguntaba el cantinero, mientras limpiaba un vaso con uno de los tantos paños que habían colgados por la parte baja de la barra.

- No, te equivocas. Esta vez solo paseaba como un ciudadano más, sin motivo ni interés de robar nada, cuando un policía me reconoció.

- Te pasa por ser el más buscado de toda Corea ¿no, Yoochun?- preguntó con una voz y una risa burlona.

Una sonrisa se formó en su cara en el preciso instante en que terminaba de tomar otro sorbo de cerveza. -¿Acaso olvidaste que tú también lo eras?. ¿O has olvidado aquellos tiempos en que los dos corríamos por nuestras vidas?

- ¿Olvidarlo?. ¡Pero si fue la mejor etapa de toda mi vida!- dijo el cantinero riéndo a carcajadas. - Aquellos tiempos, aún éramos jóvenes en ese entonces.

- ¡¿Jóvenes?!, ¿y tú crees que estás hablando con un viejo? Discúlpame amigo, pero yo aún estoy en la flor de mi juventud. - dijo Yoochun bebiendo otro sorbo de su cerveza.

-Y veo que la aprovechas muy bien, estimado. Escuché por ahí que no dejas que se te escape ninguna jovencita. ¿Otro vaso? -preguntó el cantinero al tiempo que abría otra botella para servirle a su amigo.

- Por favor - dijo Yoochun tendiéndole el vaso para que le sirviera. Una mirada satisfecha era lo que sus ojos reflejaban en ese instante. - Sabes que no soy muy fanático de la cama ni nada, Junsu. Pero pareciera que estas hermosas damiselas llegan a mí como pidiéndomelo a gritos. Después de todo, no he perdido mi buen trato con las mujeres.

- Desde que te conocí que siempre has sido un Don Juan, Yoochun. Y como tu amigo y compañero te digo que a veces me preocupa un poco las cosas que haces. - Dijo Junsu dejando la botella a un lado y mirando a Yoochun con una mirada que denotaba preocupación.

-No empieces de nuevo con tus charlas de padre sobreprotector Junsu. Sabes que no las soporto - Dijo Yoochun desviándo la mirada de los ojos de su amigo.

- Sólo digo lo que pienso. Lamento ser tan latero contigo. - Dijo Junsu levantando los hombros y mirando hacia una mesa vacía. - Hey, Yoochun, no sé si te diste cuenta, pero la señorita de la mesa cuatro no te ha despegado los ojos de encima desde que entraste.

- ¿Enserio? - Dijo Yoochun dándose vuelta disimuladamente. Una joven de unos 20 años de edad lo saludó con la mano, mientras se cruzaba de piernas, dejando a la vista un campo mucho más amplio de estas. - Pensé que no te gustaba lo que estaba haciendo, ¿no, Junsu? - dijo dándose la vuelta después de haberle devuelto el saludo a la joven con la mano, sin antes regalarle una de sus mejores sonrisas acompañada de la mirada más seductora que tenía. Su arma mortal, como le gustaba llamarla.

- La verdad no me gusta mucho. Pero debo admitir que hasta ahora, nada te ha salido mal. Además, tienes a Jae de tu parte. Después de todo, él siempre ha sido como nuestro hermano mayor.

- Ahora veo el porqué de tu disgusto. Seguramente Jae te ha contado algo que escuchó de mí ¿cierto? - dijo al momento que terminaba de tomar todo su vaso de cerveza.

- No, nada de eso. Sabes, mejor dejemos toda esta conversación hasta aquí. Creo que estarás ocupado la próxima media hora - Dijo Junsu saliendo de detrás de la barra y dirigiéndose a una mesa donde empezaba a formarse lo que parecía un pleito.

Yoochun lo siguió con la mirada hasta que vio que la joven mujer que lo había saludado hace un momento, se dirigía donde él estaba. "Creo que estarás ocupado la próxima media hora", sonrió al comprender lo que había querido decir Junsu con esas palabras. "¿Media hora? Por favor, Junsu. Dame mínimo 45 minutos" se decía así mismo con una sonrisa en la cara.

- Veo que no eres muy sutil a las indirectas ¿eh?- le dijo la joven al momento que se sentaba al lado de él en la barra.

- Mis disculpas, hermosa dama- Dijo dándose vuelta para quedar mirando directamente a la mujer, para poder tomarle una mano entre las suyas. - Pero resulta que el fulgor que irradian tus ojos no me ha dejado apreciar por completo tu belleza - Dijo besándole la mano que había tomado y que había comenzado a acariciar.

La joven notó un cierto sonrojo en sus mejillas, por lo que no pudo hacer nada más que dejar escapar una risita nerviosa, al tiempo que se tapaba la boca con la mano que tenía libre.

- Pensé que lo había espantado o que había ido demasiado rápido para Usted - dijo un poco avergonzada la joven.

- Shh - dijo Yoochun al tiempo que un dedo se dirigía a los finos labios de la joven. - No tienes porqué disculparte, preciosa. Y si me has espantado, sería solo por tu belleza sobrenatural. - A medida que hablaba, se iba acercando más y más a la cara de la joven. Entre más la veía, más llamaba su atención. De verdad era una joven muy linda, típicas jovencitas que salen del liceo y lo primero que hacen es buscar a alguien con quien acostarse. "Y veo que ha elegido a la persona correcta, haré que su primera vez sea inolvidable, y por supuesto, la mejor de todas" pensaba Yoochun.

- Esto... creo que... no es el lugar adecuado. - decía la joven con la voz realmente baja, apenas si murmuraba. Bien podía ser para que no la escucharan, o bien porque aquel beso la había dejado prácticamente sin aire ni fuerzas para emitir un sonido. Yoochun creía lo segundo.

- Me vuelvo a disculpar con Usted, mi lady. Creo que he sido un mal educado, con su permiso, mejor me retiro del crimen. - dijo parándose del asiento y haciendo como que se dirigía hacia la puerta.

- No, ¡espere! - dijo la joven alcanzando a tomarlo del brazo.

"Bingo" pensó Yoochun. - Dígame, ¿hay algo que pueda hacer por Usted? - preguntó volviéndo a mirar a los ojos a aquella pobre mujer.

- Creo que ... - dijo mirando hacia abajo - creo que arriba hay un cuarto, si mal no recuerdo - en su voz se notaba tanto el nerviosismo como las ansias de subir.

- Entonces, después de Usted - dijo Yoochun indicándole el camino con la mano.

La joven mujer avanzó hacia las escaleras y Yoochun la seguía por detrás. Junsu que había estado en medio de la supuesta pelea, que por cierto había logrado detener a tiempo, no había dejado de observar los movimientos de Yoochun. "No tienes remedio, Yoochun" había pensado, como si fuera a comunicarse con él por medio de telepatía o algo así. Sin embargo, algo en su corazón le decía que Yoochun, aún siendo un ladrón toda su vida, hasta ahora, había sabido vivir como un rey.

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Se escuchaban unos pasos por el pasillo, alguien se acercaba a la oficina. Por el sonido que hacían las ruedas, se podía adivinar que venía con una maleta. Abrió la puerta y se encontró con dos personas dentro, de inmediato reconoció a una de ellas.

- ¡¿Tío?! - exclamó al instante en que abría la puerta.

- ¡¿Cha-Changmin?! - dijo Yunho con un resplandor en sus ojos. Poco menos se abalanzó sobre su sobrino Changmin, haciéndo que este soltara la maleta que traía.- ¿Cómo es que ... cuando llegaste? - Preguntó muy emocionado.

- El Comandante me llamó ayer en la mañana, pero andaba en unos casos, así que no pude atender el teléfono. En cuanto llegué a mi casa, Takagi me informó que tenía una llamada.- Dijo Changmin tan entusiasmado como Yunho.

- ¿Takagi? - Preguntó Yunho intentando hacer memoria.

- Sí, Takagi. Es el asistente japonés que contraté hace casi un año. Creo que no te había hablado de él, tío.

- No, la verdad no lo recuerdo muy bien. -Dijo Yunho rascándose la cabeza como para intentar recordar mejor.

- Bueno, después se contarán sus historias y les daré un tiempo para que hablen, después de todo, sé que hace años que no se ven. Pero ahora, tenemos un asunto más importante que atender. Les recuerdo el motivo por el cual los he reunido aquí a los dos. - Dijo el Comandante parándose de su silla y caminando hacia delante del escritorio.- Inspector Yunho, necesito que ponga al tanto a su sobrino sobre las situaciones que han ocurrido con este ladrón, necesito que lo informe muy detalladamente de todo cuanto sea necesario. ¿Puedo contar con Usted?

- Por supuesto, Comandante.- Respondió Yunho a la interrogante de su mayor.- Changmin, ven, te explicaré todo en mi oficina. Trae tus maletas.

- De inmediato, tío ... - dijo Changmin recogiéndo su maleta.

- Inspector ... Desde ahora te referirás a mí como Inspector. - Dijo Yunho, poniéndo su mirada más dura con su sobrino.

- Entendido, Inspector. - Dijo Changmin con una sonrisa de orgullo al momento que pronunciaba esas palabras.

Salieron los dos de la oficina del Comandante, Changmin seguía a Yunho por el pasillo. Era primera vez que Changmin iba a ver la oficina donde trabajaba su tío, y también era primera vez que iba a trabajar con él, prácticamente, después de casi cinco años. Entraron a la oficina de Yunho. "No es tan grande como la imaginaba, pero mi tío sigue siendo igual de desordenado" pensó Changmin en cuanto entró.

- Bueno - Dijo Yunho- Aquí es donde trabajo, no está muy ordenado que digamos, pero nunca he sido un fanático del órden después de todo - Dijo como si le hubiera leído los pensamientos a Changmin.

- Me la imaginaba un poco más grande - Dijo Changmin dejando su maleta en un rincón y tomando asiento en una silla que le apuntaba su tío.

- Sí, es pequeña. Esta oficina me la pasaron hace solo tres meses. La que tenía antes era más grande, pero era porque la compartía con otros dos oficiales.

- No te preocupes, creo que está bien para tí. Por cierto, Inspector - Changmin aún no se acostumbraba a decirle así, aunque no podía negar que lo llenaba de orgullo saber que su tío tenía el grado de Inspector en la comisaría central de la capital de Corea.- Le quería pedir un favor, si no le molesta, me gustaría quedarme en su casa por unos dos o tres días, hasta que encuentre un apartamento apropiado para quedarme.

- No te preocupes Changmin, puedes quedarte. Además, tu tío ya se estaba sintiendo un poco solo en esa casa- Dijo Yunho mostrando la mejor de sus sonrisas.

- Muchas gracias. Ahora, me gustaría que me hablaras un poco de este ladrón. ¿De verdad ha sido tan difícil su captura? La verdad no me imagino que tan escurridizo puede ser.

- El Comandante me dio esta misión porque a los oficiales les estaba causando muchos problemas - Dijo Yunho con una cara seria - Ten, estos son todos los informes que tengo sobre él, aunque igual ahora te explicaré las cosas más básicas, después cuando tengas más tiempo los lees. Este no es un ladrón común, lamentablemente, nos estamos enfrentando a alguien de un nivel más alto.

- ¿Un nivel más alto? - Preguntó Changmin

- Sí. Verás, tiene ciertas ventajas sobre nosotros, ya que siempre que vamos tras su captura, se escurre por unos pasadizos que sólo alguien que vive por años en las calles puede conocer. Según los antecedentes que tienes ahora en tus manos, dice que desde los siete años que esta persona hace de las suyas en la capital.

- ¿Y en esos tiempos tampoco fue capturado?

- Por supuesto que sí, después de todo solo era un niño, así que no traía muchos problemas, pero fue por esa misma razón que nunca pudo estar más de dos días detenido. Era menor de edad, y sabes que las reglas no se aplican a los menores de edad.

- Comprendo - Dijo Changmin achicando un poco los ojos como quien se detiene a pensar.

- El caso es que a medida que iba creciendo, más difícil se nos hacía poder atraparlo. Al principio solo robaba comida, y claro, siendo niño no tienes otra necesidad más que la de comer, pero ya cumplidos los catorce años más o menos, comenzó a robar cosas de valor. Se disfrazaba de una persona importante y no sé con qué facilidad se colaba en las fiestas de las personas adineradas, incluso una vez alcanzó a colarse a una fiesta que hizo el Comandante en su casa. La verdad, no sé cómo pudo entrar, el Comandante solo tenía entradas para los oficiales de la policía, no sobraba ninguna, pero él fácilmente pudo entrar.

- Una pregunta, ¿fueron todos los oficiales que había invitado el Comandante? - Preguntó Changmin, que se notaba ya más interesado en el tema.

- Todos, no faltó ninguno. Lo dices por la cantidad de entradas ¿cierto?

- Sí. Si hubiera faltado alguno, podríamos considerar la posibilidad de que el policía que faltó, de alguna forma habría perdido la entrada, o la hubiera vendido para ganar dinero o simplemente que se la hayan robado. Si fuera el caso, ya sabríamos como se las ingenió para poder entrar a la fiesta.

- No. También habíamos pensado lo mismo. Pero no faltó absolutamente nadie. Incluso hubieron muchos policías que quedaron fuera de la lista y quisieron entrar, pero los guardias de la entrada no se los permitieron. Yo mismo estuve ahí, y puedo confirmar que no dejaron pasar a nadie que no tuviera la entrada.

- Un caso digno de investigar - Dijo Changmin, quien ya le había encontrado un cierto gusto a todo lo que recibiera el nombre de "reto" o como solían decir los detectives "un crimen perfecto".

- Exacto. Después de un tiempo, dejamos pasar ese caso por alto, como muchos otros, en los que no hemos podido encontrar respuesta a ciertas interrogantes. La cosa es que, después de ganar cierta fama y tener cierto renombre por el área, comenzó a robar joyas, de las más caras joyas jamás pensadas. Ya no se conformaba solo con joyas de la gente adinerada, tuvo incluso la oportunidad de robar la joya de la mismísima reina de España, pero no pudo, por alguna razón, su objetivo se vio bloqueado.

- ¿Bloqueado? - Preguntó Changmin mirando rápidamente a su tío.

- Sí, no sabemos muy bien la razón, pero no pudo robarla. Fue un milagro para nosotros, ya que nos habían contratado como escolta de la reina y hubiera sido una gran crisis para Corea y España si una de las joyas de la Reina hubiera sido robada.

Changmin no despegaba su mirada del suelo, notoriamente, había algo que le incomodaba.

- Disculpa, Inspector, pero aquella vez recurrieron a una vigilancia mayor que en cualquier otra, ¿cierto?-

- De que fue mayor, por supuesto que fue mayor, pero si me pides mi opinión, encuentro que no fue la suficiente como para escoltar a una reina.

Había algo que aún le molestaba a Changmin, no dejaba de tocarse el mentón y de mirar el suelo, como si hubiera algo escrito en él y tuviera que descifrarlo antes de tal hora.

- ¿Ocurre algo, Changmin? - Preguntó Yunho que notaba algo distraído a su sobrino

- Oh, no nada. Continúa por favor. - Dijo Changmin moviéndo la cabeza como quien despierta de un sueño.

- Bueno, hasta ahora, eso es lo único que te puedo contar. Para que las cosas te queden más claras, deberías hecharle una leída a esos documentos que tienes en las manos. - Dijo Yunho levantándose de su asiento.

- Uhm, eso haré, Inspector.

- Oh, casi lo olvidaba. Me faltó contarte un detalle muy importante, últimamente, aparte de estar robando joyas de la realeza, también no ha perdido el tiempo, y como todo hombre a los cuales se les suele llamar "viejo verde" ha estado acosando a jovencitas.

- ¡¿Acosado dices?!

- Sí, no te sorprendas tanto. Después de todo, es lo único que le faltaba. Pero hay una detalle muy extraño en sus violaciones, si es que las podemos llamar así.

- Dices que ha estado acosando a gente ¿no?. ¿Cómo no llamar violación a algo como eso?

- Es que lo más extraño, es que hemos tenido la oportunidad de interrogar a dos jóvenes, y ninguna de las dos quiere darnos datos.

- ¿A qué te refieres? - preguntó Changmin.

- A eso. No quieren decirnos nada, ni siquiera la hora o el lugar, nada de nada. Como si las tuviera amezadas - Dijo Yunho haciendo que sonara más como una pregunta para sí mismo que como una hipótesis - Porque no quiero pensar que hicieron algún tipo de pacto con él, si ese fuera el caso, sería totalmente desastroso.

- Esperemos que no sea eso. Pero en todo caso, trataré de leer estos documentos apenas llegue a tu casa.

- Me parece. Por cierto, ya deberías irte a casa. Yo llegaré un poco tarde, tengo un museo que vigilar esta noche. Sabes la dirección de la casa, ¿no?

- Recuerdo más o menos algo de la última vez que vine, pero fue hace tanto, que no quiero arriesgarme a andar solo por estas calles. Dijo Changmin parándose de la silla y cogiendo su maleta que había dejado en un rincón.

- Como digas, entonces mejor diré a un oficial que te lleve a casa en el carro policial, aprovechando el viaje, quizá alguno tenga que pasar por ahí.

- Okey, gracias.

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Desde que había conversado con su tío en la oficina que a Changmin algo le había quedado molestando. Entró a la casa de su tío, sin antes despedirse y agradecerle al oficial que lo había traído, en cuanto puso un pie dentro, sintió que retrocedía a aquella última vez que estuvo allí. "Se siente igual de bien que antes" se dijo a sí mismo, "incluso, aún tiene el mismo olor" dijo después de haber llenado sus pulmones de aire. A Changmin sinceramente, le encantaba esa casa, era en el lugar en el que se podía sentir más cómodo, y claro, si cuando chico, él pasaba ahí horas y horas esperando a que su padre volviera del trabajo. En aquellos tiempos, su tío era solo un oficial de primera, de esos que solo sirven para poner órden en el tráfico de las calles. Aún así, desde esos años, que Changmin quería convertirse en un gran detective, uno reconocido a nivel mundial, tan famoso como Sherlock Holmes. Si es que cuando chico lo único que hacía era encerrarse en el armario de su tío a leer esos tan añorados libros de detectives. "Algún día, tu pequeña cabezita, explotará con tantos conocimientos" le solía decir su tío mientras lo despeinaba con una mano. "Sí, algún día explotará, tío" pensó Changmin riéndose al recordar aquellas palabras.

"Será mejor que saque las cosas de la maleta" Se dijo a sí mismo Changmin, al momento que entraba a una habitación. La misma que había ocupado cuando era pequeño.

Puso la maleta sobre la cama y comenzó a sacar todas las cosas. Empezó por su ropa, la cual iba dejando dentro del clóset que había en el cuarto. Luego, cuando estaba sacando sus útiles de aseo, como su cepillo de dientes, su desodorante y su máquina de afeitar, se le cayeron unos papeles al piso.

- ¿De dónde salieron estos papeles?- Se preguntó en voz alta. Recogió uno de ellos. Titulaba: "Caso 07: Kuguar". ¡Claro! Eran los papeles que le había dado su tío sobre aquel ladrón. Comenzó leyendo ese, aún hincado en el suelo.

"17 de Noviembre del año 2007.
El ladrón Kuguar ha vuelto a hacer de las suyas. Esta vez ha robado el banco principal de la avenida 17. Se ha llevado casi tres millones en solo cinco minutos. Una vez más, no hubieron testigos. Se ha interrogado al guardia de la entrada y ha dicho que no ha entrado ningún sospechoso, solo dos oficiales que venían a hacer un giro de un dinero que se les había dado."

Changmin siguió leyendo el resto de los papeles, hasta que dio con uno que captó toda su atención. "Caso 19: Kuguar". Era el informe donde relataban el casi robo de la joya de la reina de España. Changmin movía sus ojos rápidamente a medida que avanzaba sobre las líneas del papel que tenía sobre sus manos."¡Por fin!. He encontrado lo que buscaba" pensó Changmin. Dejó el papel sobre la cama al tiempo que se reía a carcajadas como cuando un científico loco experimenta la satisfacción y la alegría de saber que su Frankestein está vivo del todo.

Actua n° 58

Vuelvo de mis vagaciones. No actualicé antes porque me pegué en Word escribiendo un JaeMin.
Quería decirles a las chicas que leen o escriben Hetero pero no del tipo “él y tú” (si es que hay una por ahí) que ese es el único hetero que se publica en Lala. Si quieren leer del otro, donde se crean personajes X o donde ponen a alguna cantante como pareja con los chicos, les puedo dar link de foros donde se publican de esos.

Es más para reservar el espíritu Yaoi (?) bueno… me dijeron que ese era el objetivo, nunca publicar hetero pero ya se rompió un poquito esa regla. Sería bueno que escribieran un “él y tú” pero Yaoi e_e aah~ hay que soñar~. Aun así no dejaré de calentarme con Changmin XD ¡CHAN!

Después del regreso de RUKI, su actualización… quiero decir que… MALDETO! TOT cuando será que recomendarás el manga que te dije hace mil años (?) Listo, me desahogue XD

Revisé el correo y una chica (Pamela) envió unos fanart YunJae D: que serán lo último que publicaré (no exactamente último, si no que después de publicar todo lo del correo). Están buenos e_e para que mentir… están… babeables, orgásmicos, etc etc etc… todo que termine en “les” Calientes(?) XD ¡CHAN!

Quienes no vieron, Arishia, una chica en el Cbox publicó unos link de unos muñequito de Junsu, Yoochun y Yunho D: Les dejó los link. Gracias por compartirlos.
YooChun: http://divagadoraprofesional.blogspot.com/2011/02/micky-yoochun.html
YunHo: http://divagadoraprofesional.blogspot.com/2011/02/yunho-u-know.html
JunSu: http://divagadoraprofesional.blogspot.com/2011/02/xiah-junsu.html

(Aún me babeo con el gif de Changmin XD más rico asdasdasdasdasd.)

Alguien hace no mucho o creo que sí, no recuerdo. Dio aviso de unos link rotos. Arreglé solo los de uno, el del otro video… estoy en eso ._. los hosting me odian y sólo Megaupload me deja, pero igual me tira errores.
[Making] A Week Holiday - Camping

El ultimo RUKI te recomienda.
Evento Asian Versus - 26 Feb Chile

Eso era todo, ahora les dejo las actualizaciones de los fanfics. ¡AH! Y no olviden leer el F.A.Q. que ahí también hay unas reglas. Ahora sí que si XD

[JaeMin]
Recursos de la mente Cap. 5
Insoportablemente Cruel Cap. 1
No es cosa de tiempo Cap. 7 al 10 (Completo)
Perversión oculta Cap. 3 al 6

[HoMin]
Juego de niños Cap. 7

[YooSu]
Te vas sin despedirte Cap. 3
Inesperadamente tú Cap. 7

[YooMin]
Police Love: ¡¡FORBIDDEN!! Cap. 1
A mi manera Cap. 2

[YunJae]
A tu encuentro Parte 1
Inquilino Cap. 13 y 14
Mi Cuñado - como terminé enamorándome de él- Cap. 3

[Otros]
Lust Caution Cap. 3
Mi Amigo...Mi obsesion... Cap. 12
Poligamia Cap. 2
Unwritten Cap. 13 y 14
Plan de Juego Cap. 6 al 9
Ai Maid Café Cap. 4
Se Solicita Novio Cap. 4
Boys Over Flowers Fichas + Intro.

[ChanMinho]
Blur Cap. 3 y 4
Do…

[Hetero]
Experimentando el "Harem reverso" Cap. 8 y 9
Bienvenida a Dong Bang Shin Ki Cap. 5
Esto es algo nuevo D:! es muy bueno, no es Yaoi. Pero leanlo igual XD yo me reí.
Tu novio de ojos formato redondo [Tú y tu novio ]

[Traduc]
Sun Shower Cap. 4
Kim Cuisine [YunJae, YooSu, ChangBum, HanChul] Fichas + Cap. 1
Aún te amo Cap. 3

FanArt:
Junsu
Aquí los FanArt YunJae

Gracias a todas las personas que envían, leen y comentan los fanfics, o cualquier contenido de la página.

Boys Over Flowers Intro

Las calles eran un entero desastre, todo estaba empapado, algunas personas pasaban corriendo intentado huir de la lluvia, ellos tres estaban sentados en una de las mesas de la tienda, con un día así de nublado era para aburrirse a más no poder.

- Y ahora pasamos de mal a peor y si hoy te veo con él los mato a los dos…es un decir…no es literal…pero quisiera en realidad - una mano sobre su boca impidiéndole seguir cantando y luego un grito.

- Serás perra - el mayor se limpiaba la mano con su pantalón mientras la menor sonreía - ¿Por qué me mordiste YooBin?

- Porque tú me tapaste la boca mientras cantaba - ChangMin veía como su prima y su mejor amigo peleaban de manera tan infantil, ante aquello solo pudo sonreír- ChangMin-Oppa… ¿estás pensando en sexo verdad?

- Déjalo…de seguro está pensando en sus videos especiales por eso sonríe tanto.

- No estaba pensando en sexo ni en ningunos videos…estaba pensando en lo lindo que se ven juntos y en cuando se casarán.

- Primero me fusilo antes de casarme con esta perra con forma humana.

- Deja de decirme perra estúpido maricón barato.

- Saben… tengo curiosidad… ¿Por qué se dicen perra con forma humana y maricón barato?

- Porque DongHae una vez tuvo que disfrazarse de travesti con todo y plumas- la menor estalló en risas al recordar a su mejor amigo vestido de aquella forma y a sus risas se unieron las de su primo.

- Si si muy gracioso… idiotas - DongHae tenía una cara y una ganas de querer matar a sus dos amigos - ella es una perra solamente por su manía de andar mordiendo a las personas… como los perros cuando tienen rabia - el sonido del teléfono los sobre saltó a los tres, el mayor fue a contestar anotando una dirección y una orden- ChangMin tienes que ir a hacer una entrega.

- ¿Con esta lluvia?... ¿A dónde?

- Al colegio Shinwa.

- Oppa voy contigo…anda di que sí.

- Esta bien, solo porque no tengo ganas de ir a un colegio de niños ricos solo.

- Genial por fin conoceré el famoso colegio del 1%
- ¿Cuál es la emoción de conocer a niños mimados?

- Que podré presumir que pisé el colegio Shinwa -la menor sonreía felizmente mientras caminaba a buscar unos paraguas para ella y su primo.

- Claro pero no digas que lo pisaste por ir a llevar un pedido de comida -los dos chicos estallaron en risas mientras la menor pensaba en la mejor forma de matarlos.

- Par de idiotas…mejor apresúrate con el pedido maricón barato.

- Creo que ya se enojo- DongHae se metió rápidamente a la cocina, lo que menos quería era tener que lidiar con la menor cuando estaba molesta.

- La lluvia está bastante fuerte, será un largo camino hasta Shinwa.

- Tienes razón - la menor veía las gotas de la lluvia caer fuertemente en el cristal -tendremos que ir en el auto si queremos llegar a tiempo.

- El clima esta como cuando mamá dice que el cielo llora por alguna desgracia.

ChangMin y YooBin entraron corriendo dentro del edificio del colegio llevando consigo la caja especial para comida ¿realmente aquello era una escuela?, esa cosa era 50 veces el conjunto residencial donde ellos vivían, pero algo andaba mal, por la hora y el clima todos los alumnos deberían estar en sus clases pero ¿Por qué todo el mundo corría y fijaban su vista en el techo del colegio?

- ChangMin…mira- ChangMin se giró viendo por la ventana hacia donde su prima le señalaba viendo a una chica que estaba acorralada por otros estudiaste -la van a lanzar- dejando caer la caja de comida los dos chicos corrieron hacia la azotea, cuando entraron uno de los estudiantes estaba a punto de empujar a la chica- ¡¿Qué crees que haces?! -un fuerte golpe de la morena mandó al chico al piso, mientras sus amigos intentaban golpearla cosa que no lograron hacer, ChangMin tomó a la chica sacándola de ahí.

- ¿Te encuentras bien?

- Si- detrás de ellos salió la morena un poco molesta y sacudiendo sus manos, ChangMin la conocía muy bien y estaba seguro de que esos chicos debían estar tirados en el piso todo golpeados- sáquenme de aquí…por favor o el F4 me matará.

-Esta bien… YooBin llévatela, yo iré por la caja de la comida- ChangMin vio a las dos chicas alejarse mientras él también se giraba y caminaba en busca de la caja de comida- ¿Qué cosa es el F4?

-Nosotros somos el F4- cuando ChangMin se giró se encontró con cuatro chicos que lo miraban fijamente.

-¿Quién eres tú?

-Me llamo Jung YunHo… y tú, te puedes dar por muerto.

Boys Over Flowers - Fichas

Boys Over Flowers

Titulo: Boys Over Flowers
Autora: Dara
Parejas: JaeMin, HoMin, SuBin y YooHae
Género: Slash (Hetero)
Estado: Proceso
Aclaración: aunque este Fic esta inspirado en el drama del mismo nombre quiero aclarar que no es una copia fiel de la historia en la que se basa.
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Fichas
Introducción
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3

Do…


Titulo: Do…
Autor: S.Tsuki
Pareja: ChangMinho
Género: Romance, Slash.
Extensión: Drabble.
Sumario: De algún maldito modo debía sacar ese beso de mí sistema
Quizas es demasiado fantasioso hnm... no se...
ADVERTENCIA: Ninguna.
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Cerró los ojos y acarició el dulce rostro de Insa después de su pequeña serenata, la música no era un problema es solo que no podía compenetrarse con ella ni con la escena que seguía, se inclino y al parpadear la miro cerrar los ojos esperando romántica y melancólicamente su movimiento… debía acercarse más y darle un… un… beso… Jero debía besarla, pero él era Minho y no comprendía toda esa línea argumental…

Su expresión se deformo y se levanto rápidamente, alejándose del piano, iniciando una serie de interminables reverencias hacia todos los presentes, llevaban cerca de 4 horas intentando grabar esa escena y el simplemente no podía hacerlo.
-¡Lo siento mucho! ¡En verdad lo siento!-murmuro apesadumbrado mientras su noona reía alegre y comprensiva, con una expresión totalmente opuesta a la de hace unos segundos.

-Minho shii… solo relájate-Le dijo, Levantándose del pequeño banquillo en el que se grababa esa escena.

-Noona en verdad lo lamento tanto…-murmuro haciendo una reverencia más pronunciada cuando a pasos cortos se acerco hasta él.

-No te preocupes yo te entiendo, la primera vez que tuve que besar a alguien demore casi una semana en poder hacerlo bien… solo no dejes de esforzarte…-dijo su noona levantando el puño con una sonrisa animosa, giro un poco y sin perder la sonrisa se dirigió al personal.

-Creo que todos y en especial Minho shii necesitamos un descanso así que ¿Por qué no vamos a comer?-pregunto hacia todo el set quienes lucían ciertamente cansados, generando en Minho un sentimiento de culpabilidad, le guiño un ojo sonriendo y se alejo para poder cambiarse de ropa.

-¡Muy bien todos a comer! ¡Tienen una hora!-grito el productor, mientras Minho volvía sobre sus pies dejándose caer molesto sobre ese banquillo, comenzando a frotar su rostro frustrado.

Cuando se trataba de comida el lugar quedaba vacío en menos de 10 minutos, mismos que utilizo para respirar profundamente, pensando y pensando que hacer para que la escena saliera bien…



-¿…qué es lo que te molesta tanto…?-preguntaron contra la piel de su mejilla recibiendo un dulce y tibio beso que lo sobresalto entero. ¡Lo había olvidado!
¿Cómo pudo haberlo olvidado?

Una opresión en su pecho lo hizo mirar afligido el rostro de ese tranquilo Changmin quien lo observaba curioso con las manos ocultas en los bolsillos del pantalón, inclinado un poco hacia el frente, pues a espaldas de Minho, era esa la mejor posición para verle.


-…No puedo sentirlo…-fue la sencilla respuesta de Minho desviando la mirada para ver la hora en su reloj.

20:30

Se supone que él lo iba a buscar a las 19:45, Changmin lo había estado esperando cerca de una hora y se preguntaba porque una acción tan común en “ellos” lograba que su pecho se calentara de esa manera tan especial y… hermosa…

Un suspiro por parte de Shim lo hizo sentirse peor y se hizo aún lado cuando Changmin lo empujo suavemente de un hombro para poder sentarse a su lado, quedando Minho de espaldas al teclado del piano.

Un sonido recientemente familiar lo obligo a incorporarse para mirar a Changmin.
-Moonlight sonata de Beethoven…-fue todo lo que le dijo sonriendo maravillosamente.

-…Yoochun me enseño a tocarla…-continuo hablando, parando de tocar para observar fijamente a Minho como si buscase las respuestas en lo más recóndito de su alma.

-…La leyenda dice que Beethoven la compuso para una joven muchacha que estaba ciega y que pacientemente escucho sus penas, su infinita tristeza y sus ganas de quitarse la vida…-narro Changmin notando la expectación en Minho.

-“…yo daría mi vida entera por poder ver una noche de Luna…” fue lo que le dijo la joven al culminar su charla… si tu escuchas la melodía después de conocer un poco más sobre ella podrás entender el significado verdadero de la composición porque en este caso escogerías tomar un punto de vista… ser la joven que no puede ver pero que vive con fervor o ser aquel que teniendo aún ciertos dotes prefiere morir sin luchar…
En tu caso Minho solo necesitas compenetrarte con la atmosfera y tu personaje, pregúntate que es lo que harías tú y cuáles son las indicaciones que debes seguir, todo sin perder realmente la esencia de quien eres y lo que debes transmitir…justo como ahora…-Culmino Changmin quien volvió a sonreír terminando de matar de amor el pobre corazón de Minho, quien se dejo dominar y cerró los ojos aferrando con más fuerza de la necesaria sus manos al gamuzado del traje de Changmin cuando este se inclino lo suficiente para darle un cosquilleante y dulce beso, ligero y suave como una pluma, sonriéndole con los ojos para después probar sus labios como quería, en agradecimiento y muda declaración de un “te amo” que resonaba con alarmante vigorosidad por todo su interior.

-Ejem…chicos no me roben protagonismo…-murmuraron desde la entrada del set, era Ji-Hye noona quien sonreía a pesar del fuerte y evidente sonrojo que le surcaba la cara, pues en ese medio no había tiempo para la consternación, simplemente asimílalo y acéptalo en dado caso la situación te puede gustar o disgustar, no es tan complicado.

La mujer dio media vuelta con una pequeñísima sonrisa en el rostro y se detuvo antes de irse-Más vale que la escena del beso quede bien cuando volvamos a grabar y por favor no vayan a destrozar el piano…-advirtió con aire resuelto, y ella que pensaba que quizás Minho no sabía besar, menuda sorpresa que se ha llevado estaba segura que a Changmin le había costado respirar con tremendo beso que le estaban dando, eso definitivamente era inspirarse…

-Ya escuchaste…-Dijo Changmin al oído de Minho antes de morder con suavidad el lóbulo, liberándolo de la impresión.

-¿Qué…? Hyung…-suspiro bajito cuando sintió un beso tras la nuca y un par de dedos infiltrarse bajo su suéter de lana dejando en su estomago una sensación como de hundimiento y vacío que siempre lo ponía nervioso.

-Changmin…-se quejo cuando una fuerte succión ataco su cuello sabiendo que no era otra cosa que un moretón.

-…Al menos ahora estoy seguro de que no querrá propasarse contigo…-comento liberando el aire que había contenido desde que se entero del proyecto de su novio, abrazo la cintura y lo acomodo sobre sus piernas sonriendo como un pequeño.

Minho imito la sonrisa al ver esa mueca en el mayor y rodeo su cuello más relajado.

-Por cada beso que arruine… tú tendrás que darme 10 más hyung…-dijo comenzando a acariciar los labios del shinki-…así que más te vale empezar ahora…-hablo con un tono juguetón y sexy, mientras las carcajadas se perdían por todo el lugar…

¿Oh valla y que más podían hacer si se amaban con locura?

Mientras tanto Ji hye noona necesitaba urgentemente un cigarrillo

-*Fin*-

Blur cap 3

HANDLE IT

Es todo un lío y no lo es, a la vez. “Hey, ¿quieres ir a comer algo?”, y punto. Es donde luego viene la posibilidad de una negación, una mala interpretación y hasta una posible demasiada buena interpretación. Mi problema es que me gusta ser práctico, pero mi lado analítico viene y se sienta encima. ¡Es frustrante! Por eso intento olvidarlo, dejarlo a un lado. Intentos que dan a parar a la nada, sobre todo porque suelo pasar demasiado tiempo con los auriculares puestos o, en su defecto, unos anteojos y un buen libro. Justo como ahora, ya vestido y maquillado, hundido en un mullido sofá esperando nuestro turno en la presentación. No, no me aburro, porque a ratos Junsu arma un show de la nada, de esos que hacen reír hasta el llanto, mas luego viene Yoochun y se lo lleva.

¡Arg! Me desespera verme con el celular en la mano, sin decisión. Me impaciento por conocerlo mejor, por la simple razón que lo encuentro interesante y superficialmente compatible. ¡Mi iPod por una charla! Solo una charla, de esas casuales en las que las anécdotas van y vienen junto con los cafés, y uno se da con la sorpresa de lo tarde que es, no viendo la hora de volverlo a repetir. O podría ser un fiasco: a la media hora una salida forzada junto con el gran alivio de que haya acabado ya. ¡Pero al menos saldría de esto ya!

Debo haber llevado mi ofuscación hasta mis ceños, porque JaeJong se sienta a mi lado, suspicaz.

- Mañana tenemos sesión de fotos en la empresa.- comienza, aún con la cabeza recostada en el respaldar, fijando su vista hacia algún punto en el techo.- Y planeábamos ver a los nuevos muchachos.- y mi vena debe estar empezando a latir anticipándome a lo que diría.- ¿Les avisarías? A uno de ellos, que le comuniquen a Onew.- se alza de hombros.

Sí, es la luz al final del túnel, la excusa perfecta, pero NO me gusta que me den las soluciones. Tampoco me hace gracia ser tan obvio, ¡sobre todo porque no lo he comentado con nadie! Aunque, a quién quiero engañar, son 5 años, si los chicos no hubieran aprendido a leerme entre líneas, sería autista a este punto. Mucho menos ante Jae, quien nos presta una particular atención. La idea, eso sí, tuvo que venir de Yunho.

- Hmm. – afirmo.

Sonríe, el bastardo.

- Mañana a la 1 en el comedor número 5.- me dice, ya mirándome y con una sonrisa mal escondida.

Iba a empezar a hundirme en frustración cuando nos avisan que somos los siguientes en salir. Dejo el mensaje para después, imaginando que es mejor sopesar lo que escribiré. Gran error.

Directo, casual, sobrio, gracioso. Tengo como 8 potenciales mensajes guardados en el borrador de mi celular. ¿Un emoticone? ¿Un saludo efusivo? ¿Sugerirlo u ordenarlo? Van a ser las 10 de la noche, ya estoy con el pijama y oculto entre las frazadas. Mis ojos se cierran, pero creo que se me ocurrió otra posibilidad más, antes de elegir uno definitivamente.

El despertador ha cumplido su cometido, esta vez no por el sonido sino porque vibró en mi mano. Me quedé dormido. 3 insultos y 2 golpes con el celular en mi cabeza. Toda la frustración vuelve de sopetón. Empiezo a teclear un mensaje insano y sin mucho tacto, mas cuando escribo la palabra Minho una imagen suya cándida me asalta fugazmente. Ojos grandes y amables, una sonrisa demasiado perfecta pero con un toque infantil, y todo está claro. Tipeo un nuevo mensaje, lo envío y comienzo a alistarme.

Fue tan simple. Se hace tan simple ante la posibilidad de encontrar un nuevo amigo.

Blur cap 4

IT’S YOU

Sólo me faltan 2 vueltas, sin embargo estoy considerando dar un par de más. El aire se encuentra a esa temperatura que te duele la nariz al respirar: así de frío. Es tan temprano que no necesito la capucha ni el gorro para ocultarme, es simple costumbre. La mayoría lo encuentra difícil de entender: ¿qué le ves a salir a correr tan temprano?; mi respuesta es una: simplemente hazlo. Es vida. Desde el cosquilleo punzante en los muslos que aumenta con cada paso, hasta el carraspeo muy al fondo en la garganta debido a las exhalaciones y esporádicas faltas de aire. Eso que llaman dolor, es vida y energía.

Hoy me siento particularmente en el humor de dar vueltas extras, ya lo he dicho. Puedo pretender que no sé la razón, mas su imagen viene muy de cuando en cuando, desengañando mi falsa ignorancia.

Para cuando llego a nuestra habitación, los muchachos siguen en un REM profundo. Solo Key y Jong Hyun parecen intentar desperezarse. Lo bueno de despertarse tan temprano es que siempre hay tiempo para una ducha larga. Al terminar me seco y me visto en el baño. No, no me voy a acostumbrar a desvestirme frente a otras personas, así que siempre traigo mis prendas conmigo al baño y las cuelgo en la pequeña percha que adherí a la pared. Ya cambiado me miro al espejo: la vestimenta que me tocó el día de hoy tan colorida como siempre. Me aplasto el cabello con las manos, dándole la forma de tazón que a los estilistas se les ocurrió designarme. Hago muecas con mis labios, los estiro, los contraigo, los vuelvo a estirar, bostezo, me estiro de brazos, vuelvo a aplastar mi cabello. Suspiro. Ya, está bien, es el 3° día desde que nos conocimos y aún cargo mi celular a todos lados. Se ha convertido en un hábito, pues no sé porqué lo he traído al baño conmigo y lo he puesto junto al grifo.

Para cuando salgo y los demás están turnándose por las ducha, noto que dejé el celular en el lavadero. Sin prisa se lo pido a Key, mientras me pongo la casaca. Lo cojo y cuando seco las gotitas de agua que había sobre él, mis ojos se agrandan. Tengo un mensaje nuevo. Lo abro un tanto inquieto y lo leo.

¡Buenos días, Minho! Hoy nos toca sesión de fotos en la empresa, ¿ustedes seguirán allá? Podríamos encontrarnos todos para el almuerzo, en el comedor número 5, ¿les parece? Bueno, espero se dé. Todos estamos ansiosos de verlos otra vez.

Onew no lo nota, ni cuando le semi-leo el mensaje y me responde que les confirme que ahí estaremos. Key ni Jonghyun tampoco, pese que me reí a carcajadas cuando pelearon por el cereal en el desayuno. Pero a Taemin no lo puedo engañar, ni lo intento. Simplemente ríe un poco y me empuja hombro con hombro cada vez que me ve bailando una sonrisa inexplicable en los labios, de cuando en cuando toda la mañana. Oh, sí, toda la mañana. Porque Changmin hyung me ha escrito. De entre todos los integrantes de su grupo y los integrantes del mío, él me escribió a .

A mi manera cap 2

No podía dormir… sentía calor… y daba vueltas un montón de veces en mi cama, ¿y todo porque?

-Por tu culpa Park Yoochun, ¿quien te dio permiso para entrar en mi corazón? Mira como me tienes hablando solo a mi almohada…

Es que desde que se dio cuenta de que se había enamorado todo era un caos para su corazón, no sabía lo que Yoochun sentía, y era eso lo que peor lo tenía, pero no podía demostrarlo, cada vez que Yoochun estaba con él y gracias a que podía disimular perfectamente… no se había lanzado sobre el…
Pero no estuvo muy seguro de hacerlo después que Yoochun nuevamente toco ese maldito tema días después…


-y dime Min… la otra vez no me contestaste, ¿te has enamorado?
-¿porque que tanto interés en saber si lo he hecho o no?
-es solo simple curiosidad… - decía sentándose a mi lado…
-pues sí, me he enamorado – le mire desafiante
-¿a si? Qué bien… y dime ella besaba bien…
-¿ella? – eso si me descoloco…
-¡claro! la chica de quien te enamoraste, ¿o me dirás que solo era amor por parte tuya y no de ella?

¡Yo no sabía que responderle!, ¿que pasaba si le decía que estaba enamorado de el? Pero me salió con otra pregunta

-dime, con quien fue tu primer beso…
-¿be…beso? Pues… yo… - ¡aish! ¡Si ni siquiera lo he dado!
-no me digas que… tu… ¿no as besado a nadie aun?
-¡pppues claro que sí! Solo que… no fue gran cosa, eso es todo, ¿seguimos estudiando? Veamos… la raíz cuadrada…
-¿y no te gustaría dar un beso de verdad? Ignorando que siguiéramos estudiando
-¿Qué? ¿Un beso de verdad?
-si una verdadero…
-Jajajaja… ¿Qué? ¿A caso me quieres besar tú? – y apenas solté esas palabrotas me arrepentí, la verdad los nervios me mataban…
-¿Y por qué no? – fue lo que me contesto seriamente, entonces lo vi acercarse lentamente hacia mi…

Lo tenía cada vez más cerca, podía sentir su aliento chocar con mi rostro, yo no me podía mover ni un centímetro, estaba paralizado… tenerlo tan cerca de mi… hacia que mi corazón empezara a latir tan fuete que me dio miedo de que él pudiera escucharlo…o que me diera un infarto… ya me veía en las noticias “chico de 17 años muere de un infarto justo cuando recibía su primer beso”

-¿que hay de malo en ser yo quien te de un beso de verdad? – fue lo que me susurro antes de juntar en un pequeño roce sus labios con los míos…

Y mi cuerpo tembló… y sentí las millones de mariposas revolotear de un lado para otro en mi estomago y lo pude sentir temblar también… se separo de mi y solo me miro a los ojos, acaricio mi rostro

-esto es solo un roce… - dijo aun mirándome – pero esto es un beso de verdad…

Y junto nuevamente sus labios de una manera más salvaje, moviéndolo de un lado para otro haciendo de que de mi boca se escapara un pequeño gemido, oportunidad que utilizo para entra en mi boca, y sentír su lengua jugar con la mía, y no pude quedarme más quieto, también comencé a besarlo con el mismo salvajismo que lo hacia el… y no me di cuenta cuando me vi recostado en mi cama y el encima mío, besándome una y otra vez, solo parábamos para respirar un poco y nuevamente comenzábamos con esta danza que parecía no tener fin, su boca era tan exquisita… tan suave… tan experta… no se cuanto tiempo solo estuvimos hay besándonos… ¿seria toda la tarde? , no lo sé pero por mi me quedaría así toda la vida…era como si fuéramos el uno para el otro… cada rincón de su boca y el mío fue explorada maravillosamente…
Hasta que aquel contacto mágico fue roto al escuchar a mi madre llegar, y poco a poco fuimos parando, lentamente comenzó a repartir pequeño beso en mi rostro… y entonces volvió a mírame y me dijo…

-espero nunca lo olvides… esto es un beso de verdad…

Entonces se paro agarro sus cosas, pero sin antes decirme…

-mañana son los exámenes, deséame suerte, aunque con esto, estoy seguro me va bien… nos vemos mañana Min…, me guiño un ojo y me dejo con un mar de sentimientos que no podía controlar…

Y no le pude decir nada… mis pensamientos eran todo un caos… nos besamos… el me beso… yo lo bese… y fue hay que cai a cuenta…
¡que fue la experiencia más maravillosa que allá tenido!

¡Creo que nunca antes me había sentido tan feliz!
¡Si me beso es que yo le gusto también!
¡Gracias gracias!

Y me fui a cenar, nadie me podía quitar la cara de felicidad que tenia… hasta mis padres lo notaron…

-hijo... ¿por que sonríes tanto? ¿Te paso algo bueno hoy? – mi madre siempre tan metiche pero eso no me importaba
-pues si… creo que… ¡no! mejor dicho ¡estoy enamorado! – mi madre más que mi padre abrió enormemente sus ojos de la sorpresa, y mi hermana solo seguía comiendo…
-¿a si? Y dime ¿quien es, como se llama? ¿Es linda? ¿Es tu compañera? ¿La conozco?

Y deje de sonreír, mi madre solo se refería a la persona que quiero como ella… y tome el valor… siempre me ha gustado siempre hablar con la verdad y esta vez no será la acepción… tome aire y le dije…

-no es ella… es… el – aunque Yoochun no me ha dicho que me ama estoy seguro que así es… y siempre me dije, nunca en mi vida me esconderé por algo que se considere bueno, y Yoochun para mí era lo mejor que me podía pasar…

Todos se habían quedado callado en la mesa solo mi hermana seguía comiendo como si nada…

-¿el? ¿Esta bromeando?
-no mama, es verdad, me gusta, no mejor dicho estoy enamorado de un chico, y espero respetes mi decisión, -y comencé a comer como si nada allá pasado, aun con una sonrisa que no podía dejar…
-querido… ¡querido no dirás nada! – exploto mama con cara de extraterrestre
-¿es que no se puede comer tranquilo? – Dijo dejando su plato a un lado, -haber… hijo, ¿estas seguro de eso que sientes?
-si papa… yo realmente le quiero… por favor… no me hagan esto difícil, no ustedes…

El solo me miro a mi y luego a mi madre

-pues… siempre te considere una persona que piensa mejor que los chicos de tu edad… siempre pensé que cada decisión que tomaras en tu vida, yo debería aceptarla, aunque… esto, es un poco sorpresivo para mí y tu madre, tu sabes, enamorarte de un chico, no es lo que todos padres esperan escuchar de sus primogénitos, pero… si eso es lo que sientes y para ti no está mal… pues por mi siempre recibirás apoyo hijo, sabes que te amo… y que soy de una mente abierta, tu sabes que “eso y la inteligencia” lo sacaste de mi… - me sonrió y agrego – total si queremos nietos para eso tenemos a tu hermana ¿no?

-¿Qué? ¿Ni piense que les daré nietos tan pronto me oyeron? Todavía me quedan muchos años por delante ¿escucharon?-dijo mi hermana por fin hablando
-claro que si hija… lo que tu digas… bien sigamos comiendo…
-pe pero… querido…
-ya basta mujer… es tu hijo y siempre debes querer su felicidad… ¿está claro?

Y hay acabo toda esa velada… solo me quedaba ver a Yoochun y aclarar mis sentimientos por el, pero esperaría a que terminara todos sus exámenes

Una larga semana había pasado, el no había vuelto a mi casa pero nos veíamos en los recesos, no me había vuelto a besar solo me abrazaba a veces y me decía que no hallaba la hora que esos estúpidos exámenes terminaran…

Hasta que se acabaron y Yoochun lo aprobó todos… se graduaría y yo seguiría otro año hay… ahora lamento en no haber aceptado que me subieran un curso…
Pero aun así el no me decía nada… y yo ya estaba pensando que todo había sido obra de mi imaginación… pero…

-¡Min! ¿Estas ocupado esta tarde?
- ¿he? Creo que no
-entonces ven a mi casa, mi mama te preparo algo delicioso en agradecimiento por enseñarme… te espero, ¡no vemos!

Esa tarde estaba muy nervioso, hay le preguntaría que sentía por mi…

Llegue a su casa y en la mesa había un montón de ricos dulce y pastelitos de todo tipo se veían delicioso…

-wooo… ¡esto se ve genial! – Dije tomando uno y comiéndolo –mmm…. rico…
-¿te gustan?
-¡me encantan! Pero, ¿y tu mama?
-ella trabaja es una mujer de negocios al igual que papa, casi nunca están acá, estos dulces los mando a preparar exclusivamente para ti…
-oh… gracias… - y me senté y comencé a comer y probar cada unos de esos pastelitos… hasta que no pude mas…

-waaa… creo que ya no puedo más… estoy satisfecho… - dije tirándome en el sofá…
-valla sabia que eras bueno para comer pero no tanto…
-¡ya calla! – dije tirándole un cojín en la cara
-¡hey! oye tu… mira todavía tienes crema en la cara
-¿a si? – dije pasándome las mangas en ella
-¡no seas sucio! Déjame a mí…

Y sentó a mi lado, agarro mi rostro con ambas manos y paso su lengua justo en la comisura de mis labios sorpresivamente…

-ahora si estas limpio… - ¿en que momento mi respiración se volvió dificultosa?

Entonces me beso, me beso con una ternura que no había sentido cuando me beso la primera vez…

-sabes a dulces… - y esta vez ¿tal como la primera vez volvió su beso más salvaje con la diferencia que yo le respondí inmediatamente…


-Oh… Min… me encanta besarte… - introduciendo su lengua en mi boca, probado cada rincón… de ella…
-Yoochun… - le dije en un momento de respiro, no podía seguir así tenía que saber que sentía… - ¿Por qué te gusta besarme?
-¿y todavía lo preguntas? Min… mi niño… ¿que no ves que me tienes como un tonto? Tú me gustas tanto… desde la primera vez que te vi, yo… yo creo que te amo… que te ame desde la primera vez que te vi, hay estudiando con eso libros enormes y tu hermosos lentes que te hacen ver tan intelectual… dime que tú sientes lo mismo… dímelo… por favor… - dijo en un tono de suplica
-yo también te amo… te amo… te amo tanto…

Esa tarde sellamos nuestro amor…. Tus labios recorrían mi cuerpo, no sé en qué momento o como, pero llegamos a tu cuarto… nos desnudamos tan lentamente… entre besos y caricias, yo no dejaba de gemir cada vez que me besabas en mis puntos débiles…

-hueles tan bien… - y devorabas mi cuello… -sabes tan bien… - pasando tu lengua por mi cuerpo… - te deseo… te deseo tanto…
-Yoochun… yo también te deseo… no sabes cuánto… quiero hacerlo… por favor…

Y tu cuerpo no paraba de moverse junto al mío, nuestros roces hacia que la excitación cada vez subiera mas… tu labios mis labios no dejaban de probarse una y otra vez… era todo tan maravilloso, pero ya no podía mas, tenía que sentirte dentro quería ser solo uno contigo… y parece que entendiste lo desesperado que estaba cuando te separaste de mi solo un poco, y separaste mis piernas, y me miraste como pidiendo permiso…

-hazlo… - fue lo único que te dije

Entonces tomaste un frasco en la mesita de junto y te untaste las manos, me extrañe que tuvieras eso, pero me fije en el frasco y estaba completamente sin usar me miraste y me dijiste...

-te desee desde la primera vez…

-e introdujiste un poco en tus manos… y solo un dedo tuyo comenzó a invadir mi intimidad, yo solo gemí un poco por el dolor que sentí… pero cuando introdujiste el otro pensé que me quedaba sin aire, pero poco a poco ibas moviendo tu dedo ese dolor desaparecía, y llego el tercero, ya no fue tanto el dolor, estaba preparado y te dije…

-ya hazlo… ¡quiero sentirte ya!

Y te acomodaste entre mis piernas y yo solo te atraje mas con ellas, y sentí como tu miembro se introducía lentamente en mi interior, y esto no era nada comparado con tus dedos… me agarre a tu espalda para soportar ese dolor

-parare… - me dijiste
-¡no! – y me aferre a ti mas…
-no quiero hacerte daño
-no lo harás… así deben ser la primera vez… te amo y necesito que me hagas el amor… por favor sigue ya no duele tanto…

Entonces te introdujiste completamente… esperaste solo un poco y comenzó ese movimiento de caderas

-mmm… Min… estas tan estrecho…
-oh… mmm… - aun sentía dolor pero poco a poco eso iba cambiando… y me gustaba más…
-mas… más rápido… si… ohh…
Te amo… te amo… - decías cada vez que entrabas mas en mi…-oh…

Cada vez nuestros movimiento eran mas rápidos… tu sudabas al igual que yo… nuestro amor era sellado con lo más hermoso que podiamos tener… convertirnos en uno…
Entonces mi cuerpo se retorció por la llegada de aquel orgasmo que me hizo tocar el cielo… y tú también llegaste junto conmigo…
Nuestras respiraciones lentamente se calmaban… nos besamos ambos desnudos en esa cama que fue testigo de esta entrega de amor…

-te amo Min… nunca lo olvides…
-como olvidarlo… si solo por ti vivo… te amo Yoochun… nunca lo olvides… nunca me dejes… sin ti no se qué aria…
-nunca lo haré… yo sin ti, tampoco vivo

Nos abrazamos y nos quedamos hay disfrutando el uno del otro…

*********************************************************

Pero viví… aun si ti... logre sobrevivir… solo que esa felicidad fue cambiada por amargura y ese amor por odio…
Si supieras todo lo que cambie desde el dia que te marchaste… quizás te arrepentirías por haberme dejado.

Inesperadamente tú cap 7

La suite estaba a oscuras. No había ni luz ni ruido. Solos él y yo.
Me ayudó a llegar hasta el dormitorio sin apartar su brazo de mi cintura. En cuanto vi la cama, me desplomé en ella y cerré los ojos.
La cabeza me iba a estallar. Mis ojos hinchados ya se habían secado, y mi cuerpo estaba entumecido y débil. Necesitaba una ducha.
Y, por qué no, un lavado de cerebro que me hiciera olvidar las últimas semanas.
- Hyung… - ahí estaba otra vez. Su voz, aguda, dulce y angelical –. Te voy a preparar la bañera. Te sentará bien y podrás relajarte.
No dije nada. Ni siquiera abrí los ojos.
Junsu salió del dormitorio y el silencio y la soledad me envolvieron de nuevo.

La mirada preocupada de Junsu en el coche mientras volvíamos al hotel aún rondaba en mi cabeza, rodeada de otros tantos recuerdos que por mucho que hiciera eran imposibles de borrar.


Ya está bien, me rindo. Dejo esta lucha inútil. De todas formas, él siempre acaba volviendo a mí. Se ha instalado en mi corazón y ahora ya no hay forma de sacarlo de ahí.
Ya no hay vuelta atrás.
Ya me he rendido.




La puerta se volvió a abrir, y su brazo volvió a rodear mi cintura para ayudarme a levantar de la cama y conducirme hasta el baño.
Me encerré allí y me paré enfrente del espejo para contemplar aquel extraño que me miraba desde el otro lado.
¿De quién son esos ojos? ¿Y ese pelo? ¿Y esa ropa sucia?
¿Es ese Park Yoochun, el ídolo de Asia?
¿Cómo he acabado así?

Aparté la vista de aquella horrible imagen, me desnudé y me metí en la bañera. El agua estaba caliente y olía bien. Miré sin ver el techo e intenté con todas mis fuerzas relajarme y dejar la mente en blanco, pero el hecho saber que él estaba detrás de esa puerta, solo, y esperando a que saliera, frustró todos mis intentos.

Me estaba volviendo loco.

Salí del baño un cuarto de hora después. No lo aguantaba más. Mis músculos seguían agarrotados y el dolor de cabeza no remitía. Me envolví en el albornoz blanco del hotel y abrí la puerta.
Allí sólo me recibió la oscuridad. Y el silencio.
¿Dónde estaba?
No quise parecer un obseso y ponerme a buscar por todo el hotel, así que me dirigí a trompicones al dormitorio. Me puse la primera camisa que encontré y los calzoncillos y me tiré en la cama.
El techo daba vueltas.
PUM… PUM… Ah, mi cabeza.

¿Dónde está Junsu?

TU-TUM… TU-TUM… Ah mi corazón.

¿Se ha ido? ¿A dónde? ¿Por qué me ha dejado solo?

Junsu ah, ¿dónde estás?
Te necesito.

La puerta se abrió. Cerré los ojos y recé para que el latido de mi corazón no se escuchara demasiado fuerte.
Se acercó y se detuvo para comprobar que estaba dormido. Y suspiró.
Y retrocedió. Y volvió hacia la puerta.
Y no pude más.

No te vayas. Junsu ah.
Te necesito.


Habla, Yoochun ah. Dilo.

No te vayas.

Dilo.

Junsu…

- No te vayas.
Mi voz susurrante resonó en las paredes del dormitorio. Me atreví a abrir los ojos y allí estaba él, brillante a pesar de la oscuridad que nos envolvía. No dijo nada.
Sus ojos se limitaban a mirarme con una mezcla de miedo y algo que no pude identificar.
- No te vayas…
Avanzó un paso. Y otro. Y otro más. Y se sentó en la cama y me siguió mirando y no dijo nada. Y me incorporé, y se acercó a mi rostro y yo al suyo.
Y nos besamos.
No como la primera vez, no. Sus labios esta vez se encajaron con los míos, y juntos se movieron en perfecta sintonía.
Tenían un sabor muy dulce. Y me encantaban.
Nos separamos lentamente y nos volvimos a mirar en un silencio que decía muchas cosas. Alcé mi mano y le acaricié suavemente la mejilla. A mi contacto, Junsu cerró los ojos y sonrió plácidamente con una expresión parecida a la de un ángel.
Era un ángel hermoso.
Cuando me miró después, sus ojos ya no eran los del ángel Xiah Junsu; eran los del carismático y sexy Xiah Junsu. Eran los ojos que me volvían loco.
Me volvió a besar, pero esta vez el beso fue más pasional, más intenso. Más excitante. Nuestras lenguas bailaban un vals interminable, disputando una batalla que ninguno de los dos tenía intención de perder.
El sabor de aquella boca era adictivo.
Mis manos se sumergieron por debajo de su camiseta, recorriendo ampliamente su fuerte torso y su espalda. Junsu ahogó un suspiro contra mis labios cuando le quité la molesta prenda y empecé a recorrer su cuello y hombros con mis labios, dejando pequeñas mordidas a mi paso.
No me había dado cuenta de cuánto le deseaba.
Junsu me empujó suavemente hacia atrás para que me tumbara y al instante volvió a unir nuestros labios con ansia, como si fuera a morir si pasaba un segundo más sin besarme.
Sonreí contra sus labios cuando me di cuenta que yo también sentía lo mismo.
La mitad de los botones de mi camisa volaron por la habitación cuando Junsu me despojó de ella, dejando mi pecho al descubierto. Sus labios exploraron cada centímetro de piel de mi pecho. Se detuvo en mis pezones y empezó a jugar con ellos con una lentitud que debería ser ilegal. Fue bajando poco a poco hasta mi ombligo, dejando pequeñas marcas de mordidas y lametones a las que yo respondía con suspiros cada vez más agitados.
- Su…
Mientras tanto, mis manos bajaron por su espalda y viajaron por el interior de sus pantalones hasta posarse en el firme trasero de Junsu, apretándolo y masajeando sus nalgas. Nuestros labios volvieron a unirse y la lucha se volvió a librar dentro de nuestras bocas. Junsu apretó sus caderas contra las mías, haciéndome sentir su creciente erección en mi entrepierna. Un gemido escapó de mis labios y no pude aguantarlo más.
Di la vuelta, quedándome sentado a horcajadas encima de él, moviendo de vez en cuando las caderas y contemplando el gesto de placer de Junsu cada vez que lo hacía. Mi boca fue directa a su ombligo, haciendo un camino hasta el borde de sus pantalones. Bajé la cremallera con los dientes lentamente para hacerle sufrir y le quité la prenda, dejándole con sólo los bóxers.
Su erección era más que notoria, y mis labios y lengua recorrieron toda su extensión por encima de la ropa, haciéndole soltar gemidos que me instaban a seguir y a que lo hiciera más rápido. Como respuesta, le despojé de aquellos bóxers de color negro y contemplé con ojos brillantes aquella parte que tanto deseaba de él.
Alcé la vista y la imagen del rostro de Junsu con los ojos cerrados y la boca entreabierta me dijo todo lo que necesitaba saber. Me relamí los labios y succioné ligeramente la punta de su miembro. Aquel nuevo sabor amargo en mi boca despertó sensaciones increíbles dentro de mí.
- Sigue, Yoochunnie…por favor…
Aquellas cuatro palabras fueron suficientes para continuar mi excitante exploración. Mis labios recorrieron la extensión de su miembro con más seguridad, succionando, besando y acariciando los puntos más sensibles, solo para el simple hecho de poder oír mi nombre saliendo en forma de gemido de aquellos labios a los que me había vuelto adicto tan de repente.
Las primeras gotas de pre-semen se empezaron a sentir en mi boca, pero no quería acabar ahí. Volví a sus labios y Junsu me recibió entre ellos con un jadeo entrecortado. Se separó de mi boca unos milímetros y me miró, intentando controlar la respiración.
- Sabes,… es injusto que…tú seas el único que aún tenga ropa…
No dije nada. Jadeé y mordí ligeramente su labio inferior cuando Junsu se deshizo de mi última prenda y empezó a masajear mi miembro con movimientos lentos.
- Estás duro… Chunnie ah…
- Mmm…sí…
Cerré los ojos de puro placer y contuve gemidos depositando pequeños mordiscos en su cuello y hombros mientras la mano de Junsu incrementaba la velocidad de las caricias, haciéndome sentir casi al límite.
Necesitaba sentirlo. Quería estar dentro de él.
Tenía que ser mío.
- Su…
- Hazlo, Yoochunnie…
Me llevé tres dedos a la boca y luego dejé que Junsu los mojara y lamiera a su gusto, soltando un gemido de placer en cuanto sus labios rozaron mis dedos. Luego introduje lentamente uno de ellos en su entrada, con suavidad, intentando hacerle sufrir lo menos posible. Mis ojos miraban atentamente su expresión claramente incómoda y le besé con ternura mientras iba introduciendo los otros dos dedos en él, dilatando su entrada, haciendo suaves masajes en círculos.
- Ah… - Junsu cerró los ojos con fuerza y una lágrima delatora resbaló por su mejilla. Sequé aquella dichosa gota con los labios y callé sus gritos entrecortados con un beso lento y tierno.
Poco a poco retiré mis dedos y le acomodé entre mis piernas, sujetando su cintura con mis manos. Le miré, y sus ojos brillantes y decididos me dieron permiso para entrar. Le fui penetrando lentamente, con suavidad, y mi gemido de placer al sentirme entre aquellas paredes estrechas se fusionó con su grito del puro dolor que le causaba todo aquello. Me detuve dentro de él, esperando que se relajara y acaricié sus mejillas sonrosadas y cubiertas por una fina capa de sudor, al igual que todos nuestros cuerpos.
Con un beso, reanudé el movimiento de mis caderas, deslizándome lentamente dentro y fuera de él, transformando poco a poco sus gritos de dolor en gemidos de placer.
- Chunnie…ah, más…
Obedecí sus palabras e incrementé el ritmo de mis movimientos, sintiendo cómo se relajaba cada vez más. Nuestros gemidos resonaban en toda la habitación, y solo eran acallados por besos cortos y pequeños mordiscos en el cuello.
Las uñas de Junsu clavadas en mi espalda, su respiración agitada cerca de mi oído, nuestras caderas moviéndose al mismo ritmo, mi voz susurrando su nombre, y un beso, y otro beso, y otro más.
Nuestros cuerpos perlados por el sudor estaban unidos por completo, fundidos y convertidos en una sola persona; nuestros labios perfectamente acoplados el uno con el otro, en un beso eterno, en una lucha librándose dentro de nuestras bocas y que ninguno de los dos tenía intención de perder; nuestras manos, recorriendo cada centímetro de la piel del otro, acariciando, abrazando, arañando, sintiendo; nuestros pensamientos confusos, los recuerdos olvidados, mientras hablábamos con los sentimientos, volviéndonos locos.
Llegamos al orgasmo casi al mismo tiempo. Junsu se separó de mis labios y todo él tembló cuando su esencia se esparció entre nuestros cuerpos. Pocos segundos después, sentí que no pude más y me derramé dentro de él con el mejor gemido que cualquier mujer me podía haber hecho gritar. Repitiendo una y otra vez su nombre y cuánto le quería.
- Te quiero…te quiero…Junsu ah…
Y él sonrió, volviendo a ser el ángel de siempre. Me abrazó fuerte, mientras nuestras caderas ralentizaban los movimientos hasta quedarnos quietos al fin. Me volvió a mirar y apartó el pelo de mi sudorosa frente.
- Ahora ya soy tuyo, Yoochunnie…
El beso que nos dimos esta vez fue más tranquilo, más lento. Con amor.
Sí. Amor. Porque eso era lo que sentía por él.
Amor.
Lo que no había sentido por nadie más. Un amor intenso, tan fuerte que me dolía el corazón.
Y, sí, ahora ya era mío.

Salí de dentro de él y me recosté a su lado. Junsu apoyó su cabeza en mi pecho y le rodeé protectoramente con los brazos, con el temor de que aquello fuera un sueño y se fuera a esfumar de un momento a otro. Cerró los ojos y besó mi clavícula.
- Gracias.
Agarré una de las sábanas y nos cubrí con cuidado.
- ¿Por qué?
Su rostro estaba tranquilo, como el de un niño. Nunca me iba a cansar de mirarlo.
- Por hacerme feliz. Gracias.
Sonreí. Sólo él podía decir esas cosas. Le acaricié el pelo distraídamente y besé su coronilla.
- Gracias a ti por existir. No sabes cuánto lo necesito.

La noche venció por fin nuestros cuerpos y nos quedamos dormidos en aquella posición, abrazados, sin importarnos lo que vendría mañana; sin importarnos si Jaejoong venía y nos veía; sin importarnos nada más aparte de nosotros.
¿Qué importaba el mundo si podía tenerlo por fin entre mis brazos?
¿Qué importaba?
Mi mundo ya era él.



Todo lo que he planeado en mi vida ha salido bien. Siempre, hasta ahora.
Porque tú has aparecido, brillante y cegador.
Tú has destrozado mis planes, los has desecho en pedazos y los has tirado al mar.
Tú has aparecido.
Tú, en mi vida planeada.
Tú, en mi burbuja de ilusión.
Tú, en mi presente aparentemente perfecto.
Sí. Tú eres la excepción.
El que ha entrado en mi vida sin avisar.
El que me hace vivir sin saber qué pasará después.
El que me ha enseñado a amar sin miedo.

Juego de niños cap 7

¿Apuestas?

Aquella mañana había amanecido nublado y una ligera neblina lo cubría todo melancólicamente. Pero como todas esas extrañas mañanas brumosas, aproximadamente a medio día comenzó a despejar y el sol se asomó tímidamente entre las franjas grises. Aunque el aire estaba más húmedo y se estrellaba con mayor frialdad contra el rostro, Yunho se alegró con el clima.

Por eso y porque la carga en su corazón repentinamente le parecía demasiado pesada, decidió tomar su bici y salir a dar la vuelta cuando regresaron del ensayo. Estaba cansado pero esa pudorosa luz duraría sólo un poco más, llamada por el cercano invierno.

Las calles se deslizaban fluidamente bajo las ruedas con una rapidez grata para su cuerpo que recibía las ráfagas de viento húmedo y frío como un consuelo. Volteó y encontró una calle especialmente empinada, con hojas de oro y cobre invitándole. Viró de golpe y se dejó ir por la bajada. Aquellas barreras invisibles colándose por su ropa y moviendo sus cabellos eran los suspiros que se apretujaban dentro de él, incapaces de salir. Abrió la boca y el gélido aliento del otoño suplió el suyo, congelando su lengua harta de ansias.

Tuvo que frenar esa inefable libertad cuando la banqueta se cortó. La bicicleta crujió tristemente.

En contra-esquina había un parque. No sabía de él pero resultó un hallazgo reconfortante. Fue hacia allá y se sentó en una banca adoselada de madera y vacías ramas de colorín, idénticas a todas las que dibujaban un contorno alrededor del campo de juego; un poco más allá se alcanzaba a ver un arenero y una fuente, cuyo rumor le llegaba como el de un secreto.

No había nadie en ese momento así que cómodamente se acostó en la banca. Observó las ramas gruesas que se iban separando y abriéndose en otras más delgadas, como vasos capilares. Respiró profundo. El aire exhalado se le figuro ceniza pesada que costaba sacar de sus pulmones. Sentía que algo iba cambiando y eso le preocupaba. El sol despuntó desde su lecho de gasa, regándole el rostro con rayos fríos.

La luz de pálido ámbar entraba por la ventana, iluminándolo todo débilmente, duplicándose en el espejo del fondo del salón. Él estaba sentado, esperando a que Junsu y Changmin terminaran de repasar una parte de la canción que parecía abrumar al más chico, fijándose cuidadosamente cómo éste repetía los pasos en cámara lenta. El sol coloreaba los contornos de su figura, se plasmaba casi cariñosamente sobre su piel, tiñéndola de azafrán. La música se fue apagando para él, quedando solamente ese cuerpo vibrando cadenciosamente, su expresión cambiando de la concentración al enojo y a veces a la complacencia, Y fue entonces cuando lo sintió, no sólo moverse frente a sus ojos, sino extenderse, meterse en su cuerpo y agitarse dentro con una calidez que le crispó. Conocía bien esa sensación, podía relacionarla fácilmente a un problema.

El viento sopló, arrastrando hojas de momiji hacia él, una lluvia como la de la noche que lo había besado pero a plena luz, su deseo velado quedaba ahora al descubierto. Las rojizas hojas se adhirieron a su carne viva. Recordó entonces la intrusión de Changmin mientras se bañaba. Había sido difícil para él tratar de comprender la intención del otro mientras yacía tendido entre los restos de su lujuria entregada, pero se había tornado indescifrable cuando lo encontró después en el comedor: lo había mirado con el gesto en blanco y había seguido comiendo su oden como si nada. Tampoco le había dirigido la palabra desde entonces, a cambio lo había acosado con distintas miradas mientras los demás no se fijaban; a veces lo veía con arrogancia, otras con complicidad, y cuando lo había descubierto viéndolo bailar… ¿Cómo invitándolo?

¡Lo sabía! Sabía que su juego podía traicionarlo y ponerse serio, y aún así lo había aceptado, ahora no podía detenerse.

Distraídamente se llevó la mano a la mejilla y comenzó a acariciarla suavemente, adormilándose, repitiendo los rayos ambarinos en esa piel una y otra vez en su mente como un caleidoscopio de sueños.

~ o ~


Llegó a la casa después de que había oscurecido y lo recibió el sonido de las pantuflas de Jaejoong arrastrándose.

-Ya te iba a abrir- le dijo éste.

-Está bien, pero creo que tengo que cambiar mi llave, siempre me cuesta abrir- explicó.

-Ahí está la comida.

-Ya comieron ustedes, ¿verdad? ¿Están todos?

-No, Yoochun se fue con Junsu a Ginza a cambiar no sé qué cosa que compró la otra vez… O eso dijeron.

Eso quería decir que de nuevo eran pocos en casa, incluido Changmin, por supuesto. Una incierta anticipación rascó en su estómago.

Fue a la cocina a ver qué había para la cena. Su rostro se iluminó al ver el bibimbap dispuesto en la cazuela eléctrica.

-Sabía que te iba a gustar- le dijo Jaejoong sonriendo y se sentó en el desayunador.

-¿Por qué lo dices?- preguntó, tomando su lugar también.

-No sé, sólo tenía la impresión de que ya estabas harto de pura comida japonesa.

Yunho rió.

-No es eso, es que me he tenido que aguantar las ganas de comida coreana con eso de que de repente te dio por la cocina de acá.

-Pero si la otra vez te dejé jajang myun y ni te lo comiste.

-¿Qué? ¿Cuándo?- preguntó extrañado.

-Cuando nos fuimos Yoochun y yo a Ginza te guardé tu comida pero la dejaste ahí.

Yunho receló, Junsu le había dicho que no había quedado nada. Dejándolo de lado se sirvió y sin preludio alguno tomó una cucharada. Estaba muy caliente pero su antojo pudo más. Arroz, huevo, carne, verduras, todo revuelto, delicioso, le proveía un gusto que hizo reír a Jaejoong.

-¿Quieres té?- le ofreció.

Asintió sin interrumpir el bocado.

Cuando estaba a punto de terminar entró Changmin. Yunho vio cómo se quedaba mirando a su comida, (¿se le antojaba?), pero no le pidió. Sus ojos se cruzaron tan rápido que pareció no más que una ilusión.

-¿Encontraste la baraja?- preguntó Jaejoong.

-¿Eh?... Sí, estaba debajo de la cama- contestó aturdido.

-¿No juegas, Yun?

-¿Baraja americana? Sí.

-Entonces vamos a la sala. Ya acabaste, ¿verdad?

Asintió.

Jugaron canasta, poker y con quien hasta que como a las once, Jaejoong anunció su retiro.

-Ya me voy a dormir, me estoy quedando dormido sentado.

-¿Me puedo quedar con tus fichas?- preguntó Changmin para molestar.

-No, no es justo- protestó Yunho.

-Bueno, que descansen- dijo finalmente Jaejoong ignorándolos, se levantó y caminó perezosamente hacia la escalera.

Cuando su presencia desapareció por completo el ambiente se puso algo tenso. Ahora estaban los dos solos, acompañados solamente por la tenue luz de la lámpara de piso y la oscuridad del pasillo acechándolos.

-¿Quieres jugar otra cosa?- preguntó Changmin dejándose caer sobre el respaldo del sillón.

-Mm… ¿jugamos Black Jack?- sugirió Yunho.

Changmin aceptó distraído, frotándose los ojos con flojera. En ese momento pareció un niño, de nuevo la inocencia que cubría su rostro cuando lo había ido a buscar al baño para que fuera a comer. Ese recuerdo, que parecía distante ya, revoloteó sencillo e insistente. Le dio una idea.

-¿Apostamos?- deslizó, inclinándose hacia adelante.

-¿Qué quieres apostar?- preguntó el menor recelosa pero firmemente.

-El que gane podrá hacerle al otro lo que se le antoje, y el otro no podrá oponerse- explicó con una sonrisa traviesa.

Changmin pareció avaluarlo. ¿No aceptaría? Levantó la vista despacio y una mirada salvaje lo atravesó.

-Está bien- dijo simplemente, recogiendo los naipes.

Yunho se quedó viendo ensimismado cómo sus manos ágiles separaban el mazo y revolvían las cartas una y otra vez, torturándolo con la espera. Su corazón bombeaba expectante. ¿Por qué? ¿Por qué perdía el control con algo tan simple. Debía serenarse.

Changmin cortó la baraja y repartió dos cartas para cada uno. Yunho destapó una: ocho de tréboles. Sin esperar, el otro abrió una suya también: cuina de diamantes. Siguieron; un diez de corazones para Yunho y un cinco de tréboles para Changmin.

-¿Quieres otra?- insinuó el menor en un tono neutro que lo puso nervioso. Se mordió el labio. Estaba muy cerca del 21, necesitaba sacar tres o menos. Miró a Changmin, la cálida luz caía grácil sobre su rostro, las sombras delineaban sus rasgos, se hundían en los bordes de sus labios haciéndolos más carnosos. Decidió arriesgarse.

-Dos- exhaló aliviado al ver su carta.

Changmin frunció el ceño, lo miró de reojo y se puso una en su mano: cuatro de picas. Resopló y meneó la cabeza.

-Gané- anunció triunfante Yunho, escondiendo su sonrisa y se acomodó quedando de frente a Changmin.

-¿Entonces?- le cuestionó éste con una pizca de amargura.

-Cierra los ojos- ordenó con voz leve.

El otro obedeció. Yunho miró con cuidado su rostro, la piel tersa, sus rasgos tensos. Respiró lento. Se acercó. Pensó si sería buena idea hacerlo así o si sería mejor optar por algo más agresivo.

Era tarde, sus labios se habían encontrado ya. Se estremeció ante su tacto tibio y el de los restos de agua lustral que había en ellos. Se quedó un momento saboreando la sensación, seguro de que esta vez no se separaría, luego abrió lentamente la boca, capturó el labio inferior y lo recorrió con la punta de la lengua, tan suave, tan grato. Lo succionó suavemente y lo haló, separándose apenas unos milímetros para volver a presionarlo, a degustarlo parsimoniosamente deseando que el otro correspondiera el beso.

Sus manos, obedeciendo a un instinto más profundo, acariciaron su clavícula y subieron para tomar su cara. Dio lenes mordidas en sus labios, logrando que se abrieran un poco, libó la comisura con calma, recibiendo lentamente la humedad de esa boca hasta colmarse de ella y encontrar tímida la aterciopelada lengua del otro; la atrapó con ternura entre sus dientes y la fue liberando poco a poco. La respiración de Changmin se impregnó en su rostro, era una buena señal para él, ya no era besarlo, era besarse con él, sentía lo que ambos, percibía el gusto del otro en el vaivén encendido que compartían. Siguieron el contacto, entrelazándose en el beso. En las otras ocasiones no había podido disfrutar tan minuciosamente la forma de su belfo, el vaho aromático extendiéndose en su boca, hechizándolo por completo, ni solazarse en su aroma tibio que lo envolvía como un rezo.

Sus cuerpos se juntaban más y más instintivamente, como una ilusión se presentían, se duplicaban como los dibujos de un biombo que esconde un enigma.

En algún punto del que Yunho no fue consciente, Changmin lo había tomado de la nuca y había comenzado a acariciar su cabello. Ese toque resultó increíblemente agradable, lo hizo hundirse completamente en el otro y un curioso calor lo atrapó. Se dejó arrastrar por ese ritmo que no venía de ninguna parte y que los movía a los dos en bermejas olas, hasta que ese calor se alejó de él. Abrió los ojos despacio, se encontró con el rostro sonrojado de Changmin y una expresión inefable. Entonces cayó en el hecho de que había descobijado aquel sentimiento del que había sospechado pero que ni si quiera se había permitido aceptar, transmitiéndoselo al otro. Inseguro de cómo debía actuar, recogió los naipes y los barajeó. Ahora él repartió.

Yunho: tres de picas. Changmin: siete de corazones.

Respiró profundo, conteniendo el aire dolorosamente, aún no se recuperaba por completo pero al menos el volver al ambiente de juego le ayudaba.

Abrieron de nuevo. Él, nueve de diamantes; el menor, nueve de tréboles.

Apretó la boca. De nuevo era arriesgado pero aunque se plantara tenía menos que Changmin. Se puso una carta. Su mano tembló ligeramente. Rojo: ocho de corazones. Miró a Changmin de reojo; la victoria automática lo hizo esbozar una sonrisa y se lamió los labios completándola. Yunho bajó la mirada y esperó.

Siguiendo la pauta que había marcado Yunho, se acercó despacio, rodeó su cintura, descansando en su cadera, y su rostro se dirigió a su cuello, donde plantó un beso de saúco. Yunho recibió cabalmente el sello de sus labios. Perplejo por la sutileza de la acción, se estremeció y ofreció el manto para que el otro lo probara a su gusto. Entonces, Changmin empezó a intercalar besos y leves toques de su lengua por el contorno y por su garganta, pinceladas de rocío que se abrían como brotes de lumbre por toda su composición.

Sin que pudiera evitarlo, la respiración de Yunho se hizo más pausada y profunda. Percibió el olor del cabello de Changmin, indescifrable, pero le gustaba, así como la tersura de las fibras que le rozaban la piel. De pronto, a las suaves caricias se sumaron ligeras mordidas que lo hicieron temblar. El otro capturó después su lóbulo, lo chupó y luego recorrió su oreja con una calma insoportable. El toque se iba haciendo cada vez más tenue hasta volverse un casi ilusorio cosquilleo que le causó escalofríos. Su cuerpo se inclinó, entregándose inconscientemente. Las manos de Changmin se abrieron paso por su ropa acariciando su cadera y la base de su espalda con una suavidad inusitada, mientras le acariciaba el cuello con su aliento cálido

Yunho exhaló pesadamente. El otro, presionó sus labios de nuevo contra su cuello y se apartó.

Más sorprendido aún, Yunho volvió a recoger las cartas y se las dio al otro, quien las barajeó y repartió como si nada.

Abrieron.

Yunho: Rey de diamantes; Changmin: diez de picas. Estaban parejos en el arranque. Se inquietó. Quería ganar, lo último lo había dejado con ganas de más, pero ahora quería imprimir un ritmo un poco más atrevido.

Destapó su carta: diez de picas. Fantástico. Miró la cara concentrada de Changmin, casi saboreando la siguiente escena. Éste abrió. Se le fue el alma a los pies.

As de diamantes.

-Black Jack- exclamó Changmin ufano-. Se paga doble.

Yunho abrió los ojos sorprendido. ¿Qué significaba eso?

-Quítate la playera- le ordenó, y no le quedó más remedio que obedecer: una apuesta era una apuesta-. Ahora voltéate.

“¿Que me volteé? ¿Qué está pensando?” La incertidumbre lo hizo sentirse desnudo y algo excitado, aceptó con un poco de vergüenza. Lo hizo. Casi inmediatamente sintió a Changmin acomodarse encima del sillón, justo detrás de él. Primero esas manos tibias en su cadera que se fueron moviendo despacio por su cintura y sus costados, entrando al área de su pecho, rozando con aleves huellas que iban despertando los botones que sólo rodearon y como una cascada de sal sobre su abdomen, delinearon sus músculos detalladamente hasta desembocar en los huesos de su cadera, pasando debajo de su pantalón para lograrlo; ascendieron nuevamente con más fuerza, atrayéndolo al cuerpo de Changmin, quien se dejó ir hacia atrás para recargarse en el brazo del sillón, llevándolo consigo. Sin pensarlo, se acomodó en ese torso confortable. Las huellas siguieron subiendo, aplicando más presión hasta alcanzar las bayas que yacían expuestas. Las atrapó con sus dedos, provocando que su cuerpo se agitara, incluso un jadeo se estancó en su garganta debido a la gratificante sensación. Después, acunó su cabeza en la unión de su cuello y la rebosó con deleitosos besos. Palpó todo su pecho, deteniéndose para volver luego a tentar los frutos maduros, a pellizcarlos con delicadeza, obteniendo roncos jadeos cargados de placer. Dejó uno y recorrió el terso manto hasta llegar de nuevo a su cadera, a bajar con tortuosa lentitud hacia su vientre, calcando insinuadoramente la línea de su pelvis.

La sangre palpitaba con fuerza, mezclada con azogue. Se meció contra el otro, consciente de que alcanzaba su sensibilidad.

Al salir, esa mano rozó entre sus piernas, encendiendo la mecha de su concupiscencia. Deseó ver a Changmin entregado, como él ahora, pero su deseo tendría que esperar… Quizá.

Las caricias cesaron y sintió cómo el otro lo impulsaban para que volviera a sentarse.

Seguro, Changmin tomó las cartas y las revolvió evitando su mirada.

Dos para cada quien.

Abrieron: tres de tréboles para Yunho, dos de picas para Changmin.

Destaparon de nuevo: cinco de picas para el primero y cuatro de corazones para el segundo.

Habían empezado muy bajo, obviamente no podía plantarse ninguno, así que asintió cuando Max le hizo una señal para ver si quería una carta.

Seis de diamantes para Yunho y siete de tréboles para su contrincante.

Aún quedaba bajo. Pidió otra más: un cuatro de picas.

Changmin hizo el amago de tomar un naipe. Se miraron. Su propio deseo se reflejaba en esos ojos almendrados. Comprendieron que el siguiente paso era decisivo de alguna manera. Tranquilamente, el otro tomó su carta y la reveló. Yunho no pudo reprimir una sonrisa al ver ése único trébol impreso en medio. Changmin se mordió el labio, lo cual le pareció sumamente atractivo.

-Ponte cómodo- le dijo sin poder evitar el efluvio de sensualidad que empañó su voz.

Changmin lo miró algo confundido, entonces, Yunho lo empujó por los hombros y lo hizo apoyarse en el brazo del sillón con cuidado. El otro se dejó hacer, estiró sus piernas y las abrió un poco, dejándole espacio para acomodarse en medio. Yunho quedó ligeramente suspendido encima. Enfrentó esa mirada contradictoria, distinta a otros momentos en los que habían estado a punto de…

Inclinó la cabeza.

-Quiero probarte- murmuró, apenas rozando sus labios.

Bajó lentamente por su cuerpo; se detuvo cerca de su pelvis y tomó una posición más estable. Con una lentitud que rayaba en lo desesperante, subió la playera, revelando la mitad de su abdomen esculpido y besó su vientre. Lo sintió estremecerse, seguro que ya se figuraba lo que pretendía. Iluminó gustoso el suave dibujo, disfrutando plenamente la cata de su piel, la erótica tensión que enviciaba todo a su alrededor. Descendió tomándose su tiempo para captar el sabor de ese cuerpo, para percibir sus reacciones. Habiendo alcanzado la línea de juncos ensombrecidos, la bordeó, y conforme iba descubriendo al otro, iba explorando el terreno con sus labios. Se detuvo un poco más en el cuenco de su ingle. Un furtivo jadeo llenó sus oídos. Continuó bajando hasta sus muslos y atarazó uno delicadamente, al tiempo que acariciaba el otro con las yemas de los dedos. Paró un momento para posicionarse. Sus ojos se encontraron. Sí, esa era la mirada que deseaba, suavizándose, revelando la misma sensualidad que expresaba su cuerpo entero.

Yunho se inclinó entre sus piernas; sus dedos tomaron los bordes de la ropa interior y la deslizaron poco a poco, revelando el esplendor de su lujuria. Se lamió los labios descaradamente, tan cerca que alcanzó a rozarlo. El otro tembló notablemente.

Lo torturaría un poco más… Marcó la parte baja de su abdomen con aterciopelados toques y siguió por el borde lateral de su pelvis, se apartó e hizo lo mismo del otro lado, placido por los bajos jadeos que le llegaban ornamentados de gozo. Acarició con la lengua los frutos que quedaron a su alcance, el toque fue casi un amago pero fue recompensado con un violento gemido. Sediento de más, los libó con afán, sintiendo su redondez plasmarse contra su boca; con una leve succión obtuvo una deliciosa sucesión de notas eróticas que se debatían entre el control y la entrega total, esperadas plegarias que hicieron fluir plomo por sus venas, llenando su cuerpo de una voluptuosidad que le manaba por los poros.

Sintiendo cómo el otro iba perdiéndose, ansioso, lo probó finalmente. Un exquisito jadeo rumbó en la sala. Changmin se llevó la mano a la boca y la mordió con fuerza. Yunho no se detuvo, recorrió toda su extensión con llamas líquidas hasta la cima; el rumor lejano de otro gemido atrapado se esparció por todo él. Siguió besando con ansias mientras lo acariciaba, primero lento y suave, aumentando la intensidad del contacto paulatinamente. El otro enredó sus dedos en su cabello: el mensaje era claro. Yunho complaciente lo envolvió por completo. Changmin gimió, tratando de no hacer mucho ruido. Yunho saboreó la agradable sensación contra su lengua, los espasmos de ese cuerpo con riendas rotas. Calculadoramente detuvo el vaivén. La respuesta fue la esperada: la cadera del otro buscó el contacto mostrándole el ritmo que anhelaba. Después de hacerlo esperar un poco lo satisfizo imitando la cadencia, intercalando gotas de lumbre, filosos roces y libaciones profundas. Respuestas dulces, desesperadas se adherían a sus oídos, lo hacían sufrir a él también, aumentando el calor en su propia trana. Sin poder resistirlo más, buscó su mirada. Lo que vio se le clavó bajo el vientre como una marea desbocada; esos ojos canela impregnados de crudo placer, más intensos aún que aquellos que había encontrado alguna vez velados con vapor. Con la excitación creciendo a expensas de esos labios, carmines en flor, siguió degustando al otro, tocándolo insistentemente. Ambos cuerpos reverberando en un espacio propio, único, con el deseo entremezclándose, hinchiéndose, atrapándolos en una vaporosa cárcel de de tintes de belladona, hasta que el otro se rindió con un gemido puro. Yunho lo siguió acariciando hasta que su cuerpo dejó de temblar, después, subió por él hasta quedar de frente.

-¿Te gustó?- preguntó con voz ronca contra su belfo.

Changmin no contestó, sólo cerró los ojos con fatiga y más que evidente satisfacción. Luego, para su sorpresa, se alzó hacia él.

-¿No quieres seguir jugando?- le preguntó con voz suave.- Tú todavía no has terminado.

Yunho sonrió. Se dejó hacer por Changmin, quien lo presionaba para que se tendiera.

Se sobresaltó de momento.

-¿Oíste eso?- dijo, pero su pregunta fue ahogada por los labios del otro sobre los suyos. Despreocupado se dejó llevar hacia el abismo, con la tenue luz de la lámpara para mostrarle a aquél que lo estaba acabando.