Título: Today as Yesterday
Autor: Akasha Shim
Pareja: SuMin
Musical: Tears of HeavenExtensión: Oneshot
Género: Slash, Angst, Lime.
Autor: Akasha Shim
Pareja: SuMin
Musical: Tears of HeavenExtensión: Oneshot
Género: Slash, Angst, Lime.
Reseña: Viví, un vertiginoso amor, que fue de tan corta
duración que parecía que lo iba a olvidar, pero no pude, él vive en mi aun
cuando no está aquí, quince años han pasado, he cumplido un sueño, el primer
sueño de mi vida, pero ahora no es importante, porque mi verdadero sueño es
volverte a ver.
Mis dedos fríos tratan te trazar las líneas
que deje inconclusas hace años
Quise
escribir una historia feliz
Donde
tú y yo tomemos nuestras manos y le decimos adiós a nuestras memorias
Pero
todo esto está lejos de nuestra realidad
Porque
tú no estás, porque tú te fuiste sin darme un adiós
Han
pasado los años y no puedo olvidarte
Vives
en mí, hoy como ayer.
El sol del atardecer era siempre el más
refrescante y cálido, aquel que te hacía sentir tibio y tranquilo, sin tener
que preocuparte de quemarte demasiado, sólo disfrutar del calor. Son algunas de
las cosas simples y comunes de la vida que puedes disfrutar sin necesidad de
nada y muy pocas personas son las que realmente pueden disfrutar de ellas.
Esta tarde era hermosa al igual que
muchas otras, pero siempre las siento distintas porque él no está aquí.
Mantuve los ojos cerrados mientras
sentía la suave brisa golpear mi rostro, quería sonreír por volver a casa
después de tantos años pero simplemente no podía.
Hoy mi país natal es un lugar desconocido, un lugar que se perdió en
mis memorias, un sitio solitario que pensé dejar atrás cuando me enliste para ir a la guerra, con la idea fija de morir haciendo algo productivo, hasta que encontré mi motivo de vivir.
Nada había cambiado a pesar del paso de los años, seguían
existiendo esas amplias y hermosas praderas que yo recordaba con nostalgia, todo parecía estar en el mismo lugar, menos yo.
Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que estuve aquí, pero me siento tan ajeno, quizá
porque la otra mitad de mi alma, la que deje en Vietnam esta muy lejos de mí, a pesar de esto mis
sentimientos no se han reducido, todo lo contrario, mi amor aumentaba con cada aliento, así cumplía la promesa echa antes de partir, pero el
sólo imaginar que todo lo prometido no fuese cierto y que me hubiera olvidado me producía un gran
vacío en el pecho.
El tiempo parece no haber pasado en mi
corazón y es como si sólo ayer hubiese entrado a ese lugar.
18 de Enero
de 1967 – Vietnam
— ¿Dónde vamos? —pregunté,
siendo arrastrado por las calles silenciosas de la que descubrí era la “Zona
roja”, mi compañero parecía ignorarme por completo mientras me jalaba y mis
otros compañeros reían felices hablando sobre algo referente al coronel Lee y
su gran amabilidad con toda la tropa—Oye… ¿A dónde me llevas?
—Deja de
preocuparte por eso Junsu, sólo síguenos y disfruta—Abrí mis ojos ampliamente
cuando nos detuvimos frente a un lugar que se veía absurdamente diferente comparado con las pequeñas casas que nos rodeaban, me jalaron dentro, vi una decoración extravagante pero
a su vez con un toque delicado, todos a mi alrededor parecían excitados y yo
solamente tenía miedo de lo que podría encontrar aquí.
Lo que sospechaba se
hizo realidad cuando una mujer con ropa bastante ceñida se acercó a nosotros y uno de mis compañeros dijo el nombre del coronel Lee Jong Soo, esta nos llevó a una mesa cerca de un gran escenario, el coronel ya estaba sentado en la mesa
y nos saludó con una simple reverencia con la cabeza indicándonos con la mano
que nos sentáramos.
Mis compañeros
empezaron a cuchichear entre ellos y yo me sentí nervioso cuando vi a una chica
casi siendo desnudada en la otra mesa, por lo que desvié la mirada, pero termine
encontrándome con algo peor, un chico bastante joven estaba sentado sobre uno
de los capitanes tailandeses que descaradamente subía su mano por su muslo,
debajo de aquel kimono japonés. Bajé la mirada hacia mi regazo y me quedé
mirando mis manos.
—No estás
acostumbrado a esto ¿Eh? —dijo uno de mis compañeros, yo asentí suavemente sin
saber que más hacer. Él sonrió también—Tranquilo, sólo disfruta el acto y si no
quieres ir con ninguna chica o chico simplemente te vas, no es tan malo como
parece
Fruncí el ceño pero
él me ignoró, el ambiente era bastante alegre a mí alrededor pero esa alegría no me contagiaba, quizá la gente tiene razón al decir que soy lo
suficientemente sensible como para no apreciar este tipo de cosas.
Me sentía como si
estuviese traicionando mi propia naturaleza al estar aquí, viendo con mis
propios ojos la decadencia humana, aquella que todos queremos negar, pero yo no soy quien para ser juez en esta situación, ya que, escogí por voluntad propia participar en la guerra y estoy específicamente en este lugar
casi de forma voluntaria y eso me hace sentir culpable.
El tiempo paso
bastante rápido, mis compañeros bebían mientras parecían esperar algo, el
coronel Lee parecía más emocionado que todos, ignoraba a todas las cortesanas y
cortesanos que se le acercaban, su rostro caballeroso no encajaba con el lugar, aunque al ver a tanta gente que yo pensaba honorable podía entender
que la apariencia no podía siempre definir a un persona, aunque eso yo ya lo
sabía, pero me negaba a creer que era completamente cierto.
De repente las
luces se atenuaron, dejándonos con una luz casi rojiza que hacía
parecer todo más extraño, el telón del escenario
empezó a levantarse y una voz anunció en vietnamita algo que no logré entender
por mi casi nulo dominio del idioma, pero todos empezaron a ponerse cada vez
más felices.
Miré hacia el
escenario y vi como venían un montón de chicas vestidas con Ao dai* mientras
bailaban suavemente sobre el escenario, deslizándose de un lado a otro hasta
que formaron dos filas y se retiraron hacia los lados del escenario, después de
ellas entraro un grupo mixto vestidos al estilo chino, hicieron casi lo mismo
que las primeras hasta ponerse en filas e irse a los costados del escenario
nuevamente, lo mismo se repitió en tres ocasiones más y una voz llenó el
lugar.
Me enderecé en mi
asiento y busqué con la mirada quién cantaba, las
personas sobre el escenario empezaron a moverse, en un baile sincronizado y
rítmico mientras aquella voz masculina llenaba mis sentidos, los bailes aunque
hermosos para mí no eran nada sin aquel bello sonido que aún no lograba
descubrir su procedencia, no entendía absolutamente nada de lo que su
canción quería decir, porque estaba cantando en vietnamita, pero mi corazón
latía con fuerza al escuchar tan hermosa melodía.
Hasta que escuche,
algo que sí logre reconocer porque fue un verso en un perfecto coreano.
— ¿Quieres llegar a la cima? Alcanza tus
sueños, vence tus miedos. ¿Eres capaz de hacerlo? Ve las cosas buenas que
tienes entre tus manos, lucha por lo que quieres.
La voz fue opacada
por los coros de los que bailaban en el escenario, yo continué buscando entre la gente a la persona dueña de esa voz, unos segundos pasaron hasta que los bailarines se dispersaran dejando lugar no sólo el ser más hermoso de este
planeta…si no… a mi persona perfecta.
Sentí mi corazón
palpitar con violencia en mi pecho, mis manos temblaron sobre mi regazo
mientras lo veía deslizarse por el escenario, sonriendo dulcemente con sus ojos
brillando intensamente, a pesar de que la canción era para el público él
parecía ajeno a todos ellos, sólo miraba al frente, como
perdido en su melodía, dentro de su mundo, con una sonrisa pintada bellamente.
Sentía que iba a
desfallecer, que me perdía con él en su melancólica melodía, el ruido a su alrededor, los bailarines parecieron
desaparecer, dejando una estela blanca como niebla.
Constantemente
solía soñar que caminaba entre una espesa neblina, sin temer y ahora, con
esta ilusión frente a mí, parecía que había encontrado el final de mi sueño.
La canción terminó
y eso me devolvió a la realidad, al escuchar los aplausos y gente parándose, yo
también los imite, a mi alrededor mis
compañeros aplaudían eufóricamente, pero el coronel Lee también parecía
bastante exaltado mirando fijamente hacia el frente, di vuelta y
volví a ver hacia el escenario, pero él ya no estaba.
— ¿Te gusto algo
Kim? —Preguntó uno de mis compañeros, lo miré
—El chico que
cantó…
—Ah…Kim, mejor no
pongas tus ojos en él, el coronel Lee está loco por Thien
— ¿Thien?
—Ese es su nombre—Asentí
suavemente y volví a mirar hacia el escenario que ahora estaba siendo cubierto
por el telón rojo de nuevo y los cortesanos ahora rondaban en mayor cantidad,
una chica se me acercó, sonriendo dulcemente
— ¿Eres nuevo aquí?
—Asentí suavemente sin saber qué hacer, ella sonrió y se
acercó, acariciando mi cuello, obviamente era coreana pues no solo eran sus
facciones si no el dominio del idioma—Puedo ayudarte con eso
—N-No creo que sea
buena idea…
—Encontraras muy
pocos coreanos por aquí…—La miré fijamente, ella miro con recelo a su alrededor
hasta que vio algo que la hizo pegarse más a mí, eso hizo que fijara mi mirada donde ella estaba viendo, luego lo vi…a “Thien” junto al coronel Lee.
—Creo…creo que debo
irme
—Hey…puedes volver
cuando quieras…—sonreí con suavidad y me fui rápidamente, ignorando a uno de
mis compañeros que me llamó por mi nombre.
Le di un último
vistazo a Pearl y regresé al campamento.
Era como si al ver
a “Thien” junto al coronel Lee todo se hubiera venido abajo, quiero
decir, es obvio que todos los que trabajan en Pearl son cortesanos, no pensé en eso hasta que lo vi…no es como si me hubiera desencantado,
después de todo sé lo difícil que es la vida aquí y sé que muchos no pueden ir
a la guerra sin tener un motivo por el cual luchar y quizá “Thien” era incentivo suficiente para seguir viviendo.
6 de diciembre de 1982 – Corea del Sur
Así fue como creí
haberme desencantado de él, no fue eso exactamente, pero el sólo pensar que
alguien con ese talento, con esa mirada, con esa aura que creía seria mi otra mitad sufría y pasaba atrocidades, opacaba mi amino y me demostraba lo injusta que
podía ser la vida.
Recuerdo que
después de mi primera visita a Pearl no volví, ni siquiera para volver a verlo, aunque bien sé que pensaba en él constantemente, muchas veces por las noches me
quedaba despierto escribiendo, de alguna forma él se habida
vuelto mi musa, no podía más que recordar el momento en el que sentí que todo
desaparecía a mi alrededor excepto él, eso me motivaba a seguir plasmando palabras en mi cuaderno.
Pase un mes,
pensando en que en cualquier momento mi batallón era solicitado para participar en alguna misión, que quizá implicara mi muerte, en ese momento
las cosas no parecían ser tan importantes como lo son ahora. Esos recuerdos son todo lo que tenía.
15 de febrero de 1967 –Vietnam
Suspiré suavemente
mientras me sentaba junto a mis compañeros que reían ruidosamente, uno de ellos
me miró y sonrió, continuando hablando de su visita a Pearl el día de ayer.
—Ah yo también
estaba interesado en él—dijo sin vergüenza uno de los chicos, presté un poco de
atención y me di cuenta que todos lo miraban atentos—Hasta ahora todos decían
que Thien se limitaba únicamente a cantar en Pearl...—yo también mire fijamente
a mi compañero al notar de quien hablaban, él suspiró.
—Todos saben eso,
él solo cantaba y siempre rechazaba a los clientes y nadie parecía
sorprenderse. ¿Pero qué pasa con eso?
—Ayer escuché de la
chica con la que estuve que antes el coronel Lee podía estar con todos en Pearl
pero siempre su corazón estaba con Thien que constantemente lo rechazaba
— ¿Y qué con eso?
—Ella dijo que desde
hace dos semanas el coronel dejo de pedir a otros cortesanos y solo andaba tras Thien, no sabía mucho, pero parecía que Thien había aceptado…ser su cortesano—todos se
sorprendieron.
— ¡¡ ¿Qué?!!
—Es enserio,
primero pensé que era un chiste pero luego de pensarlo bien tal vez sea
cierto…porque…el coronel siempre estuvo tras él, y antes Thien después de sus
presentaciones paseaba por el salón, pero la semana pasada no lo hizo, simplemente desapareció y el coronel Lee también y ayer paso lo mismo…
Los dejé con su
conversación sin decir nada más, demasiado confundido. Era
sorprendente la facilidad con la que pude habituarme a su profesión, pero me dolió pensar que tal vez se acostaba con el
coronel Lee…sólo con él.
Me alejé caminando,
hasta llegar a la ciudad, los ciudadanos y soldados caminaba por todos lados, unos buscando
provisiones y otros disfrutando de la efímera paz reinante.
Caminé entre la
gente tranquilamente, tratando de no pensar en él…en los rumores que se
esparcían y que quizá todo el campamento ya sabía, pero no podía sacarlo de mi mente, su mirada brillante, su voz penetrante y ese sentimiento que había
sentido aflorar en mí.
Continué mi andar hasta casi el atardecer, el sol se escondía y el cielo con un color acaramelado
daba los últimos rastros de luz, yo caminaba sin ver demasiado distraído para notar que estaba a punto de chocar con alguien, casi caigo al suelo
de no ser por mis reflejos, no puedo decir lo mismo de la persona impactada.
— ¡Ah disculpa! —exclamé,
en mi corto vietnamita tratando de ayudar al chico que hice caer, pero mi gran sorpresa fue cuando levantó su rostro y unos ojos castaños me
atravesaron el alma.
La luz acaramelada
del atardecer hacia ver su piel de un matiz adorable, sus ojos chocolate
brillaban con intensidad y yo me quedé en un estado de letargo bastante
extraño.
De cerca se veía
mejor aún.
—Disculpa…—dije al
recordar que estábamos en medio de la calle, mi vietnamita era horrible y seguramente
no me entendió porque no contestó nada, sólo tomo mi mano para que lo ayudara a
pararse, bueno él no me estaba ayudando nada a mí porque mi corazón se disparó,
latía como un loco mientras sentía el suave tibio de sus manos, cuando se paró,
noté que nuestra diferencia de estaturas era bastante, debía medir como unos
seis centímetros más que yo, pero eso no era realmente importante—Realmente
discúlpame…yo…—no supe que más decir, como ya dije mi vietnamita era horrible y
no tenía demasiado vocabulario como para decir algo más
—No te preocupes.
¿Eres coreano no? —me contestó él con un coreano perfecto, abrí la boca
sorprendido no sólo por lo maravillosa que había sonado su voz, sino por su dominio
del idioma—Yo también soy coreano, calma
Sonreí suavemente.
Nunca me imaginé que fuera coreano aunque su estructura física no era precisamente el común de los hombres vietnamitas.
¡Estaba hablando
conmigo!
—Ah…de verdad lo
siento estaba distraído, no te vi…—dije esta vez más tranquilo, en mi idioma
materno, sintiendo como soltaba mi mano y esta me hormigueaba de una forma algo
aterradora
—Tranquilo, yo
también venía distraído…—dijo tranquilamente, con una dulce sonrisa pintada en
sus labios, que hizo a mi corazón desbocarse aún más mientras lo miraba
embobado.
—Es que te hice caer…y…y…
¿Podría hacer algo por ti para no sentirme tan culpable? —Bien Junsu, muy bien,
una inútil excusa para no alejarte de él.
—Bueno…justo ahora
necesitaba un poco de ayuda…
—En lo que sea te
ayudaré…ah de verdad que soy despistado, soy Kim Junsu—él sonrió y mi corazón
latió más rápido aun-si eso se podía- sentí mis mejillas arder pero al parecer
él no lo notó y se lo agradecí
—Soy Thi…Shim
Changmin—parpadee varias veces confundido, “Thien” pareció notarlo—De seguro ya
me viste en Pearl. ¿Verdad?
—Bueno…sí…pero…
—Creo que no es
difícil de descifrar cuando descubres que soy coreano, en Pearl casi nadie
utiliza su verdadero nombre
—Ah…bueno yo no
sabía eso
—No muchos lo
saben…
—Bueno…dejemos de
lado eso. ¿En qué quieres que te ayude?
—Es que no salgo de
Pearl desde hace mucho y…bueno creo que me perdí. ¿Podrías acompañarme? —Abrí
la boca un poco sorprendido y luego asentí suavemente, él sonrió y yo me puse a
su lado para empezar a caminar, él me siguió tranquilamente.
Cuando volví al
campamento tenía la sonrisa más grande del planeta plantada en la cara y todos
se ocuparon de recordármelo, pero no era para menos.
El haber hablado
con Changmin fue sin duda una de las mejores experiencias de mi vida, no es que
hubiéramos hablado de cosas muy relevantes o me hubiera contado algo más, pero
me sentí tan cómodo hablando con él de cualquier tontería, que de verdad maldije
todo cuando llegamos a Pearl y él entró, ese hermoso brillo en sus ojos me
había dicho que no importaba lo que él fuera, yo me había enamorado de él.
Amor a primera
vista…era como aquellas historias que solía leer con frecuencia, no creía en
ellas, enamorarte de alguien sin conocerla sin embargo me había pasado, podía
estar seguro porque nada más podía explicar el hecho de que mi corazón pudiera latir tan locamente y esa sensación vertiginosa en mi estómago cuando
le recordaba, ahora que había hablado con él la cosa era peor, porque me había dado cuenta lo maravilloso que era.
Está de más decir
que no pude dormir, cada vez que lo intentaba terminaba abrazando las sábanas
sonriendo estúpidamente, al final tras saber que no podría conciliar el sueño me
dediqué a escribir, bajo una pequeña luz, estaba tan
inspirado que no pare de hacerlo hasta que noté que mi mano se entumecía y mis parpados se cerraban.
6 de diciembre de 1982 – Corea del Sur
Una sonrisa
involuntaria salió de mis labios con mis viejas memorias, continué caminando
por la ciudad donde había nacido pero ahora era tan distinta.
Me detuve frente a
un aparador, una tienda que parecía ser una de las pocas que no había cambiado
en quince años, en el vidrio me vi reflejado y noté al fin que yo si lo había hecho.
“Junsu…Kim Junsu”
Mi sonrisa se
distorsionó cuando de repente me vino su voz a la cabeza, diciendo mi nombre
mientras sonreía, mi nombre se oía tan diferente de su boca. Continué caminando, tratando de recordar torpemente cómo eran las
cosas en el pasado, tratando de compararlas, pero no servía de nada porque para
mí todo era absolutamente distinto aunque fuera igual.
En lugar de poder
recordar las cosas del pasado que me ligaban a Seúl, todo lo que podía
hacer era recordar el lugar que dejé, esperando por alguien que nunca iba a
volver.
Sé que él no quiso
irse pero lo hizo, al final fuimos engañados y por alguien que nos quería ver separados terminamos cada uno en lugares distintos, esperé y esperé por él, pero
nunca volvió y hace algunos meses decidí darme por vencido.
Aunque al parecer
no me he dado por vencido porque no puedo olvidarlo.
Soy un verdadero
desastre, todos me dijeron que era una causa perdida hacerme entrar en razón,
recuperar mi vida y buscar alguien más que me hiciera feliz, que lograra lo que
él logro en un minuto, hacer una familia y olvidarme de mi vertiginoso amor por
Shim Changmin, pero no puedo, en cada persona que veo encuentro un defecto,
algo que termina desanimándome.
Todos decían que
era porque no buscaba a alguien para enamorarme, lo buscaba a él y eso era
cierto. Si no era él yo no quería saber de nadie más…porque lo amo demasiado,
porque él se volvió parte de mí.
Una lágrima
descendió por mi mejilla y me quedé mirando el suelo, parado en medio de la calle, un
hombre pasó corriendo por mi lado y yo retomé mi camino, pero ya no analizaba
la ciudad, volvía a perderme en mis recuerdos.
18 de febrero de 1967
La tarde caía sobre
nosotros mientras nos ocupábamos de nuestros deberes, por alguna extraña razón
el coronel Lee hoy parecía particularmente nervioso, algunos decían que tenía
que ver con “Thien” y yo no quería saber nada que involucrara al coronel Lee
con Changmin.
Me acerqué a mis compañeros que llevaban llamándome un buen rato, uno de ellos
estalló en carcajadas.
— ¿Qué pasa?
—El coronel Lee nos
llamó para algo
— ¿Por qué?
—No tengo ni idea,
pero tengo una ligera sospecha de qué es
—Porque hoy es un
día especial—todos miramos al que habló pero luego todos abrieron la boca como
si hubieran entendido, a excepción de mi claro.
— ¿Es su cumpleaños
o qué? —pregunté confundido, todos me miraron
—Es el cumpleaños
de Thien…—abrí los ojos a todo lo que pude y traté de comportarme normal sin
decir nada, asentí suavemente—Al parecer el coronel Lee está demasiado nervioso
por eso, Kwan dice que lo acompañó a un banco para arreglar el retiro de una
gran suma de dinero, todos suponemos que es para Thien…para su liberación.
— ¿Liberación? —estaba
cada vez más confundido todos me miraron y suspiraron
—Thien…él es
huérfano y hace muchos años que empezó a cantar para Pearl, nunca hizo el papel
de cortesano pero el coronel Lee al parecer se ha enamorado de él y…quiere
pagar lo que debe.
Porque cuando
entran a trabajar para Pearl…no ganas dinero en sí, porque lo poco que tienen se
ira en vestuarios y otras cosas para la mantención del lugar, es un régimen
arcaico pero ninguno de los que trabaja ahí tiene la
posibilidad de hacer algo más, así que todos tienen una deuda.
Mis ojos no
pudieron evitar seguir abriéndose de sorpresa, maldije mi suerte como nunca, el
no tener dinero y no poder hacer algo por él…
Cuando volteé a ver, el coronel se acercaba a nosotros.
—Soldados…—todos
nos pusimos firmes, yo lo miré casi escudriñándolo, mirarlo me producía un leve
dolor de estómago, sentía mi cabeza dar vueltas, me daba rabia pensar que un hombre como él fuese capaz de liberar a Changmin, cuando quizá ni
sabía su verdadero nombre—Los mandé a llamar porque necesito un favor de uno de
ustedes—todos lo miramos fijamente sin decir nada— ¿Quiénes no tienes ninguna
tarea hoy? —solo Kwan y yo levantamos la mano, él miro a Kwan primero y negó
con la cabeza para luego llamarme a mí.
— ¿Sí señor?
—Necesito un favor
suyo Kim…—contuve el aire y lo miré, tratando de no fruncir el ceño y verme
molesto con este hombre—Necesito que cuide de alguien hoy—no dijo nada más y yo
tampoco, con una mano me indicó que lo siguiera y así lo hice, hasta que
llegamos a uno de los autos que estaba cerca del lugar donde estaban los soldados
que habían vuelto heridos de combate—Vas a cuidar de esta persona hasta la
noche, cuando yo llegue y podrás irte después, no quiero que lo aburras, ten
cuidado con él eso es todo lo que pido, no dejes que nadie se le acerque…
Asentí suavemente
al darme cuenta de lo que sucedía, mi ceño se frunció un poco.
— ¿Cuento contigo?
—Sí coronel …—él
sonrió y me indicó que subiera al auto, obedecí y me llevó hasta la ciudad, a una plaza que identificaba como la que estaba cerca de Pearl, me dejó ahí y
se fue a recoger a Changmin…yo aproveché para tranquilizarme.
Algo…algo muy
dentro de mí, me dijo que el destino quería que volviera a encontrarme con él,
yo estaba resignado a que quizá no volvería a verlo, no estaba dentro de mis planes volver a pisar Pearl, ese lugar no tenía nada que ver conmigo,
pero como si fuese obra de alguien, el mismo coronel Lee organizó nuestro reencuentro.
—Oh por Dios…es su
cumpleaños…—miré a mi alrededor, en estas circunstancias de guerra realmente no
era fácil encontrar cosas para felicitar a alguien por su cumpleaños, pero
evidentemente en la zona roja las cosas eran distintas, después de todo en
épocas de crisis la zona roja era la más prospera habiendo tantos hombres alrededor.
Aprender idiomas siempre fue un problema para mi y me maldije al no poner la suficiente atención al instructor de idiomas, camine hacia una mujer que estaba en una esquina, ella me miró como entendiéndome sin palabras, caminó hacia su tienda sin decir una palabra, yo la seguí
observando todo a mi alrededor hasta que algo llamó mi atención.
La mujer señaló con
su dedo justo lo que miraba y me dijo
con sus dedos el valor.
Suspiré un poco y
saque el dinero que llevaba conmigo, no era buena idea dejar tu dinero
con tus cosas en el campamento, por lo que siempre lo llevaba conmigo y sonreí al
ver que no afectaría mucho a mi economía así que sin dudar lo compre.
Volví a mi posición justo cuando el coronel Lee llegaba con
Changmin.
El pareció un
poco sorprendido al verme pero no dijo nada, se detuvieron a unos tres metros
de mí, seguramente para que no los escuchara, pero yo fingí mirar hacia otro
lado aunque estaba pendiente de lo que sucedía.
—Él es uno de los
soldados del campamento…él va a cuidarte hasta que venga por ti en la noche,
cuídate y por favor pórtate bien
—Jong Soo hyung…estaré bien
—Te tengo una gran
sorpresa esta noche…—Changmin sonrió nerviosamente, sonrojándose y yo apreté
los puños—Así que no desesperes, pásala bien…
—De acuerdo…—se
acercaron a mí
—Thien, él es el
soldado Kim Junsu, soldado Kim él es Thien…—ambos hicimos una reverencia, nuestras
miradas se cruzaron y de nuevo todo a mi alrededor se desestabilizó, luche por
mantener un rostro neutro junto al coronel Lee.
—Un gusto soldado
Kim
—El gusto es mío
“Thien” —sonrió suavemente
—Kim, aquí tiene este dinero utilícelo para lo que sea que Thien necesite, eso me recuerda.
Thien si quieres algo, lo que sea, sólo dile a Kim, él lo comprará—Changmin
asintió—Yo debo ir a cumplir mis deberes, cuídalo—me dijo, luego le sonrió a él—nos
vemos en la noche
Changmin asintió
suavemente y el coronel se subió al auto yéndose rápidamente, dejándonos solos.
—No sabía que eras
soldado
—Bueno…hay muchas
cosas que no sabemos el uno del otro…—él sonrió
—Somos un misterio
el uno para el otro…—yo también sonreí y guardé el dinero que Lee Jong Soo me
dio, sacando de mi bolsillo el paquete que acababa de comprar
—Eh si bueno…Feliz
cumpleaños—le extendí el paquete y él lo miro por un momento sorprendido
—No tenías que
hacerlo
—Cuando supe que
era tu cumpleaños sentí la necesidad…—él sonrió dulcemente y tomó mi regalo
—Gracias…sabes,
desde que te vi el otro día me pareciste diferente…y nunca te vi en Pearl
—No soy del tipo de
personas que va a esos lugares
—Sé nota, pareces
alguien muy inocente
—No creo que eso
sea correcto
—Esa es la
impresión que das…pero bueno, vamos a caminar o algo—sonreí y caminé junto a
él. La tarde pareció brillar ante nosotros, como siempre que pensaba en él la
sensación de que todo lo malo de mi mente se borraba y ahora era igual pero la
sensación era incluso más intensa.
Conversamos de
todo, comimos, sonreímos, hablamos de todo y sentía como si de verdad pudiera
complementarme con él, porque él era especial, diferente a cualquier clase de
persona que hubiera conocido.
Y eso me hacía
enamorarme más.
Pero también me hizo
darme cuenta que yo iba demasiado retrasado en comparación del coronel y decidí
preguntarle.
— ¿Qué hay entre tú
y el coronel Lee? —él pareció sorprendido y me miró fijamente
—Es mi amigo…o algo
así, él se me ha declarado varias veces, siempre recibe negativas y nunca deja
de insistir, nada en especial pero nos llevamos bien. ¿Por qué?
—Es que es
imposible no escuchar en el campamento sobre tu relación con él
—Ah…déjalos, soy
alguien que trabaja en un burdel después de todo Junsu…el lugar de mi trabajo
siempre se presta a rumores sin sentido, antes me preocupaba de ellos pero
entendí que entre mas te preocupas peor son las cosas, además soy consciente de
que no he hecho nada malo por lo que estoy tranquilo. ¿Me crees verdad?
Sonreí y asentí.
Para cuando llegó
la noche, habíamos hablado tanto y nos habíamos divertido tanto solamente
hablando que nos cansamos y cuando llegamos al lugar de encuentro con el
coronel Lee, Changmin bostezaba bastante.
—Fue un muy buen
cumpleaños, muchas gracias por este día Junsu
—De nada
Changmin…me alegra haberte dado un buen día…—lo miré fijamente y sus mejillas
se tiñeron de un intenso rojo que me hizo sentirme de una manera extrañamente
feliz
—Ya viene Jong
Soo…ojalá podamos vernos de nuevo.
El recordar su
mirada el día de su cumpleaños me hizo sonreír de nuevo, días después, algo en mí me dijo que podía lograr que se enamorara de mí, o aunque sea que no
me odiara cuando le dijera lo que él lograba provocar en mí.
Después del día de
su cumpleaños termine siendo su acompañante muchas tardes, cuando menos me los
esperé habían pasado tres meses desde su cumpleaños y…nuestra relación se hizo
bastante estrecha, sabíamos tanto del otro que de verdad podía sentirme
bendecido por todo aquello que nos unió.
Incluido el coronel
Lee.
Pero él mismo
arruino todo, unas semanas después.
Ese día como
siempre era el encargado de cuidarlo mientras caminábamos por la ciudad, al
parecer estaba tan perdido que sólo decía monosílabos y las conversaciones
fluidas que teníamos todos los días estaban en el olvido, había estado así por
varios días, distante y perdido pero no tanto como hoy y eso me preocupó de
sobra.
—Changmin…—él
continuó caminando, ignorándome— ¿Ya no quieres salir de Pearl? ¿Es eso?
Él se detuvo
abruptamente y me miró, sus ojos brillaban pero su mirada era tan nostálgica
que me sentí extraño.
—No es eso…
— ¿Entonces? ¿No
confías en mí? —él negó fervientemente con la cabeza pero no volvió a mirarme
—No es
eso…pero…creo que tienes razón y debería dejar de aceptar que Jong Soo me saque
de Pearl para verme contigo—me quedé en silencio. ¿Qué era aquello que había
hecho para hacerle pensar así?
— ¿No quieres verme
más?
—Seguir viéndonos
sólo va a seguir arruinando las cosas
— ¿Qué arruinaría?
Somos amigos…—él apretó sus puños a sus lados
—Debemos alejarnos
el uno del otro…—dijo suavemente, me dio una leve mirada y yo me quede parado
en mi lugar mientras lo veía correr, antes de reaccionar e ir tras él
— ¡¿Estás loco?! Si
no vuelvo contigo estaré muerto
— Yo le diré a Jong
Soo que es mi culpa…—lo tomé del brazo y vi sus ojos brillantes y rojos, él
cerró los ojos con fuerza y miró hacia otro lado—Junsu…vete, necesito estar
sólo
— ¿Por qué? —él
negó con la cabeza, negándose a decirme nada, pero yo no estaba dispuesto a que no me lo dijera, sentía que mis sueños se iban rompiendo con la sola idea de no
verle de nuevo, de sentir que mi vida se alegra con el solo hecho de verlo
todos los días, de escuchar su voz y las cosas que me decía…no podía dejarlo ir
así como así.
Y si de verdad
quería dejar de verme…al menos debía decirle que lo amaba.
—Voy a irme con él
a América…—abrí mis ojos de la impresión, soltando su brazo, él me miró
— ¿Qué?
—Él me lo propuso
hace mucho tiempo y…voy a aceptar…—Lo miré fijamente
—Tú dijiste que no
sentías nada por él…—él me miró
—Y es cierto…
— ¿Entonces por qué
te iras con él?
—Tengo que alejarme
de aquí…
— ¿Alguien te ha
hecho algo y no me lo dijiste? —negó
—Sólo quiero irme…—sentí
las lágrimas acumularse bajo mis parpados, él cerró los ojos y me miro
fríamente, como si no le importara nada de mí y eso me dolió.
Todo este tiempo
soñé estúpidamente con que algún día podría hacer que me correspondiera, que
mis sentimientos serían respondidos pero esa mirada fija en mí sólo me decía
que había volado muy alto y ahora me tocaba caer.
Después de todo…
¿Qué era yo?
Un simple soldado
que no podía darle nada y en algún momento tendría que ir a morir a la guerra y
tal vez dejarlo, en cambio el coronel Lee tenía dinero y podía darle una buena
vida en América, hacerle vivir lo que nunca tuvo y hacerle feliz…
Después de todo…el
dinero si puede comprar la felicidad.
Pero tenía que
hacer una última cosa antes de dejarle ir de mi lado.
—Entonces vete…—él
abrió la boca para hablar pero no lo deje decir nada cuando tomé su rostro
entre mis manos para besarlo, cerré los ojos fuertemente para no ver su fría
mirada, tenía que hacer esto antes de dejarle partir, porque sabía que al menos
me llevaría algo de él con sus labios sobre los míos, por más que doliera
cuando me alejase.
Su boca sabía
dulce, él no se movía y tampoco me alejaba por lo que continué, aumentando mi
agonía mientras sentía sus labios contra los míos, embriagándome con su sabor.
Sentí sus manos sobre mi pecho al fin, trató de alejarme pero su empuje fue
demasiado suave como para si quiera importarme, iba a besarlo el tiempo que sea
necesario, porque quizá sería lo último que tendría de él.
Cuando me alejé, no
lo hice demasiado y tampoco abrí mis ojos para no ver su mirada pero al sentir
su suave aliento golpear contra mis labios tuve que mirarlo, sus ojos estaban
cerrados y sus manos que permanecían en mi pecho no me alejaban así que sólo me
deje llevar, acercándome a él de nuevo, esta vez mi beso fue correspondido.
Sentí sus manos
deslizarse de mi pecho a mis hombros, tranquilamente, y sus labios moviéndose
al compás de los míos, todo el mundo volvió a desaparecer para mí, nada existía
más que ambos, cuando nos separamos por falta de aire vi sus lágrimas caer por
sus ojos.
—No lo hagas…—me
dijo con un susurro pero yo no le hice caso y volví a besarlo, él no hizo el
intento de alejarme si quiera.
—Te amo…—susurré
junto a su oído cuando me alejé, luego me separé de él, las lágrimas corrían
por el rostro de ambos, sequé sus lágrimas con una mano y él lo hizo con las
mías, ninguno dijo nada y nos dirigimos hacia el encuentro con el coronel Lee.
Cuando él se
despidió con una sonrisa algo me dijo que las cosas no habían terminado tan
mal, pero al día siguiente cuando estaba en camino junto al coronel Lee había
algo extraño en él y me miraba de vez en cuando.
Esta vez me llevo
hasta la puerta de Pearl y me miró.
—Hoy no se
encontraran conmigo, tráelo directo hasta aquí y déjalo en su habitación junto
a los que deben ocuparse de él para su presentación por la noche, te veré aquí
en la noche y te daré tu paga—asentí suavemente y ambos salimos del auto,
Changmin salió y después de hablar con Lee se acercó a mí con una sonrisa.
—Hola…
—Hola...—él sonrió
ampliamente y se dio vuelta para despedir a Jong Soo que arrancaba el auto, el
coronel sonrió y se fue, perdiéndose en la esquina
— ¿A dónde quieres
ir hoy? —Él negó con la cabeza
—Jong Soo ya me
dijo que me dejaras aquí directamente, para qué ir a ningún otro lado
— ¿Pero qué haremos
aquí exactamente? —él sonrió
—Quiero mostrarte
algo…—me jaló del brazo y fuimos a la que parecía la puerta trasera de Pearl,
entramos y vimos que habían unas cuantas personas haciendo la limpieza, con un
dedo sobre sus labios me indicó que lo siguiera y así lo hice hasta que
llegamos al tercer piso y me metió a una habitación—Esta es mi habitación…—dijo
con una sonrisa
— ¿Esto querías
mostrarme? ¿Con qué propósito? —él se sonrojó con violencia y me estrelló una
almohada en la cabeza
—No seas tonto,
dije que quería mostrarte algo no era exactamente para ninguna de las
cochinadas que estás pensando
— ¿Y cómo sabes en
que estoy pensando? —se sonrojó aún más y me tiro otra almohada antes de irse
hacia un pequeño velador de donde saco una caja con un candado, saco la llave
de su cuello y la abrió
—Ven tonto
—Oye, más respeto
— ¿Respeto? ¿A ti? —reí
y me acerqué, viendo varias cosas ahí, Changmin metió la mano y sacó lo que
parecía una fotografía pero del reverso y me la dio, le di la vuelta con
cuidado y vi a una mujer muy hermosa junto a un niño igualmente hermoso,
realmente parecido a ella.
Luego me di cuenta
que era Changmin y probablemente su mamá.
—Ella es mi mamá…nosotros
llegamos aquí cuando tenía seis años y…cuando cumplí once mis padres
murieron…una mujer me recogió y me trajo aquí…—lo miré fijamente, el observaba
la fotografía acariciando con un dedo el rostro de su madre—Al principio
ayudaba a limpiar, las chicas eran dulces conmigo…una de las cortesanas más
antiguas que todavía sigue aquí me cuidó mientras crecía y no dejó que me
hicieran cortesano, aprovechando que podía cantar logre quedarme con eso…viví
así todos estos años y estoy contento con eso, muchas veces Linh me dijo que
alguien como yo estaba reservado para alguien especial…y que buscara alguien
que estuviera fuera de este mundo, hasta hace meses creí que eso no pasaría
porque este burdel es lo único que conozco y perdía las esperanzas aunque Linh
decía que debía tranquilizarme porque el día llegaría, pero yo estaba resignado
a que algún día Jong Soo o alguien más pagaría mi deuda y tendría que irme con
alguno de ellos. Pero un día…el día en que te vi rechazar a una de las chicas
que dicen no puede ser rechazada por alguien y te fuiste pensé que quizá
alguien como tú sería el indicado y luego no volviste…pero el día en que
chocamos me sentí bien de que no volvieras, porque no era como aquellos que se
acercaron a mi mientras paseaba por el burdel…todos dicen ser diferentes pero
sabes que no pueden venir a Pearl solo por mí.
>>Jong Soo es
uno de ellos, él cree que soy tonto y no me he dado cuenta de las muchas veces que lo vi estar con cada uno de los del
burdel, él dice amarme pero yo no puedo creerle porque sé que se ve tentado de
volver a su rutina anterior de coquetear conmigo y acostarse con alguien antes
de irse…pero eso siempre me ha dado igual porque él no me interesa. Junsu…han
pasado muchos meses y…mentiría si te dijera que sabía de tus sentimientos
porque lo ignoraba por completo, creí que era un amor unilateral de mi parte y
era mejor alejarme de ti, antes de que me lastimara…pero…
—Te amo…
—Lo sé…—me miró y
no dijo nada más, mordió su labio y sonreí suavemente, acariciando su mejilla—Yo
también…yo…yo también te amo
Mi sonrisa surgió de
entre mis labios y lo abracé de un impulso, sintiendo la alegría del mundo
llenarme tras sus bellas palabras, me separé de él y vi sus ojos.
Ese brillo que
tanto amaba estaba ahí.
—Rechacé de nuevo
la propuesta de Jong Soo…
—Changmin…
—Puede que…tarde en
salir de aquí, pagar mi deuda es un poco problemático pero sé que puedo hacerlo
y la verdad no me importa si solo tú permaneces conmigo…incluso si tengo que
huir…si es contigo lo haría…porque desde que paso el tiempo contigo siento que
podría hacer lo que sea…
Sonreí más
ampliamente y lo volví a pegar a mí, pero esta vez lo besé, él me correspondió
también, pasando sus brazos por mi cuello, tuve que sostenerme de su cintura
para no desfallecer, esto era demasiado para mí.
Ser tan feliz era
demasiado y no estaba acostumbrado, pero seguramente podría acostumbrarme
porque era una sensación increíble.
Para cuando nos
separamos él estaba recostado en la cama, conmigo casi por completo sobre él,
él sonrió suavemente y me atrajo con sus brazos de nuevo, sus besos inexpertos
y sin sincronía no importaban porque me estaba besando, porque su dulce sabor
se impregnaba en mí y amaba eso.
No sé cómo
sucedieron las cosas exactamente, sólo sé que no estaba pensando demasiado y él
tampoco, sólo nos estábamos dejando llevar, sólo logre razonar cuando ambos
estábamos medio desnudos.
Su piel cálida
junto a la mía, traté de parar, de verdad que traté pero al parecer ninguno
quería en verdad eso por lo que continuamos lo que empezamos hasta el final.
Ese momento quizá será
el más inolvidable en mi vida, porque la vista desde mi lugar era privilegiada,
su mirada intensa no me dejaba de observar y a pesar de esa intensidad el
sonrojo en sus mejillas lo hacía ver adorable.
Cuando me uní a
él…cuando ambos fuimos uno solo creí que podía morir en ese mismo momento sin
importarme absolutamente nada, mi nombre sonaba demasiado hermoso entre sus
labios, su cuerpo cálido me abrigaba y me hacía sentir seguro, como nada en la
vida.
Sus besos,
apasionados y suaves me hicieron saber que no era un sueño, que era la realidad
que estaba viviendo un sueño.
—Te amo…
8 de diciembre 1982 – Corea del Sur
Desempaqué con
cuidado, observando la fotografía en mis manos con una sonrisa pero a la vez
mis ojos derramaban lágrima tras lágrima.
Él se había vuelto
mi todo y yo solo sentía que me ahogaba con cada respiro que daba porque él no estaba aquí.
¿Cuánto tiempo
debía seguir esperando?
Sabía que al ya no
estar en Vietnam…si él volvía alguna vez, nunca lo volvería a ver…pero…tenía
la esperanza de que algún día apareciera en Corea…el país que él no había
vuelto a ver desde sus seis años…
Era mucho pedir,
pero el seguir en Vietnam me había hecho más daño del que debía, había llorado
casi todos los días pero llevo dos días aquí y siguen fluyendo…quizá es algo que
después pueda parar pero ahora no quiero hacerlo.
Después de todo, el
día que ambos nos hicimos uno fue el último en que fuimos realmente felices, porque el mismo destino que fue el responsable de nuestra unión nos termino separando.
Aun ahora no podía
perdonar a Lee Jong Soo por haberlo hecho, por habernos engañado a ambos,
todavía quiero creer que Changmin nunca le correspondió, porque creía que su
amor era tan intenso como el mío, pero también soy alguien inseguro y sé que a diferencia de mi tal vez él pudo olvidarme y recomenzar…
Y el solo
pensamiento duele.
Recuerdo vagamente
que después de haber consumado nuestro amor nos descubrieron e
irremediablemente Jong Soo se enteró.
Recuerdo aquello
perfectamente porque Jong Soo golpeó a Changmin luego de que le dijera que no
se iría con él nunca.
Fui sacado de Pearl
a patadas y Lee casi me mata cuando llegamos al campamento, pero no me deje
amedrentar, el coronel se volvió loco…y en un último recurso con su pistola
apuntando a mi cabeza le dije que Changmin jamás lo amaría como me amaba a mí.
Me dejo solo y yo
supuse que se calmó, pero al día siguiente cometí el peor error de mi vida, el
coronel me mandó a llamar y me dijo su propuesta, dio vueltas muchas veces en
sobre lo mucho que amaba a Changmin y quería su felicidad.
Aún recuerdo sus
palabras.
“—Si vas a la siguiente batalla contra los
chinos y vuelves vivo, me demostraras que amas lo suficientemente a “Thien”
como para merecértelo y yo…pagaré su liberación y te irás con él
— ¿Y si no vuelvo vivo?
—Eso yo no lo puedo controlar
— ¿Y si no acepto?
—Si no aceptas y huyes con él…voy a perseguirlos al fin de la tierra y
acabaré con ustedes”
Está de más decir
que cuando acepté cometí un error, la batalla duro cuatro meses exactos, fue
horrible y más de la mitad de nosotros murió ahí pero yo luché, luché hasta el
final y volví con una sonrisa a Pearl.
Era un día de
lluvia pero aun empapado entré al lugar y vi a Linh, ella se puso a llorar y mi
vida perdió sentido en ese momento.
Sólo supe que él ya
no estaba conmigo…que se había ido y no volvería más.
Quizá el destino lo
quiso así pero yo no estoy dispuesto a aceptarlo, porque lo amo más que a mi
existencia.
Cerré los ojos con
fuerza y salí de mi habitación hacia la calle.
Después de saber
que el coronel Lee Jong Soo nos había engañado Linh me dijo algo que no pude
olvidar.
“Aun si se separaron…Junsu…no importa si no
se vuelven a ver, ambos se aman y en algún momento y así sea el último día de
sus vidas o en otra vida se volverán a encontrar”
Tengo fe en ello.
Aun tras tanto
tiempo, tengo mucha fe en ello.
La imagen
nos llena el corazón
Pero yo
estaba solo, incluso en ese momento
creo que me
voy a volver loco
¿Puedes
sostenerme una sola vez?
¿Sólo una
vez?
Suspiré y entré a
la editorial donde una mujer me esperaba, con una sonrisa.
—Señor Kim…su libro
ha sido aprobado por el editor en jefe…—sonreí con una sonrisa vacía, firme
varios papeles, y recibí mi adelanto.
Salí de ese lugar
con un sueño cumplido pero no me importaba porque Changmin seguía en mi mente,
él me dijo que no dejara mis sueños atrás y yo eso hice, aunque mi verdadero
sueño se había vuelto únicamente existir para volverlo a ver.
En secreto,
sin que otra persona lo sepa
Grité que
te amaba varias veces
pero no
estás aquí, no estás aquí
Grité que
te amaba varias veces
pero no
estás aquí, no estás aquí
Te amo Te
amo
No estás
aquí
No estás
aquí
—Junsu…Kim Junsu…
FIN
Que he llorado con este final T.T... ¿puedo exigir una continuación? ... ¡Por favor! ! ! !
ResponderEliminarMe pareció muy hermoso esto~ aunque me da un algo el solo pensar en el ejército... <3
Con eso del final... Changmin pude verlo o, puede que haya estado en aquella editorial *O* ... ¿y si escribes una continuación, mejor? -se inca y ruega- por favor ;3;
Sigue así querida~ y si tienes más de esta parejita~pásamelo :D~
Chau~
oooooooooo q cruel dejaste un dolor muy fuerte en mi pecho y unas ganas de llorar , el final es aun mas cruel xq pero creo q queda ala imaginacion de que quedaron juntos verdad??
ResponderEliminarNunca ne ha gustado esta pareja porque soy fans de otra, sin embrago, la historia misma me absorbió y espero con ansias que puedas continuarla no se si deseando un final feliz, pero si ni uno más justo. Gracias por la historia y por sobre todo la buena redacción y las ganas de escribir.
ResponderEliminarMe gusto mucho este relato. La prosa y ambietacion historica. El nacimiento de un amor en medio de la tragedia que implica una guerra. Perfecto. Aunque cuando leí la palabra Fin, quede a medio camino. Me surgieron varias preguntas:
ResponderEliminarPor que desaparecio Changmin?
Donde se fué? Con el coronel ? Escapo solo?
Se fue con el coronel por que este amenazó la vida de Junsu y su libertad fue la forma de protegerlo? El coronel le dijo a Changmin que Junsu nunca lo amó, y Min lo creyó? No se todas mis sospechas apuntan al coronel.
De que se trataba el libro de Junsu?
El que hablo al final era Changmin?
Hermoso relato!!