“Temporalidad”
Y si dice entra, entraré…
Y si dice dalo todo, todo lo daré…
[Sanctified, Nine Inch Nails]
“¡Rápido, que no tenemos toda la noche!” Hyukjae bramó, ajustando la capucha sobre su rostro y mirando por todos los alrededores a las afueras del callejón, atento a cualquier atisbo de un intruso con indicios de licántropo. A pesar de que ya habían pasado casi tres meses de su primera salida a traficar sangre, Hyukjae siempre debía ser insistente con respecto al tiempo. Debían succionar cierta cantidad de sangre por minuto y luego rápidamente volver a la noche para cambiar de víctima, cada vez tardando menos y ojalá dejando menos huellas para evitar enfrentamientos. Junsu y Hyukjae funcionaron como par los dos primeros meses y tuvieron un par de encontrones bastante violentos con licántropos de la Resistencia. Una vez los rodearon tres…y Hyukjae pudo comprobar que a pesar de que Junsu ya no era un híbrido aún continuaba ágil como gacela, mientras que él tenía mucha fuerza, una patada o golpe de su cuerpo podía lanzarlos directo contra los muros. Hacían buena pareja luchando…pero cuando regresaron con serias mordidas porque los lobos los acorralaron, salvando tan sólo por un golpe de suerte bien encajado, Dragan decidió que era momento de conseguir secuaces, aduciendo que traficar en grupo disminuía las posibilidades de pérdidas y multiplicaba la producción. Así que aquí estaba junto a los tres vampiros que ya llevaban tiempo con ellos: Kang Daesung, Lee Jinki, y Kim Youngwoon, conocidos de Dragan y fieles seguidores. Junsu se había quedado en la mansión, recuperándose de una mordida en su pierna producto del tráfico de la noche pasada, y Hyukjae había salido con ellos a supervisar. Daesung tenía una jovencita aprisionada contra su cuerpo: estaba completamente hipnotizaba mientras la sangre del cuello le escurría a borbotones directo al contenedor. Jinki estaba al fondo del callejón con otra de las víctimas, apenas se distinguían las mociones de sus manos al hacer llenar la sangre, y Youngwoon ya había terminado y le ordenaba a su víctima que volviera corriendo a casa, lamiendo el remanente de sangre de sus manos.
“Está todo muy callado” Youngwoon comentó al llegar al lado de Hyukjae. “Me da mala espina, los lobos andan al acecho”
“El diablo se lleve a los lobos” Hyukjae masculló, de mala gana. “Tú sólo preocúpate de que los otros terminen luego, hay que regresar”
“¡Ya estoy casi, jefe!” Daesung lanzó una risita, relamiendo el cuello de su víctima al tener la sangre suficiente.
“Nada de mordidas adicionales” Hyukjae le advirtió y Daesung murmuró una protesta, pero aun mascullando se separó de la joven y cicatrizó su herida igual. La despertó del trance y le ordenó que regresara, la muchacha corrió unos metros y se perdió por las calles.
“Qué malo eres, jefe, no nos dejas probar ni un bocado” Daesung chasqueó los labios al llegar a su lado. Hyukjae no le prestó atención y comenzó a sisear para llamar la atención de Jinki. El vampiro se dio la vuelta y le asintió con la cabeza. Salió desde el fondo del callejón con su víctima tomada de la mano y le dio las instrucciones a su vez; el joven se perdió en un parpadeo de su vista y los tres le entregaron las bolsas de sangre a Hyukjae. Las guardó en el bolso que llevaba cruzado al cuerpo, luego les hizo un ademán con la cabeza, saltando y ascendiendo hasta el tejado donde se mimetizó entre las sombras. Los percibió a su lado cuando comenzó a desplazarse y los cuatro se internaron en la oscuridad, de regreso a la morada.
“Eh, Jinki” Daesung lo llamó luego de un rato de silencio y Jinki giró el rostro para mirarlo.
“A qué no adivinas lo que escuché en la fiesta. Me topé con Seungri, el demonio contrabandista, y me dijo que estuvo en la dimensión oculta”
“¿De verdad?” Jinki le abrió los ojos, destellos enrojecidos aún adornaban sus pupilas producto del consumo de sangre. “¿Y qué te dijo, te trajo noticias?” Daesung sonrió ante la pregunta, sabía que Jinki era un aficionado de las noticias que traspasaban las fronteras. Siempre estaba hablando de los comienzos del vampirismo, de las luchas entre ángeles y demonios, y de las leyendas de las bestias. Realmente le impresionaba la cantidad de información que guardaba…
“Claro que sí. Hay una revuelta entre las bestias, es una noticia jugosísima” Daesung movio las cejas y Jinki lanzó una risita mientras que Youngwoon tan sólo lanzó un bufido ante la interacción. Hyukjae guardó silencio, pero la mención de la dimensión oculta lo había alertado.
“¡Cuentalo de una vez!” Jinki exclamó, impaciente, y Daesung sonrió de oreja a oreja, felino como él solo, asintiendo.
“Seungri me dijo que estuvo en las tabernas de la metrópolis, allí donde se juntan los licántropos a la luz del día. Hay un lobo…un lobo que se ha revelado contra su propio líder. Lo llaman el Lobo de Fuego, porque puede hacer aparecer un fuego oscuro como si fuese de su propia sangre”
“¡No inventes!” Jinki arqueó ambas cejas y Daesung le asintió reiteradamente, chillando un: ‘¡Es verdad!’. Ante la mención del lobo y del fuego, Hyukjae comenzó a recordar cuando la ex pareja de Junsu, Yunho, los atacó. Su bestia había tomado el control y las llamas oscuras casi los habían incinerado en el percance, si no hubiese sido por Hina...habrían muerto en ese mismo instante. Junsu y él no habían hablado absolutamente nada de su pasado con sus secuaces, por lo que Hyukjae continuó en silencio.
“Espérate, que aún hay más” Daesung intervino y Jinki movió la cabeza dejándolo continuar. “Según los lobos, el Lobo de Fuego pasó de ser un híbrido a lobo nuevamente, así mismo como lo oyes. La gente que estuvo el día de la batalla lo vio salvar a un vampiro, pero nadie supo qué pasó con él. Seungri me dijo que había escuchado a muchos lobos dar su versión, pero que ninguna concordaba. Lo cierto es que ahora hay otro lobo a su lado que él proclama como su unión. Lo llaman el Esposo del Fuego, porque las llamas no lo queman y le acarician la piel. Seungri me dijo que el Lobo de Fuego tiene el control de dos colonias hijas en la dimensión oculta y está por dar el golpe a la colonia central. Quiere modificar el tratado e incluir a los híbridos en el, y ya lo están aclamando como rey o algo…”
Las palabras de Daesung le retumbaron a Hyukjae en la cabeza mientras él y Jinki comenzaban a comentar más sobre la noticia. ‘El Esposo del Fuego…Kim Heechul’. Hyukjae pensó al recordar los desgarradores sollozos de Junsu el día en que abandonaron la tribu de ojos plateados, y sus alteradas palabras.
‘¡Yunho me engañó, me engañó! Todo, absolutamente todo fue una mentira…yo ni siquiera soy su verdadera unión. Está unido a ese lobo…a ese lobo de la colonia del sur, Kim Heechul. Es su Sangre, una porquería de unión de lobos que Yunho me explicó, y…ahora…toda mi vida se cae a pedazos, Hyukkie. No soy un verdadero híbrido, soy tan solo una cáscara, y Yunho…lo sabía desde siempre y nunca fue capaz de afrontarlo, ni de decírmelo para quizás tratar de hacer algo…o solucionarlo juntos. Calló, y quiso creer que funcionaría. Y funcionó, y por un tiempo fuimos felices… ¡Pero Heechul…! ¡Esa maldita zorra volvió y se lo llevó a la cama! Yunho ya no es el mismo, ya no es mi Yunho…lo he perdido, Heechul lo ha embrujado y se ha metido bajo su piel. Y-Yo…siempre presentí algo…había algo en Heechul que me daba mala espina, y la familiaridad con la que trataba a Yunho no era normal, me irritaba. ¿Ahora cómo voy a competir con su propia naturaleza? ¡Él y su lobo pueden irse a quemar al infierno! ¡Voy a regresar a mi tierra y no voy a volver jamás!’
Había sido el desahogo más desgarrador, pero sobre todo porque Junsu estaba hecho un completo desastre emocional. Hyukjae tan sólo lo acunó entre sus brazos y le prometió que todo estaría bien, que de vuelta al mundo de los mortales se olvidaría de su vida pasada, y que ambos emprenderían nuevos rumbos, formando un nuevo futuro. Recordó a Junsu en ese entonces…con el rostro congestionado y la cara llena de lágrimas de sangre, alzando el rostro de sus brazos para preguntarle: ‘¿Tú no vas a abandonarme?’...parecía tan frágil en ese entonces, como un pajarillo herido y con sus alas sangrantes, incapaz de volar. Hyukjae le había sonreído, volviendo a acunarlo y prometiéndole que mientras él lo quisiera, no lo abandonaría.
Fue traído de vuelta a puertas de la morada de Sivela. Antes de entrar siseó para acallar el constante parloteo de Daesung y Jinki, y volteó el rostro para encararlos.
“No quiero oír ni una palabra más acerca de lobos de fuego y esposos” amenazó, su voz tajante. “Si quieren seguir hablando háganlo afuera, pero si llego a escuchar que le han comentado algo a Junsu…les va ir mal”
Daesung y Jinki enmudecieron al instante, abriendo los ojos como dos platos y murmurando un escueto: ‘Si, jefe’. Hyukjae asintió y abrió la puerta, haciéndolos pasar antes de cerrar la puerta tras de sí.
“Hyukkie” la voz de Junsu provino desde el salón. Hyukjae les dio la ordenes al trio de que llevaran el botín al segundo piso, a la despensa y luego podrían tener el rato libre. Los observó desaparecer por las escaleras y caminó hasta el salón. Junsu se encontraba frente a la hoguera, su figura reposando en el diván. Llevaba una camisola blanca con mangas abiertas, y los jeans arremangados a medio muslo que hacían visible la cicatrización lenta de su pantorrilla provocada por la mordida venenosa de uno de los lobos. Estaba sanando de a poco y en unos días estaría como nueva.
“Suie” Hyukjae lo saludó, agachándose para quedar a su nivel y depositando un suave beso en sus cabellos azabaches. Junsu sonrió y subió el rostro para rozar sus labios con los suyos.
“¿Cómo estuvo? ¿Tuvieron muchos problemas?” le preguntó, haciéndose a un lado para que Hyukjae pudiese descansar junto a su figura. Se acurrucó a su cuerpo, rodeando un brazo por su cintura y dejando descansar el rostro en su cuello, suspirando.
“Nada, fue una noche muy tranquila a decir verdad” Hyukjae acarició su cuello con su rostro y escuchó la risita de Junsu, seguida de un suspiro, quizás de alivio. A ninguno le gustaba escuchar hablar de daños y pérdidas.
“¿Dragan y Sivela?” Hyukjae preguntó.
“Entregando el último pedido. Dragan dicen que hay rumores de una movilización de tropas de la Resistencia que nos podría jugar a nuestro favor, pero no me dio muchos detalles” el tono de su voz se fue apagando y a Hyukjae comenzó a sentir culpa por no contarle las noticias de Daesung. Decidió finalmente que no era bueno quedarse con cosas dentro, ocultar podría opacar lo bien que habían estado estos últimos meses…y Hyukjae no quería disgustar a Junsu.
“Daesung contó que se había encontrado con un conocido que venía de la dimensión oculta. Hay algunas noticias de allí…”
“¿La dimensión oculta?”Hyukjae sintió a Junsu removerse y le asintió. “¿Qué tiene que ver?”
“Hay una pelea interna entre colonias de licántropos. Si Dragan ha comentado que la Resistencia podría movilizar sus tropas es muy probable que es para dirigirse a darle pelea al…Lobo de Fuego”
Hyukjae observó a Junsu abrir y cerrar la boca. Tenía esa costumbre cuando solía tener mucho qué decir y no sabía por dónde empezar. Lo sintió tensarse y una punzada de dolor lo recorrió al pensar que quizás lo había hecho recordar el dolor…
“¿Te contó algo más?” Junsu le preguntó y Hyukjae estuvo a punto de tragarse lo del ‘Esposo del Fuego’ pero era probable de que Jinki siguiera alardeando del rumor por lo menos una semana y dudaba de su silencio. Mejor que lo escuchara de su boca que de otros.
“Alardeó del Lobo de Fuego que hace emanar las llamas como si fuesen de su propia sangre, pero también dijo que había proclamado a otro lobo como su unión. La gente lo apoda Esposo del Fuego…porque las llamas le acarician la piel”
Junsu suspiró, profundo y denso. Era de esperarse, y a decir verdad ya lo tenía asimilado. ‘Kim Heechul, el Esposo del Fuego, capaz de despertar las llamas que se equiparan con su fuerza…su verdadera unión’. Junsu ya no se carcomía con el asunto. Había asimilado hace meses que Yunho y Heechul tenían más historia, y que sus lazos eran más fuertes, después de todo…ambos eran lobos y sus lobos internos se cohesionaban entre ellos, rechazando a cualquier otro intruso que pudiese parecer una amenaza. Recordó el comentario acerca de la territorialidad de los lobos…y se sintió estúpido al pensar que podría ir en contra de su naturaleza, sus lazos eran más fuertes y así era la realidad. Junsu simplemente tuvo la mala suerte de que el destino le jugara en contra y los volviera a juntar. Aún le dolía, pero cada vez la punzada era menor. Hyukjae lo había ayudado mucho, y fragmento por fragmento estaba remendando los pedazos rotos de su corazón. Junsu ya lo adoraba con la vida…y estaba a punto de abandonar el miedo al dolor y volverse a re encantar, volviendo a renovar su fe en el amor, sin dar marcha atrás.
“Lo siento…quizás no debí habértelo mencionado” Hyukjae murmuró luego de unos segundos de silencio pero Junsu negó con la cabeza.
“Está bien, Hyukkie. Ya no me interesa, nada de ello nos interesa” giró el rostro en dirección a Hyukjae y atrapó los labios entre los suyos. Hyukjae respondió al beso y lo acercó hasta su figura, apoyando las dos manos en su rostro para profundizar, entreabriendo sus labios para recibir su fría y húmeda lengua. Sus colmillos chocaron abruptamente y Junsu lanzó una risita, separándose un poco de su rostro.
“Tengo una sorpresa para ti” le susurró y Hyukjae abrió los ojos de par en par.
“¿De verdad?” sonrió, arqueando una ceja. “¿Y…me dirás qué es o…?”
“¡No, tonto! Si te digo no sería una sorpresa” volvió a reírse y luego comenzó a incorporarse, sentándose. “Como tenemos el resto de la noche libre…vamos a salir”
“¿Salir?” Hyukjae exclamó, mirando de reojo la herida de Junsu. “Pero…tu pierna”
“Está como nueva. Anda, no pongas excusas…te conviene ir conmigo” le guiñó un ojo y Hyukjae se rio, parándose del futon y poniéndose al frente de Junsu. Le tendió una mano y Junsu la tomó, conduciéndolo a la entrada de la morada.
La brisa nocturna los azotó cuando se internaron en la noche. Junsu se rodeó en la oscuridad con Hyukjae de cerca y luego comenzó a ascender en la misma oscuridad concentrada a sus pies, dejando una estela negra a su paso. Hyukjae le abrió los ojos porque ésta era la primera vez que ascendía tanto…estaba sobrevolando, pero Junsu le hizo una seña y él finalmente lo intentó. La oscuridad lo rodeaba por completo y Hyukjae se concentró en sus pies. Una densa niebla se comenzó a formar y de pronto lo estaba impulsando hacia arriba. Escuchó la estridente risita de Junsu al verlo ascender; Hyukjae tomó su mano y Junsu lo comenzó a jalar en una dirección fija. Ambos sobrevolaron la noche oscura, observando las luces de la ciudad como verdaderas luciérnagas en un pantano, resplandecientes y revoloteando. Estaban ocultos a los otros ojos, eran dos hijos de la oscuridad viajando por las tinieblas, ajenos de todo el mundo que no fuera los dos.
No supo cuánto tiempo sobrevolaron, ni la dirección que tomaron, tan sólo se percató de que descendían cuando Junsu lo jaló hacia abajo. El abrupto jalón lo hizo dejar de flotar y de pronto sus pies tocaron el suelo, sólo que era arena…eran unas arenas blancas. Hyukjae miró a sus alrededores, fascinado, y se encontró en una isla. El mar golpeaba enfurecido, más oscuro que la misma noche, y las olas explotando en conjunto e impregnando todo el ambiente de sal. A la lejanía veía atisbos de una enorme mansión, pero no tenía idea de dónde se encontraban.
“¿Dónde estamos?” Hyukjae le preguntó. Junsu le sonrió, sus ojos comenzando a danzar un destello de resplandores hipnóticos al sonreírle.
“Estamos en casa” lanzó una risita ante la expresión confundida de Hyukjae, lentamente comenzando a acercarse hasta sus labios.
“Podemos vivir en cualquier lugar, es cuestión de escoger y ya. El mundo…es nuestro Dios”
Junsu lo besó con fiereza y Hyukjae suspiró contra el contacto, comenzando a pelear con su lengua con la misma intensidad. Justo cuando estaba por empujarlo contra la arena y profanar su cuerpo, Junsu se separó de sus labios y le tomó la mano nuevamente, conduciéndolo hacia la mansión que yacía inserta entre la vegetación del lugar.
“J-Junsu” Hyukjae murmuró al seguirlo. “¿Habías estado aquí antes?”
“Esta es tu sorpresa, Hyukkie” Junsu giró el rostro y le sonrió cálidamente, colmillos rozando sus labios. “Preparé algo adentro, así que apresúrate”
Lo condujo adentro y al parecer la mansión estaba desierta. Por dentro era enorme, con estatuas y espejos por doquier y una majestuosa escalera que conducía al segundo piso. Junsu parecía saber el camino, o por lo menos guiarlo a dónde quería que fueran, porque ascendieron sin siquiera parar a ver a los lados y giraron a la derecha, caminando hasta el fondo del pasillo. Había luz en la última puerta. Junsu empujó la madera y la abrió, revelando un gran cuarto de baño. Todo olía a incienso, un aroma relajante que arrulló los sentidos de Hyukjae, mientras se dejaba guiar por Junsu quien lo conducía hasta la bañera, que era una especie de piscina realmente. El agua estaba cubierta de pétalos rojos, tan sólo la luz de las velas le daba iluminación al lugar.
“¿Tú…hiciste todo esto?” Hyukjae le preguntó cuándo Junsu soltó su mano, observando el lugar aún consternado.
“Bueno…hice trampa, y lo mandé a hacer” Junsu se rio nuevamente y Hyukjae lo observó alzar los brazos para retirar su camisa blanca del cuerpo, revelando su pálida tez ante sus ojos.
“¿Qué esperas?” le dijo, entre risitas. “¿O es que piensas entrar al agua con ropa?”
Hyukjae inmediatamente procesó y comenzó a desvestirse. Junsu le había ganado y se había zambullido de un viaje, saliendo a la superficie y comenzando a lanzarle los pétalos al cuerpo. Hyukjae se rio a su vez, peleando para quitarse la ropa del cuerpo, desnudándose finalmente para entrar al agua. Los pétalos se le pegaron al cuerpo y aún bajo el agua escuchaba a Junsu reírse. Al salir inmediatamente rodeó su cuerpo con sus brazos, apegando su figura a la suya.
“Te tomaste toda esta molestia…” Hyukjae le susurró, estrechándolo y refugiando el rostro en la piel de su cuello, inhalando y percibiendo el aroma de Junsu ya mezclado con la esencia de las flores. Era dulce y adictivo…
“Te mereces esto y mucho más. Te lo has ganado” Junsu lentamente comenzó a empujar a Hyukjae hasta el borde de la piscina. Hyukjae le sonrió, apoyando los brazos en los bordes para así poder observarlo: Junsu brillaba a la luz de las velas, con los ojos encendidos e incandescentes, un destello de rojo adornando sus iris. Se acercó cual felino a su figura y comenzó a repartir besos por su cuello, sus dedos situándose en su mandíbula para ladearlo y darle espacio. Hyukjae suspiró al sentir sus fríos labios rozándolo, su húmeda lengua trazando una línea hasta succionar sus clavículas. Sintió su aliento en el pectoral derecho y cuando quiso bajar la mirada vio un atisbo de colmillos. Hyukjae lanzó un grito; dolor y éxtasis mezclándose al sentir los colmillos de Junsu desgarrando su piel, la sangre escurriéndose y comenzando a teñir el agua. Junsu gimió a su vez, separándose de la herida para mirarlo; los labios ensangrentados y la sangre escurriéndose por su cuello. Hyukjae lo atrajo con fuerza hasta su nivel, enredando la lengua a la suya y devorando sus labios. El sabor de la sangre lo encendió con rapidez, Junsu pudo sentirlo duro contra su abdomen y gimió, mordiendo su labio inferior y pegando por completo su cuerpo al suyo. Hyukjae rompió el beso y se alzó para quedar sentado en el borde de piedra de la piscina. Junsu lo miró con ojos lascivos entonces, lentamente avanzando a su figura hasta refugiar el rostro en su bajo vientre. Hyukjae comenzó a agitarse al sentirlo besar la piel, su lengua tentando su ingle y su aliento apenas chocando y humedeciendo su pálida y dolorosa erección. Cerró los ojos y arqueó la cabeza hacia atrás cuando Junsu le lamió el largo, apenas repartiendo besos y tentando, jugando con la cabeza al lamer la abertura y enrollar su lengua. Succionó un poco hasta que escuchó el gemido de Hyukjae y entonces se lo introdujo dentro, tratando de no lastimarlo con sus colmillos en el vaivén. Las manos de Hyukjae fueron a sus cabellos, acariciándolos mientras Junsu aceleraba su ritmo; sus fríos dedos rozando sus testículos, nudillos acariciando y masajeando, y Hyukjae estaba en llamas. Apenas podía pronunciar palabra, sólo gemidos y ruidos apenas siendo modulados en el crecer de la pasión.
La deliciosa tortura crecía con fuerza y Hyukjae temía que si seguían así iba a terminar sin poder hacer más. El amarre de sus cabellos se incrementó y Hyukjae jaló su cabeza hacia atrás con el gruñido de Junsu como protesta. Le sonrió al tenderle la mano, Junsu la tomó y Hyukjae lo subió hasta que quedó en su nivel, abrazado a su cuerpo; las piernas alrededor de su cintura perfectamente encajadas. Esta vez fue Hyukjae el que comenzó a probar la piel de Junsu, repartiendo besos por su cuello y clavículas, succionando y enrojeciendo la piel. Los pequeños suspiros que Junsu dejaba escapar lo volvían loco, pero eran sus gemidos los que lo descontrolaban a un punto máximo. Cuando sus manos masajearon la carne de sus glúteos y sus dientes pastorearon su vena yugular, Junsu gimió con fuerza y Hyukjae no pudo controlarlo, le clavó los colmillos en una rápida mordida. El grito de Junsu retumbó en la estancia, pero luego fue reducido a un gemido bajo al sentir el familiar cosquilleo. Hyukjae gimió a su vez contra la piel y succionó más de la herida hasta que Junsu comenzó a agitarse contra su cuerpo, el frenesí haciendo estragos dentro. Hyukjae se separó de la herida y los labios de Junsu se azotaron contra los suyos, hambrientos y desesperados, la sangre mezclándose entre mordidas y besos. Los dedos de Hyukjae fueron a tentar su entrada mientras él continuaba agitándose; pieles frías chocando y miembros duros rozándose en caricias cada vez más aceleradas. Junsu sintió dos dedos húmedos dentro de abrupto y rompió el beso para morder el hombro de Hyukjae, apaleando la molestia. La sangre le ayudaba considerablemente, por lo que no le costó casi nada acostumbrarse, comenzando a hacer presión.
“H-Hyukkie” gimió, jadeante e incapaz de esperar más, el frenesí haciendo estragos dentro de su cuerpo. “Estoy…listo”
Hyukjae gruñó de vuelta, retirando los dedos y reemplazándolos por su longitud. Los músculos lo aprisionaron por completo, la piel estrecha cediendo apenas y haciendo presión contra su miembro. Junsu gritó y le propinó otra mordida, pero Hyukjae estaba tan sofocado en la sensación que no le importó. Sus cuerpos ya estaban prácticamente salpicados de sangre, el roce de sus pieles no hacía más que tornar la fricción húmeda y acelerada, todo ganando calor y velocidad en el vaivén de sus cuerpos. No había ninguna parte en que no estuvieran en contacto…Hyukjae sentía hasta la última fibra del cuerpo de Junsu haciendo contacto con el suyo. Era íntimo, sangriento y….lo mejor que había sentido en toda su vida. Estaba enamorado y lo sabía; ya sabía que penaría y moriría por su creador…más que su creador, el artífice de su renacimiento, la persona que le quitó y le devolvió la vida a la vez. Arqueó las caderas, intoxicado e incitando a Junsu a moverse junto a su cuerpo, cosa que él inmediatamente cumplió, rotando las caderas contra su miembro y dejando escapar un agudo gemido cuando Hyukjae lo deshizo por dentro, su duro miembro golpeando su punto y transformándolo en un desastre de gemidos y jadeos.
Junsu nubló hasta el último sentido activo que poseía…cabalgando en su miembro con aquella sobrenatural velocidad que arrancaba sonidos tan profundos del fondo de su garganta, sonidos que Hyukjae jamás pensó que podía llegar a hacer. Lo escuchó suspirar y gemir su nombre, entrecortado y jadeante, y perfecto…y sólo pudo enterrarse con más fuerza hasta que la explosión lo recorrió de pies a cabeza, explotando dentro de su cuerpo; su bajo vientre contrayéndose y el gemido agudo estridente de Junsu como música para sus oídos, la humedad en su torso como señal evidente de su culminación. Hyukjae refugió el rostro en la curva de su cuello, aún jadeante y estremeciéndose producto de las corrientes de placer que lo electrificaban.
“A-Ah…Hyukkie” Junsu le susurró, aferrándose a su cuerpo, aún agitado. “Tú me haces sentir…como una persona totalmente distinta. Te quiero…”
Era la primera vez que lo escuchaba decir algo así…y sus palabras calaron dentro y cantaron por su sangre. La primera vez que estuvieron juntos…Hyukjae había supuesto que había sido tan sólo una cuestión de lujuria y pensaba que Junsu ya no lo buscaría más, o se excusaría con él como cuando se besaron en aquel callejón la noche de su conversión. Se equivocó, y al final terminó siendo otro tipo de pacto…un ritual secreto entre creador y neófito, como así lo llamó.
“Yo también te quiero, Suie…te quiero mucho” murmuró contra la piel de su cuello, sonriendo. Junsu se removió un poco de su cuerpo, causando que su miembro saliera de adentro y lo escuchó lanzar un ruidito, suavemente empujándolo hacia atrás hasta que su espalda golpeó el suelo y él pudo abalanzarse a su cuerpo, dejando descansar la cabeza en su pecho.
“Dame tiempo y te lo diré” fue lo que le dijo, sonriendo a su vez contra la piel. “Con el tiempo te lo diré”
Hyukjae lo estrechó a su cuerpo. Tenía toda la eternidad para esperarlo…el tiempo era lo de menos…
Koiko: Primera parte de las aventuras de Junsu y nuevos personajes! *aplaude* les gustaron? Qué opinan? No se lo esperaban que les apuesto :B Viene otro cap más cuando lo vemos en otro tipo de acción aparte de esta jeje. Una de las razones para centrar la narración en Hyukjae es porque asi se notará más el cambio que tendrá Junsu como personaje, su desarrollo también y su cambio de percepción. Todo tendrá sentido a su tiempo, lo juro…esta es una novela larga pero vamos entrando en tierra derecha. Para finalizar…un comentario propio xd Me gustó este capítulo, la última parte me deja un sabor dulce a pesar de que mi OTL es el HoSu, debo decir que el HoRella y el HyukSu como que me envenenaron un poco la mente, me siento una autora completamente hechizada xD son los personajes los que me gobiernan y no yo x) en fin, comentarios son el amor que necesito y nuevamente muchísimas gracias por el apoyo
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