"Evasión"
Cuando Jaejoong retiró sus labios, el corazón de Yunho seguía zumbando en su interior como una inquieta avispa. Aquel danzarín beso nocturno sentados sobre la hierba le pareció tan irreal como si hubiese sido extraído de algún tórrido drama de televisión.
La estrella de rock empezó a reír tras retirar sus astutos labios.
Aquella estallada risa de Jaejoong era irritante, e incluso resonó en la cercana maleza.
Gracias a esa risotada, Yunho recordó, decepcionado, que éste estaba excedido, completamente ebrio por los anteriores tragos en el problemático ‘bar-carpa’; por lo que no debía importarle encontrarse en ese estado, mucho menos haber intimado en público, y tampoco le importaría besar irracionalmente…
Debido a eso, el ‘estado irreal’ explotó como una burbuja de aire, y no pudo evitar mostrar en su rostro desilusión y descontento cuando la mano de Jaejoong se desprendió de su nuca.
— ¿Q-Qué es esa cara? — preguntó Jaejoong, examinando con sus chispeados ojos el rostro silencioso y turbio del moreno, quien estaba sentado a su lado — N-o-No creo… que esa cara sea por lo de recién... — dijo con completa seguridad al mismo tiempo que alzaba sus cejas de modo irónico y provocador. — El beso no ha estado tan mal como para poner ese gesto en la cara, Yunho. Yo diría que ha estado muy bien —
“Aquel maldito provocador me volvió a ‘enredar”, debió pensar Yunho.
No solo sus labios eran unos excelentes manipuladores, sus palabras y confesiones anteriores también le habían seducido (aunque salieran de Jaejoong con aquel “acento borrachín”)
— Vuelve a tu… p-puesto… sé que es lo que deseas hacer, y n-no voy a interponerme en tu camino, tal y como t-tú hiciste conmigo… — le volvió a sugerir Jaejoong, relamiéndose los labios entre las luces de los faros.
Yunho suspiró inseguro, con aquella sensación de conciencia, como el grillo en el hombro de Pinocchio: — Me alegra que te convirtieses en lo que habías deseado, Jaejoong. — comenzó — Pues era en lo que siempre te había animado. Esta es la vida correcta que debías llevar. Y no voy a mentirte diciéndote que bailar no es mi pasión, tú mejor que nadie lo sabe — contestó con el calor todavía en la boca. — Pero yo no puedo formar parte de ello... No era lo que tú deseabas la última vez que nos vimos… Y ahora tú estás… —
—… ¿borracho? — Jaejoong terminó su frase con desgana — ¡Oh! — echo su cabeza hacía atrás y con su mano se sacudió el espeso cabello — Pero… y-yo ya tenía planeado proponértelo antes de ponerme a-así. Por eso llegue hasta aquí. — intentó explicar (ocultándole que él fue el motivo principal por el que se sobrepasó bebiendo en aquel ‘pojang-macha’ anteriormente. Ese era un dato quizás demasiado humillante de confesar).
Pero Yunho había dejado de escuchar, pensando que no podía, o no debía, creer seriamente una proposición hecha entre ebrios balbuceos. Nadie debería creer algo que se dice con tambaleantes palabras, o eso pensó.
—Te llevaré a casa… — finalizó decepcionado, como una corta respuesta.
Sin poder negar que todavía le quemaba la piel, a pesar de la refrescada noche.
Iba a hacer el ademán de levantarse, pero Jaejoong se adelantó y se alzó del gélido césped de un único salto, mirando exasperado desde lo alto a Yunho:
— ¡Déjalo! Siempre fuiste un maldito terco... — exclamó por la negación de Yunho. Las expresiones y gestos de Jaejoong ahora eran fuertes y marcados — Te reprimes tanto que te abrasas por dentro ¿lo sabias? Creo que dentro de ese ancho cuerpo sufres algún tipo de implosión. Eso solamente les sucede a las personas como tú. Entonces… no entiendo el por qué diablos dejas tu cita, con lo bien que hubiese terminado esta noche ¿verdad? — ironizó eróticamente sacudiéndose los restos de hierbajos de los rasgados jeans, perdiendo casi el equilibrio. —Dejaste esa maldita cita, o lo que fuese, porque te gusta ir de héroe con tus hazañas, Yunho. Como siempre. — masculló entre dientes — Me iré solo… —
Tal y como en el pasado, cuando Jaejoong se sintió rechazado por el moreno, lanzó sus palabras como zarpazos y refunfuño como un gato. No había ni el más mínimo cambio.
— Será cierto lo que dice la obra de Wilde, “las criaturas más hermosas son las más descerebradas” Tú pareces el reflejo de la historia, Jaejoong. — se levantó también, excesivamente preocupado al escucharle aquel imprudente “-Me iré solo-”.
—Te gustaba más mi ‘yo’ de antes ¿verdad? Qué hipócrita — resopló.
Yunho negó aquello con la cabeza.
— Al menos déjame que llame a alguien que venga a por ti. — se aproximó al inestable cuerpo que tenia enfrente. —… a Changmin, si quieres, y lo haré. Él seguramente te ayudara como la otra vez que te pasaste bebiendo… — le recordó.
Jaejoong pasó la mano por el cuello y le advirtió: — Si quieres amanecer decapitado, entonces hazlo. Changmin no es hombre de perder el tiempo... Me iré solo, Yunho… — repitió comenzando a caminar de forma torpe con sus ligeras piernas. Alejándose de nuevo por el transitado puente nocturno, que minutos antes habían recorrido juntos.
— ¡Jaejoong! — le llamó una y otra vez, incapaz de ir tras él.
Hasta que su figura desapareció entre los reflejos de luz que iluminaba el puente...
Allá parado, Yunho comprendió que probablemente esa sería la última vez que mantendría contacto con Jaejoong, pero eso era peculiarmente doloroso de imaginar…
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Yunho utilizó la nueva mañana para ducharse como evasión,
estaba cansado de la pasada y larga noche.
El poco tiempo que empleó para dormir, y el breve instante en el que había soñado, la aparición de Jaejoong en su ensoñación (después de hablar realmente con él) fue inevitable...
Ahora despierto, Yunho era capaz de recordar, avergonzado, ese sueño nítidamente:
En él recreó de nuevo la zona del parque en la que, cansados, se habían sentado anoche.
“-Te quería, y ahora… e incluso cuando te veo ahora…-” Jaejoong repetía las mismas palabras en su fantasía, besándole de nuevo como lo había hecho.
¡Era odiosamente irresistible!
Pero la imaginación no tenía límites, ni términos, ni tan siquiera pudor, y allá Jaejoong (guiado por los hilos de la fantasía) descendió provocativamente la mano sobre su cuerpo.
Entonces la noche parecía haberse tragado las estrellas y todas las ajenas miradas.
“-Te quiero, Yunho. Pero me has tratado tan deliberadamente mal ahora. Sólo quería que volvieses, me he confesado, pero nunca tienes suficiente -” le siseó adentrando la blanquecina mano entre sus piernas, tirándole del vello púbico con su característica ‘maldad’ en la mirada grande y dispar, hasta tocar los genitales con las puntas de sus dedos.
No sabía el por qué todo se veía excesivamente sensual en Jaejoong.
Incluso esa extravagancia y embriaguez que volvía a recrear en su dormida imaginación.
Quizás fue por aquella descarada acción por la que, encima de la hierba, Yunho fue capaz de finalizar lo que verdaderamente no fue capaz de hacer en la realidad. “- Te amo, Jaejoong -”
Le avergonzaba recordar que su sueño difería mucho de lo que había pasado en la realidad, y allá entrar con su ‘rígida arma’ en el recoveco de Jaejoong resultaba de lo más sencillo y estimulante. No le evitaba, ni se removía en absoluto, sino todo lo contrario, sus dedos pálidos se aferraban a la ropa deportiva (que vistió en la realidad), y le rogaba con aquella sensual voz.
“- La última vez no querías besarme, y la verdad es que lo… lo extrañe, Yunho…-”
¿Por qué demonios repetía eso en su fantasía?
Sólo lograba que, en su ilusión, le besara más fuerte.
Era culpablemente erótico. Pero tras despertar todo había desaparecido...
Cuando Yunho despertó, él lo entendió todo: Estaba perdiendo el juicio. (¿Pues qué eran los sueños más que una prolongación de nuestros pensamientos más resguardados?)
Pero la verdad de aquella noche fue que dejó a Jaejoong marcharse solo, aun sabiendo lo fácil que era para él meterse en problemas…Quizás por eso Yunho estaba temeroso de que algo le pasase por el camino. Pero no debía olvidar que Jaejoong era una persona adulta (aunque poco sensata…).
Y después de ver marchar a Jaejoong, Yunho comprendió que probablemente esa sería la última vez que mantendría contacto con él, y eso era peculiarmente doloroso de imaginar... Pero sabía (o se convencía) que, después de todo lo sucedido, rechazar de nuevo todo contacto con él sería lo correcto para ambos. Aunque quizás su sueño le recordó que no era lo que de verdad deseaba hacer. (Era descubrir que la imaginación inmoral es más inteligente que las palabras y la conciencia).
Era como si Jaejoong se hubiese estacionado en su mente y ocupara todo el espacio de esta. “-Te pones tan nervioso como antes, Yunho.-” le repitió Jaejoong en su mente mientras embozaba una sonrisa banal, donde parecía disfrutar de aquello...
Después de asearse y meditar sobre esto, Yunho se sintió patético mientras se miraba en el espejo del lavabo. Su cabello oscuro goteaba, como la punta de su saliente nariz.
Alguien comenzó a llamarle desde la puerta principal con unos incesantes golpes.
Era como un llamamiento para que volviese a la realidad.
— Yunho — se escuchó al otro lado de la puerta — oppa — finalizó como siempre.
Por aquel reclamo femenino, Yunho salió rápidamente del aseo, completamente vestido pero su corto cabello todavía empapado. Sus ojos estaban tan adormilados que apenas se abrían, pero aun así abrió la puerta, y tras esta se encontraba la chica menuda que recordó de la cita de anoche (también era su compañera en el elenco, así que era normal que ella conociese su dirección, entre otras cosas).
— No abrías, y comencé a preocuparme… — soltó ella con un fingido tono dulce seguido de una mirada protectora cuando Yunho apareció por la puerta. Pronto comprendió que él había estado bajo el agua — Siento mucho haber venido sin darte aviso. — se apresuró a decir.
Yunho, amablemente, movió su cabeza restándole importancia.
— No esperaba tu visita tan temprano, pero siempre eres bien recibida —
Hizo un gesto para que la joven entrase al interior del apartamento.
—Yo… estaba preocupada por el final de nuestra… bueno, de nuestros ejercicios de anoche. — parecía que la palabra ‘cita’ se hubiese obstruido y se sonrojó como una adolescente. (Como compañera, adoraba a Yunho por su trabajo y su empeño en aquella pasión a la hora de bailar, y como mujer, adoraba a Yunho por aquel atractivo casi gentleman que desprendía) — Recuerdo que anoche vimos a Kim Jaejoong, y no sólo fue algo realmente extraño, sino que también me pareció de lo más preocupante… —
Yunho tosió sutilmente para aclarar su garganta (que se seco instantáneamente al recordar nuevamente a Jaejoong): — Sí, es cierto que no era una situación realmente buena esa en la que se encontraba. Así que tome la iniciativa de socorrerle antes de que la situación empeorase. Pero no sucedió nada. — resumió omitiendo todo lo importante e inconfesable.
— Oh, eso me tranquiliza. — suspiró aliviada — Quizás no solo estaba inquieta por la manera en que terminemos las cosas anoche, sino también de terminarlas. En realidad no quería que la cita terminase tan pronto. — murmuró — Cuando desperté, tuve la extraña sensación de que no debería haber amanecido sola. No es una sensación que a uno le guste experimentar... — fue tan directa que Yunho hizo un gran intento por no desequilibrarse.
— Lo siento. Sé que no fui del todo correcto. —contestó
— No, en realidad hiciste lo más conveniente al ver a alguien en apuros, y más si esa persona es Kim Jaejoong. — resaltó dándole importancia al ahora posicionado cantante — Pero tuve la necesidad de venir a verte ahora, pues realmente me gustas mucho, Yunho. — confesó, y el nombrado sintió una punzada en el pecho — Incluso en este tiempo en el que dejaste de manera irreconocible tus pasiones. Yo sé que dentro de ti hay algo realmente roto, y me gustaría que Yunho me diese la oportunidad de arreglarlo o repararlo. —
— ¿Roto? ¡Eres muy perspicaz! No debería ir de nuevo a entrenar contigo —bromeó — Es cierto, algo en mí se ‘rompió’ hace mucho tiempo. — sinceró — Pero es mi culpa que volviese a ‘romperse’. Es como la ‘boca del lobo’, dicen que nunca debes meterte ahí, pero acabas metiéndote involuntariamente —
Ella rió: — Seguro que eso se debe a que oppa es un hombre muy persistente y nunca olvida. Ese tipo de personas siempre se hacen daño. —
— Nunca me hubiese descrito mejor —
La sonrisa que apareció en Yunho era pequeña y tierna, como todas las que salían de su boca. Y aquella simple sonrisa risueña y fingida, incluso forzada, fue suficiente para que ella (que estaba frente a él) se inclinara hacía a Yunho, se pusiera de puntillas (para así llegar a su atezado rostro), y besara inesperadamente sus labios en mitad del vestíbulo.
Yunho no podía negar que aquel inesperado beso era muy dulce y femenino, pero se entremezclo con el recuerdo…, y de pronto rememoró los labios de Jaejoong tan vivamente como ahora sentía los de aquella mujer.
Los labios de Jaejoong eran más sagaces, sabían como moverse sobre otros con demasiada facilidad, pensó. Eran los más calientes que había probado en su juventud y adultez. Demasiado suaves para ser los de un hombre, pero demasiado crueles para ser los de una mujer. Esos labios…, no sabía de cuantos había sido, y lo poco que importaba eso.
Jaejoong besándole anoche, era lo que sentía en ese instante. Inclusive sin querer, ahí estaban sus labios de nuevo. Y cuando la joven se apartó de él, ella pudo observar los ojos cerrados y soñadores que mostraba Yunho, quien parecía haber estado en otro mundo cuando finalmente los abrió. ‘Otro mundo’ que ella se atribuyo como suyo, pero no era así…
Completamente avergonzada por su ‘acto directo’, se acercó apresuradamente a la puerta.
— Me voy a marchar, tengo que trabajar, y no quiero molestarte, Yunho. — le dijo completamente sonrosada — Me gustaría que siguiéramos siendo compañeros en el elenco, y trabajar contigo, pero creo que eso no puede ser en este tour. Oh, Gracias… Por dejarme entrar. — hizo una sutil reverencia — Por favor, espero tu llamada. Realmente me gustas — confesó nuevamente, y una vez más Yunho sintió esa triste punzada al escucharla — Y no me siento arrepentida por lo de ahora. — negó ella con su cabellera. ¿Cómo iba a estarlo? Era felicidad eso de estar en la ignorancia. Yunho era tan servicial, y se comportaba con cuidado. Con una sonrisa demasiado esplendida, y una delicadeza demasiado cálida como para sentirse descontenta con él — Espero que tú tampoco lo estés. —
¿Qué debía responder? ¡Ah! En algunos momentos, sin lógica, era capaz de recordar más nítidamente el beso antiguo que el beso reciente... ¡¿Cómo sucedía algo semejante?!
Yunho era incapaz de contestar, y sólo movió la cabeza con formalidad (algo extraño). Ella pensó que su silencio era debido a una inexplicable ‘timidez’, sin darle mucha importancia cuando finalmente se marchó...
Ahora que estaba solo, Yunho encendió un largo cigarrillo, aunque se juró no volver a hacerlo durante un tiempo, no pudo evitar inhalar cuando sus ojos humedecieron al pensar en lo humillante que había sido todo aquello que había pasado.
Besar a una persona, pensando en otra, parecía ser sólo cosas de mitos...
<<. No me puedo engañar — pensó — Soy incapaz de olvidarle, lo que es aún peor de lo que ya era antes .>> y su pequeña y resultona boca se lleno de humo.
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Parecía que el destino jugara con él, una vez más...
Yunho pasó el resto del día en su apartamento, llenando el cenicero de aquellas colillas consumidas. Después de todo lo sucedido, no podía hacer nada más que eso...
Cómo se arrepentía, en ese momento, de haberse reencontrado con Jaejoong…
<<. ¿Por qué diablos había ido a buscarme? .>> pensaba.
Aunque después de devolvió la pregunta; <<. ¿Por qué diablos fui a buscarle? .>>
Pues él era quien había vuelto del pasado a su vida, y no viceversa.
Al estar sentado sobre el sofá, con su holgada ropa, y echar su vista a aquellas colillas, Yunho entendió el por qué quería dejar sin éxito aquel extraño vicio. Y encendió la televisión, buscando otro modo de distraerse.
Las noticias nocturnas de entretenimiento ya habían comenzado en una de las canales.
Después de unos instantes la presentadora dio comienzo a una nueva noticia de entretenimiento nacional, que presentó con voz rápida y elegante.
Yunho no le prestó atención hasta que le pareció escuchar el nombre de “Jaejoong”.
Entonces agarró el mando del televisor y subió el volumen del aparato.
El reportaje narrado mostraba imágenes de Jaejoong, singular y casi utópico, ataviado con su atractiva y llamativa ropa, que sugestivamente dejaba ver su pecho tatuado. Yunho suspiró, sin duda el destino era caprichoso y hacía tratos con la maldita programación para recordarle en todo momento aquel deslumbrante hombre.
— Los aficionados del cantante Kim Jaejoong quedaron completamente decepcionados al no presentarse la celebridad hoy, al concierto que tenía lugar en el SK Olympic Hall en Songpa. El concierto, uno de los más esperados, fue suspendido repentinamente hoy. Muchos aficionados esperan ahora una respuesta debido al coste de los boletos vendidos. De momento, se desconoce la razón de la estrepitosa cancelación del concierto — tras esas palabras mostraron las imágenes de unas admiradoras narrando su descontento con la situación.
¿Qué debía imaginar de aquella noticia? Un gran numero de ideas pasaron por la mente de Yunho al oír aquello, pero ninguna parecía tener sentido. Sólo era capaz de recordar como la pasada noche Jaejoong se fue tambaleante hacía el puente. <<. ¿Qué demonios es esto? .>>
Algo le pasó a Jae la noche anterior >_< lo atropellaron o algo asi, se que nada bueno, actualiza pronto porfaaaa
ResponderEliminarLa ultima vez me hiciste esperar mucho, xfavor no demores mucho con la actualizacion q este fanfic es uno d mis preferidos y estoy atenta a su actualizacion ;).....................q le paso a Jae?¡?¡ espero ningun accidente :(
ResponderEliminarayy no algo le paso a Jae?... ojala que nada malo le haya pasado.. ayy Yunho porque no lo acompañaste!! gracias por esta actualización ... estaré esperando el próximo capitulo
ResponderEliminarPorfavor continualo esta tan interesante por dios que le habrá pasado a Jaejoong espero que nada malo
ResponderEliminarporfisss
Chic@as ya está terminado, pueden buscar en la pagina de la autora, es: http://himenie-fanfic.blogspot.com/2011/10/why-empty-yunjae.html......................suerte y en serio valio la pena esperar ;)
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