"Ansias"
(Narrado x Jae)
Sentía mi cuerpo pesado, no quería abrir mis ojos pero necesitaba ver a mi pequeño ángel y por más que me esforzaba para abrirlos no podía, estos pesaban demasiado, quería verlo, tenía esa necesidad de saber que él estaba bien, quería creer que todo lo que paso era un mal sueño y al abrir los ojos me encontrara en aquella habitación del instituto y al levantarme encontrarme con aquella mirada que alteraba todos mis sentidos volviéndome loco, ChangMin era lo único que hacía que mi mundo girara y mi existencia ya no fuera tan vacía.
-JAE….-
Escuche el grito de ChangMin que me hizo abrir los ojos tan rápido importándome muy poco el dolor que sentí al hacerlo, trate de incorporarme pero algo sostenía mis manos, no podía creer, me tenían encadenado contra el muro, trate de zafarme pero por más fuerza que utilizaba las cadenas no cedían, no sé cuánto tiempo estuve tratando de zafarme pero mi cuerpo ya no podía la energía me faltaba deje caer todo mi cuerpo, tendría que ver otra opción para quitarme esas malditas cosas que odie desde un principio, observe donde me encontraba, era una habitación pequeña alumbrada tenuemente por la poca luz que desprendía la luna, solo había una pequeña cama y una mesa con un recipiente de agua sobre esta, era una típica escena de una película donde el protagonista es secuestrado por los malditos hombres que quieren una gran cantidad de dinero, pero sabía que mis secuestradores si así les podía llamar no querían dinero y no sé qué final podía esperar de esto.
-JAE…-
Volví a escuchar el grito de ChangMin desesperado, pero las malditas cadenas lastimaban mis manos cada vez que trataba de quitármelas.
-CHANGMIN…-grite desesperado
Es lo único que podía hacer más bien es lo único que me permitían hacer estas estúpidas cadenas.
-JAE ¿DONDE ESTAS?.... POR FAVOR…- la voz de mi ángel se escuchaba desesperada
-CHANGMIN TRANQUILO… IRE POR TI PERO TANQUILIZATE-
Necesitaba tranquilizarme yo también para poder concentrarme y salir de esto para poder buscar a mi ángel.
De nuevo empecé a forcejear con las cadenas, pero de que material estaban hechas por más que utilizara mis fuerzas demoniacas no cedían.
-Con un demonio porque no se zafan- dije frustrado
-Por más que lo intentes no se zafaran Jae, las cadenas están hechas con un material resistente a la fuerza de un demonio-
YooChun se encontraba recargado en la puerta de aquella habitación mirándome seriamente
-¿Dónde está ChangMin?-
Pregunte mirándolo seriamente, lo único que quería era verlo a él y lo demás no me importaba.
-No te preocupes pronto lo veras- fue su respuesta y desapareció
No podía aguantar más, cada instante que pasaba un hueco en mi pecho se hacía cada vez más grande no me explicaba que demonios estaba pasando y eso era frustrante.
No sé cuánto tiempo había pasado pero me encontraba en la pequeña cama sentado viendo hacia la nada, extrañamente me había desconectado de la realidad y me había sumergido en los recuerdos que hace poco había recuperado, esas carisias, aquellas palabras, su sonrisa, su cuerpo… sonreí al recordarlo, era ChangMin cuando éramos más joven, recuerdo que se enojaba porque siempre me la pasaba abrasado de él, pero para mí el era todo en aquel entonces y ahora nada ha cambiado el sigue siendo mi todo.
Pequeñas gotas de agua empezaron a recorrer mis mejillas, las tome con mi mano y observe esta como si fuera la primera vez que lloraba.
-Pensé que el estúpido angelito que llego al inframundo había quedado atrás, pero veo que me equivoque, Jae sigues siendo el mismo sentimental de antes-
Y ahí estaba de nuevo YooChun, recargado en la puerta con ese aire de grandeza que tanto odiaba.
-Chunnie no quiero estar aquí me aterra este lugar- mi voz sonó tan infantil que YooChun me miro extrañado
-¿Crees que con eso vas a hacer que te saque de aquí?- después de unos minutos respondió
-Chunnie por favor no quiero estar aquí… por favor Chunnie sácame de aquí te prometo que are lo que quieras-
Mientras las palabras salían de mi boca mi cuerpo se contraía por los pequeños espasmos que me estaba causando el llanto que con cada palabra se hacía cada vez más fuerte.
-Chunnie por favor…- me arrodille en la cama y estire mis manos para tratar de alcanzarlo
YooChun inconscientemente se fue acercando a mí tomando mis manos.
-¿Harás lo que yo te pida?- pregunto mirando seriamente
-Si Chunnie hare lo que tú quieras- respondí
YooChun saco una pequeña llave de sus bolcillos abriendo los grilletes que mantenían mis manos apresadas.
-Gracias Chunnie…-
Me lance hacia el abrasándolo, escondiendo mi rostro en su cuello sonriendo como un niño pequeño.
-Vamos casi es hora de iniciar con todo esto- murmuro apartándome de el
Asentí levantándome de la cama y tomándolo de la mano como un niño pequeño.
La puerta se abrió por sí sola, segándome la luz que entraba pero aun así caminamos como si nada, observe mi alrededor, no era lo que yo esperaba, era una casa muy elegante sus colores eran alegres y los muebles eran modernos, no sé porque me sorprendía, viniendo de YooChun todo lo que lo rodeaba era perfecto y moderno siempre odia quedarse estancado en la antigüedad o como él decía cuando su padre aun adornaba su residencia con aquellos cuadros de eras pasadas, “Odio lo de antaño y por eso odio a mi padre por ser tan antiguo” después de ese comentario reía de su propia broma hacia su progenitor. Ahora comprendía porque quería que los tres planos se juntaran en uno mismo, el quería que la era de su padre desapareciera y poder comenzar con su nueva era, una nueva era moderna y a su forma de vista perfecta.
Caminamos por un largo pasillo, al final de este se encontraba una estancia muy amplia donde varias personas se encontraban reunidas, más bien eran demonios, el aura en esa habitación era muy pesada, oscura y fuerte. Pero si poníamos atención en algunas auras podía sentir a los ángeles que se encontraban ahí con el mismo deseo de los demonios, ser libres y poder disfrutar de los placeres que solo los humanos poseían.
-Vamos Jae, no puedes asistir a la reunión con esas ropas- hablo YooChun señalando el uniforme que portaba del inframundo
Yo solo asentí y seguí su camino, entramos a otra habitación que juraría que le pertenecía a el por el decorado y el gran piano de cola que se encontraba frente al gran ventanal, a YooChun siempre le había gustado tocar aquel instrumento y cada vez que se escapaba de la vigilancia de sus padres tocaba un viejo piano que se encontraba en una de las habitaciones olvidadas del inframundo.
Me quede parado a la mitad de la habitación mientras que el buscaba algo en lo que suponía era el closet.
-Chunnie, ¿confías en mi?- pregunte
-Si Jae…- respondió aun buscando algo en el closet
-¿Por qué? Si soy un demonio-
-No lo eres Jae, tu eres un hibrido, y confió en ti porque fuiste el único que me enseño a ver las cosas de una forma diferente, recuerdas aquella vez que salimos a uno de los campos de almas- asentí- recuerdo que todas aquellas almas se lamentaban por los errores que habían cometido en su vida, pero tú solo los mirabas enfadado y me dijiste “ellos no se arrepienten de nada, mira YooChun aquella alma que se mantiene con los ojos cerrados y sin lamentarse, esa alma es la única que esta arrepentida de sus actos pero sabe que no ganara nada lamentándose así que solo cierra los ojos y recuerda aquellos momentos en los que fue feliz en vida para hacer su estadía aquí más fácil”. Sin decir nada mas te acercaste a aquella alma y la tomaste del hombre susurrándole algo en el oído y aquella alma te miro y sonrió…. Jae ¿Qué le dijiste para que esa alma sonriera en un lugar como ese?-
-Lo que él quería escuchar, que su amado lo perdonaba por haberlo dejado solo y por los errores que cometió antes de quitarse la vida, y que aunque el hubiera muerto su amado lo seguía recordando con una sonrisa en los labios- respondí acorándome de aquella alma
-Vez Jae, tú no eres un demonio porque puedes ver ese lado puro de las personas, y así como tu una vez confiaste en mi ahora me toca a mí- sonrió pasándome un traje de gala.
YooChun sonrió una vez mas y salió de la habitación, era la primera vez que lo escuchaba ser sincero y algo dentro de mi me hacía sentir culpable por lo que tenía planeado hacer pero si era necesario acabar con esa idea que YooChun tenía de mi por proteger a ChangMin lo haría sin importarme las consecuencias.
Me vestí rápidamente y camine por toda la habitación concentrado en sentir el aura de mi ángel y como si el supiera que lo estaba buscando el aura de ChangMin se hizo más fuerte abrasando mi cuerpo cálidamente haciéndome sentir esa paz que solo él podía ofrecerme.
-ChangMin, mi ChangMin…- murmure con los ojos cerrados dejándome envolver por ese cálido sentimiento que nacía en mi pecho con solo pensar en el.
-Es hora de irnos- YooChun entro a la habitación mirándome de pies a cabeza
Sonreí muy a mi pesar solo tenía que fingir un poco mas y poder estar al lado de ChangMin.
Salimos de la habitación, de nuevo caminamos por aquel pasillo pero esta vez no nos dirigíamos a la estancia si no caminamos para el lado contrario, el aura de ChangMin se hacía cada vez más fuerte y mi corazón latía a mil por hora si no me equivocaba estábamos caminando hacia donde se encontraba el y con cada paso mi plan se estaba yendo al diablo ya que lo único que quería era verlo.
Nos detuvimos frente a una puerta de gran dimensión, podría jurar que era una réplica de las puertas del inframundo pero más pequeñas, YooChun las abrió lentamente y ahí mi corazón dejo de latir.
Frente a mí se encontraba mi razón de existir recostado en aquella cama siendo prisionero de aquellos grilletes que mantenían sus tobillos inmóviles, su aura era demasiado fuerte ya que su verdadero forma angelical había salido haciendo que esta se manifestara con todo su resplandor, se mantenía con los ojos cerrados mientras que sus alas cubrían su torso desnudo, mi cuerpo ardió de coraje al verlo así, pero tenía que aguantar un poco más.
-Ya es hora pequeño angelito- YooChun se acerco a le tomándolo de la barbilla para que lo viera, en ese instante jure que esas manos serian destrozadas
ChangMin abrió sus ojos lentamente dedicándole una mirada que no pude descifrar y después voltio a verme haciendo que mi corazón se destrozara.
-Jae…- murmuro cerrando de nuevo sus ojos.
"Encadenados"
(Narrado x Min)
Estaba entre dormido oía los ruidos que a mi alrededor estaban pero no podría moverme, no sentir mi cuerpo, no podía abrir los ojos estaba desesperado, no sabía dónde me encontraba ni lo que había pasado, trataba de recordar y saber donde estaba pero lo único que veía en mi mente era el rostro de Jae, no recordaba nada mas, deseaba poder gritar, hablarle, sentir su mano firme contra la mía, su calidez, pero lo único que podría sentir era ese terrible frio que calaba hasta los huesos.
La oscuridad era temible no sé porque razón llegue a tenerle miedo… un ser de luz, un ser como yo no podría sentir miedo, en este momento me sentía como un humano, débil, impotente, sin fuerza, perdido en la nada, me recordaba a la muerte a lo que sentí aquella vez cuando era niño.
Algo en mi entendió por un momento en donde me encontraba, aunque cierta parte de mi mente quería negarlo, temía no solo por mi vida… en realidad el que me preocupaba era Jae…
Un extraño ruido hizo que mis ideas se dispersaran, quería salir de ese lugar sentirme fuerte y no indefenso, por primera vez en mi vida sentí dolor, un dolor físico tan fuerte que destrozaba mis tímpanos con mi propio grito.
El ardor en mis brazos, en cada una de mis extremidades, incluso en los dedos de las manos y pies, quería y sentía la necesidad de defenderme contra lo que fuera que me causara ese dolor, pero nada me respondía.
Desesperado y con mucho miedo sabiendo que lo único en lo que mi cuerpo reaccionaba era la voz y el que me podía sacar de esta situación era mi Jae, trate de tomar todo el aire posible que entrara a mis pulmones y grite, grite tan fuerte que mi garganta ardía. Gritaba su nombre desesperadamente una y otra vez sin importar el ardor que de pronto sentir en mis mejillas sin duda eran golpes en estas… Ante mi imaginación me veía sangrando y para exagerar con heridas tan grandes como mis piernas y brazos fuera de su lugar, era la única explicación que en ese momento tenia para que no me respondieran.
No sabía cuánto tiempo llevaba gritando mis labios estaban resecos y junto con mi garganta adoloridos, eso no estaba llevando a nada, deje de gritar por un momento a causa de la falta del aire pero la desesperación pudo más y lo único que podía hacer era gritar el nombre de Jae una y otra vez, gritar su nombre hasta quedarme sin voz.
Unas voces a lo lejos se comenzaron a escuchar, ruidos… ya no eran solo mis gritos, baje un poco la intensidad hasta que llegaron a ser susurros, para así intentar oír lo que esas voces decían.
- …. Seguir así, desátalo el no hará nada me encargare de él... – escuche una primera voz.
- Si llega tan solo a intentar levantarse de esa cama lo volveré a atar, ¿está claro?... – una segunda voz contesto a la primera.
El ruido ceso, no llegue a escuchar nada mas hasta que mis brazos fueron liberados y el sonido de las cadenas resonó al caer intente moverlas pero aun era inútil, algo mínimo pero que causo un gran interés en mi fue el pinchazo en mi mano, mis piernas aun seguían atados pero alguien me ayudo a sentarme creí reconocer el tacto sin duda era JunSu, pero no pude sostenerme sentí mi cuerpo caer en aquel lugar que ahora sentía suave.
- Min… vamos ayúdame, se que puedes oírme no parabas de gritar vamos abre los ojos…
Mis ojos se comenzaron a abrir pesadamente, no tenia las fuerzas necesarias para poder hacerlo, ni siquiera sabía por qué seguía vivo, todo dolía… a pesar de aquello mi mente ideaba un plan para poder salir de ahí, quizás JunSu me ayudaría a hacerlo, el había sido mi amigo desde que llegue al cielo y dudo que su conciencia angelical no quisiera ayudarme.
- Su… ¿Qué pasa? ¿Por qué estoy aquí?... dime Su, ayúdame
Susurre suplicante a aquel cuerpo que me sostenía, mi garganta estaba demasiado irritada que apenas eso podía salir, trate de mantener los ojos abiertos para mirar su rostro y hacer aun más insistente a aquella suplica, el no podía resistirse incluso sin necesidad de aquello Su ya había abogado por mi ante YooChun…
Una idea cruzo mi mente, por supuesto estaba así por que toda parte ángel que yo tenía estaba oculta, no sé qué pasaba me sentía en verdad como un humano y entonces comprendí.
Debo ser un ángel mostrarme tal cual soy para que esas heridas y sensaciones de dolor desaparezcan de mi cuerpo y quizás… solo quizás poder escapar de aquel lugar y encontrar a Jae… si, de pronto solo en aquello pude pensar.
Mi meta era encontrar a Jae y poder salir de aquel infierno, estaba seguro de que el también estaría haciendo lo posible para encontrarme y yo no me quedaría atrás.
Mire a JunSu mas fijamente, comenzaba a sentir aquella fuerza en mi interior, aquel poder angelical creció en mí aunque había algo más que no sabía identificar en mí, había un deseo que intente suprimir desde hace muchísimos años y ahora lo sentía más latente pero no, ahora no podía dejarlo salir.
Mis años de “abstinencia” ante la fuerza que tenia se fueron al caño, mis músculos se comenzaron a marcar en todo mi cuerpo y aquellos rastros de golpes habían desaparecido… y así de pronto sentí como los brazos de JunSu me atraparon con fuerza, él sabía que no tendría como defenderse, yo era un guardián, custodie por tantos años aquella puerta en el cielo y luche contra cada demonio poderoso que quería traspasarlas, JunSu no es más poderoso que esos demonios podría con el fácilmente, era la primera vez que pensaba en él como un oponente, como algo que destruir y para admitirlo aquello me causaba algo de molestia, había sido mi amigo y no quería traicionarlo aunque pensándolo, el lo había hecho primero, ya que mas daba lo que ahora podría suceder.
Mi cuerpo se fue transformando, todo mi ser había salido y ahora sonreía abiertamente abriendo mis ojos por completo con cierta sensación de excitación ante aquello a lo que venía.
Tome con fuerza las manos de JunSu doblando estas y con un sutil pero rápido y fuerte movimiento lo jale haciendo que este diera vuelta encima de mi cuerpo y cayera frente a mí, de espaldas.
En un segundo JunSu aun se encontraba en el suelo y yo de pie rodeado por cerca de 6 demonios y tres ángeles, no podía creer que más ángeles estuvieran metidos en todo esto, pero claro si JunSu estaba que no pudieran estar aun más.
No sentía miedo solo el ansia de que aquellos seres atacaran, no sabría si podría ganar pero la excitación ante la lucha era mucha, ataque a aquellos demonios primero, dando golpes por todos lados, tantos como podía por supuesto mi fuerza era mucho y pude con unos cuantos, los demonios eran tan tercos y orgullosos que no aceptaban ayuda por lo que atacan individualmente hasta que los ángeles fueron comenzando el ataque hacia mí, ellos sin duda tenían más estrategia y yo tan solo era uno… pronto me encontré de nuevo en aquella cama sujetado de piernas y brazos con fuerza, aunque forcejeaba no podía soltarme.
JunSu que estaba al lado de mi rostro mirándome suspiro negando, volviendo a tomar mis tobillos y muñecas con aquellos grilletes que parecían más poderosos que yo, comenzaba a sentirme débil aunque mi aura, mi ser comenzaba a luchar contra aquello estaba tan concentrado en mantenerme fuerte que no me di cuenta de que una calma y una sensación de tranquilidad se había desbordado por mi cuerpo, era claro que aquello solo Jae me lo podía hacer sentir.
- Ya es hora pequeño angelito.
Esa era la voz de YooChun, ese maldito demonio me tomo por la barbilla, quería ver a Jae por lo que no pude evitar abrir los ojos mirando a aquel demonio con tan repulsión, la distracción fue mucha mire a Jae directo a los ojos haciendo que todo el esfuerzo que había hecho por mantenerme fuerte se había ido y la debilidad se apodero de mi, mis ojos se volvieron a cerrar llevándome de nuevo a aquella oscuridad abrumadora que había luchado tanto por salir.
Gracias pensé que ya ni habría continuación. Este fic fue uno de los primeros que lee.
ResponderEliminarVaaa a seguir!!!! Woohuu JaeMin kyaa me encanta el fic esta super y ahora como haran estos dos?, todos tramando algo ya quiero otro cap!
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