El pequeño grupo comenzó a hacer su camino a través de las cuevas en silencio. Jinhyuk seguía mirando por encima a Yunho con un gesto pensativo. A Jaejoong no le gustó la expresión en los ojos de Jinhyuk. Cuando entraron en los túneles, Xia desapareció con una sacudida de la cola y un estrechamiento de sus rasgados ojos verdes. Yoochun y Changmin se habían adelantado, discutiendo en voz baja sobre el acuerdo que Changmin había contraído con Xia sin siquiera saber el pago. Si era una promesa de un familiar que lo tenía atado por la eternidad o algunos otros por lo que siguieron dándole vuelta al asunto. Jaejoong no deseaba mal a Changmin. Sólo esperaba que Xia tuviera otros planes aparte del engaño habitual que su especie solía perpetrar con aquellos que elegían.
—Quiero darte las gracias —dijo Jinhyuk suavemente. Jaejoong lo miró y vio que se dirigía a Yunho.
—No tienes nada que agradecerme —respondió rápidamente Yunho.
Yunho parecía distraído y en el borde, y el calor de su cuerpo era palpable. Cuadró sus hombros y bajó la mirada hacia sus manos, las cuales aún tenían las puntas de sus garras sobresaliendo a través de la piel.
—¿Qué pasa, Yunho? —Preguntó Jaejoong.
—Todo se siente mal —dijo Yunho con tristeza—. Pensé que sabía todo de Rain—. Se detuvo a media zancada y Jaejoong se detuvo con él. Jinhyuk miró a los dos, pero, evidentemente, consideró que era más seguro caminar con Yoochun y Changmin—. Él era un amigo.
Jaejoong se acercó y puso una mano abierta en el pecho de Yunho. Una chispa blanca tenue iluminó la pequeña cámara brevemente y luego murió hasta que estaban en sombras por las antorchas de la pared otra vez.
—Lo siento —dijo Jaejoong—. Por lo que pasó con Rain, por la traición. Tiene que ser duro—. Sólo dijo la verdad, parecía que los dragones eran muy unidos como en una familia y había multitud de vínculos entre las generaciones. Deslizó su mano y tomó el rostro de Yunho. Yunho inmediatamente frotó la mejilla contra el toque—. ¿Qué puedo hacer para ayudar?
Yunho puso a Jaejoong cerca y entrelazó sus manos detrás de la espalda de Jaejoong para sostenerlo firmemente. Enterró la cara en el cuello de Jaejoong y el vampiro se estremeció ante el breve golpe decalor que Yunho exhaló.
—Lo siento —murmuró Yunho—. No sé lo que me pasa. El fuego dentro de mí está tratando de salir.
—¿Cuál es la causa de eso?
—¿Pubertad? —dijo Yunho en una carcajada.
—¿Supongo que la pubertad fue hace mucho tiempo para ti? —Jaejoong se rió junto a su amante.
—Sólo un poco. No vas a creer lo destructivo que el fuego puede ser. Deberías ver cuántos sueños calientes tuve, he destruido muchas camas.
—Así que estamos descartando la etapa de la pubertad de los dragones. Creo que estás confundido y enojado y te sientes traicionado—. Jaejoong dio un codazo a Yunho hasta que su amante dragón levantó la cabeza—. Estaba jugando contigo —Jaejoong terminó su evaluación—. Debemos dormir, y hacer un plan sobre lo que tenemos que hacer con esta cosa del nigromante y todo estará bien.
—¿Eso crees? —Yunho no parecía convencido, pero al menos su voz tenía alguna esperanza de que lo que Jaejoong estaba diciendo era verdad.
—Debes cambiar cuando lleguemos a la parte superior y soltar parte de este calor —bromeó Jaejoong. Se apartó y sacudió su camisa—. Estás caliente—. Miró hacia abajo para ver dos marcas de quemaduras en el material blanco, y rápidamente miró hacia la horrorizada expresión de Yunho.
—¿Qué he hecho? —dijo Yunho con miedo. Jaejoong podía ver que la ropa de Yunho estaba intacta ¿Cómo es posible?—. Nuestra ropa se regenera—. Yunho respondía a la pregunta no formulada.
—Así que estás ardiendo. Mucho.
—Vamos a seguir caminando. Creo que lo que has dicho sobre el cambio es bueno—. Yunho se obligó a salir con los dientes apretados. No se veía bien, con los ojos medio cerrados y con una brillante capa de sudor en cada parte visible de su piel. Comenzaron el viaje de regreso con Jaejoong y corrieron lo más que pudieron. Su pecho estaba apretado y su respiración jadeante. Los malditos túneles a veces estaban a unos cuarenta y cinco grados, y estaba claro que no estaba tan en forma como había pensado. Suspiro de alivio cuando el último túnel casi terminaba y estaban casi fuera. Un dolor agudo lo apuñaló y se dobló con las manos sobre los muslos.
—¿Jaejoong? —Changmin y Yoochun acercaron a su amigo que de repente se veía agotado, Changmin llevó una mano a la espalda—. Habla conmigo ¿Estás bien?
Yunho gruñó bajo en su garganta y el sonido hizo eco en el túnel.
—Tengo que... Yo... Tengo que irme —logró decir—. Él va-a—. Se tambaleó hacia la luz al final del túnel y desapareció por la esquina.
—Deja que recupere el aliento —dijo Jaejoong. Se enderezó y puso una mano en la pared para no perder el equilibrio
—Te ves como el infierno —comentó Yoochun.
—Gracias por eso, Chun —dijo sin expresión Jaejoong. El dolor se había aliviado, no había duda de que era parte de un nuevo enlace loco que tenía con su amante.
Jinhyuk se unió a ellos y permaneció indeciso. Su cara estaba roja por el esfuerzo, pero no estaba lanzando fuego como Yunho. Evidentemente, no se vio afectado porque Yunho estaba ardiendo.
—Ha habido otros asesinatos, sabes —relato como si nada. Jaejoong se preguntó si el dragón más viejo quería llegar a algo con lo que estaba diciendo y se centró en las palabras—. Hace diez años mi hermano mayor Sukwon fue asesinado. Era el segundo en la línea de sucesión al trono.
—¿Así que eras el tercero? Supongo que fuiste el primer sospechoso en el asesinato de tu hermano —sugirió Changmin — ¿Qué fue? ¿Deseabas el trono y el pensamiento de eliminar a tu segundo hermano se te subió a la cabeza por lo de la ley del más fuerte?
Jinhyuk negó con la cabeza.
—No lo entiendes. El trono no es un derecho de nacimiento. Los antiguos eligen un nuevo gobernante sobre la base de actos valientes y desinterés y generosidad, y por tener el corazón de un Rey. Con el tiempo se ha llegado a la tendencia de pasar de un Reino al siguiente, pero no se pre-gobierna. Yo soy el guardián de la historia, puedo grabar las líneas de sangre cada uno los dragones de nuestro reino. No soy un Rey en espera. El Rey ha estado en el trono tanto tiempo que mucha de nuestra gente ha olvidado cómo se gana el trono.
—¿Así que Yunho es la razón cuando dices que puede ser uno de los elegidos como heredero?
—No sé lo que vamos a encontrar cuando lleguemos a casa —dijo Jinhyuk. Sus palabras divagaban y tenía una expresión acristalada que se desintegró por el dolor.
—No tiene ningún sentido —dijo Yoochun.
—Cuando el Rey era más jóvenes, muchos siglos atrás, estuvo a punto de morir en batalla... Estaba a punto de morir y su heredero fue marcado con el diseño del Rey dragón listo para tomar su lugar— Jinhyuk tocó su garganta y pasó un dedo por su pecho, justo sobre su corazón—. Sukwon fue elegido como el heredero y estaba dispuesto a tomar el lugar del Rey si tenía que hacerlo.
—Tu hermano, el del medio —resumió Jaejoong.
—Cuando llegó la marca, él...—Jinhyuk se detuvo y lució repentinamente asustado.
—¿Qué? —Espetó Jaejoong—. Dinos qué pasó.
—Se quemó, pero no fue necesario, el Rey sobrevivió. La marca nunca se fue, sin embargo. Una vez que los antiguos te elijen, es tu destino, tu camino. Sukwon tenía esa marca hasta el día en que fue asesinado. Nunca encontraron a su asesino.
—¿Crees que fue Rain? —Changmin preguntó con curiosidad— ¿Ha estado quitando lentamente herederos en su camino hacia el trono?
Jaejoong quería hablar sobre el tema de que Yunho se quemaría, pero esperó pacientemente hasta que Jinhyuk formó una respuesta a la pregunta de Changmin.
—Rain es... era... un dragón valiente y fuerte. Su línea de sangre es pura y respetada en el clan. Se podría asumir que abría sido posible que tendría el camino para ser Rey. Así que tal vez mató a Sukwon.
—Rain quería matar a Eunmi —señaló Jaejoong en apoyo—. Pensó que podría ser un heredero.
—Es una niña, apenas valiente y no muy fuerte todavía —dijo Yoochun.
—¿No viste la cara de las sirenas? —Interrumpió Jaejoong—. ¿Puedes decirme lo que pasó cuando Sukwon recibió la marca como heredero?
—Se calentó… —Jinhyuk repitió. Después pareció perderse en sus pensamientos. Jaejoong abrió la boca, listo para hacer que el viejo llegara a ese punto, pero la volvió a cerrar en un gesto de Yoochun.
Finalmente Jinhyuk continuó:
—Cuando cambió de dragón a hombre, su pecho tenía un diseño a juego con el de su compañera predestinada, un hermoso dragón violeta de otro clan.
—¿Te refieres a este tipo de marca? —Jaejoong apartó la camisa chamuscada.
Jinhyuk miró y luego cerró los ojos con fuerza.
—¿Jinhyuk? —Changmin empujó el brazo del príncipe.
—Sí. Al igual que esa. Si Yunho está ardiendo y aparece el diseño, sólo puede significar una cosa. El Rey está a punto de morir, o está muerto.
Jaejoong sacudió el dolor y la sensación de falta de aire.
—Tenemos que llegar al Rey—. Nadie discutió y solo se apresuraron a salir al aire libre, en el coche y luego en dirección a la sala del trono.
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Yunho aterrizó torpemente y curvó sus alas en torno a sí mismo. De alguna manera había perdido toda la gracia que había tenido y no podía mantener el vuelo durante mucho tiempo a causa del dolor que lo recorría ¿Qué le pasaba? Cambió a hombre y cayó al césped, pero no se molestó en vestirse. Estaba tan condenadamente caliente y el fuego picaba bajo su piel.
—¿Estás bien? —La voz de Yangha vino del lado izquierdo. Su hermano se sentó a su lado, de espaldas a una gran roca— ¿Qué pasó?
—Nada —dijo Yunho cansado.
—La última vez que vi un aterrizaje forzoso el dragón estaba arrastrando una cargamento enorme de rubíes —miró a Yunho—. No veo ningún rubí.
—Me siento... —Yunho se detuvo. Yangha era su hermano, y sí, había estado equivocado al creer que Yunho era el malo de la película, pero era, en el fondo, un alma gentil—. Cansado —concluyó.
—Te ves cansado —acordó Yangha.
—Gracias, hermano —dijo sin expresión Yunho. Yangha resopló una carcajada y luego se inclinó hacia atrás y comenzó a soplar anillos de humo en el aire.
—Por lo tanto, él es tu compañero entonces. Ese mestizo vampiro-sirena tuyo.
—Jaejoong.
—Entonces ¿Qué es esa cosa ahí?
—¿Qué? —preguntó Yunho. No sabía de lo que su hermano estaba hablando.
—Eso —hizo un gesto hacia él.
Yunho siguió la dirección que señalaba Yangha y parpadeó cuando vio el intrincado diseño que había aparecido en su pecho, y bajaba por un brazo. Negro y oro, se enrollaban en forma de un dragón con las alas extendidas y era similar al diseño de Jaejoong. Todo, excepto que el suyo tenía letras extras que se extendían hasta la muñeca en un patrón complicado. Jaejoong tenía una marca para indicar que el destino los había puesto juntos. Un dragón sólo era marcado cuando...
Súbito horror se apoderó de Yunho.
—¿Qué? —dijo Yangha con urgencia cuando Yunho se puso de pie y mágicamente se puso la ropa en su cuerpo.
—La marca del Rey. Esa es la única razón por la que tenemos estos...
En paralelo, los dos dragones corrieron a la puerta y entraron en el palacio. En cuestión de minutos estuvieron dentro y se enfrentaron con los dos dragones responsables de controlar la entrada a la sala del trono y los aposentos privados del Rey.
—Entremos —ordenó Yunho.
Ni siquiera argumentaron, evidentemente el calor y el mandato en Yunho fue contundente. Ellos empujaron las puertas y el horror de lo que se encontraron había hecho que Yunho se parara en seco. El Rey estaba muerto, degollado y su forma se quedó en medio de dragón y humano. Junto a él, inconsciente y acostada sobre parte de la sangre de su padre, estaba Eunmi. Yangha inmediatamente recogió a Eunmi y la abrazó. Ella resultó herida. El que había matado al Rey había sentido que tenía eliminar a Eunmi también.
—Está respirando —dijo—. Pero hay que curarla.
Yunho cayó de rodillas al lado del Rey. El instinto le había hecho comprobar el pulso, pero no había señales de vida, y el Rey estaba helado. Yunho metió la mano, pero el vacío dentro de la cáscara del cuerpo era absoluto, no había ni una chispa de vida.
—Se ha ido —dijo Yunho con angustia. Se sentó sobre sus talones y dejó salir un poderoso rugido que hizo temblar la sala, quería cambiar a dragón y dejar que el dolor lo embargara por completo.
—¿Crees que ella lo vio? —Yangha preguntó entrecortadamente. Yunho miró a su hermano.
—Dios, espero que no —tiró de las cortinas y rompió una, tendría que servir de cubierta temporalmente. Suavemente la colocó sobre la forma del Rey, tratando de darle al dragón una cierta apariencia de dignidad en su muerte.
—Yunho —la voz de Jaejoong venía de detrás de él y Yunho nunca había sido más feliz de escuchar a su pareja. Se retractó de sus alas, y obligó a sus colmillos y garras a retirarse antes de volverse para mirar a su amante. Se puso de pie en un movimiento suave y le tendió una mano. Jaejoong no dudó, se acercó a tomar la mano de Yunho con fuerza. Intensa luz blanca los envolvió momentáneamente y luego se disipó. Bruscamente Yunho tenía el peso de su destino empujando sobre él.
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