1. Rendez-vous*.
*encuentro. De amigos o también amoroso.
"Ojos nerviososo observan todo lo que hacemos. Todo el mundo espera nuestro rendez-vous..."
Le acarició la mejilla circularmente con su mano, pálida, de uñas negras. Siguió el movimiento de esa mano, como si no quisiera perder el contacto.
-Me necesitas…
-No te necesito…más bien tú a mí…
-¡Sh!
Tuvo que ceder a esa boca de caninos dientes contra su cuello. Era extrañamente irresistible…y eso le irritaba. Y le irritaba aún más caer bajo su peligrosa seducción. Era tan violento como él, o más. Pero mucho más frío. Por sus venas corría sangre gélida. O no, no corría sangre.
-Agh…
-Confiesa… ¿en qué piensas justo ahora?
-Nada…
Sonrió de lado.
-Dímelo…en quién piensas…Changmin –su fría lengua le delineó el cuello y el lóbulo de la oreja, haciendo temblar sus rodillas ante la quemante sensación. Changmin apretó los puños, intentando reunir fuerzas para resistirse. El joven se apartó de él y lo miró cara a cara. De inmediato se sumergió en sus oscuros ojos como si fuera un pozo….
Corría por las calles oscuras y húmedas, el vaho de los charcos haciendo el aire espeso y aún más frío. El vaho de su aliento iba delante de él, rodeaba sus labios, su mentón y se escurría hacia atrás como seda, desvaneciéndose con cada nuevo aliento. En sus bolsillos cargaba varias tarjetas de crédito, joyas, dinero, y en su mano aún empuñaba el cuchillo manchado de virginal sangre. Porque no podía ser sangre inocente: nadie en este mundo de mierda podía ser inocente en al menos uno o dos sentidos. Se relamió, recordando la dulce sensación del acero penetrando la carne, dibujando el surco de la muerte para luego retirarse y permitir a la sangre fluir. El frio de la noche le pegó en la lengua y volvió a meterla. Detrás de él podía escuchar los pasos de la policía, viles animales de rastreo en dos patas, y un poco más atrás las sirenas de las patrullas. Fhe, los había burlado antes, ¿qué no?
Llegó a un callejón y se detuvo frente a la pared de uno de los edificios. Para cualquier otro, éste era un callejón sin salida, típico de las historias de policías en los que el bueno siempre detiene al malo contra la pared de piedra o de ladrillo, a la mitad de una noche como esta, y lo ametralla hasta llenarlo de metal. Acarició la roca con el cuchillo y luego con la mano y giró sobre sus talones al escuchar a sus perseguidores llegar a aquél túnel. Empuñó bien el cuchillo, lo sustrajo guardándolo bajo su manga y atorándolo contra su pulsera de cuero, bien atada específicamente para esa labor, y sonrió mientras los oficiales le apuntaban con sus pistolas.
-Muy bien, muchachos…alcen las manos, ¿quién puede trepar por las paredes?
Su acostumbrado oído y agudo sentido de la supervivencia le permitió predecir el momento justo en que uno de los policías quitó el seguro y comenzó a presionar del gatillo, señal que había estado esperando para saltar, esquivando la primer bala, girar en el aire, sujetarse a la pared con las yemas de los dedos, y escalar como gato unos metros, para luego saltar a la pared paralela e impulsarse, trepando y trepando, en zigzag, esquivando los disparos que siguieron al primero. Llegar hasta arriba le tomaría escasos segundos. Cuando estaba a un salto de llegar al tejado sonrió, victorioso, burlón. Se impulsó para aterrizar sobre el tejado y sólo cuando sus pies tocaron el borde, miró hacia abajo. Pobres inútiles, el orgullo de las fuerzas policiales sin duda. Empezó a correr por el tejado, satisfecho y orgulloso de sus habilidades sobrehumanas, saltando al siguiente techo y al siguiente. Quizás no debió confiarse, o quizás calculó ligeramente mal.
Cuando sus pies tocaron la cornisa del tercer edificio, algo impactó con gran fuerza en su pecho, atravesando algo. ¿Su corazón? Tal fue el brutal golpe que perdió el equilibrio y empezó a desplomarse hacia atrás, fuera del techo, hacia abajo, abajo, mientras sentía como un líquido cálido empapaba su pecho…
-…Haaa… -ahora era la fría saliva lo que empapaba su torso desnudo. Encima de él, el otro chico se entretenía tentándolo, fustigándolo con uñas y dientes.
-Sentirte tan cerca de mi te excita, Changmin… te conozco demasiado bien –sonrió, sus ojos oscuros destellando malicia mientras le daba una mordida fuerte.
-¡Ah! ¡No! –se arqueó por completo.
-Tus labios podrán mentir, pero no tu cuerpo – y rio siniestro. Lo iba a torturar y sólo cuando estuviera desfalleciente lo dejaría venirse. Changmin lo sabía. Y empezaba a gustarle…
Desplomado contra el suelo, empezando a sentirse parte de la roca, todo empezó a volverse nebuloso. El frio se sentía a la vez más intenso, a la vez reconfortante. El ruido de las voces de los agentes era difuso, y pronto las sirenas dejaron de escucharse. Podía ver su aliento elevarse frente a sus ojos, cada vez más espaciado y más espeso por el frío. Escuchó un graznido y apenas pudo voltear ligeramente, viendo a un cuervo sobre el basurero cuadrado que había cerca de él. Sacudió las alas y se escucharon como chasquidos de cadenas. Tosió. El ave bajó de su sitio y empezó a saltar por el suelo, pequeños brincos de ave, acercándose a él.
-Sh…sh…shu…shu…-intentó alejarla. El ave graznó y se posó sobre su torso sangrante, - shu…v-vete, ave de mal agüero…v-ve-vete… ¡ah!
El cuervo picó en su herida, salvajemente, causándole aún más dolor. Se retorció. El ave volvió a graznar, agitando sus alas, que sonaron como cuchillas chocando entre sí. Tragó saliva, sintiendo algo de sabor ocre entre los labios. De pronto sintió que le observaban, y el cuervo graznó una vez más antes de alzar el vuelo y posarse muy cerca del basurero cuadrado, sobre una lata. Sobre el basurero creyó ver una sombra. Una presencia fatídica que le observaba de alguna manera. Tosió, sintiendo aún más fuerte el sabor ocre de su sangre.
-Pareces cansado…-una voz lúgubre se escuchó, proveniente de aquélla silueta. Se dibujó una sonrisa brillante, y poco a poco la sombra tomó algunas formas, hasta convertirse en la figura de un chico de cabello blanco, ojos oscuros enmarcados por sombra. Estaba recostado de lado sobre la tapa del basurero, cómodo y fresco.
-¿Q-quién eres? –le espetó con la fuerza que podía reunir.
-Un amigo…si tú quieres- respondió, enderezándose y sentándose.
Lo miró con inseguridad, sintiéndose muy extraño. Mirando a esa aparición sentía como si el dolor se fuera lentamente. La figura se miró las uñas, impasible, y luego bajó de un salto. Llevaba ropa negra, no estaba muy seguro de qué prendas con exactitud. La oscuridad de la ropa hacía que su piel pareciera aún más blanca, pálida…como la de un muerto. No podía dejar de mirarlo, tenía cierto encanto irresistible…
Arañando las sábanas, mordiendo la almohada de plumas al borde de romperla, Changmin se dejaba invadir una y otra vez.
-Grita, Changmin…muéstrame toda ésa vitalidad…
-¡AAAAGH!
Tener sexo con él era delirante. No podía negársele, en cuanto empezaba a seducirle, por más que se resistía, caía entre sus brazos. O sus garras…
-Estás en el clásico dilema…entre dos amantes. ¿A quién vas a traicionar…Changmin?
¿Cómo sabía su nombre? No podía articular palabras, sólo observarlo mientras continuaba acerándosele y de pronto se aupaba sobre él. No era abstracto, podía sentir su peso contra el suyo así como sentía la sangre escurrir por la comisura de sus labios. La aparición le palpó los bolsillos y sacó las tarjetas, los billetes y las joyas que llevaba consigo.
-Estás eligiendo entre esto…y yo…
-¿Tú…?
La aparición sonrió y asintió, moviendo luego su cabeza, rozando su nariz con la de él. Soltó los bienes robados sobre él, dejando que se desparramaran y algunos se mancharan con la sangre. Sobre sus cabezas revoloteaban murciélagos negros como la noche.
-Ahora es tu último baile, elige bien cómo lo pasaras… -pasó una mano muy cerca de su mejilla, pero no lo tocó. Sintió el frío que su piel despedía y cerró los ojos. Al mismo tiempo sentía algo de paz con eso. In vilo fue puesto en pie y la figura caminó a su alrededor, como acechando, como midiéndolo. No entendía como aún se tenía en pie. Era como si alguna fuerza externa lo sostuviera. Se detuvo detrás de él, podía percibirlo, y luego colocó sus manos en sus hombros.
-Este es el final, Shim Changmin, - firmemente lo movió, haciéndolo voltear hacia él de perfil, mientras los murciélagos revoloteaban cada vez más cerca. No podía moverse, sólo dejarse ser movido por él, - mi marca al fin te alcanzó y tu tiempo terminó.
Sin previo aviso lo empujó, dejándolo caer contra el suelo una vez más, pero no sintió el dolor, ni siquiera la dureza del suelo o la espesura del lodo mojado. Se hincó entre sus piernas y le sujetó el rostro, mirando directo sus ojos. Ni siquiera podía pestañear.
-Aunque es algo triste, una vida juntando riqueza. Y al final toda quedará abandonada…-volvió a levantarlo lentamente, deslizando sus frías manos por su espalda y sujetando su cintura, - al final nada queda, ¡más que yo!
Se sentía tan…fuertemente atraído hacia esa aparición. Cerca de él no había dolor, ni sabor ocre. No sentía la herida siquiera. No sentía el frío del ambiente, no escuchaba más que su voz.
-Sólo cierra los ojos una última vez… - acarició su mejilla, haciéndolo reclinar la cabeza, luego los hombros, el torso, conforme iba pasando esa mano. Sentía que se iba, se iba…
-No… -murmuró.
-¿Eh? – la figura pareció desconcertada.
-No…no, no…
Recuperando de pronto el control sobre su cuerpo, se enderezó y se apartó de él. La atmósfera seductora que rodeaba a la aparición en pocos segundos se volvió pesada y amenazante. Lo miraba como si sus pupilas fueran carbones encendidos.
-No quiero irme aún…no voy a morir.
Finalmente comprendía qué estaba pasando: se había estado muriendo. En su agonía estaba delirando. No, no quería dejar este mundo aún. Tenía tanto que hacer todavía, tanto camino por delante y no quería caer en ese abismo en el que había tropezado por un error de cálculo.
-Te atreves a negárteme…insignificante humano…
-Sólo eres una alucinación. Déjame tranquilo para poder despertar y correr a un hospital –le demandó.
La aparición se quejó. No fue un grito, ni un gruñido, ni un silbido. Fue una mezcla de todo eso y más. Retrocedió. Los murciélagos le rodearon e intentó huir. Corrió tambaleante hacia algún lado del callejón, dando manotazos en un intento de apartar a los animalejos que revoloteaban como neblina, rozándolo de tan cerca. La aparición le observaba, bufando imperceptiblemente, y luego le siguió dando grandes zancadas.
-No puedes escapar de mí… ¡nadie puede negárseme!
-¡Despierta, Changmin, despierta! –se gritaba a sí mismo. La aparición no hacia ruido al caminar, pero podía sentir su presencia cada vez más cerca.
-¿Una alucinación puede hacer esto?
Lo empujó contra la pared sin siquiera tocarlo y Changmin cayó al suelo. Se miró el torso: la sangre se fue desvaneciendo como por arte de magia y la herida de la bala desapareció. Miró a la aparición, atónito.
-¿O qué tal esto? – bramó la aparición y la herida regresó, sangrando y doliendo con mayor ímpetu. Changmin se quejó. El aparecido volvió a estar a escasos centímetros de él, mirándolo fijamente a los ojos, la zona alrededor de los suyos ensombreciéndose de pronto, como si le hubiesen tatuado un antifaz en la piel. Se veía cadavérico ahora…cadavérico, blanco, con poderes sobrehumanos…
-Eres…eres…
-Sí. Y vine por ti, Shim Chang-min –enmarcó cada sílaba de su nombre.
-Espera…por favor espera… -le detuvo la mano cuando estuvo a punto de tocarlo. La aparición se zafó del agarre y lo miró, visiblemente molesto, - no puedes deshacerte de tu mejor proveedor.
-¿Proveedor?
-Sí…yo… ¿cuántas vidas te he enviado ya?
La figura rió, mostrando afilados dientes.
-Ingenuo… ¿de verdad crees que eres amo de tus actos? Podrás acuchillar a los que quieras, pero solo matas si yo lo decido. Décès, morte, smert, halál, ölüm, sǐwáng, der Tod...jug-eum ipnida... -pegó su frente a la de él, - soy la Muerte...yo decido cuándo y cómo, lo más que puedes elegir es dónde…
Changmin tragó saliva.
-Pero nunca…jamás…puedes ni podrás evadir nuestro rendez-vous.
Se hizo el silencio. Sólo se escuchaba el batir de las alas de los murciélagos, y también el de las plumas del maldito cuervo.
-Pero…me agradas. Seré compasivo contigo. Y haremos un trato: te dejaré vivir, si a cambio me otorgas tantas almas como sean suficientes para compensar mi viaje hasta aquí en balde. Tantas vidas que compensen el retraso de llevarme la tuya tan miserable.
Changmin lo miró. Empezaba a sentirse desfallecer otra vez.
-Y para asegurarme de que cumplas, estaré siguiéndote.
-Trato hecho –dijo, pensando en la mejor opción. La aparición se apartó de él, aplaudió, frotándose luego las manos, satisfecho, - pero con una condición.
La aparición detuvo el movimiento de sus manos, volteó a verlo, sus ojos ensombreciéndose de nuevo.
-Tú… ¿me vas a condicionar…a mí?
Changmin asintió, tragando saliva otra vez.
-Sí.
-Muy bien, - la aparición extendió sus brazos intrigado y sarcástico, - ilústrame.
-Si vas a estar siguiéndome…que sea sólo tú, no tu ejército de engendros.
La aparición miró a sus seguidores.
-Sea así.
Tras un movimiento de sus manos, los murciélagos desaparecieron.
-Shu –terció Changmin, moviendo los brazos en un ademán despreciativo al verlos irse. Sólo el cuervo se quedó, graznando sobre una lata vacía. La aparición sonrió, cruzándose de brazos.
-Y una cosa más.
-¡Yah! – la Muerte se movió tan rápido que Changmin sólo pudo reclinarse apenas contra la pared de roca, teniéndolo a escasos centímetros, su frío aliento helándole hasta las ideas. Luchó por mantenerle la mirada, - sólo porque me agradas, te permito pasarte de listo – remarcó cada palabra, su voz era más gélida que su aliento. Además, Changmin pudo notar cuando pronunció la última frase, asomaron un par de colmillos entre sus labios.
-Qué te preocupa…estar sólo conmigo…aún sin ellos, te impones- replicó, realmente sin querer decirlo en voz alta, creyó que sólo lo había pensado. La sonrisa de la aparición fue canina, pero brillante.
-Bien, bien.
-Serían dos cosas…uhm… ¿vas a curarme, no?
La aparición frunció el ceño.
-Y la otra… ¿alguien más va a verte? De ser así…ponte un maldito sobrenombre…no quiero llamarte Muerte enfrente…de todos…
-Aigo… -la Muerte se apartó de él, empujándole más contra la roca de la pared. En ese momento la sangre que empapaba su camisa y su torso desapareció y la herida sanó, como si jamás hubiese estado ahí, - llámame Junsu.
-Bien…Junsu…
-¡JUNSU! ¡AH!
El amo del inframundo siseó mientras saboreaba su sangre, sintiendo el cuerpo del asesino vibrar a su alrededor y al mismo tiempo entre sus brazos. Su mano apretaba y aflojaba, alentando su venida, su blanca cintura moviéndose intermitente...
En el callejón, un par de agentes, junto con un grupo de policías, se acercaron al lugar donde el cuerpo del asesino se había desplomado. No estaba. Ni se le veía en las cercanías. El grupo de policías escrutó todo el túnel y luego los alrededores. Sólo encontraron un charquito de sangre. Llamaron a uno de los agentes y éste se acercó, hincándose al lado de la muestra, examinándola con la mirada. Luego sintió la marca con sus dedos.
-Bastardo, debe habérselo llevado alguien…
-¿Y si sigue vivo?
-Entonces el hijo de puta no es humano.
-Tranquilo, sólo hay que reiniciar la búsqueda…
Reiniciar la búsqueda. Había reiniciado la búsqueda hace un mes, y no habían avanzado ni un paso para atraparlo. Por el contrario, las muertes causadas por él sólo eran peores. Atacaba con más vileza, a pesar de robar lo mismo de siempre. Su modus operandi era el mismo, sólo el número de víctimas aumentaba, y las maneras en que las asesinaba empeoraban.
-Deberíamos de darle un sobrenombre… -propuso su compañero.
-¿Para qué?
-Todos los monstruos tienen un nombre, eso los hace más vulnerables.
En ese momento uno de los policías les entregó un reporte: una mujer había sido brutalmente asesinada. Era joven, no había terminado su carrera, misma que había consumido todo su dinero. El asesino no le robó nada, simplemente la acuchilló, la desangró y la recostó sobre su cama como si durmiese. Para cuando los oficiales llegaron, ya tenía un día muerta.
-¿Cómo demonios se te ocurre algo tan irrelevante en una situación así?- le espetó el detective a su compañero tras leer la noticia.
-¿Y yo cómo iba a saber de esto? Me acabo de enterar, contigo.
-Maldita sea –aventó el reporte sobre el escritorio, - ése maldito ha superado sus propios límites…
-¿Seguro de que es él? No tenemos pruebas, actúa diferente…
-Algo me dice que es el mismo… aigo…-se frotó las sienes con los dedos.
Pasó un rato de silencio mientras el otro detective examinaba el reporte.
-Gato.
-¿Perdón?
-Llamémosle Gato. Los felinos siempre juegan con su presa antes de devorarlas. Por la descripción, el asesino jugó con ella antes de devorarla, en este caso matarla aunque no se la comiera. Y todavía se entretuvo moviendo el cuerpo hasta la cama.
-Si insistes…
-Además son escurridizos, como este hijo de puta.
Sirvió café en las dos tazas y le dio un trago. Todo se estaba complicando, se había complicado aún más...
-Es irónico, Changmin… - dijo Junsu, ausentemente paseando su mano por su sien, recorriéndole un mechón de cabello lejos de la cara, - dejarte coger por mí… es gracioso en muchos sentidos…
Changmin no encontraba la risa.
-Si lo hicieras con una mujer, el resultado sería una nueva vida. ¿Y yo quién soy? Además, literalmente estás siendo el amante de la Muerte.
-Me gusta la muerte…
-Yah… -le dio una palmada en el hombro, - te gusta matar, es tu fascinación, por eso me gusta colarme en tu lecho de vez en cuando. Después de un asesinato, tu sangre arde con tanta vitalidad… no puedo resistirlo…
Changmin se giró, recostándose boca arriba, mirándolo frente a frente.
-Ni tú puedes resistirte a mí… -sonrió, inclinándose hacia él. Su boca estaba por caer sobre la de él cuando Changmin recordó y se apartó por un lado.
-Aún hay tiempo…para ver el quiebre del mundo – propuso, dándole la espalda. Junsu le siguió con la mirada, agazapado en la misma posición en la que iba a besarle. Sonrió.
-Tú…¿me ayudarás a quebrarlo?
-¿Por qué no? –volteó hacia él mientras Junsu se enderezaba y se acercaba a él. Unos centímetros más y se estarían besando, pero eso no podía ser. No aún.
-Sabes cuánto me gusta asesinar y enriquecerme…
-Y a mí me gusta que mates en mi nombre…
-No es en tu nombre.
-Sí, es para mí.
-Para mí.
-Soy libre de matar cuanto yo quiera.
-Hazlo – Junsu le sujetó el rostro entre sus manos, como si fueran pinzas eléctricas, y con la misma firmeza las fue recorriendo hacia atrás, despeinándolo, - según nuestro trato.
Ahora fue Changmin quien atacó el cuello de la Muerte a besos. Junsu cerró los ojos, echando la cabeza atrás.
-Cuanto más mates, más te harás a desear por mí…y cuando lo que ven los ojos hoy se olvide mañana…
Se echó sobre él, separando sus piernas de nuevo.
-Te daré el beso de las buenas noches…en nuestro último rendez-vous…
-Aaahhhh…
-Resiste…así me gusta…
Un niño muerto mientras volvía a casa de la escuela. Su cabeza no ha podido ser hallada.
Una anciana fue atropellada y acuchillada, y su casa completamente saqueada.
En un burdel han muerto cinco prostitutas. Tienen sonrisas dibujadas con cuchillo.
Y de ese burdel diez clientes han muerto de lo que llaman “enfermedad francesa”. Están desfigurados y pálidos por dicha enfermedad.
-Esto es un caos. ¡Un caos! ¡Par de inútiles! ¿No pueden atrapar al Gato aún? Con tantas pistas y señas…
El jefe de policía estaba en histeria.
-Son muchas pistas. Pero la última noticia de la sífilis no puede relacionarse con el Gato…
-Más que por el hecho de las prostitutas asesinadas.
-¡Hagan magia de ser necesario! ¡Atrapen ya a ése hijo del demonio, antes de que a esta ciudad se la lleve la fregada! –azotó la puerta con tanta fuerza que quebró el cristal ligeramente.
-Esto es un manicomio… -resopló el detective, hundiéndose en su asiento.
-Habrá que interrogar a todos los familiares de los asesinados. Quizás en sus historias encontremos alguna conexión que nos guíe.
-Ojalá…
Y mientras, Changmin saboreaba la sangre que aún escurría de su cuchillo. Junsu recostó a la muchacha en el sillón, desnuda, su tórax abierto.
-Ahora cualquiera puede tomar su corazón si lo desea – bromeó el asesino. Junsu sonrió.
-Eres vil y despreciable, Changmin ah.
Min sonrió, siniestro, guardando el cuchillo. Junsu se acercó a él, sujetándolo de la cintura.
-Y eres sólo mío…
-No…
-Claro que sí.
-Me pertenezco a mí mismo, a mi libertad.
-No. Me perteneces…a mí. Sólo a mí. Eres libre sólo gracias a mí.
De nuevo intentó besarle, pero a sabiendas, Changmin esquivó sus labios y el beso le aterrizó junto al ojo.
-Cómo jodes con eso…
Junsu sonrió, riendo bajo.
-Tantos encuentros… tantos rendez-vous con amantes tan variados…todo gracias a ti, me has ayudado a acelerar el curso del todo.
Sí. Pero había un rendez-vous que Junsu anhelaba con más fuerza. El último baile con…Changmin.
Nota: Aigo, me descubrí actuando a Junsu para que saliera mejor XD…bueno no en todo.
xDDDDDDDDDDDDDDD
ResponderEliminaral principio pens que la muerte era Yoochun pero cuando dijo Junsu me mato!!!!!!!!!!!!!!!!!
conti xfa conti esta buenisima!!!
Me encanto desde el principio me imaginaba que era Junsu de muerte esta guapisimo lo que daria por poder ir a Corea a verlo en el musical.
ResponderEliminarQuiero conti pronto me encanta y sobre todo por que es Minsu lo odoro.
Waaaaaaa!!!!
ResponderEliminarFracamente tambien pene en un inicio que la muerte era Yoochu... pero nunca se me paso por la mente que pudiera ser Junsu...
Si la muerte es Junsu.... entonces el detectives es Yochun.. please ctualiza pronto... ^^
me gsuto aunque no entendi mucho del tema pero eso si me encanto sobre todo el echo que junsu sea el seme......ahora donde esta chunnie quiero verlo.....mi cruel y despiadado asecino me encanta que seas asi oppa love yaou min
ResponderEliminaractu rapido porfa
wow que puedo decire esta muy bueno
ResponderEliminarla vdd me quede de a seis cuando lei que la muerte era Junsu OwO como que ese papel si le queda *babas* me ha encantado espero con ansias la conti por fa
ay ya actualiza uOu que carajos esperas >.<?? quiero que salga yoochun ya!!! XD, no se pq... pero en parte me recuerda a la relacion de ryuuk y light XD
ResponderEliminargenial! dije q sonaba bueno.. y no suelo equivocarme ^^
ResponderEliminarPor favor continualo esta historia es genial!!! La temática es tan interesante!!!! Continualo continualo!! Soy tu gran fan no lo puedes dejar así!!!!!!!!!! Que gran fanfic!!!!!!!!! Genial genial!!! :D
ResponderEliminarVer a junsu como la muerte es tan interesante y mas aun verla enamorada de un asesino como changmin! Espero la actualización pronto sii?? Nonos defraudes y continualo :)) saludos!
Increible,me fascina tu manejo del tiempo, la descripción de las escenabs y amo en serio amor ese tono sensual en la voz de Junsu, te dejaste llevar por el pereonaje actuandolo, pues deja te digo que gracias a eso las imagenes que me genera tu historia son OMG geniales. Este Sumin me pone la piel de gallina¡¡
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