¿Por Qué te deje ir?. Cap 1

Mi nombre es Kim Jaejoong, tengo 21 años de edad, acabo de terminar mi carrera en gastronomía, no ganó mucho, pero eso no importaba, me gustaba mi trabajo, sonreí para mis adentros, no era la gran cosa, pero para las personas que alguna vez me conocieron tiempo atrás se sorprenderían de este hecho, ya que mi vida dio un giro en 360º y si veo mi vida en retrospectiva, me doy cuenta que solo la he desperdiciado, he cometido demasiados errores.

Mi peor error fue haberlo lastimado, haber traicionado su confianza. ¿De quién hablo? De la persona que me enamore: Shim Changmin, aquel niño que se metió en mi corazón como un tatuaje en la piel, pero lo deje ir ¿Por qué? Porque soy un imbécil, en ese tiempo yo no pensaba en nadie más que en mí mismo, era un egoísta, no lo negare, al principio me detestaba su presencia, me fastidiaba cada día desde que lo conocí, la razón era ilógica, con solo verle feliz, y sonreír era suficiente razón para mí, me sacaba de mis casillas ese positivismo suyo, “tan perfecta era su vida que jamás sentía tristeza o enojo”, eso era lo que pensaba, pero la realidad era muy diferente, ese niño con el tiempo me fue cambiando, y metiéndose en mi corazón.

Y ahora estoy aquí en este departamento, que está lleno de recuerdos, tanto buenos como malos, tanto maravillosos como desagradables, este lugar fue testigo de nuestra historia, aquí fue donde comenzó todo, aquí te conocí, aquí vivimos juntos, aquí fue donde nos dimos nuestro primer beso, aquí fue donde hicimos el amor, aquí fue donde te traicione, dónde vi tus lágrimas y tristeza por primera vez, y al final vio como te fuiste de este lugar y de mi vida, marcando el final, ahora solo me ve metido en mi sufrimiento añorando tu regreso, viendo como me ahogo en esta soledad que dejaste cuando decidiste irte, es tanta mi desesperación la que siento, que he llegado a preguntarme si vale la pena seguir esperando, no me mal entienda, ahora se valorar la vida, jamás he pensado en el suicidio, pero quiero seguir creyendo que volverás y me perdonaras, porque para mí esto no es vida, “regresa” eso es lo que grita mi alma con la esperanza que la escuches y entres por esa puerta. Porque este lugar siempre ha sido y siempre será nuestro.

Me levanto de aquella silla para dirigirme a mi recamara, aunque estoy de vacaciones prefería estar en el trabajo, es con eso con lo que me distraigo para que tus recuerdos no se cuelen en mi mente, me dejo caer en aquella cama que alguna vez compartimos y cierro los ojos ante las escenas que mi mente repite una y otra vez, recordándome lo estúpido que fui, y las lagrimas corren libremente por mi rostro. ¿Qué fue lo que hiciste en mí Shim Changmin? ¿Qué le hiciste al chico orgulloso y prepotente que antes era? De nuevo cierro mis ojos para buscar en mi memoria alguna respuesta, pero solo hace repetirme una vez más que te perdí.

Al pasar las horas siento mis ojos cansados, y mis parpados demasiado pesados para mantenerlos abiertos, y antes de caer en los brazos de Morfeo susurro aquel nombre de la persona que siempre está en mis pensamientos y en mi corazón.

-Changmin-

------------------------------6 años antes-----------------------------------

Estaba molesto, y eso era quedarse corto, no me lo podía creer, mis padres me lo habían advertido hace algunos años, pero jamás les hice caso, ya que nunca lo cumplían, y al parecer ya se habían hartado.

Mi nombre es Kim Jaejoong y tengo 18 años, mi vida siempre ha sido perfecta, ya que provengo de las mejores familias de Corea, siempre he vivido entre lujos, de los cuales la mayoría de la gente no vería ni la mitad en toda su patética vida, a si era yo, arrogante prepotente, siempre he vivido mi vida como he querido, sin obligaciones ni responsabilidades, ¿Para qué estudiar? Si yo ya tenía mi vida hecha, solo tenía que esperar unos cuantos años y heredaría todo, así que solo iba a la escuela porque era una condición por parte de mis padres, y no hay que ser un genio para saber que mis calificaciones no eran buenas, si no lamentables, eso si no hasta patéticas, con eso mis padres me han estado advirtiendo que si no subo mis notas me desheredarían al fin y al cabo no era su único hijo, y mi hermana podría heredar todo, ya que aunque no era el más grande era hombre y eso me daba prioridad, esa era la tradición, pero jamás le puse atención a sus amenazas, ya que nunca las cumplían, pero véanme aquí viendo como quitan todos los muebles de lo que “es” mi departamento de lujo, me dieron otra oportunidad una última para subir mis notas, pero aun así con consecuencias, me mandaron a otro departamento que tenía que compartir con otra persona, y como si con eso no fuera suficiente me quitaron mi coche y cancelaron todas mis tarjetas, estaba atrapado, y o subía mis calificaciones o me quedaba sin nada, y no iba a permitir eso.

Iba en aquella limosina con mi vista desviada a la ventanilla, viendo a la nada, el pensar que aquel auto me dejaría en mi “nuevo” departamento era torturante, cuando la limosina me dejo enfrente me quede boquiabierto, ¿Cómo es que había terminado ahí?, Mi apartamento se encontraba en el tercer piso y no había ascensor ¿Cómo era posible eso? Así que subí aquellas escaleras con fastidio, ahí estaba frente aquella puerta, saque un complejo de llaves, si llaves era la primera vez en mi vida que usaba llaves, mi anterior apartamento usaba una tarjeta para deslizarla y así de fácil se abría la puerta, tome una y la metí en aquel cerrojo, giraba lentamente la llave, la verdad es que no quería saber que me esperaba dentro.

Cuando abrí la puerta me sorprendí mas, aquel lugar era más chico de lo que esperaba, no era ni la mitad de lo que era mi antiguo departamento, en el fondo había un ventanal con una mesa en medio y 2 sillas a los costados, un poco mas hacía donde estaba yo estaba lo que era la cocina y una puerta que al parecer era el baño, avance un poco hacía aquella mesa y observe 2 pasillos que se abrían a mis lados claro no eran muy extensos y había una puerta en cada lado, al parecer lo que eran las habitaciones, entre en una de ellas, solo había un pequeño escritorio, una cama en medio y aun lado una ventana y un pequeño buro, eso era todo, ni más ni menos, de mis maletas saque una cajetilla de cigarrillos y un encendedor, deje las maletas a un lado de la cama y recosté sobre ella, encendí un cigarrillo y comencé a perderme en el humo de aquel cigarrillo pensando en cómo salir de aquel lugar, quería tener de vuelta mi vida, fue cuando mis pensamiento fueron interrumpidos cuando el silencio en aquel lugar desapareció, la puerta principal acaba de abrirse y cerrarse, era la persona con la cual compartiría este lugar, no le di importancia, seguí con aquel cigarrillo, con aquella tranquilidad que aparentaba tener, cuando por dentro estaba desesperado, y de repente se abrió la puerta donde yo estaba, por segunda vez me había interrumpido y ya me había irritado.

-¿Qué acaso no sabes tocar?-

Le dije de una forma cortante, y cuando alcé la mirada vi a un ¿niño?, bueno no era un niño pero era menor que yo, lo vi detenidamente, su piel era morena, su cabello era de un castaño claro, que contrastaban con sus ojos obscuros, no era muy alto, ya que era más bajo que yo, aquel niño hizo una pequeña reverencia.

-Lo lamento Hyung, creí que estaba vacía la habitación-

No me importaban sus disculpas, ya me había molestado 2 veces seguidas, y como dije antes ya estaba irritado, observe como ya no quedaba nada de aquel cigarro, me levante de aquella cama, abrí aquella ventana y tire la colilla de este, volví a mi antigua posición mientras otro cigarrillo termino en mi boca, poco a poco ese niño me empezaba a sacar de mis casillas, estaba ahí parado observándome, fue cuando lo escuche suspirar y acercarse hacía mi, de nuevo alce la mirada y me encontré con su rostro con una alegre sonrisa mientras levantaba su mano hacía mi.

-Soy Shim Changmin y desde hoy seremos compañeros-

Observe su mano, y solo gire mi vista hacia aquella ventana.

-Kim Jaejoong-

Aun no entiendo cómo es que le dirigí la palabra, no me interesaba ser su compañero, no estaría ahí por mucho tiempo, pero tal vez, solo tal vez aquellas pequeñas palabras que le dirigí fueron el comienzo de todo…

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