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Arualthings

Odio - Cap. 17

No la conozco demasiado, pero en verdad no me agrada
Namin lo supo desde que Junsu atravesó aquella puerta.

El cuerpo de Yoona se tensó y por la mirada que Yunho le envío a la mujer se percató que no había sido la única en notarlo, Junsu llegó atareado en papeles y no es como si la mujer se encontrara en mejor estado que cuando aquel hombre llegó por ella y Yoona se sacudió en un llanto amargo y lleno de temores.

—Tienes que denunciarlo —había sentenciado Junsu, masajeando su sien y procurando que sus ojos no estuvieran tan lejanos todavía de la negación absoluta que Yoona hizo en cuanto escuchó sus palabras—. No puedes permitirle que te siga haciendo esto.

—Ustedes no entienden, él es peligroso, puede hacerle daño incluso a ustedes.

Yoona se encogía todavía, sus manos pequeñas y frías arrugaban la parte inferior de su camisa, suelta y mucho más grande de lo que usualmente usara, pero estaba bajo la mirada de los tres y sus ojos recordaban esa mirada. Perpetua y molesta que la hacía encogerse todavía más si le era posible.

—Yoona, nosotros entendemos que…

—¡Ustedes no entienden nada! —Finalmente se levantó con sus ojos rojos por el llanto de más minutos que lo esperado, con su cabello a medio recoger y su respiración agitada— Mi peor error fue haberme metido en su vida, y no voy a dejar que les haga lo mismo que a mi… Vivir así, con temor todo el tiempo, es lo peor que pueden sentir.

De repente Namin sintió esos ojos sobre si, tan breve antes de que pudiera decir algo, viéndola correr hacia la habitación y encerrarse en ella como si también a ellos les temiera. Yoona estaba tan rota por dentro, que era casi imposible ayudarla a armarse de nuevo.




Fue hasta las seis de la tarde que Namin la vio vestida de nuevo con esas ropas poco holgadas y su maquillaje suave, maquillaje que a ella le pertenecía pero que Yoona había tomado sin permiso como cada cosa en su vida, apenas llevaba una expresión resignada, Yunho intentó detenerla, habló con ella por más de media hora pero el único resultado había sido una negación absoluta. Negación que cuando fue expuesta hizo a Junsu recoger sus cosas y marcharse de ahí. No había nada más que él pudiera hacer.

Namin ya no podía siquiera hablar con ella, no quería siquiera escucharla y así se lo había expresado Yunho luego de hablar con la mujer que difícilmente había logrado ocultar las pocas manchas, muestras de su continuo infierno. Así que Namin pertenecía abrazada a su piernas, sentada sobre ese sillón con el té en la mesita frente a ella mientras los pasos de Yoona se escuchaban livianos y rápidos. Namin prefirió mirar el humo en la taza.

—…Ya me voy —Habló ella y Namin se encogió solo un poco más.
—Yoona por favor, solo danos unos días, te prometo que…

—Ya no insistas más Yunho. Creo haberte dicho todo lo necesario. —Esa voz fue extremadamente cortante y Namin solo apoyo la quijada sobre sus rodillas, sobrecogida y angustiada por igual—. Gracias por todo Namin.

Yoona pareció esperar por una mirada suya que nunca llegó. Y la puerta finalmente fue abierta y cerrada a los pocos segundos. Yoona volvía con él. No importaba el nulo esfuerzo que habían empezado a marcar, ella regresaba con él y en el fondo Namin temía que la próxima vez que la pudiera ver, esos ojos no la miraran de verdad, y su alma se encontrara vacía en verdad.

—Se ha ido.

El mayor lo anunció de repente y fue como si la tensión se marchara de sus hombros, ignorarla le resultaba terriblemente doloroso y devastador, pero el brazo de él sobre sus hombros fue reconfortante, como en los viejos tiempos.

—Va a herirla de nuevo.
—Lo sé… —Musitó Yunho despacio— Y ella lo sabe también, pero aun así se ha marchado.

Yunho peinó sus cabellos, recogió los pocos despeinados y los colocó tras su oreja. Namin no podía comprender que tan afectada se podía encontrar para que él realizara esos gestos de cariño, que hace mucho no compartían.

—No puedo comprenderlo ¿por qué vuelve con él? —De repente atravesó los ojos de Yunho, con su profunda mirada mientras susurraba bajito y sus rostros apenas se chocaban —¿Acaso estoy viviendo contigo la misma situación?

—Yo jamás podría hacerte daño.
—Lo sé, pero la diferencia es que él la lastima físicamente, tú me estás destruyendo por dentro. Nunca vas a quererme.

Yunho volvió a acariciar su rostro como antaño, despacio y cómo si la contemplara por vez primera.

—Ella vuelve con él porque se siente amenazada.
—Yo no sé nada fuera de ti, fuiste mi primer novio, mi primera pareja de verdad. El primero en mi mundo. Ese mundo de allá afuera me hace sentir amenazada, débil y asustada.

Namin besó los labios del otro con cuidado, con caricias sutiles de su mano mientras delineaba la barbilla masculina del mayor que solo se dejó hacer, mientras ella se sentía pequeña y desvalorada, mientras su cabeza confundida no entendía de emociones y de cariño, porque era mejor querer a Yunho que enfrentar lo que pasaba por su cabeza ahora.

—Si vas a marcharte… Déjame sin que pueda ver que te vayas y no vuelvas a aparecer frente a mí. —Namin besó de nuevo su boca, y esta vez las manos de Yunho se aferraron levemente a su espalda—. Pero antes de irte hazme creer que todo está bien. Si estoy contigo me olvidó del resto del mundo, regálame eso una última vez.

Su suplica pareció ser aceptada sin más palabras, los labios de Yunho se deslizaron solos por su cuello y el afecto despertó el resto de su cuerpo que lentamente viajó hasta quedar sobre las piernas del mayor que la besó, la acarició y se apoderó de su alma una vez más, aunque la neblina de Yoona no abandonara su cabeza todavía.




—Entonces… ¿por qué la sonrisa de idiota?

Jaejoong frunció el ceño, fingiendo estar molesto mientras hacía puchero con su boca y lograba al menos sacar una sonrisa en Park que luego de aquello volvió a comer de su ensalada de frutas tan bien adornado sobre su plato.

—¿Arreglaste las cosas con ese sujeto?
—Si —sonrió— Y además dijo que se iría conmigo.

—¿Irse? —Yoochun momentáneamente abrió mucho sus ojos— ¿A dónde? Porque te recuerdo que ya nos enlistamos.
—Al servicio militar, Yoochun. Él prometió venir conmigo a la militarizada.

Yoochun aún tenía muchas dudas rondando por su cabeza, muchas piezas faltantes en ese rompecabezas que a Jaejoong parecía no importarle y que lo volvía vulnerable ante el sujeto ese que seguramente no andaba caminando por el lugar adecuado.

—¿Entonces esta vez va en serio?
—Sí.
—¿Estás seguro?

Jaejoong dejó un momento los cubiertos, el lugar un poco lleno debido a la conferencia de prensa que estaban a punto de dar para anunciar su fecha próxima al ingreso de la militarizada, el ambiente no era el propio, al menos no para hablar de aquello, pero Jaejoong sonrió, por primera vez con una gran confianza y entusiasmo, haciéndolo brillar más allá de lo normal.

—Confía en mi Yoochun, esta vez es diferente. Lo sé.




Yunho lamentó demasiado no haberse despertado antes, pero cuando pudo abrir los ojos Namin dormía todavía, con su brazos ligeramente sobre el estómago de él y su rostro limpio de maquillaje parecía completamente relajado, apenas se movió para no despertarla y procuró dejarla correctamente abrigada por el edredón antes de mirarla una última vez y recoger cualquier cosa suya que en algún momento hubiera decidido dejar en el departamento de la mujer.

Recogía su vida en minutos, una vida de años que parecían más largos de lo habitual porque pasó junto a ella su etapa de adolescente a hombre y porque ahora las cosas eran distintas aunque al salir del lugar no lo sintiera así. Namin prefirió no escuchar palabras de su boca y a cambio le pidió que se marchara como si de un sueño se tratara.

No encontraba honorable irse así, sin una última palabra, sin un recuerdo, sin poder ver una última vez sus ojos, luchaba contra el miedo de enfrentar a Jaejoong y al mundo entero, de abandonar su lugar seguro y dejar lo único que había conocido por tanto tiempo a cambio de algo desconocido e inestable.

Quizá él tenía el mismo miedo de Namin para enfrentar a un mundo diferente al que habían construido juntos. Sin embargo ya era muy tarde para lamentar pérdidas o tener arrepentimientos, la puerta se cerró a su espalda y lo último que lanzó Yunho en aquel espacio fue un suspiro leve y cansado.

El mundo se derrumbaría antes de que pudiera hacerle más daño a ella.
Por eso se iba, principalmente para no seguir siendo comparado con el esposo de Yoona.

Y para intentar formar un futuro, que a lo mejor no merecía, pero que le era entregado.


¿Qué es lo que te gusta tanto de ella? ¿Por qué no la puedes dejar ir?
¿Cómo puedes lastimarme tanto por culpa de ella?


N/A: La canción pertenece a IU “I really don’t like her”.

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