- Le dije que las cosas podrían ponerse feas ¿no, Oficial?
Jaejoong giró un poco la cabeza. Necesitaba mirar al Comandante a los ojos.
Torpemente, esbozó una sonrisa. – Sus golpes son débiles, Comandante. – Dijo con dificultad.
- ¿Débiles? - Rio - Pues no sé si sean débiles, Oficial. Solo sé que el más fuerte de esta sala soy yo.
Jaejoong trató de ponerse de pie. Empujó su cuerpo hacia arriba con los brazos, pero sentía que sus hombros pesaban una tonelada. Logró doblar las piernas y ponerse sobre las rodillas.
- Por favor, Oficial. No me diga que seguirá intentando luchar.
- Usted...
- Ni siquiera puede modular bien, Oficial. ¿Podría usted hablar más fuerte? - El Comandante se puso el palo de golf en el hombro y se agachó un poco para escuchar mejor a Jaejoong. Por supuesto, que todo lo hacía sin borrar la sonrisa de su rostro.
- Usted… golpea como niñita.
Todo rastro de felicidad se borró de la cara del Comandante. Tomó el palo con ambas manos y sin pensarlo dos veces golpeó a Jaejoong en la espalda.
Jaejoong cayó al piso nuevamente. Un grito de dolor, fue todo lo que se escuchó en la sala. Ni siquiera pudo impedir que unas lágrimas se le escaparan.
- No debiste haber empezado a jugar un juego que no sabías jugar - Dijo el Comandante.
De pronto se escucharon pasos afuera y luego el sonido seco de unos golpes en la puerta. - Comandante, soy yo.
El hombre se acercó a la puerta y le sacó el seguro. – Ya puedes entrar. – Dijo y uno de los hermanos apareció.
Jaejoong ya no quería seguir luchando. Solo estaba acostado en el suelo, respirando con dificultad y tratando de entender algo de lo que le estaba pasando.
El hermano en cuanto vio a Jaejoong tirado en el suelo, sangrando y completamente destruido, miró al Comandante como para pedirle una explicación.
- Se niega a hablar. Traté de ser amable con él, pero me sacó de quicios demasiado rápido. - Dijo e inmediatamente tiró el palo de golf a un rincón. - Y dime, ¿cómo te fue?
- Señor, perdí a Changmin de vista en el museo.
- ¡¿Que lo perdiste de vista?!
- Todo estaba saliendo a la perfección, señor. - Dijo el hermano alejándose cada vez más del Comandante. - Pero de repente, de la nada Changmin se me pierde de vista, sin ningún motivo.
- ¡Nadie desaparece de la nada sin ningún motivo, idiota! ¡Te di órdenes sencillas y ni siquiera puedes cumplirlas!
El hermano agachó la cabeza. Tenía miedo, no quería terminar igual que el Oficial Jaejoong.
- Por lo menos averiguaste algo de tu hermano ¿no? - Dijo el Comandante un poco más calmado.
- Pues... Pensé que me lo encontraría en el museo, pero eso no sucedió, Señor.
- Espera... - Dijo el Comandante como pidiendo un minuto de descanso. - Se me acaba de ocurrir algo. Dices que el Detective Changmin desapareció de repente ¿no?
- Así es.
- Y que tu hermano aún no aparece...
- Aún no, mi Señor.
- ¿Estás seguro de que el Detective no se dio cuenta de que lo seguías?
- Seguro. Lo observé en todo momento y jamás sospechó nada.
- ¿Y estas seguro de que nadie te seguía?
- Pues, me encargué de ser lo más precavido que pude, Señor. Lo que sí...
- Dime.
- Como hubo un momento en el que no encontraba al Detective Changmin, decidí entrar al museo. Lo busqué por todas partes y no lo encontré. Pero dentro del museo, pude ver que la Rosa de los Vientos estaba en su lugar y junto a ella había un papelito que decía "Cortesía de su querido ladrón, Kuguar"
El Comandante sonrió. - Ay mi pequeño ayudante. Porqué no empezaste por ahí a contar la historia ¿eh?
- Creo que con eso podemos estar seguros de que mi hermano estaba allí anoche, lo que no entiendo es de dónde salió ese papel.
- Si serás idiota, ¡es obvio! Kuguar está detrás de todo esto. Escucha, necesito que me sigas a mi oficina, necesito contarte el plan final para matar a Kuguar.
- Sí, señor.
Ambos hombres salieron de la sala. Por supuesto que antes de cerrar la puerta, el Comandante le lanzó una última mirada al Oficial. No era necesario volver a amarrarlo, sabía que el Oficial no iría a ningún lado aunque pudiera moverse libremente.
Jaejoong quedó completamente solo en la sala. "¿Qué es todo esto?" Jaejoong no podía entender del todo lo que sucedía. "¿Changmin en el museo? ¿Habrá ido para asegurarse de que todo esté en orden?" Fuese lo que fuese, Jaejoong estaba seguro de que tanto Changmin como Yoochun corrían peligro. El gran problema es que no podía ni siquiera ponerse de pie, aunque no le molestaba estar ahí acostado. El suelo estaba frío y se sentía refrescante bajo su cuerpo caliente por los golpes y moretones. Ya no tenía ni fuerzas para hablar.
"¿Acaso es el fin?"
"¿Acaso es mi fin?"
Una lágrima cayó de sus ojos. No quería que nada la pasara a Yoochun. No quería que le hicieran daño. Estaba claro que el Comandante tenía ventaja por sobre ellos. Estaba más informado y al parecer su plan seguía el rumbo que quería. Pero Jaejoong ya tenía una idea de lo que podía ocurrir. Estaba completamente claro que el Comandante quería matar a Yoochun. Y al parecer para poder llegar a él ocuparía todos los recursos que tuviera a mano.
Pero Jaejoong sabía que ellos tenían una ventaja. Habían secuestrado a uno de los hermanos, el Comandante tenía un subordinado menos para su plan, y apuesto a que eso no estaba dentro de sus planes. Además, Changmin y Yoochun aún estaban a salvo. Solo no debían acercarse a la Comisaría y todo estaría bien. Pero llegaría el momento en que Yoochun se daría cuenta de que Jaejoong no aparecía y saldría a buscarlo. Yoochun iría primero a la Comisaría y conociendo lo imprudente que era, entraría disfrazado y ese sería su fin.
- Mierda... Yoochun.
Jaejoong tenía que salir de ahí y advertirle a alguien de alguna forma. Aunque la vida se le fuese en ello. Tenía que hacer su último esfuerzo de escapar.
Comenzó a arrastrarse por el suelo para poder llegar a la puerta. No había avanzado ni siquiera un metro cuando se dio cuenta de que no podía seguir moviéndose, sus piernas no le respondían, su cuerpo le pesaba y sus brazos ya no tenían fuerzas. Era como si su cuerpo se estuviese preparando para proteger al cerebro del sufrimiento de la muerte. Jaejoong tenía que darse por vencido. ¿Qué más podía hacer en ese estado?
Volvió a poner su cara en el suelo frío. ¿Y si solo descansaba unos minutos y luego seguía? Imposible. Sabía que eso era inútil.
No podía dejar de pensar en su situación, en rendirse y quedarse ahí. Pero sabía que tenía que salvar a Yoochun. Sus pensamientos lo estaban consumiendo poco a poco. Fue entonces cuando vio en un rincón de la sala que una de las cajas tenía unas palabras escritas en ella. Podría ser ficción, pero ese pequeño detalle llamó toda su atención y de alguna forma le dio fuerzas para moverse. Por supuesto que su cuerpo aún le pesaba y tardó bastante tiempo en llegar hasta esa pequeña inscripción.
Cuando estuvo a una distancia a la cual le era posible leer lo que aquella caja tenía escrito, se detuvo. No podía creer lo que leía. Sentía como si una gran cantidad de información le hubiera sido entregada.
Salvar a Kuguar. Matar a Changmin"
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Yoochun y Changmin estaban sentados uno al lado del otro en la barra mientras Junsu estaba atendiendo a unos clientes.
- ¿Qué haremos ahora? - Preguntó Changmin rompiendo el silencio.
- Eso es lo que estoy pensando. Debe haber alguna forma de atrapar al Comandante sin que nadie salga herido.
Junsu se acercó y se puso al otro lado de la barra. - ¿Han pensado en algo?
- No todavía, Junsu.
Junsu suspiró. - Yo creo que primero deberían ver sus opciones. Ambos tienen las ideas claras ¿no?
- Es verdad - Dijo Changmin - Yoochun, necesito que me digas todas tus ideas con respecto al tema. Si no tenemos las ideas claras no creo que podamos hacer mucho. Por el momento solo tenemos pequeñas pistas e hipótesis de lo que planea el Comandante.
- El punto central aquí, es que el Comandante quiere atraparme. Y ese no es el problema, el verdadero problema y lo que me preocupa, es que esta vez está llegando demasiado lejos con sus métodos.
- No te preocupes por eso, Yoochun. Hasta el momento el único afectado ha sido mi tío, y tampoco es que haya resultado tan mal, después de todo. Digo, por lo menos volvió a casa sano y salvo.
- Eso es lo que no entiendo. ¿Cuál es el objetivo de secuestrar a alguien y luego soltarlo sin hacerle absolutamente nada? Algo debió haber obtenido el Comandante del Inspector, estoy seguro.
Yoochun tomó un sorbo de cerveza.
- Tú habías dicho algo de que lo tenían amenazado ¿no?
- Es lo que creo, pero no estoy del todo seguro. Aunque si fuera el caso, lo más obvio es que el Comandante lo haya amenazado diciéndole que te haría daño si no cumplía sus órdenes.
- Aun así, ¿cómo pretende atraparte el Comandante si él no ha mostrado la cara para nada?
- Eso es lo que pretendo averiguar también.
Yoochun volvió a tomar un sorbo de cerveza y miró el reloj de la pared. Eran las 5:45 de la tarde. Y aún no había señales de Jaejoong.
- Es extraño - Dijo sin despegar la vista del reloj - Jaejoong aún no vuelve.
Changmin miró a Yoochun y luego el reloj. - Yo también estoy preocupado, no crees que el Comandante haya hecho algo ¿verdad?
- Es lo que me preocupa. Escucha, creo que iré a la Comisaría, no sacamos nada con quedarnos aquí sentados suponiendo ideas y sacando conclusiones en base a hipótesis.
- ¿Cómo pretendes entrar?
- Disfrazado, por supuesto.
- Temía que dijeras eso, ¿y si mejor voy yo y...
- Ya te lo dije, no dejaré que vuelvas allá, Changmin.
- Pero...
- Iré solo, cualquier cosa, volveré. Lo prometo.
- ¿Y de quién te disfrazarás?
- Había pensado de Jaejoong, pero no sé en dónde está o qué está haciendo. Y no sería nada favorable si me lo encontrara por ahí de repente. Pasa lo mismo con el Inspector Yunho.
- Supongo que no irás disfrazado de mí ¿cierto?
- No puedo. Si el Comandante supiera que volviste a la Comisaría, lo más probable es que empiece a poner en marcha su plan. Estaremos todos bien mientras no atrape a ninguno.
- ¿Entonces?
- Tengo una idea. Iré arriba a prepararme. Por mientras espera acá, te llamaré cuando esté listo.
- Está bien.
Yoochun se levantó de su asiento y se dirigió hacia las escaleras. Changmin quedó preocupado.
Sentía que sentado ahí no podía hacer mucho. Ni siquiera podía acompañar a Yoochun a averiguar algo. Ahora solo le quedaba esperar hasta la noche, volver a casa y tratar de convencer a su tío de que lo acompañara a hacer cualquier cosa. Todo para mantenerlo lejos del peligro.
- Estás preocupado ¿no, Detective?
- Todo es tan complicado, Junsu.
- Pues, mi consejo es que siempre sigas las cosas que Yoochun diga. Todo le sale bien, así que no te preocupes.
- Lo sé - Sonrió Changmin - Pero aun así, todo sigue siendo complicado.
- Yo creo que deberías relajarte un poco tomando un poco de cerveza. - Dijo Junsu poniendo un vaso sobre la barra. - Puede que pienses que lo hago porque es mi trabajo, pero en verdad a veces el trago es nuestro mejor amigo. Aunque yo no tome, eso es lo que todos dicen.
- No, gracias - Rio Changmin. - Tampoco tomo.
- ¿En serio? - Rio Junsu también - Deberías probar uno de los vinos que tengo guardados en mi bodega, todos dicen que son de los mejores. Yo los he probado y debo decir que son muy buenos. Iría a buscarte uno, pero hace dos días que la ampolleta de la bodega se echó a perder y no he podido cambiarla. Está todo tan oscuro que no se puede ver nada.
- No te preocupes, creo que puedo pasar esto sin necesidad de...
De pronto Changmin dejó de hablar. - Junsu, ¿qué fue lo que dijiste?
- Pues, que la ampolleta de la bodega está mala.
- ¡Eso es!
- ¿Q-qué sucede?
- Debo ir arriba con Yoochun - Dijo Changmin levantándose rápidamente de la silla - He resuelto el último acertijo.
Junsu alcanzó a escuchar lo último antes de que Changmin desapareciera por las escaleras.
"¿Ha resuelto el acertijo? ¿Cómo es posible eso, si ni siquiera he dicho algo importante?"
- Bueno, solo espero, que esté en lo cierto.
Changmin llegó arriba y abrió la puerta de golpe. Al entrar vio al hermano en un rincón sentado en la silla, mientras que, el mismo hermano, estaba parado al lado del cajón guardando un arma en su bolsillo.
- ¿Qué es esto? - Preguntó Changmin cerrando la puerta tras suyo. - ¿Te disfrazaste de él, Yoochun?
- Hey, te dije que te llamaría cuando todo estuviera listo.
- ¿Pretendes entrar a la Comisaría disfrazado como el hermano secuestrado?
- Tengo un plan, créeme.
- Ese no es el punto. Acaso pretendes entrar y decir "Hola Comandante, he vuelto ¿me extrañó?" ¿Ah?
- No. Oye, te dije que tenía un plan, solo confía en mí ¿sí?
- Como sea, tengo buenas noticias.
- ¿Jaejoong volvió? - Preguntó Yoochun emocionado.
- Pues... no.
- Oh, ya veo.
- Pero descifré el acertijo.
Yoochun lo miró serio y entusiasmado a la vez. - ¿Estás seguro?
- Por supuesto.
Changmin sacó un papel de su bolsillo y lo leyó en voz alta.
ES UN LUGAR EN DONDE LA MENTE DEL EXPERTO NO DEJA DE TRABAJAR
SI A GENTE QUE AMAS QUIERES SALVAR A ESTE LUGAR DEBES LLEGAR.
- Al principio pensé en varios lugares, una biblioteca, un colegio e incluso un hospital. Pero en ninguno de ellos calzaba la primera línea. Hasta que Junsu dijo algo que me hizo darme cuenta del verdadero lugar.
- ¿Junsu? - Preguntó Yoochun - ¿Dónde está ese lugar, Changmin?
- El subterráneo de la Comisaría. - Dijo Changmin.
El hermano en cuanto lo escuchó supo que las cosas habían dado un giro inesperado. Ahora ellos estaban en desventaja. Changmin ya sabía el lugar donde habían encerrado al Inspector Yunho.
- ¿El subterráneo de la Comisaría? - Repitió Yoochun.
- Sí. "Un lugar en donde la luz y los rayos del sol no merecen entrar” En los subterráneos los rayos del sol no entran.
- Es un lugar en donde la mente del experto no deja de trabajar, ¿qué me dices de eso?
- Es la Comisaría Central, Yoochun. ¿De dónde crees que atrapan a todos lo criminales?
- Tiene sentido Changmin. Pero, ¿crees que saquemos algo al saber lo del lugar en este momento?
- Pues si es donde el Comandante tuvo encerrado a mi tío, debe haber una pista ahí, algo. O quizá, ahí no solo mantenían a mi tío, quizá el escondite secreto del Comandante esté en el subterráneo también.
- Puede que tengas razón. Entonces tendría que modificar el plan para entrar a la Comisaría.
- Yo tengo una idea. - Dijo Changmin poniéndose frente a Yoochun y mirándolo seriamente. - Iremos los dos a la Comisaría, tú estarás con el Comandante mientras yo voy a revisar el subterráneo.
- El Comandante se dará cuenta de que no soy yo, los atrapará y no podrán hacer nada de lo que tienen planeado. - Dijo el hermano que hasta el momento había estado callado en el rincón.
- Tú sabes dónde encerraron al Inspector ¿no? - Yoochun se acercó al hermano.
- El Detective Changmin ya resolvió el acertijo. Deberían confiar en sus capacidades ¿no?
- Yoochun, estoy seguro que es ahí. Déjame ir contigo, no puedes negarte. Sabes que no hay otra forma de hacer las cosas.
Yoochun se mordió el labio. Llevar a Changmin a la Comisaría, era como entregárselo en bandeja al Comandante. Pero sabía que no podía hacer esto solo, si algo llegaba a salir mal, no tenía nadie quien lo respaldara.
"Mierda, Jaejoong, se te ocurre desaparecer en el momento en que más te necesito"
- Está bien. Irás conmigo a la Comisaría, pero tendrás que hacer lo que te diga ¿sí?
- Sabes que lo haré - Sonrió Changmin.
- Escucha con atención, entraremos los dos a la Comisaría y a la oficina del Comandante.
- ¿Los dos a la oficina del Comandante?
- Sí. Sea lo que sea que esté planeando el Comandante, vamos a arruinarlo. Y cuando el Comandante se vea en apuros, entraremos en acción nosotros, así que ahora escúchame, Changmin. Esto es lo que haremos.
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- Entonces, ¿qué es lo que haremos, Comandante?
El Comandante cerró la puerta y se sentó en la silla detrás de su escritorio.
- Pues, no tengo duda de que Kuguar tiene algo que ver con la desaparición de tu hermano. Y creo que también con lo de Changmin
- ¿Usted cree, mi Comandante?
- ¡Pues te dije que no tengo duda ¿no?!
El hermano por un momento lo había olvidado, una de las cosas que más odiaba el Comandante era tener que repetir lo que decía.
- Entonces, tenemos que atrapar a Kuguar ¿no?
- Esa maldita rata está metido en todo. - El Comandante no despegaba los ojos del suelo. Estaba apoyado en el respaldo de la silla y tenía apoyada la cabeza en su mano que acariciaba su barbilla. - Siempre encuentra la forma de arruinar nuestros planes.
- Pero, usted ya mandó al Inspector Yunho a buscarlo, ¿no cree que él lo traerá?
- Se supone que el Inspector sería más eficiente, pero ya son más de las seis de la tarde y aún ni siquiera llama diciendo que tiene una pista o algo.
- ¿Dónde cree que esté?
- No lo sé, pero si seguimos así, tendremos que actuar nosotros.
- Pero, Comandante, solo estamos usted y yo... A menos que ocupemos al Oficial Jaejoong. - Dijo el hermano como si fuera la mejor idea de toda la vida.
- No podemos, en el estado que está el Oficial, ni siquiera puede salir de la bodega. Además, ya no tengo más ideas para amenazarlo.
- ¿Y qué pasará con él entonces?
- Pues que se pudra en el subterráneo. Hasta que no tengamos a Kuguar con nosotros, ni siquiera bajaremos a dejarle agua o comida. Ahora escúchame, tengo una idea, aprovechando que el Detective Changmin, el Oficial y el Inspector no se encuentran disponibles en este momento para arruinar nuestros planes, iré al museo y trataré de averiguar cómo fue que Kuguar llegó ahí.
- ¿Y qué haré yo, señor?
- ¿Tú? Tengo algo importante para ti. - El Comandante se levantó de la silla y se apoyó en su escritorio con ambas manos. - Tú irás a la taberna que está cerca de aquí, llevarás tu placa y mi permiso para revisar el lugar.
- ¿Quiere que entre y desaloje el lugar?
- Exacto, revisa cada rincón de esa taberna. Ya he tenido suficiente con mandar al Inspector del Departamento de Haciendas de Locales Públicos y que vuelva siempre con la misma respuesta de que no hay nadie ahí. Esta vez no le des oportunidades de escapar a Kuguar. - El Comandante sonrió con solo pensar que podía ser la última vez que Kuguar los engañaba.
- Lo entiendo, pero creo que ir yo solo no será adecuado y...
- Mandaré a 15 hombres más contigo, ¿está bien?
- Yo creo que es excelente, señor.
Ambos estaban listos para poner en marcha sus planes, cuando de pronto se escuchan unos golpes en la puerta. Los dos hombres se quedaron mirando, pero el Comandante trató de relajarse al instante.
No podía ser nada malo ¿no?
El hermano se puso al lado del escritorio y el Comandante volvió a su asiento.
- Adelante. - Dijo con voz segura.
De seguro, ni el hermano ni el Comandante se esperaban la sorpresa que les acababa de llegar.
- Comandante, le traigo buenas noticias.
- ¡¿D-Detective Changmin?! - Dijo tartamudeando. El hecho de ver a Changmin entrando a su oficina no era lo que lo sorprendía totalmente, sino que verlo entrar con el hermano esposado era algo que, claramente, no se esperaba. - ¿Qué es todo esto?
- Pues un criminal, claro esta. - Dijo sonriendo Changmin – Yo estaba en el museo tal cual como me lo pidió. Al principio no había nada extraño, pero luego me encontré con este sujeto y le diré, Comandante, que descubrí la verdad sobre el robo de la joya.
El Comandante no podía estar más confundido. Confundido y hecho una furia por dentro. ¿Cómo era posible que Changmin haya capturado al hermano? Se suponía que Kuguar era el que había estado detrás de todo.
Y ahora resulta que Changmin llegaba con el hermano detenido.
- Comandante - Dijo Changmin tratando de buscar en su mirada algún rastro de atención. - Permítame que le explique cómo fue que este hombre robó la Rosa de los Vientos.
Changmin tenía apoyada una mano sobre el hombro de Yoochun. Tal cual lo habían planeado, el Comandante se veía en apuros en estos momentos.
"Esta vez sí que es el final" Pensó Changmin tratando de ocultar todo rastro de emoción.
- Estaba yo en el museo, como le dije hace un momento - Comenzó explicando - como no había rastros de algún robo, sinceramente pensé que todo esto era parte de algún truco o algo así...
- Detective Changmin - Dijo el Comandante. - No se moleste en explicarme la situación.
Su voz tratando de sonar como si estuviera dando una orden. Tratando de recuperar la tranquilidad y su verdadero cargo, lo que realmente era, el Comandante. - Yo mismo me encargaré de interrogar a este ladrón y darle el castigo que se merece.
- ¿Está seguro, Comandante?
- Por supuesto... Ahora por favor salga de la oficina, está muy bien lo que usted ha hecho. Traerlo esposado ante mí fue, sin duda alguna, la mejor decisión que pudo haber tomado.
- Lo sé, Comandante.
Changmin soltó el hombro de Yoochun y comenzó a girar lentamente. Su corazón latiendo a una velocidad impresionante. Llegó hasta la puerta y salió cerrándola tras de sí.
"- Así que ahora escúchame, Changmin. Esto es lo que haremos. Entraremos a la oficina del Comandante y tú dirás que me atrapaste devolviendo la joya en el museo. El Comandante de seguro no se esperará una jugada como esa, se verá en apuros y tendrá que modificar todo su plan. Como yo seré uno de los suyos, lo más probable es que trate de alguna forma quedar solo conmigo. No se lo niegues. Porque mientras yo estoy con él, necesito que tú bajes al subterráneo y revises todo. Trataré de darte el tiempo suficiente, así que no te preocupes.
- ¿Y pretendes que te deje solo con ese hombre? ¿Si te llega a preguntar algo qué harás?
- Estaré bien, solo confía en mí."
"Maldito Yoochun" Changmin avanzaba por el pasillo hacia las escaleras. "Más te vale cumplir tu palabra"
Yoochun estaba parado frente al Comandante. Cualquiera que viera la escena, se imaginaría que se trataba de un niño siendo regañado por su padre. Era algo muy similar. Pero, claramente, ese no era el caso.
- ¡¿Cómo es que te demoraste tanto en devolver una joya?! ¡Estoy hablando con un adulto, diablos! ¡Tampoco es como si fueras un niño de tres años!
Yoochun debía escuchar todo con atención. Cualquier cosa que dijera el Comandante podía servirle.
- ¡¿Estás siquiera escuchando lo que te digo?!
Yoochun seguía mirando hacia el suelo. - Sí, señor.
- Perfecto - El Comandante se dejó caer pesadamente en la silla - Por lo menos eso sí lo sabes hacer.
El hermano estaba sin duda aterrado. Estaba viendo cómo le gritaban a su hermano y él no podía hacer nada. En cierta manera estaba feliz de ver que su hermano estaba bien pero, al igual que el Comandante, tenía curiosidad de lo que le había sucedido.
- Ahora explícame una cosa. ¿Cómo es que el Detective Changmin te atrapó? Se supone que devolverías la joya anoche, y yo mandé esta mañana a Changmin para allá, ¿no crees que te demoraste un poco?
Okey, era hora. Yoochun tenía que comenzar su actuación. - Anoche no pude entrar en el museo. - Dijo lentamente. Miedo en su voz. Un verdadero actor. - Kuguar estaba ahí también.
Changmin bajaba la escalera cuidadosamente. Había sido precavido en que nadie lo viera. Las escaleras eran largas, Changmin sentía como si estuviera descendiendo hacia el mismo infierno.
"Un excelente escondite para el Comandante"
La verdad, ni él ni Yoochun tenían una idea de lo que podían encontrar ahí. Es decir, aparte de una "oficina" secreta del Comandante, no podían asegurar de que hubiera algo más interesante. Pero debían hacer el intento, por lo menos algo sacarían con bajar a ese lugar. Una prueba de que ahí habían tenido encerrado a su tío. Incluso algo como eso serviría. Después de todo, el acertijo apuntaba hacia ese lugar.
Changmin llegó al final de las escaleras y se encontró frente a frente con un pasillo vacío. Paredes a ambos lados. Ninguna puerta. Comenzó a avanzar lentamente, se sentía como el protagonista de una película de terror. Sin embargo, sabía que ningún fantasma aparecería por ahí. Y para su suerte, el malo de la película estaba con Yoochun.
Caminó derecho hasta que la arquitectura del edificio lo obligó a doblar hacia la izquierda, encontrándose con una especie de estacionamiento subterráneo, pero sin autos. Un lugar lo bastante amplio como para construir una piscina olímpica. Y aun así sobraría unos cuantos metros. ¿Qué hacía un lugar así debajo de la Comisaría Central?
Changmin avanzó hacia el centro de aquel enorme lugar. ¿Se supone que ese era el escondite del Comandante? ¿El lugar en donde ideaba todos sus planes? ¿El mismo lugar donde había tenido encerrado a su tío?
Aunque encajaba muy bien con lo que decía el acertijo, no había ninguna ventana en todo el lugar, no podía ser ese el sitio que buscaban. Algo se les estaba escapando.
O se le estaba escapando.
Changmin siguió mirando el lugar. Definitivamente, ninguna ventana, solo luz eléctrica. Mirando cuidadosamente el lugar, se dio cuenta de que en la pared que estaba al otro lado del pasillo por el cual había llegado, había una puerta.
La puerta era del mismo color que la pared y no tenía ningún diseño que la diferenciara. Iba a empezar a avanzar hacia la puerta cuando una voz lo detuvo.
- Changmin... ¿Qué haces aquí?
Changmin al principio quedó totalmente petrificado al escuchar una voz que lo nombraba. Pero en cuanto reconoció aquella voz, su cuerpo se vio un poco más relajado. Solo un poco.
- N-nada... - Dijo dándose vuelta - Tío.
Yunho estaba parado al final del pasillo, justo donde comenzaba el amplio lugar. - No deberías estar aquí, Changmin.
- Es que... Vi las escaleras y me dio curiosidad saber hasta donde llegaban.
"Te conozco. No es necesario que mientas."
- Oh, ya veo. - Yunho tenía una mirada triste. - Pues, deberías subir, acá abajo no hay más que cajas viejas y algunos papeles y casos olvidados.
- Okey - Changmin se dio media vuelta y se acercó a su tío. Le sonrió y comenzó a caminar por el pasillo de vuelta a las escaleras.
Yunho comenzó a seguirlo, sin antes mirar por última vez la puerta que estaba del otro lado.
- ¿Y qué hacías tú aquí, tío? - Preguntó mientras subía por las escaleras.
- ¿Yo? Yo vengo por lo menos una vez por semana a este lugar, Changmin. - Yunho iba detrás de Changmin. Trataba de sonar tranquilo. - Después de todo, como te dije, es el lugar en donde se guardan algunos casos.
- ¿Por qué nunca me habías dicho que la Comisaría tenía un subterráneo?
- Porque nunca lo habías preguntado. ¿Por qué te interesas tanto en un subterráneo, Changmin? - Preguntó Yunho con una sonrisa en su cara. No quería que la conversación se tornara en algo serio.
- Ya te lo dije, me sorprende que haya un lugar así allá abajo.
Yunho sabía que Changmin no estaba ahí solo por curiosidad. Lo conocía de toda la vida, era su sobrino. Y aunque era verdad que Changmin era la persona más curiosa que conocía, esa mirada en sus ojos no era de simple curiosidad.
Y por supuesto que él tampoco había bajado porque tenía que sacar algo de ahí. Ni tampoco iba ahí seguido. La verdad, la única vez que había estado en ese lugar había sido cuando el Comandante lo había secuestrado. Ni siquiera sabía que existía un lugar así en la Comisaría. El Comandante jamás les había dado permiso para bajar las escaleras.
"Queremos ampliar un poco la Comisaría, por lo que trataré de continuar con la construcción lo más rápido posible"
Esas habían sido sus palabras hace años. Y como era el Comandante, jamás se le desobedecía una orden. Ni mucho menos se dudaba de sus palabras.
Ya habían llegado al final de las escaleras. Y ahora, Changmin estaba frente a frente a su tío.
Pero Yunho ahora que había sido partícipe de un secuestro de nada más y nada menos que el hombre al que admiraba, tenía que averiguar qué más había en ese lugar.
- Como sea - Sonrió Yunho - Tengo cosas que hacer. No deberías volver a bajar ahí sin la autorización del Comandante, Changmin. Puedes recibir un gran reto por esto.
- ¿Dónde estuviste todo ese tiempo, tío?
Yunho se puso serio de nuevo.
"Changmin lo sabe"
Sabía que Yunho no quería hablar de su desaparición, porque tenía algo que ver con el Comandante. Yunho sonrió. "Es Changmin después de todo. No puedes ocultarle las cosas"
- Si me preguntas el lugar exacto no lo recuerdo. Pero prometo conversar contigo esta noche.
Changmin quería seguir insistiendo. Debía saber dónde había estado su tío. No podía esperar hasta la noche, el tiempo avanzaba. Y tiempo era justamente lo que menos tenían.
Pero cuando iba a volver a preguntar, su tío simplemente levantó su mano en señal de despedida y comenzó a avanzar.
- Nos vemos. - Dijo a mitad de pasillo.
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- ¿Cómo que Kuguar estaba ahí también?
- No conozco sus fines. -Dijo Yoochun - Pero puedo asegurarle, Comandante, que Kuguar también estaba la noche anterior.
- ¿Me estás diciendo que por eso te demoraste tanto en devolver la joya?
- Bueno... sí. No podía entrar al museo si Kuguar aun estaba dentro, por lo que tuve que esperar hasta que saliera.
- ¿Qué es lo que hacía Kuguar?
- Pues, cuando lo vi, solo estaba parado dentro del museo observando unas pinturas antiguas. Pero me di cuenta de que se veía preocupado.
- ¿Preocupado?
- Sí.
El Comandante sonrió. - ¿Estás seguro de lo que dices?
- Completamente, señor.
- Mis queridos amigos. - El Comandante se levantó de la silla y se paró delante del escritorio apoyándose en él. - Saben lo que eso significa ¿no? Kuguar lo más probable es que esté desesperado. No sabe qué más hacer para tratar de atraparme.
- Es lo que yo había pensado, señor. - Dijo Yoochun.
- Está bien. Por esta vez nos olvidaremos de lo que pasó la noche anterior, solo nos preocuparemos de seguir con nuestro plan. - Dijo el Comandante lo suficientemente feliz.
- ¿Seguiremos con el plan que me acaba de contar, señor? - Preguntó el hermano.
- Por supuesto. - Se giró hacia Yoochun. - Escucha, esto es lo que haremos, tú, tu hermano y unos pocos guardias irán a la taberna que está cerca de aquí y revisarán todo el lugar.
Yoochun se impresionó al escuchar eso. "Una idea muy astuta por parte del Comandante."
Sin embargo, si descubren algo, realmente sería el final.
- ¿Con cuántos guardias iremos, señor? - Preguntó Yoochun.
- Tenía pensado quince, pero creo que con diez será suficiente si ahora van los dos.
Yoochun sabía que si iban solo los dos podía manejar la situación. Pero todo sería distinto si iban doce personas en total.
- Si me permite opinar, mi señor, creo que sería mejor si fuéramos solo nosotros dos.
- ¿Quién te dijo que podías cooperar con ideas, idiota?
- Si somos más personas las que vamos, todos se darán cuenta de lo que pretendemos. Y si el mismo Kuguar está ahora en ese lugar, se dará cuenta al ver a diez guardias entrando a la taberna. Creo que con dos personas sería algo más silencioso.
El Comandante lo quedó mirando un momento. Ceño fruncido. - Tienes razón. Entonces solo irán los dos, pero lleguen a mí con un error, par de idiotas, porque ahí si que ya no habrá perdón para ustedes.
"Bingo"
- ¿Y qué hará usted, Comandante? - Preguntó Yoochun.
Al fin, al fin sabría el plan completo del Comandante. Y si todo salía de acuerdo a su plan, tendría a los dos hermanos secuestrados y solo quedaría el Comandante. Pero ya sabía exactamente cómo lo haría con ese hombre. El castigo que merecía iba mucho más allá de las leyes.
- Pues mientras ustedes están en la taberna atrapando a Kuguar, yo...
De pronto, la felicidad de Yoochun se vio esfumada por un simple "ring ring".
"Mierda."
El corazón de Yoochun se detuvo por un minuto.
Su celular.
Había olvidado apagar su celular.
- ¿Acaso no les he dicho que apaguen sus malditos celulares cuando estén conmigo? - El Comandante se veía al borde de la furia.
"Mierda. Mierda. Mierda"
Yoochun sabía que estaba en problemas. Y lo que lo preocupaba no era exactamente el hecho de que el Comandante se enojara porque su celular había sonado. Debía apagar su celular, y lógicamente, para hacerlo debía sacarlo de su bolsillo.
El gran problema era que el celular de Yoochun no era igual al del hermano. El Comandante tenía la estúpida idea de que sus subordinados ocuparan los mismos teléfonos. Una gran estupidez.
- ¡Apaga el maldito aparato!
Yoochun sentía que comenzaba a transpirar. Sus ojos solo reflejaban miedo. Comenzó a meter su mano al bolsillo sacando el celular para apagarlo.
Lo peor de todo, es que el aparatito no dejaba de sonar. El sonido lo estaba volviendo loco.
Si el Comandante llegaba a ver el celular, sería el fin para Yoochun. Pero si no lo apagaba lo antes posible, el Comandante podía enojarse e incluso llegar a quitarle el celular.
"¿Cómo mierda se me pudo olvidar apagar el celular?"
Trató de hacer todo lentamente para ver si dejaba de sonar. Pero lamentablemente, eso no sucedió.
Y cuando Yoochun lo tenía en sus manos, inevitablemente sucedió lo peor.
Del otro lado de la línea, una mujer sentada en una banca en medio de una plaza, esperaba pacientemente a que Kuguar le contestara el teléfono.
- Una noche de placer. - Dijo en voz alta. Su voz quebrando el silencio de la noche. - Eso es lo que me prometió.
---------
Changmin estaba en la oficina del Inspector Yunho.
Esperaba a Yoochun.
Habían acordado que se juntarían ahí cuando todo hubiera terminado. De todas maneras era un buen lugar, si su tío llegaba a regresar de donde sea que haya ido, esta vez sí que no dejaría que se fuera sin antes darle respuestas.
A Changmin le preocupaba el hecho de que su tío le estuviera ocultando información. Eran familia, después de todo, podían confiarse cosas unos a otros.
- Tú tampoco has sido lo bastante honesto que digamos.
Se dijo Changmin en voz alta.
Miró el reloj, eran las 8:42. Se dio cuenta de que Yoochun se estaba demorando un poco más de lo que habían calculado. Esperaba a que todo saliera bien.
De pronto, una alarma comenzó a sonar dentro de la oficina del Inspector Yunho. Era como si una sirena de ambulancia estuviera justo arriba de su cabeza. Changmin se dio cuenta de que las cosas no iban bien.
Salió a los pasillos para ver qué sucedía y se dio cuenta de que la alarma también se escuchaba por los pasillos. Según lo que sabía Changmin, esa alarma se ocupaba solo cuando el Comandante requería un par de guardias en su oficina en caso de emergencia. Era obvio que nada bueno estaba ocurriendo.
"Yoochun, me prometiste que estarías bien" Pensó Changmin cuando dejó la oficina.
Empezó a avanzar por el pasillo. Con cada paso que daba el corazón se le aceleraba más, y más rápido caminaba. Sabía que tenía una sola dirección que tomar.
La oficina del Comandante.
Sabía que Yoochun estaba en peligro. Solo pedía que pudiera llegar a tiempo.
De pronto sintió que alguien lo tomaba de los brazos y los ponía detrás de su espalda. Se dio vuelta y se encontró con dos guardias que lo tenían sujetado.
- ¡¿Qué hacen?! - Gritó Changmin mientras los hombres lo llevaban por el pasillo. - Debo ir a la oficina del Comandante ¡Suéltenme!
Uno de los hombres lo agarró del cuello y le bajó la cabeza. – Órdenes del Comandante.
Changmin intentó soltarse, pero eran dos hombres los que lo tenían sujeto, por lo que era difícil tratar de liberarse. Lo siguieron arrastrando en contra de su voluntad por el pasillo, siempre sujetándole la cabeza y obligándolo a mirar hacia abajo.
"Órdenes del Comandante" Era obvio, Yoochun estaba en peligro. No podía ser otra cosa.
De pronto, los hombres se detuvieron y le soltaron el cuello. Las alarmas habían dejado de sonar. Changmin levantó la cabeza y miró a las personas que tenía delante suyo.
Solo tres hombres estaban ahí. Yoochun y dos guardias que al parecer, también lo habían capturado. Changmin lo miró y Yoochun le devolvió la mirada.
Ninguno pronunció palabra, pero era obvio lo que pensaban.
"¿Qué es lo que haremos ahora?"
"No lo sé"
El corazón de Changmin latía muy rápido. ¿Cómo habían terminado así? ¿Cómo rayos habían atrapado a Yoochun tan fácilmente? ¿Cómo es que habían fallado en su plan?
Apenas llegaron los guardias con Changmin, comenzaron a avanzar por el pasillo. Los llevaba uno al lado del otro, así que no fue difícil el comunicarse entre ellos.
- ¿Por qué no te quedaste en la oficina, Changmin?
Yoochun hablaba sin poder mirarlo, llevaba la cabeza agachada debido a que el guardia lo obligaba, así es que solo miraba el suelo mientras avanzaba.
- La alarma comenzó a sonar, ¿qué querías que hiciera? - Respondió Changmin - Me preocupé y cuando salí, unos guardias me tomaron por lo brazos y me trajeron hasta acá.
- Debiste haberte quedado dentro. Ahora las cosas se complican más.
- ¿Cómo fue que te atraparon?
- Muy largo de explicar – Contestó Yoochun.
- ¿Algún plan para salir de esto?
- Sí. - Respondió Yoochun. - Solo seguir avanzando hasta que estos hombres nos lleven con el Comandante.
- ¿Dónde está él ahora?
- No lo sé. Cuando me atraparon solo comenzó a reír, llamó a los guardias y salió de su oficina.
De pronto se detuvieron y los guardias soltaron sus cabezas para que pudieran observar el lugar. Changmin sabía exactamente donde estaban.
Frente a ellos los escalones descendían hacia un piso inferior, que al parecer estaba kilómetros más abajo.
- Yoochun... - Dijo Changmin sin despegar la vista de las escaleras.
- Sí lo sé.
"Mierda"
Se estaban dirigiendo al subterráneo. De seguro que el Comandante los estaba esperando allá abajo y obviamente nada bueno saldría de esto. Si el Comandante los llegaba a encerrar ahí, nadie sabría más de ellos. Ya no habría forma de que alguien los pudiera encontrar o contactar. Yoochun solo podía pensar en dos cosas:
Lo primero, es que tenía que sacar a Changmin de ahí fuera como fuera. No podía permitir que lo encerraran o le hicieran algo a Changmin. Pero sus ideas se agotaban a medida que bajaban por las escaleras. Como si la oscuridad le estuviera bloqueando la capacidad de pensar.
Lo segundo que lo inquietaba, era que Jaejoong no había aparecido en toda la tarde, de seguro el Comandante estaba involucrado. Y a Yoochun le causaba un terror enorme el pensar que el Comandante le había hecho algo a Jaejoong. Si ese era el caso... El Comandante de seguro no tendría perdón.
Habían llegado al final de las escaleras y a Yoochun aun no se le ocurría ninguna idea para poder sacar a Changmin de ahí. A medida que avanzaban por el pasillo se sentía como un ateo conducido ante la presencia de Dios. O más bien, como un creyente siendo conducido ante la presencia del mismo diablo. No tenían escapatoria.
Changmin avanzaba por el pasillo al ritmo que lo llevaban los guardias. Aunque estaba totalmente nervioso por todo lo que estaba sucediendo, por el giro inesperado que habían dado las cosas, sentía que en el fondo había un pequeño rayo de esperanza.
Si analizaba lo que estaba ocurriendo, su situación era la siguiente: En estos momentos, estaban siendo conducidos donde el Comandante. Habían atrapado a Yoochun. A Kuguar, el enemigo número uno del Comandante. Sin embargo, esa misma era su ventaja. Era Kuguar. Jamás había sido atrapado antes. No importaba dónde los estuvieran llevando ahora, o ante quién tuvieran que rendirse.
Era Yoochun.
Y Changmin sabía que él siempre tenía una solución para todo. Si bien no era del tipo de personas que planificaban todo lo que hacían, Changmin confiaba en Yoochun. Sabía que él los sacaría de esto. Estaba seguro que en unas horas más, estarían por fin con el Comandante tras las rejas y ellos contándoles la verdad a todos.
Además, si analizaban aún más su situación, lo que habían planeado todas estas semanas era atrapar al Comandante, y ahora mismo estaban siendo conducidos ante él. La situación no era tan mala, después de todo. El hecho de que ahora estuvieran en el subterráneo era solo un detalle. Daba lo mismo el lugar. Changmin y Yoochun podrían atrapar al Comandante de una vez por todas.
Ahora solo le quedaba confiar en Yoochun. En sus dotes de actuación e improvisación. En su capacidad de sacar información y de desviar una conversación. Y aunque sonara ridículo, en su oficio de ladrón.
Era por esa gran razón que Changmin no estaba del todo nervioso o asustado por lo que los esperaba. Sin embargo, una vez que se acabó el pasillo, y apareció delante suyo un amplio lugar, su idea de atrapar al Comandante comenzó a desvanecerse. En el lugar estaba el hermano, el Comandante y alrededor de diez oficiales más.
Diez oficiales.
Un total de dieciséis personas contra dos. Un número con el cual Changmin, claramente, no contaba.
- ¡Mis queridos amigos!
El Comandante abrió los brazos y comenzó a avanzar hacia Changmin y Yoochun para acortar la distancia entre ellos. Pecho hinchado y sonrisa de triunfo, todas las señales de que el Comandante sabía que esta última jugada la hacía él.
- ¿Cómo han estado, amigos míos?
Rápidamente, una vez que Yoochun y Changmin se detuvieron, el Comandante les dio una señal a los guardias que los traían para que se fueran.
Changmin y Yoochun estaban parados casi al medio del lugar. Uno al lado del otro. Ambos con sus miradas sobre el Comandante.
El Comandante comenzó a rodearlos mientras los observaba de pies a cabeza. Sus manos tomadas a la altura del pecho y su lengua humedeciendo sus labios cada cierto tiempo, como si ya estuviera saboreando la victoria. Cuando llegó nuevamente frente a ellos los miró a los ojos y comenzó a reír.
- ¿Sabes, Kuguar? De todas formas esa ropa no va contigo. - Dijo riendo - Ese es el uniforme que ocuparía una verdadera persona que me sirviera.
- No se preocupe, Comandante. No tengo ningún problema en quitármela ahora mismo.
- Da lo mismo, puedes quedártela si quieres. De todas formas, en la cárcel te darán algo nuevo. - Volvió a reír.
Se dio vuelta y comenzó a caminar de un lado a otro, lentamente. - A ver, ¿por dónde empiezo?
Dejó un pequeño intervalo de silencio antes de seguir hablando.
- Detective Changmin - Dijo haciendo que Changmin lo mirara. Odio en sus ojos. - Si mal no recuerdo, cuando usted llegó a la Comisaría, prometió ayudar con la captura de Kuguar y ante todo seguir mis órdenes. Dígame, ¿en qué momento le ordené ser aliado del mismísimo Kuguar?
- Para refrescarle un poco la memoria, Comandante, soy Detective, y mucho antes de prometerle lo que usted dice, yo hice un juramento de siempre hacer justicia y proteger la verdad de las cosas.
- Ya veo. - El Comandante seguía paseándose de un lado a otro. - No es la respuesta que yo esperaba, pero es una respuesta atrevida y falta de respeto, muy propio de usted.
Yoochun agradecía el hecho de que Changmin no tenía un arma ahí mismo. Por supuesto que Changmin ya estaba entrando en calor, su enojo podía verse a kilómetros, y Changmin enojado con un arma frente a más oficiales armados, de seguro no sería nada bueno.
- Kuguar, si bien, siempre supe que eras un ser totalmente desagradable, antes de mandarte a la cárcel, que podría costarte la vida por cierto, me gustaría saber ¿cómo fue que siempre sabías todo lo que planeábamos en la Comisaría?
- Mis fuentes no son asuntos suyos, Comandante.
- Oh sí que me importan - Sonrió el Comandante. - Te has preguntado, ¿dónde ha estado el Oficial en todo el día?
Yoochun sintió que el corazón se le detenía por un segundo.
Lo sabía. Sabía que el Comandante había estado involucrado con la desaparición de Jaejoong, sin embargo, temía que él lo admitiese. Ahora que lo escuchaba con sus propias palabras, no podía calmarse.
- ¡¿Qué le hiciste a Jaejoong?!
Dos de los guardias se movieron rápidamente y tomaron a Yoochun por los brazos e hicieron lo mismo con Changmin.
- Pues, simplemente lo obligué a hablar. Quería que te traicionara, pero el muy idiota no lo hizo. No soltó ninguna palabra, hasta que claro, los sonidos salían solos de su boca debido a los golpes.
- ¡Maldito hijo de...!
- Ah ah - Dijo el Comandante haciendo un sonido de negación. - No puedes culparme de lo que tú has hecho. Tú lo arrastraste hasta tu bando, ahora él y todos los que te ayudan pagarán por lo que hicieron.
El Comandante miró a Changmin y se acercó a él.
- Como por ejemplo este joven Detective. - Tomó la cara de Changmin - ¿Cuánto? Menos de veinticinco años ¿no? Que pena que tengas que sufrir todo esto, por una simple decisión tomada erróneamente a tan temprana edad. ¿Ayudar al ladrón más buscado de la ciudad? ¡Por favor, Changmin!
El sonido de unos pasos acercándose por el pasillo hicieron que el Comandante desviara la vista de Changmin.
Llegando ya al lugar se acercaban dos guardias. Traían a alguien sujeto de los brazos, era el Inspector Yunho.
El Comandante rio abiertamente. - ¡Esta reunión no puede ser mejor! - Decía mientras dejaban a Yunho al lado de Kuguar.
- Ahora que estamos todos aquí, las cosas se podrán mucho más interesantes, ¿no? Por favor, pónganse cómodos. - Dijo haciendo una señal para que los tres hombres frente suyo se sentaran. - Creo que esto nos tomará algo de tiempo.
Los dos guardias que estaban detrás de ellos los obligaron a agacharse. Ahora los tres estaban arrodillados frente al Comandante.
De pronto se escuchó un sonido metálico. Al parecer solo Yoochun se había percatado.
El Comandante se sentó en una silla que le habían traído y comenzó a hablar.
- Inspector Yunho - Dijo - ¿Qué me dice con respecto a esto?
Su mano apuntaba a Yoochun y a Changmin. - ¿Estaba usted enterado de que su sobrino trabajaba en conjunto con Kuguar?
Yunho miró rápidamente a Changmin sorprendido. Trató de disimular un poco su sorpresa desviando la mirada, pero el Comandante ya lo sabía.
- Veo que esto lo tomó totalmente por sorpresa ¿no?
- No es así - Dijo Changmin - Las cosas no son como el Comandante te está diciendo, tío.
- ¡Silencio!
Uno de los guardias agarró a Changmin del cabello y lo obligó a mirar hacia adelante nuevamente.
- ¡Ahora yo dirijo esta conversación! Hablarán solo si yo lo permito, ¿les quedó claro? - Dejó un intervalo de silencio. - Como sea, Inspector Yunho, qué tiene que decir con respecto a esto. - La sonrisa del Comandante volvió a ser como antes.
- Pues... Creo que es una completa estupidez. No estoy aquí para escuchar mentiras como estas.
Yoochun sonrió y Changmin quedó sorprendido con la respuesta de su tío.
- Así que mentiras ¿no? - El Comandante se inclinó hacia adelante en la silla - En serio, Inspector, pensé que no era tan estúpido como creía.
- Después de que me enteré de la persona que realmente es, juré no creer nada de lo que saliera de su boca.
El Comandante sonrió. - ¿No cree que su hermano esté muerto, Inspector? ¿Acaso no cree que él murió a causa de la bomba que detoné? ¿eh?
- ¡¿Qué tiene que ver mi padre en todo esto?!
Changmin volvió a ser jalado del cabello.
- Suficiente. - Yunho no lo miraba a los ojos. Simplemente no podía. El odio que sentía por este hombre estaba aumentando con cada segundo que pasaba.
- Contésteme una cosa, Inspector. ¿Las cosas estarían como están ahora si su hermano hubiera seguido como Comandante de la capital?
- ¡Já. Pues le aseguro que estarían mejor de lo que están ahora!
- No sobrepase la confianza, Inspector. De los que están aquí, es a usted al que más aprecio. - El Comandante volvió a sonreír, esta vez el negro de sus ojos junto con su sonrisa le daban el aspecto de un hombre recién salido del manicomio. - Es increíble que usted me haya servido tantos años sin saber que soy el asesino de su hermano.
- Maldito...
Changmin intentaba soltarse del agarre del guardia. Quería matar al Comandante. De verdad que quería hacerlo.
Yoochun trataba de no emitir ningún sonido. Se limitaba a pronunciar cualquier palabra. Quería pasar desapercibido ante todos esos hombres. Trataba de idear un plan mientras todos tenían su atención fija en otra cosa. Pero la conversación que estaban teniendo ya se estaba transformando en algo muy peligroso.
Mientras los hombres hablaban había pensado en distintas soluciones para poder escapar de ahí. Y por más que lo pensaba, su problema siempre era el mismo.
Eran tres personas las que tenían que salir de ahí.
Cuando Yoochun formulaba su plan de huida frente a guardias, siempre era solo él el que tenía que escapar. El asunto se complicaba cuando había dos personas más a su lado.
Pero ahora, el Comandante había tocado un tema bastante fuerte. Y Changmin ya estaba perdiendo la razón, solo pensaba en golpear. Su enojo estaba primero en este momento.
Yoochun sabía que si Changmin seguía luchando y oponiéndose a lo que el Comandante decía, podría terminar mal e incluso muerto. Y eso, por supuesto que no lo podía permitir. Era hora de hacerse notar. Tenía que desviar el tema de conversación. Tratar de calmar a Changmin.
- Hay algo que me sigue dando vueltas, Comandante. - Habló finalmente. - La razón de su problema psicológico y de su enfermedad siempre he sido yo. ¿Por qué simplemente me ignora como si no estuviera aquí? Digo, según lo que sé, es una falta de respeto ignorar al anfitrión de la fiesta ¿no?
El Comandante dejó de sonreír y miró a Yoochun.
- Kuguar, ¿y quién dijo que eras el rey de la fiesta?
- ¿No lo soy? - Preguntó Yoochun extrañado - ¿Entonces, qué hago aquí?
- No te creas listo, Kuguar. Ya nada puede sacarte de aquí. Aunque trates de huir, solo hay una salida en este lugar. Además, - dijo acercándose a Changmin y acariciándole el cabello - Aun así tendrías que salvar a tu compañero ¿no?
- Trabajo solo, Comandante.
Changmin miró a Yoochun y lo interrogó con la mirada.
Yoochun lo ignoró por completo. Era parte del plan después de todo. Era obvio que no podrían salir de ahí los tres juntos. Pero por lo menos podría intentar salvar a Changmin y al Inspector.
- ¿Entonces niegas el que Changmin sea tu compañero?
- Ya se lo dije, trabajo solo. El Detective Changmin pues, es un buen hombre. Me ayudó bastante en algunas cosas, pero la mayoría del tiempo no paraba de hablar de él, y bueno, digamos que me gusta un poco ser el centro de las cosas.
El Comandante se alejó de Changmin y se agachó frente a Yoochun. - ¿Qué es lo que intentas Kuguar?
- Terminemos esto de una vez. Saque a todas personas que impiden que mi aura se expanda y quedemos solo los dos. Arreglemos las cosas como hombres, porque de todas formas usted mismo lo dijo ¿no? Changmin es solo un niño y no merece estar en estas conversaciones de gente adulta.
El Comandante no respondió. Solo miró a Yoochun por unos minutos. - Como hombres ¿no? Pues bien.
Se levantó, dio media vuelta y llamó al hermano. - Si tanto quieres terminar con esto.
Se volteó para mirar a Yoochun nuevamente. - Podemos hacerlo corto y dejar de hablar tanta tontera.
Tomó un arma en sus manos y la cargó. - Después de todo yo empezaba a aburrirme de tantos rodeos también.
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Eran prácticamente las 9:30 de la noche y aún nadie volvía.
Junsu estaba inquieto y preocupado. No dejaba de pasearse de un lado a otro en la habitación del segundo piso. Había decidido cerrar el local temprano. No podía dedicarse a atender gente mientras no sabía nada de sus amigos. Aunque quizá hubiera sido mejor si se hubiera despejado la mente atendiendo a sus clientes. Los hombres que llegaban siempre tenían algún tema del cual hablar.
Pero ya había cerrado y ahora solo tenía un pensamiento en mente.
Desde la silla, aún amarrado, el hermano observaba cómo Junsu se paseaba y no se quedaba tranquilo.
- Has estado así desde hace un buen rato. - Dijo sin tener respuesta por parte de Junsu. Como si simplemente no lo hubiera escuchado.
El hermano no conocía a Junsu de años, ni siquiera de días, pero aun así se le hizo extraño el hecho de que Junsu ignorara a alguien. Sabía que estaba preocupado por sus amigos.
Junsu llevaba su mano a la boca y jugaba con su labio de vez en cuando, signo de nerviosismo. Miraba el reloj de la pared cada dos segundos.
- Oye, el reloj no cambiará mucho si lo miras a cada rato.
Ninguna respuesta.
- Mejor siéntate o acuéstate a dormir un momento.
El hermano seguía a Junsu con la mirada. Era increíble la calidad de amigos que tenia Kuguar. Él sabía que el Comandante jamás haría una cosa así por él o por su hermano. Jamás lo había hecho y jamás lo iba a hacer.
De pronto, los recuerdos comenzaron a invadir su mente. Fue aquella noche, cuando él y su hermano no tenían nada más que la mitad de un pan para comer. Un hombre se les acercó y les ofreció unos billetes a cada uno. Ellos lo habían recibido con gusto.
- Quieren más de estos ¿no? Pues, yo sé una forma fácil de ganarlos.
Las palabras de aquel hombre habían sonado como el milagro que tanto esperaban. Tenían solo quince años de edad. Nadie jamás hubiera imaginado que terminarían así. Por lo menos él sabía que por el momento estaba en buenas manos. Junsu no había mostrado lo contrario en todo este tiempo. Sin embargo, no sabía qué es lo que estaba haciendo su hermano en este momento. Estaba con el Comandante. Claro. Pero eso era justamente lo que lo inquietaba.
Había estado años con ese hombre y ahora recién venía a tener miedo de lo que el Comandante podría hacer.
- Fue hace quince años. - Dijo de repente el hermano.
El hermano lo miró. - Hace quince años que comenzamos a servirle al Comandante.
Esta vez Junsu se detuvo. Dejó de caminar y de jugar con su labio. Lo miró con cierto grado de extrañeza y tristeza a la vez.
- Éramos jóvenes y no teníamos nada que perder. Él nos había prometido dinero fácil y nosotros aceptamos, a cambio solo debíamos ayudarlo con lo que él nos dijera. - El hermano sonrió. - No era algo tan difícil de todas maneras. Y no íbamos a dejar pasar una oferta de ese tipo. Comenzamos a ayudarlo para que lo subieran de rango en la Comisaría. No teníamos idea del tipo de persona a la que ayudábamos.
- Pero jamás se apartaron de él.
- Por supuesto que no. Habíamos hecho una promesa y no la romperíamos porque nosotros necesitábamos el dinero. Pero después de un tiempo, apareció Kuguar. Al principio nos hicimos sus amigos y trabajamos juntos un tiempo.
- Lo sé, abusaron de la confianza de Yoochun.
- No abusamos, Kuguar sabía exactamente el tipo de personas que éramos. Era él el que siempre nos quitaba la mitad del dinero cuando lo ganábamos de forma ilegal. Decía que querer dinero solo para comer estaba al borde de lo absurdo. Él no entendía claro, que nosotros sin el Comandante no éramos nada.
- ¿Yoochun trató de remediar su error?
- Por supuesto - Sonrió - Es por eso que nosotros le dijimos al Comandante y él nos ordenó deshacernos de Kuguar fuera como fuera.
- Entonces en ese instante comenzó todo.
- Sí. Para el Comandante solo había una cosa que le quitaba el puesto del "Comandante perfecto", y esa cosa era Kuguar. No podía soportar que hubiera alguien que no pudiera estar tras las rejas.
- Pero ahora ya llegó a mucho. Está involucrando a gente inocente y yo veo capaz al Comandante de matar para conseguir lo suyo.
- Es capaz, ya lo ha hecho. Y estoy seguro que ahora más de alguien saldrá herido.
- ¿Qué podemos hacer?
Junsu se arrodilló frente al hermano. Sus ojos brillaban, al parecer todo esto lo estaba agotando por completo.
- No creo que seas capaz de hacer mucho. El plan del Comandante es matar a Kuguar. Pero, según nos dijo, esta vez no quiere ensuciar sus manos con sangre de un ladrón. Esperará a que otro lo mate.
- ¿Que otro lo mate? - Junsu vio un rayo de esperanza. Entonces la muerte de Yoochun no podía estar cerca, el Comandante tendría que buscar a ese alguien.
- Sí. Pero es un hombre astuto. Hace solo unos meses se dio cuenta de que otro peligro para su reputación era el Inspector Yunho y su sobrino.
- ¿Changmin?
- Sí, estoy seguro que le dirá a uno de los dos que lo mate.
Junsu se paró de un salto.
¿Changmin matando a Yoochun? Eso no podía ser. Pero Junsu sabía que el Comandante se las ingeniaría para lograrlo. Si Changmin no lo hacía, lo mataban a él.
Y era obvio que Changmin no lo haría.
Y la segunda opción del Comandante era el Inspector Yunho.
El Inspector fue siempre un hombre que quería ver a Yoochun tras las rejas. Junsu estaba seguro que no dudaría más de dos minutos sobre si matar a Yoochun o no.
Rápidamente se dio media vuelta y salió de la habitación dejando al hermano solo.
Tenía que ir a la Comisaría y detener al Comandante pase lo que pase. No podía permitir que Yoochun o Changmin salieran lastimados.
Tenía que darse prisa o no lo lograría.
Claro, si es que ya no estaban muertos.
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Yoochun miró el arma y trató de mantener la calma.
- No me va a disparar con eso, Comandante.
- Por supuesto que no lo haré - Dijo el Comandante bajando el arma. - Dices que trabajas solo en esto ¿no?
- Sí, mi personalidad no da para vincularme con otras personas.
- Correcto, entonces creo que no habrá problema con esto, Detective Changmin, si fuera tan amable.
Changmin miró al Comandante y miró el arma que estaba en su mano. El guardia que estaba atrás lo levantó e hizo que avanzara hacia el Comandante.
- Por lo que sé - Decía mientras le pasaba el arma a Changmin y lo sujetaba de un hombro. - Usted nunca ha disparado un arma, ¿no?
- N-no...
Changmin miraba el arma en sus manos. Estaba cargada.
- Pues entonces, le doy el privilegio de que su primera bala sea para Kuguar.
Changmin miró a Yoochun.
- O mejor usted elige, matar a Kuguar o su tío muere.
Unos guardias tomaron a Yoochun y a Yunho y los hicieron mirar hacia el frente.
- Adelante, no debería haber problema, si ustedes prácticamente no se conocen ¿no? - El Comandante soltó a Changmin de los hombros y volvió a sentarse en la silla con una sonrisa en su rostro. - Vamos, sin miedo. Es su tío después de todo. Ya se quedó sin padre, no creo que quiera perder a su único familiar solo por salvar a un ladrón ¿no?
Changmin estaba tiritando, miraba el arma en sus manos y luego miraba a Yoochun. ¿Qué debía hacer? Tenía un arma cargada en sus manos, podía fácilmente dispararle al Comandante. Pero eso sería un suicidio, estaban rodeados de guardias.
No mataría a Yoochun, pero tampoco podía perder a su tío. Quedarse ahí parado sin tomar una decisión podía costarle caro.
Miraba a los dos hombres que tenía enfrente. No podía tomar una decisión. Definitivamente no podía hacerlo, pero si no elegía, puede que los mataran a todos.
Destruir una vida para salvar dos. Eso es a lo que estaba jugando.
- Estoy esperando - Dijo el Comandante aun con una sonrisa.
Yoochun miraba a Changmin y sentía su corazón latir muy rápido. Sabía que Changmin no dispararía esa arma.
- Puede hacerlo, Detective. - El Comandante seguía presionándolo. - Es solo apretar un gatillo. Mire al Inspector Yunho, ¿cree que llegó tan lejos para que su sobrino prefiera la vida de un ladrón en vez que la de su propio tío?
Changmin se sentía acorralado y Yoochun sabía que un rival acorralado siempre era el más peligroso: desesperado e impredecible.
- Ya déjelo en paz. - Dijo Yoochun.
- No te metas, Kuguar.
Un guardia tomó a Yoochun del pelo y lo hizo levantar la cabeza.
- No logrará hacer que dispare un arma, Changmin sabe lo que usted intenta...
- Silencio.
- Changmin, mírame, no lo escuches...
- ¡Dije silencio!
- No puedes perder tiempo pensando, tienes solo una alternativa. Solo hazlo y ya.
Changmin respiraba rápidamente como si hubiera corrido kilómetros y ahora tratara de recobrar el aliento. No despegaba su mirada del arma, sin embargo escuchaba lo que Yoochun le decía. ¿Qué se supone que significaba eso? ¿Acaso debía dispararle y ya?
No. Yoochun sabía que Changmin no le dispararía a ninguno de los dos. Entonces, ¿qué trataba de decirle con "hazlo"? ¿Que se supone que debía hacer?
- ¿Estás dispuesto a morir para salvar al Inspector, Kuguar?
- Pues sí. –Dijo Yoochun desafiante sin despegar la mirada de Changmin.
- ¡Es ridículo! - Rio el Comandante.
Changmin miró a Yoochun y vio esos ojos negros llenos de seguridad que lo obligaban a confiar en él. Yoochun lo miró por un momento y luego le señaló el techo con la mirada. Ahora lo entendía, Yoochun tenía un plan. Pero ¿qué es lo que debía hacer? El arma cargada seguía en sus manos y él aun no tomaba una decisión.
"El Comandante solo está jugando Changmin, no muestres tu lado débil solo por algo así."
De pronto escuchó la voz de Yoochun fuerte y claro en su cabeza.
"¿Porqué actúas como si esto fuera un simple juego y no te preocupara?"
"Confía en mí. Las cosas saldrán bien."
- Detective entrégueme el arma.
Changmin sintió que volvía a la realidad. El Comandante comenzó a acercarse dispuesto a tomar el arma. Changmin como por un acto reflejo se alejó y apuntó al Comandante.
Todo quedó en silencio por un momento.
- Las cosas terminan aquí, Comandante. - Changmin lo apuntaba justo en la cabeza. Sus manos sostenían el arma firmemente.
Yoochun sonrió. Changmin había recuperado la confianza y había tomado las riendas de la situación. Incluso había vuelto a esa voz de detective invencible que tanto le encantaba ocupar.
- Estás cometiendo un error jovencito. - El Comandante sonreía mientras ponía sus manos en la cabeza.
Inmediatamente, todos los guardias incluido el hermano sacaron un arma y apuntaron a Changmin.
Yoochun aprovechó la situación.
Los guardias que los sostenían los habían soltado para sacar sus armas. Rápidamente, Yoochun tomó el brazo del guardia presionándole la muñeca y doblándosela un poco hacia atrás.
El organismo de un ser humano y de un animal está compuestos por múltiples articulaciones, si se hace presión suficiente sobre alguna de ellas el cuerpo responde de distintas maneras. Al ejercer presión sobre la muñeca y luego doblarla hacia atrás, esto provoca que la mano pierda su fuerza, los ligamentos se relajen haciendo que el objeto sujeto por los dedos se soltara.
En pocas palabras, el acto reflejo de la mano del guardia hizo que soltara el arma pasando ahora a las manos de Yoochun. Rápidamente tomó el arma con ambas manos y apuntó hacia arriba.
Otra ventaja de Yoochun, movimientos ágiles y buena puntería.
Prácticamente, todos se dieron cuenta de lo que ocurría cuando escucharon el sonido del disparo. Estaban todos concentrados en Changmin y el Comandante.
El guardia que sujetaba al Inspector apuntó para dispararle a Yoochun, pero Yunho rápidamente le golpeó el estómago haciendo que la bala no diera justo en el pecho de Yoochun, sino que en su pierna.
Cuando se dieron cuenta de que Kuguar tenía un arma en las manos, Yoochun no les dio mucho tiempo para analizar las cosas. A pesar del dolor en su pierna, rápidamente disparó hacia los generadores de energía que se encontraban en la pared, mientras que Changmin disparaba a las bombillas de luz que estaban en el techo.
De un momento a otro todo se volvió negro. Oscuridad absoluta.
Yoochun sentía un agudo dolor en su pierna. Trataba de mantenerse de pie pero le resultaba difícil en esa situación. De pronto sintió que alguien lo tomaba del brazo y lo ayudaba a caminar. Era Changmin. Habían avanzado un poco hacia atrás, cuando otra persona se acerca y lo toma del otro brazo, el Inspector Yunho.
Su plan había funcionado. Por lo menos ahora tenían más tiempo para pensar. Aunque no podían ver nada en la oscuridad, sus instintos los llevaron hacia la pared que estaba hacia un costado y luego retrocedieron tratando de estar lo más cerca posible de la salida.
Aunque todos estaban con armas, nadie podía disparar. No sabían quién estaba a su lado ni dónde había ido Kuguar y los otros dos.
- ¿Comandante? – Dijo el hermano.
- ¡¿Qué quieres?! – El Comandante estaba enojado. Había dejado escapar su oportunidad de matar a Kuguar.
El hermano sintió que hablaba con la oscuridad, no sabía hacia dónde mirar ni de dónde venía la voz.
- Señor, encenderé el celular para ver mejor. Kuguar no debe estar lejos.
- ¡No seas idiota! Si prendes algo sabrán tu posición y ellos tienen un arma, pueden dispararnos.
Yoochun, Yunho y Changmin ya estaban junto a la pared. Yoochun estaba transpirando, la pierna le dolía. Sabía que había que sacar la bala lo más pronto de su pierna, pero en esas condiciones no podía hacerlo. Solo le quedaba aguantar el dolor.
Los tres escuchaban la voz del Comandante, pero no sabían exactamente en dónde estaba. Por lo menos algo los tranquilizaba, la voz se escuchaba más lejos.
- Yoochun, estás sangrando. – Dijo Changmin sin soltarlo.
- Lo sé. No te preocupes, ya pasará.
- ¡Kuguar! ¡Muy astuto de tu parte! – Dijo el Comandante mientras le quitaba un arma a un guardia que estaba a su lado. - ¡Pero creo que tengo malas noticias para ti! ¡Esos no eran los únicos generadores de este lugar!
El Comandante comenzó a avanzar con las manos hacia adelante. - ¡Y lamentablemente el Detective Changmin tampoco le disparó a todas las bombillas de luz!
De pronto sus botas pisaron algo resbaloso. - ¡En unos minutos más los generadores empezarán a traer la corriente hacia este lugar y la luz volverá!
Se agachó y tocó el suelo. Su mano estaba mojada, la llevó a su nariz para olerla y sonrió triunfante.
Era sangre.
- ¡Y entonces, BANG, esa sí que será tu muerte!
El Comandante comenzó a tocar el suelo mientras sonreía. De seguro era la sangre de la pierna de Kuguar. Comenzó a seguir el camino del hilo de sangre, con cuidado de no equivocarse.
- Yoochun, rápido debemos salir de aquí. La salida no puede estar tan lejos.
- Necesito que ustedes se vayan. Yo debo quedarme.
- ¿Qué rayos estás diciendo?
- Changmin, debo encontrar a Jaejoong, ya escuchaste al Comandante, él tiene a Jaejoong en alguna parte de este lugar. Debo ir a buscarlo, no me iré sin él
- Pero estás herido y tu solo no puedes con todos esos hombres.
- Es por eso que necesito que se vayan y traigan ayuda lo más rápido posible. Pero yo no me iré de aquí sin Jaejoong.
- Estás loco. Yo tampoco me iré de aquí sabiendo que estás herido.
El Comandante comenzaba a escuchar cierto susurro de voces. Aún no sabía de dónde venían, pero sabía que estaba cerca. Y la luz llegaría en cualquier momento. Agarró fuerte el arma y la cargó.
- Changmin – Dijo el Inspector Yunho - Haz lo que Kuguar dice, yo me quedaré con él y ayudaremos al Oficial. Tú vete y trae ayuda lo más rápido que puedas.
- Está bien. – Dijo Changmin.
Sabía que Yoochun estaba al lado suyo y podría apostar cualquier cosa a que en este momento lo estaba mirando. Y aunque no podía verlo a los ojos, se imaginaba esos ojos negros mirándolo.
- Cuídate. – Dijo antes de comenzar a avanzar.
Comenzó a caminar en dirección a la salida. Si su memoria espacial no le fallaba, la salida no podía estar tan lejos. Si seguía caminando pegado a la pared, llegaría un momento en el que la pared se acabaría y lo obligaría a doblar por el pasillo.
- Sabes dónde ir ¿no? – Preguntó Yunho.
- La verdad es que no tengo idea, pero creo que usted si sabe ¿no?
Yunho tomó nuevamente a Kuguar del brazo y comenzaron a avanzar. – Creo que sé donde tenemos que ir.
Según lo que Yunho creía, el Oficial Jaejoong debía estar al otro del amplio lugar. Detrás de aquella puerta. Donde él también había estado encerrado.
- Será mejor que saque su arma por cualquier cosa, Inspector.
Yunho se sorprendió. - ¿Cómo sabes que tengo un arma?
- La próxima vez que quiera esconder un arma en su tobillo, trate de no hacerla sonar cuando se agache, Inspector.
Yunho sonrió. – Se me olvidaba. Eres Kuguar después de todo.
Siguieron caminando y aunque lo más seguro era irse pegado a la pared. Ese sería el camino más largo, y ahora no disponían de mucho tiempo, así que solo les quedaba una opción, atravesar el lugar a tientas y a oscuras.
Seguían avanzando. Yoochun afirmado del hombro del Inspector y tratando de no apoyar tanto su pierna, ya que el dolor no paraba. De pronto su pierna chocó con algo delante suyo. Se agachó a mirar qué es lo que era cuando la luz volvió. Lo que vio no le gustó nada. El Comandante estaba frente suyo y sonreía. Para Yoochun fue la primera vez que sintió miedo realmente.
Y la última vez.
Changmin iba avanzando por los pasillos aun a oscuras afirmándose de las paredes. Tenía claro a donde tenía que ir. De seguro que el Comandante había sacado a toda la gente de la Comisaría, si no fuera así, de seguro alguien hubiera escuchado los disparos y ya hubiera bajado a ver qué ocurría. Así es que no podría pedir ayuda en ese lugar. El único lugar cerca que le quedaba para pedir ayuda, era la otra Comisaría. Aun así debía caminar para llegar hasta allá, así que debía apurarse lo más que podía.
De pronto la luz volvió haciendo que sus ojos dolieran al recibir tanta cantidad de luz de forma tan brusca. Cerró los ojos y llevó sus manos hacia ellos para frotarlos cuando de pronto escuchó un disparo.
Abrió los ojos de golpe y se dio vuelta.
- No puede ser…
Su mente no quería darle juicio a lo que su corazón sentía. Tenía que seguir avanzando para pedir ayuda, pero algo le decía que tenía que volver al lugar.
Sin pensarlo ni detenerse a cuestionarlo por más tiempo, sus piernas comenzaron a llevarlo de vuelta hacia Yoochun. Al principio caminaba rápido y luego comenzó a correr. Llegó al lugar y lo que vio lo hizo desestabilizarse por completo.
Yoochun estaba en el suelo boca abajo y había sangre a su alrededor.
- No puede ser… - Volvía a decirse Changmin mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Comenzó a avanzar hacia Yoochun. El Inspector Yunho tenía sujeto al Comandante del cuello mientras este no paraba de reír. Los guardias se acercaban para tratar de calmarlos a ambos.
Para Changmin no existía un “alrededor” solo estaba Yoochun y el charco de sangre. Llegó a su lado aun sin creer lo que estaba viendo.
- Y-Yoochun…
Se agachó a su lado. Estiro su mano para darlo vuelta y poder verlo. Estaba tiritando.
- ¡ESTÁ MUERTO! ¡KUGUAR ESTÁ MUERTO! - El Comandante no paraba de reír. Los guardias aun seguían sujetándolo.
- Ch-Changmin…
Yoochun ahora estaba de espaldas en el suelo y su estómago estaba lleno de sangre. - ¿T-trajiste a-ayuda?
Changmin lo vio y su mundo se vino abajo. Su labio comenzó a tiritar y sus lágrimas mojaban sus mejillas. Sentía un dolor en su pecho que comenzaba a crecer y llenaba todo su cuerpo.
Yoochun le sonrió. – D-descuida, también sabía q-que era mucho trabajo para t-ti.
- Yoochun… - Decía Changmin. No podía evitar que su voz se quebrara con cada palabra que decía. – Por qué tuviste que…
- O-Oye, tr-tranquilo. Soy yo el que está en el suelo n-no tú.
Yoochun no borraba la sonrisa de sus labios, sin embargo, una lágrima comenzó a bajar por su cara. – E-eres un t-tonto por llorar ¿s-sabes?
Estiró su mano tratando de alcanzar la cara de Changmin para poder secarle las lágrimas, pero sabía que eso era mucho esfuerzo. Sentía que su cara era inalcanzable.
Changmin tomó la mano de Yoochun entre las suyas sin dejar de llorar. – Yoochun perdóname.
La apretaba y la llevaba contra su pecho.
Los ojos de Yoochun comenzaban a cerrarse. Sentía que estaba sobre una tibia cama y que tenía a alguien al lado cantándole una canción de cuna para ir a dormir. El pecho comenzó a dolerle cada vez que inhalaba aire. Con las últimas fuerzas que le quedaban tomó la mano de Changmin entre las suyas.
- T-te… qui-quie…
Changmin sintió que la mano de Yoochun perdía fuerzas. – No… Yoochun…. ¡Yoochun! Mírame, mírame estoy aquí.
Tomó su cara moviéndosela un poco. Acariciaba su pelo, pero Yoochun no reaccionaba.
Escuchaba la voz de Changmin. La escuchaba a lo lejos, como si los estuviera separando una pared enorme.
“No puedes dejarlo solo, Yoochun. Es demasiado dolor para un chico como él”
Intentaba abrir los ojos. Quería verlo. Verlo una última vez. Sabía que tenía que irse, pero antes quería tener su imagen como recuerdo.
“Mira lo que le hiciste al chico, Yoochun. Dices amarlo tanto y ni siquiera puedes mirarlo una última vez”
Yoochun sabía que las cosas no eran así. Yoochun quería mirarlo, quería abrazarlo y decirle que todo estaba bien. ¿Por qué siempre tuvo todo y ahora que de verdad necesitaba un poco de fuerza, la naturaleza y toda la suerte que siempre lo acompañó lo abandonaba?
Comenzó a cerrar los ojos mientras que su cara se hacía hacia un lado comenzando a tocar el suelo helado. Lo último que vio fue un par de piernas entrar corriendo y escuchó a alguien gritar su nombre. Conocía esa voz, pero no podía recordar de quién era. Detrás comenzaron a entrar más personas y luego todo se volvió negro.
El Inspector Yunho vio a la gente que estaba entrando y un alivio lo llenó por completo. Se acercó a Changmin que no dejaba de llorar al lado de Yoochun, lo tomó y lo sacó a la fuerza.
Todo ocurría en cámara lenta.
Como si todo estuviera dentro de la mente de Yoochun y antes de irse quisiera grabar cada detalle de lo que ocurría a su alrededor.
Unos guardias tomaron a Changmin y trataron de tranquilizarlo. Yunho se dirigió hacia la puerta que estaba del otro lado. De un solo golpe la abrió encontrándose con un pasillo. Al final otra puerta. Avanzó sabiendo que dentro estaba lo que buscaba. Movió la manija y para su sorpresa estaba abierta. La abrió lentamente encontrándose dentro con un hombre acostado en el piso apoyado en unas cajas.
Estaba lleno de sangre e inconsciente.
Este, era el final que realmente nadie se esperaba.
- Escúchame amigo, pedí solo dos vasos de cerveza y tú en la boleta me estás cobrando cuatro. ¡¿Qué tipo de servicio es este?!
Un hombre grande de barba estaba golpeando la barra exigiendo una explicación antes el mal servicio del local.
- Lo siento, juro que no volverá a suceder. Podemos solucionarle de inmediato su problema, señor.
- ¡Quiero una solución ahora! Y por tu error deberás regalarme una botella de ron gratis.
- Pero no podemos hacer eso. No está permitido en este local hacer ese tipo de promociones gratis.
- ¡¿Me estás diciendo que no solucionarás mi problema?!
Junsu sonreía.
Fines de semana de fiestas.
Jamás faltaban los clientes escandalosos que venían con ganas de pelear a la taberna. Y los ayudantes que acababa de contratar no tenían mucha experiencia en este tipo de cosas tampoco.
- Escúcheme señor cliente, le daremos sus dos vasos de cerveza y a demás su botella de ron gratis. Solo vaya a buscar una mesa y mi ayudantes se lo llevarán.
- Ya era hora de que me atendieran como corresponde. – El hombre se fue a sentar a la mesa más lejana pasando a llevar sin querer a otro sujeto y comenzando otra discusión en el lugar.
De seguro era un hombre difícil.
- Pero jefe, usted nos dijo que no podíamos regalar cosas a los clientes.
- Sé lo que les dije, pero en casos extremos, una botella de ron vale mucho menos que nuestra seguridad ¿no? – Junsu sacó un paño de debajo de la barra. – Y también creo haberles dicho que no me dijeran más jefe, soy Junsu y nada más. Ahora tomen, tú y tu hermano pueden ir a limpiar las mesas de los clientes para que este lugar funcione como corresponde. – Dijo pasándoles un paño a cada uno.
Junsu se aseguró de que todo siguiera en orden un momento y luego tomó una bandeja con un vaso y una pequeña botella que estaba sobre el mesón y se dirigió a las escaleras. Subió hasta el segundo piso y abrió la puerta de la habitación.
Dentro estaba Changmin parado mirando por la ventana. Al escuchar que alguien entraba se dio vuelta.
Vio que Junsu traía una bandeja en las manos y lo ayudó.
- Los trajiste antes de la hora ¿no? - Le preguntó mientras recibía la bandeja y la dejaba sobre el mueble al lado de la cama.
- Sí, creo que después no podré subir y traerlos, hay mucho trabajo allá abajo y los hermanos aun no están acostumbrados a atender a algunos clientes. – Sonrió Junsu - ¿Cómo está?
- Mejor, la medicina le está haciendo muy bien.
- Ya veo, y ¿cómo estás tú? – Junsu preguntó bajando la voz. Como si temiese que al hablar muy fuerte Changmin podría enojarse.
- Estoy mejor, no te preocupes. A veces… Se hecha de menos, pero… Tratando de superarlo.
- Me alegra, por lo menos ya sabes que es lo mejor para él. Bueno, volveré abajo a atender a la gente.
- Está bien, cuídate.
Junsu salió cerrando la puerta tras de sí. Changmin volvió a quedar solo en la habitación. Se sentó en la cama y comenzó a preparar el remedio que había traído Junsu.
De pronto la puerta del baño se abrió saliendo un hombre con muletas de él.
- Que asco de baño, le he dicho a Junsu mil veces que lo agrande y no hace caso.
Changmin lo miró y sonrió. – Es tu culpa por ser tan gordo, Yoochun.
Yoochun se acercó y vio que Changmin tenía un vaso pequeño en la mano. – Oh no, no señor, no tomaré esa asquerosidad de nuevo.
- Yoochun, sabes que tienes que hacerlo, sino jamás te sanarás.
Changmin corrió las sábanas para que Yoochun se acostara. Yoochun se sentó en la cama y dejó las muletas a un lado. Luego se apoyó en la pared, se tapó y cerró los ojos mientras Changmin le daba un vaso de su remedio.
- Que asco, en serio, ¿cuántas veces al día tengo que tomar eso?
- Tres veces. – Dijo Changmin mientras cerraba la botella y dejaba el vaso a un lado. – Y sabes que funciona. Tienes el ejemplo de Jaejoong, él lo tomó tres veces al día y ahora está como nuevo.
- Ese ingrato. Ni siquiera se ha dado el tiempo para venir a verme.
- Ya sabes, siendo el Inspector de la Capital ahora no tiene mucho tiempo.
- Lo sé.
Changmin se sentó en la cama junto con Yoochun y este lo abrazó. - ¿Y cómo te sientes tú, Changmin? ¿Aún lo extrañas?
- ¿Por qué todo el mundo me pregunta lo mismo? -Sonrió Changmin. – Está bien, lo admito, al principio que lo nombraran Comandante de la ciudad me dolió porque sabía que iba a estar lejos de casa más seguido, pero es lo que siempre quiso mi tío.
- Por eso ahora no te apartas de mi lado ¿no? – Yoochun le dio un beso rápido en los labios a Changmin. – Si tan solo no estuviera Junsu aquí para molestarnos, te podrías venir a vivir aquí.
- ¿Junsu molestarnos? – Rio Changmin – Él fue el que te salvó la vida Yoochun. Si Junsu no hubiera llegado con ayuda aquella vez, jamás hubieras salido de ahí a tiempo para que te salvaran.
- Lo sé. Recuerdo haber mandado a alguien a buscar ayuda y cuando volvió solo se puso a llorar al lado mío. – Sonrió Yoochun.
- ¿Quieres morir, Kuguar?
- No gracias, ya pasé por eso y créeme, no es nada agradable.
Changmin se apegó aun más a los brazos de Yoochun. - ¿Qué crees que esté haciendo ahora el Comandante?
- Pues, en el manicomio no creo que mucho.
- Sí…
- Oye, Changmin, aun no me lo has cobrado, pero yo recuerdo que hace tiempo te hice una promesa.
- ¿Una promesa?
- Sí – Yoochun acariciaba el pelo de Changmin. – Te dije que te daría un premio si lograbas resolver el último acertijo.
- Hmm.- Dijo Changmin en forma afirmativa. – Ahora lo recuerdo.
Yoochun dejó de acariciarle el pelo, lo tomó de la barbilla y lo acercó. – Como ahora no estás ocupado y yo ahora tengo el oficio de un vago, se me ocurre darte el premio ahora.
Yoochun le dio un beso. Jugó con su labio un poco antes de separarse. - ¿Ahora? – Dijo Changmin.
- Sí, ¿qué dices?
Yoochun volvió a darle otro beso y luego comenzó a besar su cuello.
- Pues… Yo digo que… Estás enfermo y en estas condiciones no podemos.
Changmin se puso de pie. Sabía que si seguía más tiempo al lado de Yoochun terminarían haciendo lo que Yoochun quería.
Y él también quería, pero Yoochun estaba saliendo de su operación por el estómago y aun tenía la pierna vendada.
- Yo no le veo lo malo, Changmin. – Yoochun tomó su mano y lo atrajo de nuevo hacia él. – Después de todo estaremos en la cama y yo no haré fuerzas con la pierna.
Changmin sonrió. Sabía que era imposible negársele a Yoochun. Pero quería jugar un rato. – No lo sé, Yoochun… Convénceme.
Yoochun sonrió. Acercó a Changmin del brazo y comenzó a besare el cuello de nuevo.
Yoochun sabía que era el punto débil de Changmin, por experiencia previa.
- ¿Convencerte? Mejor veamos cuánto puedes aguantar sin exigirme más ¿si?
Changmin sabía que terminarían haciendo lo que Yoochun quisiera.
Y es que claro, para un galán como él no le resultaba nada de difícil convencer a Changmin de hacer las cosas que quería.
Después de todo, así era él.
Así era Park Yoochun.
fuuuufff por un momento pense que habia pasado lo peor.
ResponderEliminarQue bueno que todo se soluciono.
Una pregunta, esto ya es el final o aun faltan mas capitulos?
Graciaass!!!
ohhhhhh me encanto
ResponderEliminarno se como explicarlo
vivi cada emocion el suspenso del trama
el terror de ver casi a yoochun muriendo
la alegria k se salvaran
el sufrimiento del inspector
la vida de los 2 hermanos siendo mejores personas
en si todo me encanto
lo lei de principio a fin y puedo decir es uno de los mejores que he leido
ahhh no se si es el final
oh si va a ver otra parte xk si hay has lemon
de verdad yo tambien quiero mi regalo
de verdad te felicito eres una maxima escritora
y vales oro
LA PARTE 2 POR FISSSS!!!!!!y que sea bien lemonosa XD
ResponderEliminarme enamore de este fic ,grasias a ti ahora soy una
supermega fan del yoomin.
eres la mejor,esta historia es perfecta *¬*
Es el final :'D
ResponderEliminarAunque podría considerar el hecho de hacer un último "capítulo especial" (IfyouknowwhatImean) Pero la verdad tendría que pensarlo, porque ahora estoy como con la idea de otro fic en mente :B
Megu.
dios sentia que moria cada vez que leia una linea, te quedo maravilloso mejor que una pelicula de suspenso *.* gracias ^^ espero la contiii >.<
ResponderEliminardios mio!! que bonito final!!! *llora como magdalena waa* por un momento me preocupe y pense que chunnie se murio waaa T_______T
ResponderEliminareste fanfic fue tan ingenioso y GENIAL!!!!!! me encanta la trama y todo en general! la manera de escribir es asombrosa!! felicito a la autora!! TT_________________TT Gracias!!
Ah!!!!
ResponderEliminarAutora no es posible heavens!, me hicistes llorar cuando le dispararon a Yoochun por poco y pense que Minnie se quedaria solo men!Si que eres una excelente autora me encanta este fico uno de mis favoritos, y como dije en mi coment anterior I LOVE YOUR FICO xD, es genial amo el final aunque eso si me dejaste en suspenso a cada rato pero te admiro ^ o ^
Un final y cada capo digno de este fico que es genial ^ o ^
ResponderEliminarOh! por cierto me encantaron los acertijos me dieron ganas de ser detective xD nah! pero ya me quede con la costumbre de observar mas las cosas y ser como Yoochun jejeje que amo su personaje tambien ah! el de todos kekeke : ), Ah! cielos! imaginarme a Jaejoong con sangre fue algo traumante pero si me lo imagine todo!!! waaaaaa cielos
ResponderEliminarAme con locura y pasión tu fic *O* el misterio, la sensualidad tan inteligente de los protagonistas! sencillamente magnifico. Espere mucho por leer el final y te agradezco que lo hallas subido por fin ^-^ Mi única inquietud...es que me dejaste con ganas de leer lemon al final T.T xD!!!!! Después de tanta espera merecíamos leer el revolcon loco que se darían xDDD espero hagas un lemon de esto y lo subas OwO xDDD
ResponderEliminareste genial dime hay mas cap porque quiero lemon entre estos dos jejeje
ResponderEliminarpor fin el loco esta donde deve y mi min en la cama de la persona corecta
Me encanto!!!! Continualo aunque sea un capitulo que contenga Lemon entre ellos dos, seria muy feliz!!!! ^^
ResponderEliminarAwwww!!!...Este es mi Fanfic Favorito Yoomin!!!!...Es mi favorito espere con ansias la conti gracias ojala subas un capitulo especial lemoso!!!1...Jojojo!!!!!....Awwwwww...Sigue asiendo fics asi y si son Yoomin Mejor......I love YooMin!!!!.......Me espante por un rato pense que Chunnie abia muerto esque le preguntaban y lo extrañas y yo de D:!!!!!....como cuando segun Yunho se entero de que changmin de acosto con yoochun ahi tambien me asuste.....Muy pero muy bueno!!!!!!!....Lo ame me fasino es mi favorito!!!!
ResponderEliminarwow.. este fic es uno de mis favoritos.. fue increíble, no podia dejar de leerlo XD, esperaba cada actu con ansias T.T, eres muy buena escribiendo.. la trama fue perfecta :) ahhh el ultimo cap me hizo sufrir XDD, pero fue un final muy lindo n.n, quiero leer algo mas tuyo y.... SI PORFA HAZ CAPITULO ESPECIAL!!! i know what that means XDD
ResponderEliminarEXCELENTE YOOMIN