Al Mejor Postor. cap 2

Pov’s Jaejoong
Y ahora cual será nuestro futuro a partir de hoy?-pensaba
Seguro va a ser un futuro tan desgraciado como lo había sido todo nuestro pasado…toda nuestra infancia había estado llena de miseria, maltratos, humillaciones, pobreza, abandono. No me sorprendía que una cosa como esta nos pasara, pero lo que no soportaba es que Junsu tuviera que pasar por todo esto, él era menor que yo, apenas había cumplido la mayoría de edad y ya tenía que pasar por todo esto. Yo, al ser su hermano mayor, debía haberlo cuidado pero sin querer todo se me salió de las manos, no pude evitar todo esto. Cuando éramos pequeños y nuestros padres se iban por días, yo tenía que cuidar de Junsu, a mi no me molestaba en lo absoluto; pero eso sí, era algo agotador ya que era yo el que debía educarlo a pesar de que yo también era bastante pequeño. Creo yo que con su educación, su formación de valores y moral he hecho un buen trabajo…Junsu es un muy buen chico, algo inocente e infantil pero no por eso llega a ser un engreído, a él también la vida lo ha golpeado muy duro, a pesar de todo el amor que yo le he dado pues siempre ha sentido esa gran falta de nuestros padres, es por eso que él y yo siempre hemos sido muy unidos.
No soy quien para juzgar a nuestros padres. Creo que ellos nos tuvieron solo por error, siempre se iban por días y días dejándonos en la completa soledad, sin comida, cuidado ni nada. Cuando tenía que preparar algo para que comiéramos Junsu y yo (o por lo menos Junsu) y no había nada en casa tenía que ir a pedirle a alguna vecina que por favor nos regalara algo…por fortuna teníamos una vecina muy buena, era una ancianita a la cual le hacía las compras para su casa, ya que ella casi ya ni podía caminar de lo vieja que era, y a cambio me daba algo de dinero o comida, es así como cocinaba. Cuando no había ni dinero ni comida solo veía a Junsu llorar de hambre, lo único que podía hacer era poner su cabeza sobre mis piernas y acariciarle el estómago, tratando así de que se pudiera dormir. Recuerdo que en situaciones como esas también le cantaba una canción y le decía “duerme Su, vas a ver que mañana te voy a preparar algo muy rico para que comas pero para eso tienes que dormir”…al día siguiente siempre trabajaba lo más que podía para comprar algo de comida y hacer que ya no llorara.

El camino en el auto es bastante largo, ya debemos de estar sentados aquí casi una hora. Al parecer mi hermano se ha quedado dormido.
-pobre-hago un comentario para mi mismo- debe de estar muy cansando. Es mejor que duerma antes de que vea y recuerde nuestra realidad.
Parece que por fin hemos llegado, levanto un poco mi hombro para que Su despertara, levanta su cabeza con pereza, al parecer no sabe donde estamos.
Se abre la puerta dejando ver a uno de los hombres que estaban vestidos todos de negro

-hemos llegado-nos dice con una voz muy grave-bajen

-donde estamos Jae?- me pregunta Junsu

Quisiera saber qué responderle, responder a todas las dudas que tiene, a todas esas dudas si respuesta que sé que rondan por su cabeza.
-no lo sé Su-le respondí con toda la sinceridad-mejor hay que bajar-digo con toda la calma que puedo. La verdad es que los nervios me están matando. Me dan nervios pensar en todo el daño que nos van a hacer, me da nervios pensar que nos pueden separar y que nunca más voy a ver a mi hermanito.
Bajamos del auto y solo vemos varios carros estacionados. Estamos en un lugar cerrado, al parecer es una cochera o algo así. Veo al que nos había abierto la puerta, el cual no hace un gesto que yo interpreto que es para que lo sigamos. Caminamos hacia una puerta muy grande, el hombre la abre y nos hace pasar, al pasar por esa puerta nos encontramos con un pequeño pasadizo. El señor vestido todo de negro se pone delante de nosotros para guiarnos, lo único que hacemos es caminar detrás de él, es mejor obedecer antes de que algo malo nos pueda hacer. Al salir de ese pasadizo lo que vemos nos impresiona, nos quedamos embobados…y sé que Junsu también se ha quedado así porque lo pude ver con el rabillo del ojo. Si con el paso de estos años no hubiera aprendido a reprimir mis emociones, seguro ahora se me estaría cayendo la cara de la impresión. Jamás había visto algo como esto en toda mi vida.
Era una casa inmensa… no, a eso no se le podía decir casa, eso era una mansión o un palacio. Era exageradamente grande, y eso que solo habíamos visto una parte porque seguro era mucho más grande. Tenía una decoración simplemente hermosa, sus paredes, sus columnas, su techo, sus adornos, todo encajaba perfectamente, todo era como si perteneciera a un rompecabezas, cada pieza encajaba perfectamente con la otra…no sobraba ni faltaba nada.
Seguimos caminando hasta llegar a una especie de sala de estar, ahí había un gran televisor de quien sabe cuántas pulgadas, conectados a él estaban dos controles de algún juego los cuales estaban tirados en el piso.

-esperen aquí-nos ordenó el hombre-si quieren se pueden sentar
Nos sentamos en el mullido sofá que había ahí, era de cuero muy cómodo y suave. De verdad que esta gente tenía todo lo que querían en la vida, no les faltaba nada. Aunque yo sabía perfectamente que el dinero no lo es todo en la vida, el cariño, la compañía y la comprensión también eran muy importantes…pero el dinero bien que ayudaba mucho y eso nadie lo podía negar, el que lo negara era un falso. Esperamos unos 10 minutos hasta que escuché unos pasos a lo lejos.

-tranquilo Junsu-le dije para calmarlo-todo va a estar bien-no sabía si esas palabras eran más para él o para mí. Respiré hondo tratando de calmar mi miedo y mis nervios.

Vemos llegar dos figuras muy altas ante nosotros, levanté mi rostro con algo de miedo. No sabía si debíamos pararnos o no.
Aquellas dos personas se hincaron ante nosotros viéndonos en vez de que nosotros nos paráramos como era lo debido. Volví a levantar mi rostro, que esta vez lo había escondido un poco más.
Me quedé casi si aire, no podía ser, a caso ellos eran…no, no podían ser ellos, eso era algo imposible. Esas dos personas frente a nosotros eran…
Casi se me cae la mandíbula de la impresión…que digo la mandíbula, casi se me cae toda la cara.
Esto seguro era una especie de sueño, un muy pero muy extraño sueño. Todo iba encajando en su lugar, ya iba entendiendo las cosas…bueno, no todas, pero algunas sí.
Así que ese par eran…no estaría exagerando mucho si dijera que casi me da un infarto. Esas personas eran los más poderosos de todo Corea, o unos de los más poderosos. La vida si que era increíble.

Siguiente