La verdad más cruda es revelada…
- Maldito policía, arruina momentos, ya que tanto lo quieres, escucha con atención, porque solo lo diré una vez...hace 12 años, cuando yo tenía 10 y tú ya tenías 12, tres meses después de que te marcharas con tus padres, al final de la primavera, empezó así...
Le relató la fatídica noche, según él, la recordaba, además había juntado toda la información contenida en las narraciones de esa noche de cada uno de sus amigos, así que tenía un cuadro por mucho más horroroso de lo que él mismo recordaba. Puso en sonidos todo el caos, el miedo, la oscuridad, el temor, el dolor de perder a su familia y encima de todo, empezar un cautiverio injusto.
- Después todo empeoró...
Changmin apretó más el cuerpo de su amante con su mano izquierda, estremecido por la monstruosa escena, temblaba de rabia, el puño libre lo apretó hasta que sus nudillos eran casi de color blanco. Tenía las uñas cortas, que si no, se habría abierto heridas en las manos. Junsu con voz trémula siguió hablando.
La mayoría de niños menores de 15 años fueron dejados con vida y llevados a lugar donde vivían provisionalmente los matones, debieron haber sido casi 30, había eso sí más niños que niñas. Para los menores de 10, que solo eran tres (Minho, Jonghyun y Onew) se les obligaba únicamente a trabajar, hasta que cumplan la edad para iniciar el adiestramiento, además para quienes tenían más de 10 años, empezó un entrenamiento marcial, muy riguroso y extenuante, de más de 12 horas al día, en el que les enseñaron a usar armas de todo tipo, blancas o de fuego, técnicas de combate cuerpo a cuerpo, además de enseñarles a ser muy crueles. No podía negar que les daban de comer decentemente. Pero el trato y el lugar donde dormían no era lo más adecuado, fuera del hecho de que no estudiaban.
Junsu no le dijo todo lo extenuante e incomprensible que era el encarcelamiento y decidió contarle la razón por la que visitaba la casa grande. Por lo general participaba de todas las actividades y entrenamientos, en el tiempo en el que no trabajaba era llevado para servir de compañía a Taeyeon, sin embargo en la casa grande todo era peor. Taeyeon era una chiquilla malcriada y caprichosa, hija del maldito malnacido de Lee So Man, era muy hermosa pero dentro de su pequeño y delicado cuerpo parecía caber mucha maldad.
Lo malo podía definirse en que lo obligaba a jugar a lo que ella quisiera, sin contar para nada su opinión, además era muy cruel pues cuando no lograba llevar a cabo con éxito alguna tarea le echaba la culpa a él, enseguida le arañaba la cara, el pecho o la espalda. –¨Eso es, ahí está el origen de sus cicatrices¨, pensó Changmin con amargura-. Le gritaba cosas ofensivas sin motivo alguno.
Lo bueno, era que Taeyeon le daba de comer siempre las mismas cosas deliciosas que servían para ella (a veces Junsu guardaba un poco y se las llevaba a sus amigos), le permitía bañarse –para que ¨no apestara su habitación¨- , lo mejor de todo era que le enseñó a cantar y a tocar el piano, le obligaba a practicar sus clases con ella, le enseñó para luego obligarlo a hacer sus tareas. Otra cosa que era muy buena, era que a Taeyeon tampoco le agradaba Rain, el matón favorito de Lee So Man y por lo tanto no le permitía entrar a su habitación, así Junsu no veía al otro monstruo de sus pesadillas tan a menudo.
En el campo de entrenamiento eran muy maltratados, física y psicológicamente, sin embargo con el tiempo y a fuerza de golpes se resignaron. Cuando la mayoría tenían alrededor de 13 años, se les empezó a llevar para ser una especie de guardianes del jefe y sus secuaces, en varias ocasiones los adolescentes fueron usados como escudos humanos, cuando los jefes se enzarzaban en peleas o balaceras se les desechaba sin remordimiento alguno. Por eso o aprendías a protegerte o aprendías, porque la otra opción era morir como perro callejero y esa no era una opción después de haber sobrevivido tantos años en el infierno.
Las manos de Changmin se crispaban al escuchar el relato, sus lágrimas caían, sin parar, trataba de disimular un poco para no interrumpir a Junsu que ya tenía la voz quebrada. Sorbía su nariz como lo hiciera cuando era chiquillo. Pero no dejaba de mirarlo directamente a los ojos.
- ¿Y no sé cómo?, Changmin ah, aun hoy no entiendo cómo fue que crecimos, sanos, no nos volvimos psicópatas y hoy casi podemos vivir normalmente Así seguimos creciendo, mientras más hábiles nos volvíamos para proteger a los malnacidos esos, más salíamos fuera, poco a poco entre nosotros íbamos montando la información de las actividades ilegales de aquellos y dándole forma, sabíamos perfectamente de que iba cada “negocio” , siempre fingíamos ser idiotas, pues si mostrábamos alguna luz de inteligencia éramos asesinados sin piedad, por “pensar demasiado”. A muchos le sucedió eso. Así vivimos 7 años. La mitad de nosotros desapareció, si te contara cada situación que rodeaba a las muertes no lo perdonarías nunca.
Junsu no le contó de sus pesadillas nocturnas, ni de los castigos extra a los que era sometido por no lograr dormir en silencio, no le contó de lo parecido a una cárcel que era el galpón en el que dormían, del frío que trataban de aplacar apretándose muchos los unos a los otros, tampoco le contó de las incontables veces en las que enfermaron y no recibieron atención médica.
Pronto su relato llegó a la noche en la que un negocio se había concretado, era la venta de un cargamento grande de droga, al poco tiempo de marcharse la contraparte, los hombres principales del viejo seguían celebrando con grandes cantidades de licor –proporcionadas por Rain en persona- y estaban bastante mareados.
Como entre aquella gente no existe el honor, el hombre a quién Lee consideraba como su mano derecha había propiciado una trampa, pues bajo su propia tutela no habían sido cumplidas todas las cláusulas del trato, el pago del dinero se había realizado de manera incompleta, les habían entregado una maleta con diez mil dólares falsos. Observaba Rain a su jefe reír y presumir de la enorme cantidad que había recibido, ebrio hablaba de todas las prostitutas que pensaba contratar y de todas las armas que tenía pensado comprar para adueñarse de otra comarca donde podrían poner un laboratorio completo para ahora sí fabricar el producto y no solo ser intermediarios, el licor caía de su boca por su barbilla. Era asqueroso y patético de ver. El matón favorito del viejo solo podía reírse mientras fumaba mariguana y notaba que hace varias horas que no había visto la delicada y ahora más femenina figura de la pequeña Taeyeon.
La chiquilla odiaba a la gente ebria más que lo que odiaba al resto de cosas del mundo y había ido personalmente a buscar a Junsu en el galpón para que la entretuviera, además de mantenerla alejada de los sonidos de los borrachos, ella tenía pavor a esas situaciones, pues hace varios años, mientras estaba borracho, su padre había matado a su madre, frente a sus ojos y al siguiente día, ni siquiera había dicho que lo sentía, nadie había vuelto a hablar de ella, como si nunca hubiera existido. Taeyeon odiaba profundamente a su progenitor, a todo y a todos a su alrededor, no entendía por qué su madre había tenido que sufrir semejante tragedia, ella la recordaba como una buena mujer, cariñosa, pero su padre era un monstruo y algún día pensaba escapar de su control.
Esa historia se la había contado esa misma noche a Junsu entre lágrimas, como cosa rara, él al escuchar la triste historia de la muchacha, su propia rabia y rencor habían menguado un poco, sin querer le había permitido entrar en su corazón, a pesar de lo difícil de su personalidad pensaba que estaba enamorado de ella, tal vez solo era una retorcida gratitud, como una especie de síndrome de Estocolmo. Con una actitud propia de su amable personalidad él abrazó a la muchacha y le cantó una canción, el llanto de ella mermó. Después de un tiempo terminaron jugando y riendo sobre la cama, sin querer tocándose un poco más de lo debido, se besaron, la primera ilusión de un par de adolescentes, inocentemente buscando un poco cariño para sus almas solitarias, ninguno de los dos quería reflexionar sobre si estaba bien o mal, o las consecuencias posteriores, empezaron a quitarse la ropa, una pieza por vez y volvían a besarse, siguieron su pequeño juego erótico hasta que escucharon un ruido de pasos, luego vislumbraron una enorme sombra, el miedo los dejó paralizados.
- Vaya, vaya miren quien está jugando a tener sexo...-Rain drogado o ebrio caminando tambaleante y con los ojos muy enrojecidos entraba a la habitación ante la mirada completamente horrorizada de los muchachos...-.
- La nena del jefe y uno de los perros de pastoreo...jajajaja...bien, por qué no siguen haciéndolo, yo los miraré, será divertido...
Se acomodó en un sofá frente a la cama, Taeyeon se escondía tras Junsu completamente descompuesta y temblorosa, solo en ropa interior, como los muchachos estaban petrificados del miedo y no hacían nada, el hombre se molestó y se acercó intentando agarrar el cabello de ella, inevitablemente Junsu se lanzó en su defensa pero fue quitado del camino sin problema alguno, el tipo tenía la fuerza de un animal, de una animal drogado. El golpe que le lanzó estrelló su cabeza contra un mueble y lo noqueó.
Estuvo un tiempo inconsciente, no supo cuánto, para cuando despertó, Taeyeon ya no estaba con ellos, supuso que se había marchado, sin embargo no supo que estaba muerta sino hasta un tiempo después. Entonces el monstruo había estado esperando que él despierte para hacerlo sufrir consciente, empezó a golpearlo sin piedad, como nunca antes, una y otra vez, patadas, puñetes, escupitajos, aludía la zurra al hecho de no haber cumplido su orden. De pronto ante la posibilidad de seguir viviendo en ese mundo-infierno le pareció inadmisible, se abandonó, dejó de luchar, era tan débil que no lograba defenderse, a nadie le importaba su muerte, morir no era una mala idea...y una vez más la oscuridad se lo comió...
Un grito desesperado de Yoochun ayudó a que sus sentidos regresaran a su cabeza, sin embargo las escenas que ahora aparecían ante sus ojos le parecía verlas como en una película, Yoochun herido recibiendo golpes y siendo desnudado a la fuerza, ya habían sido miles las veces en las que habían sido zurrados, pero nunca había pasado esto, nunca habían intentado abusar sexualmente de ellos, nunca. No supo cómo lo hizo, pero tomó eso que estaba en el piso, que seguramente era de Rain y que sin duda acababa de ser usada, no reflexionó en nada, disparó el arma mirando al enemigo estar a punto de penetrar a la fuerza a uno de sus mejores amigos…descargó todas las balas que había en el cartucho, 5 o 6, no descansó hasta ver al animal completamente vencido, que cayó sobre su amigo. No se guardó en su memoria que el arma no emitió sonido alguno.
Fue así como tomando el arma de Rain y su llavero en el que estaban las llaves de la bodega de armas, -luego de comprobar que Yoochun pudiera caminar-, salieron sigilosamente, afortunadamente nadie custodiaba la puerta del galpón así que fueron con los demás chicos, les contaron lo ocurrido y sin ningún tipo de duda ya juntos, se encaminaron, sabían que podían morir, pero era eso o vivir sintiendo que les arrancaban el alma a diario.
Jaejoong de 19 años, el mayor de todos, pero con un serio problema de alcoholismo, Yoochun un chico traído de otro pueblo de 18, Heechul, Eunhyuk, Donghee, Yesung, Ryuwook, Yoseob, de 17, Changyeol de 15, los menores Minho, Jonghyun, Onew de 13 y Junsu de 17, trazaron un plan para acabar con todos los secuaces. Tres niñas, Han Ji Min, Son Ji Hyo, Go Hye Sun, fueron sacadas de la casona por Yoseob y Ryuwook que las ayudaron a esconderse y tenían la misión de protegerlas en el bosquecillo de la parte posterior, el sitio que había sido el favorito de juegos de los niños, Junsu estaba muy familiarizado con él.
Ya en el pequeño galpón se hicieron de varias armas, por lo menos las que conocían a la perfección su funcionamiento, uno de los secuaces entró de repente, Heechul disparó por instinto, ninguno de los chicos dijo nada, en tácito acuerdo les colocaron silenciadores a todas las armas. Junsu tomó el papel de guía, al conocer la casa grande fue indicando los sitios exactos en los que podían evadir las cámaras de seguridad, las puertas, los corredores, con esta información los chicos se infiltraron con éxito, primero tuvieron que matar al hombre que estaba a cargo de la seguridad, su apodo era Jirafa, era familiar de Lee So Man, luego de deshacerse de un par más decidieron entrar en la sala donde el viejo se emborrachaba con 7 de sus más fieles seguidores. Junsu entró primero para tantear la situación, todos estaban acostumbrados a su presencia, nadie se sorprendió, solamente le ordenaron que llevara más licor, viendo que era necesario tomar la oportunidad, silbó, los chicos entraron y dispararon sin pensar a los presentes que muy poco hicieron para defenderse, lo que le causó extrañeza pero no había tiempo para analizar nada, el viejo y sus secuaces cayeron fulminados. Junsu entendió entonces que esa muerte, era demasiado piadosa, que había hecho mal, lo mejor hubiera sido hacerle vivir cautivo como todos ellos lo habían hecho con él mismo y sus amigos a los ahora habían obligado a volverse asesinos para conseguir una libertad que en esta época es un derecho, también se le antojaba matar a su familia delante de sus ojos...pero ya no había marcha atrás.
En el mismo momento en el que se preparaban para salir del salón, el resto de la gente a cargo de la seguridad se había percatado de una extraña situación en los alrededores de la casa, acudiendo al salón principal para informar al viejo se encontraron con los cadáveres lo que los alarmó y provocó profunda confusión en sus cabezas, el miedo de ser traicionados y acorralados los desquició, entonces había empezado una balacera campal en el salón principal. Los chicos habían tomado todo el armamento que pudieron pero nada les preparó para esto. Con mucha dificultad lograban cubrirse, ellos aún eran novatos y los atacantes eran matones profesionales.
Los sacrificios crueles se dieron inevitablemente, Chanyeol y Yesung cayeron primero, Junsu no logró defenderlos y fueron baleados sin compasión, después de eso, la rabia y la adrenalina hizo que en una maniobra arriesgada sobremanera, lograran deshacerse de 5 más de aquellos. Y pudieran avanzar, lograron salir de la casa, no tuvieron más opción que abandonar los cadáveres de sus amigos...e intentar salvar el pellejo...
Unos minutos antes otro grupo de matones que no eran de tan alto rango como para festejar en la casa, se encontraban en el galpón usado para almacenar grandes cantidades de distintas drogas, que se encontraba a unas cuadras hacia el sur, bajando la colina de la casona, acababan de percatarse del engaño, pues al comprobar los billetes de la maleta, los dólares falsos estaban entre los verdaderos. Inmediatamente se alistaron para informar en persona al jefe Lee de la terrible situación, sin embargo antes de que pudieran salir, los matones del bando contrario actuando según el trato que habían realizado previamente con Rain, ante el atraso de este en dar la señal para atacar, se habían impacientado, atacaron por su cuenta y acudieron al galpón en el que sabían se encontraría el dinero y una buena cantidad de mercancía.
Estos maleantes sin hablar para nada habían atacado a quemarropa a los integrantes de la banda de Lee So Man, en el fragor de la pelea un incendio gigantesco se había desatado, dando paso a varias explosiones en las que murieron varios hombres de bando y bando. Aquellos del bando enemigo que lograron salir se dirigieron inmediatamente a la casona con el único objetivo de acabar con el grupo contrario, sin piedad y con sus armas listas entraron en la casona, mataron a la gente de la servidumbre que había empezado a escapar desesperada al ver como los muchachos que servían de guardaespaldas habían asesinado a Lee So Man y sus más allegados.
Revisaron toda la casa y luego de encontrar en el salón los cadáveres se dieron por servidos, supusieron que Rain lo había hecho, arrojando una granada que provocó una enorme explosión y otro incendio igual de grande, los contrarios se marcharon en dirección al poblado dónde la poca gente que quedaba viva, estaba entrando nuevamente en pánico al observar las enormes llamaradas en medio de la noche. La explosión acabó con la vida de Ryuwook y Yoseob que después de dejar a las niñas en un lugar seguro había vuelto para ayudar a sus amigos, sin embargo la onda expansiva los dejó muertos en el acto. Luego el fuego se extendió por unos 20 minutos luego de los cuales una lluvia empezó a vencer lentamente a las llamas.
En el pueblo, o lo que había quedado de él, aun vivían personas normales y una gran cantidad de matones que también pertenecían a la banda del viejo, estos se habían enzarzado en una pelea monumental con la gente que atacó la casa de Lee, luchaban en las pequeñas callejuelas, las balas que llovían sin cesar de un lado a otro habían acabado con la vida de personas inocentes por segunda vez en menos de diez años, entre ellas BoA, la primera hija de aquella mujer que odiaba a Junsu, la madre de Yoona y Seohyun. No quedó nada ni nadie que pueda dar razón de que sucedió en realidad, por eso mucha gente creía que fue Junsu en persona, quien además de traicionar a su amo, atacó la villa, pero no fue así.
Luego de varios minutos escondidos en la arboleda posterior a la casa grande, volvieron corriendo a toda velocidad cuando escucharon la explosión, con los ojos desorbitados por el miedo, la confusión, sin moverse siquiera aunque la lluvia les lavaba del cuerpo la sangre seca, miraban como los incendios iban mermando poco a poco, los cadáveres de los sirvientes en la entrada de la casa, los incendios pequeños de las casuchas del pueblo. Los sonidos de las balas hacían eco sordos en sus oídos.
Miraban sin ver, lloraban sin lágrimas, una vez más estaban viviendo lo más parecido al infierno, una vez más habían sobrevivido, nada parecía tener sentido. Caminaron lentamente en dirección al poblado, viendo que todo estaba destruido, algunos pobladores habían logrado escapar, pero no eran muchos, la situación era tan extraña, a pesar de las estruendosas explosiones nadie de fuera vino a saber que sucedía, estaban más solos que nunca. Cuando empezaron a revisar las casas una por una, iban hallando a niños muertos de miedo escondidos en lugares inauditos, Junsu los tomó a todos y los llevó con el resto de chicos, al principio todos estuvieron en desacuerdo, sin embargo, el ahora jefe los convenció con una sonrisa.
Entonces habían vuelto a la casa grande con los niños, luego durante un par de días dieron sepultura a los muertos. Entre los cadáveres se encontraba el de Taeyeon, que había muerto en el baño, supuso que Rain lo hizo, el fuego no había llegado a la parte de la casa en la que estaba esa habitación y el cuerpo tenía señales de lucha además de una bala en la cabeza, el calibre del arma de monstruo correspondía, Junsu lloró por ella, pero nunca más se pronunció ni una palabra en su honor.
Con el pasar de los días habían rescatado y vendido las cosas de mayor valor que aún había en la gran casa, para poder comer, como un golpe de suerte habían hallado en el sótano una cantidad de dinero con el que posteriormente empezaron a reparar los destrozos en la casona, adecuaron la casa para que todos los huérfanos vivan en ella, ninguno tenían otro lugar a dónde ir, también se quedaron con las armas.
La gente que logró escapar del poblado había empezado a volver y la vida fue tomando lentamente su curso, todos los chicos en común acuerdo decidieron que Junsu sea quien los guíe, a pesar de que no era el mayor, si era uno de los más fuertes, además pactaron nunca hablar con nadie de lo sucedido. La gente del pueblo no sabía quiénes eran en realidad quienes los habían atacado, pero sabían que no eran conocidos, sin querer, o por la inercia, no se les hizo raro que los chiquillos que ya se estaban convirtiendo en hombres continuaran con los negocios del viejo, se enteraron de que fueron ellos quienes sepultaron a todos los muertos y rescataron a los niños, así que decidieron hacer una tregua y empezar otra vez.
Los muchachos encontraron el lugar que en el futuro sería el bar, lo compraron, lo repararon y emprendieron el negocio, empezaron a prestar el dinero con un interés más bajo que otros en las comarcas vecinas y así pudieron ganar dinero suficiente para vivir por su propia cuenta, de eso ya eran cinco años.
- El resto ya lo conoces, lo has visto con tus propios ojos.
En silencio después de haber escuchado toda la terrible historia de la vida del hombre pelirrojo, se distraía oyendo su respiración ahora ya más tranquila y pausada, sus manos recorrían una a una las protuberancias de las vértebras de su columna, el tacto de su piel era suave, excepto en los lugares en los que había cicatrices, en el resto era perfecta, sus movimientos eran lentos y examinativos, podía sentir los leves bellitos de la dorada piel, que ahora ya estaba seca.
Cerraron sus ojos por lo que parecía una eternidad, pero no fueron más que unos pocos minutos...
Todo era especialmente vívido, a pesar de no haberlo visto, cada palabra reproducía los hechos, y le hacía querer matar al desgraciado, a los desgraciados que les habían hecho eso, ahora empezaba un dilema moral importante…qué es lo que le iba a decir a su jefe...
- Bien hecho teniente…-la puerta de la habitación estaba abierta, después de recibir un golpe muy fuerte y varias personas estaba alrededor de la cama-.
- Mmm…-Junsu se revolvió un poco somnoliento...-.
- Jefe Jung…-Changmin abrió sus ojos asustado, con la frecuencia cardiaca a mil-. ¡No por favor..., aun no!...-susurró-.
- Siento interrumpirte... -dijo Yunho sin siquiera mirarlo, debo llevarme a la persona que está en la cama-…
- ¡Junsu, hijo de puta, despierta!, nos ha traicionado…- la voz de Eunhyuk sonó desesperada-.
- ¿Qué…?...traición, ¿quién…?, ¿qué sucede…? –el pelirrojo abrió sus ojos, entendiendo que la situación en la que se encontraba-.
- Junsu yo… -Changmin no tuvo agallas para mantener sus ojos en los grises y agachó su cabeza-.
- Tú…, ya lo sabía…, has lo que quieras conmigo, pero dejen libre a los demás…
- Lo siento chico no se puede…-la cara del jefe solo demostraba lástima-.
La cara de vergüenza de Changmin, la cara de rabia y desesperación de Eunhyuk que estaba esposado y la cara de lástima del policía, provocaron la ira de Junsu que gritó:
- ¡A la primera oportunidad que tenga, te mataré!…-
- Tienes derecho a guardar silencio…-dijo Changmin sin emoción ni en su voz ni en su rostro que seguía cabizbajo-.
Junsu se puso como un loco, agitándose desesperadamente, logrando propinar unos buenos golpes a los policías que trataban de reducirlo, se necesitaron 5 hombres y un buen golpe en la cabeza para dejarlo quieto. Antes de perder la conciencia pensó que sabía que iba a ser un error acostarse con él, contarle su historia, pero nada pudo parar lo que sentía su corazón, ahora había metido a todos sus amigos en problemas… ¡Maldito Changmin!…cómo odiaba a la policía…
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