KINGDOM TVXQ!

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Arualthings

Lluvia de estrellas - Cap. 10

-¿Entonces…? –Preguntó Yoon a su amigo. Los dos estaban pasando el descanso en la azotea de la escuela.

-¿Entonces? –Min no entendía a qué se refería, sin previo aviso Yoon lanzó esa extraña pregunta sin la presencia de algún contexto.

-¿Cómo está Sargento Yunho?

Fingió no entender -¿Por qué me preguntas eso? ¿Cómo voy a saberlo?

-Creí que habías ido a su casa.

Negó rápidamente sin mirarlo –No lo hice.

Yoon no se tragó esa respuesta, pero de nada servía insistir en algo que él mismo había buscado. Changmin le había confesado entre líneas que se sentía atraído por su profesor de deportes y él no lo había apoyado, prefirió persuadirlo a conocer chicas, sería ingenuo creer que Min se abriría con él. Suspiró derrotado.

-Está bien si lo hiciste –se rascó la cabeza para observarlo a continuación -él te salvó la vida después de todo –Changmin hizo un sonido de afirmación –si llegas a ir agradécele de mi parte –sonrió avergonzado cuando sintió la mirada curiosa del otro.

-¿Ahora lo consideras? –sonrió.

-No me malinterpretes, siempre lo he hecho, y lo respeto mucho, es un sujeto genial pero… esa obsesión que tienes por él…

-¡No estoy obsesionado! –Mentía, y su subconsciente se lo gritaba, deseaba poder verlo de nuevo y se desesperaba porque cada mañana debía levantarse de la cama sabiendo que ese día tampoco lo encontraría en la escuela.

-Jeje bueno, como sea –Se sentía incómodo al tratar ese tema –sólo quiero decirte que puedes hablar conmigo –le dio una palmaditas sobre el hombro -no importa si es de él o de… -alzó los hombros avergonzado –lo que tú quieras.

Min sonrió conmovido, podía notar la sinceridad de su amigo y el nerviosismo por ser rechazado. Le rodeó los hombros con su brazo derecho, se quedaron en silencio por un minuto, y para romperlo Changmin bromeó –Ya me dijeron que estuviste llorando cuando no me encontrabas.

Yoon posó sus enormes ojos en Changmin -¡Eso no es cierto! ¿Quién te lo dijo? –Su rostro se puso rojo de vergüenza haciendo reír al otro.

-Eso qué importa, ¿es cierto? Dicen que HyunJong tuvo que consolarte.

-¡Yah! –Le dio un empujón con el codo provocando que la risa de Min se volviera más fuerte -¡¿Quién te lo dijo?! ¡Él te lo dijo! –Se acercó a su amigo para golpearlo en el hombro -¡Deja de reírte! –pero Min lo rodeó en un abrazo cariñoso que no se esperaba bajándole todas las defensas.

Los dos chicos se quedaron en silencio, respirando acentuadamente debido a la reciente liberación de energía.

Yoon no entendía y se sentía incómodo por no conocer la razón de aquel movimiento. Colocó sus manos oprimiendo la camisa de Changmin a los costados de su cintura, en un gesto que mostraba que aceptaba el abrazo, pero que se resistía por no dejarse llevar. El momento ya se había alargado y se le formó un nudo en la garganta al sentir que aquel abrazo se había vuelto más fuerte y tenía un sabor melancólico. -¿Changmin…?

-Perdón –dijo en voz baja -por haberte asustado así.

Ahora entendía, Yoon había intentado no tocar aquel tema de manera profunda, quería olvidarlo, ni siquiera lo recordaba como una aventura digna de ser contada. Se sentía débil cuando su mente cavilaba en lo que fue y lo que pudo haber sido; recreando momentos, inventando otras posibilidades que pudieron evitar aquel momento desagradable o empeorarlo. Alzó los brazos correspondiendo al abrazo, ocultando su rostro en el hombro de su amigo, no quería llorar, pero la sensación de miedo y alivio que sintió en esos momentos lo volvió a inundar y cubrió sus lágrimas -¿Qué me pasa? –dijo entre un sollozo y una risa frustrada.

Min sonrió y agradeció tener a su lado a alguien que se preocupara por él de esa manera, ya no habría secretos entre ellos, eso estaba decidido.

***

Yunho no soportaba más, quería volver a la escuela, hizo todo lo que los médicos le indicaban para sanar lo más pronto posible. Ahora esperaba a que el doctor le diera de alta para poder volver a dar clases. Necesitaba ver a Changmin, esos días sin saber nada de él más que lo que Han a veces le llegaba a contar eran desesperantes. ¡¿Por qué no había intercambiado su número con él?! Se preguntaba todo el tiempo.

-Bien, Yunho, parece que ya todo está bien –dijo el doctor.

-¿Ya puedo regresar al trabajo?

-Sí, pero no hagas mucho esfuerzo, ve poco a poco ¿de acuerdo?

Yunho y Han se sonrieron, ese sería el último día de las vacaciones forzadas del profesor, no dejaría pasar un día más.

Llegando a casa comenzó a hacer ejercicios ligeros ante la mirada maternal de Han “no te esfuerces mucho, ya escuchaste al doctor” le decía ella. “Ya lo sé” respondía.

-¡Ah! Con todo lo sucedido estos días olvidé decirte –dijo mientras entraba a la cocina a preparar algo de comer –Hace tres días vino una mujer de SM Entertainment.

Yunho se detuvo poniendo mucha atención a las palabras de su amiga. Había olvidado a aquella empresa, escuchar hablar de ella fue como regresar a la vida que le correspondía -¿Ah sí?

Saliendo de la cocina para mirar de frente al otro, prosiguió –Dijo que había observado la presentación de Changmin en el festival cultural y que estaban interesados en hacerle un casting.

Él se quedó pensativo, sentía una inquietud desagradable. Es cierto que era lo que debía pasar, conocía la historia, aunque no fuera totalmente fiel a la que Changmin le había contado.

-También están interesados en HyunJong, a él no lo has visto cantar, pero también es muy bueno –Regresó a la cocina desde donde sólo podía escucharla –me sugirió que practicaran mucho canto y baile para que estuvieran listos en dos semanas. Aquí es donde entras tú. – Vio a Yunho entrar – ¿me ayudarás a entrenarlos en el baile? –terminó con una sonrisa.

-Enserio –expresó reticente –quieres que los entrene en dos semanas.

-Ajá, ¿te imaginas? ¡Podrían entrar a SM, serán las celebridades del mañana!... ¿Qué pasa, no te gusta la idea?

-No, es que… -No sabía qué pensar sobre todo eso – ¿sabes si es lo que quieren ellos?

-Bueno… no se los he dicho, también tendríamos que hablar con sus padres, pero si aceptan, me ayudarás ¿verdad?

Han parecía muy emocionada con la idea, él sólo pudo sonreír y asentir sin estar convencido.

Esa noche no pudo dejar de pensar en eso, había llegado el momento en que se uniera a la empresa e iniciara su carrera como cantante. Conocería al Yunho joven, a Jaejoong, Yoochun y Junsu. Andaría un largo camino para terminar como un dúo. Él conocía su destino, se transformaría en un hombre amable y sarcástico, seguro de sí mismo y admirable; conocía cuáles serían sus momentos de tristeza y alegría; y lo mucho que lucharía por seguir siempre adelante. Sí, Yunho recordaba sus etapas de evolución, a sus fans y la locura de éstas por necesitarlo suyo, tan suyo que no pudieran medir su fuerza contra él terminaran rompiéndolo.

Tembló de pies a cabeza, conocía cómo terminaría la vida de Changmin y a qué edad sucedería; conocía el día y hora de su entierro y el dolor que causaría.

Se levantó de la cama sudando frío, sentía la boca seca y un malestar en el estómago. Entró a la cocina. Con las manos temblando se sirvió agua la cual bebió sin pausa. Un miedo terrible se adueñó de él. Aunque de manera distinta, la historia se iba desarrollando de igual manera y él conocía el final.

***

El profesor Kang había tomado la responsabilidad de su grupo mientras Yunho se encontraba en casa, sus clases eran aburridas para los alumnos de Jung, pues ya acostumbrados al esfuerzo sentían que las clases con Kang eran una pérdida de tiempo. Se preocupaban por el momento en que volviera su profesor y los encontrara fuera de forma.

Esperando que Kang entrara por la puerta del gimnasio, fue grande su asombro cuando fue Sargento Yunho quien hizo su aparición en lugar del otro. Yoon se decepcionó, prefería la clase relajada de Kang, pero rio al notar la sorpresa en el rostro de Changmin.

Los alumnos se acercaron sonrientes al profesor quien procuraba caminar con soltura, pero su cuerpo seguía resentido siendo evidente para los demás.

-Profesor, ¿seguro que ya está bien? –pregunto una alumna.

-No –confesó –pero eso no evitará que terminen sudando al salir de aquí.

Sonrieron ante el ánimo de su “sargento”. Sinceramente lo habían extrañado y se alegraban al tenerlo de vuelta.

-Ahora necesito saber cómo se han entrenado –Dijo tomando asiento en las gradas y era rodeado por todos.

Mientras escuchaba a sus alumnos hablar sus ojos siempre observaban hacia Changmin, cruzando repetidas veces sus ojos con los contrarios intentando ser discreto. En resumidas cuentas, Yunho había entendido que sus alumnos habían haraganeado todo este tiempo.

-Es broma ¿verdad? -Ante el silencio incómodo de los jóvenes, prosiguió –¡JongHyun!

El chico se presentó ante su profesor –Sí, señor.

-¿Cómo permitiste esto? –fulminándolo con la mirada.

El alumno bajó el rostro en espera de un regaño.

-Sabes que eres quien debe tomar la batuta cuando no estoy.

-Traté de sugerir ejercicios al profesor Kang, pero le parecieron muy exhaustivos y decidió por él mismo.

-¿Fuiste a dirección?

-No señor.

-Entonces te conformaste. ¿Todo el chiste de Kang bastó para ti? -Molesto se volvió a su grupo –Y qué pasa con los demás ¿disfrutaron sus vacaciones?

-No señor –dijeron al unísono.

-Yo sí –le susurró Yoon a Min, rieron los dos y fueron descubiertos por Yunho.

-Choi, Shim, ¿algo que quieran compartir con la clase?

Yoon bajó la cabeza negando en silencio. –No señor –respondió Changmin bajando la cabeza enseguida. Suspiraron aliviados al notar que Yunho lo había dejado pasar y se había regresado con el resto. Volvieron a reír cabizbajos.

-Pues lo siento por ustedes porque esta clase la van a resentir mucho. ¡En fila! –Ordenó.

La hora y media de clase fue dura para todos. Yunho no era tan cruel como para ponerles ejercicios dignos de la última clase que tuvo con ellos, pero aun así, y considerando el estado físico de los alumnos, en su clase nadie iba a holgazanear.

Changmin corrió con la misma suerte, poniendo a prueba a su novio, aflojaba de vez en cuando ganándose una reprimenda.

Terminó la clase y todos se dejaron caer exhaustos, no podían creer que habían extrañado todo eso.

-Los ejercicios que hicieron son pan comido para niños de primaria –exageró el profesor – El que se encuentren al borde de la muerte es por la mala condición física que ganaron en estos días. – Nadie dijo nada, sólo se dignaron a jalar aire con fuerza para llenar sus pulmones –Ya saben lo que tienen qué hacer, entrenen en casa porque no quiero levantar cadáveres en la siguiente clase.

-Está loco –susurró Yoon a su amigo, quien agitado mantenía los ojos cerrados en un acuerdo silencioso.

-Todos a las regaderas, terminó la clase. JongHyun, cuando puedas ven a mi escritorio, quiero hablar contigo. –Sin esperar respuesta salió del gimnasio, no sin antes dirigir una rápida mirada a un Changmin totalmente exhausto.

***

-No sé quién está más loco, Sargento Yunho o tú por sentirte atraído por un loco como ése.

Changmin y Yoon hablaban en los vestidores. Después de la clase de deportes, todo el grupo tuvo que darse un baño para quitarse el sudor y refrescarse. Ahora, ya recuperados, se vestían con sus uniformes formales mientras guardaban el de deportes en una bolsa de lona.

-¡Shhhhh! ¿Tienes que gritarlo?

-Hermano, son tus nervios, nadie está escuchando.

-Eso no importa, no lo hables cuando hay alguien cerca.

-¿Qué te pasa? Creí que estabas feliz porque regresó –dijo al verlo deprimido.

-Pues… sí… es que… –Changmin se sentía triste, obviamente no esperaba un encuentro lleno de miel y peluches, y podía entender que debían guardar las apariencias, pero al menos esperaba que hubiera algunas muestras de algo, y no fue así, antes sintió que Yunho se ensañó con él.

-Oh, ¿estabas muy emocionado?

Changmin asintió en silencio con un puchero en su rostro.

-¿Y él fue malo contigo?

Volvió a asentir.

-Pero así es Sargento Yunho –Finalmente lo hizo alzar la mirada –es una bestia –sonrió haciendo sonreír al otro también.

-Sí lo es –rio con más soltura.

Al día siguiente lo resentiría su cuerpo y lo sabían.

***

El día había terminado sin complicaciones. Mientras todos tomaban sus cosas para irse, Changmin pensaba en sus opciones.

-Hey Min, ¿quieres ir a jugar un rato?

El mencionado sonrió incómodo, Yoon lo entendió sin necesidad de que dijera nada.

-¿Tienes algo qué hacer?

-Sí, yo… te veo mañana ¿sí?

Su amigo rodó los ojos –Ok, pero tendrás que pagar la “reta” la siguiente vez –después de la afirmación de Min, Yoon se despidió - hasta mañana –y salió del salón.

Changmin cargó su mochila sobre su hombro derecho, pasó al baño, revisando su apariencia en el espejo acomodó algunos mechones de cabello y aprovechó para pasar a los sanitarios, temía que la ansiedad hiciera de las suyas. Bien, estaba listo.

Sin más se dirigió al aula de profesores, se asomó con cuidado por la puerta abierta y no tuvo problema en localizar rápidamente el escritorio de Yunho, pero fue grande su decepción al encontrarlo ocupado. Hablaba muy seriamente con HyunJoong quien asentía sentado frente a él. “¿De qué tanto estarán hablando? ¿Tardarán mucho?” Se preguntó.

-¡Changmin! –escuchó detrás de él la ya muy conocida voz de Han. Se volvió hacia ella e hizo una inclinación de saludo. -¿Buscas a alguien?

-¡No!, sólo pasaba por aquí.

-Pues qué suerte que te veo porque quería hablar contigo. Ven. –Atravesó la entrada del aula esperando a que el joven la siguiera, así lo hizo, pero al contrario de lo que esperaba, Han se dirigió al escritorio de Yunho.

El profesor, al reparar en Han, dejó de hablar dirigiendo su mirada a la profesora y posteriormente notando la presencia de Changmin quien se acercaba incómodo.

La profesora jaló una silla ofreciéndosela a Changmin y ella tomó otra colocándola junto a Yunho, así quedaron los adultos frente a los alumnos.

-Bien –comenzó Han –supongo que ya le informaste a HyunJoong la noticia –le preguntó a Yunho.

-Sí, de eso hablábamos. –Dio una mirada a Changmin quien turnaba la vista entre sus dos maestros.

-¿A Changmin no le has dicho nada? –ante la negativa, Han se dirigió al menor explicándole de lo que se trataba, la visita de aquella mujer y la invitación a un casting para SM.

Yunho estudiaba los gestos de Changmin, para su mala suerte parecía interesado, era lo que quería evitar, por eso sólo lo habló con HyunJoong aun sabiendo que en cualquier momento Han se lo diría, sólo esperaba que para entonces la falta de tiempo le quitara el interés a Min. Cuando Han le habló sobre el entrenamiento con Yunho, él le dirigió una mirada y el mayor sonrió de manera seca asintiendo, por el gesto del alumno parecía haber notado que el otro no estaba convencido leyendo su rostro por unos segundos.

-Entonces ¿qué les parece?-terminó ella.

HyunJoong estuvo de acuerdo, no era algo que le interesara demasiado, pero lo consideraría un reto. Changmin quería hacerlo, pero la expresión de Yunho le hizo dudar por lo que buscó una respuesta en su profesor, pero éste sólo lo observó inexpresivo así que terminó por aceptar.

-¡Perfecto! –Se levantó Han de la silla –hay que ponernos de acuerdo para las clases especiales –fue a su escritorio sacando una agenda de su bolso y regresó con el trío.

Changmin apenas oía lo que decía su maestra, no dejaba de pensar en que posiblemente Yunho estaba en desacuerdo, qué era lo que él no lograba ver. ¿Era una buena oportunidad? “¿Changmin?” –Perdón, no escuché –se sinceró.

-Te decía que si está bien de lunes a miércoles después de tus clases.

Él asintió más por formalidad que por seguridad.

-Bien –hizo unas anotaciones en su agenda –ya sólo falta que se pongan de acuerdo con el profesor Jung para sus sesiones de baile. Nos veremos en sus clases, por favor no lleguen tarde. Tengo que irme porque ya voy retrasada –dijo antes de tomar su bolso y salir del aula.

Los jóvenes dirigieron su atención a Yunho, éste miraba pensativo en la dirección por donde desapareció Han. Asintió como si hubiera llegado a una resolución consigo mismo y observó a los presentes –Bueno jóvenes, nos agendaremos en la semana, como el casting está cerca obviamente serán sesiones muy intensas. Todavía están a tiempo de pensar si esto es lo que quieren para su vida –Sin más que decir señaló con un bolígrafo, que sostuvo todo el tiempo, la salida –Gracias, ya se pueden ir.

Se pusieron de pie con la mochila al hombro y después de una inclinación de despedida caminaron hacia la puerta.

-Changmin –habló el profesor, ambos se detuvieron – ¿podrías quedarte un momento?

Asintió quedándose en su lugar y el otro se marchó.

Cansado, suspiró, observando al menor. Señaló la silla que apenas había sido desocupada –Siéntate.

Aún había profesores en el aula. Changmin se sentó expectante, pero Yunho no dijo más, se dedicó a guardar sus cosas, despidiéndose de algún profesor que salía, sin apenas dirigirle una mirada a Min. Terminó, se tomó unos segundos para revisar que no olvidara nada y le indicó al otro que lo siguiera.

Caminaron en silencio por el pasillo hacia la salida. Changmin quería romper el hielo, era frustrante que hubiera esa incomodidad cada vez que se veían, se suponía que ya eran novios ¿en qué momento dejarían de sentirse así? Una idea repentina le preocupó, Yunho se había arrepentido y ahora no encontraba la manera de decirle que quería terminar.

-¿Cómo estás Changmin? –Acabó con el silencio.

Min lo observó, su profesor seguía caminando manteniendo la vista en frente.

-… Bien –Se sentía muy incómodo, si Yunho quería terminar con él que lo hiciera rápido… o tal vez… su profesor ni siquiera recordaba que lo había aceptado, tal vez estaba bajo los efectos de las medicinas y ahora no lo recordaba… o tal vez rompió automáticamente su relación porque en todo ese tiempo Changmin no volvió a visitarlo.

-¿Tu familia cómo está, se encuentra bien?

Hizo un sonido afirmativo, se estaba volviendo loco “¡Al diablo con las preguntas!” pensaba.

-Me alegro. ¿Qué opinas de la propuesta de Han? No te vi convencido.

“Eso es porque su mirada me descolocaba” –Pues… quiero intentarlo.

Yunho guardó silencio unos segundos y después se detuvo volviéndose de frente a Changmin quien se detuvo a su vez.

-Si pasas ese casting ¿aceptarás dedicar tu vida a ser una celebridad? ¿Ése es tu sueño?

La profunda mirada de Yunho sobre él le intimidó, no era algo que se hubiera tomado tan seriamente, podía decir que sólo se sintió alagado de que una trabajadora de SM se hubiera impresionado con su voz y que lo que vendría o conseguiría con ese casting sería algo en lo que pensaría después.

-¿Y qué tiene de malo? Se gana mucho dinero. Además me gusta cantar.

-Pero no estás considerando los contras, es una carrera muy demandante, no volverás a caminar por las calles con libertad, no tendrás tiempo de ver a tu familia.

-No sé si quiero dedicarme a esto, sólo pensé que quiero hacer la prueba, ya luego pensaré en qué hacer –dijo para quitarle importancia, no se sentía cómodo hablando de algo sobre lo que no tenía respuestas claras.

-¿Enserio? ¿Así tomas tus decisiones de vida? –Yunho se estaba alterando.

Changmin gruñó sobándose la cara con las dos manos, no sabía qué decir, simplemente ya no quería hablar sobre eso, se le hizo fácil decir que estaba de acuerdo y ahora se sentía en un juzgado.

-¡Shim Changmin!

Ya se esperaba esa reacción en su profesor, su actitud había sido insolente para el mayor. Se destapó el rostro y suspiró pidiendo paciencia al cielo. –No, no voy por la vida tomando decisiones al azar, pero no sé qué decir –se sinceró observando su gesto de reproche. -¿Por qué está molesto conmigo? –dijo sin pensar.

Jung suavizó la mirada, apenas caía en cuenta de que estaba presionando al menor.

-Lo siento –Sin libertad para muestras de cariño, Yunho acomodó con suavidad en cuello de la camisa de Min -¿No quieres hablar de esto? –asintió ante la negativa silenciosa del otro quien como un niño regañado mantenía la cabeza gacha. –Hey –le hizo una caricia rápida en la barbilla logrando que lo mirara –No estoy molesto, estoy un poco estresado, perdón por desquitarme contigo.

Changmin le creyó, su mirada era ahora suave y podía notar en sus gestos que se sentía culpable de haberlo hecho sentir mal. Asintió sonriendo por formalidad.

-Ven, te acompaño a tu casa.

En el camino Yunho buscó hacer conversación sobre cualquier cosa intentando cambiar el humor de Min y poco a poco fue resultando logrando incluso hacerlo reír.

-Eso fue duro –dijo Changmin refiriéndose a la sesión de ese día.

-Fue culpa suya, en primer lugar no debieron permitir que el profesor Kang se hiciera cargo de ustedes, de haberlo sabido le pido el favor a Dong Yul –Soltó una risa ante la expresión de terror del otro.

-Eso habría sido terrible, profesor, habría regresado encontrándonos con uniformes militares y cortes de pelo a rape.

Rio con fuerza –Bueno, habrían hecho mi trabajo más fácil.

-Entonces, ¿ustedes dos mantienen contacto?

-Sí, es un buen tipo, algo duro, pero me visitó en casa.

-Yo ya no pude regresar –Se justificó.

-Lo sé, era complicado. Antes de que se me olvide, tienes que pasarme tu número –Sacó su celular entrando en la agenda.

Changmin se lo dictó y apenas el número fue anotado, su celular vibró. Era una llamada perdida.

-Ese es mi número, úsalo bien –le guiñó el ojo e hizo suspirar el alumno.

Feliz dio nombre al contacto “Hyung”. Para él no había otro hyung a quien admirara más, Yunho estaba en la sima.

“Changmin” –escucharon ambos proveniente de una voz infantil y femenina. Miraron en dirección a la chica, se trataba de SeoYeon, la jovencita de secundaria que Min había conocido en la fiesta del otro día.

-¡SeoYeon! –Expresó Changmin sorprendido acercándose hasta ella –Hola.

Yunho observó a la niña, desprendía dulzura por todos lados, aún más con ese vestido color verde pastel que le llegaba a las rodillas y esos guaraches en color blanco. Su cabello negro y largo lo llevaba suelto, se le ondulaba naturalmente. Sintió celos, ahora que Changmin se le acercaba debía reconocer que se veían muy bien juntos.

-Te presento al profesor Jung Yunho, es mi profesor de deportes. –La tomó de la mano con confianza y la acercó a Yunho, éste sonrió fingiendo agrado. –Ella es SeoYeon, una amiga.

-Es un gusto conocerte SeoYeon –El dejo de incomodidad que sintió con la primera impresión se evaporó. De aquella chica parecía emanar únicamente simpatía a pesar de no conocerla.

-Jung Yunho –Repitió la niña mirándolo directamente a los ojos, sonrió de manera amistosa.

Los otros dos se sintieron extrañados -¿Nos conocemos? –dijo él. Estaba seguro de nunca haberla visto… ¿o sí?

-Yo te conozco –Dijo sin vacilar –Tal vez tú no me recuerdes ahora.

Changmin miró a Yunho, su profesor se veía confundido intentando hacer memoria de dónde podría haber visto antes a aquella jovencita. Se volvió a su amiga -¿De dónde se conocen?

SeoYeon le sonrió –Tal vez lo esté confundiendo con alguien más. Bueno, tengo que irme –hizo una inclinación a ambos chicos y continuó su camino.

Changmin la vio alejarse, todo eso había sido raro, observó al otro – ¿Profesor Jung?

Yunho se quebraba la cabeza intentando entender lo que había pasado, una parte de él parecía reconocer a la niña, una parte muy muy escondida en su subconsciente.

-¿Está bien? Ella parecía tenerle mucha confianza –Se extrañó al escucharla hablarle de “tú” al mayor.

-Sí -No lo había notado en aquel momento, pero la soltura con la que se dirigió a él sí le extrañaba -pero no la recuerdo –se dijo para sí - tal vez después me venga a la mente.

***

-¡¿Cómo que no vas a ir?! Ya habíamos quedado –Yoon hacía berrinche porque Changmin le había anunciado que tenía que quedarse a clase con Han.

-Ya lo sé, pero la profesora me agendó para hoy y esto es importante.

-¡Está bien, está bien! Pero escúchame bien Shim Changmin, se te están acumulando las deudas, para cuando vayamos a jugar me deberás la botana también.

-Sí ya, ¿nos vemos mañana? –dijo con una sonrisa para bajar el mal humor de su amigo.

-Sí, ya, como sea –Parecía un niño -¡Adiós neeeeerd! –Salió del aula.

Que mala suerte, ya se había deshecho de aquel apodo y ahora regresaba. Camino al aula de música pasó de largo por el gimnasio. Se regresó sobre sus pasos al encontrar dentro a Yunho guardando los balones de basquetbol. Miró su reloj, no pasaba nada si llegaba un poco tarde.

-Profesor Jung, ¿necesita ayuda?

Yunho sonrió al reconocerlo –Hey, señor Shim, cómo estuvo su día –habló de “usted” a propósito, sin dejar de meter los balones al cajón donde se guardaban.

-No me quejo –Tomó uno de los balones y lo lanzó junto con los otros, encestando sin problemas.

-Habría sido vergonzoso que tampoco pudieras encestar a esta canasta –Refiriéndose al enorme cajón.

-Ya imagino lo que me esperaba si no lo encestaba –dijo haciendo reír al otro.

Aún había balones tirados en todo el gimnasio, así que Changmin fue por ellos.

-Siempre ayudando a poner orden –dijo Yunho para sí después de contemplar al menor recogiendo los balones, los cuales lanzaba a su profesor, convirtiendo ese deber en un juego.

Una vez terminando con todos, Yunho entró al almacén para acomodar el cajón dentro. Changmin vio un balón escondido entre las gradas y entró detrás del profesor para colocarlo en su lugar, sorprendiendo al mayor al descubrirlo detrás de él.

-Oye –dijo sonriente con voz suave –no deberías entrar aquí, es muy pequeño –quedó de frente a Changmin, demasiado cerca, tanto, que su mano derecha se acomodó automáticamente en la cintura del contrario.

-Y oscuro –Terminó, sintiendo de cerca el calor del cuerpo de su maestro, subiendo sus manos hasta su pecho.

-No es un buen sitio para un niño como tú, especialmente tú, con este profesor. –Se acercó un poco más rosando su nariz con la mejilla del más joven.

-Profesor Jung, ¿está diciendo que es usted un asaltacunas? –Bromeó caminando de espaldas hasta topar con la puerta del almacén, jalándola hacia él se cerró dejándolos en casi completa oscuridad, sólo unos rayos de sol se colaban por una pequeña ventana.

-En primer lugar –Yunho acorraló a Min contra la puerta, su voz se volvió profunda, erizando la piel de quien lo escuchaba –deja de hablarme de “usted”.

Tragó saliva, sus labios ya estaban ansiosos por saborear los de su profesor –No puedo hacer eso –expresó en un susurro.

-Hazlo –rosó su labio con la oreja del contrario provocando un suspiro excitado -¿Soy acaso un viejo?

Changmin negó con dificultad sintiendo las manos de Yunho bajar por su espalda hasta la cintura.

-En segundo lugar, llámame Yunho –Besó con extrema suavidad su mejilla.

Changmin sintió electricidad recorrer su cuerpo, y sin tener de dónde sujetarse llevó sus manos nuevamente al pecho de Yunho, donde el tacto con la firme figura intensificó la sensación. Volvió a negar, para entonces los labios de su profesor ya estaban rosando la comisura de sus labios –Dilo –volvió a escuchar. En voz apenas audible mencionó el nombre de la persona que lo estaba volviendo loco –Yunho… hyung –Debió gustarle al otro porque sin decir más besó de manera intensa los labios del menor tomándolo por un costado del rostro.

Por largos segundos la habitación se llenó de los chasquidos de sus labios y suspiros. Changmin rodeaba el cuello de Yunho mientras éste último se abrazó de la cintura del contrario pegándolo a su cuerpo tanto como era posible.

El ambiente se caldeaba de manera impresionante, el rose de sus lenguas estaban produciendo una reacción en el cuerpo de ambos que sólo podrían bajar con agua helada. Yunho necesitaba más y sin pensar demasiado coló de manera lenta sus manos por debajo de la camisa de Min sintiendo la piel que se ofrecía tan suave.

Changmin estaba muy excitado, nunca habría imaginado que su piel tuviera tantos puntos erógenos. Los suspiros se transformaron en gemidos y la falta de aire les obligó a separar sus labios. Min abrazó al mayor concentrándose en las sensaciones. Las manos de Yunho subieron por su espalda mientras sus labios besaban su oreja y bajaban por su cuello, todo lo resentía su entrepierna. Era algo que Changmin jamás había experimentado, sus piernas temblaron.

Las manos de Yunho bajaron hasta el trasero de Changmin oprimiendo contra él, buscando rosar su entrepierna con la del menor. Su cordura se había perdido y ahora se sobaba contra el otro. Ambos soltaron un gemido placentero buscando más contacto.

Yunho no podía con sus emociones, quería morder, fusionarse con Min, demostrarle cuánto lo amaba. Alzó una de sus piernas para amoldarse mejor, terminó por alzarlo mientras se acomodaba entre sus piernas –Changmin –soltó desesperado antes de volver a buscar los labios contrarios y fundirse con ellos, sus emociones lo estaban arrastrando.

Changmin cerró los ojos, Yunho lo estaba arrastrando con él, un gemido salió, y rompiendo el beso escondió el rostro en el cuello de Jung, otro gemido tras otro que quiso enmudecerlos en el hombro del mayor. Cerrando sus puños en la playera de Yunho sintió su cuerpo temblar entero viniéndose posteriormente.

El mayor sintió el temblor del otro y supo lo que había sucedido, se detuvo agitado, esperando que el orgasmo de Changmin pasara, notando su cuerpo tensarse y sus pequeñas uñas encajarse en su hombro sin moverse. Rosó de manera delicada su zona sensible una vez más alargando la sensación.

Un último gemido salió de la garganta de Changmin y entonces abrió los ojos. Todavía estaba en los brazos de Jung y éste lo observaba con cariño, sobó la punta de su nariz con la de su alumno en una caricia. Los ojos de Min se mantenían entrecerrados, adormecidos; deleitándose con la persona que tenía enfrente; respirando acompasadamente por la boca.

-Mi pantalón se ensució –Dijo enterneciendo a Yunho.

-Tal vez debas ir a casa a cambiarte –Lo bajó delicadamente, pero Changmin no se movió. Yunho aprovechó para peinarlo un poco.

-Un beso –Pidió Changmin.

Sin hacerlo esperar atendió a su petición compartiendo un beso lento y largo. Cuando se separaron Yunho abrió la puerta dejando entrar la frescura de fuera, dando por terminado el momento. Changmin salió jalando aire seguido de Yunho, se volvió hacia la atenta mirada del mayor –Me voy –dijo inseguro, si pudiera evitarlo, lo haría, ya no quería alejarse del otro.

Yunho asintió, se acercó arreglándole la camisa, volvió a peinar su cabello con los dedos y detuvo su mirada en sus labios hinchados y rojos. Lamió inconscientemente los propios ante la atenta mirada del más joven.

-¿Es usted un pecado, profesor? –dijo aún ante los efectos del encanto de Yunho.

El aludido sonrió ligeramente –Quién sabe –Jaló a Min del cuello de la camisa hacia sí hasta juntar la frente de Changmin con sus labios. –Vete con cuidado ¿sí?

Asintió y después de unos segundos observando el rostro de su profesor dio media vuelta, tomó su mochila y salió del gimnasio.

Yunho volvió a sentirse vacío y para colmo él no había terminado, pero habría sido demasiado continuar cuando el otro ya lo había hecho - ¡Yunho estás loco! – se reprendió sobando su cara con sus manos.

***

Changmin entró precipitadamente a su casa, había recorrido gran parte del camino corriendo, era incómoda la humedad en su ropa interior e imaginaba que todo aquel con quien se topara sabría lo que había sucedido sin notar que en su pantalón no se revelaba nada.

Subió con rapidez las escaleras, se quitó la ropa y se metió debajo de la regadera, no quería darles explicaciones a sus padres, para su suerte la casa estaba vacía. Se bañó rápidamente, poco antes de terminar escuchó la puerta de la entrada abrirse, era su mamá, quien preguntó por él al escuchar el sonido del agua caer.

-¡Sí mamá, soy yo! –dijo, esperando que no le hiciera más preguntas. “¿Y qué otras preguntas te va a andar haciendo?” se burló su consciencia “Eres un histérico”.

Salió de la regadera, tomó la toalla y mientras se secaba observó su ropa sucia tirada al lado de la tasa del baño. Juntar sus calzoncillos con el resto de la ropa sucia sería muy arriesgado, así que los colocó debajo del grifo del lavamanos hasta dejarlos totalmente mojados, vació un poco de jabón líquido de manos y comenzó a tallar hasta crear abundante espuma. Su corazón no había dejado de palpitar desbocado desde aquel momento. Fue hasta que se perdió en sus pensamientos sentado en la cama, mientras se secaba los cabellos y seguía vistiendo la bata de baño, que se dio cuenta del grado de intensidad de lo sucedido.

Se dejó caer en la cama con la toalla sobre el rostro y el recuerdo del contacto con su profesor, la sensación que experimentó, desde su calor hasta el último beso antes de separarse le arrancó un gemido placentero. Sus manos hicieron presión contra su entrepierna por encima de la bata y sus piernas se cruzaron intensificando la presión.

Quería volver a ese momento, pero que en esta ocasión fuera más largo, sin temor de ser sorprendidos y con toda la libertad para no dejar de acariciarse hasta ambos quedar totalmente satisfechos.

2 Comentarios:

  1. Dios mío! ♥ que intenso, me encantó, te felicito

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  2. Anónimo3/12/2018

    Me encanta este fic, es mi favorito ♥

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