11 AM
Yunho miraba a través de la ventana del auto como la lluvia dejaba caer sus últimas gotas. Sin embargo, el paisajeno le parecía importante en lo más mínimo. El extrañaba su moto, quería sentir el viento golpeándolo en el rostro, la furia de la velocidad y dejar a todos atrás; el auto de Yoochun no se comparaba; todo lo que transmitía era una monotonía de lo más insoportable, totalmente cerrado y asfixiante. Pero lo que empeoraba su estado de ánimo era el tráfico, una de las cosas que más detestaba.
Sintió que alguien lo miraba.
“¿En qué piensas?”preguntó Yoochun.
“En cuánto detesto el tráfico“respondió con un tono de voz que reflejaba su aburrimiento, sin mirarlo y con el ceño fruncido.
Yoochun sonrió “Eso es algo que todos odiamos”; Yunho miraba su mano izquierda y masculló un “odio haberme accidentado” tan bajo que Yoochun no lo escuchó.
Dándole una mirada de soslayo, Yoochun se percató de ésta acción y mirando nuevamente al frente le dijo: “Eres un descuidado”.
Ante estas palabras Yunho lo miró con cierta cólera -cállate, no eres mi madre para decirme eso-
Yoochun soltó una risita “No, definitivamente no soy esa mujer, pero soy tu amigo y si no me preocupo yo ¿quién más lo va a hacer?”
Yunho lo quedó mirando en silencio; era cierto,Yoochun era su único amigo, el único que soportaba su carácter y no se ofendía con sus palabras o actitud, lo cual al parecer era bastante difícil o eso era lo que otros decían.
“Mejor prende la radio” dijo Yunho apartando la mirada y nuevamente fijándola en la calle.
Yoochun no contestó y simplemente hizo lo que el otro le pidió; una canción alegre y pegajosa empezó a sonar, definitivamente el humor de Yunho en ese momento no estaba para aguantar Bar Bar Bar*; aunque esto parecía no interesarle a Yoochun quien estaba tarareando sonriente.
Yunho se estiró para cambiar de emisora, no planeaba soportar un segundo más de esa canción; pero soltó un pequeño quejido y su cuerpo se contrajo al sentir un dolor punzante recorrerle desde el hombro hasta las costillas del lado izquierdo; por lo que volvió a recostarse en el asiento mientras la condenada canción aun sonaba.
Yoochun cambió de emisora por él, sin dejar de ver al frente. Una nueva melodía llenaba el espacio, mientras ambos permanecían en silencio…
“…Naebeoryeodwo
Eochapinanhonjayeotji
Amudoeobseo da uimieobseo…”*
“Tuviste mucha suerte de sobrevivir” dijo, mientras disminuía la velocidad.
“¿Qué diferencia habría si me hubiera muerto?” espetó Yunho frotando un poco su lado izquierdo, maldiciendo mentalmente el haberse movido.
“Deberías estar agradecido, no todos salen como tú de ese tipo de accidentes” siguió Yoochunsin hacer caso al comentario de Yunho.
La mirada de Yunho se fijó en el perfil de su amigo, “No me digas que no te cansas de mí” dijo con una sonrisa sarcástica en los labios.
“¿Cansarme de ti? No, pero sí de este tráfico del demonio… ¡¿Por qué rayos no avanzan?!” respondió el pelinegro dándole un golpe al timón.
Nuevamente Yunho se quedó pensativo. Cuando sucedió el accidente, Yoochun fue el único que se preocupó por él y lo cuidó, soportó sus estados de ánimo cambiantes y siempre estaba sonriente y hablando hasta por los codos aunque lo ignorara. Definitivamente Yoochun merecía un premio por haber soportado tantos años su personalidad y no haberlo abandonado como los demás…
Finalmente llegaron al hospital; Yoochun no pudo acompañarlo dentro debido a que recibió una llamada del trabajo, por lo cual simplemente lo dejó en la entrada.
“Vuelvo en una hora a recogerte”
Yunho lo miró, “Pareces una madre dejando a su hijo”
“yo nunca tendría un hijo tan irresponsable, rebelde y gruñón como tú” respondió su amigo burlonamente luego de soltar una carcajada.
“¡Yah! A quién le dices…” empezó Yunho, pero fue interrumpido por Yoochun quien simplemente le dijo sonriente un “nos vemos” y se subió al auto.
El Ferrari rojo arrancó y avanzó por la calle hasta que Yunho no lo pudo ver más.
Caminó hasta la recepción y habló con una de las señoritas, preguntando por su doctor.
Subió al tercer piso y se perdió por los pasillos hasta que vio a una de las enfermeras quien le dijo que el médico con el cual quería atenderse se encontraba chequeando a unos pacientes y que volvería dentro de unos veinte o treinta minutos.
Para Yunho resultaba un infierno tener que esperar; aun no estaba recuperado completamente y sentía un poco de dolor, además todos los asientos estaban ocupados. Definitivamente eso debía ser karma o algo parecido, fue lo que pensó.
Se apoyó en una de las ventanas que daban al jardín interno del establecimiento. El sol estaba saliendo poco a poco, parecía que después de todo sería un día caluroso.
Mientras pensaba en el clima vio a dos jóvenes pasear lentamente por el jardín y de cierta forma su malhumor causado por la espera fue desvaneciéndose lentamente mientras los observaba con curiosidad.
.
.
.
Cuando llovía no había mucho que se pudiera hacer y peor teniendo a un Junsu inquieto; podía oír como su amigo caminaba de un lado a otro en la habitación. “¿Acaso no se marea?”, pensó.
“Junsu no te pongas ansioso”
El aludido se detuvo de golpe, volteó a ver al mayor que se encontraba de espaldas sentado en la cama frente a la ventana, dándole una mirada de cachorro abandonado.
“Pero hyung…” se quejó, alargando la frase al final “hoy quería mostrarte las flores y esta lluvia no nos deja salir” continuó, con un tono que si cualquiera lo escuchase pensaría que estaba al borde de las lágrimas.
“¿Ya han florecido todas?” preguntó el mayor, sonriendo por lo infantil que su amigo podía llegar a ser.
“¡Sí!” afirmóJunsu, cambiando su estado de ánimo rápidamente sonriendo y dando pequeños brincos antes de sentarse en la cama junto a su hyung. Así el menor continuó hablando enérgicamente sobre las flores, moviendo sus brazos para enfatizar sus palabras; parecía un niño con su rostro infantil y voz aguda, además de su personalidad hiperactiva.
Las horas pasaron y el mayor percibió que ya no llovía tan fuerte.
“Creo que dentro de un rato podremos salir, ya no está lloviendo tanto”
“¿De verdad hyung?, para mí sigue igual” resopló el menor haciendo un puchero.
“Si”, respondió su compañero riendo.
“Hyung, ¿cómo haces para saber esas cosas?”
“¿Te refieres a la lluvia?, es fácil solo tienes que prestar atención”, luego de unos segundos continuó “aunque debe ser que ya me acostumbre…”. La habitación quedó en silencio, el rostro del mayor lucía pensativo, hasta se podría decir melancólico.
Junsu rompió el silencio, “Me tienes que enseñar cómo lo haces” fue lo que dijo mientras recuperaba su sonrisa que se había desvanecido por unos minutos al ver a su hyung. Sus palabras sacaron del trance a su amigo, el cual incorporándose de la cama le respondió “claro, ¿no me querías enseñar las flores?...ya dejó de llover”.
El menor se levantó de un brinco y rápidamente le alcanzó el bastón plegable a JaeJoong, aunque a este último no le gustaba utilizarlo pues sentía que era innecesario ya que conocía el hospital de extremo a extremo. El hecho de estar ciego no representaba un problema para él en cuanto a desplazarsey menos aún en ese establecimiento en donde llevaba ya algunos años.
Tranquilamente ambos jóvenes fueron caminando con los brazos entrelazados en dirección al jardín del hospital. Era un tanto gracioso para Jae saber que su amigo aun siendo hiperactivo y algunas veces desesperado, podía tomarse todo el tiempo del mundo caminando con él a su ritmo;nunca se quejaba y siempre cuidaba de que no se tropezara con algo o chocara con alguien. JaeJoong se sentía agradecido con Junsu, no solo porque este le alegraba sus días y le hacía compañía, sino que también lo trataba como una persona “normal” y no le daba tanta importancia a su discapacidad, por lo cual era común que el menor le dijera -vamos a ver esto o aquello- aun sabiendo que Jae no podría propiamente verlo, pero si percibirlo de otras formas.
“Hyung” dijo Junsu, sacando a Jae de sus pensamientos.
“Dime”
“¿Crees que podamos salir un día sin que hayan problemas?”
“¿A qué te refieres?” inquirió el mayor frunciendo un poco el ceño.
“Yo quiero…” el menor bajó un poco la voz, toda la alegría se había borrado de su rostro “yo quiero ir a nadar a la playa o salir a correr o escalar o…”
Jae lo interrumpió, “Junsu ya hemos tenido esta conversación y sabes que tu corazón…”
“Lo sé hyung, lo sé” lo cortó “lo siento, olvida lo que te dije”
Se quedaron callados, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Junsu había cambiado completamente de semblante, se le veía cabizbajo y triste. Eran pocas las cosas que podían deprimirlo, entre ellas el problema de su corazón, el cual por desgracia no le permitía realizar todas las actividades que quería.
Mientras bajaban las escaleras al primer piso, Junsu apretó con fuerza el brazo de Jae Joong, temía que su hyung resbalara y se hiciera daño. Cuando llegaron al descanso de las escaleras escucharon a una mujer gritar detrás de ellos.
“¡YAH! ¡¿Ustedes dos a dónde van?!”
Junsu se dio la vuelta y Jae dio un respingo, no le agradaban los sonidos fuertes y mucho menos los gritos, y aunque ya había oído los gritos de la joven enfermera repetidas veces aun no se acostumbraba.
“¡Noona! Buenos días, te ves muy bien hoy”
“Si Junsu, a otra con ese cuento, ahora dime a dónde van” habló la joven con los brazos cruzados sobre el pecho y una mirada penetrante.
“Solo queríamos ir a ver las flores al jardín” dijo el menor con la mejor sonrisa que pudo poner.
“¡¿QUÉ?!”, nuevamente los dos muchachos dieron un brinco, la joven continuó “pero todo está mojado y podrían resbalarse o caer, si se accidentan…”
Jae Joong se rió “Boa-shi tendremos cuidado, no se preocupe”
“¡Si, si! Prometo cuidar bien a Jae hyung” acotó Junsu, mientras ponía la cara más adorable que podía y apretando más fuerte el brazo de su hyung (si es que eso era posible).
Boa los miró poco convencida, pero finalmente aceptó darles 40 minutos y que luego de eso esperaba verlos en sus habitaciones. Los dos jóvenes continuaron su camino sonrientes mientras hacían comentarios sobre el carácter difícil de la enfermera.
Una vez que llegaron al jardín Jae le preguntó a Junsu el color y forma de los pétalos de las flores, por lo que el mejor trató de describirlas lo más detalladamente posible y luego guió a su hyung para que tocara algunas.
Lentamente las nubes se fueron disipando y dejaron ver algunos rayos de sol. Mientras conversaban y reían Jae sintió que alguien los observaba, pero no le dio importancia ya que era algo común, estaba acostumbrado a sentir la mirada de las personas en el hospital sobre él; pensaba que lo veían como un bicho raro por su discapacidad, sin embargo poco sabía que la verdadera razón de esas miradas era otra completamente distinta.
.
.
.
Yunho los siguió viendo desde unos pisos más arriba, pensaba que eran hermanos y se preguntaba ¿cómo podían lucir tan felices estando en un hospital?, por un momento sintió algo muy cercano a la envidia aunque este pensamiento quedó rápidamente en el olvido en cuanto lo llamaron desde uno de los consultorios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
que triste por que esta ciego jae así no podrá ver ha yunho es cruel no poder apreciar ese hermoso rostro espero que ocurra un milagro que le regrese la vista ha jae y lo pueda conocer
ResponderEliminarUps! Sorry x no comentar waaaa m encanto el capi tooodo de x si se ve q es drama muy interesante y bonito no te desanimes sigue con los otros capis porfiss como se conocerán?
ResponderEliminar