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Arualthings

From Heaven - Cap. 1

El destino.


El ruido de la dulce música proveniente del piano, inundaba el espacio cerrado que era el local nocturno, en el cual a Yoochun le gustaba poner en práctica sus habilidades, o más bien dónde lograba dejar salir una porción de su alma, en ese lugar se lograba liberar y expresar sus conflictos o los sentimientos que lo inundaban en ocasiones y que lo dejaban exhausto. Tocar ese maravilloso instrumento lograba que parte de todo lo caótico en su interior tomara cierto sentido y no lo volviera loco.

Desde pequeño fue diferente, en todo sentido. Le gustaban cosas que los niños de su edad ni siquiera habían visto o escuchado. Con respecto a la música, el jazz, R&B, el blues y el rock, lo mantenían ocupado. Tenía 12 años y ya disfrutaba de ese tipo de música. Con respecto a las películas, amaba las de Chaplin, sobre todo y en secreto disfrutaba las películas románticas en blanco y negro -ya que le daban una atmósfera diferente y especial- en donde el protagonista conseguía el amor de la hermosa mujer, luego de mucho esfuerzo y dedicación.

Un alma vieja, le decía su mejor amigo en esa época. Al recordarlo, sin querer se equivoca de tecla y la melodía tiene una pequeña imperfección que pronto es arreglada por el hábil pianista.

Cuando termina se escuchan aplausos, en realidad era sólo una persona aplaudiendo.

Yoochun sonríe cuando se da cuenta de quién se trata. Levantándose de su asiento se acerca al hombre y lo saluda con un medio abrazo.

-Hola, ¿qué haces por aquí tan temprano? –Le dice a su amigo Kwan.

-Por supuesto que vine a verte, te extrañaba. –Le dice sonriendo, pero Yoochun conociéndolo como lo conoce, no le cree nada.

-Primero, nunca se sabe qué día estoy aquí y mucho menos a esta hora y segundo, esa sonrisa es muy sospechosa.

-A ti no te puedo engañar.

-Ya es hora de que te des cuenta.

Kwan riendo le pide que se siente con él en la barra del bar. Eran las 7 de la tarde y el dueño del lugar abría después de las 9, por lo que ni siquiera los empleados se encontraban. Yoochun a pesar de no ser parte del staff, tenía las llaves del local por ser amigo cercano del dueño, quien le daba autorización para utilizar el piano sin problemas.

-¿Qué te pasó?, te veo contento.

-¿En serio?, no lo sé, creo que sí estoy contento.

-Deja de dar vueltas y cuéntame que te sucedió, pero por mi experiencia creo que ya sé que es lo que te pasa.

-Tú me lees la mente, claro que ya sabes. –Le dice Kwan riendo.

-No leo mentes, sólo que la práctica hace al maestro y yo a ti, te he visto de esta forma muchas veces.

-Eso es porque me enamoro fácilmente, pero esta vez es diferente.

-¿Te enamoras?, no me hagas reír.

-Te juro que esta vez es diferente.

-¿A sí, y por qué?

-Porque él lo es.

-Cuantas veces he escuchado algo parecido. –Le dice Yoochun sonriendo y moviendo la cabeza de un lado a otro.

Su casanova amigo no tenía remedio. Aunque él no se quedaba atrás, pero aun así, el record de parejas lo tenía su amigo. Si hasta apodo le habían puesto sus más cercanos. Hombres y mujeres, ninguno se salvaba.

-Está bien, sabía que no me ibas a creer, por eso lo invité a éste lugar.

-Hoy día no pensaba tocar. –Le dice Yoochun. En realidad, había ido a relajarse después de un día de trabajo muy agotador, sus planes eran ir a comer comida caliente y meterse bajo sus sábanas.

-Vamos, sólo te quedas un momento, es para que lo conozcas y me digas tu opinión.

-¿Opinión para qué?, ¿para salir?, esto sí que es nuevo, realmente debe ser especial.

-Lo es, ya te lo dije, pero no es sólo para eso, también quiero presumirlo.

-Eso sí que es muy común en ti.

Yoochun y Kwan eran muy diferentes en muchos aspectos. El aspecto más llamativo, es que Kwan era muy superficial y Yoochun todo lo contrario y para muchos era un misterio ver como dos personas tan distintas puedan ser amigos tan cercanos. La verdad es que se conocieron en la universidad y Kwan había estado a su lado en un momento muy difícil en la vida de Yoochun. Lo había apoyado y acompañando como un gran amigo y como nadie más y desde ese momento Yoochun decidió ser su amigo para toda la vida. Quería retribuirle todo lo que hizo por él. Ellos no lo explicaban y sólo se reían cuando escuchaban ese tipo de comentarios de sus conocidos o colegas, pero no les importaba. Sólo ellos dos lo sabían y era lo único que importaba. Algunos culpaban lo casanova de Yoochun a Kwan y éstos reían más fuerte aún. En todo caso a nadie le importaban los detalles de su relación y ellos no lo iban a decir.

-No te burles, que esto es serio. –Le dice Kwan riendo, lo que contradice lo que está diciendo.

-¿Y hace cuanto que están saliendo?

-Eso es lo más especial de todo.

-¿De qué hablas?

-No estoy saliendo con él.

-Ahora sí que estoy confundido, explícate. –Yoochun se había puesto de pie para servir un poco de licor en dos vasos. –Habla. –Le dice cuando le entrega uno de los vasos a su amigo.

-¿Recuerdas a ese lanzamiento de marcas de ropa a la que fuimos hace como dos semanas?

-Sí.

-Bueno, hubo una en particular que llamo mi atención. Hice los arreglos para una reunión y el diseñador principal fue el que asistió.

-Muy bien, ¿y…?

-Pues que era hermoso, perfectamente podría haber sido modelo y si lo hubiera sido, tú lo habrías visto esa noche sobre la pasarela.

-¿Y…?

-Pues nada, sólo hemos estado en contacto por negocios, hasta nuestra última reunión donde le pedí si teníamos un encuentro fuera de una oficina y para mi gusto y placer aceptó.

-¿Le preguntaste de esa forma?, “tengamos un encuentro fuera de estas cuatro paredes”. –Le dice Yoochun burlándose.

-Con qué continuas burlándote, quizás no te lo presente después de todo.

-Pues ya no hay vuelta atrás, despertaste mi curiosidad. Quiero saber qué tipo de persona no cae a tus pies al conocerte una vez sacas tus encantos a relucir. –Yoochun se aleja velozmente para que el manotazo que le envió Kwan no lo toque.

-Aunque te burles, tienes razón, no sé si los ignora a propósito o si de verdad no los nota.

-Quizás es hetero.

-No, ya lo averigüé, no lo es.

-Ehhhh, no me digas que lo has estado acosando.

-En ocasiones no me gusta tu selección de palabras, pero sí. –Le confiesa Kwan.

-Wow, realmente te gusta.

-Sí, pero lo que más me molesta es que yo no.

-Pero es un avance que haya aceptado la cita.

-No es una cita, no la plantee de esa forma.

-Interesante, creo que simplemente no le gustas y eso es todo.

-Creo que sí, pero me cuesta aceptarlo, es muy… como decirlo, es totalmente mi tipo.

-Déjame adivinar… -Yoochun imitó una expresión de a alguien que le cuesta pensar. –Cara bonita, cuerpo perfecto y cerebro vacío.

-Hey… -Le dice Kwan, pero a su pesar de todas formas ríe.

-Estoy mintiendo acaso.

-Eso es lo más maravilloso de todo. Tiene las dos cosas que dijiste primero, pero su cerebro no está para nada vacío. Además de tener mucho ingenio, déjame decirte que muy parecido al tuyo, es muy creativo, tiene ideas geniales y creo que va a hacer un placer trabajar con él.

-Ahora sí que estoy completamente intrigado. Además si le encuentras cualidades parecidas a las mías, eso quiere decir que bordea la perfección.

-Ja, ya quisieras y si le hubiera encontrado más cualidades parecidas a las tuyas no me habría gustado desde un principio.

-Auch, eso dolió. –Le dice Yoochun tocándose el pecho, fingiendo dolor en su corazón.

Ambos ríen con ganas luego del intercambio.

-Cuéntame que le dijiste para que aceptara salir contigo.

-Fue simple, le dije que habláramos de una de sus ideas, pero en un lugar más ameno y le hable de este pequeño pero acogedor y con muy buena música bar.

-Muy cierto, sobre todo lo de la buena música.

-Ya sabía que te ibas a quedar con eso.

-Oye, si éste hombre es inmune a tus encantos, eso quiere decir que encontramos una extraña especie y que deberíamos estudiarlo y fabricar una vacuna para salvar a todas tus próximas víctimas.

Está vez Yoochun no se salva del manotazo y entre risas se terminan sus copas y reciben a los empleados que ya comienzan a llegar para iniciar su jornada de trabajo.

*

-Es idea mía o ¿estás nervioso? –Le pregunta Yoochun a su amigo, mientras observa cómo se levanta cada cinco minutos para ver si llega su invitado.

Estaban sentados en una mesa, esperando al invitado especial.

-Está atrasado y no me ha llamado.

-¿A qué hora le dijiste que venga?

-A las 9:30.

Yoochun observa su reloj y se da cuenta que son las 9:35 y se ríe. –Es temprano todavía, te deberías preocupar cuando sean las 10:30.

-¿Crees que va a llegar a esa hora?

Yoochun se sorprende. La verdad es que no había visto a su amigo de esa forma. Realmente le gustaba esta persona y se alegraba por él. Quizás algún día tenga la misma suerte y pueda conocer a alguien especial que lo haga olvidar… sus pensamientos son interrumpidos por la voz de su amigo, quien se levanta esta vez para hacer una seña al hombre que acababa de ingresar al bar.

-Llegó, dime que no es perfecto. –Le dice su amigo.

Yoochun no puede negarlo. Lo es. Siempre lo fue, desde pequeño. Estaba viendo acercarse y sonreír a su mejor amigo de la infancia y de parte de su adolescencia. Por un momento pensó que estaba alucinando, pero luego de pestañear unas cuantas veces más, se percata que es muy real.

Cuando Jaejoong lo ve, su sonrisa se congela. ¿Cuántas veces había querido verlo en todo este tiempo? Se imaginó muchas veces esta ocasión, pero nunca pensó cómo reaccionaría, que le iba a decir, si le reclamaría por desaparecer de su vida en la forma que lo hizo o si simplemente lo abrazaría y le preguntaría que había sido de su vida y conversarían como dos antiguos amigos que se volvían encontrar. No fue ni una, ni la otra.

-¿Cómo estás? –Le pregunta Kwan a Jaejoong cuando se acerca lo suficiente. -¿Te costó llegar?

Jaejoong niega con la cabeza, sin quitar la vista de Yoochun.

-Te presento a un amigo, Yoochun. –Le dice al ver como Jaejoong lo miraba.

-Nos conocemos. –Le dice Yoochun. No sabía de dónde sacaba la calma que aparentaba.

-¿En serio?, ¿de dónde?

-Del colegio. –Dice Jaejoong, intentando recuperar su sonrisa. –Fuimos compañeros.

Yoochun lo sintió. Sintió el golpe. No podía culparlo. Luego de ser los mejores amigos, Yoochun desapareció de su vida, sin despedirse.

“Yoochun tenía todo planeado para ese día. Lo había pensado hace unas tres semanas, el mismo día en que Jaejoong le había presentado a su nuevo novio. Había perdido la cuenta de cuantos les había presentado ya. Jaejoong no podía estar solo. En su casa, le encantaba estar rodeado de sus hermanas, en la escuela no sólo estaba con él todo el tiempo, también tenía que estar rodeado de sus amigos. Al lugar que fuera, a Jaejoong le gustaba estar rodeado de gente. La mayoría pensaba que le gustaba llamar la atención, que era un engreído que lo único que quería era ser popular, pero él sabía que esa no era la razón.

Jaejoong siempre se sintió diferente, aislado, como si estuviera fuera de lugar. Cuando Yoochun se enteró que era adoptado todo cobró sentido y entendió porque su amigo necesitaba la compañía. No importaba cual fuera, sólo no quería estar solo. Hasta que le confesó a su mejor amigo, es decir a él, que no importaba con cuánta gente estuviera rodeado, se sentía igual de solo, incluso más. En esa ocasión Jaejoong le confesó que la única persona con quien no le ocurría aquello, era él. Habían robado unas latas de cervezas y botellas de soju al papá de Jaejoong y se habían ido a ocultar a una cuesta que existía cerca de la casa de Yoochun.

Jaejoong siempre le contaba todo, pero jamás le había confesado algo tan importante. Yoochun emocionado le dijo algo similar. Le confesó en cierta forma los sentimientos ocultos que tenía hace bastante tiempo ya, pero Jaejoong en lugar de escucharlo, se había quedado dormido en su hombro. A pesar de su intento fallido de confesarse a su mejor amigo, fue una noche inolvidable.

Pero cuando nuevamente Jaejoong llegó todo sonrisas contándole que tenía un nuevo novio, Yoochun sintió que había llegado a su límite. Habló con su padre y le rogó que lo dejara vivir con él, éste aceptó, siempre quiso ver más seguido a sus hijos, una vez se separó de su esposa. Fue más difícil convencer a su madre, pero terminó aceptando, después de todo no sería por tanto tiempo. Al menos eso le hizo creer al principio. Fue así como sin mirar atrás dejó su vida como la conocía y se fue sin decir adiós.”


-Sí… -Dice Yoochun. –Fuimos compañeros. –Termina de decir con la misma sonrisa de Jaejoong. Una que no alcanza a sus ojos, una falsa, vacía. Ambos sabían que eso no era lo que querían decir.

N/A: Sólo quiero hacer un par de aclaraciones: primero, es que este fic tiene bastantes flashbacks y estos estarán en cursiva y entre comillas y lo segundo es que el amigo actual de Yoochun es un personaje ficticio. Espero les guste, este es mi primer Soulmate fic ^^

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