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Arualthings

Soy Yo - Cap. 2

Durante los próximos días, el menor se quedaba después de clases en el salón de música para ensayar su canción. Durante los recesos, él tendría su almuerzo con el profesor de música, quién le daba consejos para mejorar su rendimiento vocal. Cuando se aproximó al maestro por primera vez, él le había pedido que le cantara un poco para saber su tipo de voz. Decir que al maestro le gustó era poco. En realidad, estaba realmente impresionado por el rango vocal del menor. Aceptó ser su mentor dado al interés tan grande que el cobrizo poseía por dar una buena presentación en el concurso. Más que nada por su "alguien especial". Juntos, estaban logrado hacer que el menor adquiriera el tono de voz que la canción requería. Iba muy bien en las partes suaves, pero su voz aún se quebraba un poco en las notas altas. El maestro era muy paciente con él. Sabía que lograr dichas notas no era sencillo, más aún, en tan poco tiempo. Muchos ya se hubieran dado por vencido, tal vez inclusive pensarían en cambiar la canción, pero Junsu seguía intentándolo. Estaba decidido en lograr su cometido.

Finalmente llegó el viernes. Junsu se encontraba empacando sus cosas para ir a su clase-almuerzo con el profesor Yesung, cuando sintió un par de manos posarse en sus hombros. Alzó la mirada para encontrarse con los rostros sonrientes de Jaejoong y Yoochun.

- Ven a comer con nosotros Susu-ah - Le dijo el rubio

- ¡Sí! ¡Has trabajado muy duro toda la semana! Estoy seguro de que lo harás bien. - añadió Yoochun.

- Pero....- trató de protestar.

- ¡Sin peros! Necesitas tomarte un descanso. Nos dijiste que no te esforzarías demasiado, así que ven a comer con nosotros. - el menor dejó escapar un suspiro. Sabía lo persistentes que podían llegar a ser sus amigos.

- Está bien. Iré. - sus amigos le sonreían satisfechos mientras que él se levantaba de su asiento y los seguía a la cafetería.

Nunca pensó que se arrepentiría tanto de haberlo hecho. Mientras se dirigían a su mesa de siempre,  alcanzó a ver a Changmin comiendo con sus amigos. Lo que lo dejó en shock fue ver al tipo que siempre tendía a besar y abrazar al más alto, tomar su rostro entre sus manos y besarlo delante de todos los presentes. Sólo eso necesitó el menor para dar la vuelta y salir a paso veloz de la cafetería. Rápidamente se dirigió al primer lugar que se le ocurrió...el salón de música. Abrió la puerta y entró a la habitación, cerrando la puerta detrás de él. Por suerte, el salón se hallaba vacío. Descansó su espalda contra la fría madera de la puerta, tratando así de recuperar el aire que había perdido durante su carrera. Después de calmar un poco los latidos de su corazón, se dirigió al cuarto de canto. Después de cerrar la puerta detrás de sí, tomó asiento en el pupitre que había estado ocupando los últimos días durante sus ensayos con el profesor Yesung.

Por un largo rato, sólo se quedó sentado ahí. Sin pensar realmente en nada. Ni siquiera sentía ganas de llorar. Tal vez era debido al shock. Había salido tan rápido de la cafetería que no le había dado tiempo de pensar en nada. Ahora que se encontraba sólo, la realidad de la situación le llegaba lentamente. El cobrizo ya sabía de la posibilidad en la que Changmin no podía aceptar sus sentimientos, pero lo que lo entristecía era el hecho de que ni siquiera tendría la oportunidad de confesarse. Temía pensar que ya era muy tarde para él. Alguien más le había ganado. Dejó salir un suspiro y miró hacia donde se encontraba uno de los volantes del concurso pegado en la pared. Ese pedazo de papel era lo que había estado usando como inspiración en estos días. Cuando había sentido ganas de darse por vencido, volteaba a ver a esa hoja. Una mirada, y le hacía recordar que al final todo habría valido la pena.

No todo estaba perdido. Ese duro trabajo no sería en vano. Esto no había sido únicamente para Changmin, sino también para sí mismo. Él estaba consciente de lo bajo que pensaba de sí mismo. Inscribirse en el concurso había sido idea de sus amigos para ayudarlo a ganar la confianza que desesperadamente necesitaba. Ellos habían hecho esto por él, no los decepcionaría, ni a ellos ni a sí mismo. En el concurso, cantaría con todo lo que tenía. La canción.... ¿Debería cambiarla? No, no había tiempo. El concurso empezaba después de clases y todavía tenía más clases después del receso. ¿Qué iba a hacer ahora?


- ¿Junsu? - escuchó la suave voz de Jae llamarlo desde la puerta que lentamente se iba abriendo. Las caras preocupadas de sus amigos se convirtieron en alivio cuando vieron al menor observarlos desde donde se encontraba sentado. - ¡Junsu! - el mayor prácticamente se arrojó encima del menor, sujetándolo fuertemente en sus brazos. - ¡Saliste corriendo y nos preocupamos mucho! ¡Te buscamos por todas partes! - Yoochun también lo abrazó después de que el rubio se separará de él.

- Estamos agradecidos de que estés bien. Nos daba miedo pensar que estabas deprimido en algún lado tú solo y que si no llegábamos a tiempo, algo malo podría pasar.

- Estoy bien hyungs, en serio. Es sólo que...quedé en shock y salí corriendo sin pensar en nada. No quería ver como Changmin y ese chico se besaban.

- En eso te equivocas Junsu. - una nueva voz provino de la puerta. Se sorprendió de ver a Yunho parado ahí. - Si bien es cierto que ese chico besó a Changmin, también fue rechazado por sí mismo. - el menor lo miró confundido. - Verás, su nombre es Kyuhyun y es amigo nuestro. Él ha estado "enamorado" de Changmin desde hace unas semanas. Al principio, pensamos que sólo estaba jugando, que no iba en serio. Sin embargo, empezamos a notar que su "jugueteo" se estaba volviendo más constante e inclusive Changmin se estaba incomodando. Nos dimos cuenta que esto ya no era normal. Estábamos planeando en hablar con él acerca de su comportamiento, pero fue cuando besó a Changmin y tú saliste corriendo. Hablamos con él y nos dijo que lo sentía mucho por haberlo besado pero que tenía que aclarar unas cosas de su mente.

- ¿Qué cosas? - preguntó curioso el cobrizo.

- Nos dijo que siempre había pensado que Changmin era una persona realmente asombrosa e indudablemente atractivo. Para él, era raro pensar tanto tiempo en su amigo. Después de pensarlo mucho, terminó con dos posibles respuestas. La primera era que estaba enamorado de Changmin. En la segunda, sólo estaba malinterpretando su admiración por él. Quería aclarar su mente de una vez por todas y pues lo primero que se le había ocurrido fue besarlo. Dijo que con el beso no había sentido absolutamente nada y que eso probaba que sólo era admiración lo que sentía por él. Eso es todo.

- ¿Ves Junsu? ¡Todavía tienes una oportunidad con él! - le dijo el rubio.

- Yo apoyo eso. Además, siendo su amigo, te puedo decir que no está saliendo con nadie. Realmente creo que deberías confesarle tus sentimientos. - el menor volteó a ver a Yunho quién le sonreía.

- ¿T-tú lo sabías?

- Yo bueno...- se froto nervioso la parte de atrás de su nuca. - Había notado la forma en como lo mirabas cuando entraba en la cafetería. Aquel día que almorzamos juntos, fue más obvio para mí que te gustaba. Incluso te hizo sonrojar un par de veces y siempre le sonreías de manera tímida. Verte salir corriendo el día de hoy solo me lo confirmó.
Junsu bajó avergonzado la mirada. No quería que ni Yunho o Changmin pensaran que era algún tipo de stalker. Si Yunho lo había notado... ¿entonces Changmin? ¿Había sido tan obvio que incluso el más alto lo había notado? Recordó que Yunho le había dicho que las acciones "cariñosas" de Kyuhyun lo habían incomodado, y eso que era su amigo.

- ¿Y si mi confesión lo hace sentir incómodo?

- ¿Eh? - todos lo miraron confundidos, esperando a que el menor les explicara la pregunta.

- Yunho, dijiste que Kyuhyun lo hizo sentir incómodo por sus acciones y después por el beso. Si él es amigo suyo y aun así se incomodó con él, ¿crees que Changmin estaría bien con ello si le digo como me siento?

- ¡Por supuesto que lo estará! - todos voltearon a ver a Yoochun - Me di cuenta que no le eres tan indiferente como crees. Cuando almorzamos juntos, fue claro para mí ver que le habías gustado o quizás ya le gustabas.

- Ahora que lo mencionas Yoochun, Changmin estaba sonriendo más de lo que usualmente hace cuándo conoce a gente nueva. Por lo general, tiende a ser tímido pero respetuoso. Le cuesta un poco abrirse a personas nuevas porque no se siente con la confianza suficiente. Sin embargo, con ustedes fue lo contrario. Se relajó bastante rápido con ustedes y eso me sorprendió. Yo también noté las sonrisas que él te dio Junsu. Quizás Yoochun tenga razón y de verdad le gustas. - el menor sonrió ligeramente ante esa posibilidad. Con todo ya aclarado, ¿qué lo estaba deteniendo ahora?

- Está bien. Lo haré. - todos le sonreían - Mi confesión será después de mi presentación en el concurso. - todos asintieron.

- Desde el fondo de mi corazón, deseo que tus sentimientos sean correspondidos.

- Gracias Yunho, significa mucho para mí. - el mayor le revolvió un poco el cabello.

- De nada.
El menor se levantó de su asiento y volteó hacía el reloj de la pared. Aún quedaban diez minutos antes de que las clases comenzaran.

- Supongo que mejor nos vamos a clases antes de que la campana suene. - los demás estuvieron de acuerdo.

- Supongo que sí. Nos vemos después de clases. Tengo que ir a buscar a Changmin antes de que me regañe por dejarlo sólo. No te preocupes Junsu, no le diré nada de lo que platicamos aquí, eso depende de ti. - el menor le mostró una sonrisa agradecida. - ¡Adiós chicos! - se despidieron del él hasta que salió de la habitación.

- Creo que mejor nos vamos nosotros también. Gracias por venir. - sus amigos le sonreían mientras lo seguían fuera de la habitación.

- Aigoo...te hemos dicho muchas veces que eres nuestro hermanito menor y que estaríamos aquí para ti cuando lo necesites. - lo regañó tiernamente el rubio.

- Jae tiene razón Susu. Estábamos realmente preocupados por ti. Si no nos importaras, no hubiéramos venido a buscarte. Nos importas demasiado como para dejarte sólo. - añadió el pelinegro.

- Gracias chicos, por todo.

- De nada. - le respondieron al unísono.
Les sonrió genuinamente. Estaba realmente agradecido por tenerlos como amigos. Ellos eran las primeras personas fuera de su familia en darle esta clase de cariño. El menor aún se preguntaba como ellos podían preocuparse tanto por él sin pedirle nada a cambio más que su amistad. Ellos querían que él aprendiera a valorarse más a sí mismo. Sabía que aún le quedaba un largo camino por delante para llegar a tener un nivel de autoestima aceptable. Al menos lo estaba intentando, y con eso ya había dado los primeros pasos. Estaba contando con sí mismo para hacerlo bien.

Llegaron al salón de clases con minutos de sobra. Se dirigieron a sus respectivos asientos y una vez sentados, el menor notó un pedazo de papel que sobresalía de entre las páginas de su cuaderno. Curioso, sacó aquella hoja de entre su escondite. En él estaba impreso un poema. Lo reconoció de inmediato. Era una de las tantas cartas que le había escrito a Changmin. Aquello le dio una idea. Rápidamente tomó un post-stick y algo para escribir de entre sus cosas. Escribió unas cuantas palabras y después volteó a ver a sus amigos. Les dijo de su plan y ellos aceptaron gustosos. Ya estaba arreglado. "Ya no hay vuelta atrás." pensó el menor mientras veía al rubio salir del aula con su nota. La hora de confesarse a Changmin había llegado.

*_*_*_*_*_*_*_*_*_*

El cobrizo caminaba nerviosamente hacia el auditorio en compañía de Jae y Yoochun. Podía sentir su corazón latir más rápido con cada paso que daba. ¡Jamás se había sentido tan nervioso en su vida! ¡Y ni siquiera estaba aún sobre el escenario! Cuando cruzaron las puertas de su destino, se encontraron con una enorme habitación semi-llena de alumnos y uno que otro maestro. Algunos ya se encontraban sentados entre los asientos, aunque casi todos los presentes estaban hablando animadamente entre ellos. Sintió una mano tomar la suya y jalarlo un poco lejos del alboroto, hacia una de las esquinas de la habitación. Justo ahí, los esperaban Yunho y Changmin.



- Yunho, Changmin, me alegra mucho que hayan podido venir. - les sonrió agradecido el menor.

- Te dijimos que íbamos a venir a animarte y es justo lo que vamos a hacer. - le contestó Yunho. Le sonrió tiernamente al ver la tímida sonrisa que les brindaba el cobrizo. - ¿Estás nervioso? - el menor asintió.

- Jamás había hecho algo como esto. Justo ahora me siento un manojo de nervios.

- Estarás bien Susu. Todos estamos aquí para ti. - todos asintieron ante las palabras del pelinegro.

- No saben cuánto se los agradezco. - los demás le sonrieron en respuesta.

- ¡Junsu! - el cobrizo volteó al escuchar su nombre. En su dirección venia el maestro Yesung junto con Krystal. - ¡Ahí estás! Su compañera Krystal y yo estamos buscando a los participantes del concurso para irlos acomodando en sus lugares. Se sentarán en la primera fila y por orden de presentación. Como eres el último, tu asiento será el último que se encuentra del lado derecho del escenario. - el menor asintió. - Veo que ya tienes a tu equipo de animadores contigo. - los demás se rieron y saludaron al maestro. - Eso es bueno, muy bueno. ¿Sabes? En el puntaje que obtendrás, también se contará la respuesta que recibas del público. Tanto aplausos como porras se tomarán en cuenta para tu calificación. Así que chicos, procuren hacer mucho ruido.

- ¡Lo haremos!

- Ok. Cuando estés listo, por favor ve a tu asiento. ¡Mucha suerte Junsu!

- ¡Gracias profesor! - el maestro se despidió del menor y se fue junto con Krystal en busca de más participantes. Los vio hasta que desaparecieron detrás de un grupo de chicos. Regresó la mirada hacia sus amigos y sonrió levemente.


- Bueno, creo que es hora de irme. - los demás asintieron. Jaejoong se le acercó y lo abrazó fuertemente.

- Buena suerte Junsu.

- Gracias Jae. - le dijo al separarse del rubio.

- Junsu. - volteó a ver a Yoochun quien estaba con los brazos abiertos para él. El menor sonrió y lo abrazó. Después de separarse un poco, se vieron a los ojos y sonrieron. Las palabras no eran necesarias entre ellos. Sabían lo que el otro sentía con solo mirarse, y justamente Yoochun le estaba diciendo "Buena suerte. No estás solo, estamos aquí para ti." Se separó del pelinegro y se dio la vuelta para despedirse de Yunho y Changmin cuando unos fuertes brazos lo sujetaron con firmeza.

- Buena suerte Junsu. - esa voz, era de su hyung, Yunho. - Y con ya sabes quien también. - le susurró en el oído antes de separarse de él con un guiño, haciendo que el cobrizo se sonrojara levemente.


Su corazón comenzó a acelerarse cuando vio a Changmin venir en su dirección y casi sufrió de un paro cardíaco al sentir los delgados pero firmes brazos del menor rodear su figura. ¡Dios! Sus brazos se sentían tan bien. ¿Era su imaginación o este abrazo estaba durando más que el de los demás? La verdad es que no le importaba. Si por él fuera, podría seguir para siempre entre esa dulce calidez.

- Buena suerte Junsu. - ese susurro en su oído le hizo sentir algo cálido moverse en su interior. Se separaron lentamente (desafortunadamente para Junsu) y le sonrió tiernamente. El más bajo le regresó la sonrisa.

- Gracias...Changmin. - volteó para ver a los demás pero notó que estos compartían las mismas sonrisas burlonas. Sintió su rostro sonrojarse pues sabía perfectamente la razón por la cual sus amigos lo miraban de esa forma.

- Ahora sí me voy chicos. Deséenme suerte. - se despidió de ellos y se dio la vuelta en dirección hacia la parte donde su asiento aguardaba.

- ¡Puedes hacerlo Susu-ah! - escuchó el grito del rubio atrás de él.

- ¡Demuéstrales de lo que estás hecho! - era la voz de Yoochun.

- ¡Canta con todo lo que tu corazón posee! - esta vez era su hyung Yunho.

- ¡Una porra para Junsu! - dijo un emocionado Changmin. Se aguantó la risa cuando escuchó los cantos de sus amigos corear su nombre. "¡Junsu! ¡Junsu! ¡Junsu!"

Caminó en dirección hacia su asiento y una vez acomodado en esta, espero por instrucciones de un maestro o quizás de Krystal. Para pasar el tiempo, empezó una pequeña charla con otro de los concursantes que estaba sentado a su lado. Su nombre era Eunhyuk, y según él, iba a interpretar una rutina de baile moderno. Curiosamente, estaba en la misma clase de baile que Yunho e inclusive era amigo de él. Hablaron durante unos minutos más hasta que el director subió al escenario y todas las luces, a excepción de las del escenario, se apagaron. La habitación se quedó en silencio y el director aclaró su garganta antes de hablar.

- Quiero agradecerles a todos por su presencia el día de hoy en el concurso anual de talentos de la escuela. Como ya sabrán, los participantes tuvieron que pasar una audición para poder validar su participación. Esto se hace con la intención de asegurarnos de que nada indecente o peligroso sea presentado aquí. Con eso claro, disfruten de los varios talentos que sus compañeros compartirán con nosotros. Asegúrense de aplaudir y gritar fuerte por sus favoritos porque su respuesta como audiencia será clave para la calificación de cada participante. Es todo chicos. Disfruten del show. - entre aplausos, el director bajó del escenario y en su lugar subió el profesor Yesung acompañado por Krystal. La chica tomó el micrófono que le dio el maestro y empezó a hablar.



- ¡Buenas tardes a todos! Mi nombre es Krystal y junto con el profesor Yesung, seremos los presentadores del día de hoy. Participantes, cuando mencionemos sus nombres, favor de subir al escenario. Aquellos que requieran uso de material o equipo, les serán dados tiempo para que puedan prepararse. Así que no se preocupen por eso. - Le pasó el micrófono de regreso al maestro.

- Gracias Krystal. Sin más, comencemos. - los presentes aplaudieron emocionados. - Ok. Nuestra primera participante será Kwon Boa. Ella nos interpretará una rutina de baile moderno. ¡Aplausos para ella! - se escucharon fuertes aplausos y cantos que coreaban su nombre.


La música empezó y ella comenzó a bailar. ¡Y vaya que podía bailar! ¡Era increíble! El cobrizo volteó a ver a Eunhyuk quien se encontraba mordiendo nerviosamente su labio inferior. Era obvio para él que el rubio tendría que mejorar su estrategia si quería ganarle a la chica. Por su parte, no se sentía intimidado por ella ni por los demás concursantes. Su meta no era ganar, sino de probar su valor a todos pero en especial a sí mismo. No sólo eso, estaba tomando esta oportunidad para finalmente confesarle sus sentimientos a cierto chico entre la audiencia.


Uno a uno, los concursantes iban enseñándoles a los presentes sus variados talentos. Algunos hicieron poderosos y únicos rutinas de baile, otros hacían actos de comedia tan graciosos que te dolía el estómago por tanta risa. Algunos chicos impresionaron mucho con sus bocetos muy realistas de dibujo rápido. Cualquiera de ellos tenía un futuro brillante en el arte. Una bonita chica llamada Juniel, al igual que él, iba a cantar. Pero al contrario de la suya, su canción era una hermosa pero triste canción acerca del primer amor y el rompimiento. Su canción, Illa Illa, era acompañada por una dulce melodía que ella tocaba en su guitarra. Su voz era realmente hermosa. El significado de la canción lo hizo reflexionar de su pasado.


Su primer amor, recordó, había sido hace unos años con un chico llamado Seungri. Probablemente tenía unos 16 o 17 años por el tiempo en el que lo conoció. Recordó su personalidad tranquila y amigable. Junsu no lo iba a negar, pero él era bastante atractivo a la vista. Después de unos meses de conocerse, él lo había invitado a salir. El cobrizo jamás se había sentido tan feliz. Los primeros meses fueron como estar en el cielo. Seungri le había mostrado un hermoso concepto de lo que era el amor. Fue muy joven en ese entonces, era su primera vez y por la falta de experiencia, había sido tan ingenuo. Inclusive llegó a creer que su amor duraría para siempre. Sabía que debió haber leído las señales, debió haber prestado más atención en la actitud de su entonces novio. Lo dejó pasar porque estaba atrapado en la idea de que el estrés de la escuela debía estarlo afectando. Estrés, era la excusa que le daba a la actitud fría de su pareja hacía él, sólo estrés.


Recordó claramente ese día. Ese maldito día en el que quería darle una visita sorpresa a su novio. Recordó la expresión de sorpresa de él cuando vio al más bajo parado en la entrada de su casa. Para sorpresa del cobrizo, solo estaba vestido con un pants deportivo y además de eso se le notaba agitado. Antes de que pudiera preguntarle por ello, notó la melena rubia de una chica quien asomó la cabeza desde la sala. No pasó desapercibido por él que ella traía puesta una de las playeras de Seungri. Cuando regresó la mirada para ver a su novio, se sorprendió de encontrarse con una sonrisa burlona en su rostro. Después de asegurarle a chica que regresaría, salió de la casa y cerró la puerta tras de él. Sintió su corazón estrujarse cuando escuchó la risa cínica de su novio.


Esos oscuros ojos penetraban en lo más profundo de su alma y esa sonrisa en ningún momento se borró de su rostro. Estaba confundido y a la vez asustado por lo que el más alto podría hacerle, por lo que sólo se limitó a verlo.


- "¿Qué? Así que me atrapaste, ¿y qué? Eso no cambia nada." El cobrizo se sintió más confundido por las palabras del más alto. – "Nunca creíste que realmente eras el único, ¿verdad?" El silencio del más bajo respondió a su pregunta. Su sonrisa se volvió más grande con eso. – "Entonces debo ser un increíble actor." Empezó a reírse de la expresión dolida del menor. – “Escucha Junsu, yo jamás había sentido algo por un hombre y te puedo asegurar que sigo sin hacerlo. Verás, yo solo estaba curioso por saber cómo se sentía estar con otro hombre y pues fuiste el primer idiota en cruzarse por mi cabeza. No te amo y jamás lo hice. Sólo estaba intentando acostarme contigo, pero como jamás quisiste cooperar, tuve que buscar en otro lado. Te sorprenderías de la cantidad de hombres que estaban dispuestos a tener sexo conmigo. No fue difícil para mí llevarme a unos cuántos."

-"¿Entonces por qué seguiste conmigo?" – El menor podía sentir las lágrimas acumularse en sus ojos. – "¿No es obvio? Sólo quería probar ese enorme trasero tuyo, pero cada que lo intentaba tú me rechazabas. Me estaba cansando de esperarte y como te lo dije, busqué en otra parte." – Lo dijo como si fuera nada. ¡Nada! – "En pocas palabras Junsu, ya no quiero seguir esperándote. Se acabó. No regreses más." – Se dio la vuelta y tomó la perilla de la puerta. – "Si me disculpas, tengo un asunto muy importante que atender." – Le dio al menor una última sonrisa burlona antes de regresar adentro.


Recordó esas noches en donde lloraba hasta quedarse dormido por culpa de ese idiota. ¡Había sido tan estúpido! Su primera experiencia en el amor y tuvo que terminar de esta manera. ¡Me usó maldita sea! Con el paso del tiempo, ese dolor se convirtió en odio. Realmente lo llegó a odiar por esto. Por hacerlo sentir como si no valiera nada en lo absoluto.

Abrió los ojos ante su descubrimiento. Ahora que lo pensaba, notó algo que no había visto antes. Si era honesto consigo mismo, la causa de su baja autoestima y falta de confianza había sido por culpa de ese idiota en su vida. Él supo cómo jugar sus cartas para enamorarlo y así lograr manipularlo a su antojo. Lo que sí agradecía profundamente era que no había llegado hasta el "final" con él. Eso hubiera sido peor. Tuvo que pasar no solo por eso, sino por las constantes burlas que recibía de su parte al restregarle en la cara lo sucedido. Por si fuera poco, él salía con chicas y chicos por igual y siempre miraba a Junsu con la misma estúpida sonrisa. Además, oh sí, hay más, los chicos que formaban parte de su círculo de amistades comenzaron a molestarlo después de enterarse de lo que el mayor le hizo. Habían sido demasiadas las veces en las que le decían que nadie jamás iba a amar el pedazo de basura que era. Se reían de él por no ver que sólo era objeto de diversión de Seungri y por enamorarse tan ingenuamente. Por ese tiempo, lo empezó a creer. La presión del bullying, añadida a su ya baja autoestima, lo lastimaron a tal grado que empezó a tener pensamientos suicidas. Las cicatrices en su piel eran prueba de ello.


Para su fortuna, Jaejoong y Yoochun siempre estaban con él. Probablemente no estaría aquí si no fuera por ellos. Jamás se cansaría de agradecerles todo lo que han hecho por él. Sonrió ligeramente para sí mismo y tomó entre sus dedos aquel dije rojo en forma de estrella que colgaba de su cuello. En pequeñas letras blancas se podía leer la frase "Always keep the faith." Había sido un regalo por parte de ellos que le obsequiaron durante ese tiempo. Literalmente había llorado cuando lo vio. Desde ese entonces, su lazo de amistad con ellos se había fortalecido a tal grado de considerarlos hermanos. Tomó tiempo, pero poco a poco empezó a dejar ir las cosas que le hacían daño. Ayudó bastante que Seungri terminara cambiándose de país. Con eso, el bullying lentamente cesó. Pero los recuerdos permanecieron. Le tomó bastante tiempo llegar hasta donde estaba ahorita. Unos cuántos años. Aún si ya había superado a Seungri, una parte de él aún le recordaba que tuviera cuidado. No quería salir lastimado nuevamente. Por eso empezó a tener problemas para confiar en los demás.


Changmin. Lo vio por primera vez hace tres años. Su maestra se había ausentado debido a una gripa y como no había maestros suplentes, juntaron su salón con la del cobrizo. Todos serían compañeros temporales hasta que su maestra regresara. Mientras observaba a los alumnos nuevos entrar, sus ojos se posaron en él. Apuesto, piel ligeramente bronceada y una alta y delgada figura. ¡Era quizás el chico más atractivo que había visto en su vida! Mientras que sus compañeros se presentaban, el cobrizo no podía quitarle la mirada de encima. Era su turno, y ¡Dios! ¡Cómo le encantó esa aguda pero masculina voz! Shim Changmin era su nombre y si no había quedado impresionado ya, su sonrisa hizo que algo se moviera en su pecho. De repente recordó lo que varias veces había escuchado del amor a primera vista. Alejó aquel pensamiento de su cabeza. "Tonterías. No existe tal cosa." El tiempo lo probó equivocado.


Estaba empezando a enamorarse de él. Consciente o inconscientemente pero lo estaba haciendo. Eso lo asustaba. Aún si su corazón latía fuertemente por él, su mente siempre le recordaba la traición de Seungri. La forma en cómo se había enamorado de él solo para ser engañado y después ser botado como basura vieja. No conocía mucho a Changmin. ¿Y si él resultaba ser igual? No podría soportar otra desilusión similar. Sus cicatrices emocionales aún estaban bastante frescas. Necesitaban tiempo para sanar. Y tiempo fue justamente lo que les dio. Tres años para ser exactos.


Ahora estaba aquí. Esperando a que dijeran su nombre para que esa persona pudiera conocer sus sentimientos acumulados con los años. Pero, ¿estaba realmente preparado? ¿Darle su corazón a un chico que aún no conocía del todo? ¿Esto no sería un enorme impulso de su lado? Aún no era tarde para detener esto, ¿verdad? Aún no había leído la nota, ¿cierto? Podía percibir su celular a través de la tela de su bolsillo. Podía enviarle un mensaje a Jaejoong pidiéndole que no le diera la nota. Si, podía hacer eso. Sacó el aparato de su bolsillo y comenzó a escribir el mensaje. Ya estaba terminando cuando una mano en su hombro casi hace que le diera un paro cardíaco del susto. Rápidamente alzó la mirada para encontrarse con la dulce mirada sonriente del mayor.


- ¡Jae! ¡Me asustaste!

- Perdón. Es sólo que tus pensamientos son muy fuertes y venimos a ver qué pasaba.

- ¿Venimos...? - miró por encima del hombro del rubio para ver que todos estaban ahí.

- Sí, nosotros. Notamos que aunque estuvieras físicamente aquí, tu mente parecía estar en otro lugar. ¿Qué sucede Junsu?

- Jae yo... - Su voz se detuvo cuando vio al director subir al escenario y tomar el micrófono de Krystal.

- ¡Hola de nuevo! Como ya sabrán, cada año la escuela invita a estudiantes de otra institución para deleitarnos con una muestra de sus talentos. Para el "medio tiempo" de este año, hemos invitado a 5 chicos aspirantes a cantantes. Ellos son G-Dragon, T.O.P., Taeyang, Daesung y Seungri. Juntos, ellos forman un grupo juvenil bajo el nombre de Big Bang! Recibámoslos con un fuerte aplauso. - los chicos empezaron a subir al escenario entre aplausos. Mientras se iban acomodando en el escenario, el cobrizo sintió su corazón casi paralizarse al reconocer a uno de ellos.

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