Seduccion con sabor a sangre I

El día amaneció lluvioso, gotitas caían insistentes al suelo de la calle y en mi ventana repiqueteaban una y otra vez, creándome una sensación de tranquilidad con solo oírlas.

No podía decir que estuviese en un buen momento, el trabajo no iba bien…mi padre falleció hacia realmente poco tiempo y el que era mi novio…me engaño con un compañero de trabajo…

Realmente mi vida se había transformado en una pesadilla, y estaba seguro que si hubiese podido yo mismo me hubiese escapado de ella.

Los días se hacían eternos y muy monótonos.
De casa al trabajo y del trabajo a casa…

No tenia nada por lo que luchar, ni ilusión por cumplir, todo me estaba siendo arrebatado por momentos

¿Quién me iba a decir que con tan solo 23 años estaría tan hundido?



Como cada sábado Salí antes del trabajo, camine al garaje a por mi coche y conduje hasta mi casa.
Subí las escaleras y abrí la puerta.


- Ya estoy aquí


Se me escapo, todavía no me acostumbraba a que el que era mi novio no estuviese esperándome, dispuesto hacerme pasar una noche inolvidable.

Suspire cansado de la triste vida que llevaba; mire el contestador, dos mensajes: uno de publicidad y el otro de mi hermano…nada importante.

A duras penas me levante del sillón en el que estaba sentado y me dirigí al baño, con la idea de que quizás el agua se podría llevar, además de mi sudor, mi sufrimiento.

Gire el grifo del agua caliente y no espere a que se templase, me metí y mi cuerpo se congelo por completo, pero a la vez me sentí algo aliviado, el roce del agua fría me hizo recordar que todavía podía sentir algo.

Quizás estuve mas tiempo de la cuenta dentro de la ducha…pero realmente me daba igual.

Recorrí mi departamento, completamente desnudo, de todas formas no había nadie para reñirme y entre en mi habitación…todavía olía a el…

Abrí las ventanas, quería que ese maldito aroma se fuese de mi dormitorio. Me acerque al armario saque la ropa que me pondría esa noche…


- YooChun ha vuelto…Seul tiembla!!


Afirme en voz alta, intentando animarme yo mismo; no quería que esa noche mis pensamientos negativos pudiesen conmigo. Iba a salir y me lo pasaría en grande y con un poco de suerte esta misma noche compartiría mi cama una vez mas…que fuese hombre o mujer me daba igual.

Me vestí con mi mejor traje, aloque mi peinado, baje al aparcamiento y me dispuse a arrasar esa noche.

Por alguna extraña razón me sentía muy vivo, la carretera se abría solo para mi y acelere, notándome una vez mas como en los viejos tiempo, donde nadie se podía resistir a mi y donde a mi todo me daba igual.

Pare en una discoteca, que no había visto nunca pero por el aspecto de la gente parecía ser muy exclusiva.
Aparque mi coche y camine con mi porte elegante hacia la entrada; el portero ni siquiera miro si estaba en la lista, me dejo entrar con una amplia sonrisa.

Gracias a mi don natural de la elegancia nadie supondría que solo soy un simple camarero de cafetería…todo el mundo me confunde con un tipo de negocios o incluso con un actor…cosa que me gusta.

Como había sospechado, el local era de lo mas lujoso, no habían reparado en gastos a la hora de decorarlo. Bajo una sensual luz roja se encontraba la barra, me acerque con normalidad y pedí una copa de lo primero que se me ocurrió. El camarero con otra sonrisa me lo sirvió y el lugar comenzó a llenarse de gente.

Chicas preciosas caminaban a mí alrededor, haciendo que empezase a desesperarme un poco por cazar a una y llevarla a mi cama. Mi vista fue girando poco a poco y empecé también a fijarme en los hombres que rondaban el lugar…todos muy atractivos…mi campo de caza se abría mas, mi sonrisa era enorme y la seguridad que tenia en mi mismo iba en aumento ayudada por el alcohol que corría por mis venas.

Como tenía pensado un par de horas mas tarde, presumía de tener a una mujer despampanante entre mis brazos, riendo sin parar por mi elocuencia.

Note como ella se acercaba a mi cuello, soplaba suavemente cuando sus labios rozaban mi piel, consiguiendo con ello que emitiese algún que otro gemido, casi inaudible para los demás.
Me martirizaba prohibiéndome que la besara…jugaba conmigo todo el tiempo y yo empezaba a perder la cabeza un poco mas.

Me costaba tanto mantener los ojos abiertos

En una de las ocasiones en las que la chica se aparto un poco de mi para beber de su copa, mi vista se perdió en los enormes sillones que se encontraban al final de la sala casi a oscuras, concentrándose en unos ojos que no perdían detalle de mis movimientos

Mi cuello fue de nuevo atacado por miles de besos, pero yo no era capaz de apartar la vista de aquellos ojos que me miraban sin descanso.

Note mi cuerpo temblar ligeramente cuando de la penumbra salio el dueño de aquella mirada…podría jurar que era menor que yo, con el pelo oscuro, de punta formando una pequeña cresta y un traje elegante pero a la vez informal y atrevido. Comenzó a caminar hacia a mi, lentamente.
Mas cerca de donde yo me encontraba sentado observe bien sus facciones…un rostro ligeramente aniñado, unos labios con unas curvas endemoniadamente sensuales y unos ojos que desprendían inocencia.

Se detuvo a unos escasos centímetros de mi y hecho a la chica que empezaba a mosdisquear mi cuello, logrando hacerme un poco de daño.


- Hey!! Me has arruinado los planes de esta noche – me queje intentando levantarme, pero tambaleándome por mi estado de embriagadez.

- Mas bien se lo he arruinado a ella – me dijo cuando se sentó a mi lado – como te llamas?


- A ti que te importa – conseguí decirle de la forma mas cortante que podía

- Te acabo de salvar la vida – me pareció que me estaba reprochando lo de la chica mientras se acercaba a mi.


- Salvarme la vida? – reí – de que me has salvado? – pregunte irónico, y no me dio tiempo a reaccionar cuando el chico paso su lengua pro el lóbulo de mi oreja, arrancándome un gemido.

- Te he salvado de una vampiresa – susurro contra mi oído haciéndome estremecer.




Acaricio suavemente mis mejillas, algo sonrojadas por el calor. Parecía estar aspirando mi aroma cada vez que sus labios pasaban por mi cuello.



- Estas loco – balbucee – los vampiros no existen – dije aguantando la excitación que recorría mi cuerpo.

- Tan seguro estas? – me sonrió


- Ven, vamos a un lugar mas apartado.



Me tendió una mano y me ayudo a ponerme de pie. Caminamos por la pista hasta adentrarnos en la oscuridad de los sillones del fondo, donde te había visto por primera vez.

Me sentaste cuidadosamente, acercándote peligrosamente a mis labios, los cuales morían por probar los tuyos.
Te diste cuenta y sonreíste
Y a mi se me helo el corazón.

Te sentaste a mi lado y me continuaste mirando fijamente, con esa sonrisa, que me había encogido el pecho.

Tus dedos rozaron, ahora, mis labios, apretando un poco para colar un dedo dentro de mi boca; al que yo recibí con gusto, lamiéndolo con algo de desesperación.

Cerraste los ojos…te estabas excitando tanto como yo o eso me pareció.

Me acerque mas a ti, colocando una de mis manos a los costados de donde estabas sentado, quería besarte, como fuese, tenia que calmar la sed que empezaba a tener.

Pero no fue mió el primer ataque…
Te adelantaste y juntaste tus labios con los míos…un solo roce y pareció que ardía por dentro.

Te separaste dejándome paralizado por esa sensación y fuiste directo a mi cuello, en el que depositaste mas de esos abrasadores besos, que lejos de dolerme solo me estaban enganchando.


- Yoo…YooChun – pronuncie difícilmente por culpa de tus roces sobre mi piel.

- Un placer…llámame JunSu – susurraste cerca, muy cerca de la nuez de mi cuello, a la que lamiste sin consideración, subiendo hasta mi mentón, acercándote de nuevo a mis labios.

- Hazme olvidarlo todo – te pedí casi suplicando

- … - detuviste tus movimientos y me miraste fijamente

- Haz que lo olvide – tape mi cara con mis manos, y una tras otra mis lágrimas cayeron descontroladas.



No me tocabas, no te movías, solo sentía tu mirada sobre mi. Apartaste mis manos y nuestras miradas se encontraron. No sabia muy bien que veía en tus ojos ahora, parecían ausentes. Ataque tu boca sin dudarlo, pegando lo mas posible mis labios a los tuyos.
Moviéndolos con desesperación y recibiendo a cambio un cariño que antes no estaba.
Correspondiste a mi beso, lentamente con una dulzura que me quemaba aun mas por dentro, que hacia que mi corazón latiese mas fuerte; pasaste tus brazos por mi espalda…abrazándome…
Te alejaste de mis labios y repartiste suaves besos por mi mejilla, descendiendo por mi cuello, donde te asentaste una vez más.

Gemí al notar tu lengua jugar una vez mas con mi nuez, lentamente giraste mi cabeza, todavía dándome algunos besos mas…y entonces mis ojos se abrieron, note algo hundiéndose en mi carne.
Todavía notaba tus labios en la superficie de mi piel, suavemente succionabas…y yo notaba como mi vida se iba escapando…


- JunSu… - susurre, levantando mi mano para acariciar tu pelo.


Algo húmedo salpicaba mi cuello…ahora creía en lo que me habías dicho antes.


- Eres un vampiro – afirme yo mismo, cerrando los ojos – no…tu eres un ángel…que ha venido ha liberarme de mi dolor – sonreí al pensar en las cosas que estaba diciendo.


Mis lagrimas volvieron a correr por mis mejillas, llevándose tanto dolor y tanto sufrimiento, que cuando me liberaste de tus labios pensé que había dejado el mundo por fin.

Y me equivoque, pues no había muerto aun…me mirabas directamente a los ojos y vi tus lagrimas caer, y sin esperármelo me besaste con tanta ternura que no podía creer que fueses un ser de la sombra.

Correspondí tu beso, mezclado con tu saber y mi sangre, abrazándote con fuerza, no quería que me dejases solo.


- No puedo… - dijiste susurrando – si de algo te puedo liberar es de tu corazón herido…pero no puedo matarte – volviste a besarme – no podría perdonármelo.

- Pero tu – intente comprender porque no simplemente chupaba mi vida completamente y se termino, cuando me interrumpió.


- Soy lo que soy por los mismo motivos que tu…- sus lagrimas continuaban saliendo de sus oscuros ojos – Si de verdad quieres que todo cambie, olvidarlo todo, ven mañana en la noche y no dudare en darte vida.




No me dejo contestarle cuando todo se volvió oscuro y caí dormido.
Me levante en mi apartamento, con la ropa que había utilizado el día anterior.
Fui directo al baño y empecé a desvestirme, cuando sorprendido vi unas sospechosas marcas en mi cuello, las roce con las yemas de mis dedos…eran heridas recientes…fue en ese momento cuando tu imagen y todo lo sucedido en la noche anterior volvió a mi cabeza como un rayo.


- JunSu – susurre, volviendo acariciar mi labios


Un nuevo día se abría ante mi, y como en otros domingos lo pase completamente solo, viendo a familias, parejas, amigos disfrutar en la calle.

¿De verdad quería estar así siempre?

No, odiaba la soledad…


“Si de verdad quieres que todo cambie, olvidarlo todo, ven mañana en la noche y no dudare en darte vida.”



Las palabras de JunSu recobraron vida en mi cabeza, haciéndome pensar…consiguiendo que decidiese.



La noche se adueño una vez mas de toda la ciudad, camine decidido a la discoteca y como en la noche anterior, el portero me permitió la entrada.
Le busque, encontrándolo, una vez mas sentado en los sillones oscuros.
No dude y me senté a su lado, sonriéndole.



- Has decidido? – pregunto en un tono adorable

- Creo…que si voy a vivir una vida en soledad – hable firme, con la sonrisa en mi labios – prefiero compartir una muerte con alguien que me comprende.


Vi su sonrisa y no espere para besar esos labios…que volvían a quemar, cosa que empezaba a gustarme demasiado.

- Bienvenido

Susurro antes de volver a clavar sus colmillos en mi cuello, quitándome, pero al mismo tiempo, dándome una vida nueva a su lado.

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