Toco la oscura puerta que estaba
frente a él, mentiría si dijera que no sentía nada de miedo, muy por el
contrario, su cuerpo tiritaba debido a lo que podría pasar dentro de aquel
lugar, el escándalo era la noticia más famosa de las últimas horas, la más caliente
y hablada del día “Shim ChangMin y Kim RyeoWook, relación homosexual prohibida”
“Especulaciones del quiebre de la pareja gay más famosa de Corea del Sur”
“¿Será qué SM crea homosexuales?” Cuantos titulares similares había leído en
este último tiempo, si ayer estaba desconcertado por la forma en que su
dongsaeng lo había cortado, de una manera completamente pública. Hoy los
titulares lo atacaban, tachándolo de ‘maricón’ y cosas por el estilo.
Se asustó, cuando el mánager hyung
llegó a desayunar con los miembros, junto a un sobre blanco dirigido a su
persona, se aterró cuando abrió aquel, observando que en su interior había un
formulario, aquel que ya conocía, el mismo que había llenado KangIn, HeeChul,
LeeTeuk, YeSung y ShingDong hyung antes de ingresar a su servicio militar
obligatorio. Pero él no quería ir a la milicia, aunque lo desterraran de su
país, tenía la opción de negarse puesto que era hijo único, las leyes permitían
que se negara, su honor ya manchado por los diversos comentarios de los
distintos foros, la prensa y los medios de comunicación en general, estaba lo
suficientemente dolido como para añadirle otra razón, si ya era la vergüenza de
Corea ¿Por qué servirle a la patria ahora? Medidas populistas, eso es todo lo
que realizaría la compañía para limpiar su imagen. Suspiro en el momento que
tomó su gorro y caminó junto al manager hacia la camioneta, sabía dónde se
dirigían, no era estúpido, Lee SooMan lo había llamado.
Con los ojos llorosos observó la
puerta negra, tomó aire una última vez antes de proceder a girar la helada
manilla dorada de adornaba el acceso. Entrando completamente en silencio,
observando al jefe de la compañía de la cual procedía y a la que le debía la
fama que había ganado estos últimos años.
─Te esperaba RyeoWook, por favor
toma asiento. ─Esa mirada
comenzaba a asustarlo, sus dedos casi de inmediato comenzaron a apretar la tela
de su pantalón mientras sólo movía la cabeza en señal de saludo, Lee ahjusshi
era extraño, siempre lo había intimidado. Se sentía pequeño, indefenso y en
peligro, pero no podía correr, no allí.─ Debes suponer la razón de esta
“reunión”.─ Se aterró aún más en el momento que una sonrisa cínica apareció en el
rostro de su jefe, se le notaba bastante disgustado por la situación que
sucedía, sin embargo, parecía que el de más edad disfrutaba verlo aterrado.─ …Como compañía no estamos
dispuestos a aceptar una situación de tal procedencia, por lo que, hemos
agendado tu ingreso al servicio militar dentro de las próximas semanas.
Fue allí que comenzó a sentirse más
débil, agradeció estar sentado, ya que aseguraba que de haber estado en pie se
hubiese caído, en el peor de los casos desmayado. Mordió su labio inferior, su
cabeza se mantuvo baja en todo momento, el mayor hablaba de las consecuencias
que aquello podría causarle a la compañía, del fracaso que Super Junior y TVXQ!
Comenzarían a tener por su culpa, todo era su culpa. Las lágrimas comenzaban a
llenar sus ojos, no lloraría, no delante de Lee ahjussi, sus dedos comenzaban a
ceder.
Asistió entonces, observando aquel
papel que el mayor le extendía.─ Firma RyeoWook, no queremos más problemas.─
Fue entonces cuando dos tipos vestidos de traje, elegantes, bastante más altos
que su persona y mucho más anchos de cuerpo, se colocaron junto al de mayor
cargo, desconcentrándolo completamente de la hoja, querían que firmara, lo
presionaban. Leyó lo más rápido que pudo aquel papel, un contrato que lo
obligaba a obedecer las normas al pie de la letra, sacándolo de las actividades
hasta que ingresara al ejército.
RyeoWook se puso de pie y camino a la
salida, no fue hasta el momento que salió de aquella oficina que volteo a
observar por última vez el rostro de su jefe antes de retirarse.
…
…
Las noticias en Corea se reparten
rápido, los sitios en internet no tardaron en llenarse. Las principales páginas
se encontraban colapsadas, algo que normalmente ocurría, salvo que esta vez el
nombre que destacaba en los encabezados de cada noticia era el suyo. En el
pasado estaría orgulloso de aquello, siempre había soñado con ser el miembro
más popular de su agrupación, aunque fuese por poco tiempo. Pero, a medida que
pasaban los años comenzaba a rendirse con respecto a aquel sueño, los otros
miembros eran increíblemente hermosos y talentosos, solían demostrar sus
incontables encantos, aún de manera inconsciente, en las diversas actividades
que desarrollaban, siendo el mismo catalogado como el miembro más tímido, aquel
chico que se caracterizaba por preferir los shows de radio antes de aparecer en
la TV, pero que a su vez, amaba ser parte de un proyecto tan importante como
Super Junior, un chico que deseaba permanecer allí, con sus hyungs, siempre.
Cuando toda aquella ilusión no era
nada más que imposible, se cumplió de una manera que jamás en su vida se habría
imaginado. Un escándalo de gran magnitud que ahora lo tenía entre la espada y
la pared. Siempre había destacado por ser una persona bastante reservada, su
vida personal sólo era un tema suyo ¡Ni siquiera sus padres conocían su
situación sentimental con claridad! Nunca había escuchado un rumor justificado
hacia su persona. Sin embargo, actualmente sólo observaba imágenes suyas en los
medios masivos de comunicación, fotos suyas y del menor maknae de TVXQ! Famosos
ahora por mantener una, o haber tenido una relación de pareja catalogada por
gran parte de la sociedad como inmoral y sucia.
Se preguntaba si en el lugar que el
menor estaba podía observar aquello, más bien dudaba que no se hubiese enterado
de todo el escándalo, en todos los canales de TV hablaban de lo inmoral que
eran, algunos cuestionaban a TVXQ! Y Super Junior. El cómo bastantes rostros
conocidos se sentían en derecho de opinar y juzgar su vida sexual le dolía,
aquellas personas que aparentaban ser sus amigos, con quienes se contactaba o
conversaban gratamente aunque fuera sólo frente a las cámaras ahora lo
criticaban.
Podía sentir la mirada de los miembros sobre sus hombros, un bufido
escapa de sus belfos en el momento que RyeoWook decidió tomar su abrigo café.
El mánager había sido bastante claro al respecto, ningún miembro podía salir de
la sala de ensayos hasta que el eternal maknae fuera dirigido al lugar en donde
se realizaría la conferencia de prensa que la compañía había preparado para que
ambos aclararan aquel ‘mal entendido’, desafortunadamente para el más bajo,
ChangMin no aparecía en SM Enterteiment desde el desafortunado encuentro.
No obstante, RyeoWook era bastante
testarudo cuando se lo proponía, más aún en su estado actual, en el cual sentimientos
de tristeza, confusión, lo embargaban, odiaba ser el chisme actual. Sus
compañeros no lo detuvieron, afectados bastante de la situación en que su
hermano menor se encontraba. Desde el comienzo de la relación habían apoyado
ambos menores, ayudando a estos cada vez que podían, siendo idol, sabían que
era bastante difícil mantener una relación amorosa siendo famosos, más aún una
relación homosexual.
…
…
RyeoWook caminaba en completo
silencio, con las manos en los bolsillos, jugando con las llaves de su auto
blanco, las cuales se paseaban con completa libertad por entre sus largos y
delgados dedos. Sabía que si caminaba tranquilamente se ganaría la mirada de
todos los presentes, por lo que, no le extrañó que los desconocidos voltearan
para observarlo, no le sorprendía para nada, era alguien nacido y criado en los
suburbios después de todo. Entre esas miradas podía distinguir repulsión,
algunas otras que no sabría describir bien, expresiones que no deseaba
averiguar, un par de sonrisas de algunos de sus compañeros de trabajo con los
cuales se relacionaba. Agradeció el momento en que dos de sus noonas estilistas
se acercaron a abrazarlo, demostrándole de esa manera su apoyo.
Los flash de las cámaras no tardaron
en llegar en el momento que decidió acercarse a su automóvil. No supo en que
instante los periodistas lo rodearon, cortando la distancia que lo separaban de
ellos para poder comenzar una entrevista, preguntas de las cuales no se refirió
en ningún momento, optando por mantener silencio ante el interrogatorio al cual
era sometido. Jamás en su vida le había costado tanto salir del estacionamiento
de la compañía, el llegar a su vehículo le resultó una odisea, tampoco se dio
cuenta cuando los guardias de la SM Enterteiment llegaron al estacionamiento,
sintió algo de miedo, sin embargo, no se dejaría atrapar fácilmente. Aceleró,
una maniobra rápida fue suficiente como para alejar a las personas que lo
rodeaban, antes de volver a apretar aquel pedal, huyendo lejos de allí.
Saco su teléfono móvil de su chaqueta
café, observando el aparato de reojo, más concentrado en conducir hasta un
lugar en donde pudiera aclararse un poco, al mismo tiempo que marcaba aquel
número de uno de sus contactos favoritos, uno de los pocos que conocía de
memoria. Pero llamar seguía siendo una misión imposible, el menor, por más que
intentara ubicarlo le colgaba, desviando a la grabadora cualquier posibilidad
de volver a hablar, de sentirse nuevamente tranquilo, de intentar aclarar
aquella confusión que lo estaba destrozando.
─ ChangMin~ah…─Dijo en un murmuro, disminuyendo un poco la velocidad de su vehículo. ─…No fuiste a la compañía hoy. ─ A medida que las palabras salían de sus labios su
voz comenzaba a debilitarse. Quería verlo, necesitaba verlo, necesitaba
comprender que es lo que había pasado…Ayer, todo había estado bien en el día
anterior, conversaron como siempre por teléfono en la mañana, antes de ir al
trabajo, ambos felices al saber que estarían en el edificio de la compañía,
podrían encontrarse allí, tal vez almorzar juntos. Pero su felicidad se había
desmoronado en el momento que el menor lo enfrentó en la entrada de la
compañía, dando por terminada su relación sin que pudiese objetar nada.
─ ¿Me contestarás ChangMin? ¡¿Qué
diablos te pasa?! ─ No pudo evitar alterarse, aquellas lágrimas saladas comenzaron a rodar
por su mejilla. Frenó el vehículo, reconociendo de inmediato el lugar donde
estaba, la casa de sus padres, en Incheon. ─ ¡¿Ni eso merezco?! ¿No me contestarás? ─ Ambas manos llegaron al claxon, presionando con fuerza al mismo
tiempo que la llamada se cortaba, dejando a un RyeoWook apoyado sobre el
manubrio, sollozando, fuera de aquel lugar en donde podría descansar, al menos
unas horas, aquella casa en donde se sentía seguro, protegido. Maldijo en voz
alta, su voz aguda se escuchaba mucho más apagada de lo habitual, las lágrimas
seguían cayendo por su suave piel, corriendo aquel delineador negro que
adornaba sutilmente sus ojos, sabiendo que el menor no lo escucharía, pero ya
no importaba. Hoy, quería soju.
…
…
Park YooChun sintió su teléfono
personal vibrar dentro de su bolsillo, se removió inquieto, últimamente el
ambiente estaba bastante serio, constantes preguntas acerca de la sexualidad
del maknae de su antigua agrupación y uno de sus amigos cercanos de Super
Junior le llegaban de diferentes medios, queriendo todos tener las últimas
noticias de aquello. La chica que tenía en frente terminó sus líneas, sonrió de
lado hasta que la luz se apagó, dando por terminadas las grabaciones del día.
Suspiró, su mirada se desvió hacia su teléfono, conocía aquel número. Realizó
una leve reverencia antes de dirigirse hacia donde su mánager, susurrando unas
palabras en el oído de este antes de comenzar a caminar hacia la camioneta.
─RyeoWook~ah.─ Murmuro, su preocupación aumentó al
escuchar los sollozos del menor, definitivamente, se encargaría de golpear a
ChangMin cuando lo viera nuevamente, no debía hacer llorar a sus mayores, menos
al chico con el cual llevaba bastante tiempo de relación. Se maldijo
internamente, podía suponer en qué clase de lugar se encontraba su dongsaeng.─Dime
exactamente tu ubicación RyeoWook..
La camioneta negra comenzó a avanzar,
imponente en comparación con los demás vehículos que lo rodeaban, Park YooChun
se abría paso entre las calles de Seúl con astucia. Se encontraba cansado,
prácticamente no pudo dormido nada debido a las grabaciones, además de la
presente preocupación por aquel que consideraba su hermano pequeño. Había
intentado comunicarse incontables veces con ChangMin, pero Max muy
irrespetuosamente no le contestaba a él ni a nadie, YunHo, JaeJoong y JunSu,
todos trataron comunicarse con el alto, intentos fallidos por su maknae
testarudo. Su antiguo líder les había comentado sobre aquel rumor reciente que
corría en la compañía, si era cierto lo que le decía, RyeoWook pronto entraría
al servicio militar, desconectándose de todo su alrededor, tal vez le haría
bien; no obstante, no podía ser ciego, debido a la situación actual los ataques
que recibirían ambos serian constantes, la homofobia en el mundo seguía siendo
grande después de todo.
Gruño, estacionando su camioneta,
obteniendo una imagen que jamás le hubiese gustado presenciar pero que,
contradictoriamente, se esperaba. Apretó sus puños, sintiendo la ira
esparcirse por su cuerpo. RyeoWook era un chico tranquilo, callado, “inocente”,
en pocas palabras, una buena persona que, estando sobrio, no sería capaz de
molestar a nadie. Si ese era el caso ¿Por qué observaba a dos imbéciles
amenazándolo? Park YooChun caminó en dirección de esos tipos, los cuales
reclamaban que las personas que salían en TV no debían tener una sexualidad,
según ellos, retorcida. Pero aquellos tipos no conocían ese mundo, lo podía
distinguir desde lejos, puesto que existían muchas parejas homosexuales entre
idol’s.
Tomó de la muñeca al delgado muchacho
de cabello teñido, el color amarillo de su pelo le causaba repulsión, o ¿Tal
vez el hecho de que este se atreviera siquiera a amenazar a su dongsaeng era lo
que causaba aquello? No lo sabía ni le interesaba en ese preciso momento. El
dios de cabello corto empujó al de cabello oxigenado lejos del alcance de
RyeoWook. Por supuesto el otro muchacho que no había observado con detención,
no tardó en desaparecer de su vida. YooChun no pudo evitar soltar una pequeña
carcajada al observar cómo es que su dongsaeng levantaba la mano, pidiéndole al
barman que le sirviera una copa.
RyeoWook era así, soñador, distraído,
esquivo. No lo entendía, a pesar de ser uno de los hyung’s con los que el menor
tenía mayor confianza a veces creía que el menor era de otro planeta,
completamente diferente a cualquier otra persona que conociera, tan sencillo pero
a la vez tan complicado. Lo podía notar con solo verlo, allí sentado,
aparentemente ajeno a todo lo que lo rodeaba, pero a su vez atento, alerta,
añorando saber qué es lo que sucedía, la razón que ocasionó todo aquello, al
mismo tiempo que bebía soju. Quería preguntarle, la curiosidad lo carcomía ¿Se
iría al servicio militar? ¿De verdad?
Se disculpó con el menor,
encaminándose hasta el baño, pensando en todo lo que ocurría. La sonrisa de
ambos maknaes era algo habitual cuando estaban juntos. Una pareja singular, que
se complementaba a la perfección. Recuerda haber reído en el momento que
ChangMin le comentó como es que había un muchacho realmente lindo en el
proyecto numeroso, proyecto que en un futuro llamaron Super Junior,
agrupación con la que grabaron una canción que se hizo bastante popular.
Para ese entonces la cercanía
entre ambos era mayor, las risas, miradas, toques ¿En qué momento comenzó
exactamente aquello? Nadie lo sabía con exactitud, aunque todos compadecían al
tierno Ryeo por tener un agujero negro de estómago como pareja, puesto que, el
futuro de RyeoWook era claro, encerrado en una cocina, preparándole
comida al alto de su pareja. Sin embargo no fue así, las dificultades de
su carrera, la separación con los chicos convirtió al más bajo en algo más que
su amante, el adorable chico pasó a ser su principal apoyo y confidente.
YooChun era consciente de que RyeoWook era una de las personas más importantes
para ChangMin, era por eso que no entendía la actitud que el más joven había
tomado.
Pero tampoco podía comprender al
eternal, no entendía cómo es que había logrado escabullirse nuevamente, puesto
que, lo único que encontró en la barra cuando volvió nuevamente fueron un par
de billetes, de Kim no había rastro.
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