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Arualthings

Love is a Force of Nature. Cap 30

“Renacer del Sol Oscuro”

Algo dentro de mí
Ha abierto sus ojos […]
Ésta cosa dentro de mí
Grita los sonidos más fuertes
A veces pienso que podría…
Quemar.
[Burn, Nine Inch Nails]


Cuando Junsu finalmente llegó al lugar donde Yunho lo estaba esperando, tenía un montón de cosas que balbucearle apenas se enterrara entre sus brazos, pero todas las palabras murieron en su garganta al ver el panorama que tenía ante sus ojos.

Yunho estaba completamente salpicado de sangre. Había matado lo que parecía ser una especie de alce y desgarraba la carne de sus interiores en largas hileras para luego comérselas de una sola mordida, hilillos de sangre descendiendo por su garganta al masticar con gusto la carne. Junsu observó la escena casi en trance…estaba seguro que siendo un hibrido quizás ya no tendría esa abismante necesidad por sangre, pero por lo visto había estado equivocado. La lujuria por la sangre encendió todos sus sentidos y ni siquiera le dio tiempo a Yunho para sacar las manos de la carne. Dejó los bolsos que llevaba asegurado a su cuerpo a un lado y se acercó a él tan veloz como un rayo, tumbándolo al suelo y encajando las piernas alrededor de sus muslos, buscando sus labios con urgencia.

“J-Junsu” Yunho murmuró entre besos, aferrando las manos a rostro para separarlo de su boca y así poder hablarle. “¿Cómo te fue? ¿No tuviste ningún problema?” Yunho lo miró con algo de preocupación, pero Junsu no parecía tener muchas ganas de hablar. Lo ignoró, lanzando una especie de gruñido, y simplemente dirigió la cabeza hasta su torso salpicado de sangre, lamiendo los rastros para saciar la lujuria por sangre que lo desesperaba.

La húmeda lengua de Junsu comenzó a trazar un trayecto por todos sus abdominales, lamiendo cada rastro de sangre que allí pudo encontrar. Yunho sintió los colmillos de Junsu alargarse y rozarle la piel, y en ese momento volvió a hablarle.

“¿Junsu, podrías escucharme?” la pregunta provocó que Junsu alzara la cabeza de su torso, sus colmillos rozando sus pálidos labios carentes de color. Yunho observó el rojo que amenazaba con teñir sus iris plateados mientras lo contemplaba con algo de fastidio y se inquietó.

“Yunho” le dijo finalmente, su voz sonando impaciente. “Deberías dejar de hacer preguntas y hacer algo mejor con tu boca…y rápido”

La inquietud se desvaneció al escuchar las palabras y Yunho sonrió; Junsu tan sólo se encontraba más demandante de lo habitual.

“¿Prometes que me contarás todo cuando hayamos terminado?” le preguntó. Si no quería cooperar, se lo ganaría por la fuerza. Ladeó el cuello, exponiendo aquella parte donde Junsu se deshacía, y le volvió a sonreír.

“P-Por supuesto” balbuceó. La boca se le hizo agua al observar las venas tensas del cuello de Yunho e inmediatamente subió el rostro hasta el nivel de su cuello, rozando su lengua por la sensible piel, sonriendo al sentir el leve estremecimiento que recorrió el cuerpo de Yunho.

“Tranquilo…es tan sólo un instante de dolor” Junsu le susurró, su voz sonando un poco más grave de lo normal mientras sus labios subían hasta el nivel de su oído y le lamía la piel del lóbulo. A Yunho le causó gracia sus palabras, no era la primera vez que Junsu lo mordía y tampoco sería la última…pero de algún modo no podía evitar que se le erizara la piel cada vez que sentía los colmillos rozarlo, su lobo interno removiéndose en alerta.

La mordida fue rápida y violenta; Yunho mordió sus labios para reprimir el quejido, todo su cuerpo en tensión. Junsu tenía una sed incontrolable y bebía con fuerza, dejando escapar sonidos de placer desde el fondo de su garganta. Yunho tenía la impresión de que el hibridaje había hecho a Junsu un poco más agresivo de lo normal, o quizás era tan sólo producto de la sed de sangre que lo atacaba…pero lo estaba drenando con una rapidez que le resultaba aterradora. Yunho pudo sentir un abrupto descenso en sus revoluciones; la cabeza comenzando a pesarle, sintiéndose hasta mareado…pero Junsu no tenía intenciones de dejar de beber; estaba completamente embriagado con su sangre. No sabía si había sido producto del ritual, pero la sangre de Yunho se había vuelto aún más sabrosa y de pronto se encontró atrapado en el trance. El sabor era demasiado delicioso, pero por más que bebía…la sed no cesaba y el efecto era el contrario, necesitaba más de ella. Junsu no podía detenerse, ya no podía parar…necesitaba cada fogosa gota de sangre que fluía por sus venas…

“Jun…su…” las manos de Yunho fueron a su espalda, acariciándolo para llamar su atención. Sentía que las fuerzas le estaban abandonando el cuerpo y necesitaba que Junsu parara de beber, pero él hizo caso omiso del gesto y simplemente se arrimó más a su cuerpo, llevando las manos a su cuello y haciendo presión sobre la piel para que de la herida manara sangre con más fuerza.

El acto lo enfureció. Yunho siempre había tenido la mejor disposición para que Junsu se alimentara de su sangre sabiendo que corría el riesgo de que pudiera drenarlo, pero ahora…él no tenía ninguna intención de parar, por lo que debía actuar de manera drástica.

“Quítate” masculló, perdiendo rápidamente la paciencia, y llevando las manos a sus caderas con intención de levantarlo. Al notar la presión sobre su cuerpo, Junsu lanzó una especie de gruñido contra la piel de su cuello y se aferró a él con fuerza, sin despegar los labios de la herida. Todo le hizo sentido y Yunho comprendió que Junsu estaba fuera de sí, aterrándose aún más al sentir sus músculos adormecerse. Lo estaba matando…Junsu lo estaba matando y no podía percibirlo, estaba absorto en la búsqueda de sangre…

Yunho intentó sacárselo de encima. Sacudió su cuerpo, intentó moverlo con sus manos, trató de retirarle la cabeza, pero con cada sorbo que tomaba Junsu se llevaba consigo su fuerza y Yunho se encontraba débil, muy débil…con tan sólo algunas pocas fuerzas restantes para hacerle frente.

La desesperación volvió a caer sobre él como un manto de oscuridad. Yunho jamás pensó que se encontraría en esta situación…a puertas de la muerte y a manos de la persona que amaba. No importaba lo que le dijera, Junsu seguía bebiendo de él con los ojos cerrados, no había forma de sacarlo del trance. La sensación de impotencia lo enfureció y Yunho sintió la rabia como un ardor dentro de su cuerpo, tronando y agobiando sus sentidos. Cerró los ojos y pensó en su buena disposición, y en todo lo que había arriesgado por Junsu…y la forma en que él le estaba pagando ahora. Las enseñanzas de Changmin volvieron a él sin permiso, como un eco maléfico.

‘No puedes domesticar a una cobra, Yunho. Si tiene colmillos te morderá…’

Su cuerpo se sacudió con ira e indignación. ‘¡Maldito Changmin! ¡Maldito Junsu! ¡Qué el diablo se los lleve a todos!’




Quizás fue una respuesta a su rabia, Yunho no supo explicar muy bien el origen del ruido, pero de pronto…escuchó un gruñido dentro de su interior, algo que estaba respondiendo a su ira…un gruñido que le estaba hablando desde adentro. Yunho no podía entenderlo, tan sólo sentía que gruñía, gruñía con impaciencia, como si estuviese esperando a que Yunho dijera algo, cualquier cosa. Quizás tan sólo era un delirio a puertas de la muerte, pero Yunho decidió responderle de todas formas.

‘Quítamelo de encima, quítamelo…’

El gruñido se hizo más fuerte y Yunho sintió un shock de energía recorrerlo de pies a cabeza y su mente desconectarse por completo. Su cuerpo convulsionó tal como si hubiese sido víctima de un rayo, y cuando abrió los ojos…una oscura energía comenzó a irradiar desde alrededor de su cuerpo y de pronto, Yunho ya no tuvo miedo. Ya no tenía miedo de que Junsu pudiese drenarlo, de hecho, ya no tenía miedo de nada. Ahora…se sentía invencible.

“¡QUITATE DE ENCIMA!” restalló y las llamas negras comenzaron a emerger desde su cuerpo, danzando a su alrededor. Junsu lanzó un chillido al percatarse del fuego y prácticamente voló fuera de su cuerpo, aterrizando a metros de distancia y observándolo con ojos perfilados en rojo, desorbitados.

Yunho se levantó del suelo con la oscura energía irradiando de su cuerpo. Miró a Junsu con ojos llenos de rabia, desconociendo por completo a la criatura que tenía ante sus ojos. Sin inmutarse empuñó las manos y su energía se transformó en enormes llamaradas negras que fueron directo hacia su cuerpo, Junsu ni siquiera fue capaz de reaccionar cuando el fuego oscuro lo envolvió en un torbellino negro. Lanzó un grito gutural al sentirse capturado entre las llamas; sintió sus ropas comenzando a incinerarse y el fuego quemándole la piel. Sus gritos agonizantes hicieron eco e inundaron toda la quietud del bosque como un verdadero estruendo, y cuando sintió que moriría hecho ceniza y que su garganta ya no podía gritar más…el rojo abandonó sus ojos. Para el momento en que Junsu recuperó la consciencia, todo había acabado.




Miró a sus alrededores y no había rastro del fuego, absolutamente nada. Yunho estaba sentado a metros de su cuerpo, su espalda apoyada sobre un tronco de árbol y con todos sus bolsos al lado. Lo observaba en silencio, con ojos disparejos que parecían haber perdido la luz.

“¿Qué…ha ocurrido?” Junsu le preguntó al levantarse, lanzando un quejido audible ante el dolor de su cuerpo. Rastros de ropaje chamuscado aún lo cubrían, y el ardor que lo recorría se intensificaba por sectores en donde su nívea piel yacía enrojecida…ardiendo como los mil demonios en los brazos y muslos que tenía en carne viva. Se percató de que estaba cubierto con una especie de manta, probablemente Yunho la había cogido de uno de los bolsos para cubrirlo con ella.

“No sé” murmuró secamente. “¿Cómo he de saberlo? Lo último que recuerdo es que te tenía pegado a mi cuello como una verdadera sanguijuela, no había forma de despegarte” Yunho habló con amargura, evitando el contacto visual mientras Junsu se acercaba a su lado.

“Algo raro me pasó…creo que tiene que ver con el encuentro que tuve con el demonio en la mansión” Junsu lanzó un suspiro, dejándose caer al lado de Yunho ante su mirada de sorpresa. Yunho observó las heridas de su cuerpo pero su rostro no reveló ni siquiera un atisbo de alguna emoción.

“¿Te encontraste con un demonio, y no me lo contaste?” cuestionó, resoplando

“Es tu culpa, nublaste cada uno de mis pensamientos…” su voz fue tan sólo un susurro. Yunho lanzó un suspiro, se sentía extraño y no quería seguir pensando, tan solo quería dormir un rato…estaba cansado, exhausto.

“¿Podemos hablar de esto luego? necesito descansar” Yunho se levantó, pero Junsu lo tomó por la muñeca, reteniéndolo.

“Tú…me hiciste algo, Yunho” dijo. Yunho volteó su rostro para mirarlo, una sombra de confusión adornado su rostro.

“No sé de lo que hablas” contestó con dureza, cabreado a un punto máximo.

“Tienes algo dentro, algo que puedes controlar” Junsu y él se midieron las miradas, tal como solían hacerlo antes cuando eran tan sólo unos conocidos.

“Es oscuro…yo lo he visto. Es un fuego oscuro, tan oscuro como la misma noche”

“Si tuviera algo que pudiese controlar, lo hubiese utilizado años atrás” Yunho estaba de pésimo humor. No entendía nada de lo que Junsu le estaba hablando, pero algo en sus palabras lo perturbaba. Se libró del amarre y comenzó a caminar hacia la cueva. Yunho recordaba haber escuchado un gruñido en su momento de desesperación…pero sólo eso.

“Tu fuego me ha quitado al demonio de adentro” Junsu le dijo cuando estaba por entrar. Yunho no volteó a mirar, pero aún no había terminado…y antes de entrar a la cueva le disparó.

“Yo que tú saldría a cazar algo para curar esas heridas, y ándate haciendo a la idea de la sangre de animales porque de mí no te alimentarás más” sentenció con brusquedad, y el ácido de sus palabras quemó más fuerte que las heridas en carne viva enrojecidas en su piel. Yunho desapareció al meterse dentro de la cueva a lo más profundo, en completa oscuridad, transformándose en lobo para echarse en un rincón de ella y así poder dormir en paz. Al fusionarse con su lobo Yunho pudo sentir la furia tronando por su sistema, abismante e infernal; atisbos del Junsu que presenció minutos atrás trasformado en una sanguijuela, a punto de matarlo, volvieron a su mente en un flash y lanzó un gruñido. Su bestia le restalló un: ‘Te lo advertí’ pero Yunho le lanzó una dentellada de vuelta, mitigando su voz. Ya había tenido suficiente tortura, y a pesar de que aún faltaban algunas horas para la noche…Yunho se sentía tan cansado y agobiado que realmente no le importó nada más, sólo cerró sus ojos y se dejó desconectar.


xXx


Junsu suspiró, sabía que no sería la primera ni la última pelea que tendría con Yunho, pero sus palabras le habían afectado. Se sentía pésimo, culpable hasta no poder más. Junsu era excepcionalmente bueno en controlar sus impulsos por sangre, él lo sabía, pero ahora…algo completamente distinto lo había atacado. Aquella sed de sangre que sintió no era la sed de sangre normal que lo atacaba para obtener la cantidad de sangre necesaria para su supervivencia, aquella sed…era una sed que sólo se saciaba con la muerte. Junsu estaba casi seguro de que aquel demonio le había metido algo al cuerpo para hacerlo actuar como una verdadera sanguijuela, pero lo que más lo perturbaba eran los recuerdos del fuego oscuro envolviéndolo por completo y la visión de Yunho, con una máscara estoica por rostro, contemplando con ojos llenos de sombras como las llamas le quemaban el cuerpo. Estaba seguro que ese no era su Yunho, y por eso podía creer que Yunho no tenía control sobre aquella habilidad y que en cambio, la habilidad lo controlaba a él. La mayor duda recaía en el verdadero origen de ella, porque si aquello hubiese sido una habilidad impuesta por terceros, el fuego lo habría matado…pero en cambio lo salvó, entonces Yunho si debía tener cierto grado de control sobre ella, aunque no del todo. La situación era más que confusa y Junsu se encontraba atado de manos. No tenía idea con quién podría comentar la situación, porque a estas alturas…ya deberían haberle puesto precio a sus cabezas por lo que nadie podría servirles de aliado. Exceptuando que pudieran encontrar la comunidad de híbridos y pedir refugio o algo por el estilo.

Lanzó una mirada hacia la cueva. A pesar de que Junsu estaba acostumbrado a dormir durante las horas del día, la idea le parecía desagradable en estos momentos. Buscó los bolsos al lado del tronco de árbol donde Yunho había estado y se cambió: un par de vaqueros y una camisa blanca larga alargada con cuello de lazos, dejando los ropajes chamuscados en el suelo. La piel quemada se le pegaba a la ropa con un doloroso ardor, pero aun así Junsu decidió a recorrer por los alrededores para poder despejar su mente. Tenía que dejar descansar a Yunho y quizás recorriendo se le ocurrieran más ideas acerca del rumbo que debían tomar a partir de ahora.

Levantándose del tronco, se puso en marcha en dirección al este, atravesando por corridas de bosques y saltando de vez en cuando quebradas de riachuelos, sin ningún rumbo fijo, tan sólo quería sentir aquella sensación de libertad que le provocaba recorrer el bosque a grandes velocidades.

Por el camino se encontró con un par de venados pastando y fueron presa suficiente para acelerar la regeneración de su cuerpo y dejarlo como nuevo. A pesar de que el sabor no era tan satisfactorio como la sabrosa sangre de Yunho, Junsu no protestó. Sabía que Yunho estaba dolido por su pérdida de control y no lo presionaría con el asunto. Si él realmente quería que Junsu no volviera a probar su sangre…lo respetaría. Lo amaba demasiado como para llegar a exigirle algo.




Cuando se encontró a puertas de un río con caudal más ancho, Junsu se detuvo para mirar a sus alrededores. Había recorrido bastante, ya que el dejo de la esencia de Yunho parecía tan sólo un atisbo de lo que había sido antes. Los árboles cada vez se estaban haciendo más frondosos y el camino a su lado estaba lleno de piedras, el escenario había cambiado brutalmente. Junsu estaba a punto de atravesar el río de un salto para continuar cuando una voz de entre los matorrales lo sobresaltó.

“¿O-Omma?” una suave voz hizo eco en todo el lugar. Junsu se detuvo y volteó la mirada en dirección a las ramas. Allí, en el fondo, podía distinguir una mata de cabello entre toda la maleza

“¿Quién va?” preguntó, inmediatamente poniéndose alerta. Esto podía ser obra de aquel demonio nuevamente, y Junsu no podía darse el lujo de volver a correr el riesgo.

El ruido en los matorrales se incrementó. Junsu se puso en guardia, esperando algún súbito ataque o algo por el estilo, pero en cambio…un niño de no más de cuatro años apareció ante sus ojos. El pequeño poseía unos vibrantes ojos color magenta y estaba envuelto en ropajes de cuero curtido. Tenía los ojos hinchados de lágrimas y sobre su rostro congestionado caía una mata de rizos color marrón. Junsu abrió sus ojos de par en par al ver al pequeño. Jamás había visto a un niño en todo el tiempo que llevaba en aquellas tierras, y estaba completamente desconcertado.

“¿E-Estás…bien?” Junsu le preguntó, aún con una sombra de duda en el rostro. ¿Qué diablos podía estar haciendo un niño en medio de todo el bosque? La idea de que trajeran niños salvajes a convivir con las criaturas del bosque le parecía simplemente descabellada. El niño debía descender de alguna parte...

“Perdido” murmuró, restregándose las lágrimas de sus ojos. “Volver a tierra”

Junsu arqueó una ceja. Las palabras del infante no le hacían ningún sentido, pero no era tan desalmado para continuar su rumbo y dejarlo allí, desamparado.

“Tranquilo, no llores más, yo voy ayudarte” Junsu le dijo mientras se acercaba a su cuerpo, agachándose hasta quedar a su nivel.

“¿Dónde queda tu hogar?” Junsu llevó las manos hasta el rostro del pequeño, limpiando algunas lágrimas y sonriéndole. El pequeño lo miró con ojos dudosos por un momento, pero luego le devolvió la sonrisa.

“Tierra” volvió a murmurar. “Abajo” le señaló el suelo con el dedo y Junsu volvió a mirarlo con confusión.

“¿Tierra?” le preguntó y el niño asintió, sonriendo.

“Abajo, Abajo” volvió a insistir. Junsu lanzó un suspiro y le abrió los brazos.

“Voy a ayudarte, pero necesito ir a buscar a mi compañero” el pequeño lo observó un segundo, como si estuviera meditando la situación. A Junsu le pareció un verdadero encanto y volvió a sonreírle con más calidez. Sintió los brazos del pequeño rodearle el cuello y se levantó con él entre sus brazos.

“Sujétate fuerte que vamos a ir un poco rápido”

El pequeño asintió, refugiando su rostro en su pecho. Junsu lo acunó a su cuerpo, pero justo cuando estaba por abandonar el lugar sintió un estridente gruñido tan sólo a pasos de su cuerpo. Volteó a mirar, asustado, para encontrarse con la figura de un licántropo en su forma intermedia de pelaje pardo y macizas garras chorreantes parado casi a la salida de los matorrales.

“Suéltalo” gruñó. El extraño había vuelto a su forma humana en una rápida desfiguración y ahora prácticamente lo fulminaba con la mirada. Rizos color marrón oscuro adornaban su rostro, y era delgado como una lanza pero de músculos muy definidos. Pantalones de cuero curtido cubrían sus piernas, y Junsu no divisó ninguna marca en sus hombros cosa que lo inquietó. Al escucharlo hablar, el pequeño levantó la cabeza del pecho de Junsu y gritó.

“¡Appa!”

“¿Appa?” Junsu exclamó, sorprendido. Jamás se le pasó por la cabeza que el pequeño podría ser hijo de un licántropo. “¿Acaso eres el padre de este niño?”

“¿Quién te crees que eres para hacer preguntas?” le espetó. “Como si no supiera que quieres vender al niño a la Orden”

“¿De qué estás hablando? ¿Por qué querría—?”

“Suéltalo o te haré soltarlo” el licántropo le advirtió.

“A mí no me amenaces” Junsu le contestó con desdén, perdiendo rápidamente la paciencia. No tenía idea de quién diablos era ese lobo, pero el tono que utilizaba no le gustaba nada.

“Chungho, conmigo” articuló, y el niño se bajó de los brazos de Junsu, corriendo directo al lado del licántropo. “Oh, te has metido con la persona equivocada…te lo aseguro”

Cuando Junsu volvió a mirarlo, todo le hizo sentido. El licántropo…tenía ojos plateados al igual que los suyos y el rostro de Junsu se iluminó. Era un híbrido, y tenía tantas cosas que preguntarle, pero las palabras murieron en su garganta cuando observó los ojos del hombre encenderse, tornándose del mismo color magenta que los del pequeño. Un escalofrió lo recorrió de pies a cabeza al sentir que del híbrido comenzaba a irradiar energía. Junsu comprendió que sería una situación de vida o muerte, ya que no se encontraba en las condiciones de pelear, o realmente…no sabía cómo, así que optó por utilizar su velocidad. Se dio la vuelta, y estaba a punto de correr de vuelta hacia el bosque cuando una enorme pared de agua le cerró el paso.

‘¿Qué diablos…?’ Pensó, volteando a mirarlo de nuevo y quedando…completamente estupefacto. El híbrido había levantado el agua del río, manipulándola quién sabe cómo, para hacerla bloquearle el paso. Esto estaba mal, muy mal…

“Si piensas que te voy a dejar escapar, estás loco” advirtió, voz profunda y raspada.

“¿Cómo lo has hecho?” Junsu le preguntó, mirando de reojo la pared de agua que continuaba fluyendo atrás de su cuerpo. El torrente fluía con tanta velocidad que Junsu estaba seguro que si se atrevía a atravesarla le cortaría la piel…

“Eso no es de tu incumbencia” sus ojos volvieron a encenderse de nuevo y entonces Junsu pudo ver la energía focalizada alrededor de sus manos. Movió las manos hacia arriba y la pared de agua se levantó, tornándose en una tuba de agua que subió por encima de Junsu hasta quedar al frente del híbrido.

“Vamos, muéstrame lo que tienes” le dijo, maniobrando la corriente de agua entre sus manos. Hizo un ademán y el agua salió disparada hacia el cuerpo de Junsu en forma de dagas.

Junsu comenzó a moverse, esquivando fácilmente cada tiro que le lanzaba. Era lo único que tenía hasta el momento, la velocidad, y debía aprovecharla al máximo si quería salir de esta ileso. Una daga de agua le alcanzó la mano en un rápido corte y Junsu se aterró. El agua usualmente no lo habría cortado porque no poseía la consistencia, pero ésta…era casi como si la hubiesen moldeado de nuevo, como si tuviera filo. Se dio cuenta de que el extraño poder de aquel hibrido no era ningún juego, tenía que escapar lo antes posible.

La frecuencia se incrementó: llovían dagas de agua por doquier y a Junsu le estaba costando trabajo seguir esquivándolas, tenía que pensar en algo rápido para poder atacar al hibrido.

Siguió zigzagueando en torno, y en un instante observó que a la derecha del engendro, donde estaba el pequeño, había una brecha entre él y su manipulación de agua, Junsu podría entrar por ahí y tumbarlo, tan sólo necesitaba un segundo de tiempo y podría escapar. Decidido, se detuvo en seco, saltando hacia la derecha y quedando a pasos de su cuerpo, pero justo cuando estaba por saltar a tumbarlo Junsu sintió el agua pegarse a su cuerpo como verdaderas cadenas y en menos de un segundo estaba aprisionado contra un tronco de árbol, atado de pies y manos a el por unas verdaderas cadenas de agua densa.

“Muy poco inteligente” resopló. “Puedo controlar la energía del agua y utilizarla a mi favor. Lo siento, pero déjame decirte que tu rapidez no te llevará a ninguna parte”

Junsu sintió la presión del agua sobre su piel como si fuera metal real y lanzó un quejido cuando sintió la piel enrojecerse, llegando a quedar en carne viva; la sangre rápidamente comenzando a manar.

“Para ser un híbrido, me decepcionas” sus ojos volvieron a encenderse y la presión entre sus extremidades se incrementó. Junsu gritó, desesperado, y sus pensamientos inmediatamente viajaron a Yunho. Estaba demasiado lejos para escucharlo, quizás todavía seguía dormido, y Junsu mentalmente le pidió disculpas por haberse descontrolado. La presión sobre sus extremidades volvió a incrementarse y Junsu sintió la sangre escurrir con más fuerza, comenzando a formar un charco a sus pies. Era evidente que el hibrido tenía intenciones de desangrarlo hasta la muerte. Sus ojos se llenaron con lágrimas de impotencia al sentirse tan débil mientras un sollozo escapaba de sus labios. Odiaba ser débil y no tener idea de cómo utilizar su nuevo potencial…odiaba haber llegado tan lejos para ser eliminado por un verdadero engendro sin ni siquiera alguna respuesta acerca de su verdadera condición. Gritó, la garganta raspándose con la fuerza, pero su ruido fue interrumpido por un nuevo gruñido. Junsu giró su rostro y todo volvió a hacerle sentido de nuevo al ver el pelaje blanco resplandeciente de Yunho gruñirle a su captor.

“¿Quién diablos eres?” el híbrido masculló al sentir el ruido, girando su rostro para encararlo, pero sin dejar de aprisionar a Junsu contra el tronco de árbol.

“La persona que va a matarte si no lo sueltas”

Junsu observó las garras de Yunho llenarse de veneno mientras avanzaba más cerca del hibrido. Se habría transformado a su forma intermedia, y Junsu hasta podía jurar que su figura había crecido aún más, sus músculos se habían tonificado y su cabeza lobuna había adquirido rasgos más gruesos; fauces abriéndose para revelar sus colmillos asesinos al gruñirle a su captor.

“Eso está por verse”

El hibrido volvió a concentrar sus energías en las manos, levantando una nueva corriente de agua del río para lanzársela a Yunho, Él fue lo suficientemente rápido para esquivar el golpe, y comenzó a rechazar cada daga de agua con sus garras, sin dejar de avanzar hacia el híbrido.

“Deberías jugar limpio” Yunho le espetó antes de lanzarse contra él. El golpe fue rápido y pudo asestarle un zarpazo con sus garras que le quedó impregnado en la piel del torso, pero el híbrido fue capaz de reaccionar para manipular el agua y clavarle en la espalda una lluvia de dagas de agua que lo perforaron como verdaderos aguijones de avispa. Yunho pudo escuchar el grito horrorizado de Junsu. Abrió los ojos de par en par, escupiendo un chorro de sangre, y luego bajando la mirada hasta observar su pecho, perplejo. Estaba lleno de pequeños agujeros, casi imperceptibles, pero que al instante comenzaron a chorrear sangre.

“M-Mierda…” murmuró, cayendo de bruces al suelo. Nada le hacía sentido, no podía creer que acabada de ser herido de muerte por lo que parecían ser dagas de… ¿Agua? ¿Qué clase de broma enferma era eso?

“Increíble….pudiste cortarme. Nadie jamás ha podido cortarme” Yunho escuchó la voz del híbrido alrededor suyo, pero el dolor comenzaba aturdirlo.

“Tal vez…puedas volver a sorprenderme, Jung Yunho”

Los gritos de Junsu se hicieron más fuertes. Yunho se sorprendió al escucharlo llamarlo por su nombre, y luego levantó un poco la cabeza para ver que el desgraciado tenía los tobillos y muñecas de Junsu en carne viva y chorreando sangre. Lo seguía torturando, con intenciones de desangrarlo hasta la muerte. No podía permitirlo…

Yunho intentó levantarse, pero la rápida pérdida de sangre lo estaba debilitando al punto de que no fue capaz ni siquiera de llegar a pararse, cayó nuevamente de bruces al suelo, incapaz de mantenerse en pie. Apretó los puños, con lágrimas de rabia e impotencia calándole hasta lo más hondo y los gritos de Junsu carcomiéndole hasta el alma. Habían llegado tan lejos sólo para ser derrotados por un engendro de híbrido con energías casi del tipo demoniaco. Una pelea de cuerpo contra una habilidad sobrenatural jamás sería justa, y Yunho estaba seguro que le habría ganado al desgraciado si hubiese usado sus garras, pero ahora estaba desangrándose hasta la muerte y no tenía ni fuerzas para continuar, y Junsu…iría rápidamente por las mismas.

No…no podía permitirlo, no podía dejar que todo acabara aquí. Necesitaba tener fuerzas, necesitaba volverse aún más fuerte para protegerlo…para protegerlos a todos...

“Yunho…”

Escuchó una voz dentro, una voz que no provenía de los alrededores. Quizás sólo lo estaba imaginando producto de la pérdida de sangre, Yunho realmente no estaba seguro.

“Estoy aquí, Yunho, ¿No me ves?”

Cuando giró su rostro en dirección a dónde provenía la voz, quedó completamente estupefacto. No sabía si estaba alucinando o si realmente la criatura estaba allí…pero a su lado, sentado en sus cuartos traseros, yacía un lobo…un lobo cuya piel estaba hecha de fuego negro.

“¿Qué…?” Yunho trató de hablar, pero hasta hacerlo le producía dolor.

“Te he escuchado Yunho, he escuchado tu llamado. Quieres poder, lo necesitas…”

‘Lo necesito. No puedo con él, es demasiado fuerte…y completamente injusto’

Yunho pensó que había enloquecido por completo, pero aún así le contestó, pensando las palabras en vez de articularlas. Estaba desesperado y si éste era su último delirio a puertas de la muerte lo aprovecharía. El lobo lanzó un bufido.

”No hasta que tú aprendas. Dime, Yunho… ¿Quieres proteger a Junsu?”

‘Claro que si’

“Tú lobo interno no lo quiere, no está de acuerdo con tu unión. Junsu no fue aceptado y tu lobo sigue aullando por la Sangre de tu sangre”

Yunho habría bufado si hacerlo no le doliese tanto. Estaba consciente de ello y no necesitaba que se lo repitieran, diablos…él podía escucharlo rugiendo dentro. Sabía que los lazos de los lobos eran más fuertes y abismantes que cualquier otro vínculo, su padre se lo había dejado claro cuando apenas era un niño. Cuando los lobos se mordían y se unían en la pasión, el lazo era conocido como ‘Sangre de la Sangre’ porque el vínculo jamás dejaba de fluir y la fuerza se transmitía. Se decía que ambos lobos pasaban a llevar la misma sangre, con las mismas fuerzas. Aquel lazo tiraba más fuerte que cualquier otra fuerza, todos los lobos lo sabían. Pero a pesar de ello…Yunho quería rehacer su vida y su lobo interno no lo detendría, ni por mucho que le reclamara a su otra mitad del pasado.

‘No me importa, soy yo el que decide’

“¿A pesar de que son uno sólo? Sabes que no puedes vivir con tu lobo peleado…”

‘Lo entenderá, mientras…nada lo perturbe estará bien’

Yunho lo sabía, podía manejarlo…el asunto estaba bajo control.

“Veo que quieres proteger a Junsu a cualquier costo. ¿Y qué hay de la tierra a tu alrededor? ¿Quieres protegerla también?”

‘Por supuesto. Quiero proteger el mundo donde Junsu y yo podamos estar en paz’ Yunho tenía que hacerle entender a, lo que fuera que tuviese al frente que necesitaba ser más fuerte, que era la única manera de salvarle la vida a Junsu, quien no paraba de gritar de dolor…

“¿Cuánto estarías dispuesto a sacrificar por ello?”

‘Todo lo que fuese necesario’

“Entonces, Yunho…debemos ser uno. Soy una parte de ti, estoy dentro de tu lobo interno y te pertenezco. Te ayudé a salvar a Junsu en la guerra cuando iba a morir a manos de Changmin, y te ayudé a sacarle el maleficio del cuerpo cuando un demonio lo hizo querer matarte. Tú fuiste escogido porque la tierra está pidiendo un cambio, y yo te otorgaré la fuerza para dárselo. Soy una parte de ti, Yunho y responderé a tu llamado. No será nada de fácil porque tendrás que poner a prueba tu determinación, pero por ahora…pronuncia mi verdadero nombre y abraza tu potencial, para lo que has nacido”

El shock de energía lo azotó como un verdadero rayo cuando el lobo le susurró el nombre. Yunho podía sentir su creciente energía naciendo desde el fondo de su cuerpo, a punto de estallar, y las heridas de su cuerpo fueron cerradas al instante. Se levantó del suelo en un abrupto movimiento, con toda su energía oscura irradiando en torno suyo. El híbrido se percató de la creciente energía y cuando giró su rostro para mirarlo, sólo pudo contemplarlo…perplejo. Yunho volvió a su forma humana en un destello oscuro. El híbrido aún no podía creer que sus heridas se hubiesen cerrado cuando él lo había herido de muerte…

“N-No” murmuró. “E-Es imposible…”

Junsu abrió los ojos de par en par al nuevamente ver la oscura energía. Por un momento creyó que estaba alucinando, pero al escuchar la voz de Yunho nuevamente supo que era verdaderamente él la persona que tenía al frente y que ahora…amenazaba con quemar todo a su paso.

“Consume, ‘Black Sun Rising’”

-o-


Koiko: Gruñí un montón con este capítulo pero al final quedé bastante conforme. Tenemos dos nuevos personajes :B y déjenme decirles que cada personaje original creado por mí tendrá gran parte en la historia, así que no pierdan de la mente a estos nuevos seres x)
Este capítulo es uno de los cruciales porque como han podido leer el lobo de fuego se apareció ante Yunho y se fusionó con su cuerpo, cada palabra que dijo es bastante relevante y juega un papel bien fuerte en la historia. Yunho menciona también atisbos del ritual de unión de los lobos, yo voy a volver a ese tema con el interludio que tengo preparado así que descuiden que nada aquí quedará inconcluso. Nuevamente, agradecer a todos mis lectores y a los que se dan un tiempito de dejarme un comentario. Yo leo todos los comentarios ya sea en mi livejournal donde respondo directamente, en el blog de Lala y en el blog de Mery, así que no se preocupen que tengo todas sus opiniones en mente :B una vez más muchísimas gracias por el respaldo <.3


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