1.5 Tarantallegra - XiMin (de My Last breath)

Título: Tarantallegra

Pareja: XiMin

Autor: Aemin

Género: Lemon

Extensión: Paréntesis del serial “My last breath”

Nota: Como ya les urgía una actualización mía, y  ami me urgía publicar algo, se me ocurrió este oneshot entre Changmin y Junsu en ese papel que ha adoptado últimamente y con el que bailó y cantó Tarantallegra.

Flotaba sobre el suelo. Sus manos estaban atadas igual que sus piernas, por delicados cordones blanquísimos. Sentía que su cuerpo le pesaba como si su médula estuviera hecha de concreto, y sin embargo los hilos que le ataban no se rompían. Abrió lentamente los párpados y observó a su alrededor. Todo estaba en semi tinieblas, como si la luna tuviera una persiana de nubes que filtraban la luz y la hacían aterciopelada.

-Nadie nos ve aquí…

Las delicadas cuerdas se tensionaron y vibraron al escucharse esa tersa voz, como si un suave peso se hubiese acomodado sobre ellas, haciéndolas vibrar casi imperceptiblemente. Abrió los ojos y distinguió la figura del espectro de ropas negras y cabello pálido. Balanceándose de pie sobre los hilos se deslizó hasta él, deteniéndose a escasos centímetros de donde estaba. A pesar del peso de ambos, los hilos ni siquiera se rasgaron.  A Changmin no le gustaba para nada la idea de estar ahí, atado. Movió los brazos, intentando zafarse del amarre. Tiró con fuerza pero las cuerdas transparentes estaban adheridas a su piel, y además no parecían romperse en absoluto, por el contrario regresaban a su estado anterior a pesar del tira y afloja cada vez más violento de Changmin. Eso y además su piel y ropa parecía adherida a los hilos. El espectro rio con deleite al notar la frustración creciendo en su presa.

-No podrás zafarte… ¿sabes? La tela de araña resiste el peso tanto de su creadora como de sus presas, sin quebrarse…y esta es aún más fuerte que todas las telas de araña entretejidas juntas.

¿Cómo demonios había conseguido tejer una telaraña de ese tamaño? Daba igual, que fuera e hiciera lo que le acomodara…excepto tenerlo a él ahí, atrapado contra esos hilos. Volvió a intentar zafarse, tirando con ambos brazos de la tela, luego con las piernas.

-¡Shh..! – la Muerte le puso una mano en la barbilla, sujetándosela, - no te lo hagas más difícil…

Sentía sus afiladas uñas negras como alfileres a punto de perforarle la piel. Cerró los ojos con fuerza. Aún no terminaba de acostumbrarse a él. Le gustaba el poder que le daba, pero era todo.

Sintió que todo giraba, y en lugar de colgar viendo al frente se encontró recostado, aún firmemente atado. Der Tod, sinuoso como siempre, se deslizó sobre él, colando su rodilla entre sus piernas. De verdad parecía una araña de cuatro patas. Por más que intentó echar el cuerpo atrás, fue inútil, la telaraña era fuerte como si fuera una tabla. La presión de su rodilla contra su zona más erógena, quisiera o no, empezaba a despertarle sensaciones.

-Aunque el mundo se desplomara ahora mismo… - le sujetó la barbilla con fuerza, - eres mío, Changmin…

-Ungh…algún día…te mataré… - gimió el mortal. Tod sonrió.

-Eres el único capaz de decir semejante barrabasada… - lamió sus labios, despacio, tornando su conciencia confusa, - por eso…es que puedes llamarme Junsu, tal como te dije…un nombre mortal común… parte de nuestro jueguito…

-N-no te burles de mí…¿vas a hacerme lo que pretendes hacerme o no? – le espetó. Junsu sonrió.

Lentamente paseó un dedo por su pecho, y la ropa de Changmin se desvaneció en polvo. Tragó saliva.

-Si tanto insistes…veamos este cuerpo que tanto valoras…

Sujetó sus manos y las ató sobre su cabeza, juntas. Luego lo observó con detenimiento, sosteniéndose con la punta de sus pies de uno de los hilos.

-¿Por…por qué sólo me miras…?

Junsu sonrió, mostrando afilados colmillos.

-No te preocupes, mi asesino…pienso divertirme…

-¡..Aaahhh…!

-Hm…sólo tocándote aquí, te vuelves más dócil…

- Ungh….

- Humm…ni siquiera puedes hablar ya… me pregunto…¿qué tan dócil serías si toco…aquí?

- ¡Nggaaagghhh!

- ¿Te gusta más aquí?

Movió sus dedos en su interior, haciéndolo arder.

-No necesito ni siquiera recurrir al artificio de los afrodisíacos… con sólo tocarte te vuelves exquisitamente violable…

-M-maldito….

-Dime… ¿quién es tu dueño? ¿Quién?

-…Nadie…yo…no pertenezco…a nadie…ah…

Tod frunció ligeramente el ceño y una chispa de enojo titiló en sus ojos, pero solo un instante.

-Eres obstinado…

Moviendo sus dedos en el aire, la Muerte volvió a acomodar la telaraña, y a atar a Changmin en una nueva posición sobre ella. Las manos aún firmemente atadas sobre su cabeza y juntas. Las piernas separadas, bien sujetas por los tobillos de manera que no pudiese estirarlas del todo.

-¿Qu-qué vas a hacerme ahora…? Aaaaahhh…

Su vientre se contraía con cada lamida, con cada beso en su zona más íntima. Entrecerró los ojos. Le pareciera o no, ese trato provocaba muchas sensaciones en su cuerpo que ya no podría negar. Removió sus piernas, encontrando imposible desatarlas, estirarlas y menos juntarlas. Esos profundos ojos negros estaban fijos en su rostro, analizando y disfrutando cada expresión de sumisión y placer. Se vino y toda la telaraña se tensó con la repentina convulsión de su presa. Junsu sonrió y lo giró, acomodándolo de lado. Bajó su mano y lo sujetó con firmeza, prolongando el éxtasis de su primer orgasmo en años. Luego acarició sus labios con sus dedos. podía sentir su helada piel contra la espalda, y comprendió que Tod, en su forma andromorfa, Junsu, estaba desnudo ya. Tragó saliva y Junsu lamió su cuello.

Tras colocarlo boca abajo lo invadió lentamente.

-¡Aaggh! Para…por favor…déjame ir…

-No…aún no es suficiente…

El primer movimiento fue suave, lentamente invasor, lentamente lo fue llenando. Y en ningún momento aceleró el ritmo. Lo mantuvo, lento pero seguro, entrando y saliendo, golpeando suavemente su trasero con su cadera. Los jadeos de Changmin fueron llenando la atmósfera. Lo cambió nuevamente de posición, de algún modo sin desalojarlo siquiera. Frente a frente, con sus piernas bien separadas y dobladas lo sentía moverse a ese exquisito y lento ritmo. Tanto placer… proporcionado por ese ser, esa criatura tan poderosa y tan…única. Changmin se mordió los labios y se estremeció con otro orgasmo, más potente que el primero, enterrando sus uñas en los blanquísimos y helados brazos de mármol, mientras Junsu se arqueaba al mismo tiempo, llegando hasta el fondo de su ser. Y todo se nubló, se volvió espeso y difuso….

Pasaron largos segundos. Recuperado del asalto sexual, volteó, buscando a la Muerte. Terminó completamente enredado y envuelto por la tela, como si fuera una crisálida blanquísima. Junsu lo observaba, de pie a unos metros, sonriendo. Changmin se zarandeó intentando liberarse, como un gusano atrapado en la tela.

-Como te dije antes, mi Changmin…si luchas así, sólo lo harás más difícil y peligroso para ti…

-¡Bastardo de mierda! ¡Muerte de puta! ¡Déjame ir!

Junsu suspiró, riendo bajo.

-Continúa si quieres…pero podrías acabar muerto… ¿eso quieres? ¿Eso deseas?, - tocó algunos hilos de la telaraña y empezaron a quemarse. En menos de un segundo Changmin empezó a caer en la oscuridad, sintiendo la presión de los hilos ajustándose contra su cuerpo y soltándose todos menos los de su cuello.

-¡Agh!

Siguió cayendo hasta que el hilo se tensó, apretando su yugular…

Y despertó empapado en frío sudor. Palpó su cuello, sus muñecas, sus  tobillos. Estaba intacto. Miró alrededor. Estaba a salvo en su habitación del hostal. El corazón aún le latía a todo galope y su cuerpo temblaba, aterrado.

-¿Qué pasa, Changmin?

Giró al escuchar esa voz. Junsu lo miraba, sentado en el borde de la ventana. Aún era de noche, y su perfil se despuntaba con la luz de la luna.

-¿Una pesadilla? ¡Ua-jajajajajaja!

La Muerte…seguía ahí…

FIN