Título: Once Upon a Dream
Autor: Fanny YS
Pareja: MinSu
Género: AU
Extensión: Oneshot
Advertencias: Lemon
Reseña: Nada de lo que ChangMin había hecho en su vida había sido lo bastante bueno para merecer un poco de piedad en un purgatorio que esperaba, visitara en muchos, muchos años, y por mucho atesorar como había decidido atesorar a JunSu en sus manos, no era de las ideas más sanas que se le habían ocurrido.
********************
‘Yo te
conozco,
caminé junto a ti una vez en un sueño,
el brillo en tus ojos es tan familiar a un destello.
Sé que es verdad,
que las visiones rara vez son lo que parecen.
Yo te conozco, yo sé lo que tú harás,
caminé junto a ti una vez en un sueño,
el brillo en tus ojos es tan familiar a un destello.
Sé que es verdad,
que las visiones rara vez son lo que parecen.
Yo te conozco, yo sé lo que tú harás,
me encantaras
como hiciste una vez en un sueño.’
* * *
Sus ojos se posaron en la creatura que yacía inmóvil y perdida en sus sueños; sus ojos cerrados, su boca, su respiración acompasada y tan llena de tranquilidad le cautivaron por un momento, y plagado de fascinación se acercó sigilosamente, como temiendo despertarle. Sus ojos brillaron en esa desdibujada iluminación por lo que veía, no lo podía creer, no podía creer que él estuviera ahí. Su mano se movió y sus dedos se alargaron sin tocarle la piel, sin embargo con la mirada y el calor de su tacto acarició su rostro con ternura y embeleso. Llego hasta el borde de sus labios, donde con paciencia perezosa no contuvo su deseo de sentirlos. Él se movió de repente, e inquieto por que aún no despertara, se alejó sonriendo con el simple pensamiento de que abriera los ojos. Al pie de la cama, volvió a mirar su boca deseando besar sus labios, pero no lo hizo, partiendo así a la puerta de la habitación.
Cuando la perilla hizo un pequeño clic asegurando que la puerta había quedado cerrada a su espalda, el sonido inevitable del metal comenzó a crujir y los gritos y maldiciones dentro rompieron el silencio que le habían plagado de tranquilidad hacia unos minutos. ChangMin sonrió guardando la llave en su bolsillo y alejándose a paso lento y tranquilo.
Por la tarde ChangMin volvió, y con llave en mano abrió la puerta. Todo estaba en completo silencio, y al entrar la imagen de JunSu fue lo primero que retuvieron sus pupilas. Estaba despierto y quieto sobre la cama, con las piernas desnudas flexionadas. ChangMin imagino que seguramente había escuchado sus pasos en el pasillo y lo recibía con un ceño fruncido y su mirada cautelosa y molesta, aquello le hizo sonreír.
-No me gusta estar amarrado… Déjame…
-Sabes que no puedo.- Dijo ChangMin bordeando la cama con serenidad.-Pero te prometo que pronto podrás estar sin eso.
Las muñecas y tobillos de JunSu estaban bien sujetos por cadenas y grilletes y su constante lucha por liberarse ya había quemado su piel a rojo y a despegar pellejos de piel, pero JunSu no se quejaba, era como si nada de eso le doliera en absoluto, su ceño arrugado solo revelaba su molestia por ser miserablemente privado de movilidad, y esto al castaño le provocaba gracia. –No me mires así –le dijo el alto, acercándose a la cabecera de la cama, donde sentado, JunSu permanecía mirándolo desde que había entrado. –Si te portas bien, te juro que te las quitare.-JunSu dudo por un segundo no muy seguro de creer o no en ChangMin, y pronto, dando una media sonrisa, JunSu asintió. -Así hasta lindo te vez.-ChangMin asintió complacido.
-YooChun va a buscarme, y cuando sepa en donde estoy, va a venir por mí y te va a matar. – le dijo JunSu de repente, como en una charla casual mientras miraba los botones de su camisa que estaban desabrochados.
-No te preocupes por mí.- Sonrió ChangMin mirando aquello que sabía molestaba a JunSu, ¿Puedo?- pregunto sentándose en la cama a su lado, y cuando JunSu dio permiso con un asentimiento, acerco sus manos y con sus largos dedos comenzó a abrochar cada botón.
-Gracias.- dijo JunSu mirándolo un instante.
Toc, toc. -ChangMin, necesito que vengas. AHORA.-La madera detrás de la puerta redujo el sonido de las palabras de JaeJoong, que suponía eran severas y urgentes para atreverse a ir hasta ahí. Maldijo por lo bajo cuando el bello hombre le llamo alejándose casi al instante con el sonido de sus zapatos sobre el pasillo. –Me tengo que ir. – Se disculpó ChangMin con cortesía, levantándose y caminando a la puerta mientras sacaba su llave del bolsillo de sus jeans.
-Ojala no vuelvas.
-Sabes que volveré.- ChangMin sonrió ampliamente a JunSu, con los ojos y los labios, mostrando la blanca dentadura, antes de cerrar la puerta.
Luego de cerrar la puerta, al final del pasillo Jaejoong miraba, tan frio y silencioso, esperando a que ChangMin le diera alcance. – ¿Qué carajo quieres?- Pregunto ChangMin directo, cuando lo tuvo enfrente.
JaeJoong sonrió. –Lo tengo.
-¿En serio? –La boca del castaño se agrando.
-Sí, creí que nunca tendría un descuido y me diera una oportunidad.
-¿De verdad pudiste hacerlo? ¿Y su novia?
-Me dio una puta batalla al principio, tuve que lastimarlo para que dejara de golpearme y moverse tanto… -en la cara del mayor el pesar se hizo notar cobijado de definida tristeza y arrepentimiento por sus acciones relatadas, ChangMin solo lo recibió con una mueca cuando JaeJoong suspiro. - Además estaba solo, no hubo necesidad de ocuparme en ella pero como me hubiera encantado encargarme de esa perra.
-Tienes una jodida suerte…
-Lo sé.- Jaejoong lanzo una mirada detrás del castaño, directo a la puerta al final del pasillo, recuperando así su humor. – ¿Encontrara un poco de cordura algún día?
-No seas cruel conmigo, no te burles –la sonrisa volvió a los labios de ChangMin. –, tu no estas por mucho, más cuerdo que él.
-Quizá, pero tú tampoco.-
-Es un sentimiento y condición compartida entre él y yo, pero entre tú ahora mozo y tú, no lo creo.
-JunSu se inventa amantes de quien sabe dónde, cállate Shim, es cuestión de tiempo nada más para que YunHo me quiera a mí. –JaeJoong devolvió una sonrisa llena de felicidad.
La noche cayó y sus muñecas y tobillos desnudos ahora si comenzaban a escocer con el metal sujetándolos. Nunca lo habían amarrado con cadenas, pero si con otros materiales menos dolorosos, sin embargo en ambos casos los dos pesaban igual para JunSu –Quítamelas… - levanto las manos mostrándole las muñecas al alto que le daba la espalda a un costado de la cama. ChangMin lo miro sobre su hombro mientras seguía con los utensilios entre sus manos. –Antes me agradabas… – JunSu bufo.
-¿Ya no te agrado? Te sigo alimentando, sigo cambiándote de ropa, bañándote, atendiéndote… como antes.- Hablo el castaño con diversión y sin mirarle.
-Era diferente en el hospital, - los ojos de JunSu jugaban distraídos por esa habitación que había repasado varias veces por horas desde que había despertado ahí ese día y no en su habitación de hospital. - ¿porque todos te llaman Momo? ¿Y porque él te llamo ChangMin?- Los ojos de JunSu regresaron al muchacho castaño.
-Me encanta cuando conversas conmigo y no solo me miras con odio. -JunSu desvió la mirada y ChangMin sonrió. –Así me llamaban de niño en el lugar en donde vivía, y Sim ChangMin, ese es mi nombre.
-¿Qué tanto haces? – pregunto de repente curioso el pelinegro.
-Manzana.- Respondió ChangMin mostrando un pedazo de manzana que pelaba en ese momento con un cuchillo, cuando hubo acabado lo puso en un plato con más pedazos del fruto y lo tomo dándose la vuelta para encarar al encadenado joven mientras comía él un pedazo.-Te gustaba…
-¿Te gusta cuidar de gente como yo?
ChangMin estaba tan acostumbrado al cambio repentino que tenía JunSu, y siempre contestaba con una sonrisa o con simple sinceridad. -No, solo me gustaba ser enfermero tuyo y cuidar de ti.
-¿Porque?
Los ojos de ChangMin no volvieron a apartarse de los de JunSu sentado en esa cómoda cama. -Porque te quiero. Porque te quise desde que te vi la primera vez que entre a ese lugar donde la locura da risa, pero la tuya me cautivo… -los labios de ChangMin no titubearon cuando las palabras salieron de su boca. JunSu lo recordaba diferente, ChangMin solía ser uno de los muchos enfermeros que cuidaban de él, siempre servicial pero distante con todos, excepto con él. Todos los días llegaba temprano a trabajar y lo atendía incondicionalmente, a JunSu realmente le agradaba, pero ahora las palabras que ChangMin decía, hacían que un calor raro apareciera detrás de su ombligo. Él nunca le había dicho cosas como esas antes.
La intensa mirada de ChangMin comenzó a quemar en algún momento, y JunSu era siempre incapaz de contener sus preguntas. -¿Y qué hago aquí?
La sinceridad de ChangMin siempre había sido abrumadora cuando de sus deseos y su querer revelaba desde que había sido un infante, cosas como esas por supuesto JunSu no las sabia y quizá o nunca podría entenderlas con esa mente tan perdida que ya no tenía regreso y cura. -Porque cuando algo quise en mi vida, lo tome o se lo quite a quien lo tuviera, muy pocas cosas he querido y sin duda tu eres lo que más he deseado tener desde que te vi… -De nuevo el calor en el vientre de JunSu le hizo removerse en su lugar, el plato de manzana cayó sobre las mantas que cubrían la cama, las manos de ChangMin atravesaron el metal con la llave liberando la carne y pronto su boca encontró los labios de JunSu, tumbándose sobre él delicadamente. JunSu había vivido rodeado de médicos y psiquiatras desde hacía tanto tiempo, su mundo se reducía a paredes blancas y utensilios de goma, batas blancas, enfermeros y enfermeras, revisiones, sesiones, medicamentos, en algunas ocasiones ataduras o golpes, y había por ello, muchas cosas que había olvidado, como la mágica sensación de ser besado. ChangMin alguna vez en el jardín del hospital le había contado acerca de la magia y los magos, y todo lo que podían hacer.
ChangMin apenas se separó de sus dulces labios para mirar embelesado a un sonrojado JunSu, y éste le cuestiono tímido. -¿Qué haces? –
-Magia… Tienes que cerrar los ojos… -los susurros del alto hicieron revolotear algo dentro de JunSu. Tras ser liberadas, sus manos no hallaron un camino hasta que el castaño las tomo entre las suyas llevándolas a su rostro y su cabello. El rostro de ChangMin estaba tibio y su cabello largo y ondulado, sedoso entre sus manos, JunSu no entendía, pero aquella sensación tenía que ser magia, y le gustaba.
ChangMin desabrocho cada botón de su camisa con calma, hasta quitársela y JunSu tenía puestos los ojos en cada expresión del rostro del joven alto. ‘Tus ojos’ pensó JunSu mirando a ChangMin, tenía unos ojos que brillaban grandes y fascinados. ChangMin le observaban la piel al pelinegro, saboreando con las pupilas, su boca suspiraba y se relamía pensamientos a escondidas, permaneció a horcadas unos segundos sobre el cuerpo de JunSu, mirándolo desde la altura de sus ojos, sonriéndole tiernamente, dándole más besos con sabor a miel y manzana.
Nada de lo que ChangMin había hecho en su vida había sido lo bastante bueno para merecer un poco de piedad en un purgatorio que esperaba, visitara en muchos, muchos años, y por mucho atesorar como había decidido atesorar a JunSu en sus manos, no era de las ideas más sanas que se le habían ocurrido, influenciado por JaeJoong, y que en realidad le importaba menos que mierda. –Quiero hacerte el amor.-
-No tienes que decírmelo así, si lo que quieres es follarme.- la boca de JunSu nunca se cerraba.
-No fue eso lo que dije, no es eso lo que quiero… - Los ojos de ChangMin se oscurecieron. – YooChun no existe....-
El golpe de JunSu fue certero en su mejilla y el castaño no había hecho nada para detenerlo, aun con el escozor y calor de su piel donde se había estampado la mano de JunSu, no pudo contener la sonrisa cuando los ojos del pelinegro se llenaron de lágrimas y cólera como efecto de sus palabras.
Tardías fueron sus acciones para arrepentimientos, pues las cadenas habían caído de nueva cuenta en sus muñecas, y semi desnudo, JunSu se transformó en la mente inestable que era, moviéndose frenéticamente, chillando maldiciones a su captor con vanos intentos de atacarlo, de escapar, con unas tremendas ganas de matarlo.
–Cambiemos de dinámica… - esa divertida y sombría sonrisa apareció en los delgados labios del castaño, y con una fuerza brutal tiro de la tela de los calzoncillos de JunSu hasta arrebatar el pudor que enseguida se instaló en sus mejillas, bajando la intensidad de su lucha.
Con la fuerza bruta y sus firmes manos, ChangMin separo lo suficiente las torneadas piernas de JunSu dejando marcados sus dedos mientras inmovilizaba sus muslos, para que éste no intentara patearlo o golpearlo. Los ojos de JunSu se llenaron de lágrimas cuando ChangMi comenzó. El techo que miraban los ojos de JunSu era blanco, luego opaco, y de pronto rojo… y de repente brillante. Lamiendo y succionando, escuchaba a ChangMin una y otra vez, sentía la humedad de su saliva, la textura de su lengua, la frescura de sus labios, la presión de su boca sobre su piel y como se engolosinaba en la punta…, encolerizado por no ser traicionado por sus sentidos, por su placer, mordiéndose los labios, atragantándose con los gemidos que raspaban su garganta, sintiendo esas uñas cavándose e inmovilizándole las piernas, sintiendo y escuchando cada respiración y jadeo de su captor, hasta que cayo rendido dejándose absorber por sus calientes deseos y necesidades cuando la tortuosa lengua de ChangMin encontró algo más que lamer entre sus nalgas. -Aa.. nah..~- Sus piernas temblaron como gelatina ante la tempestad de un terremoto lleno de peligroso calor e infinita electricidad. –Aa… aha… -Contuvo la respiración unas cuantas veces antes de verse sumergido y perdido por fin entre las deliciosas pericias de ChangMin, cerrando los ojos, y proclamando a la liviandad de su mente recordar aquello.
¿Qué, si su cordura era tan inestable como los instintos más básicos de su naturaleza?, algo que para ambos era el inicio y fin de sus conciencias y sentimientos más primitivos; el amor, el placer, un olvido, el enojo, cólera, tristeza, la resignación, la ilusión, imaginación, el dolor, la felicidad: locura.
ChamgMin no era consiente de tan mas pura y verdadera locura que estar perdida y jodidamente enamorado de JunSu… en él, en su sentir, en todo lo que le hacía vivir y desear radicaba su verdadera demencia, era como magia, no mentía, escuchar a JunSu gemir, suspirar, sentirlo estremecerse, saborearlo tan recónditamente… y deleitarse con su sabor.
-No-o Chang-gMiin… -imploro JunSu medio encolerizado de repente, como despertando, como deteniendo todo a mil por hora en su cerebro cuando las emociones electrocutaban su sexo creciente y lleno de saliva.
-¿No qué JunSu?- Alejándose de sus caderas, acariciando donde sus dedos habían lastimado, ChangMin se acercó lo suficiente para volver a besarle los labios y saborear su saliva. JunSu tembló al escucharle, y gimió cuando el aliento el ChangMin descanso en su cuello, respirando intensamente del él antes de alejarse y desnudarse frente a sus ojos. Por mucho cada parte de ChangMin era distinta al cuerpo de JunSu, las piernas y brazos largos y delineados por las líneas de los músculos de un hombre, sus caderas huesudas, el color de su piel, su pecho lampiño, firme y fuerte, su ombligo perfecto, su despierta y ardiente virilidad. Aquella vehemente imagen despertó una pasión en JunSu, una en uno de los muchos lugares de su mente, cual fuera el que estuviese funcionando en ese momento.
No había más que locura en su estado natural flotando en dos mentes, en una habitación, en una cama, en los pensamientos inquietos y secretos de cada uno.
-No necesitas esto… -ChangMin volvió a liberarle las muñecas una última vez.
JunSu cerró los ojos sintiéndolo y gimiendo, con las manos sobre su cabeza, cuando entre sus piernas, ChangMin comenzó a frotarse contra él, acariciando también las marcas de los grilletes en sus muñecas, besándole, sanando los disgustos y perdonando los golpes, acariciando luego sus caderas, sus suaves nalgas, sus piernas que rodeaban ya sus caderas con insistencia, abriéndose paso en su entrada con los dedos, y haciéndole el rostro fraccionarse en dolor reclamando por más espacio.
-Si… asi… ah..nha.. –Las caderas de JunSu comenzaron a moverse por mero instinto después de un rato, penetrándose, llenándose hasta aplastar los dedos de ChangMin, gimiendo, mordiéndose, suspirando, ahogándose, cerrando los ojos, necesitando más de su mano.
Millones de años pasan en besos, caricias repartidas, mordidas, suspiros y miradas gloriosas de éxtasis.
-¿No que JunSu?-Volvio a preguntar ChangMin sacando los dedos rápidamente, riendo y haciendo quejar al otro con frustración. Los ojos de JunSu viajaron al castaño y pronto ChangMin comenzó a masturbarse frente a él, con cadencia, con caliente lujuria expirando de su cuerpo convertida en sudor.
-Por favor… dentro de mi… Por favor, por favor.-Se encontró JunSu rogando de repente, con la boca hecha agua, con la piel quemando, con su entrada deseosa, con su virilidad vibrante.
-¿Por favor qué?-sonrió ChangMin deteniéndose. Complacido con esa mirada de JunSu implorante.
JunSu se dio la vuelta rápidamente, recostado bocabajo, parando apenas el culo y separando las piernas, mirando desde su posición a ChangMin. –Aquí, aquí adentro.-Y JunSu gimió deseoso y vilmente emocionado cuando el peso del castaño callo por fin sobre él y su miembro resbalo tanteando el terreno entre sus nalgas.
Dibujando un camino de saliva en su piel, la boca de ChangMin recorrió la espalda de JunSu mientras lo penetraba con fuerza, en una sola estocada profunda y certera, en donde el dolor dibujado en el rostro del pelinegro pedía con necesidad encontrar el paraíso prometido pronto; más caricias, mas besos, más fuerza, mas locura; ese paraíso en donde y cuando la mente se enferma de placer, y los oídos se llenan de gemidos, y las manos son tan llenas, y el espacio es pequeño, poco, sofocante, el calor y el dolor.
Sudores escurriendo por todos lados de sus cuerpos, mientras ChangMin escucha a JunSu gemir más fuerte, más grande, aprieta los ojos, y entrelaza sus dedos con los de JunSu, respira su aliento plagado de éxtasis, y con la otra mano aprieta su nalga y descarga su placer en ella hasta hacer daño y JunSu solo puede gemir enloqueciéndose de gozo, atragantadose hasta morir. Todo se detiene en un momento tan espontaneo, cambiando sus cuerpos para poder mirarse, arrebatándose enseguida en desenfrenadas embestidas, en desenfrenados suspiros e intensas miradas, en movimiento mecánicos de sus caderas en profunda y violenta cadencia. JunSu blanquea los ojos de a tantos y ve estrellas mientras ChangMin le sostiene con la mirada, plagado de regocijo, de dulzura, perdiendo la razón… y los instintos naciendo o través, llegando al final del camino entre los brazos ardientes y electrizantes de su lujuria, de su psique, de sus enfermedades, de sus necesidades, de satisfacción infinita, de su raciocinio extinto.
En un último momento, ese en donde el placer es profundo y potente, ambos se dejaron absorber, abrumados, alocados, con los sentidos colapsados, atorados con las emociones en la garganta y los sonidos ausentes, y, en… una última ráfaga de razón y pensamientos fugaces de las mentes primitivas de cada uno, las manos de ChangMin apretaron tan fuerte el cuello de JunSu y JunSu clavo tan hondo el cuchillo con rastros de manzana en el vientre de ChangMin, que sus miradas se encontraron y perdieron en ese instante lleno de magia provocando el inminente final, encontrado la muerte.
FIN.
Woooo que fuerteeee lo matoooo oo realmente no espere q terminara asi... y eso me gusto XD
ResponderEliminar