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Entre el bien y el mal - Cap. 2

Segundo encuentro: No sabía que incluso los demonios pudieran tener esa clase de deseos tan contradictorios a su naturaleza.

Rodando por las acolchadas nubes blancas, Jaejoong pensaba en el problema en que se había metido. Escaparse todos los días del cielo era una cosa, pero hablar con un demonio era algo totalmente impensable. Ahora tendría que ver de nuevo a ese abominable ser, gracias a su “pequeña” mentirosilla piadosa y a su gran bocota incontrolable. Él a veces odiaba lo imprudente que podía llegar a ser.

Girando una vez más por las nubes, Jaejoong trataba de convencerse que él no se había buscado el problema, pero la verdad era otra. Se lo había buscado en el momento en que escapo del cielo. Se lo había buscado en el momento en que decidió ser el ángel guardián del humano Changmin. Se lo había buscado en el momento en que hizo caso a su curiosidad y siguió a esa luz. Era su culpa y de nadie más que estuviera metido en este embrollo.

Dejo escapar un sonoro suspiro cuando tomo un pedacito de nube, pasándola entre sus dedos. Tal vez podría parecer un problema menor si no dejaba continuar las cosas, pero Jaejoong en realidad se encontraba muy angustiado por aquello.

—Jaejoong – La voz de Junsu lo sorprendió haciendo que brincara de su posición.

—Junsu, me asustaste.

—Wow es la primera vez que oigo a un ángel decir eso – Junsu menciono con una sonrisa mientras se acomodaba al lado de Jaejoong. Jaejoong alejo la vista - Hace rato que no te veía por aquí. Me pregunto qué es lo que haces la mayoría del tiempo.

—No…no hago nada. Solo juego entre las nubes, vuelo sobre ellas….nada más – Jaejoong trato de disimular con una incómoda sonrisa, pero era obvio por la mirada que le daba Junsu que este sospechaba algo.

—Los demás ángeles se han comenzado a preguntar por ti. Ellos piensan que andas metido en algo.

Jaejoong se puso pálido – No entiendo en que me podría meter.

—Yo tampoco pero dado a que nunca te vemos por aquí….bueno…uno sospecha… - Junsu hizo una pausa - ¿En dónde has estado? – Pregunto aleatoriamente.

—¿Cómo que en donde he estado?

—Yo empiezo a creer que tu…

—Siempre estoy aquí en el cielo donde se supone que debo estar – Jaejoong lo interrumpió, evitando que la frase de Junsu pudiera salir de su boca – Me gusta estar a solas ¿Hay algo de malo en eso? – Jaejoong apretó la boca ante su mentira. En realidad no le gustaba para nada mentir pero dada las circunstancias, no podía decir otra cosa.

—No, de verdad no.

Jaejoong miro el rostro de Junsu, queriendo tranquilizar al otro - Junsu estoy bien. No pasa nada.

—¿Es en serio?

—Sí, absolutamente.

Junsu se mordió los labios mirando hacia abajo. La respuesta de Jaejoong no le satisfacía pero no iba a indagar más.

—Solo por favor no te metas en problemas – aconsejo Junsu, mirando directamente a los ojos de Jaejoong.

Buena la hora en que me vienen a decir esto.

—¿Como un ángel se metería en problemas? – Jaejoong trato de bromear, intentando alivianar la situación, conociendo la respuesta a su propia pregunta.




..




La mañana era hermosa. El césped estaba más verde de lo habitual, el sol brillaba con un ardor deslumbrante y el cielo estaba tan azul e iluminado que hasta podría lastimar la vista. Pero a pesar de que todo estuviera tan hermoso, Jaejoong se preocupó cuando vio una figura negra opacar todo el bello paisaje a su alrededor.

Era el demonio de la noche anterior.

Caminando indeciso, Jaejoong trato de ordenar sus locos pensamientos. Sin embargo estaba hecho un manojo de nervios. Considero la idea de dar la vuelta y escapar, pero era inútil ya que el demonio lo había visto y si lo veía escapar probablemente iría tras él, y lo atraparía. Y sabe dios que le haría. El demonio se veía más fuerte, más ágil…sería algo ridículo intentar escapar de algo como él.

Jaejoong se detuvo a unos pocos metros del demonio y pudo divisar la sórdida sonrisa que se dibujó en su cara.

—Mi angelito de la guardia, así que has venido. Pensé que no lo harías – Yunho dijo en cuanto llego.

―Un ángel jamás incumple su palabra – dijo Jaejoong tratando de parecer solemne.

―Un demonio solo cuando se le da la gana – se burló Yunho – así que, ¿Dónde está tu supuesto humano?

Jaejoong bajo la mirada, no queriendo relevar el nombre de Changmin. Pero de pronto si como por arte de magia hubiera escuchado el llamado, el humano Changmin salió de su cabaña a lo lejos, con rumbo a su trabajo. Jaejoong de inmediato desvió la mirada hacia él y Yunho la siguió, suponiendo que el sujeto era el supuesto humano de ese angelito.

— Es chistoso que el humano se vea más imponente que el Ángel ¿No lo crees? – Yunho se burló de nuevo obteniendo una rápida mirada acusatoria de Jaejoong.

Comenzaba a disfrutar mucho molestar a ese Ángel.

—¿Cuál es su nombre?

Jaejoong no quería revelar nada. Se quedó callado.

—Ah no quieres decirlo – Yunho abrió las alas – entonces tendré que averiguarlo – se elevó hacia donde estaba Changmin y un muy asustado Jaejoong lo siguió después.

Él sabía que cuando un demonio se juntaba a un humano no pasaban cosas buenas.

—¡Hey espera! – le grito Jaejoong. Yunho aterrizo justo detrás de Changmin y comenzó a caminar detrás de él. Jaejoong hizo lo mismo – No…no te acerques a él.

—Oye tranquilo angelito – Yunho le pincho la mejilla a Jaejoong – No voy a lastimar a tu humano….a menos de que me hagas enojar.

Jaejoong encontró el valor para ponerse entre Yunho y Changmin, bloqueándole el paso al demonio – En serio, no quiero que te le acerques.

Yunho sonrió de medio lado, divertido – Solo quiero saber cómo es tu humano.

— ¿Por qué?

— ¿Acaso te tengo que dar explicaciones?

Jaejoong entrecerró los ojos, tratando de buscar en esas orbes oscuras las verdaderas intenciones del ser. Quizá Yunho se le había acercado para intentar llegar a Changmin y sea lo que sea que ese demonio tuviera planeado con el humano, Jaejoong no lo iba a permitir.

Por muy insignificante que parezca, él iba a proteger lo que amaba.

—Tu humano se aleja…será mejor que lo sigamos – Yunho dijo después de un rato al ver a Jaejoong mirándolo intensamente.

—¿Qué intenciones tienes demonio?

—Nada, solo quiero verte en acción – Yunho susurro muy cerca de Jaejoong y Jaejoong paso desapercibido el dejo de maldad que desprendieron los labios de Yunho. Ahora Changmin era lo que importaba.







Ya en el lugar de trabajo de Changmin, Jaejoong y Yunho se encontraban sentados en una mesa. Jaejoong muy al lado de Changmin, acurrucado como si tuviera miedo de alejarse de él y Yunho acostado sobre toda la mesa, con una posición totalmente diferente a la actitud precavida de Jaejoong.

Aunque Yunho no hubiera dado ningún indicio importante de peligro, Jaejoong sabía que no podía confiar en un demonio, por lo que se encontraba en alerta a cualquier movimiento que hiciera el más alto.

—¿Por qué me miras con esos ojos angelito? Ya te dije que no te iba a hacer nada.

Jaejoong lo miro con precaución – Aun no entiendo porque me sigues. Que es lo que quieres de mí.

—Creí que ya te lo había dicho ayer.

Jaejoong apretó los labios - No entiendo porque un demonio buscaría a un Ángel. No tiene sentido.

—Tampoco tiene sentido que un Ángel como tú sea un Ángel guardián, así que supongo que todo puede pasar.

—Pero nunca había escuchado que un demonio simplemente le hablara a un Ángel…sin querer nada a cambio.

—Para ser un simple Ángel cuestionas todo – Yunho hizo una mueca - ¿Qué acaso no puedo hablarte porque quiero? ¿Qué acaso está prohibido?

—Los ángeles lo tienen prohibido – susurro Jaejoong.

—Es por eso que son tan aburridos. Siempre tienen reglas que seguir.

El Ángel no dijo nada. De alguna forma estaba de acuerdo en eso de siempre seguir las reglas pero no se lo iba a admitir a ese demonio. No es que le gustara ser un Ángel rebelde, es que él simplemente hacia las cosas sin darse cuenta que iban en contra de lo establecido. No lo hacía con intención.

—¿Entonces es malo para ti hablarte?

—Si…se supone que sí.

Yunho se rio –Tienes suerte de que para mí no lo sea.

—No sé si sea suerte – Jaejoong dijo entre dientes.

Yunho se quedó mirando a Jaejoong. Generalmente los ángeles se ponían a la defensiva cada vez que un demonio intentaba hablarles y aunque Jaejoong estaba siendo reacio, su reacción distaba mucho a la de muchos otros ángeles que había conocido. Jaejoong no era agresivo o desafiante, solamente…un poco difícil.

—Háblame de él – Yunho cambio de tema, dirigiendo su mirada hacia el humano - ¿Quién es?

Jaejoong se acurruco un poco más contra Changmin – No lo diré.

—¿Por qué?

—Temo que le puedas hacer daño.

—¿No confías en tus habilidades como guardián? – Yunho se mofo.

—No…No es eso. Solo que esa información no puedo dártela.

—¿Y si te hago dármela? – Yunho se acercó peligrosamente, mientras que acariciaba superficialmente el mentón del Ángel con una de sus garras. El Ángel esquivo el toque – Recuerda que te dije que yo te podría comer…si quisiera.

Jaejoong abrió los ojos, recordando la amenaza – No…no por favor.

—Y me estás haciendo enojar por lo antipático que estás conmigo.

—Changmin. Su nombre es Changmin. No diré más – Jaejoong confeso.

Yunho sonrió.

—¿Y qué tiene de interesante este tal Changmin para ser su Ángel de la guarda? Por lo que lleva del día, solo lo he visto escribiendo en papeles, caminando de un lado a otro en esta oficina. Que humano tan insulso…

Jaejoong se mordió la lengua, evitando soltar una frase que pareciera que estuviera defendiendo con capa y espada a Changmin – Él es un buen hombre, me alegra mucho ser su Ángel de la guarda.

—Lo dices solo por obligación.

—No, es en serio.

—¿Qué es lo que te agrada de tu humano?

—Changmin es un humano genial. Honesto, responsable, inteligente, humilde, simpático, apuesto… - Jaejoong se aclaró la garganta cuando se dio cuenta que su boca hablaba lo que había en su corazón sin contar con ningún filtro – Si así es el.

Yunho casi quiso vomitar ante la cursilería pero se abstuvo. Tenía que mostrar su imagen “limpia” frente al Ángel.

—Realmente hablas como si te gustara mucho ese humano.

—Yo lo cuido, realmente me tiene que agradar. –Jaejoong se excusó, no queriendo relevarle nada al recién conocido demonio – Realmente me agrada. Yo lo quiero…como un Ángel de la guarda quiere a su humano.

Yunho chasqueo con la boca burlándose de las palabras de afecto del Ángel. Siendo un demonio no podía llegar a comprender esos sentimientos tan ridículos y esas palabras de aprecio. Hasta le daba nauseas oír lo que el Ángel decía del humano. Del cariño que sentía hacia un ser tan…ordinario.

—¿Me sigues por Changmin? ¿Es por él cierto? – La voz del Ángel lo saco de sus pensamientos.

—¿Eh?

—¿Tu estas interesado en seguirme para apodarte del alma de Changmin? Eso es lo que los demonios hacen, o lo que escuche que hacen. Desviar a las almas buenas de dios y de los ángeles.

Yunho arrugo el entrecejo, acercándose de nuevo a Jaejoong – Yo no estoy interesado en él…estoy interesado en ti – respondió honestamente.

—¿Por qué? – Jaejoong se estremeció, con miedo de oír la respuesta.

Yunho se puso serio, pensando en la mejor manera de intentar caer a ese angelito. Debía hacer que confiara en él, paso a paso, sin ninguna prisa.

—Jaejoong – Yunho hablo – ¿Y si en realidad quiero ser tu amigo? ¿No se supone que los ángeles son bondadosos y siempre quieren ayudar al prójimo? ¿Me vas a negar tu amistad? – Yunho puso su cara de niño bueno. La manipulación era algo que siempre funcionaba y si él la podía practicar con el inocente Ángel ¿Por qué no usarla?

Jaejoong se quedó pensando, ¿Será que lo he juzgado mal? - ¿En realidad quieres ser mi amigo?

—Sí.

—Pero eres un demonio.

—Si lo sé ¿Y?

—Que nosotros no podemos ser amigos.

Yunho se inclinó hacia Jaejoong – ¿Y quién lo dice? Nadie lo ha probado antes, por lo cual no pueden decirlo ¿Y si nosotros lo probamos?

Jaejoong desvió la mirada. Temprano en la mañana se había prometido desvincularse con ese demonio tan pronto como fuera posible pero ahora las cosas estaban por complicarse aún más. Él sabía que debía hacer lo correcto pero tal vez darle una oportunidad a ese demonio no sería tan malo. Podría resultar interesante.

Tomando una gran respiración, el Ángel se preparó para decir las siguientes palabras:

—Está bien, seré tu amigo…demonio.

Yunho se irguió, con una arrogante sonrisa de victoria. “Lo logre” pensó en su mente – Dime Yunho, angelito.

—Está bien, Y-u-n-h-o – Jaejoong enfatizo lo último.

¿Qué tan malo podría resultar todo esto?

—Hey Ángel de la guardia – Yunho le llamo la atención – tu humano se te está escapando.

Jaejoong tardo unos segundos en entender hasta que vio a Changmin salir por la puerta. Por segunda vez en ese día, Atolondrado se levantó de inmediato siguiendo el camino que Changmin había trazado hacia su salida.




..




— Ahí está la constelación de la osa mayor y la de allá es de la osa menor.

— Oh si la veo.

—Y por allá esta Andrómeda y más allá se encuentra Casiopea. ¿Lo ves?

—Mmmm creo que sí.

Sentados en la azotea de la casa, Changmin le mostraba a su novia seohyun las constelaciones de cielo. Ella lo miraba ensimismada en sus palabras y Jaejoong también lo hacía, sorprendido de que Changmin supiera tanto del cielo. Que irónico era que el viviera allí y no supiera tanto como Changmin. Uno podría pensar que los ángeles eran sabios y lo conocían todo, y en parte era cierto, pero a Jaejoong frecuentemente se le olvidaban un montón de cosas. Era otro de los detalles que el pequeño Ángel no compartía con los demás ángeles: la memoria.

Yunho por su parte, estaba al borde del aburrimiento. Sentado en el tejado con una pierna doblada y la otra estirada, el demonio deseaba que ese tal Changmin se callara de una vez.

—No creí que el trabajo de ser Ángel guardián fuera tan aburrido – murmuro a Jaejoong cuando bajo hacia donde estaba el menor. Jaejoong rodo los ojos.

—Puedes marcharte si quieres. Nadie te detiene.

—¿Desde cuándo los ángeles son tan altaneros? – Yunho se inclinó en la baranda, aproximándose cada vez más al menor. Jaejoong noto la cercanía y trato de mantener distancia entre ellos.

—No estoy siendo altanero, solo digo que si estas aburrido puedes irte.

—¿Y si nos vamos los dos? – Yunho sonrió. Como le encantaba molestar a ese pequeño. Jaejoong se puso nervioso y no supo porque.

—No…no puedo dejar a mi humano.

—Ángel; hoy lo perdiste de vista al menos unas 100 veces. Me pregunto cómo es que eres un ángel guardián después de todo.

—¡Yo no lo perdí de vista! Solo....es…que tú me distraes. Hablándome y siguiéndome a todo lado.

—Vamos, no creo que le pase nada estando solo aquí con su empalagosa noviecita.

Yunho tomo de la mano a Jaejoong y antes de que este pudiera impedirlo, ya se encontraba volando junto a Yunho hacia ningún rumbo fijo. Pararon en el techo de una gran casa ubicada en el pueblo. Las luces brillaban debajo de ellos y Jaejoong no pudo recordar la última vez que se había acercado a los humanos sin la compañía de Changmin.

Se zafó del agarre de Yunho.

—¡Hey! ¡¿Por qué me trajiste hasta acá?! ¡Tengo que volver con Changmin! – Reprocho Jaejoong en cuanto puso sus pies sobre las tejas.

—Ver a tu humano sabelotodo hablar no es muy gratificante que digamos.

Jaejoong prefirió ignorar las palabras hirientes del demonio – Aun así es mi humano y mi deber es cuidarlo.

—Tu trabajo es tan inútil – se burló Yunho.

—¿Qué quieres decir?

Yunho tomo el mentón de Jaejoong, haciéndolo mirar hacia la calle - Ves allá abajo, ves lo insignificante que son. Son como ratas que van de un lado hacia otro – Yunho comenzó a hablar de repente, Jaejoong supuso que Yunho se refería a los humanos.

—No creo que los humanos sean insignificantes –Jaejoong comento después de un tiempo de silencio.

Yunho lo volteo a mirar - ¿Por qué?

—Creo que son capaces de hacer grandes cosas. Libres, soñadores, capaces de decidir por sí mismos.

—Ellos no deciden. Nosotros decidimos por ellos.

—Nosotros los aconsejamos, ellos deciden si hacer el bien o el mal.

—Son manipulables. Son como marionetas para jugar.

—¿Por qué odias tanto a los humanos? – Jaejoong pregunto de repente y Yunho dejo escapar una carcajada que sonó escalofriante a los oídos del ángel.

—¿Odiarlos?… -Yunho se seguía riendo, incapaz de hablar por la risa- ¿Cómo podría odiar a algo que me provoca tanta satisfacción?

Jaejoong no entendía– Bueno de la manera en que te referías a ellos…yo pensé que…

—Son estúpidos, sí. Y me encanta hacerlos sufrir…pero creo que sin ellos mi vida no tendría ningún sentido – admitió Yunho.

—¿Vives para los humanos?

—Vivo para jugar con los humanos. ¿Qué acaso tu no haces también lo mismo?

—No, yo no…yo nunca le he dicho a mi humano que hacer. Él no me escucharía…

Yunho frunció las cejas – Eres raro para ser un Ángel guardián. Es como si no supieras nada acerca de ello.

Jaejoong desvió la vista – Los humanos me parecen fascinantes – comentó tratando de cambiar el tema – tienen cosas divertidas para hacer en la tierra. Pueden ir a donde quieran cuando quieran. Pueden tener varias obligaciones que cumplir y varios pasatiempos con los que pueden entretenerse. Pueden enojarse, sentir miedo, sentir hambre, sentir preocupación….amar…

—Parece como si en realidad te gustaran los humanos angelito.

—A veces me siento como uno – confeso Jaejoong.

Yunho se quedó mirando el perfil de Jaejoong. Jaejoong hablaba tan perfecto de los humanos que en serio parecía como si quisiera ser uno. Yunho no lo podía entender. Ser un ser divino, capaz de poder volar, desaparecer, nunca morir, era mucho más glorioso que ser un simple mortal sin ninguna característica en especial. Los humanos eran unos seres tan sosos…Yunho no lograba comprender las palabras de Jaejoong. No lograba comprender porque a Jaejoong parecía iluminársele los ojos al hablar del mundo humano.

—Poder tener una meta en la vida, poder tener familia y muchos amigos, poder decepcionarse… - Jaejoong continuo - incluso en ocasiones puedo experimentar algunas de las cosas que sienten los humanos. Sin embargo, quisiera sentir eso en toda su expresión. Sin límites.

—¿Me estas tratando de decir que quieres ser humano? – Yunho cuestiono y Jaejoong lo volteo a ver. Sin darle una respuesta Jaejoong tan solo hizo una mueca con la cara, dándole a entender a Yunho que no le hiciera mucho caso. Yunho se descoloco un poco ya que nadie nunca le había hecho un gesto tan…amistoso.

—De verdad eres extraño, angelito. Antes lo creía pero ahora estoy seguro.

—Tú también eres extraño, Yunho – Jaejoong le menciono – eres extraño por querer ser amigo de un ángel. No sabía que incluso los demonios pudieran tener esa clase de deseos tan contradictorios a su naturaleza.

Yunho se atraganto un poco. Aunque sus intenciones no fueran precisamente esas, no quería que Jaejoong pensara que él podría ser tan blando. Su ego como demonio estaba siendo destrozado. Quería mostrarse como el ser rudo que era pero la verdad es que hacía más de 24 horas que no había hecho ninguna maldad por estar hablando con un ángel iluso. Él era Yunho, uno de los demonios más temibles, no podía dejarse ver como un ser débil.

Enfocando su mirada de nuevo a los humanos, Yunho comenzó a sentir la tentación correr por sus venas. Jaejoong entonces noto como las pupilas de los ojos de Yunho se volvieron verticales, como las de un reptil, mientras que una lengua bifurcada salía de su boca. A Jaejoong le dio miedo.

—¿Demonio? – Jaejoong le pregunto.

—Tal vez quieras ver lo insignificante que son ante seres como nosotros. Tal vez quieras ver como tu trabajo es inútil…contra mi trabajo.

Yunho le advirtió y se impulsó hacia adelante para volar, pero antes de que pudiera hacerlo, unas suaves pero firmes manos lo detuvieron por el pecho. Yunho miro hacia abajo y vio como Jaejoong lo estaba reteniendo fuertemente.

—¡Quítate de en medio!

—Espera, demonio ¿Qué harás?

—Te voy a mostrar lo que un demonio sabe hacer.

A Jaejoong no le gustó nada eso. Abriendo sus alas y deteniendo a Yunho con sus manos, Jaejoong impidió que Yunho siguiera su camino hacia los humanos.

—No espera – dijo Jaejoong – No me gusta tu mirada ¿Estás pensando en hacer algo malo?

—¿Dijiste que atacaba mi naturaleza como demonio no? Ya he visto como desempeñas tus labores como Ángel de la guarda, bastante mal por cierto. Ahora déjame mostrarte lo que yo puedo hacer.

—¡No! –Jaejoong lo detuvo de nuevo– No hagas daño a los humanos, por favor.

—Tu solo proteges a Changmin, no a los demás. No entiendo porque te importa.

—Porque odio ver que los humanos sufran por ustedes – A Jaejoong se le escapo una lágrima. Realmente le disgustaba cualquier cosa negativa existente en el mundo.

Yunho miro el rostro debajo de él. Si cometía alguna barbaridad, tal vez el Ángel se asustaría y escaparía de él; y su plan se derrumbaría. Él no podía hacer ninguna cosa que disgustara a Jaejoong…No por el momento. Sus músculos se relajaron, sus alas descendieron y sus pupilas volvieron a la normalidad, decidido a no dejar llevarse por sus impulsos bestiales y pensar las cosas con calma.

Jaejoong se sorprendió al ver que había logrado tranquilizar al demonio. A lo mejor no era tan inútil como creía…

—¿Estas Bien ahora?, por favor no hagas nada malo – Rogo.

—Solo porque se me quitaron las ganas….Pero escúchame – Yunho tomo del cuello a Jaejoong un poco fuerte, amenazándole – Aun sigo siendo un demonio, no creas que porque estoy hablando contigo dejare de seguir mi condición diabólica. No me subestimes.

Bruscamente lo dejo para luego dedicarle una encantadora sonrisa, tratando de aparentar que lo que había dicho anteriormente, no había sido tan en serio.

Que en realidad bromeaba.

Mirando a Jaejoong por la espalda, el demonio se sentó de nuevo como si nada hubiese pasado mientras que Jaejoong se tomó el cuello, mirándolo, pensando en lo terriblemente impredecible que este demonio podía llegar a ser.

¿En verdad podría fiarse del ser?
..

2 Comentarios:

  1. Anónimo5/30/2014

    que mala idea ser amigos
    k-ede
    gracias por la actu

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  2. Actu!! ....

    Este fico es muy bueno a mi en lo personal me encanta a Yunho de malo, pleaae siguela porque esta Min y a el lo amo :)

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