Nuestro Camino
“Solamente pasaba diez minutos con el amor de su vida, y miles de horas pensando en él”
Paulo Coelho
-Uno…dos… tres… vuelta… pierna al frente… salto, salto, ¡bam! ¡Otra vez!
El salón estaba lleno de jóvenes entre 15 y 17 años que ensayaban al compás del profesor de coreografía frente a ellos. La mayoría estaba ya sudando el ligero polo que tenían puesto, mientras que algunos sólo saltaban en su sitio; tratando de calmar el calambre en las piernas.
-¡Hyung! ¿Estás bien? – preguntó un joven de cabello oscuro al muchacho que estaba a su costado, y que parecía tener problemas de respiración
-Uhm… si…sólo – respondió entrecortadamente el mayor, tratando de tragar la mayor cantidad de oxígeno –aire… necesito…
Su compañero asustado se arrodilló junto a él para comprobar que su amigo no fuera a desmayarse en cualquier momento. Desde que había llegado nunca fue el mejor bailarín, menos el más resistente.
Y el mayor no entendía por qué. Era consciente que nunca fue bueno en deporte en el colegio, pero pensaba que con tres meses de gimnasio, pagados por su adorada hermana mayor, lo harían estar a la altura de los ensayos de baile. Obviamente después de dos horas en el salón, se dio cuenta que se equivocó.
Sus pulmones parecían estar contrayéndose en el pecho porque sentía como su corazón palpitaba cada vez más fuerte, en busca de ellos. De su frente goteaban pesadas gotas de sudor, y sus manos temblaban por el desconcierto.
Estaba apoyando sus manos en ambas piernas de manera que el instructor no viera que se había rendido como otros, sino que por el contrario aún estaba de pie dando la lucha.
-Sigue Hyukie… yo… voy a estar bien… no querrás que…te vean… parando…
-Pero hyung…
-¡¿LEE HYUKJAE?! ¿Hay algún problema?
El mayor le dio unos ligeros golpecitos en la espalda a su compañero, preocupado por él y lo insto a seguir. Hyukjae volvió la vista al frente y sonrió al instructor
-Lo siento hyung, mi pasador se desató… – respondió continuando con la rutina sin demora.
Al otro le asombraba la facilidad con que su compañero podía seguir el ritmo de las canciones. Era tan natural como respirar para él. Envidia sana, que le llamaban.
De pronto, no soportó más el aire asfixiante de la habitación y se dio media vuelta, buscando con la vista, la puerta. Salió al pasillo tosiendo fuertemente en el camino. El instructor se mostró preocupado pero no dijo nada. Había visto a muchos rendirse, no sería la primera vez.
“Tenía una cara bonita, hubiera llegado lejos”
El chico siguió tosiendo todo el pasillo y aun podía escuchar la voz del instructor exigiendo que no paren.
-¡MAS! ¡¡UNA VEZ MAS!! ¡¡MALDITA SEA KIM HEECHUL!! ¡¡ ¿QUE MIERDA ES ESO?!! – se oían los gritos desde la sala de ensayo
-¡¡SE LLAMA PERSONALIDAD!! – se escuchó la osada respuesta de su amigo.
Y el mayor no pudo evitar reírse. Bufó de lo entretenido del momento y se detuvo a medio camino, en el pasillo.
¿No iba a dejar pasar esta oportunidad, verdad? Había pasado por tanto que no era justo, ni para él ni para su familia, que tanto lo habían apoyado. Renunciar ahora después de lo mucho que pidió estar ahí, no era una opción.
Las voces que marcaban el paso seguían llegando a sus oídos.
“Uno… dos… tres… vuelta… pie al frente… ¡pero era el pie derecho maldita sea! ¿Por qué siempre sacaba el izquierdo?
El muchacho se dejó caer al piso, mientras diversos miembros de staff y trainees pasaban por su lado, sin siquiera prestarle atención. Habían visto a personas rendirse tanto tiempo que no era de asombrar un pobre iluso que no podía continuar con dos horas continuas de rutina.
-¡¿POR QUE MEJOR NO APLICASTE PARA SER MODELO SI TANTO TE GUSTA LA MALDITA PASARELA?! – oyó como gritaba el instructor de nuevo
Y el muchacho volvió a reír. Heechul le caía bien. Era todo un personaje. Nadie que lo conociera podría decir que era un chico ordinario.
Lo conoció el primer día que estaba en SM y aunque le costó un poco al inicio, podría decirse que fueron amigos en la primera hora que pasaron juntos. Su personalidad extrovertida no pegaba mucho con la de él, pero era prácticamente imposible ignorarlo. Además de que era igual de inútil que él, es esas rutinas de baile.
Heechul le había dicho que en realidad, si hubiera tenido cualquier otra cara lo habría pasado por alto (como había hecho con muchos), pero apenas puso sus ojos en él sintió que tenía que conocerlo.
Eso hizo que el muchacho sonriera maliciosamente. Como si no supiera lo que estaba buscando. Muchos hombres y mujeres buscaban lo mismo de él.
Desgraciadamente para él, el tal Heechul era una mala imitación de mujer. Tenía mucho de hombre y mucho de mujer, así que jamás llegaría a encontrarlo atractivo.
El joven que trataba de normalizar su respiración, ya había tenido dudas sobre sus preferencias sexuales desde que terminó con su primera novia, pero ni la más grande curiosidad hubiera podido llevarlo a los brazos de Heechul. Ese era un hombre para ‘ser’ no para ‘estar’.
Pero había algo interesante de su nuevo amigo. Según le había contado, y por el tiempo que llevaba como trainee, había llegado a conocer a un amigo que lo ayudaba en sus rutinas de baile y que probablemente podría ayudarlo a él también.
El joven no sabía quién era, pero estaba seguro que no le vendría mal un poco de ayuda particular. El problema era que no tendría como pagarle. Hyukjae ya se había ofrecido a ayudarlo, pero como aún estaba en el colegio casi nunca tenía tiempo de quedarse hasta tarde. Incluso su mejor amigo lo venía a buscar temprano para ir corriendo a estudiar antes de que llegaran los exámenes finales. Al parecer el amigo ya tenía más experiencia.
En ese instante le llegó un mensaje al celular. Un celular sencillo pero muy útil, que su mamá le había comprado
(Flashback)
-Omma no lo quiero… por favor no – respondió el chico devolviendo el celular gentilmente a las manos de su madre.
-Te digo que lo cojas, hijo. No quiero preocuparme por ti cuando estés allá. Por favor – respondió la señora devolviendo el celular otra vez a la mano de su hijo
-Pero omma…es caro…- el joven hizo el gesto de devolverlo una vez más pero la voz de su madre lo previno de hacerlo.
-¡Tu papá lo compró para ti porque también estará preocupado si no sabe nada de ti, hijo! ¿Puedes cogerlo? Solo lo usaremos para llamarte y saber que llegaste bien a casa. Tus hermanas tal vez te manden mensajes en el día pero no los oirás si le bajas el volumen. Prometo que no te interrumpiremos en tus entrenamientos…
-Ommaaaaa~~~ – respondió el adolecente cogiendo el celular con fuerza en una mano y dándole un fuerte abrazo a su mamá – sabes que no es eso lo que me preocupa, Omma. Yo quiero sentirme cerca de ustedes. De hecho quisiera que se mudaran allá conmigo, pero no puede ser. Lo que me preocupa es que gasten dinero en esto…
-¿Cuando ha sido el dinero problema cuando se trata de mi hombrecito precioso? – preguntó la madre acariciando el rostro de su hijo.
-¡Omma! – se quejó el chico, pero igualmente guardó el celular en su bolsillo – ya estoy un poco grande para que me digas así
-Pues te lo seguiré repitiendo hasta que te acostumbres. Algún día tendrás muchas fans que te llamarán como a ti te dé la gana pero solo yo podré llamarte mi hombrecito precioso…
-¿De verdad crees que tendré fans?
-Pero si ya tienes una, amor
-Omma, tu no cuentas…
-¡Yah! – -respondió la madre dándole una fuerte palmada en el brazo
-¡Ah! ¡Esto es agresión! ¡Mi madre acaba de agredirmeeee! – gritó el chico retrocediendo unos pasos de la impresión y sobando su brazo. Trataba fuertemente de contener la risa pero su rostro lo traicionaba.
-¡Yah! – gritó su mamá de nuevo dando un paso al frente para volver a golpearlo
-¡¡Mira está rojo!! ¿Qué vas a hacer si no me contratan por tener una cicatriz en el brazo? – pregunto el adolecente aun sobando su brazo retrocediendo a medida que su mamá se acercaba más a él
-¡Yo te voy a dar una cicatriz de verdad! ¡Ven aquí!
Empezó a perseguirlo por la sala de la casa mientras él reía y se ocultaba detrás del gran mueble de masajes de su papá. Corrían de un lado a otro hasta que finalmente el chico se encontró sin escapatoria en una esquina de la habitación.
-¡Menospreciando a tu madre como fan! ¿Qué te crees? – dijo ella acercándose con la mano en alto
-¡¡Omma!! – gritó el chico
-¿Qué?
-¡¡Omma no no no no, por favor!! – Gritó de nuevo levantando las manos en defensa y esperando que su madre escuchara su súplica – tengo algo que decirte….
-¿Qué?
-Pero baja la mano
-¡Habla rápido!
El chico bajo los brazos, se paró con la espalda derecha, y haciendo una pequeña reverencia, soltó:
-Te amo
Diciendo esto se acercó a ella y la abrazó fuertemente. Tan fuerte como ella alguna vez lo abrazó en su momento más oscuro. Ese abrazo que le transmitió el ‘estoy aquí’, ‘no te voy a dejar nunca’ ‘a tu lado siempre’.
La mujer se rió entonces dando fin a la broma y devolvió el abrazo. Su hijo siempre lo calmaba. Un efecto que ni su esposo ni ninguna de sus hijas tenía. Su hijo siempre había tenido una paz única por su voz, su alegría, su frescura… tantas cosas.
La tierna escena nunca fue capturada pero el hijo la llevaría siempre en su corazón, porque para sus ojos, su madre siempre se vería así. Hasta el último día que ella lo acompañara en la tierra. Así como la promesa que le hizo ese día.
-El día que tenga mi primer concierto Omma, te quiero en primera fila. A ti te dedicaré cada una de mis presentaciones, y cada una de mis fans te amará como una hija más. Tú siempre vas a ser la única fan en mi corazón, Omma
-¿Y tu esposa? ¿Tus hijas si las tienes? – respondió su mamá ocultando su rostro lloroso en el pecho de su hijo, celosa pero a la vez ansiosa del futuro que estaba por venir.
-Ni ellas, si alguna vez las tengo, podrán ocupar tu lugar. Tu siempre vas a ser la fan perfecta, Omma. Te lo prometo. Mi única y verdadera fan. La que me quiso y creyó en mí, incluso antes de que nadie me conociera.
“Incluso antes que mi familia real, gracias”
(Fin de flashback)
El chico parpadeó volviendo a la realidad. Revisó el mensaje y sonrió al ver un corto saludo de su hermana.
Omma quiere saber si estás bien. ¿Lo estás? Te amamos.
KH
El adolecente se puso en pie y sintió como recuperaba el aire. Sentía como si su mamá acabara de abrazarlo y le hubiera dado fuerzas una vez más. Sin poder borrar la expresión de contento del rostro, tecleó rápidamente su respuesta (una habilidad que había aprendido recientemente dada la cantidad de mensajes que le enviaba su hermana) y se dio la vuelta para volver al salón de baile.
Antes de que pudiera entrar, la puerta se abrió y un rostro sorprendido apareció.
-¿Chullie?
-Oh, Jaejoong-ah
-¿Qué pasó? – preguntó al ver que su amigo tenía todas sus cosas y se disponía a irse
-Había oído que la gente se rendía y renunciaba, pero nunca que la botaran del salón de ensayo… – respondió Heechul encogiéndose de hombros – en fin, me sienta bien. Voy a la cafetería por algo. Muero de hambre. Te veo más tarde…
Diciendo esto Heechul salió al pasillo cuesta abajo, caminando con la gracia que solo él dominaba. Alguna vez deberían decirle que intente el modelaje, de hecho.
-¡KIM JAEJOONG! ¡¿YA TE RECUPERASTE?! –gritó el instructor desde adentro
-¡SI, SEÑOR!
Y Jaejoong entró en la habitación, cerrando la puerta detrás de él.
En otra ciudad, la hermana de Jaejoong le leía a su mamá el mensaje que envió su hijo. Y Mamá Kim no pudo más que rezar porque todo le estuviera yendo bien. De hecho le iba a ir bien, es ‘Hero’ después de todo.
“Dile a mamá que la amo. Mucho. Mucho. Mucho.”
Su hijo precioso
Jaejoong y dos amigos caminaban por el pasillo de las instalaciones de SM, riendo y burlándose del instructor que se había caído saliendo de la habitación. Los tres se dirigían a la cafetería que estaba fuera del edificio. Uno de ellos era un rookie nuevo que había ganado un concurso de baile en su localidad, pero que aparte de eso no parecía tener ningún talento. Jaejoong aún tenía problemas para pronunciar su nombre, así que lo llamó Chun Chun. El otro, era su dongsaeng de clase Hyukjae.
Técnicamente, Hyukjae era considerado su ‘hyung’ porque llevaba más tiempo ensayando, pero dado que Jaejoong era mayor en edad, siempre lo llamó ‘dongsaeng’.
-Creo que todo salió genial hoy, incluso tú hyung. ¡Qué valiente! No pensé que volverías – dijo Hyukjae mirando a Jaejoong y dándole unos golpes en la espalda
-Mi fan no me perdonaría si ando de flojo – rió Jaejoong
-Hahahahahhaa, imagino que no – respondió Hyukjae riendo también. Conocía muy bien la historia de la mamá de Jaejoong.
-¿Ese no es Heechul? – preguntó el rookie apuntando hacia la recepción del edificio donde 3 chicos se reían fuertemente, al parecer descansando de su rutina diaria.
-Sí, es Chullie – respondió Jaejoong reconociéndolo de inmediato, pero no a los otros– pero a los otros dos no los conozco
-Nunca me cayó bien ese chico, me da algo de miedo – susurró Chun Chun
-¿Quien? ¿Chullie?
-Sí, siempre está queriendo… ya saben… – Chun Chun bajó la voz e inclinándose al oído de Jaejoong le susurró – creo que es gay…
-¿Y que hay de malo en eso? – pregunto Hyukae mirándolo con extrañeza
Jaejoong permaneció en silencio, esperando la respuesta de su amigo.
-Ningún problema, mientras no trate de insinuarse conmigo
Jaejoong levanto una ceja, sorprendido por el pedazo de información. Al parecer no había sido la única víctima de su liberal amigo Heechul. Interesante. Aunque a la vez peligroso. Jaejoong se preguntaba cuantas personas lo habría intentado Heechul. “¿Y cuántos habrán caído finalmente?”
-No quisiera cruzármelo, no me gusta cómo me mira. Mejor me voy yendo por la puerta de atrás, los veo luego chicos
Diciendo esto, el tal Chun Chun desapareció corriendo. Hyukjae lo observó hasta que no hubo más rastro de él y volvió la vista a Jaejoong, quien no dejaba de observar al frente tratando de identificar a los dos compañeros de su amigo.
“Parece que se conocen de años”
Al parecer la fuerte mirada de Jaejoong recayó en Heechul y éste volteó la vista, distrayéndose de su conversación. Heechul también miró fijamente a Jaejoong y tras reconocerlo a la distancia, le hizo un gesto; saludándolo e instándolo a acercase, con una sonrisa.
Jaejoong le devolvió el saludo con un ademán de la mano pero sin sonreír. Hyukjae; sin embargo, lo saludó pero con una amplia sonrisa.
-¿Deberíamos ir? – preguntó Hyukjae con los dientes entrecerrados
-¿Tú qué crees? Sería bueno hacer más amigos…
–Supongo
Jaejoong y Hyukjae empezaron a caminar hacia el grupo de jóvenes que estaban sentados en la recepción, con paso tímido. Por otro lado, los 3 amigos de Heechul ya se habían dado cuenta que éste parecía saludar a alguien, por lo que se dieron la vuelta para ver de quien se trataba.
Los dos jóvenes, aproximadamente de la misma edad que Jaejoong y Hyukjae, se encontraban ahora completamente volteados por lo que podían apreciar sus facciones. Y ellos las suyas. Jaejoong no sabía si eso le gustaba o no. Ser el centro de atención entre mujeres era una cosa, pero entre hombres… se sentía un poco raro. Aunque tomando en consideración que pronto estarían entrenando juntos, consideró que era una buena manera de empezar a relacionarse. Sus hermanas siempre le decían que parecía muy estoico, frío y distante. Tal vez tenía que comenzar a cambiar eso.
A medida que Jaejoong se iba acercando veía con más claridad a los chicos que acompañaban a su amigo Heechul. Altura, cabello, boca, piel, ojos, nariz, lunar… espera… ¿lunar? Y entonces Jaejoong se quedó en blanco cuando reconoció a uno de ellos.
-Hyung, ¿qué pasa?
Jaejoong no se había dado cuenta pero había parado sus pasos en seco a medio camino.
Hyukjae cogió su mano su mano y la llevó hacia arriba, haciendo que Jaejoong golpeara con su propia palma, su mejilla.
-Hyuuuuung~~
¿Era él? El cabello estaba un poco más largo, tenía iluminaciones y algunos aretes en el oído izquierdo. Su rostro brillaba y vestía unos pantalones blancos y anchos, junto a un bividí amarillo. Nada comparable con los amigos que lo rodeaban, con buzos viejos y desteñidos.
-Hyung, ¿estás bien? –preguntó Hyukjae, ahora con la voz asustada y dejando ir la mano de su amigo.
-¿Uhm? Ah! Sí, perdón… – respondió Jaejoong nervioso y siguió caminando.
No puede ser él. ¿Es?
¡Por supuesto que puede ser él, idiota! ¿Por qué sino viniste a SM?! ¡Sabias que lo encontrarías! ¡¡Él fue quien te dijo que estaban haciendo audiciones!!
¿Pero porque se ve así? ¿Por qué tiene ese look? ¿En tan corto tiempo consiguió debutar?
¿Y quiénes son esos a su alrededor? Ninguno estaba con él el día que lo conocí. Y, ¿cómo conoce a Heechul? ¿Es amigo de Heechul? ¿SERA UNO MÁS DE SUS VICTIMAS?
¿Qué le voy a decir, maldición? ¡Pensará que vine a buscarlo! ¡O que vine por él!
Pero, viniste por él
Pero le dije que quería ser artista, así que es normal que viniera por mi cuenta, ¿no? Después de todo SM es una prestigiosa empresa como me contó…
¿Debería mencionar que ya lo conozco? Tal vez si… pero ¿por qué no podría? ¿Sus amigos se molestarían pensando que quiero ganar buenos contactos? Obviamente él está un paso delante…
-Hey Jaejoong, ¿vas a besarme? – Preguntó Heechul de pronto – al menos espera que no haya tanta gente, ¿no?
Jaejoong había seguido caminando tan concentrado que no se dio cuenta en qué momento había llegado hasta estar cara a cara con Heechul, sus narices prácticamente rozando.
-¡AH! – grito Jaejoong retrocediendo provocando la risa de los demás
“¡Maldita sea!”
Todo el grupo rio fuertemente lo que hizo que Jaejoong se sonrojara evitando verlos a los ojos. Rápidamente se colocó al lado derecho de Heechul mientras Hyukjae saludaba a todos con un apretón de manos.
-¿Quiénes son tus amigos Heechul? ¿Por qué no los presentas? – preguntó el chico que tenía una gorra que le cubría hasta las orejas, recibiendo el apretón de manos del menor.
Heechul dio un paso al centro y colocando ambas manos a modo de megáfono dirigió su voz hacia el techo del edificio para que su voz resonara más.
-Bueno señores, la persona que los saluda en estos momentos es el fenómeno de la naturaleza Hyukjae, quien tiene que hacer algo pronto para cambiar ese nombre…
-¡YAH!
-Considéralo un consejo, mi querido amigo… Te conviene buscar un nombre que pegue más… Además, vas a necesitar mucha ayuda de los productores y maquilladores si es que sales elegido para debutar. Tienes que cambiar de inmediato ese look tuyo…
Hyukjae no respondió pero si las miradas mataran, Heechul no habría sobrevivido más de dos segundos ahí. Sin embargo, mentalmente guardó las indicaciones de Heechul, considerándolas para un futuro.
-Y esta lindura de aquí es mi nuevo, reciente y espero que futuramente mejor amigo; ¡KIM JAEJOONG! – Anunció Heechul para agregar luego en voz baja – Tengo mis ojos puestos en él, así que mejor se alejan.
-Mierda, ya te he dicho que dejes de decir eso – respondió Jaejoong pero de inmediato bajo la vista dándose cuenta donde estaba y que no conocía a la gente.
Los chicos volvieron a reír esta vez de la osadía de Jaejoong, pero continuaron cuando vieron lo avergonzado que estaba le otro.
-¡Hola! Son Kangin – respondió el muchacho de la gorra estirando la mano.
Jaejoong cogió su mano e inclinó la cabeza ligeramente para saludarlo.
-¿Eres un nuevo trainee?
-Uhm
-Y esta ricura varonil de aquí, es el gran Jung Yunho –anunció Heechul señalando al muchacho más alto- quien en corto tiempo ya está trabajando para un video musical como bailarín de la gran Dana
“’ ¿Dana? ¿Quién es Dana?”
-Mucho gusto, Jung Yunho – dijo el muchacho alto que era quién había reconocido hacía unos minutos.
Jaejoong bajó la vista decidido a ocultar el hecho de que se conocían.
Su pelo había crecido así que le cubría parte de sus ojos. Tal vez podría pasar desapercibido. Además, ¿qué le hacía pensar que él se acordaría de Jaejoong? Parecía que había estado muy ocupado desde la última vez que se vieron. Tal vez Jaejoong fue uno de esos conocidos en sus aventuras por la ciudad. Tal vez nunca fue a verlo al día siguiente de su encuentro. Tal vez la carta que le había dejado seguía en el cajón del viejo conserje. Tal vez ya había botado el sobre a la basura.
“Si viene un tal Jung Yunho le da esta carta, por favor”
Tal vez nunca entendería lo que le costó escribir esa carta a toda prisa mientras su mamá guardaba todas sus pertenencias para volver a casa esa misma noche. Tal vez Jung Yunho ya había tenido un aniversario más con su novia. Tal vez ya estaba próximo a debutar. Tal vez ahora esa Dana era su novia. Tal vez Heechul era su novia.
“Enfermo”
Tal vez… tal vez… tal vez…
De inmediato sintió como la mano que cogía lo jalaba hacia el frente. Jaejoong abrió los ojos sorprendido cuando estuvo frente a frente con Yunho, sus narices a centímetros la una de la otra, igualando la posición comprometedora en que había estado hacía unos minutos con Heechul.
“Sólo que ahora no me molesta”
-Kim Jaejoong de Chungnam, ¿verdad?
Jaejoong se sonrojó y sin abrir la boca asintió.
-¡YAH! ¡¿Se conocen?! –preguntó Heechul también sorprendido
-¿Te conozco Kim Jaejoong? – le preguntó Yunho sin apartar la vista
“Estas aquí… finalmente llegaste”
-¿Cómo se conocieron? – preguntó Kangin
-¿Lo conoces hyung? – preguntó Hyukjae
-Uhm
-¿Cómo?
Yunho sonreía sin soltar la mano de Jaejoong. Como aquella vez después de la pelea callejera, nunca dejaría de sorprenderle la suavidad de la piel de Jaejoong.
En ese momento el celular de Hyukjae sonó logrando que todos se distrajeran ya que era la popular Hae Gyul Sa de Shinwa. Aprovechando que las miradas no estaban fijas en ellos, Jaejoong se soltó de la mano de Yunho rápidamente volviendo al lado de Heechul.
-¿Aló Junsu? Uhm… sí…. todavía aquí… frente a la recepción….con Jaejoong y unos amigos de la diva Heechul… uhm… Kangin y Jung Yunho… hahaha ¿de verdad? – Hyukjae tapó el teléfono y se dirigió a Yunho – Junsu te manda saludos y dice si se ven más tarde
-Dile que yo lo llamo
“¿Junsu? ¿Quién es Junsu? ¿Ese también?”
-Junsu, dice Yunho que él te llama… ¿tu mamá?… ¡oh! ¿La busco? -.. ok… te llamo cuando esté con ella
Hyukjae colgó el teléfono y se dirigió a los demás que estaban expectantes.
-Tengo que irme. La mamá de Junsu vino a dejarle comida y él todavía no sale de su ensayo… – se despidió de todos con un gesto de la mano. Se dio media vuelta y salió corriendo hacia la puerta principal. Antes de salir completamente del edificio gritó – ¡después me cuentas como se conocieron hyung!
Y desapareció.
“Maldita sea, ¿no podía solo no mencionarlo?”
-Cierto, ¿cómo se conocieron?
-En una pelea callejera- respondió Yunho
-Ah! ¿Mi Joongie sabe pelear? – preguntó Heechul colocado un brazo alrededor del hombro de Jaejoong.
Jaejoong cogió la mano y la desembarazo de encima suyo, esperando que Yunho no malinterpretara nada.
“Malinterpretar qué maldita sea, ¿quieres dejar de actuar como una mujer?
-De hecho, yo… -empezó Jaejoong
-Es un peleador nato. Yo llegue casi al final de la pelea pero Jaejoong ya se había encargado de casi todos – respondió Yunho no dándole tiempo a él de responder.
Jaejoong se quedo callado y lo miró sorprendido. Parecía que Yunho había entendido la vergüenza que sería para él decir ante todos que había sido amedrentado por un grupo de matones, siendo rescatado cual damisela en peligro por Yunho. Eso no lo haría verse bien ni ese momento ni nunca.
“Tal vez nunca llegue a mencionar como realmente nos conocimos”
-Ohhhh, entonces, ¿son amigos?
-En realidad…
-Sí, claro que sí. Kim Jaejoong es un gran amigo
Jaejoong volvió a quedar sin palabras. ¿Pero que le pasaba? ¡Él no era así! Yunho se estaba llevando todos sus pensamientos que casi no podía respirar. Estaba poniéndolo nervioso.
Y Yunho se encontraba en la misma condición. Tal vez incluso peor.
“Mira tus ojos, ¿es que crecieron en el tiempo que no te he visto?”
“Deja de mirarme, siento que me inspeccionas”
-Entonces Kim Jaejoong ahora eres parte del clan. Tenemos que vernos más seguido. ¿Qué dices si a la salida de hoy vamos a la casa de Heechul por unos tragos? – invitó Kangin
-Escúchame bien marmota de dos patas, ni creas que vas a volver a emborracharte en mi casa para que hagas el desorden de la última vez. Antes de que mueras en vida te advierto que te sacaré de mi casa
Todos rieron, incluido Kangin. Yunho reía pero observaba a Jaejoong por el rabillo del ojo.
“Tu sonrisa, Dios ¿era así de linda?”
-¡¡¡YUNHO!!! ¡¡¡ENSAYO AHORA!!! – gritó un muchacho al fondo del pasillo haciendo un gesto a Yunho para que regresara a la habitación de donde salió
Jaejoong hizo un ligero puchero, decepcionado. Le hubiera gustado pasar más tiempo juntos. Yunho por su lado volteó, hizo un gesto a su amigo y volvió la vista al grupo.
-Los veo luego chicos, tengo que irme – se disculpó Yunho volteando rápidamente
Jaejoong lo observó mientras se alejaba rápidamente, hasta que vio algo que llamó su atención. Todos ya habían volteado la mirada para seguir con la conversación en el grupo pero él seguía con la mirada fija en la ancha espalda de Yunho hasta que…
Yunho paró en la entrada del salón de baile. Se detuvo volteando a mirar al grupo que había dejado atrás, y cuando volvió se dio cuenta que Jaejoong aún lo observaba. Jaejoong volvió a ruborizarse por… [¿Cuántas veces ya le había pasado en la última hora?].
Y antes de desaparecer, Jaejoong lo vio claramente. Tal vez estaba volviéndose loco, pero podía jurar que Yunho le guiñó un ojo antes de desaparecer en la habitación. ¡¿Me guiño un ojo?! ¿¡ME GUIÑO UN OJO A MI?!
Jaejoong sonrió ligeramente, contento con él mismo. Un solo gesto, completamente desapercibido para el resto, había logrado hacer de ese día el mejor desde que entró a esa empresa. Y eso, no pudo hacer ninguna otra cosa que no fuera darle felicidad.
Eran las nueve de la noche en la casa SM Entertainment. El entrenamiento del día se había terminado parcialmente, debido a unos fusibles quemados en el cuarto de baile. Este hecho fue considerado como vacaciones para los trainees que ya estaban camino a sus casas, dichosos de poder llegar a cenar esta vez con sus familias.
Jaejoong; sin embargo, no tenía una familia que lo esperara en casa; así que no tuvo mucha prisa en regresar. Esa noche iría a la ciudad a tomar una cerveza solo en uno de los puestos del mercado, y después volvería para seguir escuchando música que le sirviera para modular su voz. Un cigarro tampoco le vendría mal.
“Tal vez compre uno en el mercado”
Caminaba por el pasillo rumbo a la salida, pensando en que cosas más le faltaban en casa; con sus audífonos puestos y tarareando una canción que puso en repetición para acompañarlo todo el viaje.
Al dar la vuelta a la esquina y encontrarse, otra vez en la recepción donde había vuelto a ver a Yunho esa mañana, sintió que unos pasos lo seguían.
Rápidamente trato de ignorarlo pero ese sentido alerta que siempre había poseído no lo dejó confiarse y decidió sobre-parar para dejar pasar a la persona que venía detrás de él.
Lo extraño fue que la figura también sobre-paró.
Jaejoong decidió entonces que tenía dos opciones. O se volteaba y lo enfrentaba, o corría lo más rápido que podía para ganar ventaja frente a su acosador.
Esas cosas a Jaejoong ya no le sorprendían como antes. A lo largo de su vida se había topado con tantos acosadores que había aprendido a enfrentarse a ellos.
-¡Sí, soy hombre y no, no estoy interesado en pasar una noche divertida…! – gritó Jaejoong volteando para enfrentar a la persona que lo seguía.
Lo que vio; sin embargo, le heló la sangre y sintió como la presión se bajaba hasta hacerlo ver nublado.
-Yu… Yu… Yunho…
-Qué pena que no quieras pasar una noche divertida. Iba a invitarte a la casa de Heechul, creo que Kangin al final logro que lo invitara de nuevo
Jaejoong se quedo callado una vez más, al parecer algo típico cuando estaba frente a ese hombre. El no entendía muy bien porque le pasaba. Por lo general era tímido al inicio pero una vez que conocía no paraba de hablar. De hecho sus hermanas siempre tenían que cortarlo cuando había reuniones familiares porque siempre era el centro de atención.
-Lo siento… yo…
-¿Pensaste que era un pervertido?
-Sí… digo no… digo… es que… yo…
-hahahahahahahahahahahah
“¡Suficiente! ¿Cuánta humillación mas necesitas Kim Jaejoong?”
-Así que viniste – empezó Yunho acercándose para caminar hacia la salida, lado a lado de Jaejoong
-¡¿Eh?!
-Viniste a audicionar
-¡Oh! Si… yo gané un concurso y me aceptaron
-Déjame adivinar, ¿mejor apariencia?
-¿Cómo lo supiste?
-Honestamente Jaejoong no creo que te falten otros talentos, pero ese, debe ser sin duda uno que salta a la vista – respondió Yunho audazmente
Jaejoong se sonrojó y, para no caer en más errores siguió con la conversación, tratando de mantener su tono más natural.
-Bueno, hace un mes que estoy entrenando, ¿tú también?
-Estuve un tiempo como tú desde aquella última vez que nos vimos… volví a aquí y de hecho pensé que en cualquier momento vendrías. Me parece extraño no haberte visto, yo prácticamente vivo aquí.
-Tengo entrenamientos casi todo el día, me la paso metido en las salas de baile y en la otra sede, donde practicamos canto en una sala de locución
-He estado ahí antes, ¿no es genial?
-Si
-Volví a buscarte, ¿sabes? El día siguiente…
“Volvió, volvió, volvió… entonces eso quiere decir…”
-No quería que pensaras que había huido, yo… – trató de explicarse Jaejoong
-Sí, lo sé. Por eso escribiste la carta. Sabía que vendrías por eso, también
Jaejoong sonrió recordando lo que había escrito tan a prisa aquel día.
“Yunho-yah,
Mi mamá vino por mí. Aunque prometimos vernos por unas cervezas, no creo que pueda hacerlo. ¿Adivina qué? Tenías razón. Mi madre me aceptó con brazos abiertos. Esta vez quiero hacer las cosas bien y con su bendición. Voy a volver casa y después me ha prometido que prepararemos todo para que me mude a Seúl. SM Entertaiment suena como una buena oportunidad, si logro entrar espero que volvamos a vernos.
Además de que también espero poder pagarte algún día el que me hayas salvado. No se lo he contado a mi mamá porque no quiero que llore ni se preocupe más, pero estoy seguro que te lo agradecería también si lo supiera. Gracias a ti tiene a su hijo intacto a su lado, y no uno magullado.
Mi más sincero agradecimiento, Yunho. En esta vida o en otra, debo pagártelo.
He aprendido a no decir adiós, así que… ‘nos vemos’.
Tu amigo por un día, Kim Jaejoong
Yunho había recibido la carta con total esperanza. Sonreía de oreja a oreja pensando que ‘nos vemos’ era un buen indicador de que su tiempo, juntos bajo el mismo cielo. aún no había terminado. El conserje no podía entender porque lo había visto salir con una sonrisa plasmada en el rostro, cuando acababa de perder unas cervezas por dárselas a él. Yunho pensaba que no todo estaba perdido. Estaba seguro que lo vería en Seúl. No le cabía ni la más mínima duda.
Y ahora lo tenía frente a él.
-¿Por qué no querías que supieran que nos conocíamos de antes? – le increpó al más bajo
-¿Eh?
-Cuando nos presentaron, no dijiste que ya nos conocíamos, tuve que decirlo yo
-Oh… bueno, es que… no quería que pensaran que trato de ganar popularidad conociendo a un hyung con más experiencia
-¿Cómo?
-Bueno, es obvio que tú estás un paso adelante. Si te conociera, pensarían que estoy tratando de hacerme de contactos. Mi mamá siempre me ha dicho que uno debe empezar desde abajo solo… quiero hacer eso…
-i¡¡Oh!! Entiendo… lo siento, ¿no debí mencionarlo entonces?
-No está bien… Todos ellos parecen ser buenos amigos, no creo que haya problemas
-De hecho, yo no soy ningún hyung con experiencia, Jaejoong
Llegaron a la puerta principal y Yunho la abrió para que Jaejoong saliera primero. Afuera el aire de la noche rozaba sus mejillas, congelándolas. Ambos se pusieron las capuchas de sus chaquetas y subieron el cierre hasta cubrir lo más de piel expuesta que pudieran.
-¿De qué hablas? Tienes experiencia en baile, has cambiado tu look, y ya sales en un video musical ¿no? – insistió Jaejoong
-Todavía no salgo en el video, Heechul solo exageraba…-se excusó Yunho un poco incómodo con la atención que le daba el otro -… pero estoy ensayando para eso
-¿Lo ves? Eres el más experimentado entre nosotros
-¿Entonces vas a llamarme hyung? – preguntó Yunho sonriendo maliciosamente y viendo de reojo al más bajo
-¿Puedo?
Jaejoong estaba recuperando poco a poco su osadía, a medida que iban conversando más. Era uno de esos momentos en que comenzaba a sentirse cómodo y podía ser el mismo.
-Claro que sí
-¡Hyung! ¡Hyung! ¡Hyung! ¡Hyung!
-jajajajaja
“Siempre quiero oírte sonreir”
-Entonces, ¿vas a ir donde Heechul?
“Invítame. Vamos. Dime que vaya contigo”
-En realidad mentí…
“Oh”
-Estaba yendo a casa de Junsu. Él vive más cerca que yo; ligeramente más cerca… hoy día quisiera volver temprano
“Junsu. Otra vez ese nombre. ¿Cuándo aprendiste a ser tan posesivo Jaejoong?”
-Oh
-Junsu es amigo de Hyukjae y entró a SM incluso antes que yo, nos hicimos buenos amigos y como no gano mucho dinero vivo en su casa temporalmente. Toma casi el mismo tiempo ir de su casa a la mía…
-¿De verdad?
-Uhm, en casa las cosas no están muy bien tampoco. Necesitaba alejarme por un tiempo…
Jaejoong lo miró preocupado y metiendo las manos en su bolsillo, apretó los puños tomando valor para atreverse a preguntar.
-¿Es algo en lo pueda ayudarte?
“¿Cómo te había llamado cuando por primera vez te vi? Ángel. Eso eres, ángel”
-No, es un problema de familia. Mi papá no aprueba que sea cantante
-Entiendo…
-Que irónico, ¿verdad?! Es la misma situación en la que te encontrabas cuando te conocí
-¿Tú también huiste entonces?
-Algo así, por eso no tenía mucho que decirte cuando me lo contaste. Entendía perfectamente cómo te sentías. Mi papá es el hombre que más admiro, no quiero que jamás sienta que lo he defraudado… pero esto es lo que me hace feliz; y sé que con esto podré ayudarlos
-¿Ayudarlos?
“¿Pero que estás haciendo? No tienes que contarle todos tus problemas”
-¡¡Ahhh!! Estoy hablando de más… – Yunho se frotaba las manos tratando de calmarse
-Está bien, yo…
–No no no … ya he escuchado que si solo le hablas a tus amigos de tus problemas te quedaras sin ellos
-¿Qué clase de amigos harían eso, Yunho?
-Hyung…
-¿Ah?
–¡Llámame hyung! Dijiste q me llamarías hyung
-….
-No es nada para preocuparse Jaejoong, por el momento estoy bien con los Kim pero no sé… a veces… a veces es incómodo
-¿Incómodo?
-Umh
-¿Por qué incómodo? ¿Te tratan mal?
-¡Oh no! ¡¡Por supuesto que no!! ¡Su mamá es un ángel! Y su papá también, siempre está cuidando de mí. De hecho querían venir a recogerme hoy día con el carro pero les dije que me quedaría un poco más. Al menos hasta que la luz natural del día no me permitiera ver…
-¿Entonces cuál es la incomodidad?
-Es que muchas veces salgo tarde y ¿ya ves? No me gusta incomodar. La familia de Junsu es muy buena pero tiene una rutina. Aprovechan al máximo su tiempo haciendo las cosas a su hora. Se despiertan temprano, duermen temprano, las comidas deben ser a la hora, todos deben apoyar en las labores… me parece maravilloso, de hecho era igual en mi casa, pero con el poco tiempo que tengo para lograr mis sueños; no siempre llego temprano, como a deshoras y pues, no soy muy útil con las labores domesticas
-Entiendo
-Disculpa, no debería estar hablando de esto…
Mientras caminaban habían llegado hasta la avenida principal, donde los carros se separaban en ambas direcciones para llegar lo más pronto posible a su destino de esa noche. A cada lado del camino se alzaban pequeños arboles y bancos que daban un aura de relajación para conversar. Yunho se preguntaba si eso habría hecho que hablara de más, o si alguna vez se sentaría ahí con Jaejoong en un futuro, a conversar.
-Está bien, yo me sentiría igual si estuviera en tu lugar
-Yo voy hacia la derecha, mi paradero está allá – dijo Yunho parando por un momento y haciendo un gesto para avanzar en la dirección del camino que señalaba
-¡Yo también!
“Podremos irnos juntos”
Siguieron avanzando mientras Yunho continuaba su historia.
-Junsu de hecho es una persona maravillosa, ¡tienes que conocerlo! La próxima vez que lo vea te lo presentaré
-Claro…
“Tus amigos serán mis amigos, te lo prometo”
“Quiero que todos sepan de ti, que te conozco y que sepan eres mío… mi amigo”
-¿Que bus tomas?
-1000 o 1082 ¿tú?
- 1113-1… podría tomar el 1009 que es más cómodo pero da muchas vueltas, el otro es más rápido… solo que demora en pasar. Además tengo que…
-¿Dónde estás viviendo con Junsu? – interrumpió Jaejoong
-Gwangyu igual, es la misma ciudad
-Oh
-Como te dije estoy con ellos solo por un tiempo, espero que todo cambie cuando consiga mi primer pago del video que haré con Dana, entonces podré mudarme
Jaejoong tuvo segundos para pensar, y sin dudarlo las palabras salieron de su boca como torpedos.
-Hey Yunho…
-¿Uhm?
-Aquí hay una idea loca…
-¿Qué?
-¿Por qué no te mudas conmigo?
“No puedo creer que eso haya salido de mi. ¿Yo lo dije? ¿Lo dije en voz alta? ¡¡Mierda lo dije en voz alta!! ¡¿QUE DEMONIOS PASA CONMIGO?!”
Yunho detuvo su paso y volteó hacia Jaejoong para verlo sorprendido.
-¡¿Eh?!
-Bueno, estoy viviendo en la misma ciudad. Mi bus sólo demora veinte minutos hasta la SM. Eso te da tiempo de ir y venir cuando quieras. Además podrás quedarte hasta tarde porque no habrá nadie que se incomode.
-¿Estás hablando en serio? – Yunho tenía la boca entre abierta y no parpadeaba
-Claro – Jaejoong ya empezaba a ruborizarse por última vez en esa noche – de hecho para mi es mejor, no es agradable regresar a una casa sola… hay un amigo que me dijo que tal vez se mudaba pero ya se estableció con su novia, así que… no se que piensas…
-¿Que pienso?
-Sí…
Yunho de repente lo sorprendió dándole un fuerte abrazo, lo que gano la mirada de muchos curiosos en la calle. Lo abrazó fuertemente, balanceando sus cuerpos de un lado a otro completamente extasiado con el momento. Feliz como tal vez no había estado en años. Jaejoong sintió como el aroma de Yunho se expandía por cada una de las neuronas de su cerebro.
-¡¡JAEJOONG SERIA GENIAL!! ¡¡GENIAL!! ¡¡SERIA MARAVILLOSO!! ¡¡ME AYUDARIAS MUCHISISMO!! ¡¿DE VERDAD PUEDO MUDARME CONTIGO?!
Jaejoong asintió en silencio y con el rostro hundido en el pecho de Yunho, con la vista baja esperando a que Yunho lo soltara. Deseándolo y a la vez queriendo que dure para siempre. Su calor se expandía ahora y Jaejoong pensó que el calor corporal de Yunho funcionaría siempre mejor que la calefacción.
-¡¡Es genial, genial genial!! – Gritaba Yunho – Gracias, Jaejoong. Gracias, gracias, gracias
-¿Entonces, eso es un sí?
-CLARO QUE ES UN SI, ¡VAMOS A VIVIR JUNTOS! – respondió Yunho aún gritando por la calle y dejando ir a Jaejoong para continuar su camino– ¡¡SERÁ GENIAL!! SABIA QUE NO ERA COINCIDENCIA HABERTE CONOCIDO, LAS COSAS PASAN POR ALGO
Jaejoong no pudo más que coincidir, mientras Yunho daba pequeños brincos en su camino, aunque sin borrar la sonrisa de su cara.
Mientras iban caminando por la avenida, nunca se había sentido mas bendecido que en ese momento. Con solo 5 dólares en el bolsillo, una chaqueta vieja que dejaba traspasar todo el frio de la noche, un mal corte de pelo y un amigo a su lado. Un maravilloso amigo.
Un amigo como el que alguna vez conocí de niño y que nunca volví a ver.
-Decidido entonces, hay que coordinar algunas cosas pero avísame cuando puedas mudarte
-Lo más pronto posible, yo te aviso
Yunho tenía razón, las perdonas aparecían en tu camino por un motivo. Jaejoong sentía que en su vida podría haber muchas cosas erróneas en el futuro, y eso que aun era bastante joven, pero Yunho jamás seria uno de ellos.
Él estaba en su vida para hacerla más amena, más ligera, más divertida, más… completa.
-¿Este es tu paradero?
-¿Eh? Sí
Sin que se dieran cuenta Jaejoong y Yunho ya habían llegado al paradero más cercano, y estaban de pie esperando junto a otros trainees, Una gran masa de jóvenes esperando sus buses respectivos.
“Que demore, demore…demore…”
-¿Ese no es tu bus?
“¡Maldita sea!”
Efectivamente, a una cuadra y media, el bus que llevaba a Jaejoong apareció, y ya algunas personas se estaban alineando para subir en completo orden.
Jaejoong metió la mano a su pequeño morral sacando su tarjeta de transporte y se volteo para despedirse.
-¡Qué suerte la tuya! Mi bus, siempre demora… – se quejó Yunho con un puchero
-En realidad es una suerte que el mío este aquí tan pronto también
“Sí, maldita sea mi suerte”
-Bueno, llegarás temprano a casa
-De hecho, no tenía pensado…
-¿Porquénonosvemosmañanatempranoaquí? –Yunho había dicho las palabras tan rápido que se preguntaba si Jaejoong lo habría entendido
“¿Eh?”
-Bueno, escuché de Heechul que has tenido algunos problemas con tus pasos de baile, ¿quieres que te enseñe?
-¡¿De verdad?!
-Si claro, creo que podría ser la mejor manera de pagarte por hospedarme
El bus se estacionó entonces frente a ellos y Jaejoong dejo que la gente empezara a subir antes que él, esperando ser el último.
-En serio, no tienes que…
-Pero quiero. Vamos…déjame enseñarte
“Es igual que aquella vez que me rogo venir a verme”
-Es que… no quisiera ser una molestia, yo…
-Jaejoong-ah, ¿te he dicho que soy muy insistente? Si algo se me mete en la cabeza es muy difícil que renuncie a eso, como ahora. Tengo mis ojos puestos en ti, no te vas a poder deshacer de mí tan fácilmente
“¿Dije eso? ¿Eso salió de mi boca? ¿Lo dije en voz alta? ¡¡Qué demonios!! Tengo que arreglarlo”
-Como amigo. Siento que me empujas para no acercarme, como amigo Jaejoong… ya te había dicho… me caes bien, ¿me dejas ser tu amigo?
-¿Mi amigo? – Jaejoong tuvo la curiosa sensación de haber vivido ese momento anteriormente
Yunho sonreía con sus dientes chuecos y su pelo extraño, muy similar a una de las ardillas que había visto muchas veces en su libro de animales cuando era niño.
-¿Va subir? – preguntó el chofer del bus dispuesto a arrancar al ver que el muchacho estaba distraído y ya no había más personas esperando en el paradero.
-Sí., Perdón… – se disculpó Jaejoong rápidamente – Yunho, yo
-Hyung
-Hyung, tengo que irme jajaja– Jaejoong empezó a subir los primeros peldaños del bus
-¿Mañana?
Paso el carnet por la barra del bus.
-¿Eh? – Jaejoong volteó
-7 am en la puerta de SM, te voy a esperar
Jaejoong se rio nervioso y asintió.
-¡¡OK OK HYUNG!! QUE SEA COMO SU MAJESTAD ORDENA – gritó
-¡¡Como tu amigo ordena!!
-JAJAJAJAJAJA
-Nos vemos mañana Jaejoong – se despidió Yunho agitando la mano en señal de despedida
Jaejoong estaba a punto de pasar la barra de seguridad cuando de pronto se dio media vuelta, bajando a toda prisa. “Un momento, por favor ajhussi”
-¿Qué haces? – preguntó Yunho viendo como bajaba rápidamente Jaejoong sacando algo de su morral.
Antes de que Yunho entendiera bien que estaba pasando Jaejoong cogió su mano y con un lapicero anotó uno números en su mano.
-Es mi celular, coordinamos por ahí – explicó Jaejoong
Diciendo esto sonrió y volvió a subir rápidamente al bus, ante la mirada atónita del chofer que no entendía muy bien que pasaba entre esos dos jóvenes que parecían una joven pareja.
Yunho escuchó un vago: “Nos vemos mañana Yunho-yah” y vio partir el bus.
Una vez sentado Jaejoong fue consciente de lo que acababa de hacer, y los labios se le adormecieron. Jaejoong sentía esas palabras flotar en sus labios. ‘Yunho-yah’. Ahora era su amigo. Ahora tendrían una vida junta. A partir de ese momento, y si todo salía bien, Yunho sería parte de muchos momentos en su vida. Un hecho que solo lo hacía feliz.
¿Tenía novia aún Yunho? No importaba. Su novia no pasaría todo el día a su lado como él. ¿Tenía más amigos a parte de él? No importaba. En las pocas veces que se habían visto Jaejoong había demostrado ser más valioso que ninguno.
Pero lo que más le asustaba era: ¿Llegaría a debutar alguna vez?
“¡Tienes que!”
Su motivación lentamente fue cambiando.
Jaejoong no estaba ahora persiguiendo un sueño, estaba persiguiendo dos.
- Ser un ídolo
- Permanecer al lado de Yunho la mayor cantidad de tiempo posible.
¿Y Yunho?
Yunho se había quedado agitando la mano en despedida aún resonando en sus oídos el ‘Yunho-yah’ que tan suavemente pronunciaba Jaejoong. Como aire a través de su voz, lo que lo hacía tan delicado.
Con la sonrisa más estúpida que tenía hasta entonces saco su celular, y envió un mensaje a Heechul. De todos los momentos en su vida ese sería el más feliz. Esa persona que acababa de irse lo hacía feliz. Inexplicablemente feliz. Y él se encargaría de que esa felicidad no desapareciera.
Ayudaría a Jaejoong para que entrara a SM contratado como él. Ayudaría a Jaejoong para que no se sintiera solo nunca más en esa gran ciudad. Ayudaría a Jaejoong cada vez que fueran a casa para mantenerlo alejado de esos pervertidos que parecían ser cosa de todos los días.
Porque el sueño de Yunho también se había bifurcado.
- Ser un ídolo.
- Proteger a Jaejoong la mayor cantidad de tiempo posible.
Ambos jóvenes suspiraron fuertemente contando mentalmente las horas que pasarían hasta que se volvieran a ver
En un pequeño departamento de la ciudad de Seúl, seis amigos celebraran la liberación temprana de los ensayos en SM, mientras Kangin estaba dormido en medio de una sala, completamente intoxicado por todo el soju que había ingerido.
Heechul lo cubría en ese momento con un manto cuando de pronto recibió un mensaje en su celular.
Lentamente extrajo el aparato de su bolsillo y leyó un mensaje de Yunho.
“Lo encontré. Gracias por decirme a qué hora salía, hyung. Lo veré mañana temprano”
Heechul cerró el celular y sonrió maliciosamente.
-Parece que puse mis ojos en él muy tarde. Bien hecho Jung Yunho.
Y continuó brindando con sus amigos, totalmente ebrios ya. Un tal Chun chun había comenzado a ponerse cariñoso, y percibía que su suerte, tal vez sería un poco mejor que la de Yunho esa noche.
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