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Arualthings

Se Solicita Novio - Cap. 16

Por que darse cuenta, es más difícil de lo que parece.


El hombre se sentó tras el escritorio, y HeeChul solamente llevó un mechón de su cabello tras la oreja, fuera del consultorio su padre hablaba por teléfono sobre alguna junta importante seguramente.



Kim HeeChul nunca gustó de las visitas médicas, mucho menos de enfermarse, pero en esta ocasión casi se había desmayado y su padre el día de hoy prácticamente lo había obligado a ir con el Doctor. Lo único malo era que no era su Doctor de cabecera sino uno de los mejores en Inglaterra.

Su padre había alegado que era mejor que esperar a que regresaran a Corea.

—Bien, HeeChul puedes estar tranquilo, es solamente mucho estrés. Al parecer te has excedido con el trabajo y necesitas descansar. Sin contar con que no te has alimentado bien o lo has hecho a deshora.

Justo en ese precio momento su padre entró. HeeChul se escondió un poco sobre su asiento, sabiendo lo protector que solía ser su padre con respecto a su salud y que comiera como es debido.

—Entonces doctor. ¿Qué tiene?
—Exceso de estrés, debería tomarse las cosas con más calma y no preocuparse, esas cosas también pueden deterior la salud severamente.

HeeChul sintió sobre la mirada llena de dudas de su padre. Después de todo el negocio había salido bien. ¿Qué preocupaciones podía tener? Volvió a llevar un mechón tras la oreja y prefirió ignorar el hecho de que su padre pudiera vincular el regreso de Siwon con su repentino estado de salud.

—Lo que necesitas son vacaciones. ¿Oíste?
—Pero aún no terminamos todo lo que vinimos a hacer a Birmingham y…
—Yo me puedo encargara de lo que haga falta y tu asistente también puede ayudar.

HeeChul se apoyó contra el asiento y cruzó sus brazos no muy contento con aquello. –Por favor HeeChul no quiero que preocupes a tu madre ni a mí. Es más voy a llamar a Yunho para que apenas llegue no te deje irte de fiesta como acostumbras. Necesitas descansar.

Su padre sacó el celular una vez más, velozmente HeeChul le quitó el celular de las manos y lo cerró. Su padre arrugó el entrecejo y Kim solo hizo una pequeña mueca muy parecida a una sonrisa.

—No lo llames. No quiero preocuparlo también a él. Está bien, iré para Corea. Es más hay una exposición de arte en un par de días así que me entretendré de manera sana. ¿Ok?— El hombre pareció pensárselo, pero finalmente accedió.

Heechul solo pudo sonreír y estirar el celular de regreso a su padre. El doctor de inmediato comenzó a escribir y con una sonrisa en el rostro le extendió el papel de la receta al mayor.

—Te daré unas cuantas vitaminas. Recuerda permanecer descanso y no sobre esforzarte demasiado. Eres joven y no es bueno que tengas este tipo de complicaciones.

HeeChul accedió, leyendo el nombre de las vitaminas y su prescripción requerida. Pensó en lo mucho que le angustiaba el tener que volver a Corea y respiró profundo. No podía huir a sus problemas y algún día le tocaría regresar.

El problema era, que sentía que era demasiado pronto.







—De acuerdo esta será la última, por favor estira un poco tu brazo derecho y mira hacía el mismo lugar, vestuarista que el pequeño sobrante de la tela no se vea.

Una de las muchachas del set se acercó. Arregló la pequeña manga de Junsu e inmediatamente el menor tuvo frente a así a otra muchacha que se encargaba de retocar su rostro con un poco de polvo, que cubriría cualquier brillo.

Junsu solamente se dejó hacer, permaneció serio viendo a lo lejos como Mir parecía muy concentrado en hablar por celular. Últimamente hacía mucho eso, si bien era su agente, no se la pasaba pegado al celular como últimamente lo venía haciendo.

—Junsu…

Y es que de un tiempo para acá, Mir estaba muy ocupado, salí mucho y Junsu no entendía el porqué, es decir, desde siempre se decían donde iban y que hacían, solo por seguridad para saber que estaban bien por si algo sucedía. Él lo seguía haciendo, informaba a Mir de sus salidas, incluso cuando visitaba a Yunho.

—Junsu…

Sin embargo Mir ya no lo hacía. Inconscientemente una parte en su pecho se sintió helado, no está muy seguro del por qué. Mir le daba la espalda, a veces giraba un poco y Junsu podía ver su perfil sonriente. Movía un poco su pierna y reía. Mir nunca se comportaba así.

—Junsu… ¿Estás bien?

Repentinamente Mir giró, ni siquiera lo buscó con la mirada. Esos ojos café se posaron directamente sobre los suyos y Junsu impulsó su cuerpo un poco hacía atrás ante la sorpresa y por supuesto por haberse sentido descubierto. Lo que no entendió fue el por que de ese giro tan repentino.

—¡¡Kim Junsu!!

Y el grito del fotógrafo lo trajo a la realidad y al motivo por el cual Mir había girado de repente. Se inclinó un poco y pidió disculpas, sonrió a modo de disculpa y el hombre pareció entender y creer que ya se encontraba muy cansado.

La última foto, y tal y como lo había prometido el hombre la sesión dio por terminada. Junsu dio un suspiro agradeciendo a todos por su trabajo y por supuesto disculpándose una vez más. Mir cortó su llamada y giró camino sonriente hacía él.

…Esa sonrisa, era diferente a la que tenía hace unos momentos.

—¿Todo bien?
Junsu decidió sonreír también. –Por supuesto. Solo estoy un poco cansado.
—Pues alégrate, todo termino hoy mismo tomamos un viaje de regreso a Corea. Por suerte no son muchas horas de viaje así que…

Y Junsu lo dejó escuchar. Mir estaba emocionado, incluso más emocionado que él que volvería a ver a Yunho… Recordó que una conversación había quedado pendiente. Recordó que Yunho le pidió que hablaran a su regresó y su corazón se estremeció.

Mordió su labio inferior y suspiró. La hora de decirle la verdad a Yunho estaba cerca, y confesarse era algo que nunca había hecho. Por que para buena o mala suerte, las pocas veces que alguien había llamado su atención, siempre se habían confesado primero.

Yunho ejercía en él, un tipo de lucha que jamás antes había experimentado.









Jaejoong movió el chocolate dentro de la olla y al notar que ya estaba listo decidió apagar la hornilla, sin embargo siguió moviéndolo. Su mente volaba hacía las palabras de su madre el día de ayer, y la duda continuaba martillando en su cabeza.

Boa le había dicho que lo mejor era que hablara con Yunho, que le preguntara lo que había pasado si en verdad quería saber. Pero no era tan fácil como lo hacía ver la mujer. Por que ella posiblemente no tenía ese presentimiento en su interior que le gritaba que no le iba a gustar lo que iba a escuchar.

—Mmh~ Chocolate, huele delicioso.

Yunho ingresó a la cocina con un apacible gesto en sus facciones, Jaejoong no pudo evitar mostrarse complacido ante esas palabras. Los niños estaban en sus dormitorios y en cualquier momento bajarían a desayunar.

—Pensé que como la navidad está cerca, una taza con chocolate caliente vendría bien.
—Particularmente me gusta más tomarlo en la noche, pero no tendría problema en probar un poco en la mañana.

Jaejoong sonrió, notó el mensaje escondido en las palabras de Jung y empezó a buscar en los estantes una pequeña taza para servirle un poco. –Acabó de apagar la hornilla, así que te advierto que está un poco caliente.

Yunho recibió la taza en sus manos y con un pequeño soplido intentó alejar un poco el humo que había sobre los bordes. El olor lo invadió y el olor a canela que también despedía lo hizo sonreír, respirar profundo y sentir esa agradable paz en su interior.

Jaejoong apretó el pequeño trapo en sus manos. –Yunho… Yo…— Levantó la mirada y se encontró con un sonriente Yunho que intentaba dejar entrar un poco de aire a su boca, finalmente no le hizo caso y bebió sin esperar más tiempo. Jaejoong rodó los ojos. –Te dije que estaba caliente.

—Es que olía delicioso.— Habló dificultosamente y Jaejoong rió abiertamente ante aquello, Yunho únicamente arrugó el entrecejo confundido. –No te rías.
—Moriría por saber que dirían todas esas niñas que te apodan ‘El príncipe perfecto’ si te vieran con media lengua afuera y hablando tan aparatosamente.

Yunho realizó un infantil gesto con sus labios. –Eres el único que me ha visto así, Boo. Date por complacido.— Jaejoong dejó de reír y suavizó un poco sus expresiones.
—Hace mucho que no me decías Boo.

—¿En serio?— Yunho volvió a beber un poco de chocolate, esta vez con más cuidado y asegurándose de que no estuviera tan caliente. –Esta delicioso, muchas gracias.
—De nada… ¿En serio soy el único que te ha visto sin tu mascar de príncipe perfecto?

Yunho sonrió. –Tu, Siwon, HeeChul, Boa, mis padres, Yoochun, Changmin, Junsu… En fin, las personas cercanas e importantes para mí. De alguna manera las palabras de Yunho fueron verdaderamente agradables y cálidas. –Por cierto ¿Qué querías decirme hace un rato?

—Mmh… Bueno…— Jaejoong mordió su labio inferior y volvió a apretar el trapo en sus manos, intentando desviar la tensión que sentía y por supuesto inhaló para que sus nervios desaparecieran. –Es sobre Siw…

—Dame un minuto.— El celular de Yunho había sonado inoportuno. —¿Yoochun? Dime…— Jaejoong bufó molesto y regresó a mover un poco el chocolate para que este se enfriara un poco más para cuando los niños bajaran. –No, no estoy muy ocupado. ¿Por?


Apretó el cucharón con fuerza. ¿No estaba ocupado? ¡Estaba hablando con él, demonios! Una risa por parte de Jung y cuando empezó alejarse, Jaejoong supuso que su conversación quedaría a medias una vez más.

—Jaejoong voy a salir un par de horas. Cualquier cosa me llamas o le pides ayuda a Boa, avísale que salí, por favor.

Asintió sin siquiera regresar a mirarlo y colocó una mueca de molestia. Estúpido Yunho, estúpido el mismo por que le molestaba la situación. Y maldita su suerte por que a Yunho parecía olvidársele de vez en cuando que todavía estaban comprometidos.

Cuando él lo recordaba, casi todos los días. Por que la presencia de ese compromiso lo atormentaba, por que muy en el fondo, Jaejoong empezaba a emocionarse con la idea, de que algún día. No habrían Junsu, Yoochun, Changmin, Hyun Joong que se interpusieran.







Changmin miró la funda de compras en su mano. Pensando que hace mucho tiempo que no iba a esa tienda de ropa, que aunque quedaba algo lejos siempre le gustaba lo que encontraba ahí. Decidió no llamar al chofer y pedir un taxi. Estaba en eso cuando recordó que no había comprado los benditos zapatos.

La dichosa exposición sería en uno o dos días, ya ni siquiera recordaba la fecha exacta, pero si que era muy importante y para variar para lo único que su padre lo llamaba era para pedirle que no faltara a los eventos sociales verdaderamente importantes.


Estuvo a punto de caminar de regreso a la tienda cuando un auto convertible que se le hizo conocido se estacionó frente a uno de los elegantes edificios de la zona. Se sacó las gafas que llevaba puestas y miró con atención al conductor.

Jung Yunho bajó con tranquilidad, vestía solo un pantalón de tela negro y una camisa de tela también blanca, remangada en los brazos. Changmin lo podía reconocer incluso si estuviera más lejos, sonrió ante la coincidencia y estuvo a punto de cruzar la calle y caminar la cuadra y media que los separaba cuando lo vio apoyarse en el auto y sacar el celular.

¿Recogería a alguien?

Pensó entonces que no sería oportuno interrumpir, sin embargo Yunho no tenía ni cinco segundos al teléfono cuando las puertas del edificio se abrieron y un muchacho vestido con un pantalón y buzo negro salió. Entre la bufanda y el dichoso sombrero, Changmin no lo pudo identificar con facilidad.

—¿Yoochun?— Fijó su mirada en el sonriente Yoochun que saludó a Yunho, permaneció frente a Yunho unos segundos, con las manos en los bolsillos de su pantalón mientras Jung seguía apoyado sobre su auto. –No sabía que el idiota viviera por aquí.

Arrugó levemente el entrecejo cuando finalmente Yoochun se subió al auto junto a Yunho y luego de unos segundos el auto arrancó. Giró dando la espalda al lugar por donde pasó el auto y el malestar en su interior se asentó.

¿Yoochun seguía jugando a ir tras Yunho?

—Imbécil…



Las ganas de comprar se marcharon y como si una luz lo iluminara recordó que tenía suficientes zapatos en su casa y que nadie se fijaría si eran nuevos o no. Estiró su brazo y llamó un taxi. Necesitaba llegar a su casa, darse una ducha y descansar.







—¡Umma! Esta delicioso~

Jaejoong sonrió gustoso al escuchar la voz de los niños al unísono mientras parecían muy entretenidos en desayunar, aunque por suerte era fin de semana y por tanto dormir tarde era una opción. Desayunar a las diez de la mañana también.

—¿Has visto a Yunho?

La voz de Boa a su lado lo tomó por sorpresa, la mujer tenía el cabello recogido en una coleta y los lentes puestos, Jaejoong suponía que estaba calculando las cuentas del mes. Siempre era así, cuando pasaba mucho tiempo en la oficina.

—Salió, no dijo a donde pero dijo que volvería en un par de horas.

Jaejoong caminó de regresó a la cocina y Boa lo observó con fijeza, levantó los lentes a su cabeza y dejó los papeles sobre una pequeña mesita, entró a la cocina y Jaejoong parecía servirse un poco de agua apoyado en el mesón. Boa se arrimó en el resquicio de la puerta, cruzó sus brazos y sonrió.

—¿Es eso lo que te tiene con ese genio horrible?
—Yo no estoy de mal genio.
—Ajá… Claro.

Jaejoong rodó los ojos. –Está bien, no estoy precisamente feliz, pero no es por eso. Me tiene sin cuidado lo que haga o deje de hacer Yunho.— Boa enarcó una ceja. –Está bien, me molesta, me molesta mucho que parece que el único que se acuerda en esta relación que estamos comprometidos soy yo.

Respiró algo agitado ante la impulsividad de sus palabras. Boa sonrió, se acercó a él y colocó una mano sobre su hombro. –Te has dado cuenta que dijiste relación, compromiso. Cuando antes ni siquiera soportabas la idea de que tu y Yunho pudieran estar bajo la misma oración.

Hubo muchas cosas que pasaron por la mente de Jaejoong en ese momento y sin embargo, a pesar de muchas respuestas que pudieron ocurrírsele prefirió callar. Mordió su labio inferior y bajó la mirada.

—Piensa las cosas Jae, a veces puede no ser tan malo decir lo que piensas a la persona que domina esos pensamientos.
—Yunho no…
—Yo nunca mencioné a Yunho.

Jaejoong decidió entonces, que por lo menos frente a Boa, intentaría no desviar la situación. Sonrió ligeramente y la mujer le devolvió el gesto de la misma forma. Quizá seguiría el consejo, quizá… Cuando Yunho decidiera volver.






—Ya está todo listo, señor.

Siwon levantó la mirada de los papeles que leía sobre su escritorio y sonrió. —¿El bufet?
—También. SoonYu se ha encargado de eso.
—De acuerdo, muchas gracias.

El hombre asintió y salió de la oficina. Siwon se quitó los lentes que llevaba puestos y suspiró pasando las manos sobre su rostro. Por fin estaba todo listo para la exposición y dentro de nada su esfuerzo habría tomado forma.

Miró la invitación sobre el escritorio y pensó en lo mucho que le hubiera gustado entregarle una a HeeChul, y en lo patético que eso sería. Exhaló fuertemente, no podía entregársela a alguien más, por que sentía que llevaba el nombre de Kim HeeChul impreso en el papel.

Se levantó y miró la entrada con algo de melancolía, pero finalmente decidió que lo mejor era empezar a matar eso fantasmas que aún lo perseguían, lanzó la invitación hacía el pequeño tacho de basura que había, tomo su chaqueta y llaves.

Y mientras caminaba, colocándose la chaqueta en el proceso, pensó que sería bueno invitar a su primo a almorzar y tal vez conversar un poco. Hace un buen rato que no lo veía. Además, hablar con Jae lo haría olvidar un poco toda esa situación.









—No sabía que te gustara tanto el espagueti.

Yoochun sonrió mientras rodaba le tenedor sobre su plato de comida para poder saborear el delicioso espagueti que había pedido. Yunho sin embargo bebió un poco de agua, elegantemente sentado frente a él.

—Por cierto, en unos días saldrá a la venta mi libro.
—¿Escribes un libro?
Yoochun asintió. –Lee dice que le están haciendo las respectivas revisiones y apenas terminen comenzaran a imprimir.

—Vaya…— Yunho limpió un poco su boca. –Tengo a toda una eminencia en la literatura frente a mí.— Yoochun rió considerablemente.
—Es mi primer libro. No exageres.

Yoochun comió una de las albóndigas del plato de Yoochun sosteniéndola en su tenedor y aunque Park luchó por quitársela, Yunho sonrió orgulloso cuando la tuvo en su poder. —¿Y cuál es el nombre de tu libro?

Yoochun hizo un pequeño puchero con los labios. –‘Y Ella dijo que me odiaba’

Yunho lo miró curioso y sonrió. –Que coincidencias ¿No?
—¿Coincidencias? ¿A que te refieres?— En esta ocasión Yoochun bebió un poco de vino que había pedido, y la sonrisa de Yunho se amplió.

—Cuando mencionaste lo del odio, se me vino a la cabeza alguien.
Yoochun sonrió. —¿Quién te odia, Yunho?
—No hablaba de mí.

Yunho lo miró significativamente y Yoochun entendió de inmediato. Fue como si los ojos de Jung gritaran ‘Changmin’ a viva voz, por eso prefirió hacerse el desentendido y seguir comiendo. Almorzar con Yunho no había sido una buena idea después de todo.

—Veo que me entendiste.

Yunho continuó con su plato de lasaña, con aquella sonrisita burlona en el rostro, sin embargo Yoochun no era de intimidarse y más rápido de lo esperado la sobria voz de Park volvió a llamar su atención.

—No entiendo por que insistes en vincular a ese mocoso conmigo. Ya me pagó la radio que me daño y con eso cerró el ciclo de nuestro contacto, no tenemos por que vernos más.
—¿Y tu no quieres verlo más?

Yoochun giró un poco su cabeza. —…Tal vez una vez más.— Yunho enarcó una ceja. –Es decir… La última vez que nos vimos, pues el golpeó mi auto y yo… El caso es que nos tratamos muy mal, tal vez deberíamos pedirnos disculpas.

Yoochun volvió a comer espagueti una vez más y Yunho prefirió poner un codo sobre la mesa, apoyar la barbilla a sobre su mano y mirar a Yoochun, aún cuando las reglase de etiqueta le impedían hacer eso.

—¿Y por que no lo has buscado?
—¿Y por que tendría que disculparme yo primero?
—¿Alguna vez siquiera se han tratado como gente mutuamente?

El jueguito de preguntas tomó desprevenido una vez más a Yoochun, bebió un poco de agua en esta ocasión y limpió su boca. –En todo caso, no tengo por que yo dar el primero paso. Y dada la situación, no somos pareja, ni siquiera amigos. No tengo por que pedir disculpas por nada.

—Changmin está a punto de graduarse.— Yunho pareció esta vez entretenido con su plato de comida, como si las palabras que salían de sus labios, en realidad no fueran importantes. –A unos días en realidad. Según me contó se iría a vivir a Italia después de su graduación. Quiere establecerse por allá.

Yunho miró a Yoochun apenas hubiera terminado de hablar, en esta ocasión intentó no mostrar expresión alguna, para que Yoochun no se viera intimidado al mostrarse tan evidente, sin embargo contrario a lo que Jung esperaba, y aunque momentáneamente Yoochun pareció impávido ante la noticia recién recibida…

—¿En serio?— Yoochun solamente volvió a enrollar en su tenedor el espagueti de su plato, mientras miraba con atención la comida, una sonrisa en los labios. Y aunque a Yoochun parecía serle irrelevante la noticia. Yunho supo que estaba fingiendo. —…Que bueno por él.

Por que Yoochun, rara vez evitaba mirarlo a la cara.








La puerta fue abierta oportunamente a su llegada.

Le entregó las bolsas a la mujer que lo recibía con una sonrisa en el rostro y Changmin solamente bufó, con el mal humor todavía sobre su piel. —¿Se encuentra bien, señor?
—Si, no te preocupes. ¿Sarah?

La muchacha cerró la puerta. –Acaba de acostarse a dormir. ¿Necesita algo?— Changmin de inmediato negó con la cabeza y empezó por quitarse el abrigo que llevaba mientras subías las escaleras. —¿Le sirvo el almuerzo?

—Se me ha quitado el apetito, por favor lleva la bolsa a mi habitación y deja ropa en su lugar. Si alguien me busca estaré en la piscina, quiero nadar un poco.

La mujer asintió de inmediato con las mejillas algo sonrojadas ante la imagen mental que había cruzado por su cabeza gracias a aquellas palabras. Por supuesto hoy sería el día del embelesamiento dentro de la residencia Shim.

Por que ver al joven de la casa en la piscina no era cosa de todos los días, y por lo mismo debían ser cuidadosas a la hora de contemplarlo. Por que Shim Changmin solo buscaba nadar cuando estaba de mal humor o estresado.

Vio a una de sus amigas caminar con la ropa recién planchada hacía la cocina y de inmediato corrió hacía ella, debía ser solidaria y decirle a todas la buena noticia, aunque claro era más divertido cuando Sarah estaba saludable.

Por que ella las cubría y se divertía cuando las veía hacer de todo con tal de ver a Changmin unos segundos. Sarah era verdaderamente como una madre para todas ahí.







Jaejoong se quitó el cinturón de seguridad y sonrió. –Bien, no sé que te habrá dado por invitarme a comer, pero gracias.
Siwon giró sorprendido. —¿Tu… Agradeciendo por algo?— Una sonrisa en sus labios y se apoyó en su asiento. —¿La influencia de Yunho?

—…Imbécil.

Jaejoong golpeó el brazo de su primo y bajó del auto con una sonrisa en los labios. –Cuídate, nos vemos luego.
—Igual. Te espero en la expo.
—Por supuesto.

Se alejó un poco y observó tranquilamente como Siwon se alejaba lentamente, un suspiro salió de sus labios, estuvo a punto de entrar cuando curiosamente observó hacía arriba y desde una de las ventanas, muchos de los niños lo miraban demasiados serios para su gusto.

—¡Umma, nos has decepcionado!

Los niños parecieron hacer un gesto de decepción y otros a punto de llorar en cualquier momento, Boa apareció detrás de unos niños igual de curiosa que él. –Niños… ¿De que hablan?— Miró a los niños y finalmente uno de ellos, se decidió a hablar.


—¡¡Le estabas siendo infiel a Appa!!
un grito y Boa rió a carcajadas. Jaejoong únicamente pasó una mano por su rostro y suspiró. La mente de los niños a veces es increíble, aún así los niños y niñas desde el piso superior seguían viéndolo reprobatoriamente.

—No sean tontos, él era Siwon. Mi primo.
—Ah~

A Jaejoong le encantaba cuando los niños hablaban todo al mismo tiempo, sintió otra vez esa agradable sensación en su pecho y sonrió. Desde arriba, Boa solamente sacudió los cabellos de uno de los niños.

—¡Es Appa!
—¡¡Dejémoslos solos, todos adentro, rápido!!
—…Boa Unni, tú también.

Jaejoong solo alcanzó a ver como una de las niñas agarraba a Boa del brazo y la jalaba al interior de la casa alejándola de la ventana. Jaejoong rió un poco y luego giró para ver como Yunho terminaba de estacionar el auto y bajaba de él.

—Bienvenido.
—Gracias. ¿Todo bien?
—Acabó de llegar, Siwon me invitó a almorzar, pero Boa se quedó así que supongo que no ha pasado nada.

Yunho le sonrió y ambos empezaron a ingresar con tranquilidad, Jaejoong unió sus manos tras su espalda con una gran sonrisa en el rostro. ¿Por qué esa pequeña conversación le había sonado conocida? Oh, si. Sus padres se hablaban así cuando su padre llegaba de trabajar.

Un escalofrío recorrió su espalda. –Yoochun me invitó a almorzar.
—¿Mmh? Que bueno… ¿Te la pasaste bien?
—Conversamos.— Jaejoong asintió, todavía con los estragos de esa extraña confianza que no estaba muy seguro en que momento había desarrollado con Jung. –Le gusta Changmin.

—¿El cumpleañero de la vez pasada?
—El mismo.
Jaejoong sonrió. —…Lo suponía.

Las escaleras y el camino en total hasta la oficina de Yunho se le hizo corto, prontamente Yunho empezaba a revisar unos papeles sobre el escritorio, que seguramente Boa habría dejado.

—Mi madre me comentó ayer, que te había escogido entre todos para lo de nuestro compromiso por que te conocía desde antes.— El tema fue intencional, Jaejoong quería terminar con lo que había quedado pendiente en la cocina y además hacerle acuerdo de que estaban, todavía comprometidos. Se sentó frente a Jung y él pareció imitarlo. Prestándole esta vez más atención.

—¿En serio?— Yunho elevó un poco la mirada y de repente recordó, intentando golpearse así mismo por no haberse dado cuenta antes. –Oh… Claro, tu mamá es hermana de la madre de Siwon.

—Si, precisamente ella me contó que antes tu y él eran los mejores amigos.— Yunho se removió un poco incómodo en su asiento, esta vez fingiendo que leía. Por que sencillamente ya no podía concentrarse.

—Si, así fue.
—¿Y… Por que dejaron de serlo?
—Ocurrieron… Varias cosas, que ya no tiene sentido traerlas de regreso.
—Mmh… Ya veo.


Jaejoong se pudo dar cuenta por su actitud que no quería hablar del tema, y él tampoco pensaba presionar demasiado la situación, así que decidió sonreír y jugar con el pequeño reloj que Jung mantenía sobre el escritorio.

—Estaba pensando que no es justo que tú me puedes llamar Boo y yo no pueda desglosar y tu nombre de alguna forma.— Yunho pareció un poco más relajado e incluso sonrió.
—Yo nunca te lo he impedido, puedes decirme Yunnie. HeeChul gusta de decirme así y por co relación a mi madre también.

Jaejoong negó de inmediato. –No, de esa forma no.— Jugó un poco con sus labios y miró hacía el techo. —¿Qué tal Yu?
Yunho lo miró y sonrió. –Muy japonés.

—De acuerdo… Que tal ¿Yun?

Jaejoong sonrió y Yunho por un momento se perdió. La voz de Hyun Joong resonó en su cabeza con fuerza. La imagen del cantante, con un sombrero y sentado al borde de la piscina con sus pies apenas mojándose mientras él nadaba fue lo primero que recordó.



<< Es que no es justo… HeeChul ya acortó tu nombre de la única forma posible. No se me ocurre nada más. ¡Espera! Ya sé… Yun, mi Yun, mi Yunho. Si, es definitivo, me gustó. >>



Jaejoong se mostró preocupado, Yunho de repente se mostraba ausente, con la mirada perdida, agitó un poco su mano delante de su rostro y Yunho agitó un poco su cabeza para terminar de despabilarse.

—¿Estas bien?
—Si, lo siento es solo que… Nada, no importa.— Yunho intentó sonreír.
—Bien… ¿Entonces, Yun te parece?

—No. Cualquiera menos ese.

Yunho se levantó de su lugar, mientras fingía buscar un libro en la estantería. Jaejoong de inmediato arrugó el entrecejo. —¿Por qué no?
—Solo no, Jaejoong.

No le tomó mucho tiempo, agarró por el brazo a Yunho y lo hizo girar, esa mirada llena de incomodidad lo tomó por sorpresa. –Yunho…
—Olvida el tema, por favor Jaejoong.

—¿Tiene exclusividad de uso acaso?— Su voz sonó llena de resentimiento, para esas alturas a Jaejoong poco podía importarle si quedaba expuesto ante él.
—¿Y que si lo tiene?

Cabe decir que Yunho siempre ha intentado mantener una distancia considerable entre él y sus sentimientos. Pero en esta ocasión Jaejoong descubrió que bajo presión Yunho no reacciona bien.

Y esas palabras lograron afectarlo. Por que fueron dichas con sinceridad, por que sus ojos buscaron en los de Yunho algún indicio de que bromeaba o que cuando menos se arrepentía de sus palabras. Una vez más ese vacío en su pecho dolió.

Yunho se soltó lentamente, con cuidado de no ser muy brusco, prefirió guardar silencio y abrió las puertas con tranquilidad, permaneció dando la espalda a Jaejoong por unos segundos más. Descendiendo entre decir algo más o no.

Pero al final de ese momento Jaejoong no tuvo las disculpas que hubiera esperado, no tuvo la mirada arrepentida, ni siquiera tuvo algo más que la espalda de Yunho frente a él mientras se marchaba sin siquiera mirar atrás.

Sin preocuparle, que él se quedaba ahí.

Logró sentarse y mordió su labio inferior, la mirada se nubló por un momento. Pero Jaejoong cerró los ojos y suspiró. No iba a llorar, no lo merecía. —¿Por qué… Me siento así?—

Volvió a sentir esa fría corriente de aire en su interior y llevó una mano a su pecho. Las lágrimas amenazaban de nuevo y él no las iba a dejarse escapar. Cerró los ojos una vez más y volvió a suspirar.

—…¿Por qué siempre me duele el corazón a causa tuya, Yunho?









—Acabo de ver a un ángel con voz sensual~

La muchacha dejó la charola sobre el mesón y el resto de muchachas que intentaba asomarse por la ventana de la cocina la miraron curiosas. —¿De que hablas, Aoi?
—Acaba de llegar un chico extremadamente guapo a visitar al joven Changmin.

—¡Oh, por Dios! ¿Quién es él?

De inmediato todas las empleadas de la residencia Shim se aglomeraron como pudieron en la ventana al ver al muchacho de bufanda y sombrero que se acercaba a la piscina donde Shim Changmin nadaba de extremo a extremo.







Yoochun sonrió apenas divisó el cuerpo de Changmin deslizarse con rapidez entre el agua de un lado a otro. Escondió las manos en los bolsillos de su pantalón y decidió esperar a que el muchacho se detuviera.

—¿Es esto una extraña manera de suicidarte?

Changmin giró de inmediato. Se sacó lo que cubría su cabello todavía seco y los lentes para nadar que usaba. Ni siquiera se molestó en poner mala cara cuando salió de la piscina y divisó a Park Yoochun parado junto a las perezosas frente a la piscina.

Salió con cuidado de la piscina y buscó una toalla con la cual secarse un poco. —¿Se puede saber por que estás en mi casa?
—Si, tu tan educado como siempre. ¿No, Shim?
—Soy educado con quien merece mi respeto.

Se miraron por un largo rato, Yoochun únicamente enarcó una ceja. —¿Tienes idea del frío que hace? Y a ti te da por nadar.
—Para tu información, la piscina tiene una bomba especial que mantiene el agua a cierta temperatura que me sea cómodo.

Yoochun rodó los ojos. –Bravo por ti.
—¿Qué quieres?
—Me enteré que te graduarías pronto y te irías del país en unas semanas. Así que pensé que sería bueno que antes de irte te disculparas.

Changmin arrugó el entrecejo mientras lo veía a Park sentarse en una de las perezosas. —¿De que me estas hablando? Me faltan siquiera dos meses para graduarme y en todo caso no tengo planeado ningún viaje. ¿Y por que tendría que disculparme?

Yoochun cerró los ojos. ¡Maldito Yunho, tramposo! Le había mentido, inconscientemente se había dejado guiar como un completo estúpido a la casa de Changmin. Genial… Su instinto de supervivencia iba en bajada.

—Oye, ¿No piensas hablar?
Yoochun arrugó el entrecejo y llevó una mano a su sien. –Cállate odioso, creo que me empezó a doler la cabeza.

—¿Y por que diablos te vienes a morir a mi casa? ¡Lárgate de aquí!
—¿Tienes que ser tan insoportable todo el tiempo o ya es tu personalidad?
—Lo mismo digo, estúpido. Que fue… No veo que te estés yendo.

—Primero discúlpate.— Yoochun se levantó, Changmin se cruzó de brazos.
—¿Disculparme?— Shim incluso sonrió. —¿Por qué habría de hacerlo?
—Por haber golpeado mi auto.

Yoochun prefería ignorar el hecho de que él lo haría después. Se disculparía, siempre y cuando Changmin lo hiciera primero. –He llegado a la conclusión de que te golpearon varias veces de chiquito.

El que Park rodara los ojos no era bueno, pero cuando Changmin comenzó a jalarlo del brazo dispuesto a que abandonara su casa. Park de inmediato intentó mantenerse en su lugar. —¡Que te vayas!
—No me da la gana. ¡Primero discúlpate!

Pero Changmin olvido un pequeño detalle. Estaba descalzo y recién salido de la piscina, por tanto. No demoró en resbalar. —¡Imbécil si no te largas llamo a seguridad!
—¡Inténtalo mocoso! ¿Acaso no puedes resolver tus problemas solo?

…Y por supuesto, caer con Yoochun sobre él.

El aturdimiento oportuno, le dio la ventaja a Yoochun de abrir los ojos primero y notar como Changmin parecía algo adolorido ante el golpe, el contacto de su piel ligeramente caliente le hizo recordar y darle la razón a Changmin, debía algún día probar esa piscina termal.

—…Eres… Un imbécil Park Yoochun…

El sonido de la voz adolorida en Shim, le arrancó una sonrisa al mayor. –No ha sido culpa mía. Fuiste tu quien me jalaba, y tu quien resbaló. Seguramente tenías todo esto planeado con anterioridad. ¿Acaso buscas otro encuentro como el de mi departamento?

Changmin abrió los ojos molesto y se removió un poco bajo el cuerpo de Park. –Deja de decir tantas estúpidas juntas. Por que cada día me sorprendes más. Lo de esa vez fue un error. Yo estoy por encima de ti, así que no te hagas ilusiones.

Yoochun sonrió de lado. —¿Por encima de mi? ¿En serio?— Changmin se mostró tranquilo, como si nada estuviera pasando en realidad. Yoochun sin embargo se agachó un poco más, con el objetivo de acercar todavía un poco más sus rostros. –Pues resulta que ahora… Yo estoy sobre ti. Y eso es mucho mejor.

El aliento cálido de Yoochun bloqueó los sentidos de Changmin, por que pudo haber respondido con un insulto, por que lo pudo haber empujado muy lejos de él. Y sin embargo esa maravillosa cercanía de sus labios casi rozándose, fue lo único en lo que pudo pensar.







Jaejoong apartó las manos de su rostro.

Miró hacia la puerta todavía abierta, no había pasado mucho tiempo desde que Yunho hubiera salido por ella. Suspiró hondamente y decidió buscarlo, por que no iba a dejar que esa estúpida conversación dañara la poca cercanía que habían llegado a tener.

Bajó las escaleras con cuidado, mirando a todos lados y apenas lo vio abriendo la puerta principal, con llaves en las manos, Jaejoong apresuró su bajada. Y aunque demoró un poco debido a uno de los niños que le preguntó algo.

Jaejoong solo le sonrió diciéndole que tenía algo importante que hablar con Yunho y que luego le respondería. Abrió la puerta y por suerte Yunho todavía no subía al auto. —¡Yunho!— El muchacho levantó la mirada, con la puerta de su auto ya abierta.

Respiró confundido, por que no estaba seguro de que palabras utilizar en ese momento. Por que podía pedir disculpas, Yunho lo haría también. Pero al final, aquella horrible sensación no la olvidaría.



<< Hyung… ¿Te quieres casar con él? ¿Lo amas? >>


Pero antes de que Jaejoong pudiera siquiera dar un paso hacia adelante, un convertible amarillo se estacionó justo frente al auto de Yunho. Kim Junsu bajó de él. Con una radiante sonrisa que tomó a Yunho por sorpresa.

—Junsu…

Y fue inmediato el muchacho se lanzó a los brazos de Yunho y lo abrazó con fuerza. Yunho tampoco lo pensó demasiado, cerró los brazos alrededor de ese cuerpo, cerró los ojos y sonrió. Débilmente pero sonrió. Utilizó aquella sonrisa que hace unos minutos Jaejoong le había robado con sus preguntas.



<< Ambos somos muy ignorantes con respecto a él. Ni tu sabes más que yo, ni yo sé más que tu. Ninguno hasta ahora ha tenido ventaja alguna, por que cada uno ha logrado llamar su atención de manera diferente. >>


La sensación fue igual, el abrazo que no debió haber demorado demasiado. Para Jaejoong fue una eternidad. Junsu había regresado y los planes de Jaejoong volvían a quedar en el interludio. Por que una capa más había caído y Jaejoong ya empezaba a comprender, que tal vez había dado un paso sin retorno con respecto a sus sentimientos y con respecto a Yunho.



<< Y por que al final de todo, quizá si, tienes razón y de todos nosotros Hyun Joong es el único que puede sentirse ganador. Pero eso no quiere decir que Yunho pueda cambiar de opinión. >>

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