Epílogo
“Amor es un sentimiento no una palabra”
Sócrates
-YUNHOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO ¡¡¡¡¡¡MIRAAAAAAAAA!!!!!
Jaejoong corrió hacia el patio de juegos en dirección a los columpios, moviendo los brazos a ambos lados como un niño pequeño. El parque, normalmente lleno de estudiantes, se encontraba desierto ese sábado.
La antigua casa que funcionaba como escuela inicial desde hacía años, se levantaba majestuosa en medio de los frondosos árboles que habían crecido a ambos lados del camino. La posición de ambas estructuras era tan perfecta que brindaba un panorama calmo y sombra a quienes buscaban un lugar de relajación.
-¿Jaejoong puedes dejar de correr? Ayer ha llovido, te vas a caer… – advirtió Yunho viendo como el otro corría por el piso mojado delante de él
-¡¡Mira, mira, mira Yunho!! –Seguía gritando Jaejoong, oídos sordos a los consejos del otro – ¡¡Mis columpios!! ¡¡Los columpios donde yo jugaba de niño!! ¡Y la caja de are…woah!
Jaejoong sintió como su cuerpo perdía el equilibrio con una mala pisada; y poco a poco veía el piso más cerca. En ese instante hubiera caído al suelo de no ser porque Yunho corrió, lo cogió del brazo y apoyando el peso de su cuerpo en el mismo, evitó que Jae se rompiera la cabeza golpeando la acera.
Jaejoong se aferró fuertemente a la chaqueta de Yunho y se puso de pie de inmediato, casi seguro de que escucharía las quejas del otro a continuación.
-¡¡Pero si te digo que no corras, Jae!! Casi te rompes la cabeza – gritó Yunho, más angustiado que molesto
-jajaja me emocioné, lo siento – respondió Jaejoong entretenido, dando un pequeño beso en la mejilla a Yunho y alejándose; esta vez haciendo caso a la indicación y caminando.
Los dos hombres se encontraban fuertemente abrigados. Jaejoong había terminado una sesión de fotos, de donde Yunho lo fue a recoger para ir a visitar a mamá Kim y pasar una tarde en familia. Vestía una chaqueta marrón estilo europeo sobre una chompa azul, que contrastaba de manera hermosa con su cabellera recientemente rubia. Llevaba unos jeans sencillos y completaba su ajuar con unos botines cortos color camello.
Yunho por otro lado, vestía de manera más sencilla. Un casacón rojo con peluche en el cuello, que había extraído hacía unos meses de departamento de Jaejoong, jeans azules y zapatillas de ensayo.
Ambos se habían sacado los guantes y los habían dejado en el Mercedes Benz de Yunho antes de salir a dar una vuelta por la escuela a la que los había traído Jaejoong.
Yunho aún no entendía muy bien que hacían ahí, siendo que sus planes fueron siempre distintos desde un inicio.
Jaejoong había insistido desde hacía dos semanas que fueran a almorzar con su familia para tener un recuerdo de todos juntos en la mesa, antes de entrar en el servicio militar.
Después de haber logrado, mediante mil malabares, el permiso que necesitaba de SM; Yunho había desaparecido para todos los fans. Hacía semanas que todo el mundo se preguntaba donde andaba, especialmente después de confirmar que no estaba en Japón como todos pensaban. Un día había aparecido en el aeropuerto de Incheon y dos días después no se sabía nada de él.
Sin embargo, una vez que acordaron que Yunho debía recoger a Jaejoong de su sesión de fotos, el último había cambiado de parecer a último minuto.
(Flashback)
-¡Cambio de planes! – anunció Jae una vez estuvo sentado al lado de Yunho.
-¿Ah?
-Ya llamé a mi mamá, le dije que llegaríamos en la noche.
-¿De qué estás hablando, Jae?! Sabes muy bien que no puedo alejarme. Si SM se entera que estoy andando por ahí me van a cortar las bolas, bastante tengo con…
-Yunho-yaaaaah por favor, no hoy… no tengo ganas de pelear hoy
-No estoy peleando Jae pero tiene que dejar de…
Jaejoong no respondió nada mirando hacia fuera de la ventana. De pronto, siguiendo la dirección de su acompañante, Yunho vio pasar a un grupo de chicas que pareció reconocer su carro. Mas colegialas se iban acercando peligrosamente, ahora convencidas de que habían visto a su idol moverse dentro de la camioneta. Al ser uno de los pocos modelos de auto Mercedes que se comercializan en Corea, era bastante notable. Jaejoong de inmediato se echó al suelo del carro, tratando de ocultar lo más que podía su presencia.
“Yo solo quiero estar contigo, ¿por qué es tan difícil?”
“No es difícil, solo más especial”
“Quiero dejar de esconderme, ¿por qué amarte no es suficiente?”
Yunho sintió como se le encogía el pecho. Su corazón latía dolorosamente recordando las palabras que alguna vez le había dicho Jaejoong en una pelea, y cómo; después de tantos años, nada había cambiado. Jaejoong aun estaba ahí en el suelo, tratando de que no se viera nada de él porque sabía los problemas que eso le traerían a Yunho.
Yunho tomó una decisión entonces. Pisó el acelerador empezando a manejar. Con la fuerza de arranque, Jaejoong cayó hacia atrás golpeando su cabeza con el borde del asiento de copiloto.
-Yunnieeee… ¡mi cabeza!
Yunho tomó la mano de Jaejoong y lo jaló hacia arriba para que tomara asiento a su lado.
-Lo siento, Jae
-¿A dónde estamos yendo?
-Dijiste que querías ir a otro lado, ¿no?
-¡Sí!
-¿A dónde quieres ir?
Yunho cogió una mano de Jaejoong y entrelazando sus dedos, la llevo a sus labios. Luego, sin soltarlo, dejó caer sus manos cogidas entre ellos. Jaejoong sonrió, complacido con él mismo, mientras sus dedos jugaban con los de Yunho, tratando de sentir su calor a través de la piel.
-¿Qué te hizo cambiar de parecer?
-No he dicho todavía que sí -advirtió Yunho – ¿qué tan lejos es y por qué quieres ir?
-Estamos a dos horas con tu carro… y bueno, es importante para mí. ¿No basta con eso?
-¿Importante?
-Es sólo algo que quiero hacer, Yunnie. Necesito ir a este lugar antes de entrar al servicio militar. Voy todos los años, pero ahora me voy a alejar por tanto tiempo que necesito verlo para recargar energías…
-Cualquier pensaría que te vas lejos…
-Cualquiera que fuera mi fan verdadero estaría sufriendo en este momento. No ver este bello rostro por dos años en la televisión sin duda hará que decaiga la calidad en los medios…
-…..
-Hablo en serio, ¿sabes cuántos rookies me tienen como su ídolo?
Jaejoong buscó la ruta hacia el lugar que quería visitar con la mano que tenia libre. Una vez que aparecieron las calles, mostrando el camino que debían seguir, inclinó el celular y lo colocó a modo de GPS frente a Yunho, empezando la travesía.
Yunho dobló en una esquina y continuó con la conversación.
-Jaejoong dos años se van a pasar volando, ya verás que pronto estaremos juntos de nuevo. Además yo estoy entrando a finales de este año o inicios del próximo.
-¿Preguntaste cual sería tu escuadrón?
-Pedí el mismo que el tuyo, pero hay que ver si me aceptan… todavía no he pasado el examen físico
Jaejoong llevó su vista a la barriga de Yunho, que sobresalía ligeramente por el cinturón de seguridad que lo apretaba.
-Sabes que eso es muy descortés, Kim Jaejoong
-¿Qué?
-Estar mirándome así. Ya te dije que la culpa de esta barriga es tuya. Tú y tu manía de tomar cerveza todas las noches están haciendo que no pueda perder este estómago, a pesar de tener la rutina de siempre en el gimnasio
-De hecho, tu pequeña barriga no me molesta – respondió Jaejoong sonriendo maliciosamente – creo que después de haber declarado públicamente que me gusta que mi ‘novia’ tenga algo de grasa abdominal, fui bastante obvio
-Sólo lo dijiste para hacerme sentir mejor – respondió Yunho con un puchero
-No sé a qué te refieres – respondió Jaejoong con voz inocente
-¿Crees que no te vi cuando avanzabas y retrocedías la presentación de Changmin una y otra vez en la parte donde se quita el polo y se ven sus abdominales?
-¡Y QUE ABDOMINALES! – gritó Jaejoong entusiasmado
-….
-Yo creo que las fans tienen razón, de tal palo tal astilla…de tal madre, tal hijo
-Tú no eres su mamá, Jaejoong
-Para nuestras fans lo soy
-Si Changmin oyera esto vomitaría
-Ese niño tiene las agallas de ofenderse por cosas como éstas, y cuando viene a mi casa es ‘Omma, tengo hambre’…’Omma, Japchaepor favor’… ‘Omma, omma, omma‘
-Lo consientes demasiado – rio Yunho
-No puedo evitarlo, mi madre colocó este gen maternal en mí
-¿Entonces él será tu sustituto cuando no estés?
-¿Qué quieres decir?
-Ya que te vas y los rookies no tendrán a quien admirar por su belleza, Changmin podría ser tu reemplazo perfecto
Jaejoong se quedó pensativo mientras Yunho entraba con una vuelta en U, a la carretera principal. El GPS indicaba que a partir de este punto debía seguir todo de frente.
-Hay muchas cosas que es Changmin, Yunho. Sexy, inteligente, alto, fornido, calculador, metódico, cretino… pero hermoso no es.
-¿Y tú eres hermoso?
-Sólo digamos que todavía sigo ganando en los concursos de popularidad masculina por mi sex appeal, y he sido el chico Ulzzang más veces que ningún idol en este país.
-Mejor no continuamos con esto, ¿ya tienes a alguien en mente? – Yunho se divertía cada vez más con la conversación
-Sí, de hecho ya la tengo
-¿Quién?
-Para que veas que soy benevolente y que yo siempre perdono, he escogido como mi sucesor a alguien de tu empresa
-¿Donghae?
-¿Por qué elegiría a ese resbaloso amigo tuyo?
-Una sugerencia…
-Pues no… alguien mejor y más joven
-¿De SM? Por favor Jae, casi el 80% de SM es más joven que tú
-Me estas provocando, Jung
-Lo siento – respondió Yunho rápidamente, consciente de que Jaejoong solo soportaba un poco de bullying – ¿quién es?
-Mi segundo hijo. Kim Myungsoo
-¿Ah?
-De Infinite
-¿Es ese grupo que SM absorbió comprando su pequeña compañía el año pasado?
-Así es
-¿Por qué él? Espero que sea bueno porque a Changmin no le va gustar esto…
-¡Es perfecto! No sé si lo has visto de cerca pero millones han apuntado que si yo hubiera tenido hijos, el definitivamente sería uno.
-No lo recuerdo, creo que nos los presentaron… Pero hace años
-No solo es guapo, es mi fan número uno. Incluso desde antes que fuera cantante. Aunque tengo que admitir que le falta trabajar mucho su voz. Por lo menos la pose la tiene. Ya hablé con él y estuvo más que honrado de tomar mi lugar.
-¿Ya hablaste con él?
-Por supuesto, Yunho. ¿De verdad crees que con lo organizado que soy no me he encargado de todo? (manía que aprendí de ti por cierto) Al lugar a donde vamos a ir hoy día, por ejemplo, es uno de mis secretos mejores guardados. Por eso quiero que seas parte de él.
Yunho volvió a sonreir mientras aumentaba ligeramente la velocidad para poder llegar antes al destino, curiosos ahora por saber a dónde iban.
-Bueno, ahora dime ¿por qué cambiaste de parecer? – preguntó de pronto Jaejoong
-Porque te voy a consentir Jae, para eso estoy aquí.
-¿No siempre haces eso?
-Te lo mereces, porque después de tantos años… aún no he podido darte lo que más deseabas – suspiró Yunho con melancolía
-…
“¿Es que mi amor es malo? ¿Por qué no puedo amarte? ¡Quiero gritar que te amo a todas esas malditas zorras que te rodean para que sepan quién es tu dueño! Pero no puedo. Cállate, Jaejoong. Cállate. Cállate. ¡CALLATE! Desde que entré a este lugar no he hecho más que ocultar lo que siento. ¿Cuándo Yunho? ¿Cuándo podré decir lo que siento?”
-Estos días libres que pedí, son todos tuyos…
-Awww Yunnie… – dijo Jaejoong conmovido por el gesto
-Vamos a donde quieras… estoy aquí para servirte…
Jaejoong se ruborizó y apretó con fuerza la mano que unía a ambos.
(Fin de flashback)
-Yunnie, empújame… – llamó Jaejoong esperando sentado en el columpio
-¿Estás seguro? Ya hicimos esto antes Jae…ya sabes cómo me emociono con estas cosas… – respondió Yunho recordando aquel programa de televisión donde se emocionó tanto que casi bota a Jae del columpio.
En el programa aparentó como una simple broma, pero Jaejoong estuvo enojado con él por semanas.
-mmmm tienes razón, mejor olvídalo – respondió Jaejoong recordando también – serías capaz de matarme…
-¿Dónde estamos? –Preguntó de pronto Yunho acercándose al otro, hasta estar exactamente al frente y bajando la mirada- ¿Por qué querías venir a esta escuela inicial?
Jaejoong se balanceaba suavemente en el columpio sacando su celular para hacer una toma panorámica con Vine y enviársela a Yoochun y Junsu. Felizmente el columpio había sido reforzado hacia poco, pudiendo soportar el peso del cantante.
-Esta fue mi escuela inicial, Yunho.
-Ohhhh, ¿todavía existe? – bromeó el otro riendo – pensé que las antigüedades de las zonas rurales estaban siendo destruidas
-Ja ja, que gracioso…
-¿Por qué querías venir aquí?
-Tengo mis motivos
-Que son…
-No lo entenderías
-Si me lo explicas…
-¿Debería?
-Deberías
-Es algo muy personal, no lo entenderías
-¿Sabes que estoy seriamente ofendido, Jae?
-¿Ofendido?
-Hace años 12 años que nos conocemos, salimos por 7 años, nos separamos por 3, volvimos a estar en contacto por uno y hace un año que hemos vuelto… y en todo ese tiempo… ¿ni una palabra de este lugar? ¿Por qué lo has guardado hasta ahora como secreto?
-mmm
-¿Qué significa eso? ¿Ese mmm?
-Yunho, ¿nunca has tenido algo que sea solamente tuyo?
-¿Qué quieres decir?
-Ya sabes. Algo que sea solo para ti. No tiene nada que ver con egoísmo en una relación, creo que todas las personas tienen derecho a tener un pequeño espacio para ellas solas.
-Para ser honesto, no. Tú sabes todo de mí, pensaba que lo sabía todo de ti pero ya veo que no – respondió rápidamente Yunho visiblemente molesto
-Yunnie…
Yunho levanto una ceja, su naturaleza posesiva en alerta. La vena de estrés que solía palpitarle en la sien izquierda se hacía cada vez más notoria. Una característica que solo Jaejoong era capaz de provocar en él. Ni el tour más estresante provocaba en él, tal nivel de stress.
-Está bien, si este es tu espacio dejémoslo así. ¿Para qué me trajiste entonces? ¿Para qué me mostraste este lugar? ¿Por qué no lo mantuviste en secreto?
-¡Jung Yunho!
-Sí, Kim Jaejoong – respondió Yunho caminando en dirección contraria, dirigiéndose hacia el parque de estacionamiento
-¡Jung Yunho más te vale que des media vuelta en este instante!
-No
-¡Alguien está a punto de pasar lo que queda de esta semana completamente solo!
-¡Jódete! ¡Tú también la pasarás solo, seguro sufrirás tanto como yo! – contrarrestó Yunho la amenaza; sin embargo, redujo la velocidad de sus pasos
-¡Ahhh, y yo que pensaba probar ese juguete nuevo que me regalaste para mi cumpleaños y que no hemos tenido tiempo de usaaaar ~ ~!
Yunho dio media vuelta y regresó a toda prisa al frente de Jaejoong. Se sentó en el columpio de al lado y no dijo nada, manteniendo la vista al frente.
“Nunca falla…”
“Yo y mi maldita debilidad sexual”
-Yunnie, sí entiendes lo que te quiero decir, ¿verdad?… – empezó Jaejoong cogiendo la mano, ahora fría de Yunho – con lo de tener un espacio personal
-Sí
-¿Por qué haces una pataleta entonces?
-No me gusta no saber cosas de ti
-Lo sé, baby
-Ya nos pasó una vez, Jae – continuó Yunho – mi incapacidad para ver como estabas sufriendo, para entender los miedos que tenías y los míos, tu inseguridad… hicieron que termináramos. Admito que tengo miedo que vuelva a pasar
-Yunnie, esas inseguridades como las llamas… ¿no las habíamos superado ya? Creo que ya hablamos mucho de eso. Tú estás aquí, yo estoy aquí. Estamos juntos, y no hay más dudas. Seamos felices con eso.
-Estaba feliz con eso hasta hace 5 minutos cuando me dijiste que hay lugares como estos de los que nunca me habías contado
-Hay un motivo por el que quería venir contigo aquí hoy, Yunnie
-¿Qué motivo?
-No creo que te guste. Sé que no te gusta ver este lado mío.
-¿Eh?
-Tiene que ver con mis memorias…
-Este es un parque de niños, que tienen que hacer tus memorias…
Yunho se detuvo, su mente volando al peor de los escenarios. En breves segundos pidió al cielo estar equivocándose y que solo fueran asunciones de una mente corrompida por un mundo cada vez más cruel.
-¡Espera un momento! ¿Se trata de algo malo? ¿Algún alumno mayor te hizo algo? ¡¿Un profesor?!
-¿Que carajos?
-No veo ningún motivo para…
-Yunho, ¿puedes dejar de pensar cosas raras? Todos los alumnos de esta escuela éramos niños. Máximo tenían 5 años. Y las profesoras eran mujeres.
-¿¡UNA PROFESORA?! – Yunho se movió alarmado en el columpio
Se acercó esta vez y se arrodilló frente a Jaejoong, con el rostro visiblemente preocupado. Cogió las manos del otro y lo miró fijamente por miedo a que desviara la mirada para mentirle.
-De verdad que a veces eres ridículo – dijo Jaejoong suspirando ante los miedos del otro – Nada malo como eso pasó, Yunho. Al menos no aquí, eso ya lo sabes.
Yunho conocía la historia de la adolescencia de Jaejoong bastante bien. Sabía cómo, tanto hombres como mujeres, habían siempre intentado tomar ventaja de él. Al comienzo, el joven inexperto y antisocial, había hecho muchas cosas para complacerlos. Incluso dejar que lo toquen de manera indebida, pero todo se acabó luego de que su primera novia le explicara que lo que habían hecho con él hasta ese entonces, estaba mal. Irónicamente, ella misma terminó con él cuando se dio cuenta que estaba tratando con alguien ‘herido’.
La escuela nunca había sido un lugar seguro para Jaejoong, y por eso, tal vez Yunho temía que algo incluso más cruel pudiera haberle pasado de niño. Ese espacio donde las memorias difícilmente se curan. La historia del maestro de historia que lo invitó a recibir clases privadas en su casa, aún retumbaba en sus oídos y lo hacía chistar los dientes cada vez que lo recordaba.
Jaejoong le había contado todo eso, y algunas cosas más en una de sus muchas noches de trago. Y Yunho había escuchado cada confesión con el corazón destruido. Su promesa de protegerlo hasta el final de sus días se intensificó con cada segundo que pasaban juntos. Esa era una de las principales razones por la que siempre lo sobreprotegía. Algo que nadie más entendía y terminaban llamando ‘espíritu posesivo’.
-No es lo que imaginas, Yunho… – Jaejoong suavizó su voz al ver la expresión de angustia en el hombre que estaba arrodillado frente a el
-¿Que pasó, amor?
Jaejoong tomó un fuerte respiro y señaló el columpio a su lado, indicando a Yunho que tomara asiento. Este sin embargo se quedo arrodillado ante él, negando suavemente con la cabeza.
-Yunho, ¿tú recuerdas que te conté como fue mi adopción?
-Vagamente…
-Bueno, cuando me adoptaron yo era muy pequeño
-¿4 años?
-3 y medio. Tal vez un poco más. Casi cuatro, en realidad. Tienes razón.
-Tan chiquito…
-Era tan pequeño que solo recordaba de manera vaga a mi madre real. Tan pequeño que su memoria era sólo el fantasma de un sueño que me perseguía todas las noches…me perseguía y me perseguía… y yo huía, sin saber por qué. Despertaba sudando y llamándola.
Yunho cogió la mano de Jaejoong besándola e instándolo a que continuara.
-Mi madre de antes nunca fue mala conmigo, pero debo admitir que poco o nada recordaba de ella. Salvo que era real. ‘Ella existe’, me decía a mi mismo una y otra vez… pero su recuerdo dolía. Y para que no doliera, decidí olvidarla.
Yunho no decía nada y solo observaba como Jaejoong, con mirada vaga, tenía la vista fija en el suelo.
-Incluso a esa edad estaba seguro de que el lugar donde despertaba por las mañanas no era el correcto. Para mí, esa cama era desconocida. Las personas eran extrañas y ruidosas. Pero me acostumbré poco a poco.
-Es normal. Ellos siempre te amaron.
-Sí… pero imagínate vivir en un lugar que sientes extraño. Como te digo, al comienzo me preguntaba, ¿cuándo iba a venir mi mamá callada y buena a recogerme? O mejor dicho, ¿cuándo iba a volver esa mujer que aparecía en mis sueños y que yo llamaba mamá?
-….
-A medida que fui creciendo ese sentimiento de ser dejado a un lado por otros siempre me ha atemorizado. Que las personas me dejen, siempre me da miedo.
-Jae, yo…
Jaejoong levantó una mano pidiéndole que se detuviera.
-Sólo, déjame terminar esto antes de que hagas promesas de amor que con el tiempo, pueden romperse. Nos pasó una vez Yunho, y finalmente no trajo nada más que una triste separación… pero un reencuentro más feliz.
-…
-Cuando entre aquí, mi madre adoptiva ya se había ganado mi corazón. La adoraba tanto Yunho. Ella será siempre la mujer de mi vida. Creo que por eso me prohibí a mi mismo amar a ninguna otra mujer. Nadie podría igualarla. Pero, ¿sabes qué? Mi mamá me dejaba todas las mañanas en este sitio. ¡Y no sólo eso! ¡Mi mamá se confabulaba con mis hermanas para dejarme aquí!
-Jae, es una escuela sólo…
-¡Pero yo no lo sabía! Yo tenía miedo, Yunho. Sentía que mis hermanas se confabulaban para hacerlo, y que eventualmente se aburrirían de mí y me dejarían. Después de todo, la gente parecía aburrirse de mí…. Siempre tuve miedo. Siempre sentí que mi madre querría deshacerse de mí y que algún día despertaría y ellas tampoco estarían a mi lado. No quería que se fuera, Yunho, no ella también
Las lágrimas comenzaban a formarse en los ojos de Jaejoong, y Yunho estiró una mano para limpiarlas antes de que cayeran.
-Se que siempre has pensado que soy inseguro, pero yo pienso que todas los hijos adoptados desarrollan esta tendencia. Mi mamá era mi mundo, así como yo el suyo. Mi papá y mis hermanas, también. Ellos sólo querían ser buenos conmigo, y yo en cambio hacía pataletas y lloraba todo el tiempo. Todas las mañanas ellas me dejaban aquí solito, y yo quería que me llevaran a donde ellas iban. Tenía miedo. Estaba petrificado de que alguna vez no vinieran a recogerme… entonces comencé a hacer lo opuesto. Pensaba que si era malo con ellas, no sentiría nada cuando se fueran…
-Eso es ridículo Jae, tu corazón no puede…
-Yunho, entiende. Yo era un niño… mi mente funcionaba con una sola cosa a la vez. Yo ya había decidido en esa pequeña cabecita que me iban a dejar. ¿Para qué entonces aferrarme más a ellos?
Yunho se puso en pie y estiró la mano para que Jaejoong la cogiera. Sabía que estar en una sola posición ponía nervioso a Jaejoong, logrando que llegara a un estado de calma que lo hacía estallar en emociones. Y eso no era bueno.
Tomó su mano y entrelazando sus dedos caminaron lentamente en dirección a la caja de arena. Se sentaron al borde y Jaejoong introdujo las manos en la arena, viendo como esta corría entre sus dedos suavemente.
-Entonces esta escuela no puede traer muy buenos recuerdos, ¿eh? – preguntó Yunho
-Au contraire
-¿Eh?
-Un día, conocí a un amigo que con solo unos minutos a su lado, me hizo entender la diferencia entre ‘adiós’ y ‘nos vemos’
-¿Por eso no dices ‘adiós’?
-Jamás he dicho ‘adiós’, porque yo creo que las personas cruzan nuestros caminos por un motivo. Lo que el destino pone en tu camino no es ningún error, por lo tanto volverás a ver esa persona. Así pasen millones de años.
-¿Y por eso querías venir aquí? ¿Para recordar a ese amigo?
-Quería venir aquí para decirle ‘nos vemos’ a alguien especial.
-¿A quién?
-Esperemos que llegue
-¿Tu amigo? ¿Ese amigo de la infancia? ¿Te has estado viendo con ese amigo aquí? – pregunto Yunho ahora alarmado cogiendo un puñado de arena y apretándola fuertemente, sin dejar que escape.
-Y luego dicen que el celoso soy yo…
El teléfono de Yunho sonó en ese momento, impidiendo que respondiera como le hubiera gustado. A veces la inseguridad de Yunho sobre el otro era motivo de varias peleas con Jaejoong, pero él no podía evitarlo. Jaejoong había tenido varios amantes durante el tiempo que no estuvieron juntos, era lógico pensar que hubiera personas interesadas en él.
Yunho vio quien llamaba, y sus labios se contorsionaron en una enorme sonrisa.
-¿Aló, mi reina?
Jaejoong levantó la mirada y vocalizando en silencio se dirigió a Yunho ¿’Omma?’. Yunho asintió y siguió con la conversación al teléfono.
-Sí, está aquí conmigo…. no sé por qué… déjame preguntarle… – Yunho cubrió el auricular y dirigiendo la vista a Jaejoong preguntó – ¿dónde está tu celular?
-Lo dejé en tu carro cuando bajamos
-Tu mamá esta llamándote, Jae
-Habla con ella, baby
-Sí omma, dejó e celular en mi carro… estamos visitando un colegio de su niñez… sí, creo que es ese mismo,… no sé porque hasta ahora… creo que esperamos a alguien… sí omma, salimos de aquí en un momento…. mmm, calculo que estaremos llegando a las 8 a tu casa… ohhh ¡¿mis bebes?! ¿Cómo están?… ¡si! ¡si! ¡si! ¡si! ¡Quiero verlas!… dile a noonie que por favor no se las lleve hasta que lleguemos… Sí, trataré de llegar antes… vinimos por un camino largo con el GPS de Jae, creo que conozco una ruta de regreso más rápida… sí, claro… te estaré llamando cuando esté cerca… ok omma… si, esta abrigado… sí, omma, yo también… no hay problema… sí… ¿necesitas que lleve algo más?… de acuerdo…ok… ok… bye omma, te amo…
Yunho colgó y miró con severidad a Jaejoong.
-Sabes que tu mamá se preocupa demasiado por ti, Jaejoong. Su presión va subir si sigues desapareciendo así, ¿qué te cuentas tener el teléfono contigo?
-¿Para qué? Siempre puede llamar a su hijo favorito – Jaejoong sonrió maliciosamente
-Muy gracioso
-¡Es verdad! Ella te adora, Yunho… sabe que tu jamás dejarías de responderle y que me vas a encontrar donde quiera que esté
-A veces eres…
-¿Qué? – lo retó Jaejoong
-Olvídalo…
-Me amas, admítelo
-Para mi mala suerte, sí
-….
-Bueno, tu mamá quería saber si estábamos bien y a qué hora estaremos llegando a casa. Su Young noona ha llevado a Hyuna y Seohyun y están preguntando por ti… les dije que quiero verlas pero omma dice que Seohyun tiene escuela mañana y noona quiere llevársela temprano…
-Ohhh nooo… ¡quiero ver a mis bebes!
-Yo también quiero verlas… así que ¿podemos irnos?
Jaejoong miró por encima de Yunho y vio dos figuras acercarse.
-Llegaron…
Al fondo una mujer muy anciana y en silla de ruedas venía empujada por una muchacha joven, de unos 20 años aproximadamente. La mujer vestía un traje morado con un sobrero ladeado que cubría su piel perfecta y sin arrugas.
La joven que la empujaba sonrió reconociendo a Jaejoong de inmediato. Levantó una mano y saludó enérgicamente.
-¡¡OPPA!! ¡LLEGAMOS!
-¡¡BON-HWA!! – gritó Jaejoong con una amplia sonrisa
Jaejoong permaneció de pie esperando que ambas mujeres se acercaran y Yunho se quedo de piedra, preguntándose quienes eran.
-¿Cómo has estado? – pregunto Jaejoong cuando ambas mujeres estaban frente a él.
-Oppa, cada vez que te veo brillas más – sonrió la muchacha, haciendo una pequeña reverencia hacia ambos.
-Yunho, esta es Bon-Hwa. Tiene veinte años y es estudiante de la escuela preparatoria de la ciudad. La conozco exactamente hace dos años
Yunho hizo una pequeña reverencia y de inmediato estiró la mano para estrechar la de la muchacha. Ésta se ruborizó ligeramente, un gesto que normalmente hubiera ocasionado incomodidad en Jaejoong pero no en esa situación.
-Y esta belleza en vestido morado, es su mamá – dijo Jaejoong apuntando con un gesto a la mujer en la silla de ruedas.
Yunho repitió el gesto de la reverencia, esta vez con más ímpetu. Siempre había sido un respetuosos de las personas mayores.
-Jung Yunho, ajhuma. Es un placer…
Pero la mujer no respondió dejando a Yunho confundido.
Bon-Hwa repitió el gesto en lugar de su madre, inclinándose nuevamente y acomodando la silla de ruedas, se dirigió a Jaejoong.
-Mi mamá ha estado esperando este día, oppa. Sé que debe estar muy feliz…
Jaejoong se arrodilló para estar a la altura de la mujer en la silla de ruedas. La observó atentamente, con ternura, y a la vez compasión. El tiempo a veces juega unas pasadas muy injustas, y esta era una de esas. El tiempo no perdonaba, y le llegaba a buenos y malos por igual. El tiempo consumía las mejores intenciones, y si no eran hechas rápido nunca llevaban a ver frutos. Por eso, alumnos como Jaejoong debían estar ahí, para apoyar y hacer que esas personas se dieran cuenta el impacto importante que habían tenido en el mundo, aunque jamás fueran reconocidas.
Jaejoong estaba seguro; sin embargo, de que esa mujer había tenido tantos hijos como su vientre no lo permitió. Durante años había seguido su carrera y supo que era una de las mujeres más reconocidas de la zona por su reputación como educadora. Y él no podía evitar sentirse orgulloso de haber estado bajo sus alas alguna vez.
-Sra. Baek, ¿cómo está? Soy Jaejoong, he venido a visitarla antes de irme al servicio militar- empezó a hablar Jaejoong en voz baja y cogiendo una de las manos de la anciana
-Ohh es cierto. Pronto te estarás yendo, oppa – interrumpió la menor ajustando el aparato para el oído de la mujer.
-¿Cómo ha estado? La veo mejor de salud, Sra. Baek – continuó Jaejoong tratando de hablar un poco más alto
-El alzheimer la tiene muy débil, pero por lo demás su condición de salud es estable. No tiene nada de gravedad y se controla con sus pastillas. -respondió Bon-Hwa por su mamá.
-¿Recibieron el dinero que envié hace un mes?
-Sí, por supuesto oppa. Quiero agradecerte por eso. Hemos reforzado y vuelto a colocar los columpios como pediste y estamos construyendo un nuevo parque de juegos que llevara el nombre de mi madre
-¿Y ella? ¿También lo usan en ella?
-Todo el dinero extra que envías se usa en su tratamiento y en la fundación para enfermos de alzheimer que fundó mi madre. A fin de mes enviaré el reporte con los centros gastados, tal cual lo indicó tu contador…
-Gracias Bon-Hwa. Es más que nada un tema legal, espero que lo entiendas
-No hay problema oppa, te agradezco por la ayuda como siempre
Jaejoong se puso de pie y observó con cautela a la mujer que estaba en la silla de ruedas. Tenía una mirada vacía, pero sus pupilas brillaban, tal vez por reflejo del sol, tal vez porque reflejaban una vida oculta.
-La última vez que vine me reconoció – dijo Jaejoong haciendo un puchero y mirando a la anciana con ojos tristes – ahora ni siquiera me saluda
-La última vez que vino oppa, mi mamá volvía a ser la directora de la escuela inicial en su mente. Estaba muy feliz de verte porque te reconoció casi al instante… creo que eso indica que no has cambiado nada, oppa
-De hecho, ahora soy más alto
-Por supuesto
-Más guapo, también
-Definitivamente
-Más rubio
-Ni que decirlo…
-Más sexy
-¡Jum! – interrumpió Yunho tosiendo y mirando con desaprobación a Jaejoong; al mismo tiempo que la más joven se ruborizaba
Jaejoong rio viendo la incomodidad de la joven y entendiendo al interrupción de Yunho como celos. Distrajo su atención al hombre que lo había acompañado hasta ese lugar para presentarle a su ‘persona especial ese día’.
-¿Qué te parece Bon-Hwa? El genial Jung Yunho ha venido a acompañarme para saludar a tu mamá – dijo Jaejoong imitando a un paje y haciendo una reverencia – Quería presentarla porque en el tiempo que no estaré quiero que él cuide de ella y le envíe la ayuda que necesita. Por favor, Bon-Hwa, si necesitas algo no dudes en escribirle… él tiene la autorización de mi cuenta así que leerá mis mensaje
-Mucho gusto Bow-Hwa, espero que seamos amigos – se volvió a presentar Yunho
-Eres muy amable oppa, trataré de no incomodarlos
-No es incomodidad, Bon-Hwa… cuentas con nosotros
-Lo que deseen – aseguró Yunho
-Ahora permíteme que le presente correctamente la Sra. Baek a Yunho
Jaejoong cogió del brazo a Yunho y lo jaló para que se arrodillaran juntos, de tal forma que estuvieran frente a frente de la Sra. Baek.
-Yunho, ella es la Sra. Baek. Sra. Baek, él es Yunho.
Yunho colocó la mano de Yunho sobre la huesuda mano de la mujer. Yunho la cogió con cariño.
-Hola mama Baek. ¿Así que es otra mamá para Joongie? – saludó Yunho con una de sus mejores sonrisas
-Yunho, ella fue la directora de este colegio cuando yo era muy pequeño. Mi mamá me inscribió aquí esperando que aprendiera a socializar porque era un poco…
-¿Huraño?
-Prudente diría yo…
-Amargado también aplica…
-….
-jajaajaja no vayas a estallar, mamá Baek está mirándote.
Jaejoong se aclaró la garganta cuando observó la risa ligera en Bon-Hwa.
-Bueno. Aparte de este amigo especial que te conté, esta mujer me ayudó mucho en ese trance. Nunca se rindió y le prestó especial atención a mi comportamiento. Quiero creer que incluso ella trajo al Dr. Y a su hijo a este hospital con el fin de que pudieran examinarme. ¿Qué maestro tiene tanto interés por sus alumnos hoy en día? Puede que la Sra. Baek hubiera empezado tarde su carrera como educadora, pero siempre fue de las mejores de la zona… hasta la edad en que me fui de la ciudad, a los cinco años, la recuerdo con mucho cariño.
Yunho acariciaba la mano de la mujer y miraba fijamente a sus ojos, como si quisiera ver a través de ellos a su Joongie como un bebe. Paseando con sus pequeños pies regordetes alrededor de los columpios o la caja de arena.
-Mi mamá siempre me contó que existía un alumno muy peculiar que lloraba todos los días cuando sus hermanas lo dejaban…
-¿No es un comportamiento normal en los niños cuando van al nido por primera vez? – preguntó Yunho
-Lo es por una par de semanas, pero oppa ya tenía un mes aquí y seguía llorando…
Yunho levantó la vista hacia el culpable y Jaejoong le respondió con un signo de “V” y un puchero.
-¿A veces puedes hacer las cosas difíciles para los demás sabes?
-Ámame u ódiame. Creo que los dos sabemos en qué dirección apuntas tú…
Yunho se estiró hacia adelante, acarició el rostro de la anciana y se puso de pie. Bon-Hwa acomodó la manta que caía de las rodillas de su madre mientras Jaejoong se recostaba en un muro cercano, apoyando una pierna en la pared contemplando la escena de ambas mujeres.
-Hace tres años se le detectó Alzheimer a la Sra. Baek, y poco a poco su salud ha ido empeorando – explicó
-Oh, lo siento – dijo Yunho con el corazón encogido, dirigiéndose a Bon-Hwa más que a Jaejoong
-Su hija adoptiva aquí presente, me contactó cuando estuve tratando infructuosamente de ponerme en contacto con su mamá
-Eres muy joven… – sugirió Yunho sorprendido.
-Mamá me adoptó cuando estaba muy mayor, en parte con la esperanza de tener a alguien a su lado cuando llegara a la vejez…
-¿No tuvo hijos?
-Su esposo la abandonó cuando supo que no podía dar a luz, por eso empezó el negocio de colegios infantiles a la edad de 40 años…
Yunho caminó hasta el muro donde estaba Jaejoong y se sentó a su lado.
-Yo vengo una vez al año a verla desde hace 10 años, pero hace tres le escribí para coordinar mi visita y no me respondió. Le escribí varias veces más hasta que por fin, Bon-Hwa me contactó y me explicó la situación de su madre.
Yunho miro a la mujer que alguna vez debió haber sido majestuosa e imponente. Su cabellera blanca brillaba denotando sedosidad. Sus ojos color café parecían tristes pero a la vez vivaces. Sus manos arrugadas descansaban en su regazo y su piel blanca aún luchaban por tener la tenacidad de hace años, gracias a las cremas que su hija siempre le colocaba. El mismo Jaejoong enviaba alguno de sus mejores productos para que se los aplicaran.
Yunho imaginó que esa mujer era especial para Jaejoong. Nadie más que él entendía lo especial que podía ser una mujer como esa, tan parecida a su madre. Alguien que notaba al niño solitario, y que por una vez le prestaba atención y no lo hacía sentirse solo.
-Gracias por haber cuidado de Joongie cuando era pequeño, mama Baek. Ahora yo voy a cuidar de los dos – gritó Yunho hacia la mujer
-Yunho…- se alarmó Jaejoong al darse cuenta que no estaban solos y Bon-Hwa podía darse cuenta de su relación
-No hay problema, oppa. Imagino que Yunho oppa es…’alguien especial’
-Lo es – respondió Jaejoong ruborizándose – pero eso no le da derecho a…
-Soy su esposo – respondió Yunho abiertamente
Bon-Hwa abrió los ojos de par en par. Sonrió levemente emocionada y a la vez nerviosa. Sintió que en algún punto había oído mal.
-¿Esposo?
Jaejoong se ruborizó y asintió levemente.
-De hecho aún no estamos casados… estamos viajando mañana a primera hora a Hawaii
-¡Oh por Dios, oppa! Yo… yo.. no sé que decir.. yo…
Yunho cogió la mano de Jaejoong y una vez más entrelazó sus dedos, cogiendo el valor para decir lo que tenía en su pecho.
-Siempre imaginé que oppa tenía a alguien especial… sobre todo después de ver tus presentaciones y tus actitudes respecto a tener una novia… pero nunca la presentabas a mamá, así que sólo me quedaba esperar. De verdad, me alegro por ti, oppa. Me alegro que oppa tenga a alguien en su corazón. ¡Felicitaciones!
Bon-hwa se acercó a Yunho y Jaejoong y los abrazó visimblemente conmovida. Y ambos sintieron como si fuera el abrazo de millones de fans aceptando su relación. Yunho sonrió contento de poder encontrar personas como ella en su camino. Personas que lo apoyarían cual fuera su decisión.
-Bon-Hwa te quiero pedir discreción sobre esto, por favor. Jaejoong está por entrar al ejército. Te imaginarás lo que puede causar si alguien se entera – pidió Yunho
-¡Por supuesto que si oppa! Jamás diré ni una palabra. Soy una de las mayores fans de Jaejoong-ssi. Jamás haría algo que lo lastimara.
-Gracias Bon-Hwa – respondió Jaejoong leyendo la sinceridad en el corazón de la menor
-¿No tendrán problemas en el ejército con esto, oppa? Quiero decir, para el registro…
-Al momento de mi registro yo aún estaba soltero, así que no hay necesidad de actualizar mi estado. Solo podremos estar fuera un día, será un viaje veloz porque no podemos estar fuera del país, nos han dado un permiso especial…
-¿Y por qué ahora? Debería ser más especial…
-Es algo que estaba planeado hace años, Bon-Hwa… pero Jaejoong me necesita más ahora. Sé que podrá hacerlo solo, sé que es más fuerte de lo que se imagina y que podrá salir adelante ahí dentro.
-Pero él no… – interrumpió Jaejoong
-Soy muy vulnerable cuando se refiere a Jae. Si no lo veo lo suficiente pierdo fuerzas, además de que me preocupo en extremo por él. No quiero perderlo ni un minuto de mi vista. No de nuevo…
“Sólo me aterra no tener a alguien a mi lado”
“Jaejoong, sé que no quieres oírlo pero yo estoy para ti”
“¿Que va pasar si conoces a alguien mientras no estoy?”
“En serio crees que después de 4 años de estar separado de ti, y aún enamorado, ¿podría querer a alguien más?”
“Lo que más temo en este mundo es quedarme solo y que me olviden.”
“Jaejoong, ¿sabes que cada parte tuya está graba en mi mente?”
“….”
“Si fuera arquitecto, bastaría con que cerrara mis ojos y podría reconstruir tu cuerpo a la perfección. Hemos hecho el amor tantas veces, que conozco hasta el lunar que tienes a la altura del tobillo izquierdo. De hecho, espero que eso sea posible en algún futuro, reconstruir mi modelo Jaejoongie propio por si alguna otra vez decides dejarme, cualquier a sea el motivo”
“No te atrevas”
“Jaejoong, cuando algo está tan impregnado en tu mente es difícil olvidarlo. Es como manejar una bicicleta, simplemente el impulso está ahí. Amarte es igual. Es como un motor que se despierta en mí, y no termina. El mundo entero puede dejar de quererte, puede olvidarte e incluso repudiarte… pero tu arquitecto aquí presente estará dispuesto a reconstruirte las veces que sea necesarias, colocando cada pieza en el lugar correcto”
“Te amo”
“Y yo te amo… ni siquiera sé como empecé ni cuándo. Tal vez estábamos destinados a empezar una historia juntos sin darnos cuenta. Tal vez nuestros caminos estaban cruzados de una manera que no podemos explicar. Pero, ¿qué crees? Si esta es la historia que el destino escribió para ambos, estoy dispuesto a vivir uno y mil dejavú’s más. Con tal de verte un segundo, recorrería millones y millones de dimensiones”
Una brisa de aire hizo revolotear el cabello de Bon-Hwa, quien se había quedado de pie mientras Jaejoong y Yunho se alejaban tomados de la mano. La escena le había parecido tan encantadora; y a la vez desgarradora al pobre corazón de la joven.
-Bien hecho Jung Yunho – murmuró su mamá en voz baja, desde su silla de ruedas y sin apartar ella tampoco, la vista de los dos amantes que se alejaban
-¿Mamá?
-Ahora, Joongie no tendrá miedo a estar solo… nunca más… bien hecho Jung Yunho.FIN
Waaaaa que bonita, tan bella la señora
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