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Arualthings

Love letter - Cap. 3

Yoochun exhaló el humo en sus pulmones sintiendo la garganta ligeramente irritada, ya era el tercero al hilo pero parecía ser lo único que calmaba de momento sus nervios, su muñeca continuaba paralizada por el yeso y sabía que no debería estar forzándola tanto pero los nervios le quitaban el dolor, Junsu había llamado hacía media hora actualizando el estado de Jaejoong y lo cierto es que de a poco se sentía perder en la angustia, sin embargo, lo último que deseaba era desdecirse en su propio comentario hacia el estado de su amigo.


-Hyung... Aguanta por favor, un poco más.


            No sabía bien si el ánimo era efectivamente para Jaejoong, o él mismo necesita un poco de conforte y las palabras buscaban más bien calmar su propia ansiedad, lo cierto es que su pecho se apretujaba con angustia inusitada, casi tan singular como cuando por error había entrado a esa página con historias de ellos mismos y se había puesto a leerlas, podían llegar a ser tan... trágicas; Una sonrisa asomó entre sus labios mientras tiraba al suelo el cigarrillo ya terminado y se preguntaba en que podrían pensar sus fans al hacerles prostitutas, guerreros, incluso extraterrestres, sonrió, lo cierto es que a ratos le entretenían, su cerebro le entregaba imágenes inventadas e irrisorias que provenían de estas inundándole, generando conflictos, tramas, ideas a su alrededor, era casi una capacidad divina el que este fuese tan soñador, le traía miles de cosas al tiempo que pensar y con ello no pensaba en nada concretamente, ni siquiera en la posibilidad... la terrible posibilidad de no poder volver a bromear con uno de sus mejores amigos.


-¿No les harás esto cierto Hyung? Llorarían bastante sabes.


            Hablaba con el viento sintiendo la brisa golpear de a poco con su rostro, la ciudad de Seúl despertando lentamente, el sonido de los automóviles en el taco matutino y los bocinazos de conductores apurados por llegar a ningún lado y a todos al mismo tiempo.


-Que estamos haciendo con nuestras vidas... Que estamos haciendo...



            Su mano buscó automáticamente la cajetilla de cigarrillos comprobando que solo quedaba uno más en esta, con lentitud lo extrajo y contempló por un par de segundos decidiendo si era buena idea o no. Yoochun sabía que le hacía mal, de hecho lo tenía más claro que todo el resto del mundo, cuando el aire comenzaba a faltarle a mitad de un concierto y su inhalador no parecía estar en ningún lugar, o después de varios al hilo en que Junsu reía y sacaba en cara su típico “Olerás feo para tus fans, ya no te van a querer y te cambiarán por mi” o  cuando sus manos temblaban porque los nervios le comenzaban a carcomer, sin embargo lo necesitaba, le ayudaba a calmar su mente y mantenerle algo cuerdo, le alejaba del ajetreo cotidiano, el estrés que significaba ser seguido, la agenda que nunca parecía terminar y los periodistas, esos que no le dejaban a sol ni sombra cuando alguna polémica se cernía sobre él, era un momento aparte, un segundo en que podía contemplar su propia vida y decir ¿A dónde voy? Aunque, siendo sinceros, podía admitir que depositar tantas cosas ocultas en un vicio tan dañino era una de las peores decisiones que hubo tomado en su vida.

Sacó el último cigarrillo de su caja y la guardó algo doblada en su bolsillo mientras alcanzaba uno de los encendedores que sus fans le habían regalado para acabar de una vez con la duda, un pitido interrumpió su actividad y tuvo que dejarlo de lado, después de todo podían ser noticias, buenas noticias, o eso esperaba fuesen.


"Pase lo que pase, seré siempre tu bastón, siempre estaré allí, para ti... siempre."


No eran precisamente noticias.


-Estás loca mujer.


            Dejó escapar mientras una sonrisa sincera se apoderaba de sus facciones y la irrefrenable sensación de querer reír hasta que el estómago le doliese se hacía cada vez más presente. Nuevamente el celular vibró.


“Deja ese cigarrillo, si... sé que lo tienes en tu mano”


-Como usted quiera.

         
            Exclamó a nadie en particular y arrojó su último cigarrillo por el balcón sin detenerse a pensar en nada más, con el corazón latiendo fuerte y aquel movimiento en las tripas que no cambiaría por ninguna otra sensación del mundo.


“Si no te amase tanto, entonces ciertamente te dejaría, mandona”


            Tipio lo más rápido que una mano le pudiese permitir de vuelta y caminó hacia el baño para arreglarse un poco antes de volver al hospital con sus amigos, Junsu hacía horas que estaba allí y seguramente las fans no querrían que adelgazase más de lo que ya estaba ¿Cierto? Después de todo lo que vendía era su gran, enorme y gordo trasero.


            El celular vibró nuevamente, Yoochun comenzó a sentirse como una adolescente enamorada.

“Si no te amase tanto, te dejaría por oler a cenicero =p”



-Que haré contigo mujer... De verdad.



“¿Y cómo es que no lo haces eh? ¿Ni siquiera me dejarías por Changmin? No es justo que lo quieras más a él que a mi *Puchero*”



            Negó con su cabeza mientras cepillaba sus dientes, Changmin siempre había sido el favorito de su novia, desde que hubiesen debutado los cinco, mucho antes de siquiera estar con él ¿Quien lo mandaba a estar con una fan? En especial una que no era exclusiva suya... contempló su rostro algo ojeroso en el espejo, lo cierto es que aún y cuando había ido a dormir a su hogar, no era mucho lo que había logrado conciliar el sueño pero ya pensándolo frío, necesitaba dejar a Junsu descansar un poco, conociéndole seguramente en estos momentos estaba intentado con demasiadas fuerzas ser fuerte por todos ellos y eso a la larga no le haría bien, la respuesta le llego a mitad de tal faena.



"No hablemos de eso ahora... ¿Quieres algo?"


-Que si quiero al...


            Su móvil sonó nuevamente, esta vez con una tonadita y Yoochun alzó una ceja preguntándose que le había faltado escribir a la chica que ahora debía hablarle en directo y porque no lo había hecho desde un principio, sin embargo el nombre ‘Nalgón’ parpadeó en su pantalla y tuvo soltar rápidamente la pasta en su boca y enjuagar sus dientes, el estómago esta vez con nudos de distinta procedencia.


-Yoochun... Yoochun-ah... Jae.


            Junsu lloraba, lloraba con tanta fuerza que Yoochun sintió de un segundo al otro el mundo colapsando sobre si y la idea fugaz de no saber dónde mierda estaba su inhalador se cimentó en su cerebro.


-¿Qué... sucede Junsu?

-Jae hyung... Jae hyung.


            Caminó como poseso hacia la mesa junto a su puerta y tomó las llaves de su casa, dio un par de pasos antes de notar que no había calzado sus zapatos y tuvo que volver sobre sí mismo para tomar los primeros a la vista y correr hacia el taxi recién llegado, un par de periodistas se apostataban fuera de su hogar pero ignoró todas sus preguntas subiendo al vehículo con rapidez.

‘Jaejoong Hyung, no se te ocurra hacerme esto ¿Me escuchas? ¡¿Me escuchas?!’



***


Cuando abrió los ojos ya era nuevamente de mañana, o eso podía deducir del sol ingresando por su ventana suavemente, de hecho esperaba no fuese ya entrada la tarde, se había dormido sobre un libro tratando la noche anterior de conciliar el sueño y tenía marcado el borde de este sobre su mejilla enrojecida, su móvil yacía a un costado parpadeando, hecho que le tomó treinta segundos de completo enajenamiento en procesar la idea de que ‘Parpadeo es igual a Mensaje’, una vez lograda tal reflexión lo sostuvo con rapidez y manos algo temblorosas.


“¿Donde mierda estás Changmin?” Era Yunho “Ven inmediatamente al hospital”.


            Tratar de describir el color que adoptó el menor con ese mensaje sería demasiado complicado, Intentó levantarse, hacer algo, tomar sus cosas y correr todo al mismo tiempo, lo cual le envió fuera de la cama y directo al suelo tal cual un saco de papas, un saco de papas recién recolectado y mojado.

            La sensación de no saber que mierda hacer primero, de todas las cosas que debía hacer le invadió, para Changmin un hombre que generalmente estaba en control de las situaciones esto le era horrendamente estresante, hizo tiempo record en el baño y corrió fuera de su hogar recordando por milagro llevar sus llaves y móvil con él, agradecía a Buda y Junsu el que este último le hubiese regalado ese estúpido ‘Colgador de llaves’ que tenía justo junto a la puerta hacía años ya, “Genial, ahora los ladrones tienen como entrar a todos los cuartos, bien pensado” le había dicho, pero lo cierto es que era de gran utilidad cuando se presentaban este tipo de situaciones.

No le importaron muchos los periodistas en la entrada o que estos le siguieran por las calles de Seúl mientras conducía como poseso, por suerte el rostro reprochador de Yunho en su mente diciendo que no excediese el límite de velocidad le mantuvo a raya y fuera de una eventual multa por exceso de velocidad, lo que menos necesitaba en estos momentos, especialmente con tanto periodista rastreándole. No tenía cabeza para nada, su mente viajaba entre recuerdos confusos y despejarlos era algo complicado, dejó escapar el aire en sus pulmones mientras esperaba a que diese el verde, en ese momento, y solo en ese momento, recordó que traía consigo el móvil, se hubiese golpeado pero no era la más brillante de las ideas, le conectó raudo al manos libres en su vehículo y situó el auricular inalámbrico en su oído.


-Yunho.


Dijo con la mayor claridad que pudo reunir y de pronto el característico sonido de conexión le inundó, Changmin mentiría si dijese que en aquel momento sus piernas no temblaban como gelatina recién sacada de la nevera, sostuvo con fuerza el volante mientras aceleraba nuevamente al darle el verde.


-¿Diga?

-Hyung.

-Changmin- La voz de Yunho sonaba estresada, que le partiese un rayo si no era así. -¿Dónde mierda estás?

-Voy en camino ¿Qué...?- Su voz titubeó un par de segundos. -¿Que sucedió?

-Jaejoong.


            El tono en que dijo aquel nombre fue casi como una sentencia, las mejillas de Changmin perdieron color rápidamente, sus manos comenzaron a sudar y tuvo que recordarse que debía mantener estable el manubrio, respiró con fuerza tratando de que su voz pudiese salir.




-¿Qué pasó con Jaejoong?

-Tuvo un paro, Changmin...

-¿Cómo que un paro? ¡¿A qué mierda te estás refiriendo?!  Jaejoong no puede estar muert...

-No Changmin, no digas eso, ni siquiera lo pienses- Yunho sonaba emocionalmente exhausto. –Ven lo más rápido que puedas, le tuvieron que poner oxígeno, dicen... que si no se regularizan sus signos antes de esta noche quizás no haya mucho que hacer.


Fue como un balde de agua fría corriendo por su espalda, el corazón se agitó y de pronto las calles se volvieron algo más austeras de lo que fuesen hacía un par de minutos, tenía que llegar rápido, no, debía llegar lo 'más rápido' que pudiese.



-¿Changmin? ¿Changmin estás ahí?

-Voy Hyung, te veo allá.

-Está bien, hazlo de prisa- Yunho respondió tratando de sonar un poco más conciliador. –Y Changmin... Por favor, ven con cuidado.


            Terminó la llamada de manera abrupta dejando al otro con las palabras en la boca y con la idea fija de estar en ese hospital en menos de 20 minutos, lo cual era prácticamente imposible con el tráfico que había en aquellos minutos.



-Por la mierda... Jaejoong ¿Cuándo dejarás de ser un dolor de cabeza para mí?




***



-Junsu ¿Estás bien?



            El aludido contempló su amigo absorto, sus ojos grandes y rojizos por aquel llanto que no había querido mostrar frente a nadie pero que ciertamente se hubo desatado dentro de la habitación. El monitor de Jaejoong había comenzado a dar alarma y él no pudo atinar a efectuar nada, de hecho por medio minuto entró en pánico y solo entonces se dio cuenta que debía llamar al cuerpo médico, que dicho sea de paso llegó de inmediato y puso manos a la obra mientras él tiritaba como un niño pequeño en una esquina, sin ser capaz de mantener a su amigo con él, sin poder hacer más que contemplar y rezar por lo mejor, inútil. Sus puños cerraron con fuerza al recordarlo, no le gustaba ser un inútil, especialmente cuando se trataba de ellos, de él, ahogo un quejido y tuvo que aclarar su garganta para lograr deshacerse de aquel nudo que le invadía.



-Yoochun-Ah... ¿Qué pasará ahora?


            No solo el aludido le contempló, Yunho también situó sus ojos discretamente en el menor percibiendo el tono de abandono en sus palabras y sintiendo su propio pecho algo apretado al reconocer tal entonación.



-¿A qué te refieres específicamente?


            Preguntó con cautela Yoochun mirando de reojo a su ex-líder, Yunho parecía atento a la situación, tanto que le costaba disimular y el café permanecía hacía más de 15 minutos igual de lleno que cuando le compró. El pelinegro se preguntó por unos segundos si su antiguo amigo lo hacía por no involucrarse debido a que quizás no sabía si era si era pertinente el incluirse en tal conversación.



-A nosotros, al grupo, a seguir juntos... A no seguir juntos, a Jaejoong Hyung.



            Yoochun abrió sus labios buscando dar una respuesta satisfactoria para el otro aunque ciertamente no tenía nada entre estos, sin embargo alguien se le adelantó.



-No te preocupes por eso ahora- Yunho caminaba hacia su amigo, el vaso de café intacto en una de las sillas, ya abandonado a su propia suerte. –Ya habrá tiempo de discutir eso, habrá tiempo de enmendar nuestros errores... Solo esperen un poco más ¿Está bien?


            El cuerpo de Junsu comenzó a temblar, el miedo de ver a Jaejoong escapando frente a sus ojos ejemplificado en un sollozo interno, un desgarro emocional tan grande que sabía solo aquellos que hubiesen perdido a alguien importante podrían entender. Jaejoong era su hermano, su amigo, un modelo a seguir y alguien que muchas veces con tan solo un abrazo había logrado calmarle y volver al mundo un lugar menos austero. Jaejoong era muchas cosas y Junsu no estaba seguro de si podría seguir adelante sin él, no de nuevo, no otra vez lo de Yunho y Changmin.


-Hyung.

-Ven acá- Los brazos de Yunho le buscaron y encerraron en un apretón estrecho, Junsu tembló entre ellos ocultando su rostro, o lo que alcanzaba a llegar, en el hombro de este. –Tranquilo Su, Jae estará bien, estará bien.


            El menor quiso decir algo, pero en ese momento el médico encargado de tratar a su amigo se acercó por el pasillo, su ropa desarreglada, la carpeta a medio sujetar y un rostro cansado.



-¿Familiares de Kim Jaejoong?



            Había sonado algo protocolar.


-Si- Respondió rápido Yoochun. –Díganos ¿Como está?

-Kim Jaejoong ha despertado.



            Un metro más allá, Changmin quien ingresaba corriendo al hospital, blanco como un papel, cayó de rodillas al suelo.



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