-Chicos como su decano de carrera, una vez cada 15 días tendremos una reunión, los 60 alumnos de esta licenciatura y yo-. Dice con una sonrisa el estúpido del decano. –La primera reunión es este jueves después de clase en el edificio principal, salón 27 planta baja-. Sonríe de manera que muestra su perfecta dentadura blanca. –Muy bien, nos vemos luego-. Lo último lo dice de una forma tan, pero tan insoportable que quiero moler a golpes su boba cara.
Los cuatro decanos abandonaron el aula, ahora escucho los murmullos de mis compañeros de clase.
-Viste a nuestro decano, es guapísimo-. Dijo entre suspiros una chica de cabello rubio
-Lo sé-. Respondió otra chica. –Además se ve que es un amor de persona-.
-Y escuchaste su timbre de voz, Oh Dios mío, es muy sexy-. Volvió a decir la rubia
¿Qué? Acaso soy la única persona con masa encefálica en el cerebro aquí, ó que demonios pasa. Ese tipo ¿Atractivo? Claro, por supuesto, si tiene un look de rockero desempleado, por favor. ¿Voz sexy? En serio ya no puedo con el nivel de idiotez de mis ahora compañeras de clase, si ese tipo tiene la voz de una rata siendo aplastada. Y lo más estúpido que han dicho, ¿Amor de persona? Me puedo reír verdad, bien Jaejoong me ha dicho que no me fie de la apariencia de los demás, porque quienes más buenos se ven en el exterior son los que más te lastiman. Definitivamente el nuevo decano me cae como una patada en el hígado, no lo soporto, estúpido idiota.
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3:45 pm. Changmin no llega y no llama, estoy empezándome a preocupar. Le mando un mensaje de texto: “Changmin-ah, ¿Dónde estás? Llevo un buen rato esperándote afuera de la universidad. Llámame, me estas preocupando”.
Ese niño tiene mi vida echa un reverendo caos, pero sin él una parte de mí no estaría completa.
Mi celular comienza a vibrar.
-Jaejoong, lo siento-. Sonó por el teléfono aquella que es mi melodía favorita en todo el universo
-Yah, tú crees que esperare por ti toda la vida o que-.
-No estoy de humor para tus chistes sin sentido, salgo en un momento-. Colgó, tan frio como siempre
Al parecer no le fue muy bien en su primer día de clases. El carácter de Changmin siempre me ha parecido un misterio indescifrable, algunas veces me gustaría saber qué es lo que pasa por su inestable cabeza. Me pregunto sí después de su intento de suicidio, si no hubiera hecho lo que hice, que sería de él. Sé que lo que hice no fue la decisión más acertada, pero yo era muy joven y tenía tanto miedo, tanto miedo de perderlo a él, porque independientemente de todo el dinero que me dejo mi difunta tía, lo único valioso para mi es Changmin.
Changmin no lo sabe, pero yo lo observo en silencio, sé que las horribles pesadillas que tiene aún no lo dejan en paz, que muchas noches en lugar de dormir se la pasa llorando. Noto que cada vez sus ojos pierden más y más brillo, hasta tornarse sombríos, no me gusta nada verlo así, quisiera dar mi vida por su felicidad.
-Lamento haberte hecho esperar tanto tiempo-. El dueño de mis pensamientos, trajo a mi mente de nuevo a la realidad
-¿Por qué la demora?-.
-Nos entretuvieron explicándonos cosas inútiles-. Respondió con un tono bastante molesto
-¿Qué te pasa? Algo te hicieron, dime que tienes-. Dije tratando de tocar su hombro
El aparto mi mano inmediatamente, ni siquiera permitió que rozara su hombro. Cuando se portaba así, algo definitivamente lo había sacado de sus casillas. No quise continuar la conversación, por lo que todo el camino de regreso a casa nos mantuvimos en silencio, mirando la carretera.
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-Padre, debemos hacer algo para convencer a las empresas Hoshida en asociarse con nosotros-.
La voz de mi primogénito me trajo de nuevo a este jodido mundo.
-Lo sé Taeru-.
-Padre, cada vez estamos más estancados. La empresa necesita capital y sin esos fondos, definitivamente quebraremos-. Suspiro pausadamente. –Debes hacer todo lo que este en tus manos para lograr convencer a ese tal Hoshida Jejung-.
Apreté fuertemente los puños, si algo me sacaba de quicio era tener que rogarle a alguien por algo. Pero Taeru tenía toda la razón, la empresa estaba hecha un asco y si no hacía algo, todo lo que hice en el pasado se iría al carajo.
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Conocí a Jang Hyejung cuando teníamos 8 años de edad, en ese entonces ese era su apellido de soltera. Ella se mudó a mi vecindario y desde el segundo cero, quede deslumbrado con su magnífica belleza. Nos hicimos muy buenos amigos y al estar juntos en la misma primaria, nuestros lazos de amistad se fortalecieron. Fuimos juntos también a la secundaría, ahí fue donde conocimos a Kim Yunghwa y a Park Jihoo, congeniamos y rápidamente nos convertimos en un cuarteto inseparable. La vida me sonreía de lo mejor en ese entonces, nada podía arruinar mi felicidad. Nada, excepto la aparición de él, del hijo de puta de Shim Minyoung
Al terminar la secundaria, me di cuenta como mis sentimientos hacía Hyejung se transformaban de una bella amistad, a algo a lo que las personas llamaban amor.
En la preparatoria, ella y mis dos mejores amigos fueron a una escuela diferente de la mía, pero eso no afecto nuestra amistad, al contrario se hizo cada vez más fuerte.
El primero en hacerse de novia, fue Park. Su novia era una chica hermosa de negros cabellos rizados, llamada Joohee. El que le siguió fue Kim, con una joven blanca como la nieve de cabellos castaños, llamada Soomi. Y así solo nos quedamos Hyejung y yo. Los chicos sabían de mis sentimientos, me aconsejaban que los revelara, porque si no hacía tal vez sería ya muy tarde.
Y vaya que tenían razón. Una noche de viernes en la que todos nos reuníamos, Hyejung pregunto que si podía traer a un amigo. Como Park y Kim traían a sus respectivas novias, no se negaron, así que yo tampoco pude hacerlo. Así el viernes siguiente, lo conocí a él, a Shim Minyoung.
Él rápidamente congenio con Yunghwa y Jihoo. Yo observaba de lejos como Hyejung se sonrojaba y bajaba la cabeza cada vez que Shim hablaba. Era un comportamiento bastante extraño, pero simplemente lo deje pasar. Pasaron así varios meses, hasta que decidí que ya era tiempo de declararme. La noche que por fin se lo iba a decir, Hyejung dijo que salía con Shim. Sentí como me caía una cubetada de hielo cuando lo oí, ese día mi corazón se rompió en miles de pedazos, quedando irreparable. Jure por mi vida, jamás volver a enamorarme, pero sobretodo jure vengarme de él, de Shim, por arrebatarme todo lo bueno en mi vida, a mis mejores amigos y a ella, a mi primer amor.
Durante los años siguientes, me sumergí en una depresión profunda y oscura, de la cual no me he podido librar. A ella, la veía reír felizmente, abrazar con fervor y besar con mucha ternura a alguien que no era yo. Por primera vez conocí los celos, pero los míos no eran celos normales, eran celos enfermizos, no la quería lastimar, así que me aleje de todo y me fui al extranjero a estudiar Derecho.
Ahí conocí a una buena mujer, la que alguna vez fue mi esposa.
Regrese a Corea y ahí me los volví a encontrar. Todos habíamos estudiado carreras que se complementaban. Así que juntos decidimos montar una empresa.
Al principio no nos iba tan bien, pero sin darnos cuenta la empresa creció y todo fue viento en popa. Todo nos favorecía, incluso me sentía más relajado ocupando mis pensamientos en otra cosa que no fuera ella, pero de pronto la chica con la que mantenía una relación me anuncio que estaba embarazada. Sus padres obligaron a que le respondiera y sin más que hacer me tuve que casar con ella, en ese entonces los Park y los Kim ya se encontraban casados. Al poco tiempo Hyejung anuncio que se casaría también y que además quería que yo y mi esposa fuéramos sus testigos, por ella me consideraba aún su mejor amigo. No me quedaba más remedio, así que puse mi mejor sonrisa falsa y acepte.
Poco a poco, Kim, Park y yo nos convertimos en padres. La empresa continuaba creciendo y cada vez era más reconocida, nos hacíamos más y más de dinero. Descubrí que el dinero se había vuelto muy importante para mí, a tal grado de convertirse en una obsesión inhumana.
Una noche lluviosa de Junio, Hyejung anuncio que esperaba un hijo. Aún recuerdo la estúpida sonrisa de Shim al escucharlo. Ellos estuvieron tratando mucho tiempo de concebir, pero por alguna extraña razón, no lo lograban, fueron noches enteras escuchar llorar a los Shim a puertas cerradas. Me gustaba, me gustaba ver llorar a Hyejung, su dolor me causaba placer, un placer que desconocía y que me hacía sentir extasiado de felicidad.
Meses después, llego ese engendro, le pusieron de nombre Changmin. Fui a conocerlo al hospital por obligación de mi esposa, lo vi ahí, tan pequeño, tan indefenso. Me llene de rabia al verlo, el mocoso era igual a ella, sus mismos ojos, su sonrisa, el color de su cabello. Lo odie, lo odie al instante, ese niño debería ser mío y de ella, no de ese estúpido. Rece porque esa criatura se muriera, lo repudiaba de verdad, algo en el más allá me escucho y Hyejung tuvo una fuerte depresión post-parto. En el hospital no paraba de gritar, lo cual me hacía inmensamente feliz porque sus gritos eran mi mayor melodía. Confieso que una vez que fui a visitar a Hyejung, era tanto el placer que me provocaban sus gritos que tuve que ir a satisfacerme al baño de hombres, ese día tuve el mejor orgasmo de mi vida, definitivamente su dolor era mi máximo placer.
Dos años estuvo internada es psiquiátrica, cada vez Hyejung estaba más loca, no sé cómo se recuperó completamente. En ese tiempo su engendro se quedó al cuidado de los Park. Fue ahí también cuando la empresa se colocó como una de las mejores Constructoras de Corea, las ganancias se repartían en partes iguales para los cuatro, personalmente se me hacía muy poco, yo quería más y más. Entonces empecé a hacerme de más dinero producto de negocios sucios con capital de la empresa, como era muy buen abogado oculte toda la evidencia y nadie sospecho nada.
Hyejung se recuperó y volvió junto a él y su engendro a su casa, pensé que regresando Shim nuevamente a trabajar descubrirían todo lo que hice, me llene de miedo. Pero mágicamente el hijo de Park enfermo y tuvieron que mudarse a los Estados Unidos, entonces el trabajo en la empresa se hizo más pesado y nadie volvió a sospechar. Así que en esos dos años que Park estuvo fuera, aproveche para hacer otras inversiones fantasmas, quedándome yo con todo el dinero.
Continúe haciendo mal uso del capital de la empresa los siguientes tres años, hasta que Kim me descubrió. Primero trato de hablar conmigo como los buenos amigos que fuimos, al ver que yo no cedía me amenazo con decirlo a los demás. Yo no podía dejar esos negocios, estaba metido hasta el cuello es eso, yo sabía que me quedaba poco tiempo, porque a pesar de que Shim no sabía, ya tenía la ligera sospecha sobre mí.
Kim, el día de la despedida de los Park y la celebración del ascenso como presidente de Shim, me dijo que si no hablaba el mismo me mandaría a la cárcel. Al llegar a mi casa ese día, no pude concebir el sueño, pensé y pensé y la única conclusión posible era matar a Kim, o era mi vida o la de él, así que la decisión ya estaba más que tomada.
Fue el 30 de junio, lo recuerdo muy bien. Al principio mi intención solo era matar a Kim, pero algo se complicó y tuve que acabar con su esposa, con Shim y Hyejung, mi adorada Hyejung. Lo tengo muy presente todo lo que paso esa noche en mi cabeza, como una película antigua de la cual no me puedo deshacer. Matar a Kim y a su esposa fue demasiado fácil, lo realmente difícil fue Shim y Hyejung. Cuando le tire dos balazos a Shim, Hyejung estaba presente, su sangre empapo el vestido beige que traía, rápidamente me sentí excitado, tan excitado que una erección se formó bajo mis pantalones. Era la única noche que la vería viva, así que no desaproveche la oportunidad que se me brindaba y la hice mía. Escuchar los gritos cuando la penetraba, fue la mejor música que escuche en toda mi infeliz vida, es un recuerdo que conservo muy presente.
Lo único que me preocupaba era que jamás encontré a los dos mocosos hijos de Kim y Shim, pero lo deje pasar porque no sobreviran sin la ayuda de sus padres.
Tiempo después de su muerte, Park decidió disolver la empresa, dijo que no había problema en que yo me quedara con el capital anterior porque a él no le interesaba nada de ese dinero. Él creó otra empresa y yo también.
La empresa que cree, poco a poco dio ganancias inimaginables, pero no era suficiente, yo quería más y más. Así que continúe con los negocios sucios. Años después murió mi esposa, la verdad no me importo, mande a mis hijos estudiar al extranjero y me olvide de todo lo relacionado a la familia. Todo iba bien, pero después tuve una muy mala racha, comencé a estancarme, debía dinero por doquier, ningún banco me prestaba capital y ninguna empresa se quería asociar conmigo porque rumores de fraude sonaban muy fuerte en Corea.
Todo continúa igual, incluso peor, por eso tengo que ir a rogarle y postrarme ante los pies de ese tal Hoshida Jejung
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Jueves, primera semana de clases en la universidad. Mi vida no podía ser más estresante, para llevar solo cuatro días en la escuela, ya tengo proyectos, exposiciones, trabajos, fechas de exámenes, todo.
-Chicos, hoy es la reunión con el decano ¿verdad?-. Escuche a una de mis compañeras decir
Mierda, lo había olvidado por completo, tan pronto tengo que volverle a ver su cara horrible, qué hice para merecer este tipo de martirio visual. De seguro nos dirá puras incoherencias, parece que solo le dieron el trabajo por su apariencia estúpida, lo detesto tanto.
Cuando termino la clase, seguí a mis compañeros por detrás, cuando llegamos al salón los otros compañeros de carrera ya se encontraban allí. 60 alumnos en un espacio tan pequeño, es sobrepoblación para mí y justo ahora que son las tres de la tarde el olor proveniente de aquel salón, no es para nada agradable. Dijeron que había piscina, mejor la voy a conocer, al fin que no creo que diga nada importante.
-¿Va a algún lado joven Oshima?-. Escucho a una molesta voz hablarme.
Mierda.
Aquel ente me toma de los hombros y me empuja hacía dentro del aula, al sentir su contacto hace que instintivamente aleje sus manos de mi cuerpo. Me detengo bruscamente y él abre enormemente sus oscuros ojos, sangre brota de su pálida muñeca, al parecer rasguñe su nívea piel con mis filosas uñas. No puede ser, me va a reprender enfrente de todos, trato de mirarlo a los ojos, solo me sonríe haciendo notar sus hoyuelos, odio profundamente que me mire de esa manera, lo detesto. Muerdo mi labio inferior y me dirijo al fondo del salón.
-Perdonen muchachos por hacerlos esperar, tenía algo importante que hacer-. Se despeina los rizos y se ríe
Estúpido.
-Este será como un taller que tendremos cada 15 días, les pediré diferentes trabajos los cuales ayudaran a estimularlos. En evaluaciones me dedicare a resolver dudas que les surjan sobre cualquier materia, porque aunque no lo crean, su decano es muy inteligente-.
Ahora su risa se hizo más sonora, los demás compañeros lo siguieron. Idiotas solo lo hacen para quedar bien con él.
-Bueno, creo que se han dado cuenta que la escuela es muy grande para contar con pocos alumnos, ¿no? Eso es porque contamos con otros profesores que imparten talleres de deportes y artes. Así que no lo piensen mucho e inscríbanse a alguno-. Dijo juntando sus manos y enarcando una ceja
-Nuestro propósito es que todos los alumnos se conozcan y convivan, porque nosotros no queremos forjar profesionistas metódicos, queremos formar personas que sean capaces de adaptarse a cualquier situación y que sean capaces de resolver cualquier problema, ya sea en el ámbito laboral, como simples estudiantes ó como personas en la vida cotidiana. Así que cualquier problema que tengan no duden en acudir con los académicos, también contamos con una psicóloga que los puede asesorar si ustedes quieren-.
Debo reconocer que tiene cara de idiota, pero parece saber de lo que habla, aunque sigo sin soportar su rostro de niña con voz de hombre.
-Bueno, eso es todo por hoy… nos estamos viendo en la facultad y cualquier duda estoy en el edificio de gobierno-. Hizo una reverencia, sonrió y se fue.
¿Qué? El tiempo se me paso volando, oh dios mío son las 4:30, se paso de la hora acordada, Jaejoong me matara.
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El recorrido de regreso a casa junto a Jae, fue silencioso como siempre.
No sé cómo la noche cayo así tan de pronto. Justo ahora Jae prepara la cena, adoro que cocine. Definitivamente Hoshida Jaejoong se ve más guapo cuando cocina, que estupideces estoy pensando.
El ruido del timbre hace que vuelva en sí.
-Chang, puedes ir a abrir por favor-.
-Claro-. Respondo sin pensarlo
Creo que nunca he abierto la puerta, ni cuando vivíamos en Japón, esto será interesante.
-Que se le ofrece-. Dije al abrir la puerta principal
-Buenas noches, esta Hoshida Jejung-.
-Quien lo busca-.
-Song Jungjo-.
Un escalofrió recorrió mi espalda al escuchar ese nombre, que raro ¿no?
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