*Hyung, ¿crees que las estrellas conceden deseos?*
*¿Qué deseo pediste?*
*Eso es trampa, yo te pregunté primero*
Ver la peculiar sonrisa de Changmin era como estar presenciando un video de recuerdos muy lejanos.
De pronto, Yunho se vio a sí mismo dando la espalda a una puerta, tratando de impedir a toda costa que Changmin saliera por ella. La angustia del momento llenó su corazón…
-¡Ya te dije que no es así!
-Yunho ¿qué pasa? A mí no tienes que convencerme de nada. Las fans deben comprender que también tenemos vida social. Además, algún día tenía que pasar ¿no?
El líder negó enérgicamente. Los medios de comunicación habían malinterpretado todo de nuevo, sin pruebas de nada aseguraban que mantenía una relación con una de las actrices con la que compartía escenas en su drama.
-Algún día tendrá que pasar hyung… -El ambiente comenzó a tensarse. Odiaban hablar de eso pero era un tema que salía con más frecuencia de lo que les gustaba. –Tú te casarás y yo también… las chicas tienen que entender eso, y cuando eso pase… bueno… tal vez tvxq…
-¡No Changmin! -¿Por qué sus conversaciones debían dirigirse al final de tvxq? ¿Por qué un absurdo rumor debía terminar relacionado con el final de tvxq? Yunho odiaba que Changmin tratara eso todo el tiempo, lo mataba creer que quisiera terminar con lo que tenían, porque para Yunho, tvxq era el lazo más fuerte, casi palpable, que lo unía a Min. Sólo escucharlo sentía que su corazón se oprimía y un vuelco en el estómago le producía nauseas -¿Por qué debes tratar eso todo el tiempo?
-Es algo inevitable –Changmin conocía a Yunho. Sabía cuánto le dolía esa conversación y eso lo entristecía, pero no podía evitarlo. Le incomodaba pensar en eso, pero debían hacerse a la idea de que TVXQ no existiría para siempre, de que los dos eran hombres y como su naturaleza se los exigía debían casarse algún día y entonces sus vidas serían ahora de alguien más. Ya no habría tiempo para TVXQ y probablemente ya no habría tiempo suficiente para el otro. –Te enamorarás algún día de una chica hermosa y… -Cayó al oír los balbuceos del otro, no pudo entenderlo bien. Yunho mantenía el rostro agachado, Changmin nunca lo había visto así, sabía que le molestaba, pero nunca se había dado cuenta de cuánto. Por un momento creyó que el mayor estaría llorando, tal vez, al levantar el rostro lo sorprendería un poco, pero lo comprendería porque a pesar de todo Changmin tampoco deseaba que todo terminara algún día. “Yunho es el líder” pensaba Min cada que se ponía a meditar sobre la situación “para él debe ser difícil presenciar cómo su barco se hunde”.
-Ese es el problema de todos –finalmente aclaró sus palabras - Qué debo hacer para que entiendan que no necesito nada más…
Changmin no supo cómo interpretarlo, pero sospechaba que no había finalizado aún.
-No necesito una esposa, no quiero una novia, no... –tragó saliva –no tiene nada de malo pero las cosas no son así.
-Hyung...
-No Changmin… –lo detuvo con un gesto de mano –aún no termino, por favor, escúchame –Yunho, que había mantenido la vista en el piso, enfrentó la mirada del más joven. Vaciló unos segundos tratando de elegir las palabras apropiadas. –Los medios y las fans hablarán siempre, verán lo que quieren ver y siempre estarán cegados a la realidad pero… es importante para mí que tú tengas claro esto… y sin importar nada, lo tengas presente siempre: vivo por TVXQ, todo yo se debe a él y a ti. No quiero nada más Changmin… porque no lo necesito, quédate a mi lado y será suficiente.
Yunho no reaccionó cuando Changmin, lentamente, lo envolvió entre sus brazos. Había logrado proyectar sus sentimientos de manera tan clara que Changmin podía sentirlos suyos y el miedo de uno se convirtió en miedo de dos.
*Voy a cumplir tu deseo*
-Yunho ¿le estás marcando a Changmin? No he podido comunicarme con él. –El líder ignoraba al manager, desde hacía horas que Changmin debía haber llegado. Yunho comenzaba a impacientarse, por más que le llamara, no recibía respuesta. Incluso había llamado a Kyuhyun y a Minho por si sabían algo, solían verse muy seguido y no le extrañaría que estuviera con ellos pero lo único que logró fue alarmarlos también.
Cansado de esperar, decidió salir a buscarlo a pesar de los llamados de su manager. No era normal que Changmin desapareciera sin dejar rastro, alguna vez llegó, incluso, ebrio a una sesión de fotos, lo que le costó los mejores regaños del líder, pero no había dejado de asistir. ¿Entonces por qué ahora no se había comunicado con Yunho?
Pasó una semana y parecía que Changmin había desaparecido del planeta, lo único que habían encontrado había sido su auto destruido en el fondo de un barranco. Yunho estaba mal, dormía apenas dos horas. Siempre pendiente del teléfono, para al contestar, decepcionarse de no escuchar la voz de Changmin. Cada llamada le estrujaba el corazón y las ganas de vomitar y gritar se volvían más grandes. Se había permitido llorar varias veces pero la angustia no lograba ser drenada.
“Encontramos el cuerpo el Changmin”… “Changmin está muerto”
Yunho abrió los ojos como si descargas eléctricas hubieran recorrido su cuerpo. Su rostro se encontraba húmedo, había llorado en sueños y la presión en su interior se sentía a flor de piel. Su respiración se mostraba agitada y las lágrimas no dejaban de brotar. Dolían tanto esas imágenes, volver a vivir esos momentos le partía el alma. Se cubrió los ojos con las manos y mordió su labio inferior con fuerza.
Una caricia en su brazo derecho lo llevó a observar, era Han, con ese bello rostro descompuesto en un gesto de preocupación.
-¿Estás bien? –preguntó con voz suave.
Yunho volvió a ocultarse, se talló los ojos intentando entender. ¿Por qué estaba ahí? ¿El Changmin que conocía era el mismo de sus visiones, estaba vivo? Aquellas imágenes no parecían sueños, podía sentirlas tan fuertes como recuerdos de una vida tan ajena como propia, incluso más propia que la suya. Podía recordar una infancia distinta, su ingreso a SM, cuando conoció a TVXQ y cuando su grupo se redujo a un dúo. ¿De quién era esa vida?, era como estar viviendo una que no le pertenecía.
-Jung Yunho… ¿estás bien? –Nuevamente Han, hablaba con precaución.
Yunho tardó en responder –Estoy bien –Se descubrió y miró a su alrededor -¿Por qué estoy aquí?
-Pues… tuviste un ataque nervioso o algo así… ¿hay algo que no me hayas contado sobre ti?
Yunho la miró con la vista perdida, como si su mente estuviera en otro lado. Se sentó y la cabeza le dio vueltas, tuvo que sostenerla entre sus manos. Pasado unos segundos, en los que ninguno de los dos dijo nada, Yunho se sacudió el cabello y poniéndose de pie caminó hacia la salida –Debo irme.
-¿Yunho, podemos hablar antes? –Se apresuró a decir.
-No puedo quedarme, tengo… cosas que hacer.
-¿Qué pasó ayer? –Sin respuesta y ante claramente estar siendo ignorada, alzó la voz -¡¿Tienes ataques frecuentemente?!
-No, no los tengo y no sé qué decirte, no recuerdo nada de lo que pasó ayer, sólo olvídalo ¿sí? No volverá a pasar. –Salió del departamento seguido por Han.
-¡¿Quién es Changmin?!
Esa pregunta lo obligó a detenerse.
-¿Qué? –Nuevamente llegaba su nombre y no podía quitarse de la cabeza la imagen de su alumno. Vagamente recordaba lo sucedido en el festival: una de esas visiones lo inundó por entero al escuchar la canción de Changmin. Un sentimiento desesperado se apoderó de él. Su alma, algo en su propia esencia pareció reconocer algo a alguien a quien el adolescente representaba.
-Esa persona… ¿es alguien que te ha lastimado?
El líder de TVXQ abrió aún más sus ojos. Por un momento recordó sus sesiones con la psicóloga del hospital donde estuvo internado por tanto tiempo, era como estar frente alguien que siente pena por él.
-¿Cómo….? –De pronto le preocupaba cómo sabía sobre Changmin.
-Ayer no dejabas de mencionarlo hasta que… bueno, ya sabes, perdiste el conocimiento.
-… de mencionarlo -Oprimió su sien con los dedos -¿alguien más me vio? –Si Changmin hubiera estado presente, presenciando todo, estaría perdido. Changmin ya lo intuía, sabía sobre sus sentimientos hacia él. Yunho pudo darse cuenta de eso, si había estado presente en el momento de su crisis, se habría llenado de miedo, era sólo un niño, se alejaría de él y eso no podría soportarlo.
-Eso no es importante….
-¡Por favor, dime, ¿alguien más lo notó?!
La profesora suspiró –Sólo algunos… creo, fueron estudiantes los que nos avisaron, te desplomaste en uno de los sanitarios de alumnos.
De pronto sintió que el aire le faltaba, quería regresar el tiempo… que de nada le habría servido, el resultado seguramente volvería a ser el mismo, no tuvo control de sí, ni siquiera podía recordar lo sucedido. Se recargó en la pared y se llevó las manos a la frente.
-No fue tan malo… ¿verdad? –expresó en voz baja pero audible.
Han se acercó a Yunho y con delicadeza le apartó las manos –No lo fue –acarició cariñosamente su cabello -¿tú estás bien? –Su voz se tornó suave.
La mirada de Yunho era inescrutable, tomó con sutileza la mano de Han, que con la yema de los dedos ya rosaba la mejilla del joven profesor.
Miró la mano de rasgos finos y femeninos sobre la suya en un afán de no mirar a la mujer a la cara. Asintió en silencio –estoy bien… por favor… -tragó saliva y negó con la cabeza –ya no preguntes.
-Yunho… -la lógica de la profesora había asumido que se trataba de un tema delicado, posiblemente doloroso. Rodeo el cuello del contrario en un abrazo –no lo haré, pero estaré aquí por si quieres hablar.
El abrazo fue ligeramente correspondido. Yunho suspiró. La separó de su cuerpo suavemente –Estoy cansado y… mi cabeza duele. Necesito ir a casa.
-Sí, claro. ¿Quiéres que te lleve?, debería estar contigo hasta que te sientas mejor –le acariciaba el cabello, en su mirada podía notarse la preocupación, su tono de voz era dulce, como el de una madre.
-Yah –Sonrió. Volvió a tomar la mano que lo peinaba -¿soy un bebé? –La joven abrió la boca para decir algo pero fue él quien continuó –ya te dije que estoy bien ¿quiéres pelear conmigo? –bromeó, no quería que ella se preocupara.
-No quiero pelear –hizo un puchero. Yunho pensó que Han era linda cuando no se trataba de competir.
-Nos vemos después –sin perder más tiempo se alejó del lugar. Tenía mucho en qué pensar y muchas decisiones qué tomar.
***
Changmin no sabía si había ganado, había trabajado mucho en su canción que creyó que de no haber ganado se sentiría decepcionado, pero ahora no le importaba. Había cumplido con su deber, si lo había hecho bien, que Han disfrutara su triunfo, que se lo restregara en la cara a sargento Yunho y juntos rieran mientras terminaban su cena romántica; total, sus alumnos sólo eran herramientas para ensalzarse entre profesores.
Después de cantar había salido de la escuela y se había refugiado en el centro de videojuegos que quedaba camino a su casa. No quería pensar en Yunho y en su profesora de música. Todos sus compañeros hablaban de lo lindos que se veían juntos, que debían casarse y tener muchos hijos. Eso lo hacía enfadar.
Ahora se encontraba frente a su plato de cereal, abriendo camino con su cuchara entre las hojuelas que flotaban en la leche. Hacía gestos inconscientes que no pasaban desapercibidos por su madre.
-¿Cuándo terminarás de jugar con tu desayuno?
El más joven la miró y tras un suspiro se llevó una cucharada de cereal a la boca, para masticar lentamente mientras continuaba con la misma tarea.
-¿Cómo te fue ayer en el festival?, no me has contado.
Changmin levantó los hombros desinteresado –bien, supongo.
-¿Supones? –El comportamiento de Changmin estaba exasperando a su madre. Su mirada iba de los gestos de molestia de Min, a el jugueteo de la cuchara -¿pasó algo?
-No.
-¿Qué te dijo tu profesora, lo hiciste bien?
-Ajá.
-¿Te ganó sargento Yunho? –preguntó una de sus hermanas, que desayunaba junto a él.
Eso lo hizo mirarla sorprendido, finamente su madre notaba alguna reacción, fuera de simples muecas.
-¿Cómo sabes…?
-Tú lo dijiste, que debías vencer al equipo de sargento Yunho. Te gusta hablar de él.
-¡Eso no es cierto! –las mejillas de Min se sonrojaron, parecía alterado.
-¿Cómo que no es cierto, sino cómo sé de eso? –continuaba su pequeña hermana.
Changmin miró a su madre buscando apoyo, sólo consiguió un gesto que mostraba estar de acuerdo con su hija.
-¡Aish!, ¡son unas mentirosas! –Se puso de pie.
-¡¿A dónde vas?! –Lo reprendió su madre.
-¡Ya me voy!
-¡No irás a ningún lado hasta que no termines tu desayuno, jovencito!
Poco le duró a Changmin la rabieta, pues a los dos segundos ya estaba sentado a la mesa nuevamente.
***
Yunho se sentía asfixiado, había recuerdos que se sobreponían sobre otros, como una existencia por encima de otra, dos vidas distintas en un solo cuerpo. No encontraba explicación a eso, sólo teorías, cada una con menos sentido que la otra. Desesperado llamaba al celular de su madre y a su hermano, hasta que se cansó de no obtener respuesta. Llamó a casa de sus padres, y de familiares, nunca contestó nadie. Todo este tiempo había estado seguro de que su familia constaba de una madre y un hermano, que se había esforzado en los deportes para poder impartir clases, que el perro que rescató hace uno meses, aún se lo agradecía cada vez que los visitaba…
Se subió a un taxi, y a los pocos minutos llegó a la dirección señalada, nada de lo que recordaba se encontraba ahí: La casa de sus padres, el árbol de manzanas que sobresalía la barda, el auto que su madre estacionaba fuera de la puerta… su familia. Todo eso se volvía cada vez más borroso en su cabeza y le dolió comprender que su niñez era sólo ficción, un recuerdo incrustado en su memoria. Los cumpleaños, pasteles, amigos, mascotas; era como haber sido creado de la nada, un androide que en su memoria tiene todo pero en realidad no tiene nada.
No importaba cuánto recorriera de aquí para allá las calles, era imposible encontrar una casa que no existía. De pronto se dio cuenta que no tenía a nadie. Lloró sin importarle si lo veía la gente ¿qué estaba pasando?, ¿quién era él?, se negaba a renunciar a todo lo que conocía a pesar de que su subconsciente le decía a gritos que su realidad era otra, la que le mostraba a un padre, una madre, una hermana, y una infancia en Gwangju. Se vio sin saber qué rumbo tomar.
Los recuerdos de Changmin sobresalían con mayor fuerza, las parpadeantes luces rojas que enmarcaban la figura de un Changmin adulto, sonriente, feliz; tan distinto al que conocía pero al mismo tiempo idéntico.
-Changmin ah… -De pronto se encontró a sí mismo repitiendo su nombre. Todo su ser necesitaba de él. Casi podía sentir el tacto de su mano tomando la suya para después inclinarse juntos ante la marea roja, sentía el calor y la dulzura de su abrazo, podía ver con detalle su mirada llena de brillo, su encantadora sonrisa de dentadura perfecta –Changmin ah… -Podía escuchar la voz de Min pronunciar su nombre. Y todas las sensaciones aumentaban cuando cerraba los ojos, por eso se deslizó hasta quedar sentado contra una pared, dobló las rodillas, donde recargó los codos y cubrió sus ojos con el costado de sus brazos. Las sensaciones lo estaban arrastrando y no tenía nada de que sujetarse.
*¡We are… T!*
*Si he llegado hasta aquí es porque Changmin siempre ha estado a mi lado. No importa si es en momentos de felicidad o tristeza, él permanece siempre junto a mí sin quejarse*
***
-Joven… joven…
Se había quedado dormido, una anciana lo sacudía –joven ¿está borracho?, oiga, muévase, no lo quiero frente a mi casa.
Yunho, avergonzado, se puso de pie. No dejó de inclinarse hacia la señora, como señal de disculpas, hasta que ésta se hubo ido, no sin antes quejarse de la juventud de hoy en día.
Miró a su alrededor, ya no había razón para estar ahí. Tomó un taxi en dirección a su casa, en el trayecto sacó su celular y comenzó a borrar, uno por uno, los contactos que tenía, números ficticios y nombres inexistentes. En ocasiones marcaba uno de ellos con la curiosidad de que alguien contestara pero sólo escuchaba el constante “el número que usted marcó no existe, por favor, verifique que el número sea correcto”.
Y así terminó por eliminar cada número, cada amistad con la que creía contar: personas con las que había tenido historia, de las que había aprendido, con las que había tenido situaciones difíciles que juntos pudieron superar, que le hicieron amar la vida y le forjaron un carácter… ya no había nadie, nunca hubo nadie. Sólo quedó uno, el único número en su agenda, el único al que sabía que podría marcar y escuchar una voz que le convenciera de que existía y que no iba por la vida siendo un fantasma.
Con los dedos temblorosos se decidió a marcar, esperó el primer timbre y al otro lado de la línea se escuchó la voz alertada de Han -¡¿Yunho shi?!
Yunho cerró los ojos al escucharla; ella existía, y él existía para alguien. Mordía fuertemente su labio intentando soportar las lágrimas mientras seguía escuchando su voz.
***
-¿Por qué no quieres salir? –preguntaba Yoon desde la entrada de la casa de Changmin.
-Tengo tarea y no me siento bien. –Se sentía irritado. Había dejado de lado a su amigo muchas veces pero no se sentía de humor para verlo ese día, mucho menos porque salir con él significaba soportar bromas pesadas sobre sargento Yunho y él. Si le molestaba soportar burlas sobre algo que no existía, mucho peor era soportarlas sobre algo que no podía existir. Y culpaba a Yoon, toda su confusión se debía a él.
-Dijiste que saldrías después de que pasara el festival. Vamos a jugar.
-No quiero, voy a cerrar –hizo ademán de empujar la puerta.
-Yah!, ¿tienes miedo? –Una sonrisa retadora se formó en los labios de Yoon cuando el brillo resplandeciente en los ojos de Min le dieron la victoria.
-Vas a arrepentirte de esto Choi Yoon. –Su voz retadora mostraba diversión.
-¡Ja! Ya veremos quién termina llorando.
-Más vale que tengas suficientes pañuelos.
-Sólo uno para ti, mi amigo.
No importaba cuán molesto estuviera con Yoon, podía olvidarse de eso en cualquier momento.
***
En su cama, la noche estaba siendo larga. Yunho envidió al pequeño felino que dormía en su estómago “quisiera ser gato” pensó, un gato no tiene preocupaciones, son felices yendo de aquí para allá, comiendo lo que se encuentren, disfrutando de cazar su comida, durmiendo; si aparecen de la nada seguirían con su vida normal.
Miró su celular, hace horas que Han le había enviado el último mensaje “descansa”. Ya lo había analizado, por muy loco que pareciera, lo había aceptado: Todo su mundo se limitaba a la escuela donde impartía; ahí todos lo conocían, era admirado, estaba vivo… también para él. ¿Qué importaba si su celular se quedó sin contactos?, existía para Changmin.
Se puso de pie, se abrigó bien, tomó sus llaves y salió de la casa. Sus pies se dirigieron anhelantes hasta la vivenda de la familia Shim. De pronto se encontró frente a ella, una casa común, pero que le hizo temblar. Su cabeza era un lío, por un momento creyó que estaba dentro de un sueño, o que había sido víctima de una máquina del tiempo. Porque seguía viéndolo cocinar y darle a probar de una cuchara, lo veía conducir a su lado, dormir en un largo y elegante sillón negro, reír hasta revolcarse en el piso, beber hasta quedar ebrio, bailar, cantar, incluso podía verlo llorar. No podía su mente crear, también, esos recuerdos ¿verdad?
Sus puños se cerraban, sus manos sudaban y sus dedos se movían inquietos. Sólo debía dar unos cuantos pasos y tocar el timbre de la puerta, y ¿qué pasaría entonces? Su corazón comenzó a latir con fuerza. ¿Qué le diría a Changmin cuando lo tuviera enfrente?, ¿qué explicación le daría sobre sus visiones y la necesidad que su alma tiene de él?
Aunque le doliera, no era momento para verlo. Aún no sabía si él había presenciado su actuación en el baño de la escuela, si había escuchado su nombre salir de voz de su profesor una y otra vez. Lo mejor era irse de ahí antes de que su mala suerte le jugara la travesura de encontrarse con él o con su familia. Dio media vuelta y se alejó cabizbajo.
Changmin lo siguió con la mirada hasta perderse. Se sentía confundido, no pudo descifrar con seguridad quién era el hombre parado a la entrada de su casa, pero su corazón saltaba desbocado, no sabía si por imaginar que se trataba de un asesino serial… o porque su figura se parecía mucho a la de su profesor de deportes.
***
Yunho mantenía la mano en la perilla interior de la puerta de su departamento. Todo el fin de semana había sido atacado por recuerdos, aún no entendía lo que sucedía pero comenzaba a convencerse de quién era él realmente, y posiblemente estaría totalmente seguro hasta ver al pequeño Changmin. Por un lado estaba aterrado, sentía la necesidad de huir; por otro lado estaba emocionado, su ser entero lo pedía a gritos, como si un lazo intensamente fuerte enlazara sus almas.
Posiblemente no se salvaría de verlo ese día, ¿qué pasaría cuando llegara el momento?, ¿si sufría una nueva crisis? “no en frente de él, por favor” suplicaba mirando al techo, pidiendo a un ser supremo que no le permitiera cometer semejante error.
Armándose de valor abrió la puerta.
***
-¡Changmin!
El alumno torció la boca al reconocer la voz de su maestra de música, sin poder evitarlo se detuvo y la miró con gesto inescrutable cuando la tuvo de frente
-Ya no te vi después de tu canción, ¿cómo te sentiste?
Alzó los hombros –bien, creo.
-¿Qué pasa, no te sientes satisfecho? Creo que lo hiciste maravillosamente, expresaste con claridad las emociones. Te metiste en la interpretación y casi me haces llorar…
La expresión de Changmin se mantenía como en un principio. Se sentía alagado por sus palabras pero una constante molestia le impedía mostrarse sonriente frente a ella: era la novia de Yunho.
-Tuviste algunas desafinaciones, pero nada que haya roto el ambiente. Podemos trabajar más duro desde ahora, si quieres.
-Ah… tal vez, ahora no tengo ganas.
-¿No te gustó? –preguntó contrariada.
Changmin suspiró mirando al cielo, ¿cómo le decía a su maestra que ya no quería hacerlo?, quería quitársela de encima y sentirse cobijado dentro del salón de clases, antes de tener que ver a sargento Yunho. Una sonrisa se ensanchó en el rostro de Han al mirar por detrás de Changmin, al escucharla saludar a alguien, sintió un vuelco en el estómago. Demasiado tarde, Yunho hyung estaba a sus espaldas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
q liiiindo cap ya todo se ira descubriendo! pls no tardes tanto en actualizar....
ResponderEliminarOh por Dios, me leí los 6 capítulos en un ratito. <3
ResponderEliminarLlegué al fic por un link que dejaron en el grupo de fanfics de esta couple y quedé con ganas de más.
Por favor, actualiza rápido. Acá te ganaste una fiel lectora. ;;;;