Dicen que tener a la persona amada entre tus brazos es la mejor sensación de la vida, y lo es, pero no cuando a quien amas, ama a alguien más
Esa es la historia de muchas personas aquí en la faz de la Tierra, entre ellas, una muy especial.
Park Yoochun, quien en su historia de amor no tuvo un final triste, pero tampoco fue feliz, quizá lo hubiese sido si no se hubiera enamorado de un imposible, de aquel ángel de inigualable belleza que se encargó de lastimarlo tanto y tanto, de Kim Jaejoong, su alma gemela, quien no estaba destinado a ser de él.
No sé cuándo, y en donde
comenzó a ser amor.
En algún momento, me perdí
y me teñí de ti
YoochunCuando empezó a ser amor, ni yo mismo lo sé, enamorarse de alguien quien ya tiene ocupado su corazón, es una vil maldición, ¿Por qué te amo tanto Jaejoong-ah, sí cada vez que te veo me lastimas más?
—Yoochunnie, hoy vi de nuevo a Changmin, le dije que saliéramos a tomar un café. Y sabes lo que hizo, me rechazo como siempre—.
‘Changmin’ esa era la palabra que más odiaba que saliera de la boca de Jaejoong, ¿acaso no veía que me rompía cada vez que lo nombraba?
—Jaejoong-ah, ya deberías dejarlo por tu bien, solo te estás haciendo daño, olvida de una vez por todas a Shim Changmin—.
Lo último sonó como una orden, ya mis sentimientos hacía él eran más que evidentes, pero él estaba ciego de amor por otra persona y no era capaz de escuchar los sonidos de mi corazón desesperado.
Ahora, lo que necesito eres solo tú
¿No lo oyes,
a mi corazón, que el resto
del mundo conoce?
—Tu no lo entiendes Chunnie, no lo entiendes porque jamás has estado enamorado de una persona, así como yo lo estoy de Changmin—.
Así fue como cayó otro pedazo de mi alma, te equivocas Jaejoongie, si he estado enamorado, pero jamás he sido correspondido.
—Lo siento Jaejoong-ah, por no saber lo que se siente amar a alguien, de verdad lo siento—.
Fui despacio a abrazarlo, sentir su calor, su aroma, su esencia, dolía tanto. Mis lágrimas ahora caían mezclándose con las suyas, cada vez siento que estoy más roto.
—Soy un tonto, no valgo nada. Soy solo un estúpido del cual se pueden burlar las veces que quieran—
No soporte que se siguiera maltratando así.
Callé sus horribles palabras con mis labios.
—Jaejoongie, no digas eso, tu eres alguien que vale mucho—.
—Demuéstramelo Chun-ah, tómame aquí mismo, hazme el amor, por favor, lo necesito tanto—.
Sabía que si aceptaba terminaría más humillado y con el corazón un poco más muerto, pero de todas maneras esta no sería la primera vez, ni tampoco la última.
Incluso si nos fijamos en otros lugares
Incluso si dices que esto no es amor,
está bien.
Jaejoong fue quien me rescato cuando la noche se veía más oscura para mí.
Era aún más joven, tenía 17 años, y mis padres al no poder costearme los gastos de la Universidad me obligaron a mudarme y buscar empleo por las solitarias calles de Seúl. Estaba solo, cansado y hambriento, eran las 8 de la noche y no había conseguido absolutamente nada. Escuché que en los bares daban trabajo a los menores de edad, así que me aventure a ir.
Yo creo que fue el destino encontrármelo a él, en el primer bar al que fui.
Caminé sigilosamente y tropecé con un bulto negro, lo ignore y seguí caminando, hasta que escuche al bulto quejarse.
Caí en cuenta que no era un bulto, era una persona, una persona sumamente borracha.
“Changmin no te vayas, no me dejes por favor”
Desde el día que lo conocí ese nombre es lo único que sabe decir, qué significa Park Yoochun para él, quizás nada.
Busqué en su saco su cartera para ver su dirección, y con el poco dinero que me quedaba tome un taxi para llevarlo a su casa.
Vaya sorpresa que me lleve al llegar a su departamento, era increíble, parecía que ese chico era alguien proveniente de una familia adinerada y vaya que no me equivoque.
Saqué cada una de las prendas que llevaba encima, revelando su pálido y bien formado cuerpo, me sonroje sorpresivamente. Él estaba ardiendo en fiebre así que puse paños húmedos en todo su cuerpo.
Las palabras que no se pueden escuchar
Te amo, voy a mirarte solo a ti.
Porque ahora este habito de llamarte,
me hace vivir.
Lo llevé entre besos y abrazos a su alcoba, comencé a desvestirlo lentamente mientras dibujaba sus abdominales con mis labios. Sus débiles gemidos eran la mejor música que podría escuchar.
—Muchas gracias por todo Chunnie—.
—Shhh Jaejoong, deja que te consienta como te lo mereces—.
¿Por qué Park Yoochun hacía esto? Acaso no era consciente de que Kim Jaejoong no era para él, pero bien dicen que en el corazón no se manda.
Jaejoong ya estando desnudo miraba expectante a su compañero de cama, anhelando que continuara con su próximo movimiento.
Porque si no estás aquí,
yo tampoco voy a estar aquí.
No llores más.
“Muchas gracias por traerme a casa. ¿Ahora puedo saber el nombre de mi salvador?”
“Yoochun, Park Yoochun”
“Kim Jaejoong, un gusto conocerte y nuevamente gracias”
A partir de ahí nos volvimos amigos, le conté a Jaejoong mi sueño de ser doctor, que había aprobado el examen para entrar a la Universidad pero que era demasiado cara como para asistir a ella.
Él se ofreció a ayudarme.
Y yo se lo agradezco profundamente, pero el dolor que ahora él me causa es suficiente recompensa por su ayuda, y no es para nada un reproche, siempre que me necesite estaré allí para él, siempre, aún si esto significa sufrimiento para mí.
Al principio no tenía ni idea de cómo tratarlo, pensé que por su apariencia exterior sería una persona fría y superficial, pero Jaejoong era todo lo contrario, descubrí en él a alguien que jamás pensé encontrar: dulce, bondadoso, amable, trabajador, humilde y un sinfín más.
Su único defecto era que estaba anonadado por el tal Shim Changmin ese, y ese amor es algo que yo jamás poder obtener.
Espero que todo el dolor que evitas,
venga a mí en tu lugar.
Porque eso es lo que siempre oraba.
Desde entonces hemos vivido un poco más de cinco años juntos, estoy tan acostumbrado a su compañía, a su risa dulce por las mañanas o a sus incontables regaños cuando me llego a saltar alguna comida. ¿Cómo quería la vida que no me enamorara de él? Si todo lo que hace, cada movimiento, cada respiro, me inspira a amarlo más y más.
¿Qué hago con este corazón idiota que no sabe entender? ¿Qué hago?
Está bien si mi felicidad
se corta por la mitad.
Si estas a mi lado.
Yoochun se había sacado completamente su ropa, ahora solo habían dos cuerpos desnudos destinados a consolar sus almas por una noche, solo una noche.
Jaejoong fue recostado con delicadeza en las suaves sabanas de seda, mientras Yoochun le depositaba húmedos besos entregándole algo más que su cuerpo, porque a pesar de que el mayor no lo amaba, para Yoochun, él era su todo, y estar con él de esa forma era algo más que mágico.
Cuantas veces habían hecho lo mismo, ni él mismo lo sabe, lo único que le queda claro es que por Kim Jaejoong daría la vida misma si se lo pidieran.
Te amo, voy a mirarte solo a ti.
Porque ahora este habito de llamarte,
me hace vivir.
Porque si no estás aquí,
yo tampoco voy a estar aquí.
Quizá si hubiese rechazado a Jaejoongie ese día que llego borracho, nuestra situación sería diferente, quizá mi corazón estuviera menos dañado.
“Yoochunnie, acaso valgo tan poco, cómo para que él me rechace cada vez que me ve”
“Jaejoong-ah, ya no sigas con eso, no ves que cada vez te lastimas más, solo olvídalo y sigue adelante”
“Tú no entiendes, jamás lo entenderás”
Jaejoong corrió a la cocina, lo seguí inmediatamente, en su estado no podría planear nada bueno.
“Es hora de acabar con mi patética vida, de qué sirve vivir si a quien amo no me ama”
Decía mientras apuntaba con el filo del cuchillo sus níveas manos, planeaba arrancarse las venas.
“Jae, por favor baja eso, te harás daño”
Trate de sonar lo más calmado posible, aunque me estaba muriendo del miedo.
“Soy una basura Yoochun, me quiero morir, ¡Me quiero morir!”
Soltó el cuchillo y lo vi caer, desmoronándose en el piso, su llanto hacía que mi corazón llorase, quien era el bastardo que lograba que Kim Jaejoong se derrumbara de esa manera.
Y que hice para callar su llanto, utilice mis labios, grave error Park Yoochun, grave error.
Aquella noche fue mi primera vez, y para mi sorpresa la de él también, fue fantástico porque esa vez fue la única vez que no escuche el nombre de Shim Changmin salir de la boca de Jaejoong mientras yo le hacía el amor.
No llores más.
Espero que todo el dolor que evitas,
venga a mí en tu lugar.
Porque eso es lo que siempre oraba.
Y como cada vez que Jaejoong era rechazado por Shim Changmin, él y yo terminábamos enredados en una habitación.
Esta vez no era diferente.
—Si Changminiie, ahí por favor, dame más, te necesito tanto—.
Eso era lo único que repetía mientras yo salía y entraba en su cuerpo, aquel que era una maldición que me carcomía poco a poco.
Pude parar, y decirle que ya no quería que siguiera usando mi cuerpo, pero ya no podía, de verdad no podía. Algo que al principio se sentía como tocar las estrellas del cielo, ahora se sentía como quemarme en el abismo del infierno.
Y lo peor era que me encantaba, ¿masoquista? Quizá un poco, pero por Kim Jaejoong hasta que me quede sin alma, eso es seguro.
Seguí embistiéndolo lentamente, sabía que pronto mi amante prestado llegaría a su límite, conocía a plenitud todos les gestos de su cuerpo, todo él era mío pero sin pertenecerme, dolía tanto y tanto.
Poco tiempo después se corrió encima de mí susurrando el nombre de Changmin al final de su clímax. Sentí mi corazón estallar y mi orgasmo se quedó atorado, en lugar de sentir placer, paso todo lo contrario. Entonces, por qué estoy tan feliz, soy un idiota.
Un idiota que ama con todo su ser a Kim Jaejoong
Poco después la persona a mi lado se quedó dormida, lo arrope con la sabana y le di un casto beso en la frente, mientras yo me recostaba del otro lado de la cama, mis lágrimas no dejaban de caer, aun no comprendo porque lo amo tanto.
Está bien si mi felicidad
se corta por la mitad.
Si estas a mi lado.
La mañana siguiente volví a despertar solo, como siempre, con los restos que me quedaban de la noche anterior, y un corazón más roto que antes.
—Buenos días Yoochunnie, te prepare el desayuno—.
Ahí estaba otra vez, cómo podía fingir tan bien que lo de anoche entre nosotros no pasó.
Quisiera odiarlo, de verdad quisiera, pero mi corazón no entiende de razones.
—Gracias Jae, no te hubieras molestado—.
—Tú jamás serás una molestia Yoochun-ah, sabes que te aprecio mucho—.
Jaejoong siempre me recordaba que lo único que sentía por mí era aprecio, y eso me mataba tanto, ver cada día su hermosa sonrisa, escuchar el eco de su voz por toda la casa, sentir el roce de su piel con la mía. Detesto decirle que lo amo cuando por más que grito, él no puede escucharlo.
—Gracias—.
Esas lagrimas traicioneras que amenazan con salir, tengo que mostrarme fuerte para que él así se apoye en mí, aunque el dolor sea mi fiel compañero por toda la eternidad.
Cuándo será el día que Jaejoong por fin escuche los sonidos estridentes de mi corazón fallido, sonidos que provoca él con su dulzura, con la forma que me mira, ¿cuándo?
‘Te amo Jaejoong-ah’
Incluso si me hechas a un lado,
yo te protegeré.
[Words You Can't Hear — Shin Seung Hoon]
N.A. :La canción de este capítulo es del Drama 'I Hear Your Voice' aquí la pueden escuchar!
Llorooooo!! Ay no! Pobre yoochunnie cada vez que jae le dice que el no sabe lo que siente cuando el es el que mejor lo sabe...y changmin brujo wuuu yoochun debe intentar dejar a jae o que jae se de cuenta de que chun lo ama y lo deje de lastimar
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