AMOR EN ESPERA
30/06/2010
…
…
Si tuvieras en tus manos, el poder de regresar a un momento de tu
vida.
Aunque sea solo por un instante.
¿Qué momento sería?
Esa época de la infancia cuando nada era demasiado difícil y tú
máxima preocupación era no tener lo que pediste para Navidad. Tal vez ese
momento cuando conociste a esa persona que revolvió tu mundo por completo. Ese
rato en que quieres creer en el amor.
Puede ser algo sencillo, yo elijo el mejor de mis recuerdos.
Cuando tenía doce y mi padre me levantó, yo renegué y me levanté fastidiada. En
el balcón mi mamá sostenía a mi hermano de seis años entre sus brazos media
dormida también, pero mi padre sonreía, orgulloso, repleto de emoción. He visto
a mi padre sonreír muchas veces, pero no tantas veces de la misma forma.
Él abrió las cortinas del balcón, la oscuridad de las cuatro de la
mañana ni me inmutó, dijo que esperáramos un poco más. Y pronto el amanecer
llegó. Y fue hermoso, lo más bello que he tenido el placer de contemplar, desde
entonces me gusta la naturaleza, desde entonces estoy a favor de ella, y peleo
contra la gente que considera la calle como su basurero personal.
Mi hermano se despertó y mi mamá tomó de la mano a mi papá. No es
mentira, no son letras marcando una historia falsa. Es la verdad, uno de mis
momentos más íntimos que hoy he decidido compartir con ustedes. Por que esta
historia tiene de mí, más de lo que pueden imaginar.
Esa madrugada me aferré al balcón, observando por varios minutos
ese momento, en silencio. Grabándolo con fuerza en mí memora. Y supe, que eso
era la felicidad, esa paz era felicidad. Siempre he tenido esa capacidad de no
ser tan inocente ante lo que ocurre a mí alrededor. El bien y el mal estaban
claros para mí desde entonces, desde mucho antes. Y ese momento era perfecto.
Es mi recuerdo más valioso.
Si algún día me perdiera en la inconsciencia, quisiera que ese
momento jamás se borrara.
¿Cursi? Tal vez lo soy, a veces pienso que un poco, a veces pienso
que un mucho.
…
…
—¿Qué te parece
esta Universidad?
Minho se arrimó
un poco en Changmin, apoyando la quijada en su hombro, observando desde arriba
el panfleto en sus manos, y Shim leía atento, analizando cada posibilidad,
llevando entre sus manos varios panfletos más, de otras Universidades que
fácilmente podían ser una opción.
—Es buena, me
gusta. ¿Y tú?
Minho se alejó un
poco, sonriente, negando con la cabeza.
—¿Yo? Pero si
apenas voy a segundo, tú eres el interesado en esto, ya vas a tercero. Tienes
que empezar a pensar en ello.
—Tú también
deberías.
—Luego… no me
interesa mucho por ahora.
Y esa tranquila
despreocupación hizo a Changmin sonreír, momentáneamente Minho no quería tocar
el tema, y estaba bien. Changmin lo aceptaba. Aún tenían un año pendiente. Ese
año que les pertenecía solo a los dos.
—¿Has pensado en
una beca, Changmin?
—No, en realidad.
Pero si se da, mucho mejor.
Minho sabía que
la familia de Changmin tenía el dinero para mandarlo donde a él le diera la
gana. No había demasiado que agregar, más que esa mirada profunda que ahora le
enviaba, aparte de esos días de vacaciones que habían tomado y que ahora de
regreso en Seúl todo parecía andar incluso mejor.
—Changmin, cuando
seas un hombre exitoso, todavía estaré a tu lado, ¿verdad?
—Quizá…
Changmin sonrió
en cuanto notó la mirada evidente de Minho, y rió un poco, aventurándose aún
empujón que nunca llegó cuando pasó una mano por sus hombros, impulsándolo a
continuar caminando.
—Nuestra historia
nunca me fue muy clara Minho, hagamos muchos recuerdos que afiance esto que
tenemos. No te quiero olvidar.
—¿Crees que
podrías olvidarme?
—En realidad,
casi estoy seguro de que serás el primero en aburrirte de mí.
Y Minho sonrió,
agitando un poco su cabeza y apresando disimuladamente la mano de Changmin que
colgaba por su hombro. Con la mirada fija hacía adelante, abriéndose paso entre
la gente que caminaba por el lugar.
—Eres idiota,
Changmin…
Y su pequeña
frase quedó en el aire, Changmin sonrió. Y se pegó un poco más a él. Caminando
tranquilos. Aferrándose a ese momento y nada más.
…
…
Yoochun miró el
reflejo en el espejo.
Esa imagen segura
que sus ojos proyectaban. Y sonrió.
Complacido miró
su nuevo aspecto, su acostumbrado cabello largo había sido eliminado por
completo, ahora su cabello era corto, más corto de lo habitual, de lo que
alguna vez llevó.
Pasó una mano por
su cabello contemplando su reflejo y sintiéndose más que renovado. Las
vacaciones mendigaban sus últimos días, y fructífero para él, se había empeñado
en perfeccionar su voz, y ahora su cambio de apariencia lo hacía sentir mejor,
como si estuviera dando un giro más en su vida.
—Mi hermano se ve
más apuesto de lo normal, que raro…
Yunho apareció,
apoyándose en el resquicio de la puerta, cruzando sus brazos y con una sonrisa
en los labios, pronto, Yoochun rodó los ojos.
—Deja el
sarcasmo, Yunho.
Una pequeña risa
fue lo único que escuchó antes de girar para poder cambiarse de camisa,
actuando descuidadamente cuando se quitó la que llevaba puesta y de inmediato
Yoochun lo hizo girar hacía él.
—¿Qué es esto,
Yoochun?
Inmediatamente,
Park se giró, mirando a su hermano a la cara.
—Nada.
—¡Te hiciste un
tatuaje!
—¿Entonces para
que preguntas?
Yunho entrecerró
los ojos y Yoochun suspiró, cruzándose de brazos.
—Si, ¿bien? Es un
tatuaje, me lo hice como hace una semana. Pero es un secreto.
—¿Perdón? Papá va
a matarte.
—¿En serio? Pues
entonces seremos dos.— Yunho arrugó el entrecejo. Y Yoochun rió divertido. –¿En
serio crees que no me he dado cuenta de ese tatuaje cursi que Jaejoong y tú
tienen en el tobillo?
Casi por
instinto, Yunho retrocedió un poco, y Yoochun levantó una ceja.
—Pronto
viajaremos, ya usaremos como excusa la experiencia. No te preocupes, Yunho.
—Maldición, pero
¿tenían que ser alas?
—Soy un ángel,
¿Qué esperabas?
Yunho rodó los
ojos, observando a Yoochun empezar a colocarse la nueva camisa, sin problemas y
aparentemente tranquilo. Yunho sabía, su tatuaje era pequeño, y relativamente
discreto, pero el de Yoochun ¡prácticamente ocupaba toda la zona alta de su
espalda!
Pasó una mano por
su rostro y bufó.
No iba a
insistir, Yoochun estaba seguro de que estaba bien.
Él no iba a
convencerlo de lo contrario.
…
…
—Creo que ya con
esto y terminamos de empacar.
Heechul pasó el
brazo por su frente, secando la pequeña capa de sudor y sonriendo complacido al
notar que finalmente todo estaba empacado en su respectivo lugar.
—Si, eso parece.
Y Siwon cerró la
última de las cajas, observando su habitación antes completamente pulcra y
ordenada, ahora prácticamente vacía. Como si hubiera empacado casi toda su vida
en el pasar de los últimos días desde que volvieron desde las Vegas.
—¿Listo para ir a
Japón? ¿Seguro que no te vas a arrepentir?
—No, Heechul.
Esto es lo que quiero. Además ya no puedes sacarme de tu vida tan fácilmente
como antes.
Heechul rió un
poco, apoyándose en Siwon, suavemente antes de soltar un suspiro, antes de
sentir los brazos de Choi abrazarlo ligeramente.
—Donghae me
llamó, dice que mamá está bien. Y que todo está listo para cuando lleguemos.
—Él ha sido muy
amable al ofrecerse a ayudarnos con todo.
—Es un buen
chico, un poco callado, pero buen chico al final.
—Seguramente tú y
tu personalidad se encargaran de cambiar eso.
En un breve momento,
Kim golpeó el pecho de Siwon, y este rió un poco, volviéndolo a abrazar esta
vez, con más fuerza que antes.
—Me refería a lo
de cambiar lo callado que es.
Heechul solo
bufó, no creyéndole demasiado, pero aún así optando por seguir abrazado a él un
poco más.
—Vamos a
ducharnos, o sino se nos hará demasiado tarde.
Siwon asintió,
resignado a tener que soltar a Heechul, y consumir esas pocas horas que les
quedaba en Corea.
…
…
Justo a tiempo,
Jaejoong llegó a casa.
Quitándose los
audífonos de los oídos, y respirando un poco agitado, con el sudor pegando la
ropa a su cuerpo. Luego de aquellas dos horas que llevaba corriendo y que
últimamente se le había hecho una buena nueva costumbre.
Cuando ingresó a
la cocina, por un poco de agua, su hermana menor sonrió complacida, comiendo un
poco de aquel pastel que su madre había preparado temprano en la mañana.
—Oye, Jae. Tú
como que le quieres ser infiel a Yunho en el extranjero, por que últimamente le
tomas mucha importancia a tu cuerpo. Pronto dejaras de ser delgado, a tener
algo de músculos.
Jaejoong viró los
ojos, sirviéndose un poco de agua y murmurando un bajo ‘Tonta’ que seguramente
Noomin no escuchó, pero igual provocó que riera molestosa mientras él se
dedicaba a caminar hacía su habitación.
Aún debía
ducharse, y terminar de empacar. Ver a Yunho que desde ayer no lo veía y pensar
en esa despedida que cruzaba entre sus pensamientos. No hallaba las palabras
adecuadas y justo en ese momento tampoco podía hallarlas.
Por que en lo
único que pensaba era en pasar los últimos momentos que le quedaban en Corea
junto a su familia, amigos y Yunho.
…
…
El ruido en el
lugar era potente.
La música se
escuchaba a todo volumen. Y la plaza se encontraba completamente abarrotada de
personas que iban y venían de un lado a otro emocionadas con lo que podía haber
o no en el lugar.
Y Changmin estaba
ahí, frente a Minho. En un pequeño vaivén de sus miradas conectadas brevemente,
lo suficientemente cerca como para acariciar su rostro y que aquel gesto pasara
desapercibido, hasta que Minho acortó las distancia y besó sus labios. En una caricia
pequeña.
—Oigan dejen el
exhibicionismo.
Yoochun apareció,
con su andar relajado y una sonrisa en el rostro que Changmin no correspondió,
por que lo miró fijamente, como con ganas de querer golpearlo, por lo que
Yoochun rió un poco y Minho suspiró. Hasta que Yunho se unió a ellos por
supuesto.
—No lo mates
Changmin, ya deberías estar acostumbrado a él.
—Hyung, ¿cuándo
te cortaste el cabello?
Minho habló
despreocupado, mirando con atención la nueva apariencia de Yoochun y él solo
llevó una mano a su cabello, sonriendo autosuficiente.
—Si, hace unos
días, y ya sé que me veo mejor que antes aunque eso parezca imposible.
Changmin solo
rodó los ojos, abrazando un poco a Minho que sonrió divertido ante aquello. La
imagen de Jaejoong se divisó a lo lejos, corría hacía ellos, seguramente
pensando que llegaba tarde.
—¿Y Siwon y
Heechul?
La voz de
Jaejoong sonaba agitada, mientras se apoyaba suavemente en el brazo de Yunho.
—Aún no llegan.
—Que bueno, pensé
que llegaba tarde.
Una sonrisa apareció
en sus labios y Yunho solo se agachó un poco para besar sus labios. Jaejoong
intentó erguirse nuevamente, un poco menos agitado que antes, y contento de
poder estar ahí otra vez.
Inevitablemente,
Yoochun levantó un poco la mirada. Mirando entre la gente, estaban en el lugar
exacto que le había dicho a Junsu. Y trataba lo más discreto que podía,
buscarlo con la mirada.
—Listo, ya
estamos aquí.
La voz animada de
Heechul los tomó por sorpresa, tomados de la mano. Siwon y Heechul acababan de
aparecer, desde uno de los laterales. Con una brillante sonrisa en el rostro y
aparentemente libres de culpa por llegar tarde.
—¿A quien busca
Yoochun?
Las palabras de
Siwon fueron suaves, y Changmin solo levantó un poco los hombros. Yoochun
seguía intentando ubicarlo. Pero por más que intentaba ver en cada persona, la
imagen de Junsu no aparecía. Era muy probable que no hubiera podido viajar, y
otro tanto más probable que no hubiera querido viajar.
—Bueno, espero
que hayan leído la canción. Nos inscribí en la competencia de hoy.
—¿La de canto?
Changmin enarcó
una ceja, no muy dispuesta luchar contra aquello aún más cuando esta era la
última vez que vería a la gran mayoría de sus amigos. Pero Yoochun seguía
moviendo su cabeza de un lado a otro. Y Jaejoong fue el primero en hablar.
—¿Esperas a
alguien, Yoochun?
—En realidad,
creo que no…
Yoochun suspiró,
y casi al mismo rato, sus ojos divisaron aquella silueta que se abría paso
entre la gente tranquilamente, con una leva de tela ligera y negra, ajustada a
su cuerpo y con el cabello más castaño desde la última vez que lo vio.
Y entonces
sonrió.
Por instinto,
Changmin levantó la mirada. Y sus ojos se abrieron grandes, aún más cuando
Junsu estuvo a su alcance, cerca de él, luego de tantos meses. Fue casi
inevitable, su cuerpo viajó hasta él y lo abrazó, con fuerza. Con toda la que
podía.
—¡Junsu!
Su voz se perdió
entre el cuerpo de Junsu y ese abrazo casi asfixiante que le dio al menor. No
había muchas veces que Changmin pudiera mostrarse así de efusivo. Pero Junsu
siempre iba a ser su punto a parte en la vida.
Cuando Changmin
se alejó, Yoochun tuvo la oportunidad de acercarse a él, y sonreír esta vez un
poco más discretamente.
—Me alegra que
hayas podido venir.
Junsu asintió,
con una expresión calmada e incluso una sonrisa mínima. Yunho fue el siguiente,
colocando una mano en su hombro, y luego abrazándolo con esa necesidad extrema
que el tiempo les había impuesto.
—Me alegra verte
de nuevo.
—A mí también,
hyung.
Hubo ese momento
de tensión, en el que Siwon, Heechul y Minho solo asintieron a modo de saludo,
sabiéndose no en la suficiente confianza con él, como para acercarse demasiado.
Pero fue Jaejoong el que dio el primer paso. Estirando una mano hacía él.
—Bienvenido, Su.
—Gracias, hyung.
Y sus manos se
estrecharon en una pequeña afirmación de paz. Sin exageraciones ni lamentos,
tan solo una afrenta de paz bien recibida. Que marcaba el inicio de días
venideros que podían ser mejores.
—Nuestra canción
está a punto de salir, ¿leíste el mail?
—Me aprendí la
canción, si.
—Genial, temía
que hubieras cambiado de correo.
Yoochun suspiró
aliviado, con una mano en su pecho. Y Yunho pudo notar ese brillo en sus ojos
resurgir mientras estaba frente a Junsu. Mientras le daba las explicaciones
respecto a la canción.
Pudo notar
incluso, esa mirada en Junsu, afable y tranquila. Como ese Junsu que nunca
conoció, y que parecía revivir de a poco ante Yoochun. Sonrió complacido cuando
notó, que cada uno se dedicó a lo suyo en cuanto la gente en el escenario iba
pasando.
Y recordó más que
nada, que sería la primera y la última vez que compartiría un escenario con
todos ellos, en mucho tiempo quizá.
…
…
Yoochun sintió el
sol en su rostro. Cálido y sin ser inadecuado.
Las pequeñas
notas empezaron a sonar. Y el micrófono en sus manos lo apretó con fuerza.
Mi amor, abre mi corazón por
completo
Estas ahí, y te lo estoy
mostrando solo a ti
Esa voz profunda
de Yoochun, que comenzó con sus ojos cerrados, pensando y sintiendo cada
palabra mientras caminaba suavemente delante del escenario. Con sus amigos
detrás de él, poniendo cada recuerdo en sus palabras.
En mi vida que es tan oscura,
tu existencia es como las estrellas en el cielo nocturno
Me da esperanzas.
Jaejoong caminó,
un poco más seguro que antes, que la primera vez que estuvo en un escenario,
mirando al público y profundizando en su voz cada nota. Y sabía bien, que esas
palabras encerraban un poco más. Ese habito nuevo suyo, por rememorar cada
vivencia cuando cantaba.
Mientras me convertía en un
adulto, el mundo que nunca me cortaba se descuidó
Por causa de mentiras y
fracasos tiré todas mis expectativas futuras.
Yunho fue un poco
más rápido, con sus pasos firmes hacía al frente, con su voz animando un poco
más la canción, mirando casi de reojo a Jaejoong que le sonreía abiertamente,
sin despegar sus ojos de él. Y entonces el mundo estuvo un poco mejor.
Como un ángel te aproximaste a
un tipo como yo
Liberándome de esta brujería
Junsu había
respirado profundo antes de cantar. Llenándose de toda la seguridad que le fue
posible recaudar. No acostumbrado a eso, a un público que lo escuchara. Siendo
la primera vez que su voz estaba frente ante tantos, incluso más que aquella
vez en el Conservatorio. Y se sintió casi completo cuando eso sucedió.
Descubría un nuevo mundo en esos momentos y Yoochun desde su lugar, sin que él
lo pudiera ver, sonrió.
Por que eres mi milagro, si te
tengo el mundo entero se vuelve un sueño blanco
¿Sabes? aun no puedo mostrarte
lo mucho que te amo y me lamento por eso…
Changmin solo
cerró los ojos, con uno de sus brazos en alto cerrando el micrófono en su mano
con fuerza, entonando tal y cual lo había hecho la última vez. Parado junto a
Junsu una vez más. Enfocándose en esa pequeña parte de la canción que era solo
suya en ese momento.
A diario me canso de esta vida,
A veces, después de una larga
pelea, temo que me dejes
Y Minho pronto se
paró junto a Changmin, con una suave mirada mientras su voz se pegaba al
micrófono y su voz retumbaba por los parlantes, con un canto relajado. Con sus
ojos cruzándose con los de él y una sonrisa cómplice que solo se perdía entre
los dos.
Yo quien siempre te da dolor,
tu quien siempre me das la sonrisa más linda
Por ti puedo vivir en este hoy
Resultaba que
Heechul no estaba tan acostumbrado a cantar frente a un público, no de esa
forma, no analizando esas palabras que Yoochun había escogido para él. Y cuando
Siwon tomó su mano todo se calmó a su alrededor.
Una vida que puede durar para
siempre, desaparece como el viento en un momento
Personas quienes han cambiando
debido a la desilusión y el dolor incluso si me marcho
El tacto de
Heechul era cálido, igual que cuando lo conoció por primera vez. Recordó esa
primera vez, cuando vio sus ojos hace tantos años atrás. Y estiró su mano hacía
él. Era un y venir constante entre ambos, Siwon lo sabía, casi desde que lo vio
por primera vez. Heechul marcaría su vida, en aquella parte en su alma donde
nadie más llegaba.
De todas las personas en este
mundo te conocí gracias al destino
Si el mundo nos da permiso para
ser felices, no importa el cuando
Changmin pudo ver
de frente a Minho, ambos entonados en la misma línea de la canción, y su cuerpo
se movía por instinto. Con el aire de esa tarde sacudiendo sus cabellos, y
secando un poco su garganta.
Gracias a ti recordé, ese sueño
que tenía olvidado
Yoochun descubrió
ese sentimiento otra vez. Su voz junto a la de Junsu sonando al mismo tiempo.
Lo bien que se escuchaba. Y lo mucho que Junsu se esforzaba por que sonaran al
mismo nivel. Lo genial que era pronunciar esas palabras junto a las suyas.
Prometo que estaré contigo,
para siempre
Fue un breve
instante, en el que su voz sonó baja, con la primera frase de aquella letra
bailando en sus labios, Yunho dio ese exacto paso hacía él. En medio de esas
líneas que sabían a promesa. Y cuando el público empezó a aplaudir. Jaejoong
sonrió.
Con las últimas
notas sonando y el eco de su voz y la de Yunho jugando a ser una, se perdía
entre la plaza esa mañana.
…
…
Y el pequeño bar
restaurante se había llenado, en una de las mesas más grande rebosaba de
pequeños gritos y risas por parte de los ocho muchachos que con bebida en mano
se dedicaban a jugar con las medallas en su cuello y el pequeño premio del
primer lugar.
—Creo que me voy
a dedicar a esto del canto.
Changmin sonrió
orgulloso llevando un poco de bebida a su boca, mirando distraído el televisor
y el video musical que pasaba en esos momentos. Minho a su lado solo negó
levemente con una sonrisa en los labios.
Y justo en el
balcón, a un par de metros de aquella gran mesa. Junsu se había dedicado a
observar el pequeño panorama de ese día, con la mirada perdida entre los
edificios, y la noche que empezaba a posarse delante de sus ojos.
Esa pequeña boche
bohemia y nostálgica que recorría las calles de Seúl, que a partir de hoy en
mucho tiempo no vería, las parejas caminando por la calle, entre la plaza y el
festival que se desarrollaba. Las familias, los amigos, las risas y la emoción
de los días libres se podía palpar en el ambiente.
Junsu pensó que
extrañaría mucho todo aquello, por que la vida en Estados Unidos era
radicalmente diferente a como lo era en Corea, pero no por ello era mala. Y sin
embargo muchas cosas se quedaban ahí, cosas buenas y malas, entonces se apoyó
en el baranda de balcón y suspiró.
—¿Cómo va todo?
La vos de Yoochun
fue calmada, con el tinte de voz adecuado. Calmado mientras se paraba junto a
él, erguido observando el lugar que Junsu llevaba minutos contemplando.
—Bien, por cierto,
Junho te manda saludas.
—Dile que
igualmente.
Hubo un momento
de silencio, levemente corto en el que Yoochun aprovechó para beber del jarro
en su mano y Junsu regresó su mirada a las personas bajo él. Con el sonido de
las voces de sus compañeros y amigos relativamente cerca.
—Está…
¿regresando el Junsu de antes?
—Me sorprendió
que todos me recibieran como si nada…
—Todos estamos
madurando, Junsu. Cada uno a su manera y a su tiempo, pero lo hacemos. Muchas
cosas han cambiando en estos últimos meses. Creo que no somos los mismos que a
principio de año.
Junsu asintió,
notando recién que Yoochun tenía otro jarro en las manos, que colocó sobre el
barandal para que él pudiera tomarlo. Junsu sonrió un poco, irguiéndose
nuevamente, dejando de estar apoyado.
—Y, si.
—¿Si?
—Si está
regresando el Junsu de antes.
Yoochun compartió
una pequeña sonrisa, levantando un poco su jarro hacía Junsu. Y él la chocó con
ligereza.
—Suerte con tus
estudios en Europa.
—Igualmente, Su.
El pequeño sabor
a coctel en la bebida, con el licor algo fuerte hizo que Junsu arrugara un poco
la nariz, sacudiendo su cabeza y notando recién la nueva apariencia de Yoochun,
su mano viajó sola, directo a ese corto cabello.
—¿Cuándo cortaste
tu cabello? Es la primera vez que lo veo tan corto.
—Hace unas
semanas, quise probar como me quedaba.
Junsu asintió y
el pequeño brillo desde la oreja izquierda hizo que Yoochun moviera un poco la
cabeza.
—Y tú perforaste
tu oreja.
—Junho insistió,
él también quería uno, y no quería hacérselo solo.
La pequeña risa
de la boca de Yoochun logró una sonrisa en Junsu, en esa pequeña conversación
repleta de calma. Que probablemente jamás tuvieron antes.
…
…
Jaejoong apoyó la
cabeza en el hombro de Yunho.
Viendo desde su
lugar la espalda de Junsu y el perfil de Yoochun, ambos hablando casi en voz
baja, en aquel balcón alejado de ellos, sin miradas de por medio, sin caricias
sutiles ni nada por el estilo. Tan solo conversaban, y Yunho parecía haberse
percatado también de ello.
—Supongo que lo
de ellos es algo que no se puede evitar.
—Aunque les
tomara mucho tiempo re hacer lo que tuvieron alguna vez.
Jaejoong asintió,
en un ligero movimiento, dejando que su mano viajara hasta la de Yunho, y se
posara sobre ella. Junsu desde su lugar frente a Junsu sonrió y Yoochun lo hizo
también. En una pequeña sonrisa que pronto se convirtió en risa.
Empezaba a
anochecer y todo parecía estar un poco mejor.
…
…
—¿Alguna vez te
dije que me gusta mucho actuar?
Heechul sostenía
la mano de Siwon con fuerza. Balanceando un poco sus manos, mientras caminaban
por las calles ya un poco oscuras, encaminados hacía el hogar de Siwon.
Habiéndose despedido ya de todos sus amigos.
—¿En serio?
—Bueno, un poco.
Hoy descubrí que me gusta mucho cantar también.
Siwon sonrió,
ante ese espíritu de Heechul por querer hacer muchas cosas y estar dispuesto a
cumplir con todas ellas, sostuvo un poco más su mano y continuó caminando.
Sintiendo en su mano el frío metal del anillo que Heechul llevaba y sonrió.
Mirando de reojo
el anillo que él llevaba en la otra mano.
—Cuando nos
graduemos, ¿volveremos a Corea?
—Si, pero me
gustaría regresar antes.
—Oh, claro… Las
fiestas familiares, ¿no?
—Tienes que
volver conmigo, Heechul.
—Lo sé.
Brevemente
Heechul sonrió, aún caminando de la mano de Siwon por esas oscuras calles
apenas iluminadas, por lo bien que se sentía aquellos. Y esos malos recuerdos
que se iban quedando afortunadamente atrás.
…
…
Minho levantó un
poco el rostro de la cama.
Dormitaba un poco
aún, como si se hubiera levantado expresamente para poder ver el rostro de
Changmin. Acostado junto a él, en la habitación del mayor. Minho sonrió,
acomodándose un poco mejor, para poder observarlo un poco más.
Estaba el hecho
de que su padre había accedido a que se quedara a dormir donde un amigo,
siempre y cuando volviera a casa para las diez de la mañana, y por la luz que
entraba en la habitación, Minho imaginaba que eran ya las nueve o diez y que le
quedaba poco tiempo junto a él.
Lo que quedó de
la noche anterior, se la habían pasado de local en loca viendo las variedades
de la feria. Los fuegos artificiales de esa noche. Lo hermosos que eran y la
manera en que Changmin apretó su mano con fuerza sin despegar los ojos del
cielo, y Minho no los despegó del perfil de Changmin.
Evocó en su mente
que Changmin despertara, que lo viera a los ojos y le sonriera. Le gustaban las
sonrisas de Changmin a primera hora de la mañana. Tan sinceras que sacudían por
completo su corazón.
Y demonios que
incluso a veces hasta tenía miedo de sentir todo lo que sentía por él.
Ese amor que
puede ser peligroso si se vuelca en su contra. Pero aún así estaba ahí,
arriesgando su alma y corazón por una sonrisa. Por unas manos que cuando lo
tocaban lo hacían olvidar que Changmin podía romper su corazón.
Era mejor no
pensar en eso. Por que había tomado la decisión de quererlo y dejarse querer.
Por que si salía lastimado iba a doler como nunca antes, pero justo ahora ese
sentimiento era irrepetible. Y lo valía, valía la pena arriesgarse por algo
así.
—¿Por qué no
duermes?
La voz de
Changmin sonó gruesa algo ronca inclusive y Minho sonrió.
—Pronto me tengo
que ir.
—¿Y? Quédate un
rato más.
Changmin estiró
su brazo, sobres los brazos de Minho, atrayéndolo a su cuerpo, a su pecho con
cuidado. Sintiéndose cómodo con ese acercamiento y con el calor de Minho en su
cuerpo. Y aunque la respuesta de Minho demoró, su voz en susurros fue
agradable.
—…Solo una hora
más.
…
…
Jaejoong había
pedido ese día domingo como exclusiva para él.
La noche la pasaría
en familia. Con su madre, sus hermanas. Justo antes de tomar su vuelo. Por eso,
siendo las tres de la tarde permanecía sentado en el sillón del departamento de
Yunho, siendo rodeado por esos brazos y ambos fingiendo que en realidad le
prestaban atención a la película en el televisor.
Sintió a Yunho
apoyar la quijada en su cabeza, con un suspiro.
—¿Estás bien?
—Voy a extrañar
esto.
—¿Abrazarme?
—Estar contigo en
general.
Jaejoong suspiró
también. Lion apareció de pronto, bostezando tiernamente y estirándose de a
poco en cada paso que daba. Y por un instante ambos parecieron perderse en esa
imagen.
—No puedo creer
que en verdad te lleves a Lion.
—Es como un hijo
para mí, jamás lo dejaría.
Jaejoong sonrió,
miró las cajas a su alrededor, la mayoría seguramente irían a parar a la casa
de los padres de Yunho y Yoochun, la otra parte se enviarían a Europa donde
Yunho viviría por los siguientes años.
Y el corazón de
Jaejoong sufrió un poco.
—Voy a extrañarte
Jaejoong.
—Yo también,
Yunho.
Giró para
abrazarlo, para poder rodearlo con sus brazos y tratar de transmitirle la misma
paz que él sentía cuando Yunho lo abrazaba. No hubieron besos, solo esos
pequeños suspiros que de pronto se escapaban entre sus brazos.
Y la película que
en algún momento terminó.
…
…
A Yoochun le
gustaba aquella vista.
En lo más alto
que había, frente a la pequeña imagen de todos los demás edificios, con el
viento moviendo sus cabellos. Respiró profundo y supuso que era la mejor manera
de pasar ese último día en Seúl.
—Llamé a tu casa
y dijeron que habías salido.
Junsu de pronto
lucía animado, caminando hacía él con aquellas gafas de sol y una sonrisa en el
rostro.
—¿Cómo supiste
que estaba aquí?
—No lo sé… solo
adiviné.
Poco más que
sorprendido, Yoochun negó un poco, intentando que su sonrisa no fuera tan
grande como lo imaginaba. Junsu se colocó frente a él, suspirando hondamente.
—Extrañaré estas
vistas.
El comentario
vago hizo que Yoochun regresara brevemente su mirada hacía el mismo lugar que
él hasta hace un instante contemplaba. Junsu parecía incluso de buen humor, y
Yoochun no tenía ni idea de por que lo había ido a buscar.
—Junsu…
—Mi vuelo sale en
dos horas, quería despedirme.
La respuesta
llegó del mismo modo que Junsu, de improvisto y sin que él alcanzara a
requerirla. Junsu lo miró una última vez, quitándose las gafas, y sonriendo
ampliamente.
—Muchas gracias
por lo del día de ayer, la pasé muy bien. Verlos a todos… fue reconfortante.
—Cuídate mucho,
Su.
—Despídeme de los
demás. ¿Si?
Asintió,
inconsciente del momento en que Junsu se acercó y de pronto puso sus labios
encima de los de él. En un contacto de segundos, en un instante en que ese traicionero
saltó, ese músculo en su pecho que jamás lo obedecía.
—Adiós.
La voz de Junsu
sonó cálida, baja, repleta de en eufemismo que el mismo Yoochun desconoció. Y
se marchó como si nada, dejando los labios de Yoochun con ese toque breve que
había alborotado sus pensamientos.
Bloqueando
cualquier razonamiento y corrió, tras de él una vez más.
Esa última y
única vez más.
—¡Junsu!
Bajó las
escaleras, las pocas que Junsu había bajado, él había girado, sorprendido de
que estuviera ahí, se acercó, con sus pasos firmes y su mirada controlada.
—¿Cómo te
atreves?
—Yoochun yo…
—¿Cómo te atreves
a besarme y dejarme ahí parado como un reverendo imbécil?
—Pero yo no…
Y antes de que
Junsu pudiera terminar de hablar su mano viajó directo a esa espalda de Kim,
sus labios a su boca y sus ojos se cerraron. En un contacto que sabía a
recuerdos y que al mismo tiempo sabía a descubrimiento. Justo como un primer
beso.
Como cuando un
hueco en el estómago se posa ahí, los pensamientos de inseguridad se alborotan
en la cabeza, y las manos incluso tiemblan. En que los ojos cerrados son el
mejor escudo y el amor flota en el aire, y si no es amor, se le parece
demasiado.
Eran dos
recuerdos, cada persona es una primera vez, una primera amistad, un primer
beso, un primer amor. Y Junsu era la primera herida en su corazón a la vez. Y
Yoochun la de él. Unidos por una cadena que parecía no tener fin.
…Como si el mundo
dejara de dar vueltas por ese momento.
—Si tú te llevas
un beso mío, yo merecía uno tuyo, ¿no?
Cuando Yoochun
habló, separando un poco sus labios, inevitablemente Junsu sonrió, cerrando los
ojos un momento más, guardando en sus recuerdos, ese justo minuto, en el que
sus labios cerca de los de Yoochun se sentían tan bien.
—Además, Junsu.
Es un hasta luego.
Junsu asintió,
embelesado por la voz de Yoochun, respirando profundo y volviendo a colocarse
las gafas de sol. Solo por si sus emociones lo traicionaban y sus ojos
expresaban algo más que una mirada.
—Hasta luego
Yoochun.
Se alejó, con una
última mirada hacía Park, luego giró y se empezó a alejar. Yoochun observó la
espalda de Junsu alejarse. Era un hasta luego con años de por medio, con
cicatrices por sanar. Y cosas que posiblemente quedaban pendiente entre los
dos.
Metió las manos
en los bolsillos de su pantalón y sonrió.
Por que su
despedida con Junsu había sido mejor que la anterior.
Por que su vida
apenas empezaba y mientras eso sucedía. Ambos se recuperarían.
…Y tal vez algún
día, lo volvería a ver.
…
…
Siwon y Heechul
habían dicho nada de despedidas.
Su vuelo salía en
la noche de ese domingo, y habían hablado con Yoochun, se habían despedido, con
abrazo de por medio y la promesa de seguir en contacto al menos. Heechul sabía
que las despedidas no eran lo suyo, mucho menos lo de Siwon, y la noche
anterior entre sonrisas y recuerdos compartidos, contaba como despedida.
Por eso cuando
agarró su maleta, respiró hondo, Siwon era el que llevaba la mayor cantidad de
maletas, su pertenencias después de todo estaban en Japón desde hace mucho, y
miró entre las personas, tratando de grabar sus últimos momentos ahí.
—Ya está, podemos
subir.
Siwon apareció,
leyendo un par de cosas entre los papeles en sus manos, seguramente verificando
que todo estuviera en su lugar.
—De acuerdo,
vámonos.
Caminó a su lado,
esa noche, en medio del montón de gente que había. Y los minutos que aún le
sobraban para embarcar. Jugó un poco con el anillo en su dedo anular y sonrió.
Todo iba a estar bien. De ahora en adelante, sencillamente se iba a esforzar un
poco más.
Y Siwon lo
ayudaría a hacer el peso de la vida, un poco más ligero.
…
…
Eran las siete y
diez de la mañana, cuando Yunho miró el reloj en la pared del aeropuerto por
última vez. Luego miró a Jaejoong frente a él, Kim arreglaba el cuello de su
camisa, en gesto amable, concentrado en lo que hacía sobre el cuello de la
camisa de Jung. Y ese momento lo hizo suspirar.
—Ya está.
Jaejoong sonrió
complacido con su trabajo, miró a los ojos a Yunho y supo que el momento había
llegado, sostuvo su mirada un rato más. Tratando de ver en sus ojos el momento
exacto en que se quedó de la misma forma.
Meses atrás
cuando descubrió que viviría en el departamento junto a él, y entonces pensó,
que su mundo se había arruinado. Fue como si ese Yunho con una barrera por
delante hubiera aparecido otra vez, pero en esta ocasión, Jaejoong si podía
caminar hasta él y tomar su mano.
Deslizó su mano,
buscando la de él. Y la apretó con fuerza. Apoyando su frente junto a la de
Yunho.
—Cuando te vuelva
a ver, tatuare tu nombre completo en mí.
Yunho escuchó las
palabras de Jaejoong, claras y concisas, en una promesa con tintes a
esperanzas, entonces acarició su rostro, suave y respiró profundamente una vez
más.
—No me olvides…
Los ojos de
Jaejoong se abrieron, grandes y expresivos como si esa sola petición hubiera
hecho mella dentro de él, como si las ideas en su cabeza viajaran solas y
formaran toda una canción.
Volvió a mirarlo
otra vez y en esta ocasión Yunho lo miraba, con una tranquilidad pasmosa, con
una sonrisa en los labios que quedó prendada en los suyos. En un beso de
despedida en medio del bullicio y la gente que había.
Sostuvo su mano
hasta el último momento, y lo vio alejarse. Yoochun lo esperaba unos metros más
allá. Y Jaejoong solo pudo levantar una mano para despedirse de él. Se iban los
dos. Su primer amor, y el que se tatuó más allá de en su piel en su alma.
Por que Jaejoong
sabía que cada amor era como el primero.
Y que hasta
entonces, hasta que volviera ese amor tatuado en su alma. Él iba continuar. Con
esa vida que esperaba por él. Y ese avión suyo que despegaría en una hora y
media. Rumbo al otro lado de donde Yunho y Yoochun iban.
…
…
—¿Listo para el
nuevo año?
Minho lucia
feliz, lleno de ánimos y entusiasmo.
Changmin asintió,
con una pequeña sonrisa en los labios, sintiéndose extraño al saberse ya en
tercero, pero Minho levantó un puño y casi por instinto Changmin chocó el suyo
con el de Minho y sonrió.
—Es una lástima
que Jaejoong, Yunho y Yoochun hyung no nos dejaran ir a despedirlos al
aeropuerto. Ni Siwon y Heechul nos dejaron, por lo menos nos despedimos todos
en casa. Mamá y papá aceptaron por que odian las despedidas también.
En el trayecto
mientras avanzaban dentro de conservatorio. Con todos los muchachos que iban y
venían repletos de emoción al volverse a ver con sus compañeros luego de las
vacaciones, Minho y Changmin caminaban. Como si de pronto fuera su primer día
ahí.
—Este año sin
duda seré el más popular.
Changmin posó su
mirada en Minho y él solo sonrió divertido.
—¿Qué? Sabes que
es verdad, que tu seas un antisocial no quiere decir que yo también lo sea.
Minho elevó su
barbilla, repleto de orgullo, continuando con su camino, antes del inesperado
movimiento de Changmin al abrazarlo por la espalda y que su aroma lo
envolviera.
—Espero que este
año sea un poco más calmado que el anterior.
—Si, yo también.
Caminaron así un
rato más, ajenos al resto de estudiantes. Lejos de aquella foto que reposaba en
la habitación de Minho y en la de Changmin también. Aquella foto de casi un mes
atrás.
La imagen de los
dos, sonrientes, posando con sus rostros cerca de la cámara. Con el fondo
hermoso de la noche oscura y los fuegos artificiales en todo su esplendor.
Brillando y dando color a esa noche oscura de junio.
—Hey, Changmin,
¿sabes? Este año la fiesta de despedida la voy a hacer en mi casa.
—¿Otra vez en tu
casa? ¿Debo recordarte que la última fiesta que tuve en tu casa terminaste
golpeándome?
—Si, bueno… En
esta ocasión ya tienes Siwon al que besar.
—¿Y tú como
sabes?
Y Minho se
removió, entre los brazos de Changmin, torciendo la boca y empujándolo con los
hombros. Murmurando un suave. —…Idiota.— Que hizo a Changmin reír divertido
mientras caminaba tras él. Tratando de cambiar de tema y hacer que Minho
volviera a sonreír otra vez.
Aunque no fuera
tan difícil de conseguir.
…
…
~ULTIMA PUBLICACIÓN~
…
…
Publicado por: Nesly.
Estado: Pacific.
Escuchando: You’re my miracle
FIN
Es el último capitulo? Enserio? Hooooo yo quiero más no puede terminar T-T
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