KINGDOM TVXQ!

CLOSE 2U
Arualthings

Blogger - Cap. 21

AMOR EN ESPERA
30/06/2010




Si tuvieras en tus manos, el poder de regresar a un momento de tu vida.

Aunque sea solo por un instante.

¿Qué momento sería?

Esa época de la infancia cuando nada era demasiado difícil y tú máxima preocupación era no tener lo que pediste para Navidad. Tal vez ese momento cuando conociste a esa persona que revolvió tu mundo por completo. Ese rato en que quieres creer en el amor.

Puede ser algo sencillo, yo elijo el mejor de mis recuerdos. Cuando tenía doce y mi padre me levantó, yo renegué y me levanté fastidiada. En el balcón mi mamá sostenía a mi hermano de seis años entre sus brazos media dormida también, pero mi padre sonreía, orgulloso, repleto de emoción. He visto a mi padre sonreír muchas veces, pero no tantas veces de la misma forma.

Él abrió las cortinas del balcón, la oscuridad de las cuatro de la mañana ni me inmutó, dijo que esperáramos un poco más. Y pronto el amanecer llegó. Y fue hermoso, lo más bello que he tenido el placer de contemplar, desde entonces me gusta la naturaleza, desde entonces estoy a favor de ella, y peleo contra la gente que considera la calle como su basurero personal.

Mi hermano se despertó y mi mamá tomó de la mano a mi papá. No es mentira, no son letras marcando una historia falsa. Es la verdad, uno de mis momentos más íntimos que hoy he decidido compartir con ustedes. Por que esta historia tiene de mí, más de lo que pueden imaginar.

Esa madrugada me aferré al balcón, observando por varios minutos ese momento, en silencio. Grabándolo con fuerza en mí memora. Y supe, que eso era la felicidad, esa paz era felicidad. Siempre he tenido esa capacidad de no ser tan inocente ante lo que ocurre a mí alrededor. El bien y el mal estaban claros para mí desde entonces, desde mucho antes. Y ese momento era perfecto. Es mi recuerdo más valioso.

Si algún día me perdiera en la inconsciencia, quisiera que ese momento jamás se borrara.

¿Cursi? Tal vez lo soy, a veces pienso que un poco, a veces pienso que un mucho.





—¿Qué te parece esta Universidad?

Minho se arrimó un poco en Changmin, apoyando la quijada en su hombro, observando desde arriba el panfleto en sus manos, y Shim leía atento, analizando cada posibilidad, llevando entre sus manos varios panfletos más, de otras Universidades que fácilmente podían ser una opción.

—Es buena, me gusta. ¿Y tú?

Minho se alejó un poco, sonriente, negando con la cabeza.

—¿Yo? Pero si apenas voy a segundo, tú eres el interesado en esto, ya vas a tercero. Tienes que empezar a pensar en ello.
—Tú también deberías.

—Luego… no me interesa mucho por ahora.

Y esa tranquila despreocupación hizo a Changmin sonreír, momentáneamente Minho no quería tocar el tema, y estaba bien. Changmin lo aceptaba. Aún tenían un año pendiente. Ese año que les pertenecía solo a los dos.

—¿Has pensado en una beca, Changmin?
—No, en realidad. Pero si se da, mucho mejor.

Minho sabía que la familia de Changmin tenía el dinero para mandarlo donde a él le diera la gana. No había demasiado que agregar, más que esa mirada profunda que ahora le enviaba, aparte de esos días de vacaciones que habían tomado y que ahora de regreso en Seúl todo parecía andar incluso mejor.

—Changmin, cuando seas un hombre exitoso, todavía estaré a tu lado, ¿verdad?
—Quizá…

Changmin sonrió en cuanto notó la mirada evidente de Minho, y rió un poco, aventurándose aún empujón que nunca llegó cuando pasó una mano por sus hombros, impulsándolo a continuar caminando.

—Nuestra historia nunca me fue muy clara Minho, hagamos muchos recuerdos que afiance esto que tenemos. No te quiero olvidar.
—¿Crees que podrías olvidarme?

—En realidad, casi estoy seguro de que serás el primero en aburrirte de mí.

Y Minho sonrió, agitando un poco su cabeza y apresando disimuladamente la mano de Changmin que colgaba por su hombro. Con la mirada fija hacía adelante, abriéndose paso entre la gente que caminaba por el lugar.

—Eres idiota, Changmin…

Y su pequeña frase quedó en el aire, Changmin sonrió. Y se pegó un poco más a él. Caminando tranquilos. Aferrándose a ese momento y nada más.




Yoochun miró el reflejo en el espejo.

Esa imagen segura que sus ojos proyectaban. Y sonrió.

Complacido miró su nuevo aspecto, su acostumbrado cabello largo había sido eliminado por completo, ahora su cabello era corto, más corto de lo habitual, de lo que alguna vez llevó.

Pasó una mano por su cabello contemplando su reflejo y sintiéndose más que renovado. Las vacaciones mendigaban sus últimos días, y fructífero para él, se había empeñado en perfeccionar su voz, y ahora su cambio de apariencia lo hacía sentir mejor, como si estuviera dando un giro más en su vida.

—Mi hermano se ve más apuesto de lo normal, que raro…

Yunho apareció, apoyándose en el resquicio de la puerta, cruzando sus brazos y con una sonrisa en los labios, pronto, Yoochun rodó los ojos.

—Deja el sarcasmo, Yunho.

Una pequeña risa fue lo único que escuchó antes de girar para poder cambiarse de camisa, actuando descuidadamente cuando se quitó la que llevaba puesta y de inmediato Yoochun lo hizo girar hacía él.

—¿Qué es esto, Yoochun?

Inmediatamente, Park se giró, mirando a su hermano a la cara.

—Nada.
—¡Te hiciste un tatuaje!
—¿Entonces para que preguntas?

Yunho entrecerró los ojos y Yoochun suspiró, cruzándose de brazos.

—Si, ¿bien? Es un tatuaje, me lo hice como hace una semana. Pero es un secreto.
—¿Perdón? Papá va a matarte.

—¿En serio? Pues entonces seremos dos.— Yunho arrugó el entrecejo. Y Yoochun rió divertido. –¿En serio crees que no me he dado cuenta de ese tatuaje cursi que Jaejoong y tú tienen en el tobillo?

Casi por instinto, Yunho retrocedió un poco, y Yoochun levantó una ceja.

—Pronto viajaremos, ya usaremos como excusa la experiencia. No te preocupes, Yunho.
—Maldición, pero ¿tenían que ser alas?
—Soy un ángel, ¿Qué esperabas?

Yunho rodó los ojos, observando a Yoochun empezar a colocarse la nueva camisa, sin problemas y aparentemente tranquilo. Yunho sabía, su tatuaje era pequeño, y relativamente discreto, pero el de Yoochun ¡prácticamente ocupaba toda la zona alta de su espalda!

Pasó una mano por su rostro y bufó.

No iba a insistir, Yoochun estaba seguro de que estaba bien.

Él no iba a convencerlo de lo contrario.




—Creo que ya con esto y terminamos de empacar.

Heechul pasó el brazo por su frente, secando la pequeña capa de sudor y sonriendo complacido al notar que finalmente todo estaba empacado en su respectivo lugar.

—Si, eso parece.

Y Siwon cerró la última de las cajas, observando su habitación antes completamente pulcra y ordenada, ahora prácticamente vacía. Como si hubiera empacado casi toda su vida en el pasar de los últimos días desde que volvieron desde las Vegas.

—¿Listo para ir a Japón? ¿Seguro que no te vas a arrepentir?
—No, Heechul. Esto es lo que quiero. Además ya no puedes sacarme de tu vida tan fácilmente como antes.

Heechul rió un poco, apoyándose en Siwon, suavemente antes de soltar un suspiro, antes de sentir los brazos de Choi abrazarlo ligeramente.

—Donghae me llamó, dice que mamá está bien. Y que todo está listo para cuando lleguemos.
—Él ha sido muy amable al ofrecerse a ayudarnos con todo.

—Es un buen chico, un poco callado, pero buen chico al final.
—Seguramente tú y tu personalidad se encargaran de cambiar eso.

En un breve momento, Kim golpeó el pecho de Siwon, y este rió un poco, volviéndolo a abrazar esta vez, con más fuerza que antes.

—Me refería a lo de cambiar lo callado que es.

Heechul solo bufó, no creyéndole demasiado, pero aún así optando por seguir abrazado a él un poco más.

—Vamos a ducharnos, o sino se nos hará demasiado tarde.

Siwon asintió, resignado a tener que soltar a Heechul, y consumir esas pocas horas que les quedaba en Corea.




Justo a tiempo, Jaejoong llegó a casa.

Quitándose los audífonos de los oídos, y respirando un poco agitado, con el sudor pegando la ropa a su cuerpo. Luego de aquellas dos horas que llevaba corriendo y que últimamente se le había hecho una buena nueva costumbre.

Cuando ingresó a la cocina, por un poco de agua, su hermana menor sonrió complacida, comiendo un poco de aquel pastel que su madre había preparado temprano en la mañana.

—Oye, Jae. Tú como que le quieres ser infiel a Yunho en el extranjero, por que últimamente le tomas mucha importancia a tu cuerpo. Pronto dejaras de ser delgado, a tener algo de músculos.

Jaejoong viró los ojos, sirviéndose un poco de agua y murmurando un bajo ‘Tonta’ que seguramente Noomin no escuchó, pero igual provocó que riera molestosa mientras él se dedicaba a caminar hacía su habitación.

Aún debía ducharse, y terminar de empacar. Ver a Yunho que desde ayer no lo veía y pensar en esa despedida que cruzaba entre sus pensamientos. No hallaba las palabras adecuadas y justo en ese momento tampoco podía hallarlas.

Por que en lo único que pensaba era en pasar los últimos momentos que le quedaban en Corea junto a su familia, amigos y Yunho.




El ruido en el lugar era potente.

La música se escuchaba a todo volumen. Y la plaza se encontraba completamente abarrotada de personas que iban y venían de un lado a otro emocionadas con lo que podía haber o no en el lugar.

Y Changmin estaba ahí, frente a Minho. En un pequeño vaivén de sus miradas conectadas brevemente, lo suficientemente cerca como para acariciar su rostro y que aquel gesto pasara desapercibido, hasta que Minho acortó las distancia y besó sus labios. En una caricia pequeña.

—Oigan dejen el exhibicionismo.

Yoochun apareció, con su andar relajado y una sonrisa en el rostro que Changmin no correspondió, por que lo miró fijamente, como con ganas de querer golpearlo, por lo que Yoochun rió un poco y Minho suspiró. Hasta que Yunho se unió a ellos por supuesto.

—No lo mates Changmin, ya deberías estar acostumbrado a él.
—Hyung, ¿cuándo te cortaste el cabello?

Minho habló despreocupado, mirando con atención la nueva apariencia de Yoochun y él solo llevó una mano a su cabello, sonriendo autosuficiente.

—Si, hace unos días, y ya sé que me veo mejor que antes aunque eso parezca imposible.

Changmin solo rodó los ojos, abrazando un poco a Minho que sonrió divertido ante aquello. La imagen de Jaejoong se divisó a lo lejos, corría hacía ellos, seguramente pensando que llegaba tarde.

—¿Y Siwon y Heechul?

La voz de Jaejoong sonaba agitada, mientras se apoyaba suavemente en el brazo de Yunho.

—Aún no llegan.
—Que bueno, pensé que llegaba tarde.

Una sonrisa apareció en sus labios y Yunho solo se agachó un poco para besar sus labios. Jaejoong intentó erguirse nuevamente, un poco menos agitado que antes, y contento de poder estar ahí otra vez.

Inevitablemente, Yoochun levantó un poco la mirada. Mirando entre la gente, estaban en el lugar exacto que le había dicho a Junsu. Y trataba lo más discreto que podía, buscarlo con la mirada.

—Listo, ya estamos aquí.

La voz animada de Heechul los tomó por sorpresa, tomados de la mano. Siwon y Heechul acababan de aparecer, desde uno de los laterales. Con una brillante sonrisa en el rostro y aparentemente libres de culpa por llegar tarde.

—¿A quien busca Yoochun?

Las palabras de Siwon fueron suaves, y Changmin solo levantó un poco los hombros. Yoochun seguía intentando ubicarlo. Pero por más que intentaba ver en cada persona, la imagen de Junsu no aparecía. Era muy probable que no hubiera podido viajar, y otro tanto más probable que no hubiera querido viajar.

—Bueno, espero que hayan leído la canción. Nos inscribí en la competencia de hoy.
—¿La de canto?

Changmin enarcó una ceja, no muy dispuesta luchar contra aquello aún más cuando esta era la última vez que vería a la gran mayoría de sus amigos. Pero Yoochun seguía moviendo su cabeza de un lado a otro. Y Jaejoong fue el primero en hablar.

—¿Esperas a alguien, Yoochun?
—En realidad, creo que no…

Yoochun suspiró, y casi al mismo rato, sus ojos divisaron aquella silueta que se abría paso entre la gente tranquilamente, con una leva de tela ligera y negra, ajustada a su cuerpo y con el cabello más castaño desde la última vez que lo vio.

Y entonces sonrió.

Por instinto, Changmin levantó la mirada. Y sus ojos se abrieron grandes, aún más cuando Junsu estuvo a su alcance, cerca de él, luego de tantos meses. Fue casi inevitable, su cuerpo viajó hasta él y lo abrazó, con fuerza. Con toda la que podía.

—¡Junsu!

Su voz se perdió entre el cuerpo de Junsu y ese abrazo casi asfixiante que le dio al menor. No había muchas veces que Changmin pudiera mostrarse así de efusivo. Pero Junsu siempre iba a ser su punto a parte en la vida.

Cuando Changmin se alejó, Yoochun tuvo la oportunidad de acercarse a él, y sonreír esta vez un poco más discretamente.

—Me alegra que hayas podido venir.

Junsu asintió, con una expresión calmada e incluso una sonrisa mínima. Yunho fue el siguiente, colocando una mano en su hombro, y luego abrazándolo con esa necesidad extrema que el tiempo les había impuesto.

—Me alegra verte de nuevo.
—A mí también, hyung.

Hubo ese momento de tensión, en el que Siwon, Heechul y Minho solo asintieron a modo de saludo, sabiéndose no en la suficiente confianza con él, como para acercarse demasiado. Pero fue Jaejoong el que dio el primer paso. Estirando una mano hacía él.

—Bienvenido, Su.
—Gracias, hyung.

Y sus manos se estrecharon en una pequeña afirmación de paz. Sin exageraciones ni lamentos, tan solo una afrenta de paz bien recibida. Que marcaba el inicio de días venideros que podían ser mejores.

—Nuestra canción está a punto de salir, ¿leíste el mail?
—Me aprendí la canción, si.
—Genial, temía que hubieras cambiado de correo.

Yoochun suspiró aliviado, con una mano en su pecho. Y Yunho pudo notar ese brillo en sus ojos resurgir mientras estaba frente a Junsu. Mientras le daba las explicaciones respecto a la canción.

Pudo notar incluso, esa mirada en Junsu, afable y tranquila. Como ese Junsu que nunca conoció, y que parecía revivir de a poco ante Yoochun. Sonrió complacido cuando notó, que cada uno se dedicó a lo suyo en cuanto la gente en el escenario iba pasando.

Y recordó más que nada, que sería la primera y la última vez que compartiría un escenario con todos ellos, en mucho tiempo quizá.




Yoochun sintió el sol en su rostro. Cálido y sin ser inadecuado.

Las pequeñas notas empezaron a sonar. Y el micrófono en sus manos lo apretó con fuerza.


Mi amor, abre mi corazón por completo
Estas ahí, y te lo estoy mostrando solo a ti

Esa voz profunda de Yoochun, que comenzó con sus ojos cerrados, pensando y sintiendo cada palabra mientras caminaba suavemente delante del escenario. Con sus amigos detrás de él, poniendo cada recuerdo en sus palabras.


En mi vida que es tan oscura, tu existencia es como las estrellas en el cielo nocturno
Me da esperanzas.


Jaejoong caminó, un poco más seguro que antes, que la primera vez que estuvo en un escenario, mirando al público y profundizando en su voz cada nota. Y sabía bien, que esas palabras encerraban un poco más. Ese habito nuevo suyo, por rememorar cada vivencia cuando cantaba.

Mientras me convertía en un adulto, el mundo que nunca me cortaba se descuidó
Por causa de mentiras y fracasos tiré todas mis expectativas futuras.

Yunho fue un poco más rápido, con sus pasos firmes hacía al frente, con su voz animando un poco más la canción, mirando casi de reojo a Jaejoong que le sonreía abiertamente, sin despegar sus ojos de él. Y entonces el mundo estuvo un poco mejor.

Como un ángel te aproximaste a un tipo como yo
Liberándome de esta brujería

Junsu había respirado profundo antes de cantar. Llenándose de toda la seguridad que le fue posible recaudar. No acostumbrado a eso, a un público que lo escuchara. Siendo la primera vez que su voz estaba frente ante tantos, incluso más que aquella vez en el Conservatorio. Y se sintió casi completo cuando eso sucedió. Descubría un nuevo mundo en esos momentos y Yoochun desde su lugar, sin que él lo pudiera ver, sonrió.

Por que eres mi milagro, si te tengo el mundo entero se vuelve un sueño blanco
¿Sabes? aun no puedo mostrarte lo mucho que te amo y me lamento por eso…


Changmin solo cerró los ojos, con uno de sus brazos en alto cerrando el micrófono en su mano con fuerza, entonando tal y cual lo había hecho la última vez. Parado junto a Junsu una vez más. Enfocándose en esa pequeña parte de la canción que era solo suya en ese momento.

A diario me canso de esta vida,
A veces, después de una larga pelea, temo que me dejes

Y Minho pronto se paró junto a Changmin, con una suave mirada mientras su voz se pegaba al micrófono y su voz retumbaba por los parlantes, con un canto relajado. Con sus ojos cruzándose con los de él y una sonrisa cómplice que solo se perdía entre los dos.

Yo quien siempre te da dolor, tu quien siempre me das la sonrisa más linda
Por ti puedo vivir en este hoy

Resultaba que Heechul no estaba tan acostumbrado a cantar frente a un público, no de esa forma, no analizando esas palabras que Yoochun había escogido para él. Y cuando Siwon tomó su mano todo se calmó a su alrededor.


Una vida que puede durar para siempre, desaparece como el viento en un momento
Personas quienes han cambiando debido a la desilusión y el dolor incluso si me marcho

El tacto de Heechul era cálido, igual que cuando lo conoció por primera vez. Recordó esa primera vez, cuando vio sus ojos hace tantos años atrás. Y estiró su mano hacía él. Era un y venir constante entre ambos, Siwon lo sabía, casi desde que lo vio por primera vez. Heechul marcaría su vida, en aquella parte en su alma donde nadie más llegaba.

De todas las personas en este mundo te conocí gracias al destino
Si el mundo nos da permiso para ser felices, no importa el cuando

Changmin pudo ver de frente a Minho, ambos entonados en la misma línea de la canción, y su cuerpo se movía por instinto. Con el aire de esa tarde sacudiendo sus cabellos, y secando un poco su garganta.

Gracias a ti recordé, ese sueño que tenía olvidado

Yoochun descubrió ese sentimiento otra vez. Su voz junto a la de Junsu sonando al mismo tiempo. Lo bien que se escuchaba. Y lo mucho que Junsu se esforzaba por que sonaran al mismo nivel. Lo genial que era pronunciar esas palabras junto a las suyas.

Prometo que estaré contigo, para siempre

Fue un breve instante, en el que su voz sonó baja, con la primera frase de aquella letra bailando en sus labios, Yunho dio ese exacto paso hacía él. En medio de esas líneas que sabían a promesa. Y cuando el público empezó a aplaudir. Jaejoong sonrió.

Con las últimas notas sonando y el eco de su voz y la de Yunho jugando a ser una, se perdía entre la plaza esa mañana.




Y el pequeño bar restaurante se había llenado, en una de las mesas más grande rebosaba de pequeños gritos y risas por parte de los ocho muchachos que con bebida en mano se dedicaban a jugar con las medallas en su cuello y el pequeño premio del primer lugar.

—Creo que me voy a dedicar a esto del canto.

Changmin sonrió orgulloso llevando un poco de bebida a su boca, mirando distraído el televisor y el video musical que pasaba en esos momentos. Minho a su lado solo negó levemente con una sonrisa en los labios.

Y justo en el balcón, a un par de metros de aquella gran mesa. Junsu se había dedicado a observar el pequeño panorama de ese día, con la mirada perdida entre los edificios, y la noche que empezaba a posarse delante de sus ojos.

Esa pequeña boche bohemia y nostálgica que recorría las calles de Seúl, que a partir de hoy en mucho tiempo no vería, las parejas caminando por la calle, entre la plaza y el festival que se desarrollaba. Las familias, los amigos, las risas y la emoción de los días libres se podía palpar en el ambiente.

Junsu pensó que extrañaría mucho todo aquello, por que la vida en Estados Unidos era radicalmente diferente a como lo era en Corea, pero no por ello era mala. Y sin embargo muchas cosas se quedaban ahí, cosas buenas y malas, entonces se apoyó en el baranda de balcón y suspiró.

—¿Cómo va todo?

La vos de Yoochun fue calmada, con el tinte de voz adecuado. Calmado mientras se paraba junto a él, erguido observando el lugar que Junsu llevaba minutos contemplando.

—Bien, por cierto, Junho te manda saludas.
—Dile que igualmente.

Hubo un momento de silencio, levemente corto en el que Yoochun aprovechó para beber del jarro en su mano y Junsu regresó su mirada a las personas bajo él. Con el sonido de las voces de sus compañeros y amigos relativamente cerca.

—Está… ¿regresando el Junsu de antes?
—Me sorprendió que todos me recibieran como si nada…

—Todos estamos madurando, Junsu. Cada uno a su manera y a su tiempo, pero lo hacemos. Muchas cosas han cambiando en estos últimos meses. Creo que no somos los mismos que a principio de año.

Junsu asintió, notando recién que Yoochun tenía otro jarro en las manos, que colocó sobre el barandal para que él pudiera tomarlo. Junsu sonrió un poco, irguiéndose nuevamente, dejando de estar apoyado.

—Y, si.
—¿Si?
—Si está regresando el Junsu de antes.

Yoochun compartió una pequeña sonrisa, levantando un poco su jarro hacía Junsu. Y él la chocó con ligereza.

—Suerte con tus estudios en Europa.
—Igualmente, Su.

El pequeño sabor a coctel en la bebida, con el licor algo fuerte hizo que Junsu arrugara un poco la nariz, sacudiendo su cabeza y notando recién la nueva apariencia de Yoochun, su mano viajó sola, directo a ese corto cabello.

—¿Cuándo cortaste tu cabello? Es la primera vez que lo veo tan corto.
—Hace unas semanas, quise probar como me quedaba.

Junsu asintió y el pequeño brillo desde la oreja izquierda hizo que Yoochun moviera un poco la cabeza.

—Y tú perforaste tu oreja.
—Junho insistió, él también quería uno, y no quería hacérselo solo.

La pequeña risa de la boca de Yoochun logró una sonrisa en Junsu, en esa pequeña conversación repleta de calma. Que probablemente jamás tuvieron antes.



Jaejoong apoyó la cabeza en el hombro de Yunho.

Viendo desde su lugar la espalda de Junsu y el perfil de Yoochun, ambos hablando casi en voz baja, en aquel balcón alejado de ellos, sin miradas de por medio, sin caricias sutiles ni nada por el estilo. Tan solo conversaban, y Yunho parecía haberse percatado también de ello.

—Supongo que lo de ellos es algo que no se puede evitar.
—Aunque les tomara mucho tiempo re hacer lo que tuvieron alguna vez.

Jaejoong asintió, en un ligero movimiento, dejando que su mano viajara hasta la de Yunho, y se posara sobre ella. Junsu desde su lugar frente a Junsu sonrió y Yoochun lo hizo también. En una pequeña sonrisa que pronto se convirtió en risa.

Empezaba a anochecer y todo parecía estar un poco mejor.




—¿Alguna vez te dije que me gusta mucho actuar?

Heechul sostenía la mano de Siwon con fuerza. Balanceando un poco sus manos, mientras caminaban por las calles ya un poco oscuras, encaminados hacía el hogar de Siwon. Habiéndose despedido ya de todos sus amigos.

—¿En serio?
—Bueno, un poco. Hoy descubrí que me gusta mucho cantar también.

Siwon sonrió, ante ese espíritu de Heechul por querer hacer muchas cosas y estar dispuesto a cumplir con todas ellas, sostuvo un poco más su mano y continuó caminando. Sintiendo en su mano el frío metal del anillo que Heechul llevaba y sonrió.

Mirando de reojo el anillo que él llevaba en la otra mano.

—Cuando nos graduemos, ¿volveremos a Corea?
—Si, pero me gustaría regresar antes.

—Oh, claro… Las fiestas familiares, ¿no?
—Tienes que volver conmigo, Heechul.
—Lo sé.

Brevemente Heechul sonrió, aún caminando de la mano de Siwon por esas oscuras calles apenas iluminadas, por lo bien que se sentía aquellos. Y esos malos recuerdos que se iban quedando afortunadamente atrás.




Minho levantó un poco el rostro de la cama.

Dormitaba un poco aún, como si se hubiera levantado expresamente para poder ver el rostro de Changmin. Acostado junto a él, en la habitación del mayor. Minho sonrió, acomodándose un poco mejor, para poder observarlo un poco más.

Estaba el hecho de que su padre había accedido a que se quedara a dormir donde un amigo, siempre y cuando volviera a casa para las diez de la mañana, y por la luz que entraba en la habitación, Minho imaginaba que eran ya las nueve o diez y que le quedaba poco tiempo junto a él.

Lo que quedó de la noche anterior, se la habían pasado de local en loca viendo las variedades de la feria. Los fuegos artificiales de esa noche. Lo hermosos que eran y la manera en que Changmin apretó su mano con fuerza sin despegar los ojos del cielo, y Minho no los despegó del perfil de Changmin.

Evocó en su mente que Changmin despertara, que lo viera a los ojos y le sonriera. Le gustaban las sonrisas de Changmin a primera hora de la mañana. Tan sinceras que sacudían por completo su corazón.

Y demonios que incluso a veces hasta tenía miedo de sentir todo lo que sentía por él.

Ese amor que puede ser peligroso si se vuelca en su contra. Pero aún así estaba ahí, arriesgando su alma y corazón por una sonrisa. Por unas manos que cuando lo tocaban lo hacían olvidar que Changmin podía romper su corazón.

Era mejor no pensar en eso. Por que había tomado la decisión de quererlo y dejarse querer. Por que si salía lastimado iba a doler como nunca antes, pero justo ahora ese sentimiento era irrepetible. Y lo valía, valía la pena arriesgarse por algo así.

—¿Por qué no duermes?

La voz de Changmin sonó gruesa algo ronca inclusive y Minho sonrió.

—Pronto me tengo que ir.
—¿Y? Quédate un rato más.

Changmin estiró su brazo, sobres los brazos de Minho, atrayéndolo a su cuerpo, a su pecho con cuidado. Sintiéndose cómodo con ese acercamiento y con el calor de Minho en su cuerpo. Y aunque la respuesta de Minho demoró, su voz en susurros fue agradable.

—…Solo una hora más.




Jaejoong había pedido ese día domingo como exclusiva para él.

La noche la pasaría en familia. Con su madre, sus hermanas. Justo antes de tomar su vuelo. Por eso, siendo las tres de la tarde permanecía sentado en el sillón del departamento de Yunho, siendo rodeado por esos brazos y ambos fingiendo que en realidad le prestaban atención a la película en el televisor.

Sintió a Yunho apoyar la quijada en su cabeza, con un suspiro.

—¿Estás bien?
—Voy a extrañar esto.

—¿Abrazarme?
—Estar contigo en general.

Jaejoong suspiró también. Lion apareció de pronto, bostezando tiernamente y estirándose de a poco en cada paso que daba. Y por un instante ambos parecieron perderse en esa imagen.

—No puedo creer que en verdad te lleves a Lion.
—Es como un hijo para mí, jamás lo dejaría.

Jaejoong sonrió, miró las cajas a su alrededor, la mayoría seguramente irían a parar a la casa de los padres de Yunho y Yoochun, la otra parte se enviarían a Europa donde Yunho viviría por los siguientes años.

Y el corazón de Jaejoong sufrió un poco.

—Voy a extrañarte Jaejoong.
—Yo también, Yunho.

Giró para abrazarlo, para poder rodearlo con sus brazos y tratar de transmitirle la misma paz que él sentía cuando Yunho lo abrazaba. No hubieron besos, solo esos pequeños suspiros que de pronto se escapaban entre sus brazos.

Y la película que en algún momento terminó.




A Yoochun le gustaba aquella vista.

En lo más alto que había, frente a la pequeña imagen de todos los demás edificios, con el viento moviendo sus cabellos. Respiró profundo y supuso que era la mejor manera de pasar ese último día en Seúl.

—Llamé a tu casa y dijeron que habías salido.

Junsu de pronto lucía animado, caminando hacía él con aquellas gafas de sol y una sonrisa en el rostro.

—¿Cómo supiste que estaba aquí?
—No lo sé… solo adiviné.

Poco más que sorprendido, Yoochun negó un poco, intentando que su sonrisa no fuera tan grande como lo imaginaba. Junsu se colocó frente a él, suspirando hondamente.

—Extrañaré estas vistas.

El comentario vago hizo que Yoochun regresara brevemente su mirada hacía el mismo lugar que él hasta hace un instante contemplaba. Junsu parecía incluso de buen humor, y Yoochun no tenía ni idea de por que lo había ido a buscar.

—Junsu…
—Mi vuelo sale en dos horas, quería despedirme.

La respuesta llegó del mismo modo que Junsu, de improvisto y sin que él alcanzara a requerirla. Junsu lo miró una última vez, quitándose las gafas, y sonriendo ampliamente.

—Muchas gracias por lo del día de ayer, la pasé muy bien. Verlos a todos… fue reconfortante.
—Cuídate mucho, Su.
—Despídeme de los demás. ¿Si?

Asintió, inconsciente del momento en que Junsu se acercó y de pronto puso sus labios encima de los de él. En un contacto de segundos, en un instante en que ese traicionero saltó, ese músculo en su pecho que jamás lo obedecía.

—Adiós.

La voz de Junsu sonó cálida, baja, repleta de en eufemismo que el mismo Yoochun desconoció. Y se marchó como si nada, dejando los labios de Yoochun con ese toque breve que había alborotado sus pensamientos.

Bloqueando cualquier razonamiento y corrió, tras de él una vez más.

Esa última y única vez más.

—¡Junsu!

Bajó las escaleras, las pocas que Junsu había bajado, él había girado, sorprendido de que estuviera ahí, se acercó, con sus pasos firmes y su mirada controlada.

—¿Cómo te atreves?
—Yoochun yo…

—¿Cómo te atreves a besarme y dejarme ahí parado como un reverendo imbécil?
—Pero yo no…

Y antes de que Junsu pudiera terminar de hablar su mano viajó directo a esa espalda de Kim, sus labios a su boca y sus ojos se cerraron. En un contacto que sabía a recuerdos y que al mismo tiempo sabía a descubrimiento. Justo como un primer beso.

Como cuando un hueco en el estómago se posa ahí, los pensamientos de inseguridad se alborotan en la cabeza, y las manos incluso tiemblan. En que los ojos cerrados son el mejor escudo y el amor flota en el aire, y si no es amor, se le parece demasiado.

Eran dos recuerdos, cada persona es una primera vez, una primera amistad, un primer beso, un primer amor. Y Junsu era la primera herida en su corazón a la vez. Y Yoochun la de él. Unidos por una cadena que parecía no tener fin.

…Como si el mundo dejara de dar vueltas por ese momento.

—Si tú te llevas un beso mío, yo merecía uno tuyo, ¿no?

Cuando Yoochun habló, separando un poco sus labios, inevitablemente Junsu sonrió, cerrando los ojos un momento más, guardando en sus recuerdos, ese justo minuto, en el que sus labios cerca de los de Yoochun se sentían tan bien.

—Además, Junsu. Es un hasta luego.

Junsu asintió, embelesado por la voz de Yoochun, respirando profundo y volviendo a colocarse las gafas de sol. Solo por si sus emociones lo traicionaban y sus ojos expresaban algo más que una mirada.

—Hasta luego Yoochun.

Se alejó, con una última mirada hacía Park, luego giró y se empezó a alejar. Yoochun observó la espalda de Junsu alejarse. Era un hasta luego con años de por medio, con cicatrices por sanar. Y cosas que posiblemente quedaban pendiente entre los dos.

Metió las manos en los bolsillos de su pantalón y sonrió.

Por que su despedida con Junsu había sido mejor que la anterior.

Por que su vida apenas empezaba y mientras eso sucedía. Ambos se recuperarían.

…Y tal vez algún día, lo volvería a ver.




Siwon y Heechul habían dicho nada de despedidas.

Su vuelo salía en la noche de ese domingo, y habían hablado con Yoochun, se habían despedido, con abrazo de por medio y la promesa de seguir en contacto al menos. Heechul sabía que las despedidas no eran lo suyo, mucho menos lo de Siwon, y la noche anterior entre sonrisas y recuerdos compartidos, contaba como despedida.

Por eso cuando agarró su maleta, respiró hondo, Siwon era el que llevaba la mayor cantidad de maletas, su pertenencias después de todo estaban en Japón desde hace mucho, y miró entre las personas, tratando de grabar sus últimos momentos ahí.

—Ya está, podemos subir.

Siwon apareció, leyendo un par de cosas entre los papeles en sus manos, seguramente verificando que todo estuviera en su lugar.

—De acuerdo, vámonos.

Caminó a su lado, esa noche, en medio del montón de gente que había. Y los minutos que aún le sobraban para embarcar. Jugó un poco con el anillo en su dedo anular y sonrió. Todo iba a estar bien. De ahora en adelante, sencillamente se iba a esforzar un poco más.

Y Siwon lo ayudaría a hacer el peso de la vida, un poco más ligero.




Eran las siete y diez de la mañana, cuando Yunho miró el reloj en la pared del aeropuerto por última vez. Luego miró a Jaejoong frente a él, Kim arreglaba el cuello de su camisa, en gesto amable, concentrado en lo que hacía sobre el cuello de la camisa de Jung. Y ese momento lo hizo suspirar.

—Ya está.

Jaejoong sonrió complacido con su trabajo, miró a los ojos a Yunho y supo que el momento había llegado, sostuvo su mirada un rato más. Tratando de ver en sus ojos el momento exacto en que se quedó de la misma forma.

Meses atrás cuando descubrió que viviría en el departamento junto a él, y entonces pensó, que su mundo se había arruinado. Fue como si ese Yunho con una barrera por delante hubiera aparecido otra vez, pero en esta ocasión, Jaejoong si podía caminar hasta él y tomar su mano.

Deslizó su mano, buscando la de él. Y la apretó con fuerza. Apoyando su frente junto a la de Yunho.

—Cuando te vuelva a ver, tatuare tu nombre completo en mí.

Yunho escuchó las palabras de Jaejoong, claras y concisas, en una promesa con tintes a esperanzas, entonces acarició su rostro, suave y respiró profundamente una vez más.

—No me olvides…

Los ojos de Jaejoong se abrieron, grandes y expresivos como si esa sola petición hubiera hecho mella dentro de él, como si las ideas en su cabeza viajaran solas y formaran toda una canción.

Volvió a mirarlo otra vez y en esta ocasión Yunho lo miraba, con una tranquilidad pasmosa, con una sonrisa en los labios que quedó prendada en los suyos. En un beso de despedida en medio del bullicio y la gente que había.

Sostuvo su mano hasta el último momento, y lo vio alejarse. Yoochun lo esperaba unos metros más allá. Y Jaejoong solo pudo levantar una mano para despedirse de él. Se iban los dos. Su primer amor, y el que se tatuó más allá de en su piel en su alma.

Por que Jaejoong sabía que cada amor era como el primero.

Y que hasta entonces, hasta que volviera ese amor tatuado en su alma. Él iba continuar. Con esa vida que esperaba por él. Y ese avión suyo que despegaría en una hora y media. Rumbo al otro lado de donde Yunho y Yoochun iban.




—¿Listo para el nuevo año?

Minho lucia feliz, lleno de ánimos y entusiasmo.

Changmin asintió, con una pequeña sonrisa en los labios, sintiéndose extraño al saberse ya en tercero, pero Minho levantó un puño y casi por instinto Changmin chocó el suyo con el de Minho y sonrió.

—Es una lástima que Jaejoong, Yunho y Yoochun hyung no nos dejaran ir a despedirlos al aeropuerto. Ni Siwon y Heechul nos dejaron, por lo menos nos despedimos todos en casa. Mamá y papá aceptaron por que odian las despedidas también.

En el trayecto mientras avanzaban dentro de conservatorio. Con todos los muchachos que iban y venían repletos de emoción al volverse a ver con sus compañeros luego de las vacaciones, Minho y Changmin caminaban. Como si de pronto fuera su primer día ahí.

—Este año sin duda seré el más popular.

Changmin posó su mirada en Minho y él solo sonrió divertido.

—¿Qué? Sabes que es verdad, que tu seas un antisocial no quiere decir que yo también lo sea.

Minho elevó su barbilla, repleto de orgullo, continuando con su camino, antes del inesperado movimiento de Changmin al abrazarlo por la espalda y que su aroma lo envolviera.

—Espero que este año sea un poco más calmado que el anterior.
—Si, yo también.

Caminaron así un rato más, ajenos al resto de estudiantes. Lejos de aquella foto que reposaba en la habitación de Minho y en la de Changmin también. Aquella foto de casi un mes atrás.

La imagen de los dos, sonrientes, posando con sus rostros cerca de la cámara. Con el fondo hermoso de la noche oscura y los fuegos artificiales en todo su esplendor. Brillando y dando color a esa noche oscura de junio.

—Hey, Changmin, ¿sabes? Este año la fiesta de despedida la voy a hacer en mi casa.
—¿Otra vez en tu casa? ¿Debo recordarte que la última fiesta que tuve en tu casa terminaste golpeándome?

—Si, bueno… En esta ocasión ya tienes Siwon al que besar.
—¿Y tú como sabes?

Y Minho se removió, entre los brazos de Changmin, torciendo la boca y empujándolo con los hombros. Murmurando un suave. —…Idiota.— Que hizo a Changmin reír divertido mientras caminaba tras él. Tratando de cambiar de tema y hacer que Minho volviera a sonreír otra vez.

Aunque no fuera tan difícil de conseguir.



~ULTIMA PUBLICACIÓN~


Publicado por: Nesly.
Estado: Pacific.

Escuchando: You’re my miracle

FIN

1 Comentarios:

  1. Es el último capitulo? Enserio? Hooooo yo quiero más no puede terminar T-T

    ResponderEliminar

Deja tu comentario \(*O*)/ ♥ ♥
o más bien... deja tus pensamientos pervertidos grabados en esta entrada XD