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The Secret Code. Detective Agency: "Bad Wolf" - Cap. 5

Yoochun fijó a Changmin al colchón, alineó su cuerpo con el de su amante. Soltó un suspiro al sentir el agradable peso del vampiro presionando contra él, nunca había tenido el placer de saber que su amante cuidaba de sus necesidades perfectamente. Un hombre capaz de leer su mente al hacer el amor nunca tendría movimientos equivocados. La torpeza habitual no existía desde que Yoochun podía anticipar cado uno de sus antojos.

«Ojala te quedarás el resto del tiempo fuera de mi cabeza».

—Pero me encanta visitar tu mente— ronroneó—. Me dice mucho mejor las cosas que tu boca.

—Compórtate o no vas hacer nada con mi boca pese a lo que encuentres que mi mente podría decir —frunció el ceño.

Un fuerte beso hizo a Changmin repensar su postura. Terminó por recorrer con sus dedos por el cabello de Yoochun simplemente porque podía hacerlo. De todas las cosas que se perdió por tener un amante estable, la libertad de tocar con total libertad a la otra persona, era la más grande.

—Deja de pensar en los amantes pasados cuando estoy contigo. Debería ser todo lo que piensas—. Los ojos de Yoochun tomaron un tinte rojo.

—Lo siento—. Changmin estuvo de acuerdo con la declaración de Yoochun. Si pudiera leer la mente, no le gustaría saber que su amante estaba pensando en otra persona mientras tenían sexo.

Inclinó la cabeza en alto por otro beso. A Yoochun le gustaba tomar el control. La mayoría del tiempo, Changmin luchaba contra él por el dominio, pero no hoy. Esta vez cedió a la necesidad de Yoochun de estar a cargo, dejando que el vampiro reafirmara su conexión y calmara su naturaleza.

Hundiéndose en el abrazo, se relajó bajo el cuerpo duro de Yoochun, lo que permitió que el vampiro tuviera la última palabra. Hasta ahora no había habido una gran cantidad de caricias y no mucha acción teniendo en cuenta que estaban desnudos.

—Puedes empezar en cualquier momento, ahora me parece una buena opción.

—He empezado— Yoochun sonrió, exponiendo los colmillos por completo—. Me estoy tomando las cosas con calma.

—Sabes que tengo una cantidad limitada de tiempo en este planeta ¿No? Yo no voy a estar aquí esperando 200 años cuando tú finalmente decidas que estás listo para hacerlo— levantó una ceja ante Yoochun.

«¿Necesito ser más claro o tengo que salir de la cama hacer un diagrama? ¿Quizás los vampiros entiendan mejor con títeres de calcetines ?»

—No creo que los títeres sean necesarios— alargo cada una de las palabras para hacer desesperar al menor. Luego se deslizó a la derecha de su amante para que tomara más aire antes de hacer otro movimiento. Envolvió un puño apretado alrededor de la erección de Changmin, haciendo que se arquera por la sensación.

—¡Oh, maldita sea!

—¿Mejor, amor? — Su tono de voz era calmado, pero sus ojos brillaban con picardía.

—Mucho— cedió y dejó que el jadeo escapara de sus labios—, pero creo que puedes ir más rápido.

—No— apartó la mano—. Quiero estar dentro de ti cuando te vengas.

Changmin pensó acerca de las diferentes formas de matar a un vampiro.

—Eso no es muy agradable de tu parte, más aun cuando estoy a punto de enviarte al paraíso.

—Debes dejar de leer romances de mierda— se burló—¿Paraíso? ¡Por favor!

Yoochun deslizó sus manos grandes a lo largo del cuerpo de Changmin, con una lenta intensidad, como si tuviera una lección de geografía al día siguiente que tenía que pasar con gran éxito.

—Pensé que habíamos acordado acelerar las cosas— se movió bajo los dedos de Yoochun, deseoso de pasar de tocar a coger.

—Paciencia— bromeó.

Changmin gruñó, se dio la vuelta y fijó al vampiro a la cama.

La sonrisa de Yoochun se reflejaba en sus ojos. Por un segundo, Changmin fue capturado en su belleza. Le dio un fuerte beso en los labios, estampando su esencia para que incluso otros paranormales pudieran oler su aroma en el vampiro.

—¿Reclamándome como tuyo? —La risa de Yoochun tenía un sonido alegre que Changmin nunca había oído antes.

—Por supuesto—. Podría no estar seguro acerca de su relación con un vampiro, pero no quería que nadie lo tocara.

—Yo soy tuyo, bebé. No tienes que preocuparte por eso—. Yoochun rodó hasta que Changmin se apretó contra el colchón, sus miembros frotándose en un pegajoso beso pre-semen.

Yoochun agarró el lubricante en la mesita de noche que Changmin no se había molestado en guardar la última vez. Se maldijo por la impaciencia cuando la tapa no se abrió de inmediato. Cuando quitó la parte superior, un chorro salió de la botella y aterrizó en el estómago de Changmin.

Changmin soltó una carcajada.

—Creo que se supone que debe ser utilizado un poco más abajo.

Yoochun sonrió. Deslizó los dedos por el líquido y, deslizando sus manos bajo el trasero de Changmin, apretó el dedo índice en el interior y se detuvo. La sensación de Yoochun dentro de él lo ponía en el cielo y no quería que terminara.

—Gracias por el dato.

—Otro—. Exigió, pero su amante exasperante simplemente lo retiró y volvió a meterlo.

—¿Dos? —Le preguntó inocentemente. Un segundo dedo se unió al primero, y luego un tercero— ¿Tres? ¿Cuatro? —Le robó un beso y Changmin soltó un quejido gutural— ¿Podrías tomar más? —Le preguntó sobre los labios de Changmin.

—Más.

Yoochun rió oscuramente sumido hasta que frotó la próstata de Changmin.

Changmin gimió y su cuerpo instintivamente se empujó hacia abajo para más fricción. Podría venirse de este empuje insistente de los dedos de Yoochun dentro de él y sus labios tan cerca de los suyos.

—Creo que he encontrado el lugar.

—Y...Has encontrado el lugar—. Coincidió Changmin. Era difícil hablar realmente en este punto y balbuceaba mientras respondía.

—Bien—. Yoochun se retiró, tomó otro chorro de lubricante con los dedos y lo extendió sobre su pene —. Eres exquisito, Señor Changmin.

Una vez que tenía todo lo que quería, Yoochun levantó el trasero de Changmin con sus grandes manos, alineado su erección y apretando en el interior.

—Oh, ahí mismo—. Un sonido bajo y canturreado se derramaba de Changmin. Su cuerpo se convirtió en nada más que en sensaciones cuando Yoochun estableció un ritmo.

—Agárrate a la cama—. Ordenó. Changmin hizo lo que le dijo. Llegó por encima de su cabeza, cerró las manos alrededor de la cabecera de metal y rezó para que el soporte no se rompiera en plena acción.

—Yoochun, por favor.

—No te muevas—. Dijo Yoochun mientras se movía un poco para cambiar el ángulo. Luces estallaron detrás de los ojos de Changmin y los cerró por el placer abrumador. Gemidos, maldiciones y, finalmente, un grito de finalización formó el mundo de Changmin. Su orgasmo tiró de sus bolas apretadas y utilizó el soporte adicional de sus manos sobre la cabeza de la cama para empujarse hacia abajo, Yoochun estaba increíblemente adentro. El vampiro gruñó por encima de él, liberando su semilla en el interior y siguió avanzando hasta que finalmente Changmin protestó débilmente.

Lo que este vampiro podía hacer con su miembro no era algo que pudiera siquiera empezar a describir, siempre lo dejaba sin habla. Sumado a ello, las olas de satisfacción vertiendo casi envían a Changmin a dormir. Suspiró mientras Yoochun se suavizaba y se deslizaba fuera de él, luego rodó sobre su espalda para acercar a Changmin más plenamente al lado de su cuerpo.

Changmin respiró lento y profundamente, tratando de recuperar el aliento. Sonrió cuando escuchó el corazón de Yoochun tronando bajo su oreja. Besos suaves aterrizaron en la parte superior de su cabeza. Para ser una criatura chupasangre, Yoochun era realmente muy cariñoso.

Algo le ocurrió a Changmin y frunció el ceño:

—¿Los vampiros tienen espermatozoides vivos?

—Piensas en las cosas más extrañas después de venirte—. Respondió Yoochun—. Sí, tengo esperma ¿Cómo crees que los vampiros llegaron a existir?

—Sabes que yo no sé mucho sobre los vampiros— Changmin se encogió de hombros

—Tienes mucho qué aprender. Pero no te preocupes, puedo enseñarte todo lo que quieras, no voy a irme a ninguna parte. Si quieres que sea parte de tu vida, voy a estar aquí hasta que mueras— prometió—. Hey, todo estará bien.

Sin embargo, el vampiro no pudo evitar sentir una ola de desesperación. Perder a Changmin no era una opción para él.

A pesar de que él había dicho esas palabras, Changmin se preguntó:

«¿Podría soportar estar con un vampiro por el resto de mi vida y no dar le el derecho a morderme? ¿Soy un maldito bastardo por no dar todo de sí para Yoochun?»

—¿Existen vampiros que no han mordido a sus compañeros? —Preguntó Changmin.

—No—. No había ninguna duda en la voz de Yoochun—. Se eligen para muchas cosas, pero todas ellas se recogen porque algo de su aroma nos dice y la sangre de nuestra pareja se adapta a nuestros gustos.

Si realmente quería tener una relación con un vampiro, él no lo podía encadenar para siempre a una relación superficial. Changmin inclinó la cabeza.

— Muérdeme.

Casi esperaba que Yoochun hablara o discutiera o dijera algo, en cambio, agarró el pelo del más joven en un férreo control y hundió sus colmillos en el cuello expuesto. Si Yoochun no hubiera utilizado un apretón tan fuerte, Changmin podría haberse apartado y arrancado su yugular. En su lugar, hizo ruidos fuertes. Una corriente lo atravesó, como si hubiera recibido un golpe con un palo eléctrico. Changmin deslizó sus dedos profundamente en el pelo de Yoochun para mantenerlo allí. A partir de los gemidos que salían de la garganta del vampiro, no tenía dudas de que estaba gozando de su sabor.

Después de una eternidad el éxtasis lo inundó. Yoochun estaba tomando su sangre, pero con cada trago le mandaba una ola de placer a su amante que recorría hasta la última célula de su cuerpo.

«Entonces así es como se siente…»

Yoochun deslizó sus colmillos del cuello y lamió la marca de la mordedura. Satisfecho, asintió a Changmin.

—Ahora te he marcado como mío—. La voz de Yoochun era feliz, como si acabara de recibir todo lo que siempre quiso envuelto con un bonito moño brillante. Changmin se sentía excitado y tocó con los dedos el lugar de la picadura.

Había una sensación uniforme en la piel y en ese momento deseaba desesperadamente que la marca nunca lo dejara.

—Ya sabía que era tuyo—. Changmin respondió.

— Y ahora todo el mundo lo sabrá también — Yoochun sonrió.

—Vamos a tomar una ducha. No queremos oler a sexo cuando el hombre lobo venga a encontrarnos— Sacudiendo la cabeza, Changmin salió de la cama

Yoochun asintió.

— Buen punto.

~::~::~::~::~

—Son sirenas.

Changmin levantó la vista cuando Kangin entró en su despacho.

—¿Qué? Pensé que eran seres humanos—Se pasó los dedos por el pelo todavía húmedo.

El cazador olfateó el aire.

— Espero que no te aburras mientras buscamos los secuestradores.

—Hemos encontrado una manera de entretenernos— Yoochun arrastró las palabras desde su silla junto a la ventana. No parecía afectado por la declaración de Kangin, y ciertamente no se sonrojó como Changmin.

—De cualquier forma ¿Qué te hace pensar que son sirenas las que se han llevado a las niñas? La náyade pensó que eran seres humanos — Changmin carraspeó.

—¿Quién dijo que no pueden ser al mismo tiempo los dos? —Preguntó Leeteuk—. No son mutuamente excluyentes. Su tío humano hizo un montón de trabajo para los paranormales. Hay seres humanos que pueden ser contratados para hacer el trabajo sucio de las sirenas.

—¿Crees que estas personas están trabajando para las sirenas? — Changmin hizo una mueca al pensar sobre qué tipo de trabajos su tío en realidad había estado haciendo.

Leeteuk asintió.

—Si los seres humanos están secuestrando a las niñas y las sirenas están involucradas, yo apostaría mi local a que los seres humanos fueron contratados por ellos.

—¿Por qué? ¿Las sirenas qué desean de las niñas? Los sonidos de la cinta de Yoonmi son de diferentes tipos de paranormales—. Un escalofrío recorrió a Changmin.

—¿Cómo es su reproducción?

—Escasa—. Leeteuk palideció —¿Estás pensando que están recibiendo estas niñas con fines de reproducción? Pero todas ellas son muy jóvenes.

—¿No sería mejor tener tiempo para lavarles el cerebro antes de hacerlo? —Preguntó Changmin. Su estómago amenazaba con revolverse por la idea de las niñas estaban pasando.

—Mi pobre bebé—. Kangin se sentó bruscamente como si sus rodillas se hubieran derrumbado debajo de él.

Changmin miró con interés cuando Leeteuk se arrodilló junto a la silla de Kangin, dándole un toque reconfortante en su brazo.

—Por el lado positivo, no van a querer hacerle daño—. Ofreció Changmin. Aspiró a la cosa de confort. Él siempre se sintió más incómodo que sabio.

—Eso es verdad. Ellos no quieren hacerles daño si piensan en mantenerlas a largo plazo— Kangin lo miró, la esperanza creciendo en sus ojos.

—Tenemos que descubrir dónde están escondidas las niñas. No pueden tomarlas bajo el agua por lo que tienen que tener una casa en tierra firme donde planean alojarlas. Si hay casi una docena de niñas, entonces ellos van a necesitar un lugar relativamente grande. Sólo tenemos que concentrarnos en grandes edificios por el agua que recientemente se han adquirido o se les concedió permisos para reformas importantes.

—Buena idea— dijo Yoochun.

—Tengo que volver a mi tienda. Pero, por favor, háganme saber si puedo ayudar más—. Leeteuk trazó un ligero toque en el pelo de Kangin con sus dedos antes de volver a salir.

Kangin se centró en Changmin.

— Dime que tienes algo y vamos a ir de inmediato—. Entonces él agarró la muñeca del demonio antes de que el diera un un paso demás—. Yo voy contigo, Leeteuk, tenemos que hablar.

Leeteuk abrió la boca y Changmin estaba seguro de que el demonio se opondría.

En cambio, la boca de Leeteuk se cerró y él asintió con la cabeza.

—Está bien. Creo que tenemos algunas cosas que discutir.

Por la expresión de Kangin, no se veía con ganas de discutir y supuso que no estaba en su agenda.

—Hazme saber cuándo encuentres algo.

—Voy a hablar con Jaejoong— dijo Yoochun.

La mirada que le dio a Changmin debería haberle quemado los pies. Los recuerdos de su anterior encuentro brillaron como una bola de rayo a través de su cuerpo. Yoochun se sacudió en su asiento.

Changmin se echó a reír.

—Te voy a hacer pagar más adelante por tu comentario oportuno— advirtió a Yoochun.

Su tono le dijo que él debía esperar a la noche.

Después de que todo el mundo se había ido, Changmin se recostó en su silla y dejó escapar un profundo suspiro. Él estaba muy por encima de su cabeza y se ahogaba rápidamente ¿Qué demonios estaba pensando? Tal vez podría vender el edificio y arrastrar su culo humano de vuelta al mundo normal. Un lugar donde su horario de recepción no cobraría vida y su amante no podía leer su mente.

—Me gustaría que no pudieras leer mi mente— murmuró Changmin. La idea de que alguien hojeara sus pensamientos le disbustaba.

Un breve golpe sonó en la puerta de su oficina, entonces Jaejoong entró.

—¡Oh, hey! Yoochun estaba buscándote.

—¿Qué hiciste hoy? — Jaejoong se detuvo en el umbral, y fruncido el ceño hacía el detective.

—¿Qué quieres decir con lo que hice? Estoy tratando de averiguar lo que las sirenas están haciendo— sacó su laptop desde donde la había escondido en su escritorio.

—¿Tienes una computadora? —Jaejoong preguntó con incredulidad.

—Sí, Jaejoong ¿Por qué no iba a tener una computadora? —Changmin había tenido suficiente con la magia y los paranormales —. Es bastante frecuente que los seres humanos tengan una de estas en casa —. Francamente, sólo quería un poco de paz y tranquilidad, con tal vez un caso simple de cónyuge infiel.

—Puedo preguntar por ahí, pero dudo que las sirenas me digan algo. Me odian, ya que no les voy a ayudar con sus pequeños proyectos —Jaejoong se encogió de hombros y se cubrió a sí mismo a través de la silla de los clientes.

—¿Qué tipo de proyectos? —Preguntó Changmin.

—Que yo sepa, estaban tratando de hacerse cargo de los movimientos del agua y el control de las rutas comerciales— respondió Jaejoong y entrecerró los ojos a Changmin.

—¿Por qué no puedo leerte?

—¿Cómo que leerme?—Changmin hizo una pausa—¿Te refieres a leer mi mente?

—Sí. Es como si estuviera bloqueada o algo, ahora.

—Bueno. De todos modos, no me gusta que la gente esté dentro de mi cabeza.

Se puso a buscar información. Un par de edificios surgió como nuevas adquisiciones y tres tenían grandes remodelaciones hechas. Imprimió una lista con las direcciones. Esperando que una de ellas fuera un éxito.

—Changmin, estás ahí— dijo una voz que Changmin tenía la esperanza de no volver a escuchar.
Changmin frunció el ceño

—¿Qué estás haciendo aquí, Minho?

Ahora tenía a su ex-novio caminando a través de la puerta principal.


Las cosas habían llegado a un nuevo nivel de extrañeza.

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