“Reza por los Depredadores”
Hazte a un lado, te olvidas para qué es esto:
Luchamos para vivir, vivimos para luchar
Y ésta noche escucharás mi grito de batalla…
[Frontline, Pillar]
Dicen que cuando una guerra va a comenzar todo el ambiente alrededor parece silenciarse o apaciguarse. Los pájaros no cantan, los animales no corren libres, el viento parece soplar con menos fuerza, y hasta el sol…parece brillar con menos intensidad.
Yunho sentía todo esto quemándole en la piel. Era como si pudiese sentir la presencia de la muerte…el metálico olor de la sangre recién derramada, el infernal sonido de las articulaciones quebrándose y la carne desgarrándose; cientos y cientos de gritos en un mar de sangre interminable hasta que solamente los más fuertes queden de pie.
‘Prométeme que…todo saldrá bien…’
El eco de la voz de Junsu era su única sanidad restante a puertas de la guerra, porque a estas alturas Yunho hasta dudaba de su voluntad. El horrible hecho de saber para lo que ha nacido…el verdadero objetivo que tiene su naturaleza; todo su cuerpo estremeciéndose al sólo pensar que una vez que todo haya empezado y le haya dado rienda suelta a su bestia…no habrá alma que pueda detenerlo, y todos sus miedos…
Lanzó un suspiro, tratando de alejar a los demonios de su cabeza; la quietud del ambiente le daba escalofríos. Se encontraban en la gran planicie verde al noreste del lago, una enorme multitud de licántropos esperaba ansiosa a que Changmin, el líder, saliera de la colonia y los fuera a recibir. La guerra comenzaría apenas se escondiera el sol, con la llegada de la oscuridad aparecerían las criaturas de la noche, llegando a la planicie y comenzando la ancestral batalla.
Y no es solamente Yunho el que sentía la presión de lo que se aproximaba, todos sus compañeros parecían estar igual de tensos. El nerviosismo y la tensión tomando control del lugar, algo así como si la misma muerte se hubiese apoderado del ambiente, cubriendo la planicie con una densa neblina y silenciando todo a su paso. Hoy…el verde de la planicie se teñiría nuevamente de sangre.
Yunho era el encargado de recibir a las dos grandes colonias subordinadas del bosque que vendrían a luchar junto con la colonia central: la colonia de los valles del sur, y la colonia de las montañas del norte. Estaba ansioso por volver a ver a dos importantes personas que compartieron gran parte de su vida. Demasiado ansioso quizás, al pensar en los valles del sur y en…él. ‘Dios, ¿Cuánto…tiempo?’ pero inmediatamente reprimió el pensamiento; el destino a veces tiene maneras crueles de separar caminos. Yunho fue dejado completamente a su suerte en la colonia del bosque cuando ellos fueron elegidos para abandonar el bosque, a otro futuro.
Un suave aullido se escuchó a la distancia. Yunho volteó la mirada hacia el sur de la planicie y pudo ver la progresión de licántropos que venían aproximándose desde la distancia. Inmediatamente ordenó que les abrieran paso cuando se percató de que estaban cerca, sintiendo una ansiedad…que no había sentido en años electrificarlo al ver al actual líder de la colonia y su procesión de lobos caminando en su dirección. Su forma de lobo había crecido un poco, pero su pelaje rojizo seguía destacándose por la belleza de su color…tan bello y resplandeciente como Yunho lo recordaba. No por nada lo apodaban ‘la joya del sur’, él era una belleza, una verdadera celebridad entre sus pares.
Se transformó a pasos de Yunho y el primer contacto de sus ojos fue inseguro, casi experimental. Yunho no había vuelto a verlo desde que ambos fueron separados…y la noción de ello estiró sentimientos dentro que por mucho trató de mitigar. Yunho le sonrió tímidamente, mudo, y prácticamente lanzó un suspiro cuando él redujo la distancia y se acercó a abrazarlo.
“Yunnie” susurró, estrechándolo con fuerza y Yunho se permitió cerrar los ojos, inhalando el familiar aroma que por años lo carcomió y perdiéndose…perdiéndose en los recuerdos. De pronto estaba de vuelta…de vuelta a cuando ambos corrían por los bosques, felices, riendo y tan sólo disfrutando de su condición. Aquellos habían sido tiempos más fáciles, y Yunho estaba consciente del trágico rumbo en que había finalizado todo. No era necesario volver a revivir el dolor…así que tan sólo sonrió en el abrazo, evocando los primeros recuerdos cuando recién lo conoció.
Kim Heechul, líder de la comunidad del hombres lobo de los valles en el sur, prácticamente estrujó a Yunho en el abrazo. Él había sido llevado a los fértiles valles del sur, arrancado del lado de Yunho por obligación cuando sólo tenía diecisiete años, y jamás se imaginó lo lejos que llegaría en aquellas tierras. Se separó de su cuerpo con delicadeza, escudriñándolo con la mirada: Yunho mantenía las mismas facciones en el rostro, pero el tiempo le había jugado a su favor, convirtiéndolo en todo un hombre; fortaleciendo sus músculos y oscureciendo aún más sus ojos penetrantes. La mata de cabello que Yunho solía llevar corta ahora caía rebelde sobre su rostro y había formado más volumen, su masculinidad chorreando hasta por sus poros, pero aun así…Heechul pensó que aún conservaba su esencia.
“No pensé que el tiempo te cambiaría nada, tú sigues igual de esplendido como siempre” Yunho le dijo, lanzando una risita y tratando de aliviar un poco toda la tensión y las preguntas que quizás ambos querían preguntar pero morían en sus gargantas. Heechul le dio un leve golpe con el codo, resoplando.
“No me digas esas cosas que ya estoy unido a mi Alpha y no puedo raptarte” a pesar de que Yunho sabía que era una broma, y que estaba consciente que hace un par de años atrás Heechul se había unido, la mención de ello le revolvió el estómago; su lobo interno gruñendo dentro.
“Qué afortunado…” Yunho le sonrió de oreja a oreja, tratando de disimular su abrupta incomodidad y lo inquieta que estaba su bestia, volviendo a reír cuando Heechul quiso fulminarlo con la mirada.
“Supongo que lo trajiste contigo”
“Por supuesto” Heechul hizo un gesto con la mano y Yunho observó a un joven de cabellos cobrizos acercarse a su lado. Tenía los rasgos suaves y unos ojos color mie,; la marca de Heechul sobre su hombro estaba forjada en una gruesa cicatriz con el símbolo de la colonia del sur: una media luna envuelta en enredaderas.
“Keiichi, quiero que conozcas a Jung Yunho. Él es el Alpha de la colonia del bosque y la futura unión de Changmin, nuestro líder”
Keiichi hizo una pequeña reverencia y luego entrelazó su mano a la de Heechul, sonriéndole.
“Mi nombre es Kurosaki Keiichi, es un honor conocerlo al fin Alpha Yunho. Heechul me ha hablado muy bien de usted”
A pesar de tener rasgos japoneses, Keiichi hablaba la lengua común como si fuese su idioma de nacimiento. Yunho imitó la reverencia y fingió una sonrisa.
“Si, bueno…Heechul y yo nos conocemos de pequeños. Ambos empezamos de muy jóvenes en la colonia del bosque, pero tu unión tuvo mucha más suerte”
“No seas tan tajante, Yunho” Heechul clavó los ojos a los suyos, su rostro adquiriendo una expresión más seria al evocar firmemente el pasado. “Yo también tuve que pagar un precio”
Yunho sabía a lo que se refería, pero no dijo ninguna palabra. ¿Cómo podría volver a hablar de ello? El costo por seguir sus obligaciones había sido altísimo…
“Creo que escucho ruido” murmuró, cambiando el tema. “El norte ya viene en dirección a la planicie. Hace unas semanas nos llegaron las noticias de que su líder será padre”
Yunho observó detenidamente la expresión cambiante de Heechul. Su rostro era una completa máscara, ocultando todas sus emociones, pero él estaba seguro que se había quebrado tan sólo por un segundo, a pesar de que Yunho se había esforzado por cambiar el tema. Quizás había recordado…quizás había revivido los momentos de dolor, el desgarro de la separación; la ruptura simbiótica de la relación que Yunho y Heechul habían forjado...y evidentemente no tenía ninguna intención de saber del norte, probablemente más interesado en seguir conversando acerca del pasado, pero Yunho no podía hacerlo…ya no tenía corazón para siquiera pensarlo. Era evidente que el interés de Heechul en el norte fuese nulo, el sur no tenía casi ningún contacto con el norte. A pesar de no ser colonias rivales…la tendencia era a la distancia. La colonia del bosque era la que daba las órdenes, las demás tan sólo vivían su vida en completo aislamiento, recibiendo nuevos pupilos de vez en cuando, y seleccionando a los mejores para mandarlos de retorno a la tierra de los mortales, donde podrían ejercer la guardia de los humanos.
Heechul abrió la boca para hablar, pero inmediatamente se escuchó un nuevo aullido que sonó prácticamente como un rugido. La colonia del norte, oriunda de las frías y crueles montañas, llegaba a la planicie en un verdadero estruendo. Los hombres lobo del norte eran conocidos por ser los más despiadados, y usualmente los licántropos de otras colonias los llamaban los Lobos de Hielo. Se decía que tenían corazones duros como la piedra y que no se inmutaban al matar a cualquiera que se les interpusiera con tal de concretar sus propósitos.
Su líder se abrió camino entre la multitud con pasos firmes. Su robusta forma de lobo y su pelaje marrón oscuro parecía haberse oscurecido al recorrer tantas leguas de camino para llegar a la planicie. Se transformó a poca distancia de donde se encontraba Yunho y lentamente comenzó a caminar hacia su lado.
“Creo que mejor nos vamos…” Heechul murmuró, y estaba a punto de voltearse cuando él le tomó la muñeca, parándolo en seco. Yunho lo miró a los ojos, ignorando la sensación de sus yemas pulsando cuando pudo tocar la piel…
“Quédate” su voz sonó un poco más autoritaria de lo que le habría gustado. Heechul se soltó del amarre, pero no movió ni un músculo y Yunho le agradeció mentalmente. Era una situación diplomática, no podía desvanecerse así como así por mucho que no tuviera interés.
“Tan impuntual como siempre, ¿No, Siwon?”
Yunho lanzó una risita cuando Choi Siwon se acercó a su lado. Él le sonrió, acercándose para abrazarlo y sorprendiéndose ante lo mucho que Yunho había cambiado.
“Cuánto has crecido” le susurró. “Estás tan fuerte que temo no poder volver a ganarte en un duelo”
“Deberías temerme, porque ahora sí que no me ganas” Yunho le contestó con confianza cuando se separaron y Siwon soltó una carcajada, pero su risa inmediatamente cesó al posar sus ojos sobre el líder de la comunidad de hombres lobo del sur que se encontraba a pocos pasos de Yunho.
“Heechul” dijo, su voz siendo plana y baja. Hizo un gesto con la cabeza que rápidamente fue imitado por él.
“Siwon” Heechul articuló en el mismo tono de voz. Por un segundo, se midieron las miradas y Yunho prácticamente pudo sentir la tensión en el ambiente, tensión de conflictos…pero sobretodo de choque de egos. De hecho, estaba casi seguro que Keiichi podía sentir la incomodad en su unión, porque de pronto Heechul le clavó las uñas en la mano, doblegándose.
“Si nos disculpan, iremos a esperar al líder con nuestros lobos”
Heechul prácticamente jaló a Keiichi de la mano, quien tan sólo pudo mover la cabeza en gesto de disculpa y seguirlo con velocidad. Siwon lanzó un suspiro y volteó su rostro para mirar a Yunho.
“Veo que también se ha unido… ¿Estás bien?”
Siwon le lanzó una mirada escudriñante y Yunho suspiró. No quería volver a hablar de ello, el asunto estaba demasiado enterrado en su corazón. El hecho de volver a ver Heechul luego de tanto tiempo y poder actuar como si nada hubiese pasado era un avance…pero revivir todo con palabras era distinto…porque dolía, y a pesar de todo el dolor aún se sentía visceral. Sin olvidar que su lobo interno aún seguía hiperreactivo ante su presencia…
“Mejor que en años” Yunho murmuró secamente, tosiendo y tratando de cambiar el tema. “Supe que serás padre. Te felicito, Siwon”
“Mi Alpha es excelente Yunho, de verdad que sí. Yo la quiero mucho y quería que luchara a mi lado, pero en su estado no es lo mejor. Si le pasara algo yo jamás me lo perdonaría”
Yunho asintió. Quería seguir hablando con él, pero fue interrumpido por uno de sus lobos avisándole que Changmin ya estaba apareciendo así que se disculpó con Siwon y se puso en marcha para poder estar cerca de él cuando apareciera.
Changmin apareció en gloria y majestad, junto a dos lobos a su lado siendo sus escoltas. La piel expuesta de su torso estaba adornada con tribales y en su mano derecha yacía una lanza de doble filo, empapada en aquella sangre que Yunho conocía muy bien. Era sangre que venía directamente del mundo de los mortales, de cadáveres que han perecido y han sido abandonados a su suerte, y que todas las armas de los licántropos poseían. Yunho siempre se ha rehusado a pelear con armas, para él está todo en sus garras y sus colmillos, pero hay muchos licántropos que las prefieren por su efectividad.
Hizo un gesto a los lobos que lo acompañaban y ellos inmediatamente se dirigieron a la multitud. Changmin finalmente alzó el rostro para contemplar a sus pares. Sus ojos brillando con la lujuria de la cacería, hambrientos de una sed que sólo la matanza de vampiros podrá saciar, finalmente dirigiéndose a la multitud expectante.
“¡Ah!” exclamó, fijando sus ojos en el sol a punto de esconderse. “Finalmente ha llegado el día en que nos encontramos en esta planicie para defender nuestro honor. La masacre está tan cerca que casi se puede sentir en el aire” hizo un ademán con la mano, como si estuviese tratando de atrapar el aire entre sus dedos, y luego prosiguió. “La luna llena nos ampara esta noche, sé que pueden sentir su energía calando hasta el fondo de su cuerpo, no duden en llenarse con ella y triunfarán. Y como siempre les digo: no muestren piedad, no dejen ninguna sanguijuela viva…y tengan mucho cuidado con las armas que utilizarán, es muy probable que haya armas de fuego así que deben actuar rápido. Desgarren con rapidez y no se detengan, sentidos siempre alertas”
El sol pareció esconderse con inusual rapidez mientras Changmin se paseaba de un lado a otro por la planicie, evocando palabras de aliento con fervor. Su determinación por la victoria chorreando hasta en el acento que utilizaba para hablar.
“El miedo es natural, después de todo…nuestra parte humana aún está conectada con la parte bestial, pero recuerden…no están caminando solos por el valle de la muerte, y de ustedes depende si salen vivos de el o no”
La oscuridad lentamente tiñó la planicie entera y los murmullos de ansiedad se hicieron notorios. Changmin pudo sentir la densa neblina que rápidamente comenzó a cubrir totalmente la planicie y supo que ya había comenzado. Por un momento, sintió sus piernas flaquear al observar la oscuridad consumir y devorar todo a su alrededor. El vello de su piel se erizó al ser recorrido por un leve estremecimiento de inquietud al escuchar los murmullos de inseguridad de sus tropas...pero era tan sólo cuestión de segundos. La densa niebla se disipó en un parpadeo, siendo su visión nuevamente otorgada, revelando a una pálida multitud de criaturas muertas a no muchos metros de distancia y ahí estaba…aquella figura que Changmin jamás podrá remover de su memoria…
“Siempre tan puntual como siempre…” Changmin mantuvo su altanería de siempre mientras lentamente comenzaba a caminar hacia el líder de sus enemigos. El aludido lanzó una risita, avanzando también hacia él y deteniéndose a sólo pasos de distancia. La capa de piel de lobo que adornaba sus hombros no hizo más que incrementar la rabia que Changmin sentía con él.
“No podía hacerte esperar más tiempo, ¿O si, Changmin-ah?” Changmin bufó al escuchar las venenosas palabras de Kim Jaejoong, su némesis, queriendo desgarrarle el cuerpo de un sólo zarpazo tal como él lo hizo con ella…pero de alguna forma conteniéndose.
“Al grano. Supongo que ya sabes las consecuencias de esta guerra y lo que obtendrá el ganador” masculló, perdiendo rápidamente la paciencia al observar la estoica sonrisa burlesca en el rostro de Jaejoong
“¡Oh, claro que si! ¿Qué, acaso piensas que no estoy al tanto? Ya quiero ver la cara de los líderes de la Orden cuando cuelgue tu cabeza como adorno para mi mansión” Jaejoong le sonrió de oreja a oreja, sus colmillos resplandeciendo, lanzando una risita al saber que ha presionado sus botones. Changmin ni siquiera le respondió, dándole la espalda y retornando con sus tropas.
Jaejoong hizo un sólo gesto con su mano y sus tropas aparecieron alineadas a su lado, todas en perfecto orden y armadas hasta los dientes, listas para desgarrar a cualquier bestia que encuentren.
Junsu se encontraba su lado derecho, sosteniendo sus dos Sais con bastante inseguridad al ver la horda de licántropos que ahora los contemplaban con odio, el enfrentamiento a solamente segundos de comenzar. Sus ojos escanearon toda la primera fila de licántropos hasta que finalmente se posaron en Yunho. Él también se encontraba a la mano derecha de Changmin y cuando finalmente cruzaron miradas…Junsu sintió miedo, porque lo único que pudo ver reflejado en los ojos de Yunho fue…destrucción.
“¡Vamos a enseñarles…por qué somos los protectores de la humanidad!” Changmin exclamó al transformarse a su forma de mitad lobo, sus macizas garras chorreando veneno al tomar con firmeza la lanza que llevaba como arma. Al instante sintió la transformación de sus tropas y no dudó ni un segundo más, dando la orden de ataque. Yunho sintió la fiebre de la cacería azotarlo en un voraz espasmo, nublando todos sus sentidos al transformarse a su forma de mitad lobo, y no fue ni siquiera capaz de mirar a Junsu mientras comenzó a avanzar, todos sus miedos silenciándose al sentir el instinto asesino aflorando hasta por sus poros.
Changmin y Jaejoong se encontraron en una primera estocada; la lanza de doble filo chocando con la espada de plata en un agudo chirrido que remeció la planicie, dando por inicio a la matanza. Jaejoong evadió fácilmente la estocada de Changmin, maniobrando con sobrenatural velocidad su espada para ponerse en guardia y contratacándolo con rapidez.
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Junsu sintió al primer licántropo acercarse, empuñando con fuerza las Sais, decidido a pelear por su vida. Bianca le había dejado bastante claro que no podría contar ni siquiera con la protección de Yunho, ya que hasta el más puro de corazón de los licántropos quedaba completamente consumido por la fiebre de la matanza, así que estaba más que preparado para la batalla.
El licántropo se acercó con rapidez, sus garras listas para desgarrarlo a zarpazos. Junsu pudo predecir su movimiento, esquivándolo y rápidamente cruzando sus dos Sais, utilizándolas como escudo cuando él se volteó para atacarlo, apuntando a su rostro con sus garras. Junsu lo empujó y se decidió a atacar, cargando contra él con una de sus Sais. Él evadió el ataque, pero logró tomarlo del brazo, enterrando sus garras en su piel. Junsu lanzó un grito, pero inmediatamente reaccionó, maniobrando con su Sais libre y enterrándosela en los costados de la bestia. Él licántropo gritó en agonía al sentir su piel quemarse y Junsu aprovechó su descuido para atacar nuevamente, tomando su otra Sais y volviendo atravesarlo.
Lo observó retorcerse en el suelo, su piel rápidamente comenzando a necrosarse y supo que había ganado. Retiró sus armas de su cuerpo y cuando estaba por voltear se congeló al sentir una presencia detrás de él.
“¡No bajes la guardia!” Bianca le gritó y Junsu lanzó un suspiro de alivio al sentir que era ella, asintiendo y rápidamente volviendo a tomar sus armas, retornado a la posición de batalla al ver a otro licántropo aproximarse. Esta vez Junsu fue mucho más rápido; al haber terminado su entrenamiento pudo desarrollar una nueva habilidad, utilizando las sombras a su alrededor para tele transportarse y desvanecerse con velocidad, utilizando esta habilidad para maniobrar mejor sus armas y atacar en el momento preciso, las sombras siendo clave en los momentos en que pensó que lo desgarrarían las garras.
El exterminio se hacia cada vez más arduo y ninguno de los dos bandos daba el brazo a torcer.
Junsu advirtió que estaba bastante magullado; ya había luchado con más de diez licántropos, uno tras otro, y cada uno de ellos le había dado una dura pelea. Sus dos Sais estaban empapadas de sangre y sus ropajes se encontraban ya totalmente rasgados por las heridas que las garras le habían propinado.
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Yunho no se quedaba atrás; haciéndolo honor a su puesto no tardaba en hacer polvo a cualquier vampiro que se pusiera al frente suyo, sus largas garras chorreando veneno mientras desgarraba torsos y cortaba cabezas con sus garras y colmillos, la sangre espesa salpicando su blanco pelaje y tiñéndolo de rojo. Estaba completamente cegado por la lujuria de la cacería, y en lo único que podía pensar era en seguir matando. Su bestia interna había despertado, sedienta de sangre, y no se detendría hasta que se diera por terminada la guerra. Muy en el fondo, Yunho podía sentir una pisca de racionalidad dormida dentro de su interior, siendo tan sólo una tenue voz que le decía que tenía que velar por la seguridad de Junsu…
Aquella voz lo hizo buscar su presencia entre la multitud, pero se le hizo imposible seguir avanzando al sentir a una vampiresa abalanzándose contra su cuerpo. Yunho la esquivó, inmediatamente volteándose para hacerle frente y paralizándose al ver que ella lo apuntaba con un arma de fuego.
“Así que tú eres el alpha” le dijo, sonriéndole de oreja a oreja, y Yunho pudo ver sus colmillos rozando sobre sus pálidos labios carentes de color. “Claramente con tu muerte voy a complacer a mi señor y me ganaré un puesto en la orden” dicho esto ella disparó y Yunho se tiró al suelo en una perfecta actuación de sus reflejos, transformándose a su forma de lobo y comenzando a correr por los alrededores para evitar los disparos. La escuchó maldecirlo mientras continuaba disparando; Yunho hizo una maniobra arriesgada, parándose en seco y pegando un salto hasta la espalda de la vampiresa. Prácticamente pudo sentir los balazos rozando su pelaje durante el transcurso del salto, y sin darle tiempo para reaccionar se abalanzó a ella, atacando su cabeza y desgarrando su cuello de una sola mordida. Ella gritó y Yunho la sintió hacerse polvo, quedando rodeado de una densa nube. Sacudió su pelaje e inmediatamente volvió a su forma intermedia, incorporándose.
“Quizás si hubieses jugado limpio, habrías tenido algo más de suerte”
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“¿Esto es todo lo que tienes?” Jaejoong le gritó, maniobrando con su espada de plata y sonriéndole; lo había tumbado de una sola patada, su cuerpo rodando un par de metros desde donde se encontraba. Había entrenado mucho para este momento, y no se daría el lujo de perder ante él.
“Tuviste suerte” Changmin masculló, incorporándose para nuevamente contratacar. Jaejoong lanzó una risita, usando su espada para evitar los ataques de su lanza cada vez que Changmin lo atacaba; el agudo chirrido de la plata chocando contra el metal siendo el único sonido percibidle entre ellos, demasiado absortos en provocarse cualquier tipo de daño.
Jaejoong se percató de que Changmin lo estaba acorralando contra un árbol e inmediatamente se desvaneció, apareciendo a sus espaldas y cercenando la piel expuesta de su espalda de un sólo zarpazo. Changmin lanzó un grito al sentir su piel quemarse, el tajo le había cercenado la piel en dimensiones monstruosas, abarcando desde el hombro hasta el nivel de la pelvis y partiendo la carne en dos; la plata ardiendo como el mismo infierno sobre su piel; su pelaje comenzando a teñirse de sangre, pero fue capaz de reaccionar a tiempo, volteando y tomando a Jaejoong por la muñeca, impidiendo el nuevo ataque. Justo cuando pensó que lo tenía entre sus garras Jaejoong volvió a desvanecerse en una nube de niebla, apareciendo nuevamente detrás de él y tumbándolo de una sola patada.
“No será tan sencillo” le dijo ante el gruñido de Changmin, usando la oscuridad para cubrir su cuerpo, desapareciendo ante los ojos de su adversario. Él inmediatamente se concentró y pudo sentir su esencia corriendo velozmente hacia su cuerpo, reaccionando en el momento preciso para esquivar la estocada con su lanza
“Con esos truquitos basura no me vas a ganar” le espetó, levantándose del suelo y rechazando cada uno de sus ataques. Jaejoong poseía una aterradora rapidez, cada estocada que le daba parecía ganar más velocidad y Changmin sabía que tenía que mantener el ritmo, o de lo contrario él lograría dañarlo nuevamente. Podía sentir la quemadura de su espalda amenazando con necrosar su piel si Jaejoong volvía a tocarlo con la espada, por lo que tenía que actuar lo más rápido posible si realmente quería llegar a concretar su plan.
Ésta vez fue Jaejoong él que comenzó a acorralar a Changmin contra un árbol. Era evidente que el daño en su espalda lo había debilitado y tardaba un poco más en reaccionar.
Sin detener sus estocadas, Jaejoong sentía como lentamente él iba retrocediendo, maniobrando con su lanza para repeler sus ataques y contratacando a su vez los suyos, siendo el cansancio evidente; su respiración saliendo en pesados jadeos mientras continuaban con los ataques. Cuando su espalda golpeó el tronco del árbol, Changmin perdió el control de su lanza y Jaejoong inmediatamente llevó ambas manos hacia sus muñecas, inmovilizándolo. El movimiento fue brusco y provocó que la lanza se resbalara de sus manos. Changmin maldijo la jugada y forcejeó con fuerza ante el amarre, lanzándole mordidas y tratando de herirlo, pero Jaejoong lo mantenía a distancia prudente, y la herida de su espalda le había pasado la cuenta y ya se encontraba en desventaja frente a él.
“Te tengo” Jaejoong le dijo, sonriéndole ampliamente y apretando la piel de sus muñecas con fuerza ante el zamarreo de su, ahora presa.
“¡SUELTAME, SANGUIJUELA!” bramó, retorciéndose al sentir su frío tacto. No podía terminar así, tenía que pensar en algo rápido, pero en qué…Jaejoong lo tenía completamente inmovilizado.
“Descuida…quiero probar tu sangre antes de matarte. A ver si conservas al menos una pisca de lo que fuiste…” la última frase la pronunció con amargura, y Changmin sintió un familiar dolor en su pecho que no había sentido en años…pero inmediatamente enterró el sentimiento al observarlo descender su cabeza hasta el nivel de su cuello. Changmin se horrorizó ante ello, y maldijo su comportamiento. Jaejoong…ya no era la persona que algún día había conocido, ya no poseía esa dulce y amable personalidad que podía encandilar a cualquiera, y no dudaría en matarlo; de hecho, era lo único que quería y él no podía darse el lujo de morir, tenía que vengarla…a ella y a su cachorro, aún si matando a Jaejoong terminaba por destruirlo a él también…
Por instinto su mente dio un salto intuitivo, concentrándose en el veneno de sus garras y haciéndolo mucho más abundante. Sus garras comenzaron a chorrear y el líquido no tardó en llegar a las manos de Jaejoong, justo antes que sus colmillos se enterraran en la piel de su cuello. El veneno caló hondo en la piel de sus manos, ardiendo con fuerza y logrando con éxito que él lo soltara.
Antes de que Jaejoong pudiese reaccionar y sacar el arma de fuego de su cinturón, Changmin se abalanzó contra él, tomando la lanza del suelo y maniobrando con ella entre sus manos para golpearlo. El cuerpo de la lanza chocó contra su pecho y Jaejoong cayó al suelo. Ni siquiera fue capaz de reaccionar cuando escuchó la voz de Changmin.
“¡AHORA!” fue tan sólo un segundo de descuido que Jaejoong maldijo con todo su ser. De súbito aparecieron dos licántropos a su lado, sujetándolo de los brazos
“¡SUELTENME!” chilló, utilizando su fuerza para tratar de zafarse de su amarre, pero era evidente que ambos lo superaban en fuerza. Jaejoong no tenía idea de dónde habían aparecido, pero estaba claro que todo había sido planeado con anticipación y que ellos habían estado pendientes a la orden del perro. El amarré se intensificó y Jaejoong lanzó un grito de dolor al sentir las garras clavándose en la piel de sus brazos, desgarrando y evitando así que se moviera.
La captura de Jaejoong provocó que todos los vampiros que estaban peleando detuvieran abruptamente sus movimientos, paralizados por el miedo al saber que su líder, él más fuerte de todos, había sido capturado y eso implicaría…sumisión ante la licantropía.
Changmin se acercó lentamente a él, sonriéndole ampliamente. Jaejoong se percató del movimiento de los licántropos que lo sujetaban: el brazo que ambos tenían libres estaba cubierto con una larga cadena y observó, algo aturdido todavía por las heridas de su cuerpo, como Changmin se acercaba a cada uno de ellos y retiraba las cadenas.
“Este es tu fin, Jaejoong. No sabes cuánto esperé para tenerte así…” le susurró, sus palabras chorreando veneno al contemplarlo con ojos enrojecidos. Jaejoong sintió la presión en sus brazos incrementarse al sentir que los licántropos lo obligaban a extender los brazos para que Changmin pudiese atar la cadena a sus muñecas.
“¡Si vas a matarme, hazlo de una vez!” masculló, nuevamente tratando de liberarse, pero fue completamente inútil al sentir las cadenas inmovilizarlo.
“Aún no, falta la mitad del show…es por eso que voy a asegurarme que no uses tu truquito para desvanecerte” sonrió, lanzando una risita, y luego puso ambas manos en las respectivas cadenas. “Sella…Santa María”
Al pronunciar aquellas palabras las cadenas se iluminaron en un resplandor de luz y Jaejoong lanzó un grito al sentir la piel apresada por las cadenas comenzando a arder. El sello luminoso reteniendo su escape, brillando y quemando sobre su pálida piel.
“Siete años…fue el tiempo que me tomó para que forjaran las cadenas que pudieran vencer a la oscuridad. Intenta escapar si te atreves...verás que en menos de un segundo te encontraré”
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Junsu estaba completamente impactado mirando la escena que tenía ante sus ojos. Jaejoong…había caído preso a manos de Changmin, y eso sólo podía significar una cosa: exterminación. Tan absorto estaba que no se percató de la presencia de un licántropo acercándose sigilosamente a su cuerpo, atacándolo por detrás y torciendo su brazo, evitando así su escape.
“¡Señor, lo tengo!” exclamó al sujetar con fuerza a Junsu, quien no dejaba de retorcerse ante su súbito amarre.
Aquellas palabras sacaron del trance a Yunho, que aún estaba completamente cegado por la cacería y continuaba luchando. Se detuvo, observando casi al instante que su adversario hacia lo mismo y se quedaba quieto, como si…ya no tuviese razones para seguir luchando. Levantó la cabeza, y no muy lejos del lugar donde se encontraba pudo ver a un cúmulo de licántropos aglomerarse rápidamente en un círculo y a los vampiros a su alrededor…todos paralizados en el acto. Eso sólo podía significar que…Jaejoong había sido derrotado.
Rápidamente se dirigió hacia el círculo de gente, empujando a los licántropos para abrirse paso, y quedando…completamente estupefacto…
-o-
Koiko: Oficialmente ODIO escribir guerras u_u esto fue desgarradoramente difícil de escribir, de hecho tuve que reescribirlo varias veces porque no me convencía, finalmente dejé el cap así porque por lo menos pude abarcar las tres peleas centrales de nuestros protagonistas, sobretodo centrándome en la principal disputa: el JaeMin x) quizás no fue taaan sanguinario pero quería darle un enfoque al desarrollo de los personajes, cómo sienten ellos la guerra…además de las peleas, claro xd ténganme compasión, es difícil escribir violencia u.u
¡Ta-Dah! Les presento al Antagonista directo de Junsu e.e oh si…Heechul :D! la princesa en este caso de los lobos llega directamente a la historia. Yo ya había dado algunos atisbos en capítulos pasados de una ex pareja de Yunho, y si…es Heechul. No voy a dejar nada confuso, estoy trabajando en el interludio que nos lleva al pasado a conocer la relación del HoRella, cómo se conocieron y su historia, lo subiré unos capítulos más adelante si pero es fundamental leerlo para entender que les pasó así que si no les gusta el HoRella…aguántenme un poco xd Y si alguien se pregunta “pero el HoRella no está en las parejas del fic D:” bueno…yo nunca dije que serían fijas, y puedo jugar con las relaciones :B esto es un fic tipo novela y la trama tiene subidas y bajadas, no es para nada predecible, si lo hubiese puesto al principio dejo nada para sorprender. Hay otro Antagonista, el de Yunho pero se dará a conocer capítulos más adelante, lo único que voy a adelantar es que van a complicar las cosas e.e
Buenas noticias, planeo actualizar más seguido, cada semana para que avance más rápido la historia porque se me está alargando y quiero terminarla y aún no lo hago porque agh xd parece que los personajes se me han ido en contra y me obligan a escribir. Pero tranquilos, voy bien encaminada :D asi que espero contar con tu apoyo, comentarios y reacciones como siempre ♥ Muchas gracias por leer nwn!
Oh por Dios!!!!!!!!
ResponderEliminarquedo mas bueno que el pan!!!!!!
Se me imagino que Heechul tenia que aparecer como antagonico, era uno de los mas probables para Junsu o tiene que ser Eunhyuk o Junho quien sabe ya me dejaste mas picada que nunca espero impaciente!!!!!!!
Yo encontré que te quedó genial como abordaste las batallas, no te preocupes :D me gustó los puntos de vista que usaste y sobretodo la tensión del JaeMin!
ResponderEliminarHeechul :O omg, a mi igual me gusta el HoRella no me quejo pero me intriga mucho qué tienes en mente con respecto a esos dos y el antagónico de Junsu tambien! cada vez queda mejoor que bueno que vas a actualizar seguido mira que cada vez parece que uno queda con más ganas de leer xD!
Aigo!~
ResponderEliminarAutora que buena noticia *grita de felicidad* kekekeke cada semana que chido! ^ ^ sigo con mi felicidad kekekeke bueno mi nunca a leido el HoRella asi que sera mi primer fico : > como mencionaste nunca distes las parejas fijas y esta bien por que aun asi no, no elfico esta que no ma y quebuenoque no lo hiciste tan sanguinario sino muchas de nosotras tendriamos pesadillas u.u bueno eso no me hubiese podido imaginar amiga ^ ^ pero la pelea que mas me agrado a mi fue la de JaeMin >.< que el agarre de muñecas y el que Jae casi mordiera a Changmin fue dificil no imaginarselo sigue asi autora que este fico esta muy bueno ^ ^
saludos y felices fiestas
AMIGA TU FIC ESTA SUPER BUENO CONTINUA POR FAVOR!!
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