―Yoochun que…
―Vengo a cobrar venganza
―Changmin no tiene nada que ver con esto, déjalo en paz
―Yo sé que si tiene mucho que ver Jaejoong, demasiado, sabe demasiado e hiso demasiado…
―Mátame de una vez, si eso es lo que quieres―susurró Changmin, con la vos fría y carente de sentimientos, Jaejoong intentó decir algo pero la vos se le atoró en la garganta, cargando el cúmulo de estas en media laringe sin poder decir nada.
Unas cuantas lágrimas cayeron del rostro de Changmin y sonrió de la manera más tétrica que le pudo conocer.
―Hazlo…qué esperas―Jaejoong se acercó un poco intentando no asustar a Yoochun, sin poder evitar que su mente se bañara en recuerdos de lo doloroso del pasado y los errores que ambos habían cometido, en especial él que ahora se veía en la necesidad de sacrificarse por él, por la persona que ilusionó y enamoró hasta dejarlo hecho pedazos por su estupidez.
········Flash Black········
El pequeño lloró acurrucado en la cama, abrazando a una almohada con todas sus fuerzas, clavándole las uñas rompiendo la tela que cubría a el relleno de algodón sintético, mordió y gritó en ella cuanto pudo hasta que las lágrimas y el aliento se le acabaron viéndose sin más que hacer que quedarse extendido sobre aquella pequeña cama extendido, como esperando que la muerte viniese por él como hiso con su familia.
Con todo lo que él tenía.
Escuchó unos pasos, fuera, algunos dentro, sonidos raros y el silencio sepulcral otra vez y los sollozos sin lágrimas provenientes de él mismo. Ante el cansancio de utilizar sus pocas fuerzas en llorar y gritar quedó dormido consumido en su propia desgracia ajeno al resto del mundo que intentaba darle un poco de ánimos.
Inconsciente y perdido en las pesadillas de lo vivido no notó la presencia de una persona de mirada gélida y calculadora que lo observaba desde la puerta del lugar.
―Señor Lee…ya tengo al niño…es lamentable, un desperdicio, el pobrecito se ha quedado solito sin compañía y en nuestras manos―dijo con una vos trémula y susurrante que delataban un poco de nerviosismo sin lograr traspasar la sensación al otro lado de la línea donde un hombre mayor de rostro obscuro sonreía victorioso al tener su objetivo cumplido.
―Bien...bien Jaejoong, si te encargas bien de él puedo analizar mejor tu subida hasta la rama principal
―No dude que todo saldrá como usted planea―Dijo para luego cortar la llamada, guardando el aparato en su bolsillo para caminar directo hacia la cama donde ese niño dormía poniendo caras de espanto de cuando en cuando. Suspiró y tomó la carpeta junto a la cama que contenía su expediente. No dudo y comenzó a leerlo para sí mientras se sentaba en la cama junto a la otra.
Shim Changmin, nacido el 18 de febrero de 1990 en el Hospital de la universidad de Seúl con 2 kilos trecientos… (…)
Información adicional: El 24 de octubre del presente año (2006) quedó huérfano de padre y madre tras un brutal asesinato en su casa en la cual también se asesinó a sus dos hermanas menores reconocidas como Shim JiYun y SoYun. Fue trasladado al hogar transitorio de menores de edad el 26 de octubre del presente año asimilando su presencia en el establecimiento por lo menos dos meses en los cuales se tramitará su traslado a un hogar para jóvenes sin hogar y una colegiatura en un instituto público para cubrir sus dos últimos años de estudio. En caso de que ningún familiar se reportase para hacerse cargo.
Jaejoong sonrió levemente y volvió a dejar la carpeta en la mesa. Según el plan debería hacerse cargo del chico un tiempo para luego llevarlo al jefe del clan, no estaba seguro de conseguir en primera instancia llevarse al muchacho a casa, dado que apenas tenía los diecinueve años cumplidos, aunque ya tenía los documentos alterados en base de datos policial incluida para pasar como pariente del chico.
Caminó con sigilo y se detuvo a observar el rostro intranquilo que sacudía la cabeza de un lado a otro intentando entre sueños vanamente alejar las horribles imágenes.
―Vaya desperdicio…es precioso, de seguro cuando crezca será un hombre hermoso, pero como dicen, las responsabilidades son primero―murmuró para sí para luego salir de la sala y fingir su mejor cara de tristeza, compasión y abatimiento.
Una mujer mayor de rostro dulce con un toque severo lo observo con atención.
―Es él…es tan frágil y pequeño…Dios es una pena lo que les pasó a mis primos y a mis sobrinas, cuanto me gustaría cuidar de él…―susurró, asegurándose que lo escuchara la mujer que lo miro entristecida y luego tomó su hombro
―Puedes reconocerte como su pariente y llevártelo
― ¿Pero cuánto tomará eso? Además al tener yo sólo diecinueve años de edad será tan difícil
―No lo creo, ya has cumplido la mayoría de edad y si demuestras ser buen chico y responsable no creo que te nieguen el llevarte al pobrecito de tu sobrino―dijo la mujer conciliadora, Jaejoong sonrió como si le doliera hasta sonreír y luego pasó su mano por su cara como si secase lágrimas que no existían.
Parte del trabajo ya estaba prácticamente hecho, de eso no había duda, lo único que quedaba era seguir con él y cumplir su propósito hasta el final sin imaginarse siquiera los traspiés que podría sufrir por causa de aquel ‘pequeño’ niño.
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Changmin vio a las personas, confuso entre la gente, ataviado y presente para ver el veredicto que dictaba el juez esa tarde de invierno, un invierno que calaba los huesos en todo su frío y amenazaba con una tormenta de nieve, miró a todo el mundo, sin interés aparente, valiéndole un pepino que su destino sería elegido, para él no sería absolutamente nada de qué sorprenderse, sería dictado a algún hogar para jóvenes con el apoyo económico para niños sin hogar en un instituto público y listo, no era nada de qué alegrarse o de qué ponerse más triste de lo que estaba.
Volvió su vista, tranquilo al montón de papeles que había en el podio del juez que aún no llegaba.
Escuchó el ruido sordo de una puerta tras él cerrarse, pero estaba tan aburrido que no le dieron ni ganas de voltear, sólo vio a un joven con otro hombre mayor que entraban y se sentaban cerca de él, cuando los vio el más joven le sonrió, él lo ignoró por completo.
Luego de una agobiante espera entró el juez que se identificó como Lee KwanYeon un hombre bajito, gordo y con un bigote exageradamente poblado que lo hacía ver un poco raro, tenía los ojos enormes y las mejillas infladas, si no fuera por su nombre estaría totalmente seguro que era extranjero.
Tras leer el caso y analizar con algunas que otras personas la situación hiso sonar su mazo y fue ahí que Changmin prestó un poco de atención. Al menos por respeto al hombre que estaba decidiendo lo mejor para él.
―El veredicto final es…que el menor Shim Changmin de dieciséis años de edad que ha estado durante un mes y quince días bajo la tutela de Cho YeonHee en el hogar transitorio para jóvenes sin hogar, sea trasladado…junto a su tío identificado como Kim Jaejoong, familiar en cuarto grado de Kim HeeYoon madre del menor fallecida el veinticuatro de octubre del presente año siendo apoyado por la gobernación del estado de Seúl con una colegiatura en el mismo establecimiento en el que ha estado estudiando hasta el momento, en caso de desear su traslado de institución por comodidad, la gobernación del estado de Seúl cubrirá indefectiblemente la mitad de la colegiatura en la institución privada o pública que se elija. Buenas tardes.
Changmin quedó mudo. Mirando el asiento vacío del juez que acababa de irse, sintiéndose extraño.
¿Tío? ¿De qué tío hablaban?
Él hasta el momento no conoció a otros familiares de su madre aparte de su abuela la cual había fallecido hace mucho, pero en tal caso, escuchó claramente que eran parientes en cuarto grado, es decir no era su primo hermano, ni su primo en tercer grado, probablemente una unión política.
En ese caso…no lo conocía y… ¿Pretendía hacerse cargo de él?
Despertó de sus pensamientos cuando un rostro apareció en su campo de vista, un rostro tan blanco como la nieve que había empezado a caer afuera del lugar, unos ojos cafés claros tan pero tan obscuros que se confundían sin dificultad con un negro brillante, una nariz casi común pero que concordaba perfecto en su rostro, unos labios rojo cerezo brillantes, gruesos y carnosos, un cabello rubio artificial que quedaba perfectamente al contraste con su rostro tan armonioso y perfecto, pero tenía algo que no le daba confianza, una expresión fría y calculadora que le erizó los bellos de la espalda y le estremeció la columna, se irguió y lo miró largo rato, con una expresión indescifrable.
Por su parte el ‘extraño’ también miraba con atención aquel rostro, casi sin parpadear, bastante encantado con su ‘sobrino’ pues era tan e incluso más bello despierto que dormido, poseía una piel clara con un suave y sutil tono moreno que le daba más vivacidad a su rostro, unos ojos enormes y castaños que le hacían pensar en hermosos posos de chocolate, tenía una nariz larga y perfecta, sin defecto alguno, unos labios que aunque tan delgados y opacos lo bastantemente carnosos, su cabello castaño era idéntico al de sus ojos, ni tan claro ni tan obscuro, brillante y abundante, su rostro era armonioso y bello, con una expresión a la vista de alguien distraído e infantil, pero luego de analizarlo mejor era un rostro inexpresivo que se disimulaba con la aniñada forma de su rostro que aun poseía unas infladas mejillas.
Sonrió afable, mirándolo un rato más.
―Vámonos Changminnie…―Changmin frunció el ceño, extrañado por la confianza con que lo trataba aquel sujeto que ya descifró era su supuesto tío. Pero aun así preguntó.
― ¿Quién eres tú?
―Soy tu tío, sé que no me recuerdas no me sorprende mucho apenas soy unos tres años y algo más mayor que tú, te vi apenas cuando eras más pequeño, apenas tenías tres años y casi es imposible que me recuerdes, además con los problemas con mi padre pasé en el extranjero mucho tiempo alejado tanto de mi prima como de la familia que formó tan alegremente, imagínate ni siquiera conocí a tus hermanitas
Changmin lo miró con desconfianza y luego prefirió dejar que todo pasara, al final era casi lo mismo que ir a un orfanato, pues no lo conocía aunque eso sí tendría más privacidad, o al menos eso creía.
Pasadas unas horas aquel chico lo llevó a un bloque de departamentos en una de las zonas más residenciales de todo Seúl, cuando llegaron al último piso se encontró con un lujoso dúplex elegantemente decorado donde Kim Jaejoong ingresó sus maletas y después de quedarse en la puerta viendo con la boca abierta el lugar se vio obligado a jalarlo dentro.
―No te asustes no es la gran cosa―dijo suavemente y en sí tenía un poco de razón puesto que el lugar donde vivía antes era una casa lo suficientemente grande pero compartida por toda una amplia familia de cinco miembros mientras aquel apartamento tan lujoso lo ocupaba sólo una persona―Ven conmigo, te enseñaré el lugar donde dormirás de ahora en adelante―Tomó de su mano y lo dirigió sin más hasta la escalera, subiendo por ella hasta irse perdiendo en un amplio pasillo lleno de extrañas pinturas hasta detenerse frente a una puerta obscura la cual el mayor abrió y le hizo ingresar a una habitación espaciosa y confortable tapizada de blanco con muebles elegantes de un color marfil, la cama tan blanca como las paredes y las cortinas que colgaban de un amplio ventanal.
―Es…
―No te preocupes, quédate aquí iré por tus maletas―Changmin ni siquiera volteó a verlo ni nada, se adentró apenas en la habitación viendo lo espaciosa que era, la decoración tan blanca que se confundía y parecía más bien un cuarto vacío lo suficientemente pulcro.
Al rato Jaejoong entró dejando las maletas junto a la cama, sonriendo afablemente mientras esperaba que dijera algo pero al contrario Changmin siguió ensimismado, perdido en su mundo.
―Te llamaré cuando la comida esté lista, si quieres puedes ir acomodando tus cosas, la puerta que está junto al televisor es el closet y la puerta del otro lado es tu baño privado, nos vemos después―Changmin esta vez sí volteó a ver al chico que había salido, queriendo preguntar un par de cosas pero cuando su boca al fin decidió producir algún sonido la puerta ya se había cerrado con un suave sonido.
Suspiró con profundidad antes de caminar hasta la cama y tirarse en ella, sintiéndose como si se hubiera lanzado sobre una nube pues la cama era tan suave que podría jurar que ya había llegado al suelo, se removió un poco hasta encontrar la posición adecuada donde pudo al fin cerrar los ojos, se perdió de nuevo en una horrible pesadilla que le mostraba los sucesos de aquella tarde después del instituto donde entró a su casa listo para saludar a su madre y a sus hermanas, encontrándose con la escena más traumante de toda su vida, el cuerpo sin vida de sus padres en el suelo de la sala, con rastros de sangre por todos lados y escondidas cerca al closet del recibidor sus hermanas en el mismo estado, recordaba que apenas lo vio perdió la consciencia ante la horrible escena que le mostraba su vida de todos los días destrozada, reducida a su mínima expresión.
De un momento a otro, mientras se veía a si mismo arrimado a un rincón, gritando con todas sus fuerzas mientras un hombre con una máscara blanca lo seguía con una escopeta sintió un pequeño calorcito que le hiso cambiar el panorama a el mismo flotado en el aire, sin preocupación ni remordimiento simplemente dejándose llevar por el aire.
Cuando abrió los ojos vio aquel rostro que ya empezaba a reconocer cerca al suyo, mirándolo preocupado, mientras ponía una de sus manos en su frente.
―Estás muy caliente…―Susurró, luego puso sus frígidos dedos sobre sus labios introduciendo en su boca un pequeño tuvo que pudo deducir por un termómetro―Iré por tu comida y algún medicamento, no te muevas
Changmin miró hacia todos lados y luego posó el mismo su mano en su frente, sintiéndola al contrario fría, pero se dejó ser, respirando tranquilo hasta que el mayor entró con la bandeja llena de comida, obviamente no podía mentir, olía delicioso y hasta agua se le hiso la boca dado el hecho de que todo ese tiempo estuvo rechazando el almuerzo en el hogar y sólo tomaba dos vasos de leche al día si es que no comía nada claro está.
―Te pasaste un poco de lo normal―Empezó el mayor viendo con detenimiento el termómetro, Changmin parpadeó, ni cuenta se había dado cuando el mayor quitó el termómetro de su boca―Treintaisiete punto tres, no es nada de qué alarmarse pero de todas maneras será mejor que descanses no queremos que esa fiebre empeore―Dijo calmadamente, Changmin no dijo nada y hasta el mayor juraría que ni siquiera lo había escuchado, pero no podía obligarlo a hacerle caso tampoco. Fue por la comida que pudo en una pequeña mesa junto a la puerta y se la acercó hasta ponérsela sobre su regazo, tomó el vaso de agua y una pequeña pastilla blanca y se la acercó―Toma esto, es un analgésico y te ayudará a bajar la fiebre, de todas maneras si te sientes mal o algo me llamas yo comeré mi cena en la mesa.
El mayor se levantó pero casi inmediatamente la mano de Changmin se asió a su brazo sin dejarlo avanzar, Jaejoong volteó el rostro, tratando de convencerlo con una mirada pero él mismo no pudo ni siquiera decir algo pues se vio conmovido en menos de un segundo con aquella mirada vulnerable y desprotegida que mostraban esos hermosos ojos castaños, tan brillantes como el chocolate derretido.
La razón no era retenerlo porque sí, desde que era pequeño Changmin odiaba comer sólo y tenía la ligera impresión de que cuando lo hacía la comida le sentaba mal. Le daba la peor vergüenza del mundo decirlo, pero en vista del caso Jaejoong era la única persona a la cual podría considerar familia y no sentirse horriblemente mal.
―Yo…yo no como solo…―logró mascullar a duras penas, bajando la mirada mientras sus mejillas se bañaban de un tono carmesí tan adorable que Jaejoong no pudo decirle que no, aunque con sonrojo o sin sonrojo no se hubiera negado.
―Sólo espera que vaya por mi comida y vuelvo―Dijo con una sonrisa antes de salir de nuevo, Changmin suspiró, pasando su mano por su rostro, sintiendo el calor acumulado en sus mejillas aunque de todas maneras parecía no notar la fiebre que igual le hacía mantener las mejillas en un rosa pálido.
Antes de que volviera tomó la pastilla esperando que lo que sea que tuviese se pasase y el mayor no se preocupase más por él. Sentía de la peor manera que estaba siendo un estorbo en su vida, dado el hecho de que vivía solo y él había llegado a irrumpir su soledad, probablemente tuviese una novia y estaba seguro que ahora con él ya no podría traerla; cuando el mayor volvió no pudo evitar mirarle con preocupación y soltar la pregunta.
― ¿Acaso no es una molestia el tenerme aquí?
El mayor no dijo nada solamente negó con la cabeza, sentándose al pie de la cama poniendo sobre su regazo la bandeja que contenía su comida.
― ¿Tu novia no se molestará porque me tienes aquí?
―No tengo una novia y si la tuviera y se molestase la dejaría
―Me refiero…este…me refiero a que casi ni nos conocemos y aun así optaste por hacerte cargo de mí y…
―Te entiendo…no te preocupes, si lo que te preocupa es ser una molestia estás muy equivocado porque al contrario es una bendición tenerte aquí, como ves vivo solo y a veces creo que la soledad me hace mal, un poco de compañía no le hace mal a nadie, además viendo lo que te pasó, sería un desalmado al dejarte a la deriva cuando siendo…parte de tu familia puedo hacerme cargo de ti sin ningún problema
―Pero…
―No le pongas más preguntas ni más peros, creo haber puesto todo en claro además, lo único que espero de ti es ayudarte y que me dejes ayudarte, que te abras y no te hundas en la tristeza que te consume, porque créeme sé lo que se siente…yo también…cuando estaba en el extranjero vi a mi padre muerto, asesinado por unos malditos sin alma que lo mataron sin contemplaciones.
―Ah…
―Ahora no recuerdes cosas tristes, come la comida que no es eterna y se enfría―Changmin asintió y comenzó a comer en silencio, no lo miró siquiera pero era consciente de que a cada que podía aquellos obscuros ojos se colaban en él, viéndolo con suma atención y eso le causaba incomodidad, cuando acabó de comer levantó la mirada y sus miradas se cruzaron, el mayor parecía ni siquiera parpadear y él se sentía extraño.
―Y-Ya acabé, g-gracias por la comida―dijo a penas, Jaejoong sonrió y tomó su bandeja y la suya y salió de la habitación sin corresponderle al agradecimiento. Changmin suspiró pesadamente hundiéndose en la cama, pensando en que pasaría de ahora en adelante.
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―Vaya…lo imagino, pero eso no importa, solo asegúrate de que este bien hasta que cumpla su mayoría de edad como mínimo y supongo que hasta entonces estará listo para lo que le espera desde que abrió los ojos para esta vida―Dijo ese hombre de vos fría, Jaejoong pudo apenas reconocer un tono diferente en su usual tono de vos cuando hablo lo último y sin poder evitarlo se preguntó a si mismo por qué tenía tanto interés en Changmin, sería normal si Changmin tuviese alguna habilidad en lo que a su jefe respectaba pero al contrario sólo era un niño que según él no tenía nada de especial―Ya puedes irte Hero…recuerda, cuídalo bien, no te perdonaré ni un solo error…
―No tenga cuidado, yo lo cuidaré―dijo, haciendo una reverencia al respaldar de la silla tras el cual ese hombre se escondía, salió del recinto sin hacer ruido hasta hallarse en la calle, caminando sin rumbo hasta que alguien lo reconoció en la calle y le gritó.
― ¡¡Jaejoong!! ¡¡Por aquí!! ―Jaejoong viró la cabeza hacia todos lados hasta encontrarse con la persona que lo llamaba alegremente del otro lado de la calle.
Era un amigo que apenas lograba ver una vez en dos veces si es que no era más, apenas hablaban pero de todas maneras se trataban casi como si fuesen familia, sin dudarlo mucho corrió hasta llegar y lo abrazó con fuerza.
―Esto es realmente una sorpresa, desaparecido
― ¿Desaparecido yo?
―Claro, tú te perdiste desde la última vez que nos vimos
―Yo que sepa tú fuiste el que me prometió me llamaría para reunirnos Yunho
―A sí…pero perdí tu número, más bien no solo perdí tu número si no también el de todo el mundo junto a mi celular
―Eres un completo dejado
―Perdón, bueno en fin. Tienes algo que hacer o te invito a comer un helado
―Si tengo cosas de hacer pero no creo que un helado me haga daño―dijo con una sonrisa, Yunho también le sonrió y se dedicó a dirigirlo a una heladería cercana.
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Prácticamente resbaló con la alfombra al entrar a casa como alma que lleva el diablo, se le había ido la hora charlando y cuando menos se lo esperaba ya eran casi las nueve de la noche y hasta llegar a casa se hicieron las once de la noche.
Al darse cuenta de lo tarde que era cuando llegó al parqueadero prácticamente subió corriendo las escaleras, claro no sin antes intentar rodarse por ellas también y al abrir la puerta vio todo quieto.
Caminó en silencio pensando en que Changmin probablemente se había dormido por lo tarde que era, la cabeza le latía pero su corazón se estaba deteniendo.
Lo malo de la situación fue en peor cuando entró a la recamara del menor y este no estaba, ni en el baño, ni en el closet, ni en la cocina, ni en su habitación ni en ningún lado. Perdió los estribos y salió corriendo del apartamento hasta el jardín que compartían los dos complejos y que era bastante extenso como que para que cada familia que vivía en ambos edificios tuviera su propio espacio para hacer su día de campo propio.
Vio por todos lados pero el menor no estaba ahí tampoco, volvió a salir pero esta vez a pie del complejo viendo a ambos lados de la calle sin saber qué hacer ni a donde ir.
Sin querer quedarse quieto optó por ir calle abajo corriendo a todo lo que podía hasta llegar al pequeño parque que había enfrente de la farmacia, gracias al cielo pudo distinguirlo y como no hacerlo.
Su cabello castaño relucía a la luz de la luna que se alzaba altiva sobre sus cabezas, con el corazón latiéndole en la nuca fue hasta él que llevaba cargado una mochila y se puso frente a él.
― ¡¡ ¿Cómo se te ocurre salirte de casa así?!! ―exclamó perdiendo toda la paciencia que podía poseer, el menor lo ignoró por completo como si no estuviera ahí, incluso cuando apareció frente a él ni lo miró― ¡¡Respóndeme te estoy hablando!! ―volvió a exclamar pero obtuvo lo mismo que antes, silencio.
Intentó respirar un poco dado que había corrido como loco y ahora gritaba como loco, probablemente lo ignoraba porque no le gustaba que le gritaran. Cuando sintió que de su boca ya no iban a salir sonidos estremecedores habló.
― ¿Me vas a decir porque te fuiste así? ―preguntó con calma, sentándose junto a él en la banca de aquel parque, pero igual que antes e incluso peor Changmin lo ignoró, mirando sus propias manos que no se movían―Entiendo que te hayas enojado pero no fue mi culpa se me pasó la hora y… ¿Changmin? ―el menor seguía escondido tras sus castaños cabellos siendo incongruente a cualquier actitud que Jaejoong esperase de él.
Intentó levárselo pero así como no respondía a sus preguntas tampoco respondía a sus movimientos.
―Ya no seas terco ven…―intentó decir con calma pero la verdad era que ya estaba por llevárselo cargando― ¡¡Changmin ya basta!!
Pero el menor seguía sin responder, empezó a preocuparse, absolutamente nadie podía ser tan duro como para resistirse a todo sin poner reacción o resistencia alguna. Ya sin más que hacer le quitó la mochila cargándosela él en la espalda y como último recurso como si fuese un simple muñeco de trapo lo cargó, llevándolo hasta el apartamento donde lo colocó en su cama y al fin vio su rostro.
Su mirada estaba obscura y en su carita se desdibujaban las lágrimas que probablemente lloró toda la tarde, sus labios estaban separados y podía apenas distinguir si respiraba o no.
―Changmin…―susurró suavemente, pero el menor ni parpadeaba, dejando su vista a la deriva de ninguna parte, lo sacudió un poco esperando que hiciera algo pero tampoco funcionaba, seguía flotando en la nada haciendo caso omiso a lo que sea que estuviera en su entorno.
―Por favor…―volvió a susurrar, hundiéndose en la desesperación de no saber qué hacer, su cerebro buscaba ayuda en todas partes pero no sabía que más hacer.
Decidió echarlo y acomodarlo en la cama mientras corría a buscar en la gaveta de su baño lo que fuera que ayudase al menor a regresar al mundo real, para cuando volvió a la habitación del menor este se había ido de nuevo; tiró el bote de alcohol que llevaba en manos y corrió afuera encontrándose con Changmin arrodillado en el suelo levantando su mano sobre el suelo como si estuviese tocando algo que él era incapaz de ver.
―Mamá…―le oyó susurrar, intentó acercarse pero el menor volvió a hablar entre sollozos ahogados―Mamá…despierta…por favor…despierta…te lo ruego…papá…JiYun…SoYun…por favor…no…no…―Jaejoong no aguantó más y fue donde el menor y volvió a alzarlo, el menor volvió a su estado robótico sin respuesta a los llamados de Jaejoong.
Volvió a colocarlo en la cama procurando que no se le perdiera de vista, en toda la noche Changmin no respondió a su llamado y tampoco parecía haber señal de que tuviera siquiera sueño, Jaejoong decidió dormir a su lado, esperando que reaccionase de lo contrario lo tendría que llevar a un hospital aun sin saber qué era lo que le pasaba exactamente.
Toda la noche la pasó en vela esperando que si quiera soltara un suspiro, varias veces intentó levantarse pero cuando Jaejoong lo notaba lo retenía abrazándolo por la cintura y otra vez al estado robótico de respuesta nula.
Cuando el sol entró por la ventana Jaejoong sintió al menor removerse, hasta quedar de costado justo frente a su rostro, con los ojos aún abiertos. Jaejoong se puso nervioso pero sólo atinó a decir lo que él creía era una frase sin sentido alguno.
―No te voy a dejar solo…
El menor luego de escuchar al fin eso cerró los ojos y se dejó perder en el sueño que debió ser consumado hace mucho, un sueño libre de pesadillas luego de casi dos meses viéndose a sí mismo con las manos manchadas de sangre.
Al notar que Changmin había caído profundo Jaejoong se dejó llevar también por el sueño, hasta entrada la tarde cuando abrió los ojos y sintió por primera vez en su vida ver la imagen divina.
Changmin seguía dormido y su carita era la expresión perfecta que gritaba inocencia por todos lados, al contrario de cómo estaba por la noche y toda la madrugada su rostro tenía más color y se veía más vivo.
Sonrió y acarició sus cabellos hasta que el menor abrió los ojos.
― ¿Qué pasó? ―preguntó con vos pastosa, dando un bostezo para terminar de despertarse, al fin dándose cuenta de que Jaejoong estaba junto a él. Cuando ello ocurrió sus mejillas se tornaron rosas y escondió la cabeza en la almohada
―Tranquilo…
―Disculpa…
―Tú deberías disculparme a mí, creí que me matarías por llegar tarde
―A qué hora llegaste…
―A las once…
―Ni lo noté
―…
―A decir verdad…no recuerdo mucho desde las seis y algo…recuerdo que comí ramen instantáneo, me fui a mi cuarto…me dormí y…y…volví a tener pesadillas…
― ¿Qué soñaste?
―Volví a recordar la muerte de mis padres, pero me sentía…me sentía como cuando tienes flojera cambiar de canal y se repite la misma película todo el tiempo…sólo recordaba cuando llegué a casa y vi a mi madre…ahí…y…
―Changmin…creo que debo llevarte a un lugar
―A donde…
―Necesitas ayuda, demasiada diría yo y no es cualquier cosa, tuviste un trauma demasiado fuerte y absolutamente nadie te está ayudando a superarlo…pero si la defensoría de la niñez no te ayuda, yo lo haré
―No necesito ayuda…es suficiente ya con lo que estás haciendo ahora por mí
―Para nada…Changmin tú piensas que fue un sueño pero te equivocas, anoche cuando llegué aquí no estabas en casa, y te encontré en el parque que está más abajo del condominio, no me respondías, no me hacías caso y cuando te traje aquí volviste a levantarte y en la sala…era como si estuvieses de nuevo en la sala de tu casa…ese día…
―yo…
―Déjame ayudarte, un poco de mi apoyo es lo que necesitas, porque eres muy joven y si puedes salir adelante lo harás con mi ayuda. ¿Entendido?
―mmm
― ¿Entendido?
―Está bien…
―Así me gusta, bien, salgamos porque no creo que te ayude el quedarte en casa
―Está bien…
―Ah…ya es tarde…creo que deberíamos comer algo antes de salir
― ¿Qué hora es?
―Las dos y media
― ¡¡Ah!!
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―Pobre muchacho… ¿Hasta cuándo tendrá esas sesiones con la loquera?
―Hasta que ella note que sea oportuno, según me dijo eso será hasta que supere el trauma y no sueñe tan seguido con ello
―Vaya…pero al menos está bien
―Sí, pero tengo miedo dejarlo solo
― ¿Acaso te preocupas por él?
―No, es parte de mi responsabilidad cuidarlo, si fallo me volarán la cabeza tenlo por seguro
―Bien, pero no le digas nada de esto a Yoochun, ya sabes cómo es de molestoso y te apuesto todo mi sueldo a que si le dices hará una historia de romance y drama alrededor de ustedes
―Tú si me haces reír Junsu, pero ya qué tengo que volver antes de que él vuelva del instituto, estoy preocupado porque es su primer día luego de todo lo sucedido y no quiso cambiar de instituto, además que tendrá muchas cosas que hacer luego de dos meses y medio de ausencia
―Según lo que leí en su información es el estudiante del año durante casi once años es decir desde que estaba en primaria
― ¿Quieres decir que es un cerebrito?
―No lo digo yo, lo dice su expediente, tiene calificaciones impresionantes prácticamente desde el preescolar y eso que en preescolar no haces más que mancharte los dedos con pintura, pegamento y papel crepé
―Bien, me voy, ve a contarle tus chistes sobre el preescolar a Yunho si es que encuentras al desaparecido, yo debo ir a casa
―Bye, Bye~
Jaejoong volvió a casa en calma, apoyándose en la pared a fuera del condominio esperando que el bus que debía traer a Changmin apareciera, pasados casi veinte minutos este apareció mostrando a Changmin bajando de él.
―Hola…
―Hola… ¿Cómo te fue?
―Bien…
― ¿Cuánta tarea te dieron?
―Sólo tengo que hacer unos cuantos informes y nada más, las dos últimas semanas fueron los exámenes de materias humanísticas y técnicas de los cuales ya había sido eximido dos días antes de…de ya sabes…los profesores me tuvieron tolerancia, según el director no muchos están enterados de lo que en verdad sucedió a decir verdad solo él y el tutor de grado, por lo tanto dejaron que los profesores tomaran su decisión para recuperar el casi trimestre que falte y quedaron en la conclusión de que con mi historial no sería problema y de todas maneras gracias…gracias a mi padre y sus influencias en el instituto yo estoy preparado incluso para los exámenes de dispensación para entrar a la universidad.
―Ya veo… ¿Por qué no me dijiste que eras tan inteligente?
―Porque no lo soy, simplemente me esfuerzo por cumplir mis objetivos
― ¿Y cuáles son tus objetivos?
―Terminar la universidad y ser un gran profesional
―Y dime… ¿Qué quieres estudiar?
―Sigo dudando…a veces…me gusta mucho, diría que demasiado escribir pero…no es exactamente una profesión que se apremie y no se gana a menos que tu libro llame la atención de la gente, otra cosa que pensé…fue en abrir una cadena de restaurantes, para ello estudiaría administración de empresas pero también necesito capital para abrir el primer restaurante y dependiendo del éxito que tenga se podrán abrir las demás sucursales
―Puedo ayudarte con ello
―A penas voy en mi penúltimo año
― ¿Y cuál es el problema?
― ¿A qué te refieres?
―A que yo ya estudie administración de empresas…en realidad no lo hice por gusto más bien porque no sabía que estudiar, tengo dinero abrimos un restaurante y probamos suerte hasta que termines tus años escolares, luego entras a la universidad, cumples mayoría de edad y me ayudas con el restaurante convirtiéndote en socio oficial…apoco no soy muy inteligente―Changmin sonrió, por primera vez en un tiempo de manera sincera, mostrando una expresión de la cual Jaejoong se enamoró al instante, una sonrisa tan bella que remarcaba sus rasgos, mostrando la más perfecta sonrisa de ojos que pudo haber visto― ¿Acaso te estás riendo de mí?
―No~
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Jaejoong abrió la puerta con cuidado, intentando no despertar al menor, con cuidado empujó la puerta con la espalda hasta poder entrar él y el pastel que llevaba en manos completos ambos; colocó el pastel al pie de la cama y fue a encender las luces antes de volver a tomar el pastel.
― ¡¡Ya hyung!! Apaga la luz…―exclamó Changmin escondiéndose entre las sábanas, entonces Jaejoong con una vos digna de los ángeles comenzó a cantar.
―Happy birthday to you…happy birthday to you…happy birthday Changmin~ Happy Birthday to you…―Changmin comenzó a quitar las sábanas de su cabeza hasta encontrarse con lo que él consideraba la imagen más bella de todas, Jaejoong con un gorrito de cumpleaños y un pastel en manos y cantando.
―No tenías por qué hacerlo
―Claro que sí tenía, hoy es tú cumpleaños―enfatizó golpeando con un dedo el pecho del menor-Y más importante aún hoy cumples tu mayoría de edad
― ¿Y eso que tiene de maravilloso?
―Pues…podrás votar, serás considerado un adulto ante la ley aunque eso puede traerte cosas malas ya que puedes ser imputado ante la ley y…bueno tienes razón no hay muchas cosas interesante aparte de que ya te dejan beber bebidas alcohólicas y entrar a las discotecas más grandes
―Eso solo a ti podría gustarte hyung
―Tienes razón, pero si hay algo muy bueno para ti cumpliendo tu mayoría de edad, podré ponerte oficialmente como dueño del restaurante―Changmin sonrió ampliamente y bajó la cabeza apenado. Jaejoong dejó el pastel a un costado de las piernas de Changmin y levantó su cabeza con las manos para tomar sus mejillas y darle un beso en los labios.
Changmin no dijo nada y al contrario se dejó hacer sonriendo por sobre sus labios, dirigiendo sus brazos al cuello del mayor que soltó su rostro y escondió sus manos en su cintura.
No era de sorprenderse entre ellos, desde la llegada de Changmin al apartamento de Jaejoong las cosas habían sucedido con tanta rapidez que ninguno de los dos era capaz de darse cuenta, cuando Changmin cumplió diecisiete ya había recibido el primer beso por parte de Jaejoong y era prácticamente normal desde ese entonces que ambos se besaran para darse los buenos días y las buenas noches aunque sus besos no eran más que pequeños ‘piquitos’ inocentes que para ellos no eran extraños, como un beso de amigos, pero el mismo año para el cumpleaños de Yoochun sobrepasaron el beso inocente a otro diferente, uno de pareja que ya no era extraño pues desde ese beso ambos empezaron a considerarse pareja hasta hoy en día en el cumpleaños de Changmin que al fin era mayor de edad aunque eso no significaba muchas cosas buenas, especialmente para Jaejoong que podía sentir el peligro tras sus espaldas.
― ¿Y de qué es el pastel? ―preguntó el menor con una sonrisa luego de que sus bocas pudieron separarse, Jaejoong sonrió y levantó el pastel que aún se mantenía en su lugar
―Fresas, chocolate, vainilla y durazno
―Una mezcla de sabor
―Eso mismo…oye Minnie…Junsu…
―Estaba planeando una fiesta sorpresa no tan sorpresa pues me enteré ni bien comenzó a planearla
―Bueno sí, pero no sabes todos los detalles y créeme que aunque ya lo sepas te vas a sorprender
―Bien…voy a creerte sólo porque eres tú, a ver con que me salió este delfín del mal
―Cuidado que es tu hyung
―Si él se hubiera hecho respetar desde un principio lo trataría con más respeto, como a Yunho hyung
―Ni a él lo respetas
―Si lo respeto
―Ok, lo respetas…bien lo que quería decir es que Junsu insistió en que de todas maneras te distrajera hasta que llegaras al lugar de la fiesta
― ¿Y cómo piensas distraerme?
―A eso te queda decidirlo a ti, podemos salir o si tú quieres…
―Si yo quiero qué
―Ya sabes
― ¿Qué cosa sé?
―No te hagas tu sabes
―No…en serio no sé
―Aish, me refiero a que podemos quedarnos en casa y matar el tiempo aquí
― ¿Haciendo qué exactamente?
― ¡¡Changmin!!
― ¡¿Y ahora qué hice?!
―Aish, me refiero a que nos quedemos tú y yo aquí en la casa, en tu cuarto… ¿Ahora entiendes?
―Qué porquerías pasan por tu cabeza y tu mente cochambrosa
― ¡¡No es nada malo!! ―Changmin se alejó del mayor y se escabulló de la cama empezando a correr del supuestamente pervertido Jaejoong que fue tras él― ¡¡Ven aquí!!
― ¡¡Auxilio!! ¡¡Un pervertido me quiere violar!!
― ¡¡¡ ¿A quién le llamas pervertido?!!! ¡¡Pervertido te voy a dar no más te alcance!!
― ¡¡Ahhhhh!! ¡¡Auxilio!! ¡¡Mi trasero corre peligro!!
― ¡¡En verdad correrá peligro cuando te alcance y te de una patada donde más te duela!!
― ¡¡¡Yoochun hyung!!! ¡¡Jaejoong hyung me quiere violar!! ―Jaejoong se detuvo abruptamente al oír aquello, casi resbalándose con la alfombra, Changmin se estaba perdiendo por el pasillo con celular en mano, hablando a gritos con Yoochun.
―Ah no…ah no…si yo soy un pervertido…ese que será… ¡¡¡¡¡Yoochun ni te atrevas a llenarle de porquerías la cabeza!!!!!
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Changmin comenzó a reír a carcajadas mientras KyuHyun lo sostenía de la cintura intentando que no se resbalara al suelo, Minho que estaba junto a ellos ponía una cara desagradable ante la confianza que Kyu y Min se traían pero la cosa con sus celos se pudo peor cuando de la nada pareció Jaejoong entre los dos amigos y le robó un beso a Changmin.
―Vamos Minnie, toca que apagues las velas antes de que sean las doce y ya no sea tu cumpleaños―Ignorándolos ahora a ambos Changmin se levantó y se fue con su hyung, ambos tomados de la mano, KyuHyun se tiró en el sillón riendo a carcajada limpia al tiempo que unas lágrimas se asomaban por su ojos
― ¿Qué pasa? ―preguntó Minho un poco tajante, KyuHyun dejó de reír y tapó su cara con un brazo, aun sollozando
―Pasa que…pasa que estoy dejando a mi amor ser feliz
―No te entiendo
―Changmin…Changmin…lo conozco desde primaria y ver todo lo que ha sufrido, lo que ha tenido que pasar y como yo no he podido hacer nada por él y ese tipo, Jaejoong su disque tío lejano político ha hecho tanto por él que ha logrado ganarse su corazón…se siente feo Minho, se siente horrible el que la persona que tu ames bese a alguien más en frente tuyo y el que tengas que dejarlo ir con una sonrisa duele aún más… ¿Pero sabes? Voy a ser feliz así como él lo es ahora y lo cuidaré de lejos, como hice con SungMin antes de que me dejara…Minho, no te enamores nunca de alguien así si imaginas si quiera que nunca te corresponderá, nunca lo hagas porque te aseguro la herida de un amor inexpresivo y no correspondido duele mucho
―Ya hyung, creo que debería llevarte a casa
―No, no, yo me iré cuando Changmin haya soplado las velas…y le haya dado él mismo un beso a mi peor enemigo―KyuHyun se levantó a tientas hasta llegar a la mesa donde ya se habían apagado las luces dejando tono en penumbra aparte de las velas que se lucían frente a Changmin que pedía sus deseos. Luego de un prolongado tiempo las velas se apagaron y las luces se encendieron, la muchedumbre comenzó a gritar que mordiera la torta y luego de que el cumpleañero se asegurara de que nadie iba a empujarlo se acercó a la torta y como era de esperarse medio mundo se fue sobre él para que su cara quedara completamente manchada de betún de chocolate y fresa, quedando en su cara una extraña mezcla roja y café que hiso reír a todos los presentes, luego de la foto de victoria de Junsu, Changmin se limpió los ojos con una servilleta a duras penas viendo sus pestañas llenas de pastel.
―Awww eres tan precioso―exclamó Yoochun de la manera más estúpida que se pudo haber ocurrido antes de quitarle la cámara a Junsu y comenzar a flashear a Changmin que había hecho un puchero― ¡¡Qué bese al novio!! ¡¡Qué bese al novio!!
― ¡Tú besa a tu novio Yoochun y a mí déjame en paz!
― ¡¡Minnie!! Véngate porque tengo la foto prueba que demuestra que Jaejoong fue la primera mano sobre tu cabeza―Changmin dio un respingo, mirando a Yoochun que intentaba mostrarle la cámara estando al otro lado de la mesa, de seguro reproduciendo el video de su caída al pastel.
Entornó los ojos y vio a su novio que hiso un gesto que le daba toda la culpabilidad y sonrió.
―Ven aquí Joongie hyung….
―Hay no…hay no…hay no…―comenzó a decir el mayor intentando retroceder pero fue sorprendido por el empujón de Hyun Joon y Lu Han que lo acercaron más al menor, pero de todas maneras no se arrepintió porque por primera vez en todo ese tiempo de besitos Changmin era el que empezaba, tomándolo por la cabeza uniendo sus labios manchándolo a él también con su extraña mezcla de chocolate y fresas.
KyuHyun sonrió y comenzó a aplaudir junto a los demás presentes hasta que-como siempre-Yoochun abrió la bocaza para decir cualquier estupidez.
― ¡¡Sin lengua!! ¡¡Sin lengua!! ¡¡ ¿Qué no ven que es una fiesta familiar?!! ―gritó, Jaejoong se puso como un tomate y se alejó de Changmin, seguidamente el flash de la bendita cámara los atacó, marcando de por vida la imagen de ambos lado a lado con la cara manchada con pastel.
La fiesta continuó así hasta la madrugada, libre de cualquier gota de alcohol pero llena de felicidad y alegría para el cumpleañero que disfrutaba a todo dar sin ser consciente de la triste sonrisa de KyuHyun, Minho intentó también irradiar alegría pero todo se veía negro cada vez que abrazaba a Jaejoong y parecía no quererlo soltar.
Por su parte el resto de los invitados igual disfrutaban y hacían disfrutar a su manera.
Cuando todos se fueron o se acomodaron en la espaciosa casa en la cual vivían las tres pesadillas-según Changmin-el ambiente se calmó pero todos parecía abatidos por la fiesta, Changmin apenas si quiera podía caminar y Jaejoong no estaba mejor, aunque no habían tomado ni gota de alcohol al parecer la alegría se le había subido o más bien el dulce de los bocadillos de había puesto Junsu porque se reían de todo y de nada peor que borrachos.
―Y…y…y Yoochun dijo…―murmuró Jaejoong, entrecortado por la risa la cual Changmin acompañada―los delfines no vuelan Junsu y peor aún con tu trasero y…jajajaja―ambos comenzaron a reír hasta que llegaron a la habitación que Yunho les había dado, ambos se tiraron en la cama aun riendo sonoramente hasta que las risas se sofocaron y se quedaron viéndose a los ojos―Changmin…de verdad me alegra que haya sido para ti un lindo cumpleaños
―En verdad lo fue hyung…estuve contigo todo el día, toda la noche, mis amigos disfrutaron conmigo y por sobre todo…estuviste conmigo todo el día
― ¿Acaso no estás repitiendo lo mismo dos veces?
―Sí, pero es porque lo mejor de mi cumpleaños fue tu presencia, para mí hubiera sido aburrido e incluso funesto si tú no hubieses estado aquí…―Changmin sonrió con dulzura, Jaejoong correspondió la sonrisa.
―Changmin…
―Dime…
―Sabes…a veces pienso que te quiero demasiado como para ser verdad
―Yo también pienso lo mismo
―Y…no quiero que te vayas nunca por ello…te voy a jurar, hoy un diecinueve de febrero del dos mil ocho a las no sé cuantas de la madrugada que te voy a querer siempre, tu cuidaré siempre, te honraré siempre y todo…hasta que mi alma se haga pedazos de tanto amarte
―Jaejoong…
―Y también…te prometo que te ayudaré a encontrar a aquellos que te quitaron tu felicidad aunque por culpa de ellos también hayas llegado a mí―Changmin sonrió de nuevo con las lágrimas llenándose en sus parpados, acercándose por segunda vez en la noche a besar a su hyung.
Pero…en realidad cuan frágiles son las promesas, las palabras que salen de la boca de uno y por causas del destino terminan fragmentadas, convertidas en mentiras.
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Yunho se apoyó con total confianza en las piernas de Changmin, recostándose en el sillón viendo la película con atención mientras Changmin devoraba las palomitas de maíz con miel.
―Oh…ese es un buen actor
― ¿En serio? Yo que sepa es un buen doble el que hace todas escenas
― ¡¡Ya Changmin no me arruines la película!! ―Changmin comenzó a reírse sonoramente mientras Jaejoong entraba con otro bol de palomitas y comenzaba a mirar feo a Yunho
―Yunho…si no quieres que sea yo quien termine de arruinarte la película mejor quítate de las piernas de MI Changminnie―Dijo en tono grave, Yunho rió y se acomodó al otro costado del sillón para que Jaejoong ocupase el lugar en el medio quedando pegado a Changmin.
Así pasaron el resto de la película hasta que el celular de Jaejoong sonó de repente, viéndose obligado a correr a contestar, encontrándose con su peor pesadilla al otro lado del teléfono, hablando con vos pastosa y grave, denotando cada frígida nota de su garganta en su oído.
―Necesito que vengas con urgencia el lunes a primera hora a mi oficina…ya sabes sobre quién y qué es lo que tenemos que tratar―Dijo como último para luego dar por terminada la conversación colgando el teléfono, dejando a Jaejoong pálido, con las piernas temblándole casi siendo incapaces de soportar su peso.
No lo podía creer…no podía creer que solo hubiese podido pasar dos años y algo más a su lado y ya se lo arrebataran porque sabía que ni bien fuese a parar a manos de ese hombre Changmin no sólo no volvería a ser el mismo si no que tampoco podría verle de nuevo, porque aquel hombre lo alejaría sin importarle nada.
Intentó volver a ver la película, pero solamente podía imaginarse a Changmin preguntándole que le pasaba y sabía que ver sus ojos solo haría que se sintiera peor, sin poder hacer más se fue a encerrar al baño sin decir nada, desahogando su pena frente a una toalla que al final terminó casi completamente bañada en lágrimas.
No quería…no podía imaginarse siquiera una vida en la cual Changmin no estuviese presente, una vida que se vería desprovista de sus sarcasmos, de sus golpes de sus insultos pero por sobre todo de su cariño, porque su vida hasta hace unos años había sido vacía, llena de una superficial felicidad que significaba tener dinero, gastarlo a manos llenas haciendo cosas extrañas, disfrutándolo en todo y en nada, hasta que Changmin apareció, con su aparente inocencia, con su fragilidad y aquella compañía que a él tanta falta le hacía, que le hiso creer en las cosas buenas de la vida con solo ver como superaba la muerte de sus padres y aprendía a verla con otros ojos.
¿Cómo podría si quiera dar un paso hacia el frente si él se iría?
Sabía que debía imaginárselo porque lo que sucedería se lo habían advertido desde el primer momento, pero aun teniéndolo en brazos imaginaba que no lo harían, que lo dejarían en paz cuidando al supuesto tesoro de Lee BaekYoung hasta el fin de sus días sin ser molestados, pero era una funesta realidad la que ahora lo golpeaba, teniendo que afrontar que ahora perdería lo único que había amado en su vida, en toda su pútrida vida que le había dado no más que golpes y personas vacías, hasta que llegó él.
― ¡Hyung! ¡Hyung! ¿Estás bien?
―Si…ya salgo
―Yunho ya se va…
―Dile que espere ya salgo…―con cuidado se miró en el espejo, destrozado abatido, masajeó con sus dedos por sobre sus parpados hasta que volvieron a su color normal y salió
― ¡¡Jaejoong!! ¡¡Si llego después de las nueve Junsu va a matarme!!
―Lo lamento…Yunho… ¿Puedo hablar contigo después? Por favor…―Yunho lo miró con cuidado, dándose cuenta del estado de Jaejoong, asintiendo con suavidad antes de irse
― ¿Por qué te quedaste tanto en el baño? por poco y pienso que te dormiste ahí dentro
―Sólo no me sentía muy bien
― ¿Tienes algo? ¿Quieres que busque algún medicamento?
―No…ya estoy bien, solo quiero dormir… ¿Vamos a la cama?
―Si…claro…tu adelántate yo llevaré los bol y apagaré la tele
―Si―Jaejoong fue a la habitación, tomando su pijama mientras se desvestía, sintiendo todavía ese hueco en su corazón, al rato apareció Changmin, también tomó su ropa de dormir y comenzó a cambiarse, ambos se metieron juntos a la cama Jaejoong abrazándose más fuerte de lo normal a Changmin que no dijo absolutamente nada.
Para Jaejoong ese fue el fin de semana más horrible y doloroso de toda su existencia, sintiéndose morir a cada que Changmin le sonreía, no entendía porque pero…justo en esos momentos Changmin se portaba tan dulce con él que no podía hacer más que derrumbarse escondido tras las paredes del baño, pensando en todo lo que significaría el perderlo.
Así paso hasta que el lunes llegó y se hallaba sentado frente a aquel hombre al cual odiaba con todo su ser en estos momentos, manteniendo apenas la mirada.
―Me alegra que al fin hayas cumplido mis ordenes
― ¿De qué habla?
―Que todo este tiempo me has estado desobedeciendo y eh estado perturbado por ello, lo supe solo hace un tiempo pero supongo que no quise perturbar nada pero dado que el plazo ha sido cumplido tendré que hacerme cargo de lo sucedido personalmente
―…
―Hace tiempo uno de mis hombres te vio en una plaza comercial en…actitud cariñosa con alguien más, como es obvio él no conoce a Changmin, jamás ha visto su rostro pero cuando me trajo las fotos, mostrándome que no cumplías con tu trabajo supe que no era alguien más si no a quien debías proteger a quien besabas. Debo admitir obviamente que lo has cuidado bien todo este tiempo, creo que lo has hecho demasiado bien y eso no es admisible en ningún tipo de juicio Hero, lo sabes bien, pensé que serías lo suficientemente frío para poder mantenerte al margen pero más bien has sido débil y has hecho la peor cosa que un humano débil puede hacer, enamorarse. Ahora como ya lo tienes previsto desde hace tanto tiempo es hora de que Changmin venga aquí y yo cumpla con el resto de la misión que yo mismo encomendé, pero aparte de traérmelo debes hacer algo más Hero…debes…terminar con él, pero terminar al estilo más dramático posible, de modo que ambos no puedan acercarse…jamás. O mejor dicho que él no quiera acercarse a ti jamás.
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Jaejoong apoyó su cabeza en el pecho de Changmin mientras este parecía absorto en la película que, habían ido a ver al cine tras tanta insistencia por parte del mayor y no era para menos, aquel hombre Lee BaekYoung le había dado el plazo único e impostergable de dos semanas para terminar con Changmin en definitiva y llevarlo a él, una manera menos brusca de decir que tenía que romper su corazón en pedazos y darle lo que quede a los lobos.
Decidió utilizar una semana del tiempo acordado en disfrutar todo lo que pudiese de él, sus labios, su compañía sus abrazos y todo lo que tuviera al alcance de él, así como pretendía le sacaría todas las entrañas y el amor que pudiese darle.
Mientras en la pantalla se mostraba a la protagonista mirando al mar, recordando entre pensamientos lo vivido una mágica semana con la persona que amo, las lágrimas se escaparon de sus ojos, en su oído el corazón de Changmin latía a ritmo normal, con un sonido tranquilizante pero a la vez tan doloroso que lo hacía sentir tan culpable por todo lo cometido desde un principio.
Se imaginaba, alguna vez entre la obscuridad que Changmin era demasiado bueno para ser verdad, demasiado bueno como para tenerlo alguien como él que se merecía unos buenos años en el bote por encubrir una serie de asesinatos a órdenes de BaekYoung, él jamás había asesinado a alguien pero había sido testigo de tantos asesinatos que estaba casi completamente seguro que al menos tres de ellos equivalían a lo mismo que asesinar.
―Ya…no seas llorón, ya verás que tendrá uno de esos finales cursis que tanto te gustan
―Changmin…tú crees…tú crees… ¿Ser capaz de perdonar una traición?
―De la clase de la traición que habla la película tal vez, no lo sé, dependiendo las razones que lo acometan ¿No crees? Aquí Bo Yoon se vio obligado a mentirle porque de lo contrario matarían a Hana, si tú me dijeras alguna mentira hiriente por una razón aún más fuerte probablemente te perdonaría
―…
― ¿Por qué la pregunta?
―Por nada, me dio curiosidad
―Ah…tú y tus preguntas raras
Jaejoong se quedó en silencio hasta que salieron del cine, viéndose obligado a recordarle a Changmin que se abrochara el cinturón de seguridad porque luego de tanto comer había quedado hecho nada y se estaba durmiendo, cuando se lo pidió Changmin emitió un gruñido y se vio obligado a ponérselo él mismo.
Cuando llegaron a casa Changmin no quería despertar y otra vez como en tiempos antiguos lo tuvo que cargar, después de un rato cuando ya estaban subiendo la escalera al segundo piso del apartamento Changmin abrió los ojos y sonrió.
―Oye, ya estás muy grandecito para venir solito, además ya no eres tan liviano como antes, estás hecho una vaca
―Mentiroso…―murmuró Changmin, Jaejoong sonrió tristemente era verdad, Changmin pesaba lo mismo que hace dos años, solo se había estirado pero seguía siendo tan liviano como una pluma.
―Ya… ¿Quieres que también te ponga la pijama y te de la lechita bebé?
―No te pases…
Jaejoong salió de la habitación para ir en busca de un pijama para Changmin ya que en el cuarto no había más y como él tenía la costumbre de aun guardar sus ropas en las habitaciones que antes utilizaban aunque ahora no fuese así.
Cuando volvió Changmin ya estaba metido en la cama
― ¿Y el pijama?
―Hace calor y te tardabas demasiado…―murmuró apenas acurrucándose más en las sábanas―Ya apúrate que me hace frío.
Jaejoong decidió seguirle la corriente y desvestirse y meterse a la cama, abrazando su cintura como todas las noches.
―Lo voy a extrañar…
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―En verdad…yo también pensé que ese día jamás llegaría
―También intenté creerlo Yunho…pero llegó y se me acaba el tiempo, me quedan tres días y no tengo el corazón para hacerlo, lo intenté desde el lunes pero no funcionó, veo sus ojos y…no puedo, no solo por mí, sino por él
―Jaejoong...es difícil pensar sin el corazón metiéndose en esto, es mejor utilizar eso a tu favor antes de que todo empeore
―De que hablas
―Si no rompes con él… ¿Qué pasará?
―No lo sé…
― ¿Qué te imaginas que pasará?
―Tal vez…tal vez BaekYoung me mate
―En efecto, pero si no lo hace lo que hará será herir a Changmin con quien sabe que mentiras y eso será peor a que tú le mientas, porque no tendrás escapatoria, si no quieres que Min termine por sufrir más de lo que ya sufrió hasta el momento será mejor que hagas lo que te ordenaron, tienes esta tarde para pensar porque sabes que mañana ya será otro días perdido y luego el último y después tendrás que entregarlo como sea
―…Yunho…cuando lo pierda…cuando lo pierda me voy a morir
―No seas tan pesimista, solo piensa que lo haces por su bien, de lo contrario las cosas serán peores…
―Por qué…por qué tuve que conocerlo así, esta vida no podía ser más estúpida ni más hiriente…
―Jaejoong, sabes que nosotros siempre estaremos de tu lado y cuando todo esto pase no dudes que te ayudaremos a que Changmin vuelva a tu lado
―Gracias…
―No tienes que agradecer…
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Changmin sonrió al ver a los perritos en la cajita que sostenía una mujer, se acercó corriendo a ellos y tomo uno blanquito.
― ¡¡Mira Jaejoong!! ¡¿Acaso no es preciosa?!
―Si…si…
―Disculpe…
―Los estoy regalando no se preocupe, oh que curioso, esa es la única hembra de esta camada
― ¿En serio? También es la única de color blanco…
―Sí, si quieres puedes llevártela
― ¿Hyung puedo?
―Si quieres…
― ¡¡Me la llevo!! ¡Muchas gracias!
―De nada…―dijo la chica con una sonrisa, ambos se alejaron subiendo a los pisos continuos, viendo los aparadores aunque Changmin parecía más interesado en acariciar a la perrita que para la opinión de Jaejoong había conseguido demasiado rápido y de manera muy extraña. Pues no recordaba que antes regalaran perros.
― ¿Cómo la llamarás?
―No lo sé…
―Piensa en un nombre bonito y ni se te ocurra ponerle un nombre que tenga que ver con comida
― ¿Por qué? Los nombres que involucran comida son bonitos
― ¿En serio? Yo que sepa no es un buen nombre un gato que se llame Kimchi
―No…un perro llamado Kimchi sonaría mejor…a un gato le va mejor…Ramen
― ¿Ramen? ¿Qué clase de dueño le pondría a su gato Ramen?
―No lo sé, tal vez
―Solo falta un conejo llamado Lasaña―Changmin comenzó a reírse por la ocurrencia de Jaejoong y luego sin previo aviso vio en una tienda una pequeña niña que llevaba en su mochila una inscripción extraña
―Bandung…
― ¿Bandung?
―No…Ma…Mandung…Mandoongie… ¡¡Se llamará Mandoongie!!
― ¿Mandoongie? ¿Estás seguro?
― ¡Claro! ¿Te gusta Mandoongie? ―Le preguntó a la perrita mientras la sostenía con el hocico mojado rosando su nariz, la perrita comenzó a mover la colita emocionada, en señal de que aquel nombre le agradaba―Ves le gusta
―También le hubiera gustado si se te hubiera ocurrido llamarla onigiri o malvavisco
―No te hagas la burla…Mandoongie es bonito…un bonito nombre para una perrita tan bonita como ella
―Ah…
― ¡Vamos! En el piso de arriba hay una tienda para perros
― ¿Acaso piensas comprarle zapatos?
―No seas burro, los perros no utilizan zapatos, le compraré una camita, una almohadita, una mantita, un vestidito, un hueso de juguete, una pelota
―Cómprale una casa mejor
― ¡También! ―Changmin se metió a la tienda
―Sólo bromeaba…―Jaejoong bajó la cabeza, había quedado con Yunho decirle la mentira ese mismo día, había preferido romper con él en un lugar público, no porque sería mejor que se contuviese el llorar en un lugar público o algo así, si no porque así le daría tiempo a Changmin de irse a casa empacar sus cosas y tomar un taxi que Yunho había acordado contratar para que fuese llevado inmediatamente a la mansión perteneciente a BaekYoung y así ahorrarse más problemas como tener que buscar a Changmin después de lo ocurrido.
Cuando Changmin salió llevaba una bolsa grande con el logo de la tienda, por la forma que traía la bolsa habían más bolsas dentro y una cama para perro más grande de lo que de seguro Mandoongie llegaría a crecer.
―Min…v-vamos por un helado…
―Claro…―Changmin sonrió y le dio la bolsa a Jaejoong dedicándose él exclusivamente a cuidar a la perrita que parecía inquieta en sus brazos y miraba a Jaejoong de manera extraña, como si presintiese que iba a hacerle daño a su nuevo dueño.
Jaejoong sonrió suavemente, si estuviese en otra situación probablemente hubiera dicho que no cuando Changmin le había preguntado si podían llevarse a esa bola de pelos, pero…pensó en que Changmin ahora necesitaba compañía y que mejor que la compañía de ese animal que se había acostumbrado en menos de dos segundos a los brazos de Changmin, un animal fiel que no le rompería el corazón a su dueño y más bien le daría ánimos y fuerzas cuando él terminara por pisar todo lo que tuviera a su paso.
Cuando iban a mitad del helado y Changmin ya empezaba a pasar de la raya intentando darle de comer un poco de su helado a Mandoongie decidió hablar.
―Changmin…tenemos que hablar…
― ¿Qué pasa?
― ¿Quieres mirarme por favor? ―Changmin lo miró, acomodando a la perrita en sus brazos, acariciando su blanco pelaje; sintió su vos flaquear, pero ahora que había empezado no iba a retractarse porque de seguro no tendría otra oportunidad―Min...Changmin…hay algo que debo decirte…debí habértelo dicho hace mucho tiempo pero…pero simplemente no pude, no preguntes por qué porque ni yo creo saberlo, tal vez por no herirte no lo sé
― ¿Herirme? ―Changmin miró a su hyung un rato, preguntándose qué sucedía, el mayor parecía estar intentando tomar valor de cualquier lugar, mordiéndose los labios y apretando sus manos.
¿Por qué era tan difícil.
―Yo…desde hace…desde hace mucho te eh estado mintiendo y no creo que sea necesario seguir haciéndolo aunque creo que te eh mimado demasiado como para que en verdad te creas el cuento de hadas en el cual tu vida a entornado…no es por malo, o tal vez si lo es, pero te ilusioné vanamente aun sabiendo que no era capaz de corresponder a tus sentimientos
―De qué hablas…
―Todo este tiempo me he estado frecuentando a alguien más, supongo que fue un error mío mientras bebía el haberte besado la primera vez, quizá lo hice por despecho, pero después lo hice porque sí, porque se sentía bien…y te dejé ser feliz hasta ahora, pero creo que mi felicidad es mi prioridad ahora, más que todo…después de que Yunho acepto que me ama…como yo…como yo…como yo lo amo a él
―No es verdad…―logró susurrar Changmin a duras penas, Mandoongie comenzó a alterarse al sentir a su dueño a punto de llorar, Jaejoong sonrió. Tétricamente, con una crueldad inhumana
―No confundas, fue divertido y fue lindo el verte enamorado y tan contento a mi lado, pero supongo que lo que viviste debió haberte mostrado que no es bueno confiar en nadie, mucho menos cuando arriesgas tus sentimientos, fui la persona equivocada pero podrás encontrar a alguien o al menos eso espero, fue bueno mientras duró, ojalá entiendas mis razones y las de Yunho
―No…no… ¡¡No!! Estás mintiendo, tú…tú no me harías esto, este no eres tú…no…
―Eso ya es tu culpa, pensar que era alguien diferente
―No pudiste hacerme esto…no con Yunho… ¿Por qué?
―No es obvio, ya te lo dije, te besé por un incidente y decidí continuar haciéndolo porque Yunho seguía rechazándome, estar contigo me ayudó a no dejarme vencer y demostrarle a Yunho que podía ser muy bueno como pareja, al final lo nuestro terminó por convencerlo y afrontar que también sentía algo por mí…
― ¡¡¡Eres un maldito!!! Tú…tú me ilusionaste, me hiciste creer que me amabas, jugaste conmigo como si fuese un juguete…te detesto…te odio…no quiero…no quiero verte jamás…―Changmin se levantó de golpe con Mandoongie en manos saliendo del lugar a paso rápido, con las lágrimas rebalsando sus ojos.
Cuando se fue, las lágrimas de Jaejoong también comenzaron a correr.
―Perdón amor…perdóname…perdóname por favor…
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Changmin llegó a casa, casi petrificado, con la perrita ladrando a ladridos agudos en sus brazos.
Se tiró al suelo soltando a la perrita que comenzó a correr alrededor suyo.
―No es verdad…no es verdad… ¡¡¡No es verdad!!! ―Changmin se levantó y caminó como un zombi por la sala, su cabeza reproduciendo las palabras de Jaejoong una y otra vez.
Vio el sillón, recordando a Jaejoong besándolo ahí la primera vez, diciéndole que lo quería y que lo disculpara por decírselo así.
Una rabia inhumana comenzó a hacer que sus manos temblaran, recordando todo lo que había vivido en ese apartamento hasta el momento, no supo exactamente cuándo pero sus manos comenzaron a actuar autómatas al igual que sus pies, comenzando a destruir los almohadones del sillón, tirando el elefante sobre la mesita de café, destruyendo todo lo que tuviera cerca haciéndolo añicos en el suelo.
Mandoongie corría de aquí para allá ladrando alterada, preocupada por la actitud de su dueño.
Changmin parecía no notar su presencia, ni siquiera parecía consciente de lo que hacía, destrozando todo lo que había en la sala sin contemplaciones hasta hallarse el piso lleno de plumas y cristales de todos los colores rotos. Creando la imagen perfecta de lo que él imaginaba su corazón roto, destrozado igual que cada adorno y lámpara tirado en el suelo.
Los ladridos de la perrita cesaron y él se vio en todo el desastre en parte de un espejo que había roto, se tiró al suelo, echándose de costado, sin importarle que los vidrios estuviesen bajo su cuerpo.
La perrita caminó hábilmente escapando de cada vidrio en el piso hasta llegar a él, Changmin con una mano, sin importarle si se cortaba o no limpió un espacio para que Mandoongie se echase a su lado y así lo hiso.
―Sabes…cada raspón ni cortada, ninguna duele tanto como la grieta sangrante de mi corazón…
Y al terminar de hablar sus pupilas se perdieron en el pasado.
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― ¿No ha bajado?
―No…el hombre que contraté me dijo que ya son tres horas desde que subió y no ha bajado nadie con su descripción
―Iré a casa, debo darle la cama que compro para esa perrita…supongo que en cuanto me vea huirá así que…dile que espere
―Está bien, cualquier cosa me llamas
Jaejoong colgó el teléfono, tomando un pañuelo secó las lágrimas que tenía pegadas en toda la cara, bajó del auto y sin esperar más subió a su apartamento, no pudo evitar que de sus ojos se escaparan unas cuantas lágrimas mientras subía las escaleras que había escogido a modo de despejarse un poco.
Cuando llegó abrió la puerta con pesadumbre, con la mirada baja hasta que la tuvo completamente abierta y vio el desastre.
Habían vidrios y porcelana rota por todos lados, tapizando el suelo en escombros brillantes y un cuerpo tirando en medio del desastre, con los ojos abiertos y la mirada perdida mientras un brazo sostenía a una pequeña bola de pelos a la altura de su pecho que emitía pequeños soniditos que denotaban que la criatura estaba llorando, de seguro preocupada por su dueño.
Jaejoong se apresuró a ir donde Changmin y ni bien se acercó la perrita se puso alerta comenzando a ladrarle, el menor no parecía reaccionar y Jaejoong recordó aquel día en el que llegó tarde y Changmin se encontraba en un estado parecido.
Apenas parpadeaba y su rostro había perdido el color, la parte derecha de su rostro estaba con cortadas debido a los vidrios donde su mejilla estaba apoyada y no le sorprendería que parte de sus heridas también fueran por vidrios voladores que salieron en todas direcciones al romperse los objetos.
Sin importarle los ladridos furiosos de la perrita tomó a Changmin en brazos intentando moverlo.
―Minnie…Minnie, no te pongas así ahora. Vamos mi Minnie responde…
―Yo…yo…yo no soy tu Minnie―La vos de Changmin sonó grave y fría, hiriente, Jaejoong se asustó separándose un poco de Changmin, pero no tuvo ni tiempo de reaccionar cuando la firme mano de Changmin se ciñó en su ropa y lo alejó con fuerza inhumana llevándolo a resbalar hasta la pared más cercana arrastrando vidrios y todo―Tú…jamás…escúchame bien, jamás vuelvas a llamarme Minnie, mucho menos se te ocurra dirigirme la palabra ni buscarme porque en lo que a mí respecta no quiero ver tu horrible cara en lo que me quede de vida, así sea mucho o poco tiempo, ojalá tu vida desde ahora sea un infierno, para que pagues lo que hiciste conmigo y mi corazón…―Changmin se levantó sin decir nada más, tomó al animal en brazos y cuando llegó a la puerta tomó la bolsa que traía las cosas de Mandoongie y se fue.
Jaejoong se quedó en su lugar, derramando lágrimas silenciosas.
―En verdad…en verdad no sabes que mi infierno empezó desde que comencé a amarte…
;_;
ResponderEliminarSe que debo darte mi opinión, pero en realidad no puedo darte algo concreto, es una combinación de sentimientos (sobre todo al último) que me hacen pensar si quiero felicitarte por estar haciendo una buena trama o felicitarte por haber hecho que el fic me halla tocado el corazón, digo, ya que muy muy muy pocos logran hacerme sentir eso.
Si... odie a Jaejoong.
Y en pocas palabras; quiero leer más de esto.
http://living-in-my-crazy-world.blogspot.com/ ayúdame a que esta autora siga publicando
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