Sentimientos que afloran.
El chico comenzó a reír ante un comentario de su mejor amiga Yeonhee y Changmin no pudo evitar quedársele mirando. Tenía una risa autentica y preciosa, y estaba seguro de que Yunho jamás podría fingir una sonrisa así.
- Así que, ¿mañana vendréis al partido de polo? – dijo Yunho después de parar de reír.
- Cariño – comenzó a responder Yeonhee – aunque me encantaría ver cómo te caes de culo, mañana no puedo tengo Yoga.
- Es sólo un juego de práctica, pero suele ser divertido – los ojos de Yunho captaron de nuevo la mirada de Changmin.
- Mañana tengo que almorzar con mi familia – y el joven Changmin no pudo evitar ponerse nervioso.
- Ey – interrumpió Yeonhee mirando a su novio – estoy segura de que no les importará. Piensa en lo que te divertirás pisoteando el césped.
De nuevo, estaba destinado a verse con Yunho. Este le miró orgulloso mientras Changmin, después de darse cuenta, intentó dirigir su mirada hacía otra parte sin ser consciente de que su compañero ya había visto cuán nervioso se había puesto. Unos minutos después los cuatro amigos recogieron todas sus cosas, pagaron la cuenta y abandonaron el lugar. Yeonhee besó a Changmin dulcemente en los labios a modo de despedida ya que tenía algunas cosas que hacer y no podía pasar más rato a su lado. Por su parte la amiga de esta se marchó también con ella, dejando completamente solo a Yunho y a Changmin.
Ambos anduvieron despacio por aquellas calles mientras una suave brisa se cruzaba entre sus cuerpos. Ninguno dijo nada, tal vez porque pensarían que meterían la pata o tal vez por vergüenza, pero aun así, con ese simple gesto fueron capaces de sentir que eran mucho más cercanos. Yunho estaba realmente contento ya que al día siguiente iba a poder disfrutar de nuevo de la compañía de Changmin, y el pobre no era consciente al igual que el joven, de que realmente deseaban verse y no era síntoma de una casualidad.
Al día siguiente, Changmin se levantó temprano, se vistió con unos vaqueros algo oscuros y una camisa color negra que le sentaba realmente bien. Estaba preparado para verse con su amigo pero antes, tenía que ayudar en casa a preparar algunas cosas.
- Ayer faltaste al almuerzo – como siempre, su madre tenía que discutir con el sobre estas cosas – y ahora, piensas faltar al de hoy. Es domingo, ¿por qué no has invitado a Yeonhee a almorzar?
- Vamos a jugar un partido de polo mamá – le respondió Changmin mientras terminaba de dejar los platos sobre la mesa.
- ¿Polo? ¿El juego?
- No, mamá, se refiere a las camisas – bromeó Yoochun.
- Todos esos caballos y esas personas sudorosas – comenzó a decir de nuevo la madre de ambos - ¿Irá acaso el Príncipe Carlos? Al menos haces un esfuerzo por cambiar…
Ambos hermanos se miraron con cara de “mi madre se está volviendo loca” y después se sonrieron por saber que habían pensado lo mismo. Finalmente, cuando dejaron de discutir, Changmin pudo marcharse de casa y dirigirse en autobús al lugar donde había quedado con Yunho se iba a jugar el partido de polo. Cuando llegó vio que el partido ya había comenzado y la verdad es que se veía realmente increíble y excitante. Los caballos corrían a una velocidad de vertido y se llegó a preguntar cómo era posible que aquellas personas no se cayeran al suelo o perdieran el equilibrio.
El partido estaba dividido en dos equipos, uno ataviado de blanco con una línea negra y los otros como camisetas negras y algunos dibujos en blanco. Yunho formaba parte del primero y la verdad es que estaba realmente atractivo subido a aquel caballo mientras golpeaba a la bola con una energía y precisión indescriptible.
La gente comenzó a aplaudir encantada por el espectáculo que acababan de ofrecer y también, dando la enhorabuena al equipo ganador.
- Perdón – dijo Changmin cuando comenzó a escuchar su móvil, apartándose del gentío un poco después.
- Claro – le respondió una mujer.
- ¿Papa? Escucha – comenzó a decir - vamos a tardar más de lo que pensaba, a Yeonhee realmente le gusta el polo.
- Acaba de llamar – interrumpió su padre.
- ¿Quién acaba de llamar? – volvió a preguntar Changmin mientras observaba en la lejanía como Yunho bajaba de su caballo.
- Yeonhee. Quería saber si irías a su casa después de su sesión de Yoga. No le he dicho nada a tu madre.
- Gracias papa – el gesto de Changmin se volvió desolador – siento haberos mentido sobre que venía con ella…
Changmin guardó su teléfono y en ese momento Yunho se acercó realmente sonriente a él para quedársele justo enfrente.
- Hola – le dijo mientras se arreglaba el pelo.
- Hola.
- ¿Impresionado? – Yunho cogió su casco negro y se lo colocó dulcemente a Changmin en su cabeza – no he sudado ni una gota.
- Ya veo… - ante ese comentario, Changmin no pudo evitar sonreír.
Ambos decidieron ir a dar un paseo por los alrededores del campo de polo. La verdad es que era un sitio bastante grande e impresionante, estaba lleno de árboles y de campo verde, algo que a Changmin le encantaba. En ese momento se sentía tan a gusto que fue capaz de entablar conversación con Yunho sin sentirse forzado a ello. Sonrió al ver como los caballos corrían dentro de su lugar de entrenamiento y toda esa armonía podía notarse en el aire.
- Pensé que te caerías – le dijo a Yunho – estirándote así sobre el caballo.
- Me gusta arriesgarme – respondió Yunho de forma complaciente.
La verdad es que a los ojos de Changmin se veía realmente atractivo con esa ropa puesta, algo que también le haría arriesgarse de forma segura.
- ¿Por eso abandonaste el negocio familiar? - le volvió a preguntar su joven compañero.
- Quería ver si podía crear mi propia marca.
- Estoy impresionado.
- No, no lo estés, por lo menos por ahora – remarcó Yunho mientras movía de un lado a otro el palo que tenía entre sus manos – aún no he recibido ningún pedido importante. Pero algo surgirá pronto. ¿Y tú?
- ¿Yo?
Los chicos pasaron por al lado de una hermosa y grande fuente de piedra en la que se podía reflejar la luz del día y sobre el agua estaban posadas las hojas caídas de los árboles. Ambos se pararon justo delante y Yunho apoyó sus brazos en esta mientras pensaba en como averiguar más sobre Changmin.
- No hay nada que contar – continuó Changmin – Mi padre insistió en que trabajara en su empresa y allí estoy.
- Y ¿te gusta? – pasando de nuevo su mano por el pelo, Yunho de una forma pensativa rozó con los dedos de su mano derecha en aquella refrescante agua.
- No es lo que se diría inspirador.
- ¿Qué te inspira Changmin? – el joven ante esa pregunta no pudo evitar sonrojarse.
- Escribir – contestó desués de un largo suspiro y terminó sonriendo – ficción en realidad.
- ¿Puedo leer algo que hayas escrito? – continuó Yunho sin pensar, provocando una risa en Changmin - ¿cómo sino puedo saber lo que ocurre bajo ese exterior tan tranquilo?
El silencio se hizo inminente entre ambos, en ese momento Yunho movió su cuerpo como gesto de alegría nada más ver la reacción de su compañero que, de nuevo, se sonrojó para después intentar dirigir su mirada hacía otro lugar. Rozó su pelo y mientras Yunho seguía mirándole fijamente, Changmin volvió a suspirar sin ya poder evitarlo.
- Vamos a… - Changmin señaló con su dedo y se dispuso a caminar.
Yunho hizo un gesto con algo de desagrado y después tocó de nuevo el agua de aquella fuente antes de seguir los pasos de su compañero. De nuevo, no tardaron en despedirse y es que Changmin comenzó a sentirse realmente incómodo al lado de Yunho, aunque en realidad aquella no era la palabra exacta para definir cuáles eran sus sentimientos.
Llegó a casa y encerrado en su cuarto no hacía más que pensar en todo aquello que le había pasado estos últimos días, más concretamente en Yunho. Se dio cuenta que le agradaba cada una de las maneras en las que había actuado con él y la verdad es que con tan sólo pensar en su sonrisa, todo su cuerpo se ponía realmente nervioso. Se quedó mirando su teléfono móvil como si estuviera esperando algo, después comenzó a marcar algunas teclas pero sin más, lo volvió a apagar. Tenía el gesto agobiado, serio y desesperado, puso su mano sobre su frente intentando aliviar aquel sentimiento, pero la verdad es que era completamente imposible.
Y de nuevo con gesto nervioso mordió sus nudillos y se dispuso a marcar de nuevo aquel número que tanto miedo le daba, se mordió sus labios y esperó por la respuesta de aquella maravillosa voz.
La voz de Yunho, que ahora mismo andaba sentado en la silla de su escritorio, con un pie desnudo apoyado en esta y con gesto realmente inquieto. Tenía el teléfono entre las manos y cuando vio que comenzó a sonar, sonrió victoriosamente seguro de que después de todo no estaba tan equivocado. Vio el número de Changmin en la pantalla y sonrió mientras sacaba un poco su lengua de forma pícara, y así se comportó haciendo que el teléfono sonara un rato hasta que por fin contesto.
- ¿Hola? – dijo intentando parecer tranquilo.
- Hola, ¿cómo estás? – preguntó el joven.
- En realidad estaba aburrido y ¿tú?
- Igual, tan sólo quería decirte que hoy lo pasé genial en el partido de polo, fue divertido – le dijo Changmin de forma alegre.
- Yo también, estaba deseando que vinieras a verme jugar, tal vez pueda darte unas clases y jugar conmigo la próxima vez – Yunho se tocó su cabello mientras sonreía de forma inevitable.
- Creo que no – Changmin rió a través del teléfono – ya sabes lo torpe que soy, me caería del caballo seguro.
- Bueno, quizás eso fuera lo más divertido de ver ¿no crees? – y Yunho también se rió después de hacer aquella broma.
- Idiota, entonces es cuando no lo haré nunca veras – el joven carraspeó – quiero mostrarte uno de mis escritos.
- ¿De veras? – preguntó Yunho realmente contento.
- Sí, ¿puedes quedar el sábado por la tarde?
- Por ti, puedo quedar cuando quieras – Yunho suspiró – además me muero de ganas de leer alguna de tus historias.
Después de elegir lugar y hora, Changmin colgó el teléfono. Mientras Yunho estaba la mar de sonriente, Changmin no pudo controlar los nervios que ahora mismo sentía su corazón. Su latido se disparó completamente y tuvo que salir corriendo al aseo para tirarse agua por la cara. Cuando se miró al espejo pudo observar que estaba demasiado colorado, más de lo habitual. El chico se mordió los labios y después sonrió dándose cuenta que iba a mostrar la parte más oculta de su interior a una persona a la que apenas había conocido hace unos días.
Volvió a su habitación y se tumbó en la cama con tan sólo la luz de su lamparita encendida. Se tapó hasta arriba para evitar que el frio le maltratara todo el cuerpo, pero en realidad eso ya no le importaba demasiado, estaba deseando que llegara el sábado para poder ver a Yunho y esperar su reacción cuando leyera aquella historia. Miró al techo y pudo recordar el primer día en que se conocieron y como Yunho casi le rogó porque lo saludara con dos besos en la cara, Changmin rio y la verdad es que aún se estaba preocupando aquella reacción tan extraña de Yunho. Pero es que aun así, le encantaba cada una de las cosas extrañas que tenía este chico y aún no sabía el por qué.
Y de repente por su mente vio la imagen de como Yunho se le acercaba de forma clara y concisa para besarle en los labios. Deseoso Changmin le respondió y el joven aun soñando despierto fue capaz de excitarse con tan sólo pensar en rozar los labios del chico. Lo inevitable pasó cuando se dio cuenta de cómo su miembro comenzó a endurecerse y aquella reacción no era la de simplemente un capricho, era la del deseo de tenerlo entre sus manos. Unas manos que fueron a parar a sus pantalones para tocar ese incesante bulto pudiendo por placer, pero aun así, Changmin no fue capaz de hacer nada. y no fue capaz puesto que sintió que si alguna vez tenía que ser saciado por Yunho, no quería que fuera en un sueño, sino en la mismísima realidad.
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