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Fall in love, fall to die

Titulo: Fall in love, fall to die.
Autor: Kuren
Pareja: Yunjae
Género: Slash, Lime
Extensión: Drabble

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Jaejoong


A veces, cuando el tiempo se tornaba demasiado lento y por ende insoportable, cuando enfrentar la realidad me era imposible, solía mirar hacia abajo. Sentía el aire golpear mi rostro con brusquedad, como aquellos golpes letales que solía dar y recibir.
En mi insana costumbre de pensar demasiado veía tan factible la idea de caer con estruendo sobre el asfalto, entre los autos, que incontables veces me encontré jugando en el filo con la muerte. Ella instaba a que callera mientras prometía que me haría volar antes de chocar. Yo reía, tan alto que Yunho terminada viniendo por petición de los demás a terminar con mis instantes de demencia.
Volvíamos al departamento y para cuando entrabamos en él, los chicos se habían marchado a pasar la noche en cualquier hostal costoso.
Siempre era igual. Yunho permanecía en silencio durante los primero minutos, mirándome fijamente en lo que yo iba y regresaba de la cocina con un par de cervezas. Le ofrecía la bebida con una sonrisa socarrona, receloso de dársela en realidad. Al cabo su silencio se volvía más extenso después de eso y acababa por encerrarse en su cuarto tras dar un fuerte portazo.
No alcanzaba a beber más de la mitad de la primera botella cuando volvía hecho una fiera, me acorralaba en cualquier esquina y vociferaba improperios que no me herían en lo absoluto. Tan solo me limitaba a ver atento el movimiento de sus labios. Cada tanto intercalaba la mirada entre su boca y sus ojos; de esa forma siempre parecía callarlo. Se me quedaba mirando por largos segundos, aún con su ceño fruncido para luego estrellarme con brusquedad contra la pared, aferrándose a mis hombros.
No había dolor, ni lagrimas rodando y mucho menos clemencia. Ante eso solía posar mis manos sobre su rostro, me acercaba con sigilo, asegurándome de que el rechazo no fuera una opción que él quisiese tomar. Y cuando le tenía a mis pies, le pisoteaba. Le empujaba tan fuerte que a veces trastabillaba, otras caía o simplemente se balanceaba en su sitio.
Yo rehuía de Yunho y de sus ojos incrédulos. Era cierto que yo era un sinvergüenza, pero algo de orgullo conservaba y mi libido se reducía a menos de la mitad. Parecíamos unos dementes correteándonos por todo el lugar. Él queriéndome tendido en el suelo, entre mis piernas, haciéndome el amor mientras me recorría el cuello con sus manos, con el resentimiento desbordándose de sus ojos.
Yo por lo contrario solía querer herirle antes de besarle con brusquedad; lanzarle objetos junto con injurias mientras él los esquivaba y se cortaba la planta de los pies. Su sangre solía excitarme, más si se esparcía por su torso.
No importaba cómo acabase todo, el lugar quedaba hecho un caos y nuestros cuerpos igual. El final no interesaba porque con el pasar de las horas esa atracción se tornaba tan molesta que terminábamos envueltos en el silencio despectivo de siempre.
Solía marcharme después de tomar una ducha rápida y volver en medio de la noche. Dormía hasta que el calor insoportable de la mañana siguiente me obligaba a levantarme.
En la cocina los demás, incluyéndole, charlaban mientras bebían de sus tazas el café humeante. Yo aborrecía la cafeína en los veranos y salía a fumar al balcón. Usualmente cruzaba la sala con indiferencia hasta llegar al barandal y apoyarme en él, ignoraba el que el sitio estuviese completamente limpio y ordenado. Tal vez Yunho lo aseaba en mi ausencia y eso me habría hecho feliz de no ser porque sabía que luego de eso, salía a encontrarse con la chica del momento. Esa que cada tanto cambiaba y que luego traía a casa y nos la presentaba a todos. Un pobre pretexto que ofrecía al público sanguinario, a la prensa sedienta de caos mientras yo seguía oculto, prohibido para ellos, para todos. Era extenuante y doloroso, tan degradante como el amante de algún sujeto infiel. Lo que no sabían era que yo era el auténtico. No, ni Yunho lo sabía.      
Era denigrante verlas pasearse por el departamento en ropa interior, o envueltas en las camisas de él que luego del sexo eran una excusa pobre de decencia, o romance.
Era entonces cuando huía de esas terribles ganas de correr hasta su cuarto para estamparle en el rostro un golpe que descargara toda esa frustración que guardaba. Huía hacia la azotea y jugaba en el borde sin temerle a nada. Huía lejos en mi mente, olvidando a momentos cuánto le deseaba y que por más que saciara ese capricho que tenía de su cuerpo, esa necesidad de tenerle sometido a mí seguía latente, convirtiéndose en locura cuando el tiempo se tornaba lento.            

3 Comentarios:

  1. Se hacen tanto daño. Pobre Jae, ya quedo transtornado por ese amor insano. Y Yunho es un idiota....tener a Jae y utilizar chicas que sirven de tapadera y no solo eso, sino restregarlas en la cara de Jae.... Quisiera que haya una continuacion, ver una mejora para el estado de Jae....que encuentre alguien, alguien que lo valore, seria genial si hicieses un one shot....... Muchas gracias!!!! <3 :-)

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  2. Que mal : ( una relacion asi solo les trae dolor y nas a jae q tiene q ver como junto trae tipas en su presencia y encima lo maltrata. Ojalá hacia una continuación. Por favorcitoooooo - junta las manos en plegaria-
    Gracias por compartir **

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  3. esta muy bueno el fic, a veces pienso que esa se acerca más a la realidad del yunjae, que cualquier otro donde todo es color de rosa!

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