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Afire Love - Cap. 3

Decisión.

Un golpe en la puerta hace que de un salto se separen, Changmin retira su mano rápidamente y voltea en el preciso momento en que la secretaria asoma su cabeza.

-Disculpe que lo interrumpa de esta forma, pero no contestaba por el comunicador. –Se excusó la mujer con una sonrisa.

-No se preocupe, dígame que pasa. –Jaejoong hizo lo posible para que su voz saliera normal, mientras que, por segunda vez en el día intentaba arreglar su camisa.

-Lo llamó su padre, me dijo que se comunicara con él lo antes posible.

-Está bien, gracias.

-También le traje los papeles que me pidió más temprano. –Le dijo de nuevo la secretaria, quien esta vez miró con curiosidad a Changmin. Éste muy nervioso, no sabe qué hacer, así que sin pensarlo tomó algunos papeles del escritorio.

-Ya me voy, terminaré lo antes posible, con su permiso. –Dijo mientras se inclinaba y se despedía de ambos.

Jaejoong vió como se iba prácticamente corriendo. Se quedó con la boca abierta por unos segundos.

-¿Están completos? –Le preguntó la mujer, quien lo devolvió a la realidad.

-Sí, muchas gracias.

Una vez estuvo solo, se pudo sentar, ya que sus piernas aún temblaban un poco. No estaba seguro, pero creía que Changmin quería enloquecerlo. No había otra explicación para su comportamiento. Con un suspiro apoya la cabeza en su escritorio, esperando que ese día termine pronto.

*

Cuando Junsu ve a su amigo entrar a su oficina, sabe que algo malo sucedió, por lo que se acercó rápidamente.

-¿Qué pa… -No alcanza a preguntar, ya que es interrumpido.

-Soy un estúpido, un estúpido… -Comenzó a decir Changmin sin parar, mientras se sentaba en su asiento y se cubría la cara con sus manos.

-¿Estás bien? –Le preguntó Junsu ahora preocupado, acercándose más a su amigo y esperando que se calme.

Cuando finalmente retiró las manos de su cara, Junsu pudo ver el rostro de su amigo. Lucía algo perturbado y muy avergonzado.

-Junsu, soy un estúpido. –Le dijo Changmin cuando finalmente miró a su amigo.

-Ya lo dijiste por lo menos unas veinte veces, ¿qué pasó?

-Casi cometo una locura.

-No me asustes, ¿qué hiciste? –Le pregunta Junsu.

Changmin se queda en silencio unos segundos antes de hablar. –Estuve a muy poco… de besarlo. –Le dice finalmente.

-¿Eso es todo? –Le pregunta Junsu con una ceja levantada.

-¿Como que… eso es todo? –Le dice Changmin desconcertado.

-Bueno, teniendo en cuenta que estuvieron una noche completa comiéndose enteros, esto no es nada. –Le dice Junsu a punto de reírse por la cara que estaba poniendo su amigo. –No te hagas el inocente Changmin, vi esas marcas, eran bestiales y muchas, además, considerando que ya han pasado algunos días y aún no se borran significa que las hiciste muy profundas –Terminó de decirle, sin aguantar la risa, ya que ahora la cara de su amigo era un cuadro. Estaba enrojecido hasta las orejas y con la boca abierta por lo que acababa de escuchar.

-Yo… eso no… -Es lo único que pudo decir Changmin, mientras su amigo se destornillaba de risa. Cuando se calmó pudo reclamarle.

-No es momento de bromas Junsu, ¿no me escuchaste?

-Claro que lo hice y por lo mismo te voy a decir esto una sola vez. –Le dijo Junsu, colocándose repentinamente muy serio. -Debes dejar las tonterías. –Cuando Changmin hizo ademán de interrumpir, con un gesto con la mano Junsu lo detiene. –Déjame terminar.

-Estos días te has comportado muy extraño, más callado y pensativo, es cierto que no eres como yo, que hablo sin parar, pero sí, es muy extraño que sienta que estoy solo en la oficina cuando en realidad estamos los dos. Y cuando fuimos a la reunión, Changmin te lo digo en serio, parecía que se te saldrían los ojos al mirarlo o que pronto se te caería la baba, parecías hipnotizado. No puedes negar lo mucho que te gusta. Irte a la cama con él sin apenas conocerlo debería ser suficiente prueba de lo que estoy diciendo.

-Junsu, ese no es el problema…

-Te dije que me dejaras terminar. –Changmin se calló de inmediato.

-Claro que ese es el problema, ¿que no te das cuenta?... que alguien te guste de esa manera y que no seas capaz de hacer algo al respecto. –Esto fue suficiente para que Changmin enmudeciera por completo.

-No quiero sonar rudo, pero sabes lo directo que soy y esto quería decírtelo hace tiempo, así que me tendrás que prestar atención. –Con un suspiro continuó. -Siempre has tenido la tendencia de dejar que el resto consiga lo que quiere sin importarte tú mismo. Lo haces con tu familia y también con tus amigos, siempre te pones en segundo lugar y ahora lo estás haciendo también, sé que lo que te detiene de ir a la oficina del gerente y terminar lo que empezaste, no son las estúpidas diferencias de clases que crees que tienen, ni que sea prácticamente el dueño o que sean el chisme de la empresa, y que por lo mismo puedas perder el trabajo, ni siquiera el hecho de que este separado y que su ex aún no lo quiera dejar ir, todo eso no te importa tanto como para dejar pasar esta oportunidad… lo que realmente te detiene es el hecho de que esa persona que no lo quiere dejar ir, es nuestro jefe, el hombre al que le agradeces el haber obtenido este trabajo y todo lo que has conseguido estando aquí… pero no entiendes algo, lo que has conseguido es obra tuya, tú te lo mereces porque has trabajado como nadie para estar dónde te encuentras ahora… es cierto que él te dió la oportunidad y te ha ayudado en muchas cosas y por supuesto que se merece todo el aprecio y respeto que le tienes… pero Changmin, quiero que entiendas algo que quizás todavía no dimensionas… jamás te había visto así y estoy seguro que jamás habías sentido lo que estás sintiendo ahora. Por eso te lo digo de corazón… no pierdas esta oportunidad. Quizás el jefe no salga bien parado en toda esta situación, pero tienes que hablar bien con el señor Kim y preguntarle bien qué tipo de relación tiene con él, para que todo sea claro y ustedes puedan finalmente salir, como quisieron desde un principio. –Cuando Junsu terminó de hablar, dejó salir un suspiro, lo había agotado un poco el intento de hacer entrar en razón a su amigo, que lo que tenía de terco, lo tenía de buen corazón.

Changmin continuaba mudo pensando en todo lo que le había dicho su amigo, ¿sería capaz de hacerlo?, ¿de olvidarse de los demás y pensar en sí mismo por una vez en su vida y hacer lo que se moría por hacer? Recordó el episodio de hace unos momentos, en cómo se olvidó del mundo por unos segundos y estuvo dispuesto a dejarse llevar por sus emociones.

Un sonido de alarma interrumpe sus pensamientos, ve que es de su celular y abre el mensaje que le habían enviado.

“Necesito los papeles que te llevaste. Déjalos con mi secretaria, ella se encargara de entregármelos”

Cuando terminó de leer el texto, sintió cómo si le hubieran lanzado un balde de agua helada sobre la cabeza, el mensaje era tan frío y se infería claramente que Jaejoong no lo quería ver. Volvió a mirar a Junsu, quien tenía la misma expresión, parecía como si estuviera esperando una respuesta y él ya la tenía. Al parecer esta se reflejó en su rostro porque Junsu esbozó una sonrisa, así que sin esperar más, tomó los papeles que tiró en el escritorio al entrar y se dirigió con paso firme a la oficina en la que estuvo hace unos momentos.

*

Cuando llega finalmente a la oficina, creía que su corazón saldría de su pecho, pero el valor que había crecido por las palabras de su amigo seguía intacto.

No estaba la secretaria en su lugar, así que no fue necesario pedir permiso para entrar a la oficina del gerente. Con los papeles algo arrugados en sus manos, porque inconscientemente los estaba apretando y respirando hondo muchas veces, levanta su mano para tocar a la puerta. Pero no alcanza a hacerlo ya que esta se abre repentinamente.

Al que ve, no es el dueño de la oficina, sino que a su propio jefe.

-¿Changmin?, ¿qué haces aquí? –Le pregunta éste.

-Yo… -Es lo único que sale de su boca, mientras muestra los papeles en su mano y retrocede un poco para dejarlo salir de la oficina.

El que aparece en ese momento, sí es la persona que quería ver, pero no en esas circunstancias. Jaejoong al verlo se paraliza un segundo antes de reaccionar.

-Oh, gracias por lo papeles. –Le dice mientras se los quita de las manos y se voltea para mirar a Hyuk.

-Changmin encontró unos papeles que dejé en otra oficina y me avisó de inmediato, así que ahora amablemente me los trajo. –Dijo Jaejoong antes de desaparecer en su oficina.

Changmin se quedó mirándolo en silencio, pero es interrumpido por su jefe.

-¿Te vas a quedar aquí? –Le preguntó con una sonrisa al ver la falta de reacción del otro, que se había quedado muy quieto y mudo.

-N-no, ya me voy. –Le contestó muy nervioso y decepcionado. Cuando se iba a dar la vuelta para retirarse aparece nuevamente Jaejoong.

-¿Vamos? –Le dice a Hyuk.

-Sí, vamos. –Le contesta el otro.

Jaejoong lo mira e inclina la cabeza en señal de despedida, mientras su jefe al pasar por su lado le da una palmada en la espalda.

-Nos vemos, más rato tengo que hablar contigo. –Le dice para seguir a Jaejoong que se había ido bastante rápido del lugar.

*

Changmin regresa a la oficina, luciendo muy diferente a cómo salió de ella hace unos instantes y su amigo supo de inmediato que lo que había planeado no resultó. Se mordió la lengua para no decir algo, no quiso preguntarle esta vez, ya que por el aspecto de su amigo, su intuición le dijo que era mejor esperar que estuviera listo para hablar.

Pero ese momento no llegó, Changmin fue a almorzar sin él y después se puso a trabajar sin parar, hasta que recibió una llamada del jefe pidiendo que Changmin fuera a su oficina. Junsu con los ojos bien abiertos no alcanzó a preguntar, ya que rápidamente su amigo se dirigió a dónde lo llamaban.

Cuando llega a la oficina la secretaria lo hace entrar.

-No te asustes, no es nada malo. –Le dice su jefe al ver la cara que tenía Changmin, mientras le indica que tome asiento.

-Quería pedirte disculpas… esta mañana enloquecí un poco, veras, ya debes saberlo, de hecho todo el mundo lo debe saber, pero, yo no pierdo las esperanzas de volver a estar con Jaejoong, estoy haciendo lo posible para conseguirlo y hoy… lo siento. –Termina por decirle, con una sonrisa de disculpa.

-No se preocupe jefe, lo entiendo. –Le dice Changmin con un rostro inexpresivo.

-Necesito explicarte a ti más que a nadie, sabes que te considero prácticamente un amigo. Hoy perdí totalmente la compostura… el imaginar al hombre con el que había decidido vivir por siempre… con otro, haciendo… ya sabes… hizo que me enfureciera. Sabía que era posible que se interesara en alguien más, yo fui el mayor responsable de nuestra ruptura y él es un hombre joven y lleno de vida… pero pasaron muchos meses y para mi felicidad él no había mostrado signos de interés por alguien, hasta ahora… -Se quedó en silencio por unos momentos y en ese lapso Changmin solo pensaba en cómo salir de ahí lo antes posible.

-Le pedí muchas disculpas y finalmente las aceptó, me costó mucho. –Le confesó de nuevo su jefe con una sonrisa. –Pero no me doy por vencido, ya que me dijo que no fue alguien importante, ya sabes, el tipo que le hizo eso. –Dijo con una mueca de disgusto.

Changmin al escucharlo, sintió acrecentar la molestia que estaba sintiendo en su pecho.

-Así que ahora estoy más tranquilo, por eso lo repito, quiero pedirte disculpas por el espectáculo que di y sé que te preocupaste mucho ya que intestaste ayudar… ahora anda a descansar. –Le dijo mirando la hora. Hace unos minutos que había acabado la jornada.

-No hay problema, no se preocupe, nos vemos. –Le dijo Changmin, levantándose del asiento. Hoy era viernes y agradeció que tuviera el fin de semana para descansar.

Cuando regresó a la oficina su amigo lo estaba esperando.

-Junsu, hablemos otro día, por favor. –le dijo con un tono cansado.

-Pero, ¿estás bien? –Le pregunta su amigo preocupado.

-Sí, un poco cansado y no te preocupes, el jefe sólo quería pedirme disculpas por lo de la mañana. -Le contestó, mientras tomaba sus cosas para irse a su departamento.

-Me llamas si me necesitas. –Le dice su amigo con la misma expresión de preocupación.

Changmin al verlo, le agradece con una sonrisa, se sacó la lotería con ese amigo.

-Gracias. –Le dice para salir juntos de la oficina y separarse en el estacionamiento con un abrazo, que Junsu lo obligó a que recibiera.

Con un suspiro sube a su auto y lo pone en marcha para finalmente salir de ese edificio, que sentía lo estaba asfixiando.

*

Jaejoong por fin regresa a su departamento. Se siente tan agotado, cómo si hubiera corrido una maratón. Con un suspiro lanza su maletín al suelo, se quita los zapatos, la chaqueta también la lanza al suelo y arrastrando los pies se dirige a su habitación para lanzarse finalmente sobre la cama. Y todavía le faltaba hacer algo importante.

Con lentitud como si le pesaran sus manos, toma de su bolsillo su celular y marca uno de sus contactos.

-Finalmente te acordaste de mí. –Le reclama una voz del otro lado de la línea.

-Papá, estuve muy ocupado, no fue por que no quisiera hablarte. –Le mintió su hijo. La verdad es que sabía la razón por la que su padre necesitaba hablar con él, pero lo que quería Jaejoong era olvidar todo lo que había pasado ese día.

-¿Dónde estás ahora?

-En casa.

-¿Estás solo?

-Sí papá, ahora me vas a decir el porqué de este interrogatorio. –Le dijo con un tono cansado.

-No es un interrogatorio y ya sabes porque quiero hablar contigo.

-Tus espías te fueron con el cuento.

-No tengo espías, sólo colaboradores que me informan lo que ocurre en la empresa. –Le reprendió su padre con un tono enojado.

-Está bien, dime que te dijeron tus “colaboradores”. –Le dijo con un tono sarcástico.

-Ya sabes, que el estúpido ese, te hizo una escena de celos y ahora en toda la empresa se habla de eso. Eres el tema de conversación, pero no precisamente por tus habilidades en el manejo de la empresa, sino más bien por tus habilidades en otras áreas. –Le dijo esta vez con tono severo.

Jaejoong en otras circunstancias se habría enfadado al escuchar eso, pero estaba tan agotado física y mentalmente que no tenía deseos de discutir.

-Tienes razón, pero espero que también te hayan contado como me fue con la reunión que preparé.

-Sí me lo contaron, pero eso no es lo más importante ahora, quiero que me digas si es necesario que se vaya, yo lo despido con gusto. –Su ex nunca fue santo de devoción de su padre. Al saber que su hijo prefería a los hombres, le preparó una lista de candidatos, en la que no estaba el hombre con el que finalmente se casó.

-No, no es necesario, ya le di una advertencia. Si se repite analizaré que hacer, pero por ahora no tengo motivos para despedirlo. –Le dijo con un bostezo. –Papá estoy muy cansado. –Le dijo dispuesto a colgar pronto.

-Espera, déjame preguntarte algo más.

-Está bien, dime. –Le contestó con un suspiro.

-No me habías dicho que estabas saliendo con alguien.

Al escuchar esto, Jaejoong no supo la razón, pero sintió deseos de llorar.

-No estoy saliendo con alguien. –Le contestó con dificultad, por culpa de ese nudo en la garganta que aparecía cada vez que se acordaba de cierto hombre.

-¿De verdad? Y que son esas mar… -No alcanzó a terminar.

-Papá, te lo digo en serio, estoy cansado de esa pregunta, son unas marcas que me hizo un tipo con el que me acosté una noche, estábamos borrachos, eso es todo, no lo volveré a ver. –Le dijo para ya terminar con la conversación.

-Hijo, no debes hacer esas cosas. –Le dijo en tono de reprimenda.

-No lo volveré a hacer, ya aprendí mi lección. Si hubiera sabido todo el escándalo que ocasionaría no lo hubiera hecho desde un principio. –Le mintió, porque a pesar de todo, fue la mejor noche de su vida y si pudiera repetirla, lo haría sin pensar.

-Está bien hijo, te dejo descansar. Ven a vernos este fin de semana. –Se despide su padre que a pesar de ser muy controlador, se preocupa realmente por su hijo.

Jaejoong cuelga con ese suspiro que al parecer no quiere dejar de salir.

Necesita dormir, pero quiere que al despertar, no lo haga con su cuerpo ardiendo, sudando y claramente excitado por los sueños que comenzó a tener hace un par de días.

Espera que el cansancio no le permita soñar. Sin darse cuenta sus ojos comienzan a cerrarse y el recuerdo de la mañana que ha querido borrar durante todo el día, aparece.

Ve claramente cómo el protagonista de sus sueños se acerca lentamente, para quedar a unos milímetros de su rostro con sus bocas tan cerca, que siente el calor de su aliento acariciarlo. Finalmente se duerme profundamente con una sonrisa en su rostro.

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