Intercambio de esposos… no… ídolos cap 4

Cuando mi amiga se fue me sentí mal, no pude ver a Jaejoong y ella no pudo ver a Yunho. Subí pesadamente las escaleras a mi habitación, ya eran pasadas las nueve de la noche. No necesité decirle a Yunho que me siguiera, porque eso hizo. Quería saber si podía dormir en el sofá, pero me daba miedo que alguien pasara y se sentara sobre él. Quizá podría dolerle o algo así, no me gustaría que mi pesado padre pusiera su trasero sobre el inmaculado y delgado cuerpo del hombre que estaba frente a mí.

Busqué una sábana caliente para él porque hacía frío y le dije que dormiría en mi cama. Cuando me preguntó dónde dormiría yo, no supe qué contestar y me quedé pensándolo. En mi cuarto hay un sofá, así que le dije que dormiría allí. Una nota de horror se posó en su dulce rostro, ¿dije dulce rostro?... y me dijo que él dormiría en el sofá. Corrió a acostarse allí antes de que yo pudiera impedírselo y se hizo el dormido. Lo dejé y me concentré en un dilema mayor.

Por primera vez en la vida no sabía que pijama usaría, no podía ser de short muy corto, como los que usaba siempre. Tenía dos opciones: una bata larga que no veía desde hace dos años (ni sabía el por qué de tenerla todavía) y un conjunto de pantalón, cuya lana me quemaba del calor. Decidí ir al cuarto de mamá, seguramente ella tenía algo que yo pudiera usar al menos hasta comprarme un pijama decente.

Entré a su cuarto y abrí el armario, me decepcioné y creo que hasta me sonrojé. Nunca me había fijado en que mi mamá solo usaba pijamas… provocativos… en colores provocativos. Salí de allí y entré a mi habitación de nuevo, creí que Yunho ya se había dormido y tomé el pijama de lana infernal.

Me cambié en el baño y llamé quedamente a Yunho a ver si necesitaba algo, solo dio un suspiro y siguió durmiendo, con la boca y los ojos entreabiertos. Debía admitir que se veía muy tierno, sonreí y me quedé dormida apenas me acosté. No recuerdo lo que soñé, pero creo que había decepción de Jaejoong y una gran sonrisa de Yunho.

A la mañana siguiente abrí los ojos y Yunho no estaba. Por un momento creí que todo era una ilusión y que jamás ocurrió nada, cuando sentí algo sobre mi cama, a la altura de mis pies. Me incorporé y lo vi, sonriendo radiante con algo de pena. Me paré de la cama para lavarme los dientes y la cara, seguramente no era bonito verme despertar. Bajé a la cocina y busqué desayuno para dos, estaba de vacaciones y mis papás se habían ido al trabajo, casi nunca los veo.

Subí la comida y ni siquiera podía concentrarme en la mía, pues ver a Yunho comiendo la suya atraía un 80% de mi atención. Terminamos y corrió con los platos abajo para ayudarme a limpiar, bajé con él y lo admiré mientras hacía algo inmundamente cotidiano. No podía creer que esto estuviera pasando, y aún así lo creía. Yunho se paró frente a mí avisándome que ya había terminado y sacándome de mi ensueño.

El resto del día transcurrió sin novedad, mientras le enseñaba a Yunho cómo jugar mis juegos de mesa, veíamos tele y hablábamos sin temas en particular. A decir verdad me divertí mucho con él, porque siempre estaba sola. Cuando llegó nuevamente la hora de dormir me pregunté cómo estaría Jaejoong, ni siquiera recordaba que existía, ¿soy realmente mala o qué? Cuando pensé en él me pregunté también si a mi amiga le gustaría al final de todo esto, estaba preocupada, pero al fin y al cabo Jaejoong nunca me conocería, porque no podía verlo.

Revisé mi celular y tenía un par de llamadas perdidas de mi amiga, seguramente para preguntar por Yunho. Le mandé un mensaje diciéndole que todo estaba bien y que Yunho ya se había dormido, cosa que era parcialmente cierta. Se había recostado en el sofá y me miraba enviando el mensaje, creo que estaba cansado de tanto jugar, casi como un niño. Me dijo que había pasado un muy buen día de vacaciones y me agradeció por distraerlo de todo lo que estaba pasando.

Me sentí tan bien que me sonrojé y tuve que mirar a otro lado. Yunho se levantó del sofá y se sentó a mi lado en la cama, puso una mano en mi hombro y me dio un beso en la mejilla, luego volvió con rapidez al sofá, haciéndose el dormido como la noche anterior. Yo me quedé sentada por unos minutos más, hasta que el sueño me venció…

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