Soul Fighter Storm 2nd Season cap 12

Ahora sé que me estoy volviendo loco. Pero… ¿puede ser tan dulce esta locura que siento?

Entramos en el coche de la compañía para volver a nuestros apartamentos, después de la primera sesión juntos tras el escándalo. Y agradezco el no tener que conducir, porque mi cuerpo aún está temblando… ha sentido tu tacto.

Que me llamen loco… pero he sentido tus besos… te he sentido recorrer mi cuerpo cuando me mirabas, aún estando de espaldas. Recuerdo tan bien la marca de fuego que has dejado en mi piel, que arde de nuevo cada vez que te acercas o me miras... aunque no me estés tocando.

Mis suspiros… el aire que roza mis labios… son tuyos incluso.

Cada gesto, cada respiración que da vida a mi cuerpo, es para ti aún en la distancia. Espero que mi ser, mi olor, te alcance y que me sientas aunque no esté presente.

Mi presencia quiere volar hasta ti con tanta fuerza… que sólo espero llegar a rozarte… aunque sea con una parte de mí que no puedas ver.

Me ahogo en mis propios deseos al alejarme de ti en este coche… Porque sé cosas que tú no sabes… sé los nuevos planes que tiene para mí la compañía. Me han preparado un papel protagonista en un drama. Sé que tú y Yoochun preparáis un disco conjunto, pero a diferencia de todos vosotros… yo no sé cuando volveré a cantar. Si volveré a bailar en mi vida.

Una pequeña sonrisa irónica brota de mis labios mientras pienso en esto, llamando la atención de Yunho y los demás presentes en la parte trasera del coche. Cuánto he odiado bailar… cuán estresado he estado por mis propias exigencias en mi canto, en mejorar mis habilidades vocales… tan estresado que llegué a odiarlo en muchas ocasiones…

Y ahora… Me siento tan vacío al verme forzado a dejar la música de lado por tiempo indefinido… es posible que… si no nos unimos los cinco de nuevo… jamás vuelva a bailar… o cantar en público.

Sé que tú en mi lugar no lo permitirías… amas la música por encima de todas las cosas. Y yo... pensé que no me importaba tanto. Casi siento... que me quitan lo más íntimo de ti de mi corazón, al dejarme sin trabajar en la música.

Bien, Shim Changmin, ¿eso es lo que querías no? ¿Cuántas veces deseaste deshacerte de esa parte de tu trabajo y dedicarte a ser MC o actor?

Yunho tampoco tiene previstas actuaciones y trabajará en otro drama como yo, pero… si todo va bien volverá a bailar. Es difícil la oportunidad, pero surgirá para él.

Lo que mejor se me da es obedecer sin rechistar. Es lo que mejor he hecho hasta ahora… eso que tu pretendías quitarme… Te esforzaste en que diera mi opinión abiertamente, que compartiera mis críticas, mis pensamientos... mis puntos de vista…

¿De qué me sirve todo eso ahora que no estás?

¿Aprendiste tú de mí a ser obediente?

Mi eterno rebelde, mi paraíso.

Tu rebeldía, tu obcecación fue lo que me atrajo de ti desde el principio, lo que más admiraba de ti. Mirarte y sentir en tus palabras, en tu mirada, que no había nada que pudiese lastimarte, alcanzarte, preocuparte. Qué estabas por encima de todo eso y de los demás.

Pero pronto aprendí a tu lado… Que esa apariencia no era la realidad y que de bueno que eras llegabas a ser tonto, que de tanto que te preocupaban y lastimaban los demás, vivías atormentado. Y trajiste esa tormenta a mi puerta.

Y te dejé entrar. Aún no se por qué.

Sin querer recordé el primer beso que me robaste y mis labios ardieron.

Aquel absurdo e inocente beso… que jamás significó algo para mí en su momento. Lograba evocar todos los que vinieron después. Incontables y cálidos besos que ahora recordaba como un todo.

Todo lo que había sentido en cada beso se unía para formar un único sentimiento en mi interior. Y era tan grande… se hacía tan grande… que el sólo intento de abarcarlo hacía que se me saltasen las lágrimas.

Tanto así… Podía crecer alguien en mi corazón. Nunca pensé que alguien pudiera crecer dentro de mí hasta que su presencia me superase.

Y yo te dejé pasar… inconscientemente, te dejé entrar.

De reojo podía ver que Yunho sabía que yo estaba perdido en mis pensamientos, y sólo él podía tener la certeza de cuales eran.

La adversidad nos había unido en la resignación. En el fondo éramos tan parecidos hyung…

De pronto decidí lo que llevaba pensando ya unos días atrás. Había sido tan amable por parte de Yunho que él y Yujin cuidaran de mí, pero…

-Por favor, ¿puede ir a la calle 24 con Shigaeyeon? -le pedí al chofer cuando Yunho y yo al fin nos quedamos solos en el coche.

-¿Tienes que ir a algún sitio? Paremos en la compañía, así cogeré mi coche, si quieres te acerco a… -Yunho detuvo su frase cuando notó que puse mi mano sobre la suya.

-Gracias por todo lo que has hecho, Yunho. Pero quiero seguir adelante solo. -Me miraba como si no me comprendiese muy bien.

-¿El encuentro con los chicos… con Joongie...? ¿Te ha dejado mal?

-¿Cómo no iba a afectarme? Puedo ver que te ha afectado a ti también, pero no es eso… Seré sincero contigo aunque no quiera… soy demasiado directo, pero… es algo que Joongie me enseñó.

-¿Ha pasado algo con lo que no estés a gusto en mi casa? -sacudí la cabeza.

-Me pone triste veros tan felices frente a mi Yunho. Puede que te suene algo infantil. Pero cada día que me levanto y os veo… juntos... se me cae el alma a los pies una vez más… Y eso no es algo sobre lo que puedas hacer algo al respecto, ni puedas arreglar…

-Dios... ya suenas como Joongie… tan molesto… -me reí un poco, y el ambiente de pronto no estuvo tan tenso.

-Estaré bien, hyung… tengo que estarlo, no puedo depender de las drogas, de Joongie o de ti por más tiempo. Soy un hombre ahora, y tengo que seguir mi propia vida. Llevo años intentando hacerlo, tú lo sabes bien.

Levanté la mirada y me asusté. Yunho estaba llorando. Simplemente un par de lágrimas salían de sus ojos, aunque él trataba de ocultarlas girando su cara. Los años juntos me estaban dando la respuesta a mis preguntas… lo bien que le conocía…

Esa mirada en sus ojos... esa expresión… Había conseguido que mi hyung… se sintiera orgulloso de mí… Que llorase de emoción… esa mirada que ponía cuando le demostraba que había madurado en algo.

Siempre le había fastidiado que no le viera como un padre, porque su comportamiento fue incluso más infantil que el mío, pero se esforzó tanto para ser mi hyung… Te diste cuenta de que Junsu no te necesitaba tanto. Él crecía y crecía tan rápido hasta casi superarte.

En el fondo de mi corazón, esperaba no haberte defraudado. Pero ahora entendía que nunca sería así…

Salí del coche antes de que me arrastraras al llanto. Sólo quería sonreír para ti ahora. Te habías llevado demasiadas de mis lágrimas. Sólo quería darte sonrisas a partir de ahora.


Llegué a mi apartamento y suspiré. La soledad no era algo alegre… ahora que tenía a Joongie más lejos de mí que nunca… pero era el camino que había decidido tomar. Era la prueba que tenía por delante. Y pretendía salir victorioso de ella. Fuera como fuese, a mi manera.

Mientras me duchaba cantaba “My way” en inglés. Si no podía cantar en público, cantaría a solas. Era la manera que tenía mi corazón de recordarte.
Yo no podía hacer nada más que hacerte llegar mi carta. Y sabía que tú no podrías dedicarme ninguna de tus canciones.

Pero lo que sentía por ti era tan grande que con su silencio rompía murallas.

El tiempo no pasaba por nuestros latidos. Recuerdo tus palabras en el hospital. Pero recuerdo tus lágrimas y tu resentimiento, recuerdo mucho más de ti que las palabras que dijiste para herirme. Y las acepté gustoso. Qué menos que eso y tu rechazo por pagar lo cerca que te puse de la muerte.

Podías rechazarme cruelmente todas las veces que desees. Despreciarme, alejarme de ti… si con eso lograba pagar el error de dejarte marchar aquella noche.
¿Qué podría importar que rompieras mi corazón mil veces si tú seguías con vida?

Más que eso… podía notar los sentimientos que había bajo tu piel.

Qué idiota había sido todo este tiempo al dudar de ti… Pensando en lo que te rodeaba… en todas las personas que se habían acercado a tu piel, que habían intentado alcanzarte de algún modo… y te habían besado… Tocado… pero yo…

Ya estaba bajo tu piel.

Estaba dentro de ti de una manera mucho más profunda e imborrable. Miraba lo que había en tu exterior cuando… tenía que mirar lo que había dentro de ti, lo que siempre había habido… y eso era yo.

Y había dudado eso, cuando desde el principio fuiste tu quien llamó a mi puerta.

Puedo llegar a ser tan caprichoso…

Pero es que has de saber… que nada me ha cegado tanto como tú en mi vida… Todo tu ser es mi oscura obsesión…

Jaejoong es para mí… imborrable.





Hacía ya dos meses que habíamos vuelto a vivir juntos, y hacía dos meses que no nos hablábamos. Ella sólo me observaba cuando estaba en casa, como si esperase a que al fin le dijese algo. Y yo sólo cantaba.

Era lo único que sabía hacer para comunicarme cuando no me salían las palabras.
Quería decir tantas cosas que mi orgullo no me permitía. Quería escuchar tantas cosas de ella que no me atrevía a pedirle…

Tanto me guardé, que estando en la cocina hace dos noches, cuando volví de la primera promoción del grupo desde el escándalo, rompí a llorar mientras cantaba “Proud” para ella.

Aunque estaba en el salón, podía escucharme perfectamente y vino corriendo al notar que me había detenido. Pude ver la sorpresa y la confusión en sus ojos.

Yo la miré de frente, no escondí mi cara de ella como otras veces. La noté temblar, dudar. Pero cuando escuchó mis sollozos de nuevo, se acercó a mí lentamente… y finalmente me rodeó con sus brazos.

Ay... sería tan sencillo que todo el pasado se quedara atrás y olvidarlo todo desde aquí. Que tu cálido abrazo se llevase todas mis dudas, nuestros errores y el pasado… Fingir que nada malo había ocurrido. Reparar tu corazón y el mío…

-Si pudiera… pequeña… repararlo todo.

Me abrazaste aún más fuerte.

-No sé si te odio o te amo… No lo sé.

-¿Por qué has vuelto entonces?

-Porque... tú me lo pediste… -Levanté la cabeza y la vi llorar. Pero la miré de verdad, como no había hecho en muchos años. En todos estos años que no había querido enfrentar sus lágrimas-. No sé… hacer otra cosa y ahora… tengo la prueba de que nunca aprenderé… No sé cómo dejar de quererte, Kim Junsu… Arrogante niño mimado…

A pesar de los elogios consiguió sacarme una sonrisa.

-¿Ves? Esa estúpida sonrisa tuya… que nunca pierdes… Y ya me alegras el día…

La besé suavemente.

-La perdí… se borró por completo cuando te fuiste, pero sobretodo… Cuando me di cuenta... de que eso era lo que yo mismo había provocado.

Se tiró a mis brazos, y lloró aún más. Quizá no esperaba que yo hubiese madurado algo. Pero había aprendido cosas… Muy valiosas... a esta edad pensaba que no me quedaba nada por aprender. Pensaba que algunas cosas… se llevaban solas.

-¿Podremos de verdad superar todo esto?

-Dicen que el amor lo supera todo… Y a mí... me da igual que me odies o me ames con tal de que te quedes conmigo…

-Cerdo egoísta…

-Te quiero.




Yoochun

-¿Pero por qué demonios no me lo habías dicho antes? -me gritó nuestro manager al teléfono.

Yo ni siquiera tenía ganas de darle una excusa… estaba pensando retirarme como cantante antes de volver a promocionar todos juntos de nuevo. Pensé que no tenía remedio… Y además mi hijo estaba en camino.

Pero ahora que todo seguía… sentía que tenía que hacerlo por todos ellos… quizá esta controversia que causaría la noticia sobre mi vida privada aumentaría la popularidad del grupo, de algún modo.

Colgué finalmente el teléfono después de un largo tiempo de escuchar sus protestas y me encendí otro cigarrillo.

Era casi medianoche, y desde el sofá podía ver como mi esposa dormía plácidamente en nuestra cama.

Una vez más trasnochaba para trabajar. Últimamente disfrutaba de nuevo componiendo. Y cada vez quería pasarme más tiempo aquí y menos delante de la gente. Pero eso ya todos lo sabían.

Miré mi móvil privado. Había dos llamadas perdidas de Jaejoong. De hacía un par de horas. Esperaba que estuviese durmiendo ya. Y rezaba porque no se estuviese metiendo en más problemas. Ahora sabía que Joongie era poco probable que sentara alguna vez la cabeza. Si seguía perdiendo el control cuando no estaba estable emocionalmente lo cual no ocurría casi nunca…

¿Serviría de algo que a estas alturas le dijese la verdad sobre lo que le conté de Changmin?

Cada vez... me sentía más culpable por lo ocurrido y tenía menos miedo de que me culpase y de cómo reaccionaría.

Antes temía perderlos a todos cuando supieran de mi error, pero… ¿no estaban todos perdidos ya para mí de algún modo?

Tenía que recordarme que yo no era tan posesivo como Joongie con ellos, pero si protector. Aunque la cagase monumentalmente.

Sobretodo con esos dos. Sólo porque estuve presente en el comienzo, creía que tenía algún control sobre ello, pero al igual que ellos pensaron que podrían tener cierto control sobre su relación… todos nosotros nos equivocamos.

En los últimos años me había preocupado estrictamente de mi vida y de mi familia… mi verdadera familia, la que yo había creado y que nunca me había decepcionado.

Jamás podría admitir delante de Joongie mi error… admitir que había sido tan controlador y mezquino como el padre al que odiaba.

Muchas veces mi hermano me acusó de parecerme a él. Y la excusa que me ponía a mi mismo era que me hacía el fuerte frente a mi hermano… Pero lo que pasó con Joongie no tenía excusa para mí…

“Cállate… te dije que no quería que te acercases a mi hermano… Me das asco… ¡¡Asco Joongie!! Cada vez que pienso que puedes hacerle lo mismo a mi hermano que a Changmin… Me da asco…”

“¿Pero de qué hablas? Tu hermano y Changmin no son...”

“¿¿…lo mismo?? ¡¡Para mí sí!!”

“No puedo creerlo…”

“Putos chupapollas, sois todos unos cerdos… no puedo decir nada más…”

“Hablas TU de hacer el cerdo… por Dios… jajaja.”

“¡¡Yo mejor que nadie puedo saber lo desagradable que es ese tipo de relación entre hombres cuando se fuerza!! ¡¿O acaso lo has olvidado?! ¡¡Maldito desagradecido!! ¡Debí haber dejado que ese tipo te diera lo tuyo en mi lugar! Y al final…”

“¡¡Basta ya!! ¿Crees qué no te lo he agradecido eh? ¿EH?”

“Has acabado convirtiendo a Changmin en uno más…”

“Cállate, cállate Yoochun... ¡¡no sabes lo que estás diciendo!! Para o te parto la cara.”

“¡Te digo que es cierto…!”

Aquella noche… ambos dijimos cosas de las que nos arrepentiremos. Y yo sólo me arrepiento de una. De mentirte al final… sólo al final.

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